Partida Rol por web

Había solo una puerta más, al fondo, unos 8 metros, que si tenía aspecto mas pesado pero sin cerradura de ningún estilo. 

Solo una puerta...

Se sintió aliviada al ver que no había más gente. Parecía algo más robusta que las otras pero ninguna parecía tener cerraduras, así sería fácil llegar hasta Adam y liberarlo.

Supongo que lo habrán atado. Pobre Adam...

Una vez comprobado que no había ningún peligro cerca alzó un poco la voz, pero sin atreverse a hacerlo mucho.

-¿Adam? ¿Estás por aquí?

Quizás lo habían amordazado, si no contestaba tendría que ir mirando puerta tras puerta hasta dar con donde estuviera. Al no recibir respuesta retrocedió y abrió la primera puerta de madera a su derecha.

Abriste la puerta, y te diste de canto con una sala que parecía un almacén de latas con un montón de comida. Estanterías iluminadas apenas por una luz fosforescente cuando se abrió la puerta, allí había comida como para pasar tranquilamente medio año. 

Sara abrió la puerta con cuidado y con algo de expectación pues no sabía que iba a encontrarse. Se sorprendió al ver un almacén lleno de comida, aquello la desilusionó un poco, allí había comida por lo menos para medio año, así que la que ellos llevaban en el coche dudaba que tuviera algún tipo de valor para aquellos hombres tan bien aprovisionados. Seguía pensando en la conversación que había escuchado y que le inquietaba.

¿Para que necesitarán niños? ¿Algún tipo de experimento? ¡Eso es asqueroso! ¡Pobres niños!

Volvió a dejar la puerta como estaba y se dirigió a la siguiente.

En la siguiente puerta no había mas que cajas amontonadas y polvo, estaba oscuro y olía a fosa séptica. Un primer vistazo te hizo saber que allí no estaba Adam. 

Diste con el bingo a la hora de la tercera, pues lo que parecía ser una sala de enfermería mal hecha y con materiales muy deficientes estaba ante ti. La cama justo delante dela puerta, así que pudiste ver a Adam que te miraba con los ojos como platos. Lo habían atado de muñecas y pies con trozos de sábanas a las patas de la cama y tenía un vendaje en la cabeza.

¿qué haces aquí?- murmuró nervioso- van a bajar en nada. No se quienes son, ni que- Un carraspeo detrás tuya, del supuesto médico. 

Vaya vaya, tenemos a un gorrioncito de visita.

No hubo suerte con la siguiente puerta, aquello olía fatal, como si fuera una fosa séptica y estaba claro que Adam no se encontraba allí. Por fortuna lo encontró en la siguiente sala, una especie de enfermería cutre en la cual esperaba que nadie tuviera que ser atendido. Adam estaba sobre una cama atado de pies y manos a las patas y con una especie de vendaje en la cabeza. Estaba a punto de contestarle cuando alguien carraspeó detrás y escuchó una voz que identificó como la del médico. Por fortuna un tranquilo Don Carlotto tomó el mando. Lo primero que hizo fue contestar a Adam muy rápido, como si no le hubiera dado tiempo a quedarse callada antes de la interrupción.

-Me han mandado a buscarte...

Por supuesto nadie la había mandado, pero eso el médico no lo sabía y necesitaba hacerle creer que no eran solamente dos niños perdidos y desvalidos. Era un farol, pero podía funcionar. Eso o acabaría atada a otra cama como Adam y víctima de uno de esos experimentos que aquellos hombres pretendían hacer con los que llegarían al día siguiente. Intentó usar los trozos de conversación que había escuchado para seguir minando la moral y la confianza del hombre. Se giró y puso cara de sorpresa al verse pillada en mitad del rescate.

-Sí, pero es una visita muy corta, ya nos íbamos. ¿Usted es el doctor verdad? Les hemos estado observando. Gracias por atender a mi amigo, pero nos están esperando y por el bien de usted y sus compañeros es mejor que salgamos pronto. Aún así a pesar del malentendido parecen buenas personas, quizás estarían interesados en intercambiar alguna cosa con nuestro grupo.

El hombre dudó, lo hizo por un momento, pero eso no le amedrentó- ¿Hay mas niños? ¿Más como vosotros? Porque sabemos que buscáis poder iros de este infierno cuando llegue. Y necesitamos justamente jóvenes- te miró de arriba a abajo, como sopesando opciones- para trabajar y poder tener un futuro.- el tono se hizo un poco mas amable- estamos cuidando a tu amigo que sin querer intentó colarse y bueno....no nos gusta que se cuelen por lo que cayó en una de las trampas- 

Si se lo había tragado, le importaba poco que estuvieseis con mas gente. Parecía absorto en la posibilidad de llevaros con algún fin. Uno que para una niña de la edad de Sara sería casi un regalo, pero que el padre Don Carlotto podría ver mas oscuro, como la boca de un lobo, incluso inmoral. Era complicado. 

Algo dentro de Sara, como ajeno a ella, se revolvió. El plan del hombre parecía interesante para la niña: les ayudarían a escapar y los pondrían a salvo, además serían parte del futuro, estaban cuidando a Adam y también la cuidarían a ella. Eran adultos con comida y con gente que podía ayudarlos... Pero a Don Carlotto todo aquello le sonaba a cuento chino, a historia para camelarse a dos niños inocentes y hacer con ellos cualquier barbaridad que prefería ignorar. Necesitaba sacarlos de allí y alejarse, no había sido buena idea seguir aquella pista y esperaba que no fuera demasiado tarde.

-Somos los únicos niños, el resto de nuestro grupo son adultos, nos mandaron a nosotros porque somos más silenciosos y se nos ve menos. Solo queríamos ver si se podía confiar en vosotros y hemos visto que sí. Me iré con Adam al campamento y les hablaremos bien de vosotros, si queréis podemos comerciar, tenemos comida y armas, ya sabe, tal y como están las cosas no se puede uno fiar de nadie, son para protegernos, sentimos habernos colado pero teníamos que asegurarnos de que eran gente pacífica, nuestra gente no quiere disparar por la buenas. Pero si no estáis interesados seguiremos nuestro camino.

Tenía que convencerlo de que los dejara marcharse, que retenerlos pondría en peligro su vida y que si los dejaba ir no les molestarían más. Para mostrar determinación y seguridad en que alguien más los respaldaba se acercó a Adam con intención de liberarlo.

Al día siguiente, aun cuando a Adam no le gustaba la idea, os colocásteis en posición para poder ver la supuesta reunión. Más o menos cuando el sol estaba en lo mas alto, aparecieron tres coches de aspecto blindado color negro desde el norte del cual solo se bajó un hombre de traje oscuro del primero, y tres igualmente con trajes de colores no muy felicianos del segundo, entrando en el edificio. Aquello parecía sacado de una película de las que tanto le gustaban a tu compañero de fatigas. 

Una hora después, salieron mientras recogían un par de cajas, incluyendo al médico que ya habías visto, que esperaba a un lado del coche central para poder entrar. Parece que desalojaban parte de aquello pero...¿Y los demás? 

Sara observaba tirada en el suelo esperando que sus figuras entre la distancia y aquella postura pasaran desapercibidas. La espera había sido larga pero al fin habían aparecido tres coches que parecían sacados de una película.

-¿Has visto eso? Parecen gente del gobierno o de alguna organización. -Sara hablaba en voz baja, aunque a aquella distancia nadie podría escucharlos. Entonces sacó un tema que Adam no había tocado en todo ese tiempo.- ¿Pudiste escuchar algo o te dijeron algo mientras estabas cautivo? Quienes son, que hacen ahí, donde van esos hombres, para que querían a los niños... Cualquier cosa.

Mientras hablaban los hombres entraban y salían, parecía que estaban vaciando el edificio, al menos parcialmente, pero solo había salido el doctor, de los otros dos hombres no había ni rastro.

-No se van todos... ¿Para que se quedarán los otros dos hombres? ¿Esperan que aparezca algún niño por aquí? Ni siquiera sabemos que es ese edificio, había más salas que no pudimos ver, pero nuestro vecino lo guardaba con gran recelo, me pregunto porqué. ¿Quieres volver esta noche? Ahora solo serán dos hombres y no creo que nos esperen, supondrán que estamos lejos. Claro que antes podemos ver hacia donde van los coches, por aquí no hay muchos caminos ni carreteras, no debería ser difícil, pero deberíamos ir muy lejos y despacio para que no nos detecten, no quiero volver a tener otra carrera, además esos coches parecen mucho más potentes y preparados para el desierto que el nuestro.

No lo tenía claro. ¿Servía de algo volver al edificio? ¿Que podrían encontrar que les fuera de utilidad? ¿Y seguir a los hombres que experimentaban con niños? Eso solo les serviría para saber a donde no ir pero el problema principal seguía allí, necesitaban un sitio donde refugiarse para intentar sobrevivir y se encontraban en medio del desierto.

-Iremos al edificio, por aquí no hay muchas carreteras y solo tenemos que ir en aquella dirección para seguirlos y ver donde van, si es lo que quieres. Quiero saber porqué se quedan los otros dos, ayer parecía que todos esperaban marcharse hoy. Además necesitamos agua. ¿Crees que podemos acercarnos sin más? Ayer nos dejaron ir... Quizás deberíamos ser prudentes y esperar a la noche para escabullirnos  como ayer.