Cuando el reloj de la catedral marca las 22.00 de la noche, un hombre mayor llega a la casa de los De Castro acompañado por un soldado de la Santa Hermandad como escolta. El cuadrillero llama a la puerta y al momento, el ama de llaves abre.
- Bienvenido, señor Juez. Tenga la amabilidad de pasar, el señor De Castro le espera.
El juez da las gracias y pasa adentro, mientras el escolta queda fuera de la casa esperando.
Hora y media después, el juez sale de la casa con andares algo torpes, y el cuadrillero le acompaña hacia el centro de la ciudad.
A los pocos minutos, un par de sirvientes salen de la casa y vuelven poco después. Un rato más tarde, ya pasada la medianoche, un carro aparece bajando la calle y se para en la entrada de la mansión. Una oronda mujer y otra de complexión más normal, ambas ataviadas con ropas de calidad bajan del carruaje y entran en la casa, después de que el cochero llame a la puerta y el ama de llaves las reciba.
Un par de horas después, ambas mujeres abandonan la mansión en el carruaje.
Danika llega a la casa de los De Castro sobre las 21.00, hace un reconocimiento del lugar y cuando llega el juez, se cuela en la casa. Está presente durante la cena y en la fiesta privada con las mujeres. Después se va de vuelta a casa y le cuenta todo a Baltasar.