Partida Rol por web

Solo para el director:

Isil resumiendo y siendo directo, por que no puedo gastrar mas de un  tiempo que no tengo:

Isil vale, no sigas. Estamos los dos diciendo lo mismo y creo que me estas respondiendo con lo que yo te digo, que es : HAZLO COMO QUIERAS.

Lo que digo es MARCALO DESDE EL PRINCIPIO, no lo cambies DESPUES  de preguntarte para a posteriori ajustarlo -como puedes leer-,   y marcarme tu los tiempos. Pero eso si,  no me lo achaques a mi ni me indiques que uso cada minuto, lo hago por que tu lo dejastes, otros master lo hacen y algunos no, dejalo claro.  Dime desde el principio como lo quieres, por que sino voy a tener que decirtelo, y no por eso soy responsable.

Paulo va para su casa.

Al poco de amanecer, el mercado ya se va llenando de herreros, curtidores, prestamistas, carniceros y verduleras. Como cada día, montan sus puestos y ofrecen sus servicios a los numerosos clientes que se agolpan buscando el mejor trato.

Al mediodía, un muchacho con ropa de trabajo y las manos ennegrecidas, sale de la Herrería De Castro en dirección a la Catedral. Vuelve pasado un rato con un sobre lacrado entre las manos y entra de nuevo en la herrería.

 Durante todo el día y ahora también por la noche, se puede ver una cuadrilla de la Santa Hermandad patrullando el mercado.

 Amanece en Toledo. Día 4: Martes.

Por la mañana temprano, un hombre alto y delgado, vestido con ropas oscuras recorre las calles del mercado hablando aquí y allá con algunos clientes y también con mercaderes.

A media mañana, algunos cuadrilleros llegan a la plaza del mercado y pasan revista al "tablado" donde habitualmente se realizan los anuncios importantes, así como subastas de mercancías valiosas y castigos públicos.

Unos minutos más tarde, aparecen por una de las calles aledañas una veintena de cuadrilleros con el Sargento Sánchez a la cabeza. Tras él, dos "mangas verdes" que sujetan a un reo de tez morena y rasgos árabes que viste con harapos para que no tropiece con los grilletes. Finalizando la comitiva, un verdugo armado con un látigo.

Alguna voz de desprecio al reo, principalmente por su raza y condición se oye por la plaza.

Mientras se hacen algunos preparativos, el reloj de la Catedral marca los cuartos de antes del mediodía y los curiosos allí presentes comienzan a arremolinarse en los alrededores del "tablado". A medida que pasan los minutos, el gentío va aumentando mientras el murmullo comienza a extenderse por toda la plaza, y de vez en cuando se escucha algún grito etnófobo o consignas racistas. Entre tanto, los cuadrilleros de la Santa Hermandad se colocan estratégicamente en los alrededores del "tablado". Finalmente, el Sargento Sánchez, sube las escaleras y pide silencio, mientras el verdugo maniata con grilletes al acusado alrededor de un poste y le quita el jirón que lleva por camisa, dejando a la vista un torso famélico. Con un gesto, el Sargento vuelve a pedir silencio, mientras desenrolla un legajo que, tras aclararse la garganta, procede a leer en voz alta:

- "El mendigo Achmed Boukur, de 31 años de edad, acusado y hallado culpable de robo en la Herrería del Río, propiedad de Don Anton Sevareus De Castro, ha sido condenado a recibir 30 latigazos en público como amonestación por el delito cometido. La sentencia será ejecutada al mediodía."

Murmullos de toda clase se escuchan entre la multitud, incluidos sendos "¡¡MUERAN LOS INFIELES!!" y "EL SEÑOR DICE: NO ROBARÁS". Las campanas de la Catedral tocan para anunciar el mediodía, y el Sargento Sánchez hace un gesto al verdugo para que comience el castigo.

El ambiente sigue caldeándose a medida que el látigo restalla, y una masa enfervorecida sigue entonando gritos de odio al reo, que acompañan con la cuenta de los latigazos a coro. Cuando la cuenta ya se acerca a su fin, los cuadrilleros apenas pueden contener a la incipiente turba que trata de avalanzarse sobre el reo. Cuando el verdugo ha terminado con su trabajo y procede a liberar las muñecas del reo, el gentío comienza a lanzar comida estropeada y piedras, mientras que la Santa Hermandad trata de poner orden, espada en mano. Poco después, todo lo que queda sobre el tablado es un pingajo con forma humana que algunos cuadrilleros bajan del "tablado" y que escoltan con dificultad hacia el Barrio Sur.

El gentío empieza a disolverse cuando el reo(o lo que queda de él) desaparece por una de las calles y más efectivos de la Santa Hermandad armados con arcabuces "invitan" a los toledanos a continuar con sus recados.

Hoy el mercado parece mas animado de lo habitual, pero por ahora decido no prestar atencion a esas cosas, y me voy moviendo por los puestos ambulantes, examinando cuidadosamente las diferentes mercancias. Buscando sobretodo baratijas de artesania, pero que tengan una manufactura particularmente fina. La mayoria de los puestos estan a punto de recoger he irse a casa, pero yo me tomo mi tiempo.

Bien, tras visitar una docena de puestos, has conseguido seleccionar algunos objetos de mediana calidad y precio asequible en tres de los puestos. Tendrías la opción de conseguir el dinero para pagar a los mercaderes por separado y así quedarte las mercancías o bien tratar de llegar a algún tipo de trueque o acuerdo que se te ocurra.

Lo que has encontrado de tu gusto y el precio que te han dado es:

- Puesto a) una lámpara de aceite: 8 maravedíes

- puesto b) un juego de té egipcio de bella y cuidada artesanía: 15 maravedíes

- puesto c) un juego de caligrafía con pluma de avestruz, tintero de un cristal especialmente bello que el comerciante dijo viene de centroeuropa: 18 maravedíes

En uno de los puestos, mientras tratabas con el comerciante y al decirle tu nombre, te dice que Paulo Levinki le dio un mensaje para ti, y te pasa un pedazo de papel.

En la nota puedes leer:

"Debido a una urgencia, he tenido que atender unos asuntos fuera de Toledo, pero acabo de regresar a la ciudad. Si quería tratar algo conmigo, sepa que ya estoy disponible."

Darlathan levanta la vista levemente y mira al infinitoooo.... Luego camina mientras observa las diferentes mercancias que hay a su alrededor, hasta llegar a uno de los puestos en los que momentos antes habia visto un juego de te mu chulo. Darlathan se aclara la garganta llamando de paso la atencion del comerciante. Y sonrie abiertamente. ¬Buena tarde señor mio. Hemos estado hablando hace unos minutos acerca de ese juego de te. Y me gustaria continuar la conversacion en un ambiente mas relajado.¬ Hago caso omiso de la taza de te que me mira raro. Despues de todo solo es una de ellas, el resto de tazas rezuman amabilidad y buenrollismo. ¬Estaba pensando en invitarle a mi hogar, si usted no tubiese otros planes, y presentarle una oferta de negocio.¬ Permanezco expectante.

Ok, es pronto, lo que no te aseguro es que te de tiempo a ir primero a casa, hablar con la familia y luego volver antes de que cierren el puesto. Mi consejo es que quedes con el comerciante en que si no has vuelto antes de que cierre, vaya a tu casa.

El comerciante parece extrañado por la oferta, pero accede:

- Mmm, mientras no se me haga demasiado tarde... que mi señora se preocupa si no llego pronto a casa. Usted dirá...

Asiento al mercader, y le doy las indicaciones necesarias para encontrar Importaciones Exquisitas. Acto seguido pongo rumbo a casa para prepararlo todo.

Perfecto. El mercader comienza a recoger su puesto y cuando termina, se encamina hacia el barrio pobre.