Partida Rol por web

Viaje al corazón de la Hydra

Acto 4.0

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28/11/2013, 23:59
Jack "Black" Shepard

[Ascensores - Pasillo subterraneo]

Jack avanzó sacando un gremial del bolsillo.

Cara, izquierda. Cruz, derecha.

Puso la moneda sobre la mano, entre el dedo pulgar y el índice, en el dorso, y lanzó el pulgar por los aires, haciendo revolotear la moneda. La aferró al vuelo y la estampó contra el dorso de la contraria, viendo el resultado.

Cara.

Jack, tras llegar a la T, paró y miró a ambos lados. Sin embargo, echó a andar rumbo a la izquierda. El eco de sus propios pasos en la estancia comenzaba a producirle escalofríos, pero mientras no saliesen zombis de los conductos de ventilación, todo correcto. O su nueva mesa de juego estaba en un sitio raro que te cagas, o a saber dónde estaba yendo. Bueno, ya iba de camino, así que, a la aventura.

- Ya sabe lo que dicen. La fortuna sonríe a los valientes- murmuró poniendo su mejor voz de crupier.

Jé.

- Tiradas (1)
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29/11/2013, 09:27
Siegfried Straufenberg

[Lucky Roger- Mesa de Blackjack]

La partida seguía aunque algunos abandonaron la mesa -Vercetti, Tony Vercetti-la respuesta elegante, medida, calculada, levemente altiva. Puro Venectti. Pero como buen casino, aunque hortera incluso para lo poco que controlaba de esos asuntos, rápidamente se llenaron de nuevo. Algunos incluso solicitando permiso para tomar asiento

-Cavaliere, siéntese si desea jugar-un leve encogimiento de hombros, no era el dueño del casino aunque tuviera ganas de verle. Sin embargo parecía que el recién llegado quería empezar suave. Casi cómico, 5 gremiales, una miseria para Tony. Con una leve sonrisa de conmiseración esperé el resto de apuestas observando con calma a los personajes que ahora me acompañaban. Por algún motivo que se me escapaba parecía ser el centro de atención, algo con lo que no me terminaba de sentir cómodo. 

-Si quiere jugar, apueste- Añadí por todo comentario al otro recién llegado que venía con compañía, ¿escolta tal vez? Cuando llegó el turno de Tony, echó mano de una de las fichas que acababa de ganar de la ronda previa, veinte gremiales, y la eché al tapete con desidia. Ahora se vería si los que ahí estaban rozando el acoso habían ido a jugar o sólo de farol.

Y, tras ese interminable instante, la sonrisa maniquea perfecta de nuevo a la croupiere -Questo sonno venuto-vamos, que a eso había ido, que no era por las copas ni el ambiente. Que Tony había ido ahí a jugar. Otra cosa eran los asuntos que yo tuviera pendientes- Ma, cavalieri, ¿verán la apuesta?-mirando alternativamente a los recién llegados. Sonrisa felina, peligrosa, esa sí era mía y muy digna del Venectti más peligroso del que se tuviera noticia. Un gesto casi olvidado de tiempos más turbulentos. Aviso para navegantes, aquí hay dragones, decía.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Quedo la tirada hecha para final de ronda.

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29/11/2013, 12:10
Terrence Nightingale

[Lucky Roger, mesa de Blackjack]

Por supuesto, Terrence no estaba jugando, y mucho menos utilizando su dinero. Él tipo que se había agenciado y cuyo nombre era incapaz de recordar, sin embargo, sí que flaqueó al ver los gremiales cayendo sobre la mesa. Aquel era probablemente su salario, quizás incluso el dinero que debía enviar a una familia en una luna lejana. Por un instante, Terrence imaginó una mujer envuelta en una manta raída, un niño en los huesos. Luego dio otro trago a la bebida hasta que volvió a ver a su lado a una cartera andante. Le dejó vacilar unos instantes. Después, puso un cigarro en sus labios, dio un leve golpecito en el hombro de su acompañante y dejó que le ofreciese fuego. Dio las caladas hasta que el tabaco prendiera sin apartar los ojos de los del maromo, con lentitud, con suavidad. Dejó escapar una calada y murmuró algo que sólo aquel hombre pudo oír mientras esbozaba una media sonrisa.

Lo siguiente que se oyó fue el ruido de otra ficha de 20 gremiales rebotando en el tapete mientras aquel hombre, que cada vez estaba más claro que era una marioneta, decía algo sin importancia.

-^La fortuna no viaja a la vera de los cobardes^ -comentó con la sonrisa bailoteando en los labios y los ojos puestos en Siegfrid tras los cristales de sus gafas. Hablaba un Venecti perfecto y carente de acento: sus palabras eran una cita de alguna clásica ópera, con maridos deshonrados, mujeres traicioneras y máscaras por todas partes. Dio una calada como permitiendo que las palabras se asentasen, curioso por como respondía aquel Venecti de maneras tan tópicas que casi parecían una caricatura -La suerte sonríe a los valientes -tradujo al cruzado para el resto de los compañeros de mesa. Por supuesto, era una traducción extremadamente aproximada. Se preguntaba si alguno de ellos lo notaría.

Sólo quedaba Dustin por apostar. Terrence sonreía y fumaba mientras esperaba a ver su acción, con una frivolidad que, a ojos perceptivos, se revelaba bastante estudiada.

 

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29/11/2013, 15:47
Dustin Eberhard

[Lucky Roger, mesa de Blackjack]

Entre en el juego gracias a las poderosas palabras de la croupier, me sente al mismo instante que mi objetivo se dirigia a mi, asi que asenti levemente a modo de saludo... justo para comprobar que el problema andante del piano-bar habia decidido apuntarse a la mesa... junto con un valedor.

Con un simple movimiento de dedo pedi carta y sonrei a la croupier, no de un modo que pudiera interpretarse como flirteo... sino un simple saludo, era una mujer despampanante pero mi juego ahora mismo era otro. Volvi mi mirada hacia Siegfried y vi su sonrisa... como retaba a los que estabamos en la mesa y al mismo tiempo nos advertia de que no era una oveja, sino un lobo... una pena que el lobo no se encontrara en su habitat natural.

- En serio... ¿ver su apuesta señor Vercetti?. - Sonrio abiertamente con ironia. - Despues del porte que gasta y las ropas que lleva. Hubiera esperado que supiera algo mas sobre el juego al que jugamos... parece como si tuviera demasiado dinero para esto o en su lugar se estuviera jugando el dinero de otro. - Me encojo de hombros como si en ambos casos, la respuesta me es indiferente. - Esto es blackjack... asi pues, aqui, mi unica contrincante es la banca, en este caso nuestra preciosa croupier. - La miro a ella. - Por favor no se lo tome a mal... solo es una explicacion para nuestro compañero de mesa.

-Usted no es mi enemigo, ni la pareja de mi lado... - Señalo con un gesto de cabeza al hombre de gafas, al mismo tiempo que le agradezco la traduccion. - Estamos aqui sentados para ganar a la banca. O como a veces se refieren los jugadores, "hacer saltar la banca". Y para hacer eso, se necesita algo mas que dinero, se necesita astucia y una obra... una obra de arte lo suficientemente buena, para que con algo de suerte podamos hacerlo. Es como una obra de teatro... hay que saber entender como funciona el juego y esperar que la Fortuna este de nuestro lado.- Muevo de nuevo los cinco gremiales a la zona de apuestas. -Asi que tendra que disculparme pero no "veo" su apuesta.

Pido otra carta y asiento ante el numero que sale. - Es mas creo que en su caso, incluso esos 20G... son una ofensa. Creo que una persona como usted podria jugar perfectamente por no se... unos 500G sin demasiados problemas. - Dejo mis cartas en la mesa. - Es mas esas cantidades, no son de mi interes.

 

 

- Tiradas (1)
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29/11/2013, 18:30
Siegfried Straufenberg

[Lucky Roger, mesa de Blackjack]

A veces la gente podía ser tan irritante... Ironías de la vida era que tuviera que soportar una charla insustancial sobre cómo jugar a las cartas, sobre estrategias y azar. ¿Pero en serio era tan complicado que la gente tuviera un poco de etiqueta? ¿Un mínimo de saber estar? Tal vez sólo estaban intentando provocar y por eso era mejor no entrar en su juego

Con educada y fingida calidez respondí primero al deslenguado que se había presentado como Dustin. -Creo que no me ha entendido signore-si uno falta al respeto deja de ser un caballero- no me refería a jugar contra voacé-un voseo era algo peligroso en lugares de baja estofa, pero dudaba que se atreviese a la más mínima estando rodeado de tanta gente-sino a estar al nivel de la mesa.-un gesto amplio abarcó el resto de apuestas de los demás- para manchar el tapete con el dinero del bocatta agradecería que se marchase. Cinquocenttos serían una ofensa aquí de la misma forma que lo son sus cinco. Le recomiendo la mesa del señor Carlisle para esas cifras que parece anhelar, guárdese las lisonjas para él-para las cantidades de tres cifras aún era pronto; uno no era invitado a esas mesas por un par de manos altas. Y no tenía intención de arrastrar a estas rémoras-Tal vez podría aprender modales del resto de cavalieri que nos acompañan- dando con ello la conversación por terminada pasé a responder al primer interlocutor. 

-Y de valientes están los cementerios llenos-por qué no seguir con el estereotipo de Venectti ladino y traicionero, a fin de cuentas por lo que parecía aquí todo el mundo me conocía pero, sabiamente por su integridad, preferían limitarse a pequeñas puyas en la distancia. Bien por ellos, sabia decisión. Que se tomasen mis palabras como les viniera en gana; por el momento el nivel de apuesta se iba a mantener. Tal vez un unas pocas rondas alguien que de verdad importase demostrase el interés que estaba buscando.

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29/11/2013, 19:09
Dustin Eberhard

[Lucky Roger, mesa de Blackjack]

Vaya vaya despues de todo el bueno del señor Tony no sabia guardar las apariencias tan bien como él mismo creia... de uno u otra manera ya habia dejado caer la mascara olvidando el acento y hablando sin nigun tipo de raro chapurreo. - No recuerdo que en la mesa haya ningun nivel, ese tipo de juegos como bien ha dicho son cosa de Carlisle. Ademas... no necesito apostar quinientos gremiales, cuando es mas facil buscar*"Schnalle"* - Paseo mi mirada por el tapete y las cartas de nuevo. - Estoy seguro de que hay mas de los que veo y eso ya seria mucho dinero. Pero aun asi eso seria aburrido... y romperia la magia de la obra tan bonita que han montado. Asi pues no me interesa mas que observar. - Me paso la mano por la boca cuidadosamente. - Y ahora se me ha quedado la boca seca de tanto hablar. Que tal si jugamos un poco a las cartas con nuestra preciosa croupier, yo con el dinero de mi bocadillo y usted con la cantidad que considere apropiada, dejemos que el ritmo continue... no me gusta romper la magia de una buena sorpresa.

Me giro hasta nuestro otro acompañante, no el que pone el dinero sino el hombre de las gafas. - Que le parece, ¿jugamos?

 

Notas de juego

*Esto me lo he inventado, seria una manera de nombrar a los marcados para morir. A aquellos que son perseguidos, una especie de jerga del V reich.(un juego de palabras vamos)* Dicho en ario claro esta.

MASTER: ojo, el post de Sigfrid esta lleno del mismo chapurreo que los demás posts de "Tony". En lo que respeta a guardar las apariencias, no ha cedido ni un mínimo. Cuidado con estas cosas, que crean contradicciones y nos liamos todos un poco. Que ya suficientemente liosa es esta escena xP

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29/11/2013, 23:33
Terrence Nightingale

[Lucky Roger, mesa de Blackjack]

 

Terrence y su compañero asistieron al intercambio de indirectas en silencio. El maromo, porque estaba demasiado ocupado en fijarse en el comercial. Este, por su parte, se limitaba a fumar con una media sonrisa. La humareda caracoleaba a su alrededor. 

"Y de valientes están los cementerios llenos", dijo el tal Tony, a lo que Terrence asintió con levedad. ^Todo con mesura, incluso la cobardía^, respondió, parafraseando precisamente la respuesta en la opereta. Esta vez, se ahorró hacer ningún tipo de traducción. Quizás le habría gustado que el Venecti hubiese sabido responderle con alguna referencia parecida, pero bien cierto era que no todos tenían que haber recibido una educación decente. No parecía el tipo de hombre que hubiese recibido una formación intensa, aunque sólo fuera por aquel nombre. Dio otra calada al humo. Y en honor a la verdad, Terrence podía disfrutar de aquellos juegos de citas más de lo que casi cualquiera. Ah, no, él no tenía particulares sospechas sobre su identidad, o no más que sobra la de cualquiera en aquel casino. Aunque había de admitir que la forma en que Dustin y él intercambiaban puyas, añadido a los comentarios de Tesla, le ponía en situación de desconfianza. ¿Qué relacionaba a Dustin y a Tony? 

En cualquier caso, aquello era un espectáculo. Terrence dejó que el humo le remolonease en los labios, le enmarcase la media sonrisa. Miraba ahora a la groupier, preguntándose quizás, qué estaría pensando ella. Abrió su sonrisa de dientecillos afilados. 

-Me atrevería a decir que todos los jugadores están listos. 

Dio otro sorbo a su copa, dispuesto a asistir con indiferencia a cómo otros perdían su dinero. 

 

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30/11/2013, 13:09
Angela Gabriella Della Nocte

[Lucky Roger, Ascensores]

Tiempos perfectos. La entrada de Eva eclipsaba mi salida, nadie prestaría atención a lo que estaba haciendo.

Empezaba a acostumbrarme al anonimato, aunque no podía decirse que disfrutase en absoluto de sus ventajas. No había tardes tranquilas leyendo junto a la ventana, con un zumo recién exprimido o un chocolate caliente con aroma de canela. No había paseos para perderme en una ciudad nueva explorando sus rincones más antiguos.  Y tampoco había siquiera la ocasión de desmontar un mecanismo viejo para ver cómo funcionaba.

Cierto, la planificación de nuestra pequeña representación había sido… sorprendentemente divertida. Y no podía decirse que nuestra ejecución estuviera exenta de gracia. Pero quedar en las sombras, aunque fuese el apoyo necesario para que funcionase, era… decepcionante. Nunca nadie valoraba ese esfuerzo.

Era como Minerva, no entendían su auténtico valor. Todo el mundo asumía que un sirviente era igual que otro y que Sookie podía hacer lo mismo que Minerva. Por supuesto eso era falso. Brevemente consideré aquello. La memoria de Sookie correspondía más a otro tipo de cuerpo, uno con otro set de habilidades y objetivo distinto. Pero mientras esperaba con Hersel a que los ascensores se despejasen, tal vez no era el mejor momento para pensar en diseños y especificaciones. Lástima.

Tal vez, cuando concluyese el acto principal podría desquitarme un poco, ir al spa y bajar algo interesante que leer. ¿Pero a quién quería engañar? Eso no sucedería, de algún modo algo se torcería y me quedaría sin disfrutar de mi merecido descanso.

Sonreí y, de forma discreta, grabé la mesa de Black Jack. Tenía cabida para 7 jugadores, pero sólo tres de los presentes destacaban. También tomé unas imágenes de Eva Love, como una turista más. Dediqué una sonrisa a Hersel.

- Soy una gran fan - no era necesario más explicación, aquello estaba lleno de fans.

Y sólo por curiosidad, miré alrededor de Eva, buscando la presencia de más… personas que destacasen o no terminasen de encajar. El trabajo de apoyo nunca acaba.

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30/11/2013, 20:57
Angela Gabriella Della Nocte
Sólo para el director

Teclee en el movil con la soltura que dan años de practica. Sookie no podria decir que no le habia dado una oportunidad.
"Graba todo las cosas interesantes que sucedan en el casino y trae mis mudas de ropa"
Despues le di a enviar, veriamos si merecia su propio cuerpo...

Notas de juego

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01/12/2013, 01:32
Lev "Leon" Y. Korolev

[Lucky Roger, entrada y sala principal]


Maldita ella, malditos ellos, maldita luna, maldito gobierno. Malditos todos, y los primeros esa panda de cobardes y sucias ratas traidoras, hijas de gusanos de nieve que se revuelcan en estiercol. Maldigo para mí, apretando mis enormes puños cuando no consigo, por tercera vez, cerrar el broche de la capa. Y dicen que a la tercera va la vencida, maldición. O lo consigues a la primera, o te va a costar una eternidad lograrlo, eso digo yo. A la cuarta sale, e hincho mi pecho para comprobar que nada falla. Algo hay que reconocerle a esa condenada señorita, y es que la capa es muchísimo mejor que cualquier prenda que me he puesto en... diablos, en todo lo que recuerdo de vida, que no es poco. Recojo el resto de las cosas, y le doy una última calada a la pipa desechable que no voy a poder llevar dentro. La pipa que sí voy a llevar es horrible, y demasiado grande.

Salgo de ninguna parte. Un callejón, o quizás una puerta. Al momento siguiente estoy ocupando media calle, andando con pasos largos y sonriendo con fuerza al ver el casino, como deseoso de entrar. Y no es para menos, pues cuando un rico urso con aspecto de haber bebido bastante ve un lugar donde beber más y gastar parte de su dinero con entretenimiento estoy convencido de que pone una cara igual. La cara que recuerdo de algunos generales durante la guerra, en su seguro puesto de mando. Camino hasta la entrada, apenas apoyándome en el casi tan enorme como yo bastón que llevo, antes de avanzar hasta la puerta con una sonrisa y penetrar en el casino.

  ¡Y que me aspen si es gigante! Pongo otra sonrisa aún más enorme en mi rostro, y avanzo lanzando miradas a diestro y siniestro pero con lentitud. Caminando, llego hasta la sala principal de juego, donde se arremolina suficiente cantidad de gente como para que alguien con aspecto tan extravagante como yo pase hasta ligeramente desapercibido. -Shis his his his shis. -Río, claramente contentillo. Contemplo las mesas de black jack y poker. Algo demasiado inteligente. Contemplo la ruleta. Demasiado estúpido. Pero según parece, toca, así que avanzo hacia allí y apuesto, como quien no quiere la cosa, 50 gremiales sacados de un bolsillo. Y sonriendo, no puedo evitar mirar tranquilamente a mi alrededor, contemplándolo todo como quien evalúa la casa de su vecino y la compara con la suya propia.

Notas de juego

Si es que vaya semanita. Por fin puedo hacer entrada en escena, que ya tocaba.

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01/12/2013, 15:15
Director

[En alguna otra habitación de hotel]

Derpy revoloteó alrededor del tigre, que bufó para espantarlo, molesto. Era un hermoso y enorme animal, un gran felino blanco de 400 kilos de puro músculo que languidecia perezosamente encima de la cama king size en forma de corazón. A juzgar por el estado de la gigantesca suite, alguien se había corrido una buena juerga: lámparas tiradas, minibar saqueado, papel pintado arrancado, el holograma del contestador autmático atascado y emitiendo en bucle sin cesar... un familiar sonido agonizante proviniente de detrás de la puerta del baño le recordó a Drake las conseqüencias de salir de fiesta. Había también varios individuos desperdigados por la sala. Un pie asomaba bajo una montaña de sábanas y cojines y sus estertores indicaban que su dueño, al menos por el momento, seguía con vida. Un tipo desnudo parecía haberse quedado encerrado en el balcón con la única compañía de una botella vacía de champangne, al verla entrar en la habitación, la saludó alegremente con su sonrisa de borracho agitando la botella como si la invitara  tomar algo sin prestar atención a sus graves quemaduras por el sol. Encima del enorme televisor caido había otro tío en bañador y camisa kiwiaana, que parecía estar echándose una siseta aprovechando el gigantesco sombrero de Sonora de un verde ofensivo para la vista que tapaba su cara.

Detrás de ella, el guardia de seguridad logró desembarazarse por fin de la sábana que lo envolvía y se levantó de nuevo, con un cristal de sus gafas de sol roto, para retomar su persecución. Se plantó en la puerta dispuesto a detenerla, pero pareció cambiar de opinión al ver el estado de las instalaciones.

- ¡Eh! ¿Que cojones ha pasado aquí? ¡¿Este es el tigre de la señorita Love?!

- Shhhh- murmuró el montón de cojines y sábanas.- No tan alto... hay gente que quiere dormir...

- Blergggg- aportó quien estubiera en el baño.

Rojo de ira, el guardia se llevó una mano al pinganillo que colgaba de su cuello y se lo recolocó en la oreja.

- Necesito refuerzos en el piso 10, repito, necesito refuerzos en el piso 10, tenemos un 14-12 en progreso... Si, el tigre otra vez... Y el paquete de la señorita Jane se esta moviendo.

El tipo del balcón hacía señas y pegaba saltitos, al parecer tenía algo que aportar a la conversación que era de suma importancia...

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01/12/2013, 15:42
Director

[Lucky Roger - Pasillos subterraneos]

Cuanto más se adentraba en aquel complejo más se daba cuenta de que era menos y menos probable de que allí se jugara ni ninguna partida de alto nivel. Parecía, en realidad, una zona de seguridad para el personal. No había adornos en los pasillos, que eran de un pulcro blanco con unas sencillas lineas verdes a media altura, las puertas que había a lado y a lado del pasillo que había elegido eran grises, metálicas y sin cerradura, tan sólo un dispositivo magnético parecido al que encontró en el ascensor.

Había cuatro puertas, dos a la derecha y dos a la izquierda, y luego el pasillo giraba otra vez a la izquierda. Al fondo del pasillo debía de haber una luz más intensa que los insípidos fluorescentes que bañaban el pasillo, pues un suave resplandor llegaba hasta dónde estaba.

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01/12/2013, 15:37
Debrah Anne Drake
Sólo para el director

La de vueltas que daba la vida. Sí, unas vueltas maravillosas pero seguro que yo estaba borracha mientras giraba porque ahora me tocaba el marrón de los gordos.

-¡No te acerques o Derpy achuchará al bicho para que se te coma!-le avisé retrocediendo hacia el balcón, acorralada. La verdad es que lejos de estar por la labor, el tigre tenía una paciencia vomitiva. Vomitiva.. usar esa palabra con alguien vomitando hasta quedar del revés por el esfuerzo en el baño era cuanto menos curioso. Mi espalda dio contra el cristal y salí correteando como si me fuera la vida en ello colándome en el balcón y cerrando (aunque no sirviera de nada).- Hoooola ¿quieres jugar a un juego?- apoyé las yemas de los dedos a través del cristal y sonrió al guardia de seguridad- creo que ese gato grande necesita una novia que le alegre el alma-retrocedí hacia la barandilla esperando poder salir de ahí por las buenas mientras el Glamour chispeaba en mis dedos, vibrando en el aire de forma casi imperceptible y haciendo que los iris espirados brillaran y se movieran con absurdo encanto.

Y mientras tanto el individuo de la botella seguía queriendo decir algo. Sí, YA SÉ QUE ESTOY BUENA, ¿VALE?

Notas de juego

Acción: Glamour para que el segurata parezca una interesantísima tigresa en celo y pueda hacer patitas con el tigre... o algo así.

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01/12/2013, 16:17
Hersel Jodrovsky

[Lucky Roger - Ascensores]

Una vez despejados los ascensores, Hersel aguantó la puerta del mismo caballerosamente para invitar a Ángela a entrar, para luego seguirla.

- No se preocupe señorita...- esperó educadamente a que Ángela diera su apellido,- nuestra bóbeda es la más segura de toda la cola de la hydra. No hemos tenido ni una sóla tentativa de robo con éxito que haya podido penetrar el perimetro exterior de nuestras instalaciones. Aun si fuera así, cosa harto improbable, el hipotético ladrón tendría que descubrir cual de las seis cámaras acorazadas es la correcta, puesto que un sólo error le llevaría a una certera muerte. Y si, aun con todo esto, el ladrón logarara sustraer el artículo en cuestión, nuestro seguro correría, por supuesto, con una generosa indemnización. Pero insisto, tal cosa no será necesaria, ya que una empresa de este calibre es, virtualmente, imposible.

El contable introdujo una tarjeta de seguridad en una ranura que hizo que un piloto se encendiera de color verde. El ascensor empezó a descender de modo casi imperceptible. Fue un viaje bastante largo, para lo que esperaba de un aparato de alta velocidad cómo aquel. Hersel aprovechó para seguir con su explicación.

- Como sabrá, las condiciones del servicio de almacenamiento tiene un precio ligeramente superior al de usar, simplemente, una de las cajas fuertes del hotel- expuso, preparandola para la dolorosa,- comprenderá que no podemos dar uso a nuestras instalaciones más exclusivas sin una garantía. Una vez en el nivel de seguridad, revisaremos el contrato para confirmar que esta de acuerdo con todos los términos, y procederemos al deposito. No le robaré demasiado tiempo.

Con un siseo, el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron de forma automática. Un aséptico pasillo, sin adornos ni lujos de ningun tipo, les recibió. El contable acompañó a Ángela por el corredor de la derecha hasta una sala con una larga mesa y algunas sillas.

- Comprenderá que tengo que comprobar el contenido de la caja antes de poder depositarla en la bóbeda. Es un sencillo formalismo y le recuerdo que le ampara mi voto de confidencialidad profesional- explicó, extendiendo una tableta.- Aquí tiene las condiciones del contrato, es lo que ya habíamos hablado, pero si desea algun añadido no contemplado, por favor, no dude en señalarlo. Lo subsanaremos inmediatamente.

El contrato era bastante estándar por lo que pudo leer Ángela. Establecía una fianza de 500 gremiales en caso de pérdida irrevocable del artículo y una cláusula de confidencialidad absoluta por parte de la empresa y por parte del cliente. Ocurriera lo que ocurriera, nadie lo sabría jamás. Era un poco caro (casi 100 gremiales por la semana que había pedido), pero si lo que querías era seguridad y discreción valía hasta el último centavo.

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01/12/2013, 16:21
Director

[Lucky Roger - Gran Sala]

El buzón del piraña le avisó de que este no recibió el mensaje. O bien estaba apagado, o no tenía cobertura, sin embargo el atlante con aliento mentolado no era su única opción. Tesla estaba allí, y no iba a rechazar la oportunidad de poder cotillear sobre alguien. Además, el misterioso blogger tenía una reputación que mantener. Sus informaciones, aunque escandalosas, solian ser verdaderas. Usandolo, conseguiría no sólo la verdad, sino que podría poner en jaque a todo el casino.

 

Notas de juego

Esto es sólo para ti, ahora mismo posteamos la master para todos

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01/12/2013, 16:29
Director

[Lucky Roger - Salón de juego, 20:40h]

Los rumores y chismorreos se extendían como las ondas de una simple piedrecita por la superficie de un estanque, sólo que con el potencial destructivo de un tsunami. Por todas partes coros de mujeres, y algunos de hombres, susurraban conspiratoriamente el nombre de Diego de la Vega, al tiempo que alababan y se inventaban nuevas y maravillosas supuestas virtudes del caballero.

Durante este corto periodo de tiempo, un pequeño grupo de interesados se había ido congregando alrededor de la mesa de Blackjack, para observar las pullas que Dustin y "Tony" se lanzaban, así cómo para maravillarse de su habilidad en el juego. En unas pocas manos, y grácias al conservador modo de jeugo de la banca, cuya croupier parecía disfrutar de lo lindo con la situación, ambos consiguieron unos moderados beneficios. No así el tercer ocupante de la mesa, que estaba muy preocupado en impresionar a su acompañante y no dejaba de arriesgarse mano tras mano, hasta que se quedó sin blanca. Sin embargo el espectáculo estaba a punto de terminar, ya que la croupier tocó el timbre de cambio de turno, se levantó y, sin abandonar su perenne sonrisa felina, se despidió con un "hasta la vista chicos". Esto hizo aparecer muchas caras largas entre el improvisado público, que se dispersó del mismo modo que se había formado, cómo un azucarillo en un cafe venecttiano caliente.

Sin embargo, antes de que el siguiente turno ocupara su puesto en la mesa, un empleado del casino, sin duda de mayor rango a juzgar por el traje que llevaba, se acercó a "Tony" y, tras un profesional y educado saludo, se ofereció a acomparle a una mesa más adecuada a su "estilo de juego".

Mientras ocurría todo esto, un viejo conocido para algunos de los presentes, cruzó la sala sin molestarse en intentar no llamar la atención. El Señor Piraña, ataviado con su camisa kiwiaana azul con palmeritas, sus bermudas, sus sandalias de dedo, y sus gafas de sol cruzó la sala en dirección a uno de los empleados de seguridad, con quien intercambió algunos cuchicheos antes de que este se largara por uno de los ascensores de seguridad. El atlante se sentó en la barra del bar, dispuesto a esperar tranquilamente mientras Sugar le preparaba uno de sus famosos cócteles de colores.

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01/12/2013, 16:54
Director

[Lucky Roger, Ring de combate : Alan, Meyer & Pierre vs Machacasaurio]

Round 1.

El gigantesco lagarto se irguió cuan alto era mientras se cruzaba de brazos, cómo esperando a que el trío de enmasacarados hicieran algo. Realmente era un bicho enorme y parecía bueno, parecía cabreado...

Alan: En ese momento me sentí como hacía mucho tiempo que no me sentía, en mis tiempos como si fuera el lugar donde debía de estar, como si solo perteneciera a un ring o una arena. Se acercó rugiendo e intentando ensalzar a la multitud, consejo que le había dado a Meyer unos momentos antes.

Ya sabía lo que tenía que hacer, inmovilizarlo, pero si podía hacerle daño mejor, así pues y sin pensarlo dos veces, me lancé cual bala de cañón dispuesto a agarrarlo, luxarlo e inmovilizarlo mientras los otros dos se encargaban de recuperar las armas.

Master: El ímpetu de la mole midgardiana consiguió desplazar al reptil lateralmente y llevar uno de sus brazos a la espalda dejándolo inmovilizado. Haciendo acopio de sus fuerzas, intentó con todo su empeño dislocar el hombro de la bestia, pero los músculos del monstruo parecían de hormigón armado y ni siquiera se molestaron en moverse un ápice. Viéndose incapaz de lesionarlo, usó su pierna para trabar el otro brazo del lagarto, al menos así parecía imposible que Machacasaurio se liberara por el momento. Pierre y Meyer tenían su portunidad...

Pierre: Me gustaba el trabajo en equipo. Y Alan parecía tener claro cuál era su papel. El de sparring. Contuve la sonrisa de satisfacción al ver cómo el lagarto caía al suelo inmovilizado. Sabía que aquello no iba a durar. No nos meterían a los tres a enfrentarnos a ese bicho si no fuese capaz de pulverizarnos individualmente. Así que mi compañero midgardiano no tenía mucho tiempo. Aunque ya que tenía gran parte de la culpa de que nos encontrásemos allí, que le apaleasen un poco no me parecía mal.

Sacudí la cabeza y comencé a trepar por la jaula, en dirección a las armas. Mi principal objetivo era conseguir aquella espada. El segundo, sería conseguir el arma de Alan. Si tenía opción, incluso alguno de los cuchillos para Meyer…

Meyer: Ya al comienzo del asalto, pude ver adonde se dirigía la mirada de Pierre y la de Alan, las armas que tanto necesitábamos, Pierre ya estaba trepando por la pared, en un intento de obtenerlas antes de que el lagarto prestara atención a otra cosa que no fuera la garrapata que tenia encima.

-¡Pier... digo, Rabia Salvaje, aqui¡

Poniéndome debajo suya, junté la manos y me incliné para que pudiera apoyarse en mí. Una vez lo hiciera, le ayudaría a alzarse hacia arriba en un espectáculo acrobatico, cosa de lo más apropiada a juzgar por el público ávido de piruetas y hostias.

Master: Pierre parece a punto de resbalar entre las botas de polipiel y los guantes de terciopelo de Meyer, pero, con un último esfuerzo, consigue catapultarse a las alturas en un espectacular movimiento y agarró el mango de la espada del ario. Desde allí, antes de caer con el arma, pudo ver que en la reja había quedado imantada también la anilla que le dio Aurora, las chapas militares de Meyer y una extraña moneda que no reconoció como ninguna que hubiera visto, y eso que había tenido que aguantar al mayor experto de numismática de la galáxia dando clases.

Aterrizó en el ring otra vez, espada en mano.

Pierre: Hice un par de filigranas en el aire con la espada cuando caí al suelo. Había que ganarse al público. Miré al techo. Había unas cuantas cosas ahí que tenía que conseguir. Y aquella moneda me llamaba poderosamente la atención. Seguro que era de alguno de mis compañeros. Ya me preocuparía de hablar con ellos… teníamos muchas cosas que contarnos. Y cada vez estaba más convencido de que la colaboración nos ayudaría a todos. Miré a mi oponente, enzarzado en un amasijo de carne con Alan. Luego miré a Meyer, desarmado. No tenía muy claro lo que hacer. Así que decidí que quizá lo suyo era devolver el favor a mi compañero. Mi padre siempre decía que era mejor dar que recibir. Y no sabía cuánta razón tenía. 

- Venga, tu turno.

Y me acerqué a la pared para ayudarle a saltar.

Master: El gigantesco lagarto se debatió entre la poderosa presa del midgardiano, agitando su cola y siseando furioso mientras lanzaba dentelladas al aire. Finalmente, con un estallido poderoso, el reptil usa su gran fuerza explosiva para romper la presa y liberarse con un grito de triunfo. El público enloquece.

Meyer:

-¿Yo también tengo que dar volteretas en el aire, como un delfín de circo?

Me queje por lo bajo, aunque no era un extraño a las alturas, así que no tenía de que preocuparme de romperme una pierna, y aun menos de hacer el ridículo. Aún mas si Pierre estaba ahi como apoyo, como un fiel compañero trapecista que ya conocía que se sentía con los pies bajo el cielo y la cabeza sobre el suelo.

Tomando carrerilla, esprinté hacia donde estaba Pierre, y esperando que me impulsara tal como yo lo hice, me apoye en el y salte hacia el techo, alzando la mano al objeto que tanto necesitaba, una espada, la espada de Alan. “Preferiría recoger mis cuchillos, pero eso podía esperar. Siempre podria escalar por ellos en cualquier instante, pero dudaba que Alan fuera de paso ligero y capaz de escalar balcones, si acaso era de paso pesado y derrumbando la casa encima suya.

Master:

- El malvado ario enmascarado corre y, pisoteando a un miembro de una raza inferior, consigue su objetivo sin problemas. ¡La gran espada del Aplastador está en sus manos, señoras y señores! ¡Pero no se detengan ni un momento a recobrar el aliento! Machacasaurio se ha liberado de la traicionera presa del Aplastador y parece que carga sin control contra el ario, parece que el villano lo ha enfurecido de verdad ¡Las cosas se van a poner feas para el traicionero y escurridizo Agente Odio!

El Lagarto se avalanzó contra Meyer sin contemplaciones, pero este consigue saltar en el último momento y evitar unas fauces que se cierran con un chasquido nada tranquilizador.

Pierre: Bueno, Alan nos había conseguido el tiempo necesario para armarnos… aunque no esperaba que Meyer se preocupase más por armar al midgardiano que a si mismo… quizá debería empezar a pensar distinto de él. Quizá si tuviese un poco de honor, orgullo, valor, y todas esas mierdas que te hacían acabar muerto en un callejón. Podría ser un héroe romántico de una de esas novelas que mi padre no me dejaba leer… si tuviese dos ojos. Ningún héroe que se precie es tuerto. El ser tuerto es para villanos. O secundarios oscuros que terminan siendo aliados inesperados.

Me encogí de hombros y sonreí. Aquellos pensamientos era mejor dejarlos aparcados para otro momento. Un momento en que una mole de escamas y músculo quisiese matarnos. O zurrarnos hasta que nos doliese inmensamente. Y no estaba dispuesto a permitírselo.

Aprovechando que se había centrado en Meyer, inicié una carrera hacia su espalda, esperando cogerle desprevenido, y lancé con todas mis fuerzas un tajo con la recién conseguida espada del ario. Con un poco de suerte, conseguiríamos poner fin rápidamente a todo esto.

Master: En el momento en que Pierre vió la espalda del reptil se abalanzó sobre él como si estuviera en una orgía de supermodelos, con la espada por delante. Intentó un efectivo corte en diagonal pero, a pesar de que su espada grabó un profundo tajo del hombro izquierdo a la cadera derecha del reptil, no salió ni una gota de sangre. Lejos de parecer malherido, el lagarto parecía más cabreado.

Pierre: Di un paso atrás, sorprendido por lo que acababa de ocurrir. No me esperaba ni de lejos que aquel bicho fuese tan duro. Vale, estaba claro que tenía que ser duro. Pero joder, le acababa de rajar y no había hecho más que cabrearle. Quizá no todas estuviesen con nosotros. Pero no podía pararme a pensar.

Lancé otro tajo con la esperanza de que en el segundo tuviese un poco más de suerte. Quizá aquel bicho era demasiado duro para esta espadita. Malditos arios y su incapacidad para hacer un buen acero…

Master: Pierre, frustrado por no haber hecho mella en el gigante escamoso, retrocedió y embistió de nuevo, esta vez con la punta de la espada de Meyer por delante, intentando atravesar la dura piel del monstruo. Esta vez, para su suerte, la espada se hundió en el flanco del bicho para emerger por el otro lado apuntando directamente a Meyer. La bestia rugió furiosa, esta vez parecía que si había conseguido hacerle daño.

- ¡ooooouuuch! - tronó la voz del sensacionalista comentarista desde los altavoces -¡Eso ha tenido que doler!-

Meyer: De no ser porque ahora mismo mi atención estaba mas centrada en esquivar y evitar perder un brazo ante los dientes del campeón, me preocuparía mas por los comentarios del público y del comentarista. A estas alturas habia asumido que era persona non grata entre muchos, tanto desconocidos y conocidos, pero nunca habia imaginado a mi madre patria como otra cosa que no fuera querida. “También es cierto que si es verdad que nos consideramos tener mejores genes que la media entre otras razas y otras culturas, pero eso no era tanto un acto de vanidad, como un hecho veridico, teniamos tanto mutágenos y genes en nuestros laboratorios, que de las fugas casuales, incluso las ratas estaban mutando y creando su propia sociedad, una vez dejaran de comerse su primera moneda real, el queso gruyer.

En un momento dado, Pierre se lanzó en mi ayuda, una y dos veces, la segunda con mas exito, atravesando al campeon y a mi de no haber estado a unos centímetros mas retirados. “Bendito V. Reich y su capacidad de hacer el mejor acero.” Agradeci a mis adentros, mientras rodeaba la bestia y aprovechaba para lanzarle la espada de Alan a su dueño.

-¡Alan, cogela!- Dije dejando caer la espada al suelo y dando un patadón la parte sin filo, para deslizarla por el ring hasta los pies del pelirrojo. Ahora le tocaba a el demostrar si sabia usarla, o solo la portaba para compensar por alguna carencia.

[Continuará...]

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01/12/2013, 17:57
Jack "Black" Shepard

[Lucky Roger - Pasillos subterraneos]

Las pisadas de Jack se detuvieron.

- ¿En serio?- dijo un rubio de ojos azules, sardónico, mordaz, para si pero en voz alta.

¿Se supone que estoy en la matriz?

Bromearon sus adentros. Jack se quedó mirando el panorama y negó con la cabeza. Suspiró. La situación era rara de cagarse, pero la crupier se lo había dado. Quizás sólo quisiese deshacerse de él, pero la realidad es que no tenía nada mejor que hacer mientras esperaba a que la troupe de Ángela tuviese éxito o se pegase la gran ostia.

El joven echó a andar y jugó con la tarjeta de banda metálica entre los dedos. Cuando llegó a la altura de las dos primeras puertas, dio un par de pasos de baile, sesgados, y la probó en ambas ranuras, por si soltaba la flauta. Sino, se deslizaría hasta las otras dos y volvería a probar. Y si tampoco, caminaría hasta el fondo del pasillo.

Así de simple. Jack no iba a calentarse la cabeza con algo tan exageradamente sencillo, y menos todavía a siquiera permitirse el lujo de enarcar una ceja, de ahí que, sin más, en mitad de un pasillo aséptico llenas de puertas que bien parecían el interior de Matrix, se pusiese a danzar con su abrigo revoloteando mientras buscaba cuál de las cinco posibilidades iba a ser su destino.

- Tiradas (1)
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02/12/2013, 08:20
Siegfried Straufenberg

[Lucky Roger - Salón de juego]

La tranquilidad había tocado a su fin con los últimos acompañantes de mesa. El nivel de hostilidad era palpable y la escalada verbal, aunque tenuemente educada, no engañaba a nadie. La comodidad de la situación brillaba por su ausencia y el que ambos fuéramos aumentando las ganancias ronda tras ronda no ayudaba lo más mínimo. Hasta el cambio de turno.

Casi tan aliviado como la cruopier por irse a sus asuntos, respiré profundamente. Podría por fin perder de vista la incómoda situación y dedicarme a lo que había ido a hacer. Sin embargo Tony no era así. -Signore, ha sido un piacere-como despedida para Dustin con gesto frío y seco, sin tender la mano ni siquiera-Cavalieri, disfruten la nocte- a forma de educado adiós a Terence y su acompañante-monedero. Pobre hombre, la banca le había sangrado ronda tras ronda pero no había sabido retirarse a tiempo...

Ya me levantaba buscando otro lugar donde hacer tiempo cuando un empleado de librea saludando educadamente me detuvo invitándome a una mesa de mayor categoría. -Han cantado bingo señores- Hice un leve ademán pensativo, lo justo para atraer un par de miradas antes de aceptar con gracia -Me piace, andiamo cavaliere-al parecer por fin había dado resultado toda la charada. O me metía de cabeza en una trampa, nunca se sabía, pero el que no arriesga no gana. Por un momento no pude evitar una sonrisa ladina, al parecer casi iba a tener que agradecer a Dustin que jugara con lo justo pues lo mio llamaba más la atención que iba buscando. -Gracias, muchas gracias. Disfruta de las tragaperras, que tendrán suelto.- En el fondo seguía teniendo esos ramalazos de delincuente... poco había cambiado más allá de las apariencias.

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02/12/2013, 16:39
Angela Gabriella Della Nocte

[Lucky Roger - Ascensores - Sala subterránea]

- Luna - mi voz era una caricia.

Era un apellido Sefardí, un detalle más que añadía a mi historia contada a retales. Entré en el ascensor, dejando el olor de mi perfume flotando en el aire. Asentía a la explicación de Hersel, para que supiera que tenía mi atención. Toda mi atención. Pero me mantuve en silencio, con una levisima sonrisa.

La música hacía un arte de los silencios incómodos y las conversaciones sobre el clima. Pero Hersel no hablaba del clima. A mi el precio no me importaba, no se podía poner precio a la vida del profesor, después de todo. O a un descubrimiento arqueológico.

Le seguí hasta lo que parecía una sala de interrogatorios. No me habría sorprendido que tuviera varios usos o, incluso, que con un tapete, una sala idéntica se usara para partidas ilegales. No importaba. Me senté cruzando las piernas con elegancia y leí el contrato con la misma calma que había escuchado lo demás.

Por un breve instante consideré que si alguien pagaba unos 442,85 gremiales al mes por la seguridad de un objeto, ese objeto valía mucho más. Un seguro de 500 era algo simbólico, casi como si no creyeran realmente en lo infalible de su seguridad. Tuve que esforzarme para no sonreír.

Dejé el contrato sobre la mesa y coloqué entre nosotros la caja. Era una caja de madera artesanal, simple y elegante. La abrí con cuidado y saqué uno a uno los objetos que contenía. Primero la memoria, un brazalete de oro, una gargantilla de zafiros, algunos anillos y, destacando porque parecía no encajar entre aquellos objetos lujosos, una estrella de David vieja en simple plata y un pasador antiguo, probablemente bisutería.

Me anticipé a su pregunta.

- Hay cosas que son… irremplazables - dije con voz suave y sosteniendo el pasador en la mano, acariciándolo con la mirada perdida. Luego recuperé la compostura y volví a mirar a Hersel - Aunque si excluimos el valor que puedan tener para mi los recuerdos, lo realmente valioso es la información que contiene esta memoria. - hablaba con voz suave y colocandola delante de él. Esbocé una ligera sonrisa - Hay personas que pagarían muy bien por acceder a esta memoria, así que es sólo prudente el buscar la mejor seguridad ¿No cree?

Con sumo cuidado devolví cada uno de los objetos a la caja y la cerré. Miré a Hersel.

- Si todo está correcto podemos proceder. ¿Cree que Eva Love actuará esta noche? Me gustaría verla durante nuestra estancia - sonreí de nuevo.

Conversación casual, tranquila, de quien hace estas cosas de forma rutinaria. Ni siquiera tenía que esforzarme mucho, después de todo, esa había sido antes mi vida...