Partida Rol por web

-¡Chicos, seguid disparando, que habla como un idiota acabado!.-

Concentrándose, Aeliza mueve las manos y el enorme cristal azul incrustado en el árbol se desgaja y se mueve hacia ella quedándose flotando a su lado, la mujer posa una mano en su superficie que rila con miles de diminutas luces blancas.

Luego se dirige hacia uno de los vehículos.

Con el Lado Oscuro de su lado, Lia sintio recorrer la enrgía por todo su ser. Sonrió de nuevo. Volvía a sentirse fuerte, grandiosa, letal, llena de vida y portadora de muerte. En un milisegundo pasaron por su mente miles de formas de librarse de las ataduras que las ramas mantenían sobre su persona.

Con un solo pensamiento la Twi´Lek concentró toda su Fuerza en la Telekinesis. Su mirada como infalible visturí, escoje un primer objetivo al que domeñar. La rama que tiene presa su mano. La mano de la muerte roja. La mano que esgrime la portadora del dolor. Su sable de luz. La luz roja de la muerte... la muerte roja.

Bastaron dos pasadas con su sable para cortar las ligaduras que intentaban destrozarla. Qué ironía. Un ruido sordo acompañó su gracil caída al suelo. Eran las mismas prisionesras que le habían cogido y retorcido. Ahora ellas eran la que se retorcían inertes en el suelo.

Entoces lo notó. Uno de sus brazos estaba roto, quizas por más de un sitio. Pero Lia no lo notaba, no quería notarlo,  no podía notarlo... ahora no.

Al lado del árbol Lia se tomó otro segundo para ver la situación de todo y de todos. No quería que la volvieran a cojer desprevenida. Ahora era ella la que necesitaba dominar la situación, ser la mano del títere. Al igual que con su queridisimo Ruust, el que la compró siendo niña, la vistió de puta siendo joven y la miró agonicamente mientras ella le cortaba el cuello.

-Maldita ¡Deja el cristal!.-Skarus se concentra y rayos azules salen disparados de su mano hacia Aeliza, que los desvía con un gesto de la suya. Sin siquiera darse la vuelta, Skarus, dándose cuenta que no puede con la mujer a tanta distancia con su truco de la fuerza los redirige contra los soldados, reduciendo a tres de los seis a chatarra. Pero ahorrándose varios futuros golpes de las armas de los esbirros, que disparaban con puntería pasmosa blásteres de repetición.

Mudir dudó. Internamente se debatía. Tantas cosas que quería hacer. Tantas posibilidades distintas. Sin embargo, el tiempo era escaso, y tenían que matar a Skarus y salir de ahi antes de que los Jedi se dieran cuenta. Si se daban prisa, quizás podrían incluso escapar en la nave antes de que ellos pudiesen volver a la suya y preparar las baterias. Esperaba que el resto de sus tropas estuviesen haciendo un buen trabajo en la batalla por destruir el escudo.

Sin pensar ya, y ahora concentrado en su objetivo, Mudir se preparó para lanzarse al ataque a por el que ahora era su objetivo prioritario, por mucho que le pesase.

Apoyandose en la pierna izquierda como de costumbre, Mudir salió despedido hacia adelante. La idea era sencilla, subir a través de las ramas para así caer sobre Skarus. El sable rojo brillaba a su lado. Murbella y Selfeth estaban a su lado, sabiendo lo que iba a hacer en el mismo intante en que Mudir comenzó a correr, atacaron juntos, como hacían antiguamente. Selfeth nunca había combatido tan cerca de su señor, y parecía sumamente concentrado para agradarle. Quién sabía lo que pasaría si Mudir se decepcionaba con su actuación. Y sobretodo, qué le depararía el futuro en ese caso.

Al llegar al punto de inflexión de la rama, el minion entendió que era el mejor momento para saltar sobre su presa. Prestandole atención como estaba a Aeliza, sería aún más chocante el hecho de que le atacaran desde arriba. Con el sable laser por encima de la cabeza y la punta por delante. Mudir saltó con las piernas abiertas hacia Skarus, esperando transpasar sus defensas mientras sus esbirros atacaban a la vez. Mudir solo, era letal, y acompañado, mucho más mortífero aún.

Murbella y Selfeth, comprendiendo las intenciones de Mudir corren a su lado, y le siguen, Selfeth trepando como un mono hasta una rama que puede recorrer y Murbella de un ágil salto.

Ambos flanquean en el ataque a Mudir atacando a Skarus desde los lados.

Pero son incapaces de traspasar las defensas de su poderoso enemigo que bebe contínuamente del poder del Lado Oscuro de la Fuerza. Como una exalación para el ataque de Murbella, parte en dos el Vibrofilo de Selfeth y detiene también el vibrofilo de Mudir.

Sin demasiado esfuerzo.

-¿Te crees niñato que eres como tu señor? ¡Todos esos ataques tan hábiles que haces nos los enseñaron a la vez antes de que él te los transmitiese! ¿Crees que llegas a su nivel? ¡Ahora verás la furia de un verdadero señor del sith!.-

Toda la sala empieza a temblar levemente y empezáis a tener una idea de lo que ha pulsado Skarus en su cinturón. Explosiones sordas se sienten más que se oyen a lo lejos y si teníais alguna sensación de seguridad, ésta desaparece en un mar de claustrofobia.

Krona notaba el leve temblor de la sala. Sabia que eso era sólo el principio. Si no eliminaban ya a Skarus lo más seguro es que no salieran vivos de allí.
No es que le importara morir por su maestro, pero prefería no hacerlo si fuera posible.

El viejo imperial observaba quieto toda la escena. Veía como Skarus detenía todos los ataques que le lanzaban, como contratacaba y como parecia creer que iba a salirse con la suya. Eso no sucedería.

En cuanto Mudir cayó sobre Skarus, Krona se movió. La maniobra de su compañero era perfecta, pero estaba claro que estaba preparado para ellos. Con un poco de suerte no lo estaría para él.
Moviendose rapidamente, Krona salvó la distancia que los separaba. Los esbirros de Mudir habían atacado por los flancos, Mudir de frente. Él lo haría por la espalda. Sin ningún pudor o remordimiento por ello.
El sable de color indigo realizó una x a la espalda del lord sith,
 

Era la hora de la verdad, todos tenían que hacer lo posible por acabar con su enemigo antes de que todo se viniera abjado. No sabían que macabra idea había puesto en marcha Skarus, pero la empezaban a notar.

Sus compañeros volaban hacia las ramas en un intento de acabar con Skarus. Tarde vio el ataque combinado de Mudir y sus secuaces, pero sí que vió como Krona saltaba a la espalda de este un segundo más tarde que Mudir.

Era el momento. Concentrándose en la Fuerza, la joven Twi´Lek estiró la mano mientras Krona hacía su ataque. Su objetivo, el sable de luz de Skarus. Si lograba desviar la hoja aunque solo fuera unos centímetros, Krona haría blanco en su enemigo, siendo el principio de su fin.

Después de concentrarse en Skarus ysu sable de luz, Lia miró disimuladamente la situación que la rodeaba, por supuesto empezando por su maestra. Quería saber qué es lo que estaba haciendo y cómo se las arreglaba para salir de la situación.

También, y recordado lo que su maestra le había mostrado en sus pensamientos, quería saber dónde estaban esas tremendas bolas de energía oscura (no me acuerdo como se llamaban) que deseaba poseer Aeliza.

Y por último, y no menos importante, quería saber cómo pòdía salir de ahí... aunque la forma de entrar de los soldados le había dado una manera bastante obvia de escape.

Krona también salta y se encarama a la enorme rama desde donde Skarus está defendiéndose del ataque de Mudir y sus dos esbirros.

El señor del sith cambia el agarre de su arma y se gira para desviar el ataque de Krona... pero algo hace que su movimiento no sea tan perfecto, ya sea la habilidad del atacante, las heridas anteriores o una fuerza telekinetica que desvía su maniobra.

El hoja luminosa de Krona pasa por debajo de su guardia y vuelve a hincarse en su costado, no en la espalda como pretendía el aprendiz sino que el corte es a la altura de los pulmones y es tan profundo que llega desde un lateral al esternón. El segundo golpe es más oblicuo y corta otro pedazo de carne...

Skarus chilla y deja caer su sable de luz, las energías abandonándole mientras se derrumba a los pies de los cuatro atacantes. Trata de inspirar aire mientras por su boca no sale otra cosa que sangre negra.

-Nuestro trabajo aquí está hecho, vamonos chicos.-Dice Aeliza a sus tropas supervivientes que entran con ella y con el cristal por la escotilla en la parte de atrás de uno de los vehículos, que empieza a moverse y a darse la vuelta.

Aquí podéis ver un vehículo desde el otro lado, con la escotilla por donde se entra o se sale.

Las heridas de vuestro enemigo harían que cualquiera hubiese muerto instantáneamente pero Skarus desde el suelo alza sus brazos hacia vosotros y murmura unas palabras como queriendo deciros algo.

-Elll...s...peligggg..cof-esputa sangre negra.-ggg...da la Fue..-

Murbella coloca su sable justo encima de la tripa de Skarus mientras Selfeth saca un bláster y apunta a su cara.

-¿Mudir?.-