-Asi se hará, me pondré en contacto con usted en breve.
Dicho esto Gerardo de Cremona vuelve donde estaba Fray Esteban, lo recoge y se van hacia la escuela de vuelta.
-Odio salir de la escuela, y alejarme de los libros, espero poder recuperar el tiempo perdido en estos recados de la capilla...
Álvaro ve marchar a ambas figuras y queda solo en el callejón, acto seguido él también desaparece de la vista de todos y se marcha.
¿Esta mi personaje presente en este curioso suceso o la mezquita esta lejos?
Perdona, estuve fuera unos días y no leí tu mensaje... Pues el callejón de Cepeda y la mezquita están bastante lejos. Tienes un mapa con todas las ubicaciones de la partida en la escena "mapa de la ciudad y ubicaciones principales". Voy añadiendo cosas a medida que van surgiendo :)
He trasladado el mensaje a la Mezquita de Tornerias, que creo que es donde le corresponde.
El anciano continuo su camino con paso apresurado, consciente y sabedor de que las horas nocturnas duraban poco en la noche toledana.
La voz musical del muhecin, traida por la suave brisa del rio, alegro el corazón del viejo mahometano, que pudo llegar a tiempo al templo y unirse a sus hermanos en la oración.
Trascendiendo la atmosfera, un tanto cargada, de la amplia sala donde los devotos siervos de Ala se inclinaban en reverente actitud, Zayed podia disfrutar de la atmosfera espiritual de la misma. Alli, al calor de la humanidad de su pueblo, se sentia rejuvenecer mas que cuando visitaba la posada de Naimid o cuando contemplaba a las jovenes aguadoras recogiendose despues de llenar cantaros y vasijas para abastecer sus hogares.
Solamente rodeado de papiros y pergaminos mohosos, de delicadas caligrafias o detalladas iluminaciones maltratadas por el paso de los años, podia Zayed ser mas feliz que rindiendo homenaje y agradeciendo a Mahoma haberles transmitido las palabras de Ala. Cuando las oraciones tradicionales brotaban de su boca, Zayed las pronunciaba de todo corazón:
Allahu akbar (Alá es grande)
Ashhadu an la ilaha illa ’llah
(Testifico que no hay dios sino Alá)
Ashhadu anna Muhammadan rasulu ’llah
(Testifico que Mahoma es el Enviado de Alá)
Hayya ‘ala l-salat (Venid a la oración)
Hayya ‘ala l-falah (Venid a la salvación)
Allahu akbar (Alá es grande)
La ilaha illa ’llah (No hay dios sino Alá)
Cumplido el rito, Zayed se demoro unos momentos, charlando mientras los chiquillos de la madrasa les servian un té ligero. Sin embargo, no permitio que el ambiente relajado y la buena conversación le distrajeran. Un importante asunto le reclamaba en la Escuela de traductores. Alli, entre sus antiguos volumenes y sus aun mas antiguos eruditos, confiaba en hallar respuesta para su último encargo y esa maldita pagina que se le resistía.
Asi pues, sin mas dilación, el anciano sabio, se arrebujo en sus ropas y echo a andar por las cada vez mas solitarias calles del barrio.
El tranquilo paseo del erudito le condujo por algunas de las calles mas tranquilas y estrechas del barrio. Caminaba con paso ligeramente apresurado, pero sin que la prisa le impidiese disfrutar de los aromas y fragancias nocturnas.
Una mezcolanza de perfumes de jardines escondidos y huertas frutales, de cuerpos sudorosos y muebles ajados, de cabezas de ajo y de reses sacrificadas, flotaba libremente por entre los callejones.
La mente de Zayed vagaba entre una sensación de vertigo y una euforia apenas contenida. Si alguien se hubiese parado a estudiar los rasgos con detenimiento, hubiese advertido rapidamente esa aparente confusión. Sin embargo, tambien hubiese notado que toda la figura emanaba un aura de respeto, fuerza y autocontrol, que desmentia la postura encojida y los andares reumaticos.
Zayed entra en el Barrio Sur
Tras los últimos acontecimientos ocurridos en la plaza del mercado (ver escena "El mercado"), el barrio es un hervidero de corrillos donde se comenta lo acontecido.
Anochece en Toledo. Noche 4: Martes.