Los parroquianos parecen muy interesados en tu conversación con El Bizco, pues no todos los días se invita a unas rondas a todo el que quiera unirse al jolgorio. Comentan entre ellos y alguno alza la voz para brindar a tu salud y muchos le siguen en el brindis cuando te despides y te vas.
En la Escuela de Traductores encuentras la puerta cerrada y poco más, algunos paisanos que regresan a sus casas después del trabajo o de pasar por la propia taberna.
En el barrio de mercaderes, algunos comerciantes están aún recogiendo sus puestos y cada poco hay alguien que te saluda. En pleno barrio, llegas a la Posada de Naimid, que parece tener bastantes clientes por lo que se oye desde fuera. Un hombre árabe de edad avanzada se cruza al entrar en la posada con otro más joven que sale de ella. Olor a cordero y el sonido de conversaciones de negocios hablando es lo que percibes en este lugar.
Cuando llegas a la casa de los De Castro, un palanquín baja la calle y se pierde en las calles del barrio de mercaderes.
Tu dirás qué haces cuando llegas al mercado.
Es la 01.00h de la noche. Una carreta se aproxima por la calle y se detiene frente a la taberna. Una figura vestida de monje baja del pescante y entra en la taberna...
- Bizco, vengo a recoger el barril de vino encargado por el señor Levinky -dice el monje con un curioso acento.
- Claro, aquí está -dice el tabernero.
- Anda, echa una mano al muchacho, que eres bizco, pero no manco -dice Mariola, su mujer.
- Lo que diga la parienta, dice El Bizco en tono jocoso.
Y sale del mostrador para ayudar al monje a cargar el barril en la carreta.
Son las 5 de la mañana. Amanece en Toledo. Día 3: Lunes. La taberna está cerrada aproximadamente entre las 3 y las 11 de la mañana.
Son las 20 de la tarde, anochece en Toledo. Noche 3: Lunes.
Tras los últimos acontecimientos ocurridos en la plaza del mercado (ver escena "El mercado"), la taberna es un hervidero de corrillos donde se comenta lo acontecido, siempre acompañado de un buen trago de vino.
Anochece en Toledo. Noche 4: Martes.