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Star Wars - Un Nuevo Orden

Capítulo II - El Baile en Palacio

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09/09/2019, 14:10
Director

Avanzáis hacia la salida, siguiendo al droide. Este niega a vuestras peticiones: no, no puede controlar todo el palacio como si fuese su juguete. Y tampoco estáis en una zona de habitaciones, así que no sabe como podría encontraros ropajes.

Solo hay dos caminos fuera: el ascensor central, que estará vigilado. O las balconadas por las que aterrizasteis. Quizás lo más sencillo sea simplemente volver al jardin y buscar un vehículo. Por mucho espectáculo que armaseis, hay cientos de invitados, y no tienen porque reconoceros. O si lo hacen, entre que aparezca la guardia... Se suponía que no teníais que huir de ahí, y no parece lo más fácil escapar de un palacio real. 

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09/09/2019, 14:13
Director

Llegáis a una esquina del pasillo, justo la que va a dar al salón principal, cuando oís pasos acercándose. Os da tiempo a ver que son dos personas y las reconocéis de inmediato, pero si no os detenéis a tiempo, quizás ellos os vean antes de que reculéis hacia la esquina del pasillo...

Pues son Elarik y el embajador Jeid Koul. 

Notas de juego

Tirad Destreza, dificultad 10 :P)

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09/09/2019, 18:21
Kara d’Asdria
- Tiradas (1)

Motivo: destreza

Tirada: 1d20

Resultado: 16

Notas de juego

sobrada, jeje

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09/09/2019, 20:59
Nihal Saaris
- Tiradas (1)

Motivo: Destreza

Tirada: 1d20

Dificultad: 10+

Resultado: 13(+2)=15 (Exito)

Notas de juego

Nihal ágil... Venga Syraan, vamos a liarla XD

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22/09/2019, 19:34
Director

Los tres conseguís deteneros en seco antes de continuar. Oís los pasos acercarse, pero de pronto se detienen antes de que podáis esconderos, aunque tampoco es que haya mucho lugar donde hacerlo. Lo único que parece factible es una puerta que tenéis a un lado, que conduce a una sala que no conocéis. 

- Tiradas (1)

Motivo: Destreza (Syraan)

Tirada: 1d20

Dificultad: 10+

Resultado: 20(+3)=23 (Exito)

Notas de juego

He tirado por Syraan al no estar ella. Si queréis esconderos, indicarlo. Si vuestros pjs hablan, os oirán, están muy cerca, pero podéis hacer indicaciones.

ALSO: Me olvidé de etiquetaros en un post de la última actu xDDD. Lo tenéis mas arriba :P.

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22/09/2019, 19:37
Yeid Koul

- Buen trabajo, lord Elarik - dice el embajador, con voz afectada-. No esperaba menos de un aprendiz del Emperador. El almirante estará encantado de los informes que le voy a suministrar y...

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22/09/2019, 19:38
Elarik

Oís un ruido, como si alguien agarrase o empujase a alguien, y Elarik interrumpe la conversación.

- Embajador, no soy vuestro lacayo. Agradecería que no me manipulaseis con vuestros juegos. Si hubiera sabido lo que os proponíais no habría participado. Mi trabajo aquí era hacer de guardaespaldas, no actuar como un peón en vuestros complots...

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22/09/2019, 19:39
Yeid Koul

- ¿Complots? - se ríe el embajador-. Fue vuestra Orden la que solicitó nuestra ayuda, Elarik. Vuestro maestro. Somos aliados, nada más. Y este "complot", como te gusta llamarlo, ha eliminado del tablero a vuestros competidores de un plumazo. Los Asdria, y los otros muchachos estarán en un calabozo antes de que la noche caiga. La reliquia será suya por la mañana, y habrán conseguido lo que tanto ansiaban. Me he asegurado de ello. Ahora, ¿os importaría soltarme?

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22/09/2019, 19:42
Director

Si ambos continúan avanzando os encontraréis cara a cara con ellos. En medio de esta situación no sabéis que podría ocurrir. Huir y esconderse, encararles... Sea cual sea vuestra decisión, estáis en serio peligro de acabar, como el embajador ha dicho, en un calabozo. 

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22/09/2019, 21:53
Nihal Saaris

¿El Emperador?

Nihal, que se había detenido justo al borde del pasillo, escuchó las palabras del embajador sin terminar de comprenderlas. Elarik era un aprendiz de la Orden Gris. De Godot y de su hermano… no del Emperador. Mientras trataba de hacer encajar esas piezas en el fragmentado rompecabezas de sus escasos conocimientos, la conversación que tenía lugar al otro lado de la esquina continuaba y parecía agriarse con el resentimiento del Gris.

Pero no. El embajador no pareció ni siquiera preocupado, y de hecho se tomaba casi a broma las reticencias de su guardaespaldas. Y, con total naturalidad, siguió hablando, confirmando sus peores sospechas. La Orden Gris y el Imperio eran ahora un mismo monstruo.

Sin duda, toda la información que acababan de escuchar era valiosa, pero tampoco serviría de nada si no eran capaces de salir de allí para dársela a sus aliados. Por un momento, se planteó qué podrían hacer si se encaraban con los dos hombres… pero lo descartó casi al momento. Yeid Koul ya los había manipulado a su antojo una vez, y Nihal estaba seguro de que volvería a hacerlo si le daban la oportunidad de abrir su boca.

La única alternativa donde podrían vencerlo, tal vez, sería un enfrentamiento directo. Un ataque sorpresa para acabar con ellos. Para segar la amenaza antes de que creciera aún más. Y una parte de él, una profundamente enterrada, pareció despertar al imaginar ese escenario, y pidió venganza.

Venganza por la humillación sufrida en los jardines. Por el daño que habían causado a la Casa d’Asdria. Por la muerte del padre que nunca llegó a conocer. Por las dos vidas que le habían robado. Y porque acabar con ellos no sería sino un acto de justicia.

Pero no. Tragando saliva, se recordó a sí mismo que aún había mucho en juego. Y que ese camino aún le podría hacer perder mucho más. Su prioridad no eran sus enemigos, sino sus aliados. Syraan. Kara. Debían salir de allí.

Así que, haciendo un gesto hacia las dos jóvenes, se acercó a la puerta y la abrió con cautela para cruzarla al instante siguiente. No había tiempo para dudar.

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23/09/2019, 12:37
Kara d’Asdria

Había demasiado en juego, demasiado como para jugarselo todo a una carta... a Kara no le faltaban ganas de volver a enfrentarse cara a cara con el embajador, pero aquel hombre azul, sin duda era más poderoso que ellos 3 juntos.

Pero aquello no terminaría alli, y Kara volvería a mirar a los ojos a ese imperial pero en aquel momento solo pudo seguir a su hermano a través de la puerta mientras esperaba no arrepentirse de aquella decisión.

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12/10/2019, 22:30
Director

Os retiráis hacia el interior del cuarto cercano. Parece una simple sala de reuniones, de las muchas que debe tener el palacio, pequeña y con una mesa circular. Hay varios comunicadores allí dispuestos, pero no sabéis con que conectan.

Oís perfectamente la conversación en el exterior, la sala no está muy aislada. El embajador y Elarik avanzan hasta colocarse delante de la puerta, y continúan hablando...

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12/10/2019, 22:34
Yeid Koul

- Oh... - el embajador parece estar escuchando algo. No lo veis, pero por como continúan sus palabras, podéis imaginaros su sonrisa ensanchándose-. ¡Ja! Les tenemos, mi buen amigo. Les tenemos. Habían infiltrado a varios de sus operativos hasta las cámaras del tesoro real, pero nuestro aviso ha funcionado perfecto. Si disparan, habrá muertos y serán parias, si se rinden, jamás verán la luz del planeta. ¡Os lo dije! Ahora la reina aceptará la traición de la mal llamada República, volverá al redil, y la reliquia que tanto ansiáis será vuestra... Un momento - la voz del embajador cambia y os fijáis que parece estar observando algo.

Se oyen pasos a la carrera por el pasillo. 

- ¿Qué ocurre, soldados?

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12/10/2019, 22:38
Director

La voz de un soldado que no reconocéis se oye al otro lado.

- ¡Los Asdria han escapado! ¡La reina ha ordenado activar la alarma de palacio! Por favor, embajador, vuelva a la zona de la fiesta, allí serán protegidos y evacuados. Acompáñenme.

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12/10/2019, 22:39
Elarik

- Continuarán sin mi, les alcanzaré en un momento - las palabras de Elarik tienen un tono extraño, diferente. Pero reconocéis su voz.

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12/10/2019, 22:40
Yeid Koul

- Continuaremos sin usted, nos alcanzará en un momento - repiten el embajador imperial y los guardias al mismo tiempo.

Hay una larga pausa, en la que oís pasos alejándose, y por último, oís la voz del embajador de nuevo.

- ¡Dese prisa, inquisidor! - dice el coronel Koul-. ¡Le espero para partir!

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12/10/2019, 22:41
Elarik

Pasan unos largos instantes. No sabéis muy bien que va a pasar, cuando de pronto la puerta de la habitación donde os encontráis se abre. Y al otro lado del pasillo observáis a una figura de tez azul, cabello azul oscuro. Elarik. El gris os mira sin sorpresa, aunque su posición desde el marco de la puerta es de alerta. Sujeta su sable láser en la mano. Apagado. Aunque su dedo está en el botón de encendido. Su expresión es adusta, como si no estuviese seguro de lo que va a hacer.

Todavía podríais atacarle antes de que haga nada, pero... ¿Y si no está en vuestra contra? Quizás, solo quizás, el gris no haya entrado para atacaros. 

Aunque puede que solo quiera capturaros, como bien ha dicho el emperador. Y si no le atacáis ahora, es posible que no tengáis ninguna posibilidad mejor más adelante... Al menos ahora está solo.

 

Notas de juego

Si queréis atacar, tirad Iniciativa y declarar vuestra acción.

Si no, pues decid que hacéis en tal caso. 

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14/10/2019, 11:13
Kara d’Asdria

La puerta se abrió dejando ver al hombre azul, Kara no se sorprendió al verle pues sin duda ya había dado cuenta de su intuición sobrenatural.  La noble dió un paso al frente, dejandose ver a la luz que entraba por la puerta que se había abierto, Kara sabía que no eran rival para aquel oponente quien sin duda acabaría con ellos sin remedio.

 

Eres demasiado listo y la misma intuición que me ha descubierto aqui tiene que servirte para ver la traición del embajador... ¿En verdad piensas que va a entregarte la reliquia? su hambre de poder no tiene limites y te manipulará a ti y a quien se ponga en su camino llegado el momento. 

 

Tu mismo has tratado con él,  ¿crees que es el tipo de hombre que deja escapar semejante poder de sus manos?  sabes tan bien como yo que no lo hará llegado el momento.

 

 

- Tiradas (1)

Motivo: persuasión

Tirada: 1d20

Resultado: 5(+9)=14

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17/10/2019, 15:43
Nihal Saaris

Con el aliento contenido, los tres jóvenes aguardaron junto al pequeño astrodroide, escuchando las terribles verdades que, despreocupadamente, comentaba el embajador imperial al gris. Todo era una trampa. Los imperiales habían alertado a la reina. Tal vez, precisamente por eso, había insistido tanto Anora en qué sucedía. Y aún peor… ya había habido muertos en los niveles superiores. La trampa se había cerrado sobre ellos.

Nihal contuvo las ganas de gritar. Él ya lo había dicho, lo había previsto. La presencia de los Grises, la pelea, la traición. Había defendido el contar con la reina en lugar de violar sus tesoros. Pero como siempre, nadie lo había escuchado. Igual que en Iodarka. Y ahora, estaban en otro callejón sin salida.

Escuchó, extrañado, el cambio en la voz de Elarik, y la incoherente respuesta positiva del embajador, y supo que la Fuerza había tenido algo que ver en ello. Una sensación que se acentuó cuando, de pronto, la puerta comenzó a abrirse. Pero después de ese momento, cualquier pensamiento anterior se detuvo, porque entonces Elarik entró en la sala. Una vez más, tenía cara a cara al asesino de su madre. Salvo que en esa ocasión, no estaban en mitad de un baile, incapaces de actuar. En la pequeña sala, sólo estaban ellos cuatro. Un sable de luz. Su vibroespada. Y la Fuerza en todos ellos.

La necesidad de venganza surgió de nuevo, como un géiser, nublando su vista, infectando sus pensamientos como un virus imparable. Era el mejor momento para hacerle pagar. Pasara lo que pasara después, tenían tiempo para luchar. Para matar. La misma sensación de euforia que lo invadió cuando casi destroza a Nico en las ruinas lo llamó, ofreciéndole la victoria. Si tan sólo se dejaba llevar. Si tan sólo se rendía al odio. Su mano aferró la empuñadura de la espada.

Pero entonces, se detuvo. Y con toda su fuerza de voluntad, logró dominar la burbujeante rabia que seguía acechando en la parte más oscura de su psique y encerrarla de nuevo allí, mientras respiraba entrecortadamente. Porque era evidente que nada conseguirían peleando en ese momento. Elarik sólo era un peón en los planes del verdadero arquitecto de toda esa conjura. Incluso aunque había sido el hombre de piel azul quien finalmente acabó con la vida de Kai, eso había ocurrido porque su maestro lo había dispuesto así.

La historia de Godot pasó entonces por su mente. La forma en la que los dos maestros habían encontrado y educado a sus aprendices. Y la forma en la que el ciego había sido engañado y traicionado por todo ellos. Pero incluso habiéndolo traicionado… ¿sería posible que los que habían sido sus aprendices no mantuvieran algunos sentimientos de lealtad hacia él? ¿De culpa? Si habían aprendido la senda del Equilibrio… ¿no se daban cuenta de que habían caído en la oscuridad?

Mientras todos esos pensamientos tomaban forma en su cabeza, buscando convertirse en algo ordenado, fue Kara quien se adelantó, buscando crear una brecha de confianza con sus nuevos aliados. Pero era un intento difícil, pues nada sabían del oscuro pacto que habían sellado. Sin embargo, si sabían algo del camino que los había llevado hasta ese momento. Su respiración ya se había normalizado, aunque sentía el corazón bombeando fuertemente en las sienes. Mientras su hermana acababa de hablar, su mano izquierda se metió en el bolsillo para agarrar el comunicador. Tal vez… tal vez pudiera usarlo.

-No nos has delatado. -Dijo, aún receloso, pero intentando que su voz fuese lo más firme posible. -Pero trabajas para Yeid Koul. Si has venido a capturarnos por tu propio interés, Elarik, pelearemos.

-Y si no es eso a lo que has venido… entonces cometes traición al Imperio. -Nihal se sorprendió incluso de esa frase, pero al pronunciarla, se dio cuenta de que era muy cierta. Dudaba que el embajador estuviera satisfecho sabiendo lo que había sucedido. -Y eso es porque tienes dudas. Dudas porque te enseñaron a seguir el camino del Equilibrio en la Fuerza. Porque no hay Luz, ni hay Oscuridad. Sólo la Fuerza. Porque no hay paz, ni odio. Sólo uno mismo. Y lo que estáis haciendo nada tiene que ver con eso.

-Abandonasteis a vuestro maestro a su suerte en un planeta que sería su prisión. -Comenzó a enumerar Nihal todo lo que sabía de ellos. -Acudisteis a Iodarka con unos asesinos mercenarios. Robasteis la reliquia por la fuerza, matando a mis padres en el proceso. Y si hubiera habido más defensores, también los hubierais matado. Y ahora os habéis aliado con el Imperio, herederos de los sith. La Orden Gris ya no está en equilibrio, y tú lo sabes. Nosotros lo sabemos. Godot lo sabe. Tu maestro os ha arrastrado a la oscuridad.

El joven tragó saliva, sin saber si había ido demasiado lejos o si su intuición, esta vez, había sido la correcta. Pero aunque temblaba por dentro, añadió la pregunta que restaba.

-Y entonces… ¿a qué has venido, Elarik?

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01/11/2019, 19:04
Elarik

Elarik escucha a ambos. Da un paso adelante, y deja que la puerta se cierre tras de si. 

Y enciende su sable. No ataca a nadie, pero la luz del arma inunda la sala, y la sostiene extendida a un lado, mientras os contempla. Hay cierta tristeza y desidia en su mirada.

- Seguís aferrados a la idea de que tenéis razón. No es así. Imperio, República, Alianza, nada de eso importa - haca un gesto con su mano izquierda, la que no sostiene el sable-. Mismos monstruos con distinto rostro. No. Lo único que importa es la Fuerza. El Equilibrio. Creí que podría hacer que lo vierais, pero veo, entiendo que no hay escapatoria. Seguís empeñados en oponeros a nosotros sin importar cuales sean nuestros motivos o nuestra causa. Solo en base al odio de lo que no entendéis. Sea.

Alza el sable gris, hacia delante. No ataca, aunque está en posición defensiva. 

- Tirad las armas. Me aseguraré de que se os trate con respeto. Pero si intentáis luchar, todo habrá sido en vano. Y chico... - piensa si decir algo, pero niega, hablando para si-. No. No sirve de nada, y si me hicieran caso por eso solo sería por las razones equivocadas - vuelve a alzar la vista y la voz-. Rendíos.