Últimamente las noches le resultaban mucho más aburridas de lo normal, a sus 19 años, su emoción pasaba por meterse con su hermano menor al que visitaba escabulléndose por las noches para sólo los dioses sabían. Aquella no sería la excepción. El fuego crepitaba en la alcoba y ella entró cerrando la puerta tras ella, buscó la mirada del más pequeño de sus hermanos y le sonrió.
-Te estaba buscando. Te busqué toda la tarde, Vael no me quiso decir dónde estabas...
Su hermano, Vael, el mayor de todos siempre estaba serio y no tenía mucho tiempo para su hermana, al menos a simple vista.
-¿Tienes idea de lo que dirá el tío mañana en la cena?
Se acercó al fuego pero sin dejar de mirarlo, era aún año frío a pesar de que seguía siendo verano. Finalmente se acercó a él, lo miró de pies a cabeza y enarcó una ceja.
-Yo si tengo una idea...
Se agachó hasta donde su rubio hermano estaba sentado y le dio un beso suave en los labios. Luego se sentó en otro de los sillones junto al fuego.
-Al menos hay un poco de vino por aquí. Podría ser una larga noche.
Él la conocía bien, sabía que estaba de mal humor pero no le diría el por qué hasta que él la sonsacara un poco.
Zuntar estaba con la mirada perdida sobre el fuego cuando la repentina entrada de Alys lo hace dar un respingo volviéndolo a la realidad.
La mira con cierta irritación al principio pero luego vuelve a su semblante normal mientras escucha sus quejas.
Se deja llevar por los labios de ella y su ternura le producen culpa y lujuria, queda algo intoxicado antes de recuperar su compostura.
-Todos tenemos una idea de lo que puede pasar mañana Aly, pero ya que sientes que la tuya merece ser particularmente escuchada. Cuentamela
Dice mientras aún sentado apoya sus codos en su regazo para acercarse más al fuego.
-Si, al menos hay algo de vino. Me gusta ver cómo el alcohol afila aún más tu lengua
Zuntar a veces acrecenta a su mal humor pero después sabía cómo mejorarlo en todo sentido. Ella hizo una mueca.
-Siempre merezco ser escuchada, soy bella e inteligente y una Targaryen, quién no quiera escucharme es un estúpido.
La rubia lo creía en serio así que tras beber un sorbo de vino, miro a su hermano con una sonrisa.
-Creo que mi tío te va a buscar una esposa... Y escuché que vienen las sucias serpientes de Dorne a la cena, deben estar por llegar...
Le cedió su copa y se acercó a su cara blanca, sus gestos eran muy parecidos, los finos rasgos también y se llevaban sólo un año, eran los más parecidos entre sí. Estiró la mano y acarició el muslo de su hermano.
-Quiero verte casado con una sucia Martell y sacarte de su lecho de vez en cuando.
Sonreía divertida pero había algo más, algo que aún no le estaba diciendo.
Sonrie con algo de malicia cuando la escucha enumerar sus virtudes.
-Puesto de esa forma. No me desagrada la idea de ser un poco estúpido de forma ocasional. Pero hoy quiero ser listo.
La sonrisa se le borra con la mención del matrimonio. Mientras acepta la copa y bebé de ella.
-Te gusta la idea de que me casé con una Martell y humillarla siéndole infiel? Las Martell tiene su fama... Espero no terminar siendo el jugete de ambas
Le da otro trago más profundo al vino. Y la mira profundamente a los ojos.
-Y de ti? El tío se está tomando su tiempo pero ya se está quedando sin el. Estas segura que la que saldrá casada de este evento no seras tu?
Cuando siente su mano en su rodilla, su mirada pasa de un intenso escrutinio a uno más cálido.
Su hermano era especial para ella, todos lo eran pero de una manera distinta lo era él. Se habría enojado con cualquier otro, con él no.
-Lo voy a lamentar por el hombre con el que me quiera casar, le haré la vida imposible...
Zuntar sabía que no era una broma, que era algo muy sentido.
-Va a haber más de un matrimonio, me la juego por eso. ¿No te quieres casar conmigo?
Ella sonrió con malicia y tomó la mano de él acariciando sus dedos con naturalidad. Se levantó y se puso de rodillas frente a él.
-No entiendo cómo podrías ser el juguet de nadie. Y menos de una Martell. Sé que tienen su fama pero nosotros también tenemos la nuestra. Es muy simple.
Alys lo besó, no el beso suave de antes sino uno más húmedo y largo.
-Yo creo que es la hora de hacer que nuestra sangre vuelva a ser fuerte como antes y no mezclarla con otras tan ordinarias... Pero tus hermanos están primeros para casarse.
Suelta una carcajada
-Muero por ver todo esa serie de acontecimientos y como lo llevas, desde que se anuncia hasta el día del casamiento al menos. Ya luego después de eso me pregunto si logras matarlo o que pida la anulación de los votos.
Luego la mira algo incrédula como si tratará de adivinar si bromea.
-Casarnos?... No creo que lo estés pensando del todo bien, el tío nunca lo permitiría y muchas casa tendrían un par de cosas para decir al respecto. O diluyes la sangre o el poder, no puedes quedarte con todo sin hacerte enemigos.
Se queda pensando un momento ante el dilema, luego sonríe y niega con la cabeza.
-Bueno, si son entrenadas en el arte del amor como dicen no me importa que jugete conmigo.
Lo dice con una naturalidad que parece más buscar una reacción explosiva de Alys
Recibe el beso de ella, enredando sus dedos en sus cabellos y cerrando su puño levemente para tenerla agarrada con firmeza y poder besarla más profundamente.
Se aleja un poco y la mira.
-Si te casan yo también quiero humillarlo a el, que lo beses con los mismos labios que reciben mi semilla
Medio sonríe con una profunda malicia
Cuando él rió, ella también lo hizo pero no tan convencida.
-Quizás lo mate mientras cogemos y así él morirá feliz...
Respiró profundo sin dejar de mirarlo tal como él lo hacía.
-¿Necesitas el permiso de Aegon para casarte conmigo? Eso sí que es una novedad pero creo que estás equivocado en cuanto la sangre y el poder... Yo creo sinceramente que si mejoramos nuestra sangre, incluso nuestros dragones se verán beneficiados... Claro que tu dragón es el joven, quizás debería casarme con nuestro hermano mayor...
Lo besó de nuevo y antes de retirarse le mordió el labio inferior. Sonrió con malicia, muchas malicia, sus ojos brillaban como si el fuego ardiera dentro de éstos.
-¿Así que te gusta ser un juguete, Zuntar? Bueno...
Ella llevó una de sus manos hasta la de él que sostenía su propio cabello y la retiró con firmeza, luego pasó su boca por el sexo de su hermano sin desatar los nudos de su calza y sin dejar de mirarlo a los ojos por unos instantes bastante largos hasta que lo sintió endurecerse. De pronto se detuvo y sonrió maliciosamente antes de ponerse en pie y fingir alejarse de él.
-Quizás sea mejor que tu semilla no se diluya en mi boca, hermanito menor...
Ella si disfrutaba jugar con él mientras notaba la clara erección en la entrepierna de Zuntar.
La mira con duda
-Y si no es nuestro tío, quien se supone que tenga la autoridad para casarnos? O estás hablando de escaparnos volando en nuestros dragones por amor como los cuentos que nos contaban de niños?
El no se resiste que ella le quite la mano, es algo bruto, pero ella sabía que podía moverlo con un dedo de querer hacerlo.
Su erección lo molestaba por la posición incómoda en la que apareció pero no perdió contacto visual con Alys si lo de ella eran fuego, los suyos eran brazas.
Al hacer el ademán de irse, Zuntar se levanta de la silla, aprovecha el momento y meter su mano dentro de su pantalón para acomodarse su duro miembro.
Luego la toma por una muñeca y la tira hacia el.
Guarda un momento de silencio y con una voz aterciopelada...
-Donde te gustaría que se diluya?
Lo escuchó y negó con la cabeza.
-A veces eres tan idiota, si quisiera amor me habría acostado con uno de tus hermanos...
Pegada a él cómo estaba, podía sentir su sexo y lo miró fijamente cómo si estuviera enojada. Bajó la mano hasta su entrepierna y lo acarició unos segundos por encima de la tela, luego metió la mano dentro y sujetó con cierta fuerza pero sin hacerle daño.
-No necesitas tener todas las respuestas, hermanito...
Luego lo besó apasionadamente dejando que sus lenguas se encontraran mientras no dejaba de acariciar su sexo.
La condescendencia de Alys, lo molesto mas de lo que estaba dispuesto a admitir
-No soy tan tonto Aly, se que no huirías a ningún lado por amor, primero hay que ser capaz de sentirlo.
Sonríe mostrando sus dientes.
Se inclina un poco para que Alys alcance sus labios, se deja llevar en la suavidad de su lengua y labios pero nunca sin perderla de vista. Busca con su enorme mano por debajo de su camisa sus pechos y una vez que los encuentra los aprieta con intensidad.
Se separa de sus labios y la mira con un renovada intensidad. La toma por el torso como si no pesara nada, y la sienta en la mesa mas cercana sin avisar.
Lame su cuello hacia sus labios antes de volver a jugar en su boca.
Ella se deja levantar, sabe que lo molestó pero también sabe que lo puede contentar. No sonríe, lo mira con seriedad y después responde a sus besos con la misma intensidad.
-Hermanito...-con sus manos empieza a desanudar su calza lentamente.-Siento más que deseo por ti, ¿no es eso suficiente amor?
Logra su cometido, suelta la ropa y echa sus brazos sobre los hombros de Zuntar mientras se besan; la incursión de él sujetando sus pechos ha hecho más que iniciar la batalla. Alys sonríe y lo apresa de la cintura con las piernas notando su sexo casi listo.
-Está Targaryen quiere tu espada Targaryen ya...
Baja la mano y acaricia su sexo mientras vuelve a besarlo y va provocando más y más su dureza.
Se deja desnudar mirandola intensamente
-No puedo negar que sientes por mi cosas que no sientes por otros... Lo llamaría amor? No estoy tan seguro.
Lleva sus manos hacia las caderas de ella, mete los dedos entre la piel y la ropa, tira en ambas dirección y rompe sus pantalones con facilidad.
La toma por sus muslos para levantarala y acercarla al borde de la mesa.
Vuelvo al contacto visual, apoya su miembro palpitante en su entrepierna... inspira de forma profunda antes de dibujarcele una sonrisa algo perversa, contiene la respiración y entra de repente hasta el fondo.
Una vez que sus caderas chocan se queda ahi, mirándola de forma desafiante.
Alys sabía que Zuntar era capaz de entender sus miradas, capaz de encender su fuego, capaz de destruir el mundo tomándola y volver a construirlo después. La rubia no sonrió cuando lo tuvo dentro. Apretó sus músculos alrededor del falo de su hermano sin dejar de mirarlo seria a los ojos, lo dejó acostumbrarse a su calor y a su humedad.
-Pero ambos sabemos que no necesitamos amor del otro...
Se acercó a su rostro y hundió su lengua dentro de aquella boca al tiempo que movía suavemente las caderas hacia adelante provocando que su miembro entrara más al fondo en ella y disfrutándolo con un jadeo ronco lleno de sensaciones. Después de besarlo largamente dejando que sus lenguas se encontraran, lo apartó con cierta fuerza pero dejó de mover las caderas.
-Si qué me das calor...
Se quejó al tiempo que se quitaba la parte de arriba de sus ropas. Un bonito par de pechos que él ya conocía asomó sin recato, no eran grandes pero tenían el tamaño justo para desear comer de ellos a toda hora. Con una de sus largas piernas lo apretó contra sí y la otra la levantó hasta ponerla sobre el hombro rubio de su amante. Luego se recostó sobre la mesa y comenzó a mover las caderas con lentitud pero con mucha firmeza, sintiéndolo y jadeando con cada embiste.
Cuando Alys se recuesta sobre la mesa aun con la pierna de su hermana en el hombro acaricia su pie con su barba de forma juguetona, buscando robarle una sonrisa aunque sea a base de cosquillas.
Con su antebrazo se aferra al muslo de la pierna levantada y con la otra pano toma uno de sus pechos y los aprieta, mientras comienza a embestirla de forma controlada pero con la suficiente firmeza para que no se aleje de el con cada embestida.
La disfruta un poco asi, antes de tomar su pierna baja y ponerla también a la altura de sus hombros y juntar sus muslos entre ellos, los chasquidos de su piel con la de ella rebotan en las paredes de piedras.
Le devuelve su mirada serie y friar, pero la rope luego de un momento para morderse el labio y sonreirle de forma engreída, mientras la sigue embistiendo.
-Entonces, quieres un dragon a nuestra semejanza?
En todo el mundo conocido y desconocido, no había un lugar en el que ella encontrará más placer que el que sentía cuando se cogía a su hermano menor. Los ojos casi gélidos de la Targaryen se clavaban en los de Zunthar mientras lo sentía dentro suyo, mientras la llenaba y la embestía disfrutando del modo en que lo hacía.
-Quiero más de un dragón a nuestra semejanza... Pero te da miedo.
Sonrió empujando las caderas contra él, aunque era casi imposible hacerlo más. Lo atrajo también con las piernas que colgaban de su espalda y lo acercó a su boca para hablarle con seriedad.
-¿Quieres ser mi esposo? Nadie más tendría que enterarse...
La rubia lo libero un poco de su apretón, dejó de mirarlo a los ojos y buscó su boca para morderlo, él podía mirarla sonreír y no saber si estaba hablando en serio pero a juzgar por su actitud, lo único cierto era que si deseaba un dragón a semejanza de ambos.
-Me casaré con quién sea que mi tío diga pero tú seguirás siendo mío y yo tuya. Ahora muéstrame de qué estás hecho, hermanito...
No recordaba si había asegurado la puerta pero en ese momento no le importaba en absoluto.
Zuntar mantiene el mismo ritmo, hasta la propuesta de matrimonio, en el que rompe el ritmo hacia algo mas lento.
-Me gusta jugar a los dramas palaciegos contigo de mi lado en cualquer momento, pero lo que me estas pidiendo... y mas en estos momentos en el que el poder cambia de mano, es muy peligroso.
Que pasaría si te casan con un tipo listo y sospecha que su hijo reconocido no tiene su naris, sus ojos, su tamaño...?
Acaricia el rostro de Alys con ternura
-Yo voy a estar para ti cuando quieras, pero lo que me pides es un riesgo innecesario para los dos. No necesitamos casarnos para estar juntos.
Cuando Alys busca su boca, Zuntar vuelve a encender su lívido. Recupera el ritmo de antes pero con mas brio, la mesa se mueve con cada embestida. Sus gemidos van creciendo hasta que ya no puede mas, saca su miembro acabando encima del torsos de Alys.
Disfruta la imagen de Aly cubierta de sus semen. Le sonríe.
-Hoy por poco logras lo que quieres
Su hermano tenía una facilidad innata para echar las cosas a perder. Alyss se dejó llevar por el final de aquel encuentro, por el deseo y el placer y aunque lo escuchaba, no le estaba poniendo mucha atención. Lo hizo sólo hasta que él terminó dejando ese rastro tibio en su piel. La rubia se levantó, tomó una de las mantas que cubrían el asiento y se limpió, luego se comenzó a vestir en silencio. Tenía muchas cosas para decir, en su cabeza se agolpaban frases para decir, en su mayoría con cierto tono hiriente pero no dijo nada.
-Por suerte no lo conseguí...
Se acercó a su hermano, le dio un beso en los labios y mirándolo a los ojos comenzó a caminar de espaldas hacia la puerta. La abrió, salió y se asomó unos instantes para verlo en toda su desnudez.
-Creía que eras el menos miedoso de mis hermanos. Buenas noches, Zunthar.
No podía saber si era una amenaza o si estaba sólo enojada o si quizás no volverían a verse de esa manera pero no era una frase amable, eso seguro. El rostro de su hermana seguía allí tras la puerta, posiblemente sólo desafiándolo.
Se la queda viendo en silencio, estudiando sus gestos y disfrutando un poco como se guarda todo lo que quiere decirle.
Le devuelve el beso de despedida y acaricia sus cabellos de forma cariñosa.
Aun desnudo y con sus miembro mas flácido que rígido escucha el ultimo sablazo de Alys por la puerta.
Con un gesto de frustración en el rostro le contesta
-Aly, tu no me aprecias por mi valentina, si no por mi fidelidad y ser el único con el que puedes compartir tus valientes planes y darte la perspectiva que necesitas para implementarlos en una forma algo mas... razonable.
Quieres un dragon de mi, pero esperas que me comporte como uno de tus tantos perros
No sabe si Alys llego a escuchar toda su replica al cerrar la puerta, pero se volvio a sentar en la silla desnudos y retomo su copa de vino, mientras volvía a perderse en el fuego del hogar y pensar en mañana.