Partida Rol por web

Poco a poco, los demás comenzaron a salir de la enfermería dispuestos a buscar por la Rayo Azul. Parecía que planeaban dejarlo descansar, y no los culpaba. Pero, a medida que gradualmente los calmantes alejaban el dolor de su cuerpo, Nihal sentía que parte de sus fuerzas regresaban. Tal vez lo suficiente como para ponerse en pie… siempre que pudiera bloquear su pierna herida y tuviera unas muletas a mano.

-Kara… necesito algo que me sujete la pierna. –Terminó por pedir a la noble. Por el momento, sólo ella había demostrado tener cierta idea de medicina. –Una tablilla y… vendas. Creo que podría levantarme.

Pero fuese lo que fuese, aún tardaría en estar preparado. Así que mientras esperaba, cerró los ojos y se dejó arrastrar por el vacío que seguía sintiendo en su interior. Los demás buscarían el posible localizador en la nave, pero él… debía buscar algo mucho más importante.

Su espíritu tocó la Fuerza que los rodeaba, se expandió y creció a medida que se mezclaba con ella. Tras sus párpados cerrados, tal unión se asemejaba a contemplar un cielo estrellado, cada brillo representando las vidas de cada criatura en la galaxia. Pero su tarea no era deleitarse en esa sensación. Nihal estaba tratando de descubrir en ese onírico mar de estrellas la luz de la persona que estaba buscando. La luz de Kai Saaris. De su madre.

Necesitaba saber si seguía viva… o si su luz se había apagado para siempre.

Red llegó a la carlinga y se puso en su puesto de copiloto y empezó a manipular la consola para intentar averiguar de dónde procedía la señal, si es que la había, que estaban usando sus enemigos para seguirles. A su espalda, Chispa buscaba otro salto que les llevara a otro sitio cercano y a la vez calculaba la ruta para Kiy'Adora.

Mientras trasteaba con la computadora, la copiloto no se pudo resistir y preguntó a M1.

-Chispa, has mencionado antes que conocías a la madre de Syraan, que erais amigos -comenzó a decir sin dejar de manipular los controles del ordenador del Rayo Azul.- ¿De qué la conocías? ¿y dónde os conocisteis?

A pesar de haber cambiado a modo protocolo, KP no intervino en la discusión, era una conversación entre humanos y no le habían pedido intervenir, aunque era a todas luces evidente que el porcentaje de éxito en la negociación de Nico, a juzgar por el tono de las voces y su contenido era extremadamente bajo. 

Con la conversación momentáneamente terminada, que no zanjada pues quedaban muchos “flecos” por resolver, atendió a la nueva tarea asignada y esperó a que Kara decidiera la ruta dentro de la nave para realizar la búsqueda, si bien no tenía problema alguno de hacer de “cicerone” e irla enseñando los entresijos de aquella nave.

- Un pequeño paseo y centrar la mente en otra cosa puede ayudar a ver las cosas con perspectiva - dijo tratando de romper el hielo y para ayudar a la humana a relajarse un poco.

La situación en la enfermería había sido tensa y ciertamente convenía que los ánimos dentro de la nave estuvieran calmados. Todos los estudios humanos decían que las mejores decisiones se tomaban siempre con la mente despejada.

- Puedo sugerirle que busquemos por aquí - aventuraba a decir de vez en cuando.

Fui a contestarle algo a Nihal levantando la mano pero parecía sumido al fin en un profundo sueño. Bueno, descansa un poco, ya hablaremos de tu versión de la historia.

- Bueno como mi "compañero" de búsqueda esta en la enfermería supongo que me toca buscar solo...

Digo mientras me escabullo y entro en mi camarote a leer una revista, no había conseguido nada de pasta de los estirados que nos contrataron y el trato empezaba a oler mal por todos lados... Ojala Red me dejara meter alcohol en la nave, necesito un buen trago. Paso la pagina enfurruñado y sigo tirado.

Salió con Syrran, empezando la búsqueda del posible localizador.

- Es divertido buscar algo que igual no está en la nave. Un localizador es... uhm... tiene la forma de... bueno, pueden ser de muy variadas formas. Supongo que si vemos algo fuera de lo normal tal vez demos con ello.

Kara relajo su rostro a su estado habitual cuando la conversación finalmente se calmo, Nicoda no volvió a nombrar el dinero lo que Kara interpretó como que no había nada que discutir y que el trato seguía en las mismas condiciones.

No tengo las respuestas que a buen seguro merecéis, mi madre podrá responderlas así que si queréis conocer la verdad de vuestro linaje deberéis acompañarme hasta ella. Te echaré un vistazo a esa pierna.

Antes de ir a su ruta, Kara reviso la pierna del joven para intentar aliviar sus molestias

Kara asintió al droide cuando le indico su preferencia, parecía distraía sin prestar demasiada atención parecía algo ausente en sus propios pensamientos.

Buscar un localizador a simple vista me resulta algo estupido... podría ser cualquier cosa o estar en el casco de la nave, si es que existe claro. ¿No deberíamos centrarnos en buscar algun tipo de frecuencia?

No dijo nada ante la instasifactoria respuesta de Kara. Acarició la frente de su hermano tratando de no tocar ninguna herida para no provocarle más dolor y se fue con Lev. Atendió a la explicación del guardaespaldas mientras trató de ayudarle a encontrar aquel aparato. Sobretodo buscó cosas que no estuvieran enganchadas a algún sistema de la nave.

La búsqueda la estaba sirviendo de mala manera para no querer hacerse un ovillo y simplemente llorar, trataba de apartar ese sentimiento de si, pero no era fácil. -Tengo que preguntarte una cosa. Cuando nos llevaron ante los de la Orden Gris y bueno... canalicé la Fuerza de esa persona para intentar apartarnos de ellos tu te lanzaste contra el que tenía la piel azul. ¿Por qué? -La verdad es que cuando el mercenario se abalanzó a por el que podría ser el líder de aquel grupo de la Orden temió porque se quedara solo al otro lado del parapeto que estaba formando.

Durante la siguiente hora de viaje, M1 mantiene vuestra nave realizando saltos erráticos por el hiperespacio. Los motores están en buen estado, y no han sufrido desperfectos, pero los saltos suponen un gasto extra en combustible de coaxium. Al menos, así podéis estar seguros de que si os siguen, les costará más de lo que parece. 

Mientras la nave realiza saltos múltiples y muy breves, vosotros recorréis su interior. Syraan hacía siglos que no pisaba una nave, y esta parece bastante mejor equipada de lo que estaban los trastos en los que surcaba el espacio cuando era una cría. La búsqueda, en todo caso, es infructuosa: en el interior de la nave no encontráis localizador alguno.

Lo que si os percatáis, mientras pasáis delante del camarote del capitán un par de veces dando vueltas, es que Nico se ha metido ahí dentro y no ha salido. No sabéis lo que hace, pero colaborar no colabora en la búsqueda.

Mientras la nave realiza saltos múltiples y muy breves, vosotros recorréis su interior... Exceptuando un par de pequeñas zonas desgastadas por el pasillo, la nave se conserva adecuadamente. La búsqueda, en todo caso, es infructuosa: en el interior de la nave no encontráis localizador alguno.

Lo que si os percatáis, mientras pasáis delante del camarote del capitán un par de veces dando vueltas, es que Nico se ha metido ahí dentro y no ha salido. No sabéis lo que hace, pero colaborar no colabora en la búsqueda.

Durante la siguiente hora, disfrutas de tu merecido descanso. Ha sido un día largo. Tirado sobre tu catre, aprovechas para leer la revista y distraerte un poco.

Durante la siguiente hora, trasteas con el ordenador de la nave y sus sistemas. Buscas emisiones de onda en todo el espectro, intentas captar cualquier señal emitida, miras a ver si alguien a tocado los sistemas... Lo único que te parece encontrar es que de alguna forma bloquearon los accesos a la nave en algún momento, pero nada más. Si estáis mandando alguna señal, está en un nivel indetectable para la propia Rayo Azul, y no estás muy segura de que algo así exista.

Puede que te hayas dejado algo, pero estás bastante segura de que no, no os han puesto ningún localizador.

- Lo siento, no puedo decirlo - dice Chispas -. Es información clasificada. Ni siquiera Kara sabía nada de eso, y es mi mejor amiga, la conozco desde que era un bebé. Mi programación me permite reconocer que conocía a Kai, y que eramos amigas, pero no puedo atestiguar nada de sus encuentros. 

Luego, al poco rato, te dice.

- No me tradujiste cuando te lo pedí, y tu capitán es un capullo. ¿Por qué entró al templo, eh? Nihal dice que intentó robarles... ¿Seguro que no es maloso? - pregunta con toda inocencia. Al menos parece que de ti si se fía. 

El droide astromecánico parece ocupado en fijar los saltos de coordenadas. En determinado momento, aprovecha para decirte.

- Kiy'Adora está a dos parsecs de aquí, según vuestro ordenador - explica -. Es un sistema vacío, sin intereses mineros. Solo hay un planeta en zona de habitabilidad, pero no se conoce vida inteligente y es completamente oceánico. Los datos de astronavegación son muy, muy viejos, así que el salto nos llevaría medio día al menos. Lo he dejado preparado para cuando queráis.

Te sumes en la Fuerza.

En la nada. En todas partes. En lo que conecta y en lo que rompe, en el mar de conexiones que enlaza la Galaxia. Te dejas flotar en ella, tratando de borrar de tu mente el odio (Nero), el miedo (el Gris), el dolor (tu cuerpo), la tristeza (tu madre). Con los ojos cerrados, en puro trance, te dejas flotar.

"No podéis sustentar vuestros actos en visiones difusas. ¿Os fiarías de un rumor que os hubiese contado alguien que no conocéis? Quizás sea verdad. Quizás sea parte de la verdad. O, puede que fuese una completa mentira. No es distinto con la Fuerza. A través de ella podéis percibir el pasado, el futuro, pero en muchas ocasiones lo que uno pueda ver no tiene porqué ocurrir." 

Las palabras de tu madre, pronunciadas ese mismo amanecer, tan cercano y a la vez tan distante, rebotan en tu memoria. Como un eco.

"Ella afianza sus pies en el suelo. Su brazo izquierdo sostiene el sable, el viejo sable. Sabe que quizás debería haber entrenado más. El brazo derecho yace en el suelo, sesgado, humeando por el corte. El dolor es cegador, pero deja que la Fuerza la proteja. No necesita demasiado. Solo resistir el tiempo suficiente.

El hombre enfrente mantiene las distancias. La máscara refleja la lluvia, la oscuridad de la tormenta embravecida." 

La imagen es un lapso. Un instante. Un eco, que reverbera.  Tratas de buscar algo, un indicio de que tu madre...

"Dos niños, de espaldas a ti, contemplan un cielo enrojecido por las llamas. Observan la silueta de un enorme destructor cuyo bombardeo convierte todo en escombros a su paso. Los niños se abrazan."

De algún lugar, te viene esa escena. La Fuerza te arrastra, te impulsa, te...

"Te ves en una enorme plataforma flotante. Luz, luz por todas partes. Sostienes un haz de luz en tus manos. Al fondo, el Gris flota entre un enorme halo de luz. Detrás tuya una carcajada. Te vuelves. Nero se abalanza con su sable gris brillando hacia tu rostro."

Como sea, tiras de los hilos. De tu madre. En busca de algo. 

"Agua. Lo que ves es un charco empapado de... Sangre. Kai no se sostiene en pie y observa ese mismo charco debajo suya. Su pierna izquierda yace desgarrada a un lado. El Gris avanza hacia el bosque, dejándola a su suerte. Va a por Nihal. Así que Kai levanta la mano, y extiende todo su poder hacia él. Y el hombre se para. El esfuerzo de sostenerle es demoledor, absurdo... Pero entonces alguien aparece junto a ella. El aprendiz, de piel azul. Su sable gris se hunde en el pecho de Kai. Su fuerza se escapa. Se derrumba, liberando al Gris de su presa. El aprendiz la sostiene, evitando que se caiga al barro. Kai observa su rostro, sereno pero apenado, mientras la oscuridad se apropia de ella..."

La imagen desaparece. Quieres aferrarte a ella. Pero...

"Todo espira. El mundo espira. Converge. Principios que son finales, finales que son principios. Pero al final, los destinos se entrelazan y por ello, porque la Fuerza así lo ha querido, los nuestros se han entrelazado."

Y con esas palabras, perdidas en el tiempo, de una voz que crees reconocer, abres los ojos sobre la camilla de la nave.

Kara no tenía esperanzas de encontrar aquel artefacto, prestaba más la atención al contexto de lo que estaba sucediendo en la nave. Nico parecía estar encerrado en su camarote, seguramente contrariado por la negativa a sus pretensiones, la nave parecía aguantar y aun con algún problema parecían avanzar.

¿Tu conoces a Nico, sabes que hace?

Lentamente, mientras los últimos ecos de su visión se extinguían, los ojos azules de Nihal se abrieron de nuevo. Mientras su conciencia regresaba al presente, dos lágrimas cayeron desde ellos, dejando sobre su rostro una línea brillante como la de una estrella fugaz. Una estrella que se apagaba. Miró a su alrededor. Estaba solo. Supuso que había estado más tiempo del que esperaba en el trance, y el resto estarían buscando el localizador.

Un dolor sordo y pulsante ardía en su pecho, como si hubiera hecho suya la agonía que había sentido en su visión. Y en parte, así había sido. Sentía un terrible vacío en su interior, que pugnaba por llenarse con algo. Con un esfuerzo supremo, alejó de su mente la tristeza y la rabia y trató de concentrarse en lo que debía hacer. Tal vez la acción alejara la oscuridad de sus pensamientos. Pero para eso, tendría que moverse.

Kara había atendido su pierna, ciertamente, pero aún necesitaría algo más de soporte si quería usarla como apoyo. Miró a su alrededor, hasta que localizó unos cilindros plateados. No estaba seguro de su utilidad real, pero supuso que podría utilizarlos como unas muletas improvisadas hasta que encontrara algo mejor. Una vida en la selva le había ayudado a ser práctico.

Se decidió a incorporarse. Pero cuando sus músculos se tensaron para hacerlo, incluso a través de la bruma de los calmantes, una nueva oleada de dolor se extendió por su cuerpo. Apretando los dientes, lo ignoró y se aferró a los bordes de la camilla hasta que logró quedar sentado en ella.

El siguiente paso fue más sencillo. Dejarse deslizar hasta apoyar la pierna sana y probar sus fuerzas. Después, apoyándose en la pared, cojeó trabajosamente hasta sus nuevas “muletas” y se hizo con ellas. Apenas había recorrido tres metros y ya sentía su respiración entrecortada y la espalda cubierta por un sudor frío. Pero no había llegado tan lejos para rendirse. Así que, paso a paso, avanzó hacia la salida de la sala médica.

Mientras lo hacía, su mente regresó a los últimos momentos de su visión, a la voz que había escuchado. Una voz que, de algún modo, creía haber escuchado antes. Pero… ¿de quién se trataba? ¿Del desconocido que le había hablado en Iodarka? ¿Era acaso el mismo que había hablado a su hermana? ¿O… se trataba de otra persona?

Sumido en esos pensamientos, abandonó la enfermería para buscar a Syraan.

-¡Syraan! –La llamó, orientándose por puro instinto. Su voz había recobrado algo de fuerza, pero aún temblaba al alzarse. -¿Kara?