Partida Rol por web

Niega con la cabeza.

- No siempre son sirvientes, normalmente depende de la posición y rango de quién ha muerto. Muchas veces son auténticos y valientes guerreros y guerreras que se ofrecen voluntarias para tal honor.

-Pues vaya honor...- musita, no queriendo ahondar más en el tema, su educación le impedía seguir haciendo valoraciones de un pueblo que no le había pedido opinión...pero ahora entendía más cosas sobre porque les llamaban bárbaros- Sólo...avísame si un día voy a llegar y voy a encontrar a nueve bárbaros colgados en el árbol del patio. Creo que el olivo no resistiria tanto peso.

Ríe mientras niega con la cabeza.

- Tranquila, no soy sacerdotisa. Yo no me encargo de esas cosas y además, dudo que me dejaran hacer eso aquí... Espero poder conformarme con un poco de leche de cabra para alguna ofrenda... ¿Qué es un olivo?

-La leche de cabra no es difícil de conseguir, a otros dioses de nuestro panteón también se hacen ofrendas de comida, bebida y frutas, seguro que no es un problema.- dice animándola- Un olivo es un árbol que produce un fruto que se llama oliva...esas bolitas verdes que a veces ponen como refrigerio durante los entrenamientos. No se si las has comido alguna vez. Se macera y se conserva para comerla al natural o se hacen óleos con ella.

Se queda pensativa unos segundos.

- Ah, un árbol que da frutos comestibles... Vale, lo entiendo. ¿También usáis setas? En mis tierras hay frutos que salen de arbustos, son dulces pero si comes muchos puedes enfermar. También usamos mucho la miel.

-Si, también aquí se recolectan setas en los bosques y en las praderas, los jóvenes van en grupos con un viejo sabio que les acompaña y el viejo les dice las que se pueden comer y las que no. Cuando esos jóvenes van aprendiendo y se hacen mayores, también enseñan a su vez a las nuevas generaciones.- explica, recordando cosas de su infancia- en estas tierras las setas nacen con la caída de la hoja tras el periodo estival y también cuando acaba el invierno, durante la estación de las flores. ¿Y en tus tierras? ¿también es así?

- Tras la época de las lluvias es cuando más se pueden encontrar, pero suelen ser habituales casi todo el tiempo... Nuestros bosques son húmedos y en las zonas más sombrías incluso cuando el sol más calienta podemos encontrarlas... También hay unas bolas que están bajo tierra... 

Se queda pensativa para ver si encuentra la palabra.

- ¿Trufas? Son muy raras y difíciles de encontrar...

-Trufas...si he ido hablar de ellas, muy exquisitas, no se si hay en la península, pero sé que las mayores remesas vienen de Hispania y de...bueno también de tierras germanas, claro.- dice casi en tono de disculpa pues otra vez volvían sobre el tema de los malvados romanos esquilmando las tierras conquistadas...y aunque Livia tenía su propia opinión al respecto prefería evitar tener más de un conflicto cultural diario con la germana o al final la relación podía deteriorarse. Por lo que la romana opta por carraspear y pasar de puntillas sobre el tema.

-Y en tu tierra...¿cómo es el mar? ¿Tenías cerca la costa de tu poblado?

- Si, es un pueblo costero con un río y un largo cerca... Con una hermosa y bella cascada a la que se llega adentrándose en un frondoso bosque... Cuando las aguas hielan la cascada de convierte en una hermosa escultura... Tenemos pesca abundante y el salmón es uno de los peces más sabrosos...

Hablaba con añoranza y melancolía sobre su tierra, claramente echaba de menos el lugar en el que había crecido...

-¿Congelarse una cascada? ¿De verdad eso es posible? vaya...no me lo imagino...- dice la romana, sumamente impresionada, tratando de hacerse la imagen mental de aquél espectáculo.

"Se escucha muy hermoso..." dice la mujer que ambas conocen. No sabian como la habian detectado antes, bueno Livia esta herida y tal vez la germana esta muy encerrada en sus recuerdos. "Eso tal vez no podemos traertelo, pero trufas y hongos si." comento a la germana.

"No se si le contaste a Livia, el hidromiel que te conseguimos antes y con el famoso cuerno." comento la mujer como si se integrara rapido a la conversacion.

Luego fue con Livia y le dio un tarrito con un liquido. "Tomatelo. Asi no sentiras el dolor." comento y te imaginabas por el olor que era adormidera. "Te ire poniendo un enpaste en la espalda. Me dijieron que se abrio la herida." comenta aunque se pone a ver la herida si era tan grave.

Sonríe cuando escucha las palabras de Verina y asiente.

- Si, se lo dije; aunque no recuerdo si le comenté lo del cuerno... Ya le dije que intentaría conseguir más para que lo probara.

Se quedó un poco más por si la necesitan para algo.

-Hola Verina, no te oí llegar.- dice Livia incorporándose suavemente hasta quedar sentada- Es cierto, ahora que eres la líder es tu deber conseguir más hidromiel. - comenta con una suave risotada mientras cogía el vaso de infusión de las manos de la sirvienta- me cuidas demasiado.- añade mientras le muestra la espalda.- No fue nada en realidad...- la romana trata de quitar hierro al asunto pero lo cierto es que un par de las fisuras más profundas se habían abierto y supuraban algo de sangre.

- Lo siento... No debería haber dejado que hiciera ese ejercicio con tanto ímpetu... Asumiré las consecuencias.

Dice con tono apenado.

“Hola.” saluda la mujer, tras darte una mirada. Luego mira a Soenya. “Me contaron que la cuidaste, no que le hiciste daño.” comento ella y volvio a mirar a Livia antes de preguntarle. “Te lastimo ella?”

Tras recibir la pregunta que esperaba que fuera una negacion se calmo y empezo a sacar el empaste, pasandolo suavemente por las manos. “Lo que si me contaron es que hablabas mal de Roma. Algo de que las mujeres somos mas debiles.” comento ella ahi si mostrandose algo mas agresibva o molesta.

“Permiteme. Hare como la egipcia.” dice dispuesta a tocarle la espalda si se lo permiten.

- No podéis ir a la guerra, no podéis estar en los consejos de ancianos o líderes, no podéis liderar ejércitos, no podéis liderar pueblos, no podéis escoger esposo... Para mi gente, eso son mujeres débiles... Allí, nosotras cuidamos de las casas y los hijos, nos reunimos para tratar temas de importancia para los pueblos y cuando muchos hombres de van a guerrear nosotras nos quedamos para proteger al pueblo con nuestras espadas o hachas... Eso cuando no vamos con ellos como guerreras... Incluso podemos escoger luchar estando embarazadas... Por eso, para mí y mi pueblo, sois más débiles... ¿Qué podéis hacer aquí en Roma que pueda hacerme cambiar de opinión?

-No no...claro que no...yo le insistí para que saliéramos a practicar.- se apresura la romana a negar, con cierta premura para que Verina se despreocupara, mas luego vino la otra pregunta o más bien, afirmación de la sirvienta y Livia tuvo que callar, pues no iba a mentir, pero debían tomar nota...los guardias oían tanto o más de lo que veían, debían andarse con ojo.

-Supongo que nada, Soenya, si no quieres ver el poder que tiene una mujer más allá de lo que se puede ver, nadie te lo puede mostrar. Ya te expliqué en qué consistía el sutil arte de la manipulación, algo que las mujeres romanas, sin importar su clase social, han tenido que aprender más tarde o más temprano al enfrentarse a algunos hombres. Mi madre no me lo pudo enseñar, no lo necesitó con mi padre...por eso yo debí aprender a usar la lanza.- explica mientras vuelve a tumbarse con cuidado en el camastro para dejar que Verina le aplique el emplasto justo después de tomar la adormidera.

Verina esucho y asintio a Livia cuando ella termino aceptando la culpa, calmandose al menos ahi. Empezandola a cubrir con el empaste ahi donde estaba la herida haciendole sentir un frio en la espalda y algo de dolor por la herida pero pronto se alivio.

Pero las de Soenya la hicieron negar. "Podemos estar tranquilas." contesto verina sonriendo, entonces se puso a pensar en su respuesta ya que parecia no ser facil convencerla. "Lo que me dices me hace pensar que tu pueblo es debil. El nuestro puede hacer guerras en muchos frentes y aun tener hombres para defendernos. Las mujeres no necesitamos tomar las armas porque estamos protegidas. Ustedes parecen hacerlo porque no solo no tienen suficiente poblacion sino que ademas parecen vivir en constante guerra. Roma es segura porque no recibe ataques, no necesitamos ni pelear ni cazar." le explica con orgullo en especial esas ultimas palabras.

- ¿Si hacéis guerras en muchos frentes no es porque se quiere abarcar demasiado? En una situación normal una roca aferrada a la tierra no podría ser movida por el agua pero dale tiempo al agua y destruirá a la roca... ¿Tanto necesitáis a los hombres? ¿No tenéis acaso una diosa de la guerra? Si se vive en constante guerra es porque Roma intenta conquistar la tierra de nuestros ancestros... Nuestras tierras sagradas...

Dice algo hastiada.

La romana ya sentía como la infusión comenzaba a hacerle efecto, al principio se asustaba de los primeros síntomas pero la debilidad momentánea se compensaba con la ausencia de dolor y pesadillas que la planta le aseguraba. 

Sin embargo se las arregla para mantener los ojos abiertos unos minutos más, gracias a que la infusión no era tan fuerte como las que tomaba los primeros días:

-No, germana...no tenemos una diosa de la guerra como tu dices. O como tú la imaginas. Minerva es nuestra diosa de la sabiduría, las artes, patrona de artesanos, protectora de Roma...y también de la estrategia militar. - dice con un tono paciente y un leve alzamiento de cejas- Esa es la fuerza de las mujeres...la mente...pero mira Soenya...- su tono cambia y se vuelve algo más autoritario, más frío y directo- ...ya me da igual lo que creas, nunca he pretendido convencerte de las virtudes de Roma, al menos no intento hacerlo por mi...si no por ti.

Deja pasar unos segundos para observar si la germana le seguía prestando atención, o tal vez para ordenar sus ideas:

-Como ya has visto...las paredes tienen oídos...igual que Verina te ha oido, cualquiera ha podido hacerlo. Cualquiera ha podido escuchar cómo hablas mal de Roma, de sus hombres y mujeres, de sus soldados, de nuestra cultura y nuestros dioses. A mi no me ofendes, entiendo que no quieres herir mis creencias, pero yo no me considero superior a ti, nunca lo he considerado así, ni siquiera cuando era tu líder, algo que si los dioses son justos, no permitirán que vuelva a estar en esa posición.- añade con una sonrisa.- A lo que voy es...¿quién crees que va a darte tu ansiada libertad? ¿Crees que la vas a conseguir tu? Estás muy equivocada...tan solo una pequeña parte de la decisión de conseguir tu libertad depende de ti...esa parte la tienes controlada en parte; sabes como dar un buen espectáculo y saben mantenerte callada cuando eres consciente de que todos te observan. Eso está bien...-Livia bosteza sin poder evitarlo y sacude un poco la cabeza-...pero no es suficiente. Para conseguir la libertad no solo debes vencer...debes convencer. Debes hacer creer a todos que has asimilado el imperio...debes mostrarte inferior a los romanos incluso en la intimidad. Incluso cuando creas que nadie te ve...sobretodo cuando creas que nadie te ve...sólo así les convencerás de que su estupendo proceso de asimilación ha dado su fruto y han conseguido que una terca y salvaje germana aprecie la virtud de Roma. A nadie de ahí fuera -se refiere a fuera de la celda-  le importa una mierda tu cultura...tus dioses...tus tradiciones. Les parece bien mientras puedan reírse de ti, he visto como obligaban a celtas a comer carne cruda y vísceras sólo porque los patricios consideran que eso es lo que hacen los de sus tribus. -suspira pasándose una mano por la cara- En resumen...el mejor consejo que puedo darte es...mira a Marcus... y mira a Duilius...en ellos tienes el mejor ejemplo de lo que hay que hacer para encaminarse hacia la libertad y conseguirla.