Partida Rol por web

  Amanece en Toledo. Día 4: Martes.

Bueno, sintiendolo mucho,  dejo la partida. Ahora mismo tengo una boda friki por delante donde soy testigo, y mogollon de trabajo en ella, dos vivos de fin de semana con mi asociacion, y otros proyectos personales, y tambien es cierto que la partida es un poco como un vivo mas que una partida de mesa, la partida descarga mucha tarea a ratos sobre los jugadores y luego hay periodos largos de paron, no es como la habia imaginado, lo que hace inviable muchas veces para mi estar a ella como se merece, asi que prefiero dejarlo.

Chao, y gracias por lo dado.

Anochece en Toledo. Noche 4: Martes.

Paulo sigue su rutinario procedimiento de revisión de trampas y alertas de seguridad. En su paranoia nunca esta realmente seguro pero finalmente acude a la casa en busca de algorrobo para que le informe de la situación actual tras haber estado ausente unos días.

Dime, muchacho, ¿Como va todo? ¿Algún descubrimiento en la escuela de escribas? ¿Has mejorado tu caligrafia? ¿Que se sabe de los visitantes que debían acudir a la ciudad?

- Las letras son difíciles, señor Levinki, pero yo lo intento. Na más que repetilas una y otra vez me mandan, me duele ya los deos y tó. Y tampoco me dejan hablar, ¿usté ve? Dicen que si voy a destrozal la lengua del Reyno, mejol no la use. ¿Y como voy a destrozal yo la lengua de naide?. ¿Visitantes dice? Yo no sé ná de visitantes, ¡na más que veo letras pol to los sitios!

Paulo sonríe ante las ocurrencias del inculto algarrobo mientras le pone una mano en el hombro.
Bien, bien. Tú tranquilo, sigue acudiendo y ves practicando la caligrafía pero no tengas prisas. Hacerlo despacio procurando que salga bien que no hacerlo con prisas y mal. Pero quiero que vigiles quien acude por allí así que manten los ojos bien abiertos para enterarte de lo que allí ocurra pero no preguntes demasiado.

Una vez aclaradas sus intenciones respecto a la escuela de traductores paulo se acerca a una ventana para observar el movimiento de la calle para sin volverse volver a preguntar.
Y ahora los visitantes esos que veo que no sabes de lo que hablo. ¿No recuerdas la fiesta que queríamos organizar con nuestros amigos gitanos que incluían unos visitantes de fuera de la ciudad? ¿Que sabes sobre eso?

Algarrobo asiente ante tus instrucciones de esforzarse en la caligrafía y ante tu pregunta se encoge de hombros y responde:

- Usté sabrá, señor. La fiesta quería "organizala" usté, yo no sé el motivo, pero vaya, que entre los hermanos nunca sobra una fiesta para reunir a la familia si hay buen vino.

Cuando vas a salir hacia la casa de los De Castro, un criado pregunta si eres Paulo Levinki y te entrega una nota firmada por Anton Sevareus de Castro que dice así:

"Deberíamos reunirnos el dia de mañana pasadas las doce de la noche, aquí en mi casa"

Paulo acepta la invitación de parte de los de castro con una sonrisa en el rostro y le entrega una moneda al criado añadiendo.
- Informar de que mañana acudiré a la hora señalada.

Después paulo se vuelve hacía su buen algarrobo riendo ante su comentario jovial y vulgar.
- Cierto es, razón no te falta en esa mollera tuya. Seguid con los preparativos para dicha reunión que una buena fiesta no nos vendrá mal a nadie, ¿Verdad?
Y ahora saldré a dar una vuelta y revisar mis negocios. Podéis quedaros aquí por si acude alguna visita pero enviar a un criado a la arena y la uva que venga a acompañarme en una hora.

Algarrobo asiente y continúa con sus labores de caligrafía.

Un criado se dirige hacia la casa del mercader y justo cuando llama a la puerta, ésta se abre y el mismo Levinki aparece en el umbral, ataviado para salir...

- El señor Paulo Levinki? -dice el criado.

- El mismo -responde el comerciante.

- Traigo una nota para usted. -le entrega un pedazo de papel lacrado.

Paulo lee la nota con una sonrisa en el rostro y le entrega una moneda al criado añadiendo:

- Informar de que mañana acudiré a la hora señalada.

El criado asiente y se marcha.

El comerciante intercambia unas palabras con alguien de dentro en tono alegre y termina diciendo:

- Y ahora saldré a dar una vuelta y revisar mis negocios. Podéis quedaros aquí por si acude alguna visita pero enviar a un criado a la arena y la uva que venga a acompañarme en una hora.

Dicho esto, sale de su casa y se encamina hacia la taberna.