Partida Rol por web

Cogedlo y llevadlo a la sala habilitada para esto, en el sótano. No tenemos demasiado tiempo que perder, mañana por la tarde ya estarán aquí y esto puede ser una buena baza para que nos lleven, a todos.- Habló de nuevo el supuesto médico, que cada vez te daba mas tirria. 

Uno de ellos gruñó como aceptándolo, el otro se mantuvo en silencio. La puerta cerrarse de algún lado y...silencio. Parece que te habías quedado sola. 

¡Mañana por la tarde!

Ese era el margen de tiempo que tenía para hacer algo. Sabía que no iban a matar a Adam, pero no tenía claro para que lo querían. Por lo que habían dicho alguien estaba buscando niños y aunque Adan ya era un adolescente era lo único que tenían como "baza".

¿A donde querrán ir?

Se suponía que irían a un lugar mejor que aquel, por lo tanto aquellas coordenadas no los habían llevado a un lugar del todo seguro.

Pero este lugar es algo. ¿Qué será?

No le gustaba el médico y otro de los hombres tampoco mucho, quizás podría fiarse del tercero que había mostrado un poco más de compasión, pero arriesgarse a salir a la luz quizás era demasiado arriesgado.
Lo que le interesaba era ir a ese lugar seguro al que aspiraban, pero no sabía ni donde estaba ni como entrar en él, al parecer había que convencer a unos hombres que vendrían mañana por la tarde. Tenía hasta entonces para intentar sacar a Adam del sótano y debería hacerlo aquella noche, en algún momento los hombres se irían a dormir y de día resultaría complicado. Lo mejor era intentar entrar por la parte de abajo, había visto un hueco por el que podría entrar.

Te colaste sigilosa por la entrada que habías visto antes. Había una habitación al final del pasillo que se abría ante ti que tenía una pequeña luz blanca, por lo que estaba iluminada.

Escuchaste sonidos de pisadas en la planta de arriba, y el tintineo de las cadenas que ya reconocías. Sabías o intuías que había mas puertas , pero ahora mismo, con esa luz, solo podías ver dos a los costados, una a cada lado y la del fondo. El lugar olía a orín y...¿Gominolas?

Sara se quedó muy quieta al entrar para comprobar que nadie la había oído, los sonidos parecían normales así que agudizó la vista para orientarse. La planta estaba oscura a excepción de una habitación con luz blanca al final del pasillo. Tenía su  teléfono que podía usar de linterna, pero eso llamaría demasiado la atención, lo sacó en un impulso dispuesta a usarlo pero tan solo le quitó el sonido para que no la dejara en evidencia si a alguien se le ocurría llamarla, quizás los hombres no le habían quitado el móvil a Adam y este marcaba para pedir ayuda, nunca se sabía.

Llevaron a Adam al sótano, por alguna parte debe de haber unas escaleras.

Con mucho cuidado por donde pisaba siguió avanzando por el pasillo buscando las escaleras, atenta a cualquier hueco u objeto que sirviera para esconderse en caso de que uno de los hombres apareciera.

Huele a pis y a... ¿Gominolas?

Aquello no tenía mucho sentido pero el joven olfato de Sara pocas veces se equivocaba, quizás aquel edificio había sido en su día una fábrica de dulces.

Nada más llegaste a la intersección de las dos aperturas donde antes deberían de haber puertas o al menos algo que delimitase los distintos lugares del edificio viste que el de la derecha iba directo a unas escaleras que subían, de ladrillo y la izquierda parecía ser un pasillo cuyo final se perdía entre la oscuridad. 

Miro a derecha e izquierda. Las escaleras que llevaban al piso superior no le interesaban, estaba buscando las que bajaban al sótano, quería localizar a Adam e intentar ponerlo a salvo, después decidirían el siguiente paso a seguir.
Ignoró también el oscuro pasillo de la izquierda y siguió en busca de las escaleras de bajada.

Con el tanteo de tus dedos buscaste otra abertura donde estaría el sótano, o al menos, algún otro lugar que no vieses. Avanzaste por la oscuridad donde no veías nada mas allá de la habitación del final, que te cegaba ligeramente. Un par de metros más allá del pasillo que daba a las escaleras que subían encontraste una entrada. Donde antes había una puerta, porque aun estaba el marco, ahora no había nada. 

Tuviste que tener cuidado, pues al parecer la puerta que faltaba estaba bajo tus pies, haciendo un poco de ruido si querías pasar por allí hacia donde sea que te llevase aquel camino. 

Aquella casa estaba demasiado oscura y encima la luz de la habitación del fondo era lo suficientemente fuerte para casi cegarla. Encontró una abertura pero no sabía si era el acceso a los sótanos, solo que el marco estaba sin puerta y esta se encontraba tirada en el suelo, si quería ir por allí tendría que tener mucho cuidado de no hacer ruido.
Sara se agachó ligeramente y metió la mano hacia el hueco de la puerta tanteando si había alguna pendiente o escalera que bajara.

Si no noto nada tendré que usar la linterna del móvil...

Orientarse por la casa y encontrar el sitio a donde se habían llevado a Adam estaba resultando mucho más complicado de lo que imaginaba.

Efectivamente había una bajada. Habías encontrado el lugar donde se bajaba, no sabías si al sótano, pero vamos, bajar bajaba seguro. Escuchaste unos pasos de arriba, que parecían haberse parado justo encima de tu cabeza, muy cerca de las escaleras de bajada. 

¡Bien, tiene que ser por aquí!

Por fin había encontrado la bajada y seguramente pronto daría con el paradero de Adam y podría rescatarlo, quizás él había averiguado más cosas de aquellos hombres que los ayudaran a tomar una decisión sobre cual sería el siguiente paso.
Entonces escuchó que alguien parecía haberse parado justo encima.

¿Va a bajar alguien?

Se quedó muy quieta y tensa. Si alguien bajaba tendría que moverse rápido. Podía intentar bajar pero la puerta seguramente hiciera demasiado ruido. Otra opción era volver por donde había venido, en el peor de los casos, si la veían, solo tenía que salir por donde había entrado, un hombre no cabría por el hueco.

Los pasos no llegaron a bajar, pero escuchaste un gruñido, como si alguien hubiese escuchado algo y no se terminara de fiar. 

¿estáis ahí abajo?- La voz del hombre gruñón parecía dirigirse a ti, pero al instante escuchaste como tanto por una radio que el tenía, como por el mismo lugar, escaleras abajo de donde tu estabas una respuesta.

-Estamos abajo- inquirió el hombre mas joven, que no el supuesto doctor- En el sótano. Voy a subir ahora, que el doctor se está encargando del muchacho. Prepara la sopa, que estoy muerto de hambre y de calor.- La puerta al final de la escalera se abrió, dejando paso a una luz verde mortecina y una sombra que se acercaba a la salida. Te iban a pillar si no te movías. 

Fija como una estatua la pequeña Sara escuchó la conversación. Las voces le llegaban tanto por le sonido del comunicador que los hombres llevaban como por la parte superior e inferior de la escalera.

Deben ser solo tres y están bien comunicados.

Además estaba claro que hacían las cosas con mucha prudencia, quizás había sido la repentina aparición de Adam lo que les había hecho tomar precauciones, en cualquier caso estaba claro que no podía quedarse allí. Dio media vuelta y con sigilo volvió a recorrer el pasillo por el que había llevado. Sabía que los hombres eran más pesados y harían más ruido que una niña pequeña en llano su preocupación es si le daría tiempo a llegar al hueco por el que había entrado o no.

Corriste hasta donde habías entrado, te ocultaste porque no te daba tiempo a más. Si salías de nuevo puede que te viesen desde su posición y eso...era un riesgo que no podías correr. 

Viste la figura ascendiendo por las escaleras y después otra de una persona que lejos de ser ancha y poco esbelta, parecía enclenque y débil. 

El ruido arriba comenzó, escuchando voces alejadas. ¿Estaría ya solo? Debería. Estaban los tres arriba. 

Sara retrocedió lo más rápido que pudo intentando hacer el menor ruido posible. Cuando las pisadas parecían ya demadiado cercanas simplemente intentó aprovechar la oscuridad y se tiró al suelo pegada en la pared, si intentaba salir la verían moverse y sería peor.

Y si me ven aquí tendré que salir corriendo y esperar que esta puerta no se abra...

Vio como dos personas alcanzaban su nivel y después subían al piso de arriba, parecía que era donde vivían o al menos donde tenían la comida. Ahora Adam debía estar solo, si no había nadie más en aquella casa, por si acaso iria con mucho cuidado.
Esperó unos minutos sin moverse y cuando le pareció que cesaban las pisadas y que los hombres ya debían estar comiendo tranquilamente se dirigió de nuevo hacia el piso de abajo. Tenía ganas de comprobar que Adam estaba bien y poder sacarlo de allí.

Esperaste, te aseguraste, antes de bajar por las mismas escaleras hasta dar con el pomo que abría la puerta mágica donde supuestamente estaba Adam. 

Giraste el mismo con cuidado, y la luz te golpeó al poco, pues estaba iluminado aquello por completo. Parecía algún tipo de zona de servicio o similar, porque había un pasillo con las paredes y el suelo de cemento y varias puertas de madera simple cerradas a los lados. El pasillo giraba a la derecha. 

La luz incidía sobre tu pequeña persona, dandote un aspecto enfermizo. 

Tenías 2 puertas a la derecha, 2 a la izquierda, sin saber que habría tras la esquina. 

No esperaba encontrarse algo así. Ciertas zonas de la casa debían estar muy bien aisladas para no dejar pasar nada de luz la exterior pues desde fuera se veía todo oscuro. Ante la claridad cerró los ojos y se puso una mano para mitigar un poco la luz. ¿Qué clase de instalación era aquella? Estaba claro que no era un simple edificio, allí pasaba algo más, por eso el vecino tenía sus coordenadas. Pero ahora lo que le interesaba era encontrar a Adam y sacarlo de allí.
Lo primero que hizo, además de andar con mucho cuidado es acercarse a la esquina y mirar con mucha precaución por la esquina para ver hacia donde iba el pasillo o lo que había tras el recodo.