Partida Rol por web

Valar Morghulis (+18)

El otoño de la realeza

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15/05/2024, 22:05
Anyria

-a veces hay que callarse por más nobleza que seáis. Especialmente cuando otro tiene el sartén por el mango.

Anyria frunció el ceño y cruzó los brazos, pero mantuvo el silencio. En su mente  primaba el bienestar de su joya más preciada, a quién la mujer sostenía entre los brazos. Algo en su gesto le hacía pensar que no lastimaría al bebé, porque parecía apreciar a la criatura... no obstante, nada de verdad garantizaba que no lo hiciera; así que lo mejor en este momento fue dejar de decir cualquier cosa. 

No le pasó desapercibido cómo la bruja se aproximó a su esposo para decirle aquellas palabras. De no ser porque estaba realmente segura del cariño enorme que le tenía el Señor de la Moneda, la Targaryen de ojos oscuros, se hubiera enceguecido por la furia. Sin embargo Anyria era más sabia que eso y sabía el nivel de amor que existía entre ellos dos. 

"La verdadera razón por la que me ha elegido es porque tú has perdido el corazón entre tus artes oscuras hace mucho tiempo", pensó, sin decirlo en voz alta. 

-Sois muy soberbia... No vine aquí a cobrarte nada. Vine a advetiros, estáis moviendo hilos cuyas consecuencias no sabéis si soportareis. La princesa está en peligro y los dragones no van a ser su mayor problema, ni siquiera el tuyo.

-Quiero ayudar a la princesa porque la siento como mi sangre. Me decís que soy soberbia pero, por otro lado, ¿qué razones me dais para confiar en vos?, cuando sé que anhelas a mi esposo y yo soy el muro que no te permite llegar a él. 

-Está herida, pero se salvará, el hombre de arena se está encargando... Están tan preocupados por gente como yo y no ven lo obvio. Consigue el colgante de Cesaelyss y quizás libere a vuestra hija de mi servicio. Pero sólo tenéis hasta mañana a media noche.

Ella sopesó las alternativas, y realmente coincidía con la mujer en que Cessarelys estaba en peligro. Hablaría luego con su esposo sobre esta decisión, pero a todas luces, parecía que tenía que trabajar con el enemigo. Dichas situaciones se daban en este mundo, aunque siempre había consecuencias. En verdad a ella no le importaría jugarse el pescuezo sino fuese porque tenía una vida a la que cuidar. Se trataba de jugar con cartas que no conocía, sin embargo parecía una opción para salvar a la princesa. 

 -Mi corazón es mi bien más preciado, señora -le respondió a la bruja cuando ella hizo la última declaración. También le contestó a lo otro. -Dadme una buena razón para creeros, y buscaré lo que me pides. Soy lo suficientemente madura para entender que a veces se debe cooperar con las personas con las que somos discordantes. 

Ni bien la mujer desapareció, Anyiria tomó a su hijo en brazos y lo acunó con dulzura. Era increíble lo mucho que dolía estar lejos de él.
 

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21/05/2024, 15:41
Lady Wylla Yronwood

Wylla aminoró su paso cuando su hijastro se emparejó con ella. Lo miró de costado, había algo triunfal en esa maldita mujer, algo así que se parecía al poder, la sonrisa estaba allí, el andar más pausado, la espalda recta, el pecho hacia afuera, orgullosa, así se veía.

-Mi querido hijastro... ¡Qué alegría veros! No tuvimos oportunidad de nada esta noche. 

La mujer miró hacia atrás, hacía adelante no había nadie así que se aseguró que detrás de ellos tampoco, tomó por sorpresa a Lewyn y lo arrinconó contra la esquina de aquel muro, Wylla podía ser muchas cosas y a veces, estar con cuidado era poco con ella.

-Pudimos hacer de Dorne un reino capaz de pelearle los Siete Reinos a Aegon pero elegiste venir y hacer una alianza, hijastro...- Wylla estaba muy cerca de él, claro que él podía quitársela de encima pero algo le decía que así sería como ella hablaría o por lo menos le daría un poco de luz a lo que estaba fraguando. -¿Qué más va a suceder? Yo no lo sé... Iba a retozar con un rey pero puedo hacerlo con un futuro rey para sellar un pacto.

La mujer no lo tocaba pero si estaba tan cerca que él podía sentir la tibieza de su aliento.

-No he sido yo la que lastimó a vuestra mujer... Supongo que sí, que está siendo bien cuidada por tu bruja. El rey aún no está prendado de mí, pero puede estarlo pronto. Ven a aquí...

Se puso de puntillas porque Lewyn era mucho más alto que ella y se acercó a su oído porque lo que iba a decir no podía ser escuchado por nadie más.

-¿No te serviría mucho que Aegon muriera pronto? Aunque claro, habría que deshacerse de su heredero también.

El aliento de Wylla pasó a su cuello, a sus labios, lo besó sorpresivamente, estaba claro que ella siempre había querido algo con él pero no siguió con el beso, se apartó y comenzó a caminar, consciente de haber sembrado al menos la duda.

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21/05/2024, 16:13
Elaine

Elaine quería irse porque le dolía tener a Han cerca pero su mujer era un dolor de muela que no se quedaba callada nunca. Parada en el quicio del hogar la miraba con una mezcla de sentimientos, pena por lo que venía y no entendía pero también deseo de estar en su lugar. Ladeó la cabeza, Dralyrian lloraba a grito vivo, Elaine hizo una seña con la mano y el pequeño hizo silencio súbitamente.

-Cesaelyss no es de vuestra sangre... Ya deberíais saberlo. Ella está destinada y hará lo que tenga que hacer, no va a pensar en nadie. Y si, sois soberbia y lo sabéis. Será vuestra perdición, Anyria* ... Decís que sois el muro que no me deja acercarme a vuestro esposo, jajaja jajaja, me dais mucha ternura. No tengo que datos razones para confiar en mí, hacedlo o no, el tiempo os dirá si elegisteis el camino correcto.

Miró a Han que hasta ese momento se había mantenido en silencio mirando a las dos mujeres tener ese ir y venir de acusaciones. El lord sabía que la bruja era poderosa, sabía que incluso podía visitarlo en sueños pero eso nunca lo tomó en serio, hasta aquella noche. Elaine dio un paso hacia el frente, yendo hacia Anyria pero Han se interpuso y entonces ella finalmente desapareció en el fuego. 

Notas de juego

*No recuerdo tu apellido.

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21/05/2024, 16:22
Lord Han Tully

Dralyrian volvió a llorar con fuerza, Han se quedó allí entre el fuego y su familia viendo al pequeño heredero. 

-No lo hagáis, yo cuidaré de vosotros sin importar lo que ella haga.

El bebé seguía llorando a mares, la joven ayabse acercó y lo tomó en sus brazos, el pequeño se calmó enseguida. 

-Con algo durmió a los guardias y por eso no hicieron nada contra ella, tampoco contra esta pobre chica. Quizás sea mejor que vayamos a dormir y mañana pensemos todo con más calma. Yo quisiera que aceptaras ir conmigo a nuestra casa en el campo, yo podría ir y volver cada semana. Me temo que aquí no estén seguros...

La preocupación del lord era real.

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22/05/2024, 00:22
Lewyn Martell
Sólo para el director

Allí la tenía, en toda su gloria. En toda su maldita y miserable gloria. La mujer de las mil vidas, que había resucitado políticamente con gran maestría y en menos de veinticuatro horas. Una buena maestra para un alumno como él, mal que le pesara.

Dejó que se acercara, para ver hasta donde estaba dispuesta a llegar. No podía negar que durante muchos años en su vida, había soñado con tenerla, o más bien, con dejar que ella le tuviera. Porque una mujer como Wylla no se da a otro sin más, si no que te hace creer que es así. Realmente, te tiene ella a tí.

El beso, otrora hubiera provocado que su pene se inflara rápidamente, y le hubiera movido a la pasión más absoluta. Tenía eso en la sangre. Pero ahora también tenía amor, y tenía miedo a no saber qué demonios estaba pasando en el palacio. Y ella lo sabía. Así que tendría que jugar a aquel juego, al menos de momento. Además, ella había dicho algo que le interesó sobremanera. Algo prometedor.

-Estás pletórica, y te sienta bien -observó.

La siguió unos pasos, hasta un recodo que se abría junto a unas escaleras. Allí la retuvo un momento, primero del brazo. Luego, la tomó de la cintura. Y ahora fue él la que la arrinconó. Sabían los dioses que la hubiera tomado en peso, que la hubiera aplastado contra la pared... y la hubiera poseído. Quizá lo hiciera. Pero antes convenía aclarar todos aquellos asuntos. La miró, muy cerca.

-Así que ahora la que tienes que escoger... eres tú. Entre un rey maltratador y controlador, que pega a su hija, que quizá ha mandado que la apuñalen... -esperaba que confirmara esto- Y un hombre que te aprecia y que te puede enaltecer. Seguro que...

Acarició su pelo con los dedos de la mano derecha. Dioses, que mujer. Fuera más mayor que él o no. Era una mujer con todas las letras. Bella, inteligente y peligrosa.

-Seguro que piensas que podrías doblegarlo como doblegaste a mi padre. Pero déjame decirte. Si algo he aprendido sobre ese hombre es que no está solo por un infortunio. Está solo porque no sabe amar a nadie si no es dominándolo. Y tú, Wylla. A estas alturas de la vida... ¿Que alguien te domine? Eso sería dar un paso atrás.

La decisión tenía que ser de ella. Había conseguido eso. Lo admitía. Ahora tenía acceso al rey, acceso más o menos directo. Que era justo lo que ambos necesitaban.

-Sé que sabes quien ha sido, y qué está pasando... -susurró.

Acarició una de sus mejillas. Volvería a besar esos labios, pero no lo haría si ella tomaba la decisión equivocada.

-Y hay que actuar rápido. Sin el rey, sabes a qué atenerte. Sabes que yo te daría poder, y mucho más que eso. Con él... todo es incertidumbre. Incertidumbre y poder caer tan rápidamente como te has alzado.

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22/05/2024, 01:41
Lady Wylla Yronwood

¡Ah, Lewyn! Ese muchacho voluntarioso pero muy capaz. Su padre tenía puestas todas las esperanzas en él y siendo honestos, cuando este murió, sus hermanas, su hermano y ella misma, las tenían. Sin embargo, las cosas habían cambiado en apenas unos días, habían llegado a allí en busca de una futura reina para Vorian y él se había encandilado con la rubia, porque tenía que ser eso... ¿O era amor? Estaba cavilando aquello cuando la tomó del brazo y luego de la cintura arrinconándola, la excitación estaba allí y ella nunca se encargaba de ocultarlo.

-Claro que me sienta bien, este es mi estado natural...- estaba lista para responder sus dudas, al menos las que pudiera. -Vos habéis elegido entre vuestra familia y esa niña rubia sin dar lugar a los demás... Pero ahora sois bueno y me permitís la elección.

Ella lo miraba fijamente a los ojos, había fuego en ellos. En realidad, Wylla era puro fuego y él sabía perfectamente que haría lo que fuera para poner a su hijo en un lugar estratégico aunque ya no fuese el de rey.

-Si Aegon maltrató a la muchacha, alguna razón debió de darle. Tengo entendido que es voluntariosa y algo caprichosa pero digamos que... Espera, ¿os habéis enamorado?

La mujer echó a reír, había cosas que en realidad no se podían ocultar. No podía creerlo, le parecía una cruel broma del destino pero también, le parecía que siendo así, valdría mucho más la cacería. Acercó sus labios a los de Lewyn una vez más, su aliento tibio se mezclaba con el de él.

-No elegiría a Aegon antes que a vos pero no me pongáis a prueba. Hasta hoy, he estado de vuestro lado. Yo no sé si ha sido él quien mandó a apuñalar a la joven princesa pero quizás sepa algunas cosas que te interesen. No podemos hablarlas aquí. Sería muy mal visto que alguien os encontrara con vuestra madrastra en esta "posición".

Wylla bajó una de sus manos y literalmente acarició a Lewyn en la entrepierna sin dejar de mirarlo.

-Me halaga que penséis que doblegué a vuestro padre, pero hay cosas, joven príncipe, que tienen mucha más tela que cortar que está... ¿Deseáis que os cuente lo que sé? Entonces llevadme a un lugar seguro y que no sea a dónde tenéis a la princesa.

Lo liberó, quitó sus manos de su cintura, desafiante.

-Dejad de intentar comprarme con poder... Hay maneras más placenteras de obtener lo que deseáis. A veces sois tan niño.

Hizo una mueca de fastidio a la fuerza no lo quería pero podía intentarlo.

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22/05/2024, 08:58
Anyria

La mujer fue directa en sus palabras:

-Cesaelyss no es de vuestra sangre... Ya deberíais saberlo. Ella está destinada y hará lo que tenga que hacer, no va a pensar en nadie. Y si, sois soberbia y lo sabéis. Será vuestra perdición, Anyria* ... Decís que sois el muro que no me deja acercarme a vuestro esposo, jajaja jajaja, me dais mucha ternura. No tengo que datos razones para confiar en mí, hacedlo o no, el tiempo os dirá si elegisteis el camino correcto.

La verdad era que tampoco la sangre te garantizaba lealtad, pensó Anyria, rememorando la forma en la que su padre trató a su madre: más como una prisionera que como una esposa. Su atención volvió al frente ni bien vio a la bruja yendo hacia ella, deteniéndose solo cuando Lord Tully se colocó delante de la Targaryen de ojos castaños, para finalmente verla desaparecer. 

-Os ama -reflexionó ella en voz alta aún cuando desconoce el verdadero significado del término.

En ese momento el niño comenzó a llorar y su madre volvió a acunarlo. 

-Shhh... Shhh... nada que te dañe hay aquí, pequeño. No temas. 

-No lo hagáis, yo cuidaré de vosotros sin importar lo que ella haga.

Una respuesta concisa con respecto a confiar en aquella mujer.

-Con algo durmió a los guardias y por eso no hicieron nada contra ella, tampoco contra esta pobre chica. Quizás sea mejor que vayamos a dormir y mañana pensemos todo con más calma. Yo quisiera que aceptaras ir conmigo a nuestra casa en el campo, yo podría ir y volver cada semana. Me temo que aquí no estén seguros...

Había genuina preocupación por ella y su hijo, y Anyria lo entendía.

-Déjame orarle a los dioses por respuesta. Mi amado, en mí hay dos dragones combatiendo: uno me habla de huir para preservar lo que más anhelo y el otro busca que ayude a la princesa y que confíe en su cariño por mí. 

Suspiró amargamente. 

-Luego tomaré mi decisión. 

Notas de juego

De parte de padre, nunca lo puse, usemos Goldmill. Ahí lo agregué en las notas de mi ficha. 

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28/05/2024, 03:37
Lewyn Martell

Sus respuestas eran prometedoras e interesantes. Sin duda, si alguien iba a sobrevivir políticamente a aquella agitada noche era Wylla. Tenía más vidas que un gato. Quería, necesitaba conocer realmente el alcance de lo que ella sabía. Y de lo que él le faltaba por saber. La información era poder, porque nos señala posibles vías de actuación. Separaba a amigo de enemigo y permitía reconocerlos.

¿Wylla se le estaba insinuando? Si que estaba contenta hoy. La verdad era que en honor a todas las veces que había soñado con ella, desde la adolescencia, se debía a si mismo sucumbir a aquel canto de sirena. Sonrió, despacio.

-Está bien. Será como tú quieres.

Tenía unos aposentos en aquel castillo. No quería marcharse al palacete. Era poco discreto, y además se alejaba en un momento clave. La condujo hasta ellos con discreción. Luego la rodeó por la cintura de manera no tan discreta, aunque a puerta cerrada. La estuvo mirando a los ojos. A aquellos ojos femeninos y rhoynar, negros como la noche que había afuera. Respiró hondo, sin poder negar cierta excitación. Si su hermano se enteraba de eso seguramente le buscaría por los pasillos con una cimitarra en la mano. Sería mejor que no se enterara nunca.

¿Quería la información ya o podía esperarse un rato? La verdad es que se esperaría un momento. Porque la besó. Llevaba deseando besarla desde que empezó a explorarse a sí mismo. El pobre estaba muy excitado, y no era para menos. No todos los días tienes a tiro el fruto de tus fantasías sexuales.

-Es una buena chica... -le confesó- Pero necesita un pulido a fondo. La domina su padre, tiene muchos problemas... y el corazón dividido. Se hace de querer. Pero es mi llave al trono. La nuestra.

En realidad si la quería, y por eso la defendía. Pero no se lo iba a decir a ella, así de repente. Era lo suficientemente inteligente como para averiguarlo no tardando mucho tiempo. Él era un príncipe de Dorne. Y cuando un príncipe de Dorne está cazando o va a la guerra, se concentra al cien por cien en esa tarea. Y ahora mismo Wylla entraba dentro del concepto "caza". Así que llevó al objeto de su deseo hasta la cama. Pero ella se sabía el camino. Se subió a ella y jugó con sus piernas, sensual. Poseído por un extraño ritmo, él se cercioró de que ella se sintiera completamente... poderosa. Porque usó su boca para besar sus piernas, y luego terminó besando lo que no eran sus piernas. No le quitó la falda, ni la ropa, de momento. Le gustaba así de sensual y poderosa con su vestido de seda. Y le gustó más encontrarse con el vehículo por el que nació su hermanastro, ahora hermano. El vehículo que había sido deseo de reyes y príncipes.

-Hablad... -susurró, antes de aplicarse a la honrosa tarea de darle placer- Contadme lo que sepáis. Y cuales son nuestras opciones.

Había dicho "nuestras". Aquello empezaba a sonar como un plan. Conspirar mientras practicaban el sexo. Aquello era tan Martell como Lanza del Sol. Y no por menos cliché, dejaba de ser placentero, desenfrenado y dando vértigo. Imaginaba que esa mujer estaba totalmente pletórica en ese momento. Con el que podía haber sido su enemigo, entre sus piernas. Pero ya le tocaría a ella. Porque para Lewyn el sexo era un toma y daca constante. No podía ser de otra manera.

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28/05/2024, 16:16
Lady Wylla Yronwood

Wylla se dejó llevar por su hijastro, ya había decidido que sería suyo porque creía que así debía ser, porque se le antojaba desde hacía mucho y porque sabía que debía ser un gran amante o sí no, las mujeres de Dorne no estarían locas por él. Se tumbaron en la cama o bueno, algo así y sin prisas, rebuscando entre sus ropas, él se quiso ocupar de ella. Ella se incorporó sobre sus codos y lo miró unos segundos, dejándolo hacer, excitada pero no tanto como para no pensar en lo que debía. Tomó su cabeza entre las manos y lo detuvo. Negó con la cabeza y rápidamente se cubrió, así no lo quería. La calentura y el deseo estaban ahí pero no era famosa por hacerse de los hombres en momentos así, para eso contrataba a uno y le pagaba.

-No hace falta que me folles para que te diga lo que sé. No soy tu mujer rubia.

Estaba claro que tenía a Cesaelyss en un nivel muy bajo de apreciación. Incluso por debajo de sus hermanas y de la propia amante de Lewyn en Dorne. Se levantó lentamente, aquel lugar era horrible, sólo a los Targaryen podía gustarles, nada de elegancia, de claridad, todo era turbio hasta la decoración y esas sábanas picaban. 

-Aegon tiene un hijo varón... Es pequeño, un niño. Él lo supo hace poco, no he sido yo quién se lo dijo, vino una mujer, al parecer la dueña de la puta que tiene al bastardo del Rey y se lo dijo.

Se volvió a acercar a él, quería arrancarle la ropa y hacerlo suyo pero así no.

-Aquel que no está muerto, el amor de tu princesa, lo sabe y posiblemente Raegon se entere pronto... Hay una prostituta a la que ve muy a menudo y si no estoy equivocada, ella también lo sabe. Cómo veis, querido hijastro, no hay mucho tiempo. Aegon hará lo que sea para que la heredera no sea tu novia, sino su hijo pero tiene muchos enemigos naturales. ¿Ella lo sabe? ¿Es capaz de matar? Porque no tengas duda que la vida de ese niño está tan en riesgo como la de ella.

Wylla lo besó en los labios, su lengua entró invasiva en la boca del príncipe, su pecho y sus caderas se pegaron a él. Estaba duro, claro que lo estaba porque eso era algo natural en los Martell pero no, así no lo quería. Se limpió la boca alejándose de él y acercándose a la puerta. 

-Tal vez averigüe algo más...

Se quedó unos segundos en la puerta por si quería decirle algo más.

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28/05/2024, 16:48
Lord Han Tully

Lord Tully no estaba muy feliz, si se empezaban a meter con su hijo y su mujer, las cosas se pondrían feas y no sólo estaba pensando en Elaine. 

-Bien, pero no lo penséis demasiado, la vida en la corte es más vertiginosa de lo que podemos ver, amor mío.

Se acercó y la besó apretando un poco al bebé entre ellos.

-No importa si Elaine me ama, es más, yo lo he sabido siempre pero a quien yo amo es a vos y a este pequeño hijo nuestro. Así que ni siquiera os preocupéis un poco por ello.

La cuidadora de su hijo estaba en una esquina llorando a mares por lo que había sucedido. Tully la miró, no iba a permitir que bi ella, ni los soldados dormidos se quedarán a cargo de su hijo.

-Esperad en mi despacho, ya mismo iré a hablar con vos- volvió a mirar a su mujer y a suavizar el tono. -Volveré en unos minutos, amor mío... Mañana tendremos muchas cosas que hacer y tenéis un torneo de arco, así que poneros cómoda. 

Tocó su mejilla con cariño y sonrió. Luego camino hacia la puerta por dónde había salido la septa segundos antes. Anyria podía quedarse allí a dormir, seguir a su esposo o ir a buscar a la princesa, ¿qué hacer?

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29/05/2024, 22:48
Anyria

-Bien, pero no lo penséis demasiado, la vida en la corte es más vertiginosa de lo que podemos ver, amor mío.

-Lo comprendo, rezaré a la Madre que sabe lo que es mejor para la familia; y al Guerrero, para que me oriente sobre los juegos de poder.

Anyria le respondió a su esposo. No obstante, era de su conocimiento el que, a veces, los dioses cllasen dejando al silencio como única respuesta. Tal vez sus oraciones dieran fruto... tal vez solamente fuese una forma de liberar tanta tensión y preocupación por sus seres queridos, y también por su princesa. De todas formas, no costaba nada intentarlo, y en este momento no se le ocurría otra manera de saber qué camino sería el más correcto.

El beso la volvió al presente, el futuro daba miedo.

-No importa si Elaine me ama, es más, yo lo he sabido siempre pero a quien yo amo es a vos y a este pequeño hijo nuestro. Así que ni siquiera os preocupéis un poco por ello.

-Si de algo realmente estoy segura es de tu amor, señor y esposo mío.

Ella fue a sus aposentos mientras Lord Tully volvía a su despacho. Se arrodilló frente al pequeño altar en donde tenía una vela, la cual encendió. Primeramente rezó a la madre.

-Madre, así como tú: no hay mayor interés que proteger a mi familia. Irme no sería una cuestión díficil de no ser porque considero a la princesa como mi sangre. ¿Hay esperanza para ella? ¿Debo dejarla y velar solo por los verdaderamente míos?

Luego, dirigió su palabra al guerrero. Necesitaba del espíritu de batalla, por más que no fuera a pelear directamente. Le pidió guía y fortaleza, sobre todo aquello último, ya que la oscuridad parecía querer engullir todo lo que le importaba. El guerrero sabía que había que dejar el miedo atrás a fin de avanzar, y ella tenía miedo por más de pretender lo contrario. Temía perder a Cessaelys y verla convertirse en una tirana; temía que se evaporase la oportunidad de huir, junto a su esposo su hijo, y quedarse sin lo más importante de su vida.

En su corazón batallaban siempre el ciervo y el dragón: el primero, queriendo conservar la familia; y el segundo, intentando proteger a la única miembro de la realeza que le importaba. La respuesta tal vez no vendría... o sería demasiado difícil de discernir, pero antes de dormir debía intentarlo. Al menos eso.
 

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02/06/2024, 23:00
Lewyn Martell
Sólo para el director

Lewyn no solía quedarse solo con un "calentón". No desde hacía bastante tiempo. Pero ella lo merecía, o eso creía él en su fuero interno. La información valía oro. La trama se complicaba, porque ahora tenía un nuevo actor. Un pequeño actor que podía dar al traste con todos los planes. La observó mientras se marchaba, con una sonrisa.

-Hablaré con ella en cuanto despierte. Tomaremos cartas en el asunto. En ambos asuntos: rey y vástago. Luego, habrá una vacante en el Consejo de los Rumores. Algo que te viene como anillo al dedo. ¿No te parece?

Cuando le dejó solo, se quedó mirando el techo un momento. Podría ir a hablar con Raegon o con esa prostituta. Pero quizá era muy precipitado. Acababa de verles, y no en los mejores términos. Lo haría, pero mejor no esa noche. Sin duda, estaban pasando más cosas. Cosas peligrosas. Así que tuvo cerca su espada. Ambas espadas. Una estaba engrasada, la otra la engrasó acto seguido. Esperaba que fuera la última vez que se tuviera que tocar él mismo pensando en Wylla. La próxima vez, sería ella misma.