Partida Rol por web

Pasan otras interminables ocho horas, la tensión se palpa en la nave...

Volvéis a salir del Hiperespacio en mitad de la nada.

-Tengo un contacto en la pantalla, está a sólo 12.000 kilómetros-

Al final algo ocurría algo interesante dentro de la monotonía del hiperespacio y sus horas interminables en presencia de gente a la que no soportas ni quieres aguantar. Dentro de esa sensación, ese pequeño punto era una interrupción en la rutina por el que merecía la pena brindar.
Pero por más ilusión que me haga recibir al nuevo, simepre está la posibilidad de que sea un asqueroso y rastrero lameculos que no haga más que darle pompa a Diss y su apestoso ego. Por lo que me obligo a medir mi tono como si no resultara interesante la visita por si acaso encajaba en la anterior descripción.

- Estupendo, seguramente sea el nuevo. - le respondo con bastante desinterés - ¿Que ordena señor Diss? Desea que le dejemos seguir vagando por el espacio o vamos en su búsqueda?

-Avance hacia su posición para tener una buena lectura de su nave, él probablemente no sepa donde nos encontramos debido a el sistema de ocultación de esta nave... que espero que esté conectado-

- Si señor...

En verdad resulta insoportable, ni que fuéramos una panda de novatos simplemente por no lamerle las botas y levantar la patita a una orden.

¿Qué se habrá creído?

Me pregunto, pero sigo sin obtener mi respuesta y por evitar mirarle me dedico a fijarme en los sensores pese a que también los esté haciendo Gladriss.

Es un Caza de pequeño tamaño.

Un Cazacabezas Z-95 modificado con Hiperimpulsor, o eso es la concordancia más próxima que te dice el ordendador.

Hago avanzar la nave hacia el caza, al tiempo que abro las comunicaciones internas para avisar a la oficial que le tenga a tiro por si acaso. Luego llamo al Z-95 exigiéndole su:

- Identificación.

Pronuncio la palabra fría como el hielo. Esperando la reacción del caza ya sea su respuesta o algún otro tipo de maniobra que de luz verde a Madrian para abrir fuego.

En pantalla aparece un Shivastaniano, un alienígena con aspecto lobuno, contesta desde lo que veis es la carlinga de un caza.

-Aquí Ravid Moon, espero que seáis mi contacto u os transformaré en polvo estelar-

Curioso.

Pienso para mis adentros con una sonrisa en los labios al verlo en pantalla. No podía imaginarme ese tipo de criatura acatando órdenes fácilmente, tenía pinta de necesitar que le demostrasen la fuerza de uno antes de considerarlo el jefe. Por lo que Diss iba a encontrarse en un verdadero aprieto si se valía solo su enorme ego para convencer al shivastaniano.

- ¿Cómo volarás algo que no puedes ver Moon?

Comento otra vez burlona y levanto el sistema de ocultación para que sea capaz de acercarse a nosotros. Seguramente desconocería que estábamos tan cerca.

- Enganche ese cazacabezas cuando esté listo.

-Jajaja, los sensores no os veían, pero la Fuerza me diría donde estáis, pero creo que sois mi contacto-

El cazacabezas maniobra para acoplarse con vuestra nave, se deja atrapar en el mini rayo tractor que le guía a la exclusa (que extiende un tubo que tapa toda su cabina).

-Caza acoplado, ¿procedo a abrir la escotilla?-

-Gladriss, tome los mandos, Indala, vayamos a saludar al nuevo contacto-

- Vale - hijo de boñiga de xorn - solo déjame coger el rifle. No me fío de una cosa con tanto pelo encima.

Recorréis la nave hasta llegar al lugar donde se bifurca para dar a los cuatro salidas de cazas (sólo dos de las cuales están ocupadas en el momento, una es la del caza Ala-A que llevábais y la otra es el Cazacabezas del nuevo).

Saliendo de la escotilla y quitándose un casco de vuelo veis a un enorme hombre lobo Shivastaniano, lleva un mono de vuelo y un cinturón de herramientas entre las que distinguís un sable de luz.

-Saludos, ¿quien de vosotros es Diss?- pregunta

-Yo soy Diss, y ella es Indala, somos discípulos de Darth Quarum, ¿puedes decirnos algo de los ataques?-

El shivastiano visto de cerca era aún más asqueroso si cabe, pero por lo menos no sería un lameculos lo cual resultaba reconfortante. Además el sable luz que colgaba de su cintura indicaba que más valia no provocarlo, por lo que me alegré de traerme mi rifle conmigo.

-Mi maestro lo no comparte todo conmigo, pero mi misión es que acabéis vivos este trabajo, y otros que me han dicho que vendrán después, al parecer hay alguien que sabe que nuestros maestros existen y está tratando de estorbar nuestras operaciones-