Partida Rol por web

Warhammer 30.000: La Gran Cruzada

Trasfondo

Cargando editor
08/05/2018, 14:00
Duncan Thorne Brodie

-Fuimos diseñados como grandes soldados y generales-replicó Duncan, encogiéndose de hombros-pero eso no quiere decir que no podamos aspirar a ser más. Que no podamos ser más, o que no lo seamos ya. Y puede que la guerra nunca acabe. No me refiero a nuestra expansión, pero, ¿quién sabe qué hay ahí fuera? Otros xenos podrían intentar expandirse como hacemos nosotros, y desde luego, no me extrañaría que la escoria pielverde lo intentara. Diría que, aún cuando la Cruzada acabe, el combate no será algo tan ajeno como cabría esperar.

Ante las últimas preguntas, no pudo evitar reírse con ganas.

-¿Qué le pediré? No lo sé. Supongo que la Paz. Una vez la Unidad reine en la Galaxia, bajo el manto de Padre y la Verdad Imperial, será el momento de disfrutar de lo que hemos sembrado. 

Cargando editor
08/05/2018, 14:58
(Legio XVI) Eon de Sycorax

-Hablas como un fanático -le reprendió Eon-, negándote a cambiar de opinión, asustado de escuchar. Si tu convicción puede ser destruida por la verdad, merece ser destruida por la verdad, Nicola, ¿no es eso lo que enseña Padre?. Mueves tus naves lentamente, tal vez como advertencia, ¿no será que lo estás disfrutando? Dime, ¿qué tiene este planeta que no tengan mil más? ¿Qué tiene que requiere que sacrifiques a unos pocos de una raza agonizante? ¿Xenos? Sí, ¿arrogantes? como ellos solos, ¿peligrosos? Indudablemente, ¿pero no eres tú peligroso? ¿No lo soy yo? Llegas a su hogar como llegaron al tuyo y aún esperas que te den las gracias.

Vació la copa y se sirvió otra.

-Haz lo que quieras, oh, poderoso Leñador. No alzaré la mano contra un hermano. Pero espero que algún día te des cuenta del error monstruoso que estás cometiendo, ¿en Arbórea arrasabais los bosques así? 

"Tal vez hubiera sido mejor que se lo quedaran los eldar", estuvo a punto de decir.

Cargando editor
08/05/2018, 15:05
(Legio XVI) Eon de Sycorax

-Siempre hay más guerras -asintió Eon-. Tal vez soñar con la paz sea ridículo incluso para nosotros. Mírame: tan capaz como tú de captar el infinito y preocupándome por el fin de la guerra. Hay demasiados planetas en esta Galaxia como para que no haya cien y mil frentes abiertos. Y eso sin contar, como tú dices, lo que venga de fuera. 

Eon recordó a aquella psíquica ciega de Sycorax que hablaba de una Sombra Devoradora que iba a llegar desde el Este. Rechazó aquellas ideas. Ya cruzaría ese puente cuando llegara... si es que llegaba.

-¿Volverás a tus brumas, Ducan? -Eon sonrió al pensarlo. Al pensar en sí mismo volviendo a una vida que casi había olvidado-. ¿A tus clanes y a tus brujas? 

Cargando editor
08/05/2018, 16:53
Nicola, la Montaña

Inspiré profundamente ante sus palabras. Era evidente que no había leído con atención los informes sobre mi persona, al menos no con la suficiente atención.

- En Arbórea... tus estimados eldars, intentaron cazarme como a un animal. Durante siete años, yo y los pocos humanos que sobrevivimos al ataque inicial, nos vimos obligados a recluirnos en los bosques a la espera de ayuda - le explico lo que había vivido - ¿Sabes lo que es ser acosado día y noche? ¿Jamás tener un lugar seguro en el que refugiarte y luchar por todo? Quizás si esté cometiendo un error por darles la oportunidad que ellos no nos dieron, quizás debería bombardear ese planeta y liberar a la galaxia de su existencia, pero debo de ser un blandengue al dejarles escapar ¿no te parece?

Dicho lo cual, desenfundo mi pistola y apunto a un lugar situado detrás de Eon. No tardo en apretar el gatillo y derretir el trozo de tierra donde impactó.

- Disculpa la interrupción.

Solicito calmado tras el disparo, dando la sensación de que lo hubiera hecho al haber detectado algo.

Cargando editor
08/05/2018, 17:40
(Legio XVI) Eon de Sycorax

Eon forzó una sonrisa.

-En Sycorax nuestros estimados humanos nos cazaban día y noche, nos llamaban monstruos y convertían nuestras muertes en un espectáculo público. Teníamos suerte si podíamos repostar en una roca perdida en el cosmos -dijo-. De hecho, algunos de los que más daño me hicieron se hacían llamar "imperiales". Claro que sé lo que es ser cazado, Leñador; tal vez fui creado a imagen de padre, pero no crecí en ningún palacio. Sin embargo, yo no considero que todos los humanos sean responsables de lo que otros hicieron. ¿Debo tratar a cada colonia humana como tú tratas a los eldar porque mataron a mis hombres, a mi familia? ¿En qué me convertiría eso según tu preciosa ética?

Cuando su hermano disparó, ni siquiera se molestó en sorprenderse. Bebió otro largo trago y apuró la copa.

Cargando editor
08/05/2018, 17:59
Nicola, la Montaña

- ¿Acaso también cultivabais la tierra y esperabais la llegada de la siguiente cosecha que os permitiera seguir viviendo hasta la próxima? - pregunto con suspicacia sin alzar la voz - No. Asaltabais, saqueabais y matabais, por sobrevivir por supuesto, pero incumplíais toda ley salvo la del más fuerte. Yo he vivido ambas situaciones y comprendo que mientras hay vida, hay esperanza. - asevero - Siempre podrán encontrar otro lugar, otro mundo en el que asentarse y que no tenga la mala suerte de terminar siendo un objetivo del Emperador, pero ahora, su única salida es escapar, o si tienen algo que deseen ocultar, reventar el planeta.

Cargando editor
08/05/2018, 19:30
(Legio XVI) Eon de Sycorax

-El único crimen de mi madre fue intentar sacar chicas y chicos de la calle, las especias y la violencia, pero la fusilaron igualmente -Eon se encogió de hombros-. Y cuando llegó la expedición imperial... existir se convirtió en una atrocidad aún mayor. No me justifico, Nicola. Soy un villano, el villano de tu historia ahora, si quieres. Caí sobre comerciantes honrados y les robé sus mercancías duramente ganadas; tomé rehenes inocentes para forzar intercambios y el Emperador sabe todas y cada una de las cosas que he hecho. Me consta que sus Custodios querían eliminarme. Mírame con odio, desprecio y asco si quieres, pero pregúntate entonces por qué a este villano, a este monstruo, le inspiras compasión. Pregúntate cómo es posible que un villano sepa mejor que tú, oh héroe, revolucionario y superviviente, lo que es correcto y lo que no.

Señaló al planeta a lo lejos.

-Adelante, quema Sardenath. Mis naves no interferirán. Da la orden. A partir de ese momento sólo me inspirarás lástima.

Cargando editor
08/05/2018, 19:47
Aegror (Legio IV)

Las palabras de Eon dejan a su hermano completamente perplejo. Es cierto que Aegror es un científico, pero también es un primarca. Ha participado en bastantes más luchas de las que le gustaría admitir, y ha recibido con frecuencia ataques por sorpresa. Pocos le han dejado tan desarmado como el repentino comentario del corsario.

Triste sería si soy el único... me gustaría pensar que no, que hay otros que también tendrán cosas que hacer cuando la Cruzada termine, como volar por la galaxia protagonizando aventuras dignas de ser narradas. Tú exploras sistemas desconocidos, yo también, sólo que más pequeños, de tamaño celular o menor, pero poca diferencia hay mientras el Imperio se beneficie de nuestras habilidades, dice mientras se gira a su hermano.

En un gesto sorprendente, se quita la máscara de cirujano. Un rostro sin facciones destacables, con la piel gastada por la falta de luz y la exposición a atmósferas tóxicas mira directamente a Eon de Sycorax. Lo único que parece vivo son sus ojos, fijos e inquisitivos, más penetrantes que los visores que normalmente usan.

Como científico me resulta imposible ignorar ciertas evidencias, Eon. Ninguno de los dos somos precisamente lentos de mente, así que hablemos claro. Sabes tan bien como yo que nuestro padre no habría creado semejantes fuerzas sólo para luchar contra orkos y eldar... Tus viajes y tus tratos con los xenos seguro que te lo han enseñado en múltiples ocasiones.

¿Qué enemigo espera encontrar nuestro Padre?¿Qué es tan terrible que necesita de tal fuerza para ser doblegado? Hay razones para legiones como la tuya o la mía para existir más allá de la guerra, pero otras son sólo máquinas de matar sin mayor propósito. ¿Por qué crearía Padre semejantes cosas? Mi mente desea encontrar esa respuesta, pero mi corazón teme hacerlo. Sólo podemos hacer una cosa, confiar en Su palabra y esperar que cuando llegue, nos encuentre lo mejor preparados posible.

Cargando editor
08/05/2018, 20:08
Nicola, la Montaña

No me importaba su forma de verme, del mismo modo que no me importaba la forma en la que creía que yo le veía a él. Había llegado a comprender que si se disponía de tiempo, todo podía arreglarse, del mismo modo que quizás el curso de acción más "pacífico" bien podría ser reventarle la cabeza a alguien con una piedra.

- El planeta no tiene la culpa.

Señalo y vuelvo a disparar contra un objetivo aparentemente imaginario, esta vez a la derecha, pues vuelvo a derretir un montón de piedras inertes, tras lo cual enfundo el arma.

- Si te comunicas con ellos, adviérteles que les doy dos días, aunque creo que ya estarán haciendo sus preparativos.

Señalo levantando el hacha hasta el hombro. Era algo plausible teniendo en cuenta que ninguno de mis disparos había sido al azar.

Cargando editor
08/05/2018, 22:37
(Legio XVI) Eon de Sycorax

Eon bajó los párpados e intentó sonreír.

-Se lo... transmitiré, hermano -accedió-. Disculpa si he dicho algo fuera de lugar, pero necesito que entiendas esto: ellos no son nuestros enemigos. Los orkos, los hrud, los adoradores del Empíreo... mientras sigan existiendo esas bestias cualquier acción contra los eldar sólo sirve para dividirnos y debilitarnos, y a cambio de planetas como tantos otros en la Galaxia.

Miró por primera vez a su espalda, donde no había nada. Demasiada nada.

-Cuando oí hablar de ti por primera vez me dijeron que eras alguien humilde, alguien criado por gentes sencillas de buen corazón. Lamento ver tanta rabia ti, hermano.

Cargando editor
08/05/2018, 22:41
(Legio XVI) Eon de Sycorax

Eon bajó la cabeza como saludo respetuoso cuando Aegror se retiró la máscara. Sabía que para él era un gesto poco habitual, que demostraba confianza y apertura. Y cuando dio voz a sus dudas, a sus preguntas, el Corsario las reconoció como propias, y se alegró de que cayeran todas las falsedades.

Así pues, su sonrisa, tan veloz como una espada de duelista, se esfumó.

-Cuanto más te acercas a la luz, más oscura es tu sombra -dijo Eon-. Es un antiguo dicho de los dhrahendra.

Aunque en realidad ellos dicen algo así como "cuando tu esencia se aproxima a la radiación de una estrella, el contraste es superior en infrarrojo y ultravioleta", puesto que los dhrahendra eran básicamente polvo de estrellas inteligente. Eon se contuvo de señalarlo: no era el momento para juegos de palabras.

-No sé si nuestros hermanos más... devotos a la guerra están más cerca de la luz de Padre, o si somos nosotros los que lo estamos y somos las sombras de duda alrededor de su trono. Lo único que sé es que empezamos siendo veinte y ahora somos catorce, suponiendo que el Doblegador esté en alguna parte. Nos consumimos como el fuego en una pradera, arrasando la Galaxia y creando un campo ceniciento en el que se siembran las semillas del Imperio. Yo... no creo que nuestro padre pretenda otra cosa. Pienso que nos ha fabricado con defectos estructurales que acabarán por devorarnos, por lanzarnos los unos contra los otros. ¿Tú crees otra cosa? ¿Piensas que nos está preparando para algún gran enemigo final?

La mirada del Príncipe Corsario era triste.

-¿Conoces la historia de la Última Iglesia, hermano? La escuché en Terra.

 

Cargando editor
08/05/2018, 22:44
Nicola, la Montaña

- No acostumbro a perder los nervios y prefiero evitar las peleas, pero mis preferencias están más allá de las órdenes de padre o mi capacidad para zanjar los conflictos con rapidez y violencia - replico a sus palabras sin acritud - Y ya que hablarás con ellos, asegúrate que su brujo comprenda que será mejor dejar de espiarme, o la próxima vez el disparo irá a su cabeza física.

Dicho lo cual, abro un canal de comunicación con mi transporte.

- Ven a buscarme.

Parecía haber dejado todo zanjado, al menos por mi parte y la aeronave no tardó en aproximarse hasta nuestra posición.

Cargando editor
08/05/2018, 23:01
Aegror (Legio IV)

Das voz a mis pensamientos, pero con expresiones que no son mías, hermano. ¿Somos traidores por cuestionar al Emperador o los más leales de todos porque lo seguimos aún cuando tenemos dudas? Aegror no era ni de lejos tan diestro en la poesía o en el arte de caerle bien a la gente como Eon. Normalmente se guardaba mucho más de lo que decía, y cuando hablaba con confianza era de manera directa y clara.

Me temo que no he visitado Terra muy a menudo. Me crié muy lejos y es donde he permanecido la mayor parte de mi vida. Además sabes que la historia antigua y las leyendas no son mi pasatiempo favorito, a menos que tengan que ver con formas de vida extrañas. ¿Qué se dice de la Última Iglesia?

Cargando editor
08/05/2018, 23:08
Duncan Thorne Brodie

Duncan volvió a reír ante la pregunta de su hermano, realmente incisiva, aunque descubrió con cierta sorpresa que no sabía si volvería a su mundo natal. Nunca se había parado a pensar en eso, puede que nunca se hubiera atrevido a mirar mucho más allá de la Gran Cruzada.

-Si te soy sincero, no lo sé. Supongo... supongo que sí. Que volvería a mis Brumas, pero, ¡por todos los diablos, no a las brujas!-dijo riéndose, aunque adoptando un gesto un poco más serio después, mientras recordaba en profundidad lo que esas brujas supusieron-no, nunca a las brujas. No si nuestra labor ha valido para algo...

Cargando editor
08/05/2018, 23:28
(Legio XVI) Eon de Sycorax

Eon sonrió, le gustaba contar historias. Antaño, cuando era un pirata, había sido una de las primeras cosas que le habían hecho destacar más allá de la lucha: era el que contaba cuentos, el que cantaba canciones.

-Era el fin de la Unificación, y en toda Terra sólo quedaba una iglesia; un santuario escondido en las montañas. El último sacerdote era anciano y frágil, y se llamaba Uriel -¿o era Uriah, o Urienz? No lo recordaba bien-. Una noche de tormenta, porque todas las buenas historias tienen lugar en una noche de tormenta, apareció un extraño encapuchado en su iglesia. Era uno de los agentes de aquel "Emperador", y quería la gloria de acabar con la Última Iglesia. Aún así, encontró divertido charlar con Uriel, cuestionar su fe. Le habló de las mentiras de la religión, de las atrocidades cometidas en nombre de los dioses, y Uriel siempre volvía a lo mismo: "yo creo", "yo elijo creer". Es poco argumento para una conversación inteligente, pero a él le bastaba, pues era un hombre sencillo.

Eon hizo una pausa. 

-Finalmente, aquel extraño se reveló a sí mismo como nuestro Padre. El Emperador quería salvar a Uriel, sacarle de aquella Última Iglesia antes de que sus hombres, que esperaban fuera, la quemaran. Cuando el viejo se dejó acompañar fuera, el Emperador le dijo que pensaba conquistar las estrellas, y Uriel le reprendió por sus ambiciones. "No sois mejor que los demás tiranos", le increpó, a lo que Padre respondió, "la diferencia es que yo sé que tengo razón".

"Poco argumento para una conversación inteligente", pensó Eon con sorna.

-Al final, Uriel entró en su Última Iglesia, renegando de aquel sueño, de aquel Emperador al que otros ya veían como un dios. Eligió morir pensando que había hecho todo el bien posible, que había ayudado a sus feligreses... y así había sido, supongo. Ahora bien, quienes cuentan esta historia suelen resaltar cosas diferentes -señaló Eon-. Los leales a Padre te dirán que intentaba salvar la vida de aquel anciano por cariño, sentimentalismo; sus detractores dirán que deseaba aplastar él mismo el último resquicio de religión en Terra y lograr la sumisión del último sacerdote a su persona. Sus defensores dirán que pecó de ingenuo pensando que podía salvar a todos, y que aún se comporta como un dictador bondadoso en exceso. Otros te dirán que padre intenta encumbrarse en un dios o incluso que... -Eon dudó, aquel rumor sólo lo había escuchado en un lugar en el que no confiaba en absoluto-. Que quería sepultar para siempre un secreto oculto, algo que había hecho, algo que hizo que poco después veinte primarcas, seres imposibles a todas luces, se gestaran en sus laboratorios.

Eon bajó los ojos, sabiendo que se había excedido. Ni siquiera Aegror, tan amable y tranquilo, podría pasar por alto algo así. Sin embargo, se había dejado llevar por el entusiasmo de la historia y no había podido contenerse.

Se preguntó si le esperaba un destino similar al de sus olvidados hermanos.

Cargando editor
08/05/2018, 23:52
(Legio XVI) Eon de Sycorax

-Pero hay brujas y brujas, ¿no? -preguntó Eon-. Recuerdo que en Sycorax había colonias de psíquicos pacíficos en algunos planetas. Y mi madre a menudo visitaba a una biomante cuando la gente de nuestra casa enfermaba. Curaba a cambio de unas pocas monedas y a veces ni eso... claro que una Nave Negra se la llevó igual porque, por lo visto, era peligrosa.

Otra de las cosas que había decretado el Sigilita. El Corsario a menudo se sorpendía de haber conseguido preservar tanto de su hogar.

-¿Las brujas en tu mundo eran diferentes? He oído que el Empíreo puede envenenar las mentes de quienes lo emplean. Me he enfrentado a los xenos que viven allí, pero no logro comprender su naturaleza, parecen tan... caóticos que no me extraña que las culturas primitivas los llamen dioses.

Cargando editor
09/05/2018, 00:05
Duncan Thorne Brodie

El rostro de Duncan perdió bastante de la alegría que le caracterizaba ante la pregunta, mientras escuchaba el relato de Eon. 

-Puede-empezó, cuando este acabó, tras unos segundos de silencio-que haya brujas y brujas. Los y las druidas de mi planeta, a pesar de que estuvieran equivocados al adorar la naturaleza, no hacían daño a nadie, y ayudaban a todo aquel que podían. Pero... Lo que hizo el clan Mornai y su maldita líder, está más allá de eso. Mucho más allá.

Dijo. Y guardó silencio. Casi parecía que fuera a guardar silencio para siempre, pero retomó la palabra tras aquella larga pausa.

-¿Sabías que intentaron extender un extraño culto en mi mundo? Se lo conté a Padre cuando lo encontré, y aunque creo que intentó disimularlo, sé que le alarmó. Que no le gustó saber que había ocurrido aquello. Maldita sea, a mí desde luego tampoco me gustó vivirlo. Morrigan quería "salvarnos". Llevarnos Más Allá de las Brumas. Puede... ser un concepto oscuro para alguien que no viene de donde vengo-dijo, dudando de pronto-podríamos decir que, en mi planeta, no existía nada fuera de la Bruma, al menos alcanzable para el hombre. Unos pocos días al año, podíamos ver el cielo, azul y despejado, como un regalo de las encarnaciones de la naturaleza, decían los druidas, algo divino, pero fuera de nuestro alcance. Pues bien, ella prometía llevarnos más allá. No más allá a algún lado en el que no haya niebla, sino... Más Allá-dijo, dando una gran entonación a esas dos palabras-no era un más allá físico, era otra cosa. 

El primarca suspiró, con la vista perdida en los picos y en los cielos de Terra, unos cielos que eran casi imposibles de imaginar cuando se encontraba en Argyle Primus. Aunque su vista estaba más allá, en los años del pasado.

-Y podría pensarse que era una loca más. Pero lo verdaderamente aterrador de todo ello, es que realmente parecía capaz. Algunas personas desaparecieron entre la niebla, realmente, sin más escándalo. Pero era peor aún cuando lo que hacía era traer "cosas" de Más Allá de la Niebla. Fue gracias a esos seres, y a los adoradores a los que mandaba allí y luego traía, que mi mundo sangró tanto. Esos seres, esos xenos, pues solo eso podían ser, habitaban entre las Brumas, eran sigilosos, letales y de formas extrañas en palabras de aquellos que los vieron, casi imbatibles en combate y se llevaban a aldeanos y guerreros, arrastrándolos, para nunca volverlos a ver. Maldita sea, yo maté a algunas de esas cosas... creo-dijo, volviendo a mirar a su hermano, con expresión ceñuda-las reduje a pedazos con mi espada, y doblegué a los rayos para que cayeran sobre ellas. Y, en cuanto me daba la vuelta, sus restos desaparecían. Como si nunca hubieran estado allí. Costó mucha sangre y sudor, muchas lágrimas, muchas vidas y un esfuerzo conjunto acabar con esa bruja de Morrigan y sus adoradores. Incluso fue necesario purgar a todo su clan, pues entre las gentes de Mornai no había nadie que hubiera quedado libre de su mancha...

Cargando editor
09/05/2018, 10:34
Ark'sul

-Nunca sabrán lo que es una guerra, pues la mayoría de ellos viven en un punto intocable. Si algún día se rompe la burbuja en la que viven serán los que peor lo pasen -sonrió ligeramente.

Negó con la cabeza ante la oferta de su hermano.

-Es un honor, pero se ha realizado con unas calibraciones específicas para la forma de pilotar y combatir de tus hombres. Yo aún no tengo una forma, aún no he entrado en combate con toda esta parafernalia de naves, vehiculis y tantos hombres. Aún no se como nos desenvolveremos en una batalla campal cuando estoy acostumbrado a las escaramuzas, así que tengo fe en que los veteranos de terra de mi legión ayuden a los impulsivos e inexpertos de mis compatriotas de Subuel.

No pudo evitar reir ante el comentario de pulverizar rocas y lo que podía encontrar en su mundo.

-Si ha perdido algo de hielo no me importaría demasiado -sonrió mientras caminaba y se paraba a pensar- y las historias marineras siempre gustan, como las de guerra. ¿Si no porqué mandarían tantos artistas a las flotas? Se quedarían con los documentos de los iteradores; pero prefieren cuadros, poemas, canciones. El ser humano no ha cambiado tanto desde las historias de la antigüedad, ¿no crees?

Cargando editor
09/05/2018, 13:52
(Legio XVI) Eon de Sycorax

Eon dio un último sorbo a su copa.

-Sé que no eres un monstruo, hermano, por eso intento hablar contigo.

Vio cómo se acercaba la nave de Nicola, y cómo el primarca se reunía con su solitario escolta. Tamborileó con los dedos sobre la mesa y se preparó para visitar la superficie antes de viajar a la Volcán. Tal vez consiguiera salvar algunas vidas después de todo. Dos días...

Notas de juego

Seguimos en tu nave, ¿no?

Cargando editor
09/05/2018, 13:55
(Legio XVI) Eon de Sycorax

Eon se había detenido para escuchar las historias de Duncan. Se encontraban en algún lugar alto del Hegemón. Las montañas del Himalaya, la cuna de los primarcas, eran visibles a lo lejos. Alrededor había patios ajardinados, estatuas, fuentes... todo demasiado idílico para una conversación como la que estaban teniendo.

-Mornai... ¿es el clan que le falta a tu legión? -preguntó el Corsario.

Guardó silencio un momento antes de hablar, y cuando lo hizo, trató de mostrar una voz comedida.

-Hemos visto lo que puede hacer la Disformidad, las heridas en el tejido de nuestro universo que derraman pura energía psíquica. Los alienígenas del otro lado, a los que incluso los eldar llaman "demonios". No me cuesta creer que hubiera algo real en las promesas de esa bruja Morrigan, ni que otros la siguieran. Tu mundo sufrió la peor clase de invasión que pudo sufrir, entonces. Nunca me enfrenté a los monstruos del Sha´eil hasta que salí de Sycorax, y por Terra que me alegro.

Luego trató de abordar aquel rumor que había escuchado ya otras veces.

-Eso de los rayos... ¿es algo que puedes hacer? ¿Un poder psíquico?

Eon no era tan remilgado como otros. Se había rodeado toda su vida de navegantes y astrópatas, así que conocía la utilidad de los psíquicos. Aunque un primarca con habilidades de ese tipo abría todo un nuevo abanico de preguntas.