Partida Rol por web

Abrazo a Livia y beso su pelo.

Tenéis muy poco aguante y esto es como una carrera de fondo. Le digo y salgo de ella dejándola en el suelo boca arriba ahora. Agarro a Brinda 

Vale parece que vuelves a estar en forma,está bi N que no te rindas. Le digo y la pongo encima de Livia en un 69

Ahora tu comele el coño,devuélvele el mismo favor que ella te dio. Le digo mientras preparo el culo de Brinda y entro en ella mientras muerdo su espalda y cuello dando totalmente placer cada vez entro más duro. Arañando su espalda y estirando sus pezones dándole éxtasis

No he tenido demasiado sexo anal en mi vida, pero tampoco es algo que me sea completamente ajeno. Por lo tanto cuando Mars me pone en posición de 69 con Livia y empiezo a sentir los preparativos inspiro profundo para relajarme y luego me concentro en comerle el coño a Livia. Aunque cuando siento que el sacerdote entra levanto la cabeza para lanzar un gemido de dolor y placer antes de volver a centrarme en el sexo de Livia.

Una y otra vez mi lengua recorre sus labios vaginales recogiendo todos los jugos que tiene allí, alcanzando el clítoris y titilándolo con la lengua y sorbiendo un poco. Puedo sentir mi boca y mi nariz llena de su esencia, de su aroma, completamente embriagador. Esta es la confirmación de que también me gustan las mujeres, algo que hasta ahora solo sospechaba por mis anteriores encuentros pero que ahora me queda confirmado.

El señor sacerdote decide darle un respiro a la romana, al menos se centra por ahora en satisfacerse con Brinda, pero la romana sabe que dentro de poco le llegará el turno de nuevo, apenas tiene tiempo de respirar, tampoco es que lo necesite, el placer que le proporciona Brinda es suficiente descanso para que ella pueda sentirse llena de energía lujuriosa y se abalanza sobre el sexo de la negra para colmarla de atenciones voraces utilizando sus labios, su boca e incluso sus dientes para pellizcarla aquí y allí, no solo en los labios, también en la parte interior de los muslos, estimulando cada nervio de la zona para que sintiera más todo su empeño por complacerla.

Lanzó mis azotes con mi mano en el culo de Brinda mientras la penetro. Cuando veo que ambas están apunto saco mi polla y la limpio las tomo del pelo y las acerco a mi.

Ahora chuparla hasta que me corra y después veremos a Marte que ya hicimos suficiente ritual. Ah y usar vuestras tetas para masturbarla también.

Y Mientras espero a que lo hagan mis manos van a sus clítoris y empezó a masturbarlas yo dándoles un incentivo

Lentamente la excitación por nuestros respectivos actos va subiendo hasta llegar al punto en que me siento al borde del orgasmo. Pero ese es el momento en el que el sacerdote decide cortarnos para que le hagamos una mamada.

Miro a Livia y pongo mis pechos con la polla el medio dedicándole unas mamadas a la parte que sobresale de mis pechos durante dos o tres movimientos antes de cederle el sitio a la romana y así ir intercalando entre ella y yo.

Mientras tanto puedo sentir la mano del hombre en mi clítoris, haciéndome gemir y elevando mi temperatura aunque intento aguantar mi orgasmo hasta conseguir que él tenga el suyo. Sin embargo no tardaré demasiado en no poder contenerme más y empezar a retorcerme de gusto mientras el orgasmo me sacude entera.

Se turna de buena gana con su hermana negra, con quien comparte un apasionado beso antes de relevarla completamente y se dedica a su tarea con ardor, estimulando el miembro del sacerdote con su boca y también con sus pechos aunque dado el tamaño de los suyos no podía hacerlo con tanta soltura como Brinda, pero le ponía entusiasmo.

Durante el tiempo que dura su turno, Livia hace un notable esfuerzo por aguantar su propio orgasmo pero le empieza a resultar muy difícil pasados unos minutos, las manos de Mars obraban milagros en su interior, pero Livia quería demostrar su disciplina y que podía aguantar esta carrera de fondo un poco más, hasta que el sacerdote llegara a su climax y poder acompañarle.

Aumentando las caricias y masturbaciones a ambas en un momento tengo una gran corrida en la boca de Livia y después en la de Brinda. A la vez que ambas se corren 

No os lo trageis aún les digo y pellizco sus clítoris y apartó mis manos de sus anexos empapadas con sus fluidos dejándolos caer en el cuenco que dejó antes y bebi un poco.

Luego me acerque a ellas y les ofrecí del cuenco. Acompañadme en mi viaje a hablar con Marte compartir conmigo la bebida de los dioses acompañada de mi semilla. 

les digo para que beban a la vez que tragan mi semen

Recibo la simiente de Mars en la boca y, cuando estéis por tragarla mientras recibo los últimos estertores de mi orgasmo, Mars me pide que no lo haga. Escucho lo que dice y afirmo conservando su semen en mi boca lo que provoca que puedas saborearlo un poco más.

Observo el cuenco que nos entrega el sacerdote y, con una sonrisa y un asentimiento (que hablar no puedo teniendo la boca llena) tomo el cuenco y bebo un poco de lo que queda tragando los junto al semen de Mars. Que por cierto, se me hace bastante sabroso. Luego entrego el cuenco a Livia, sabiendo que nos acompañará.

Retiene la simiente del sacerdote en su boca con el cuidado con que atesoraría un licor de valor incalculable y atiende con cuidado sus órdenes, toma el cuenco de las manos de su hermana y termina el contenido de éste mezclando con el fluido de su boca y lo traga despacio, paladeando y disfrutando los matices del preparado. Luego observa al sacerdote con devoción, esperando a que diera comienzo el ritual.

Empiezo a dar un discurso y una palabras a Marte mientras voy repitiendo el rito que tantas veces he vivido.

Beso el cuello de ambas mientras y las junto a mi pegandonos piel con piel cuando tomo a Livia y la levanto del culo sentandola encima de mi polla entrando a fondo en su coño y dejándome así.

Si vamos a ver a los dioses quiero vayamos juntos y unidos, quiero ir dentro de ti. Le digo quedándome ahí dentro de su sexo mientras beso su pelo con cariño.

Y mordiendo un pezón de Brinda y acariciando su espalda también con cariño y cercanía con las dos.

Los tres estamos unidos por Marte,como hermanos para siempre

Me agarro con un brazo de Mars y con el otro de Livia, pegando mi cuerpo a los dos para estar en todo momento cerca de ellos. Sin lugar a dudas. Marte es y siempre será mi patrón del mismo modo que ustedes son y siempre serán mis hermanos. Pase lo que pase en mí siempre tendrán alguien en quien apoyarse y confiar.

Sera rápido,pronto comenzareis a viajar y tener visiones como las oráculos,en ellas veréis cosas que después debéis contarme para poder interpretarlo ya que soy el celebrante y el sacerdote. 

Esas visiones serán las que os mostrarán a los dioses como un canal para llegar a ellos.

Livia es penetrada de nuevo por el sacerdote y responde con un gemido, terminando por quedar recostada sobre ambos mientras el bebedizo hacía su efecto, pero alcanza a oír las instrucciones de Mars.

Las palabras de Mars empezaban a sentirse raras mientras hablaba, siendo mas altas y a veces mas bajas. Mas alargadas al final mientras hablaba de los dioses. Dioses de roma por supuesto.

Entonces frente al altar de Marte vieron como la estatua casera estaba ahi y luego desaparecia. Como la oscuridad de las celdas se hacia mas presente. Aunque lo extraño para ellas era que el propio Mars parecia brillar o verse mas igual de bien que en el dia a pesar de la oscuridad.

Entre las sombras de las celdas se veian ojos curiosos, ojos de humanos y de bestias. Ambas igualmente se sentian seguras o eso deseaban en ese extraño mundo. Pronto sintieron una puerta cercana abriendose aunque no recordaban que estuviera cerrada. Mientras el altar empezaba a generar un calor reconfortable.

En su ensoñación, Livia trata de captar todas las sensaciones y señales que los dioses han dejado allí para ellas, se empapa de los sonidos, los aromas y las luces que sus ojos captan, comprueba con agrado que el honorable sacerdote está sin duda, imbuido de una bendición divina y que tenía que ser por eso que las sombras no se lo engullían, igual que el altar. La romana mira los ojos que las observan desde la oscuridad, sin duda deben ser aquellos despojados de fe, no merecen su tiempo ni su atención. Entonces se escucha el sonido de la puerta y Livia gira la cabeza para ver sobre el hombro de Mars para tratar de discernir quién se acercaba.

Voy observando todo con ojos curioso. Especialmente los ojos que nos observan desde la oscuridad. Aquellos parecen unos ojos de león, esos otros parecen de guepardo y aquellos de elefante. Aunque también hay otros que parecen humanos.

Sin embargo la visión de Mars pronto capta mi atención, y me quedo observando ese brillo que le rodea y que claramente le denota como alguien imbuido de alguna clase de poder divino.

El sonido de la puerta casi ni consigue alterarme mientras sigo fijándome en el sacerdote y en el altar. En cierto modo esto me recuerda a las visiones que describían los chamanes en mi aldea, así que me pregunto si será parecido. Pero lo que está claro es que Mars tiene alguna clase de bendición.

Me fijo en los ojos y en la puerta que parece se abre . No estaba cerrada qué extraño.

Me levanto con Livia poniendo sus piernas y caderas agarradas a mi para mantenerse en el aire aún con mi polla dentro de su coño y le doy la mano a Brinda para que venga con nosotros mientras me.muevo hacia la puerta que parecía se había abierto