Partida Rol por web

Los dos profesores se miraban durante el  camino a la habitación como esperando que alguno dijera algo para bajar la situación, pero no, los dos permanecían callados ante la sorpresa de compartir la habitación, seguían sonriendo además por ello, l llegar a la habitación, los sorprendió el estilo tan clásico y barroco que tenía la misma, las camas eran bastante cómodas, al parecer, el baño perfecto, así que sin esperar demasiado, comienzan a desempacar, y Fossati se desviste, pero cae en cuenta de que está con un hombre, y rápidamente se me te al baño para ducharse.

Adam no sabe qué hacer, Alejandra es una mujer perfecta, hermosa y bastante atractiva, pero no podía suceder nada entre los dos, simplemente la podría mirar, ¡ah! solo pensar en ella de esa manera le producía ciertas reacciones, pero no podía pensar en ello, más bien se dedicó a doblar sus camisas.

Luego se detuvo a mirar aquellas pinturas que miraban a las camas de una manera inamovible, pinturas que de laguna u otra manera encerraban un mensaje para los habitantes de aquella habitación.

Esas sonrisas perdurarían, y abrirían muchas puertas....

Cuando terminé de comer, me fui a la habitación con el profesor ODonnell, apenas nos conocíamos y compartir habitación era algo incómodo. tenía ganas de hablar con varias personas, pero no era momento de hacerlo, ahora todos se estaban acomodando y sería mejor dejarlo para otro día. 

La habitación era impresionante y ambos deshicimos el equipaje en silencio. 

Adam, ha dado usted clase antes? le pregunté para romper el hielo, si ibamos a ser compañeros de habitación era mejor ir conociéndose. 

Así es, estuve dando clases por un tiempo en la universidad de mi madre. ¿Y usted? - Dije doblando las últimas de mis camisetas y guardándolas en el armario tratando de no mirar a la señorita Fossati cambiándose. Aquellas pinturas no me daban buena espina, parece como que nos pueden ver desde ellas. 

No he dado clases nunca, es mi primera vez. quizás puedas darme algún consejo. Respondí amigablemente colgando mis vestidos con cuidado en el armario. 

Paciencia, mucha paciencia, y calma. No dejes que los nervios tomen el control sobre ti. Los alumnos no son fáciles de llevar, algunos te lo harán más fácil que otros pero tienes que mantener la compostura lo más que puedas. - Digo mientras guardo la maleta vacía a un lado del armario y me giro para mirar a la profesora. - Tendrás que ganarte su respeto sin ser demasiado dura con ellos, aunque viendo a los alumnos que son no creo que haya mucho problema.

Podía parecer muy tranquilo y confiado pero la verdad es que algo de nervios recorría todo mi cuerpo. Había dado clases antes, si, pero esto era muy diferente. '¡Seguro que nos espera una experiencia emocionante! ¿no crees?' Aquello que dijo Alvar pasó por su mente. - Y tanto que lo creo. - Pensé mientras me acercaba a la ventana y corría la cortina para poder ver las vistas que nos ofrece nuestra habitación. 

Gracias Adam, lo haré lo mejor que pueda. Respondí guardando mis últimas cosas en el armario. Suspiré algo nerviosa al imaginar mi primer día y luego me senté en mi escritorio tratando de hacer un pequeño esquema o resumen de lo que daría o explicaría y cómo lo haría.

Si tienes algún problema aquí estaré, por si te pudiese ayudar. - Digo soltando de nuevo la cortina y girándome para caminar por la habitación observando la decoración nuevamente. 

Al cabo de un rato, y viendo como la señorita Fossati trabajaba en su clase de mañana, decidí cambiarme así que me dirigí hasta mi armario y agarré el pantalón del pijama junto a una camiseta. No suelo dormir con camiseta pero estando ella prefiero ponérmela a que se sintiese incómoda. Entré al baño y cerré la puerta tras de mí. Cogí el cepillo de dientes, lo mojé y le eché la pasta para comenzar a cepillarme. Una vez hecho eso enjuagué bien el cepillo y lo dejé dentro del vaso, me desvestí y me coloque el pantalón gris del pijama y la camiseta blanca. Salí del baño y guardé la ropa que me había quitado. 

Perdona que te interrumpa. El tema del baño, ¿cómo lo haremos? - Dije guardando mis zapatos y volviéndome para mirarla.

Le miro sin saber muy bien a que se refiere. ¿El tema del baño? ¿a que te refieres?

Para no tener problemas a la hora utilizarlos con el tema de las duchas y demás. - Trato de aclararle deshaciendo mi cama. 

Ah! yo me suelo duchar por la mañana normalmente. Pero no me importaría hacerlo por la noche. Sonreía amablemente. Siempre lo había hecho por la mañana pero realmente no me importaba hacerlo por la noche. 

- No, puedes ducharte por la mañana tranquilamente, prefiero ducharme yo por la noche. - Sonreí.

Claro Le respondí sonriendo. 

Yo me voy a ir a dormir ya, buenas noches, Alejandra, que descanses. - Me metí en la cama y tardé un tiempo en dormirme hasta que lo logré. A cambio de otros chicos cuando duermen yo no ronco, al contrario, una vez dormido a penas se me escucha respirar así que eso era una ventaja para Fossati.

Buenas noches Adam, yo me iré en breve cuando termine de programar la clase.  Parecía una persona agradable y no hizo ningún ruido ni roncó. no parecía que fuera a tener ningún tipo de problema con él. 

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DÍA ACTUAL

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Miré mi horario y no tenía más clases. Por ello decidí ir a mi habitación, había algo que quería hacer, pero esta vez sin que nadie me viera. Entré y el profesor ODonnell ya se había ido. ¡¡¡bien!!! no está. Me senté en la cama y de nuevo traté de hacer aquello que odiaba, pero esta vez quería viajar al pasado, al pasado de esta academia, pensé en aquella extraña muchacha, quería guiar mis visiones al pasado de ella, quería respuestas, algo que me aclarase qué estaba pasando. 

La profesora Fossati, muy cansada y dispersa llegaba a su habitación antes de ir a la sala de profesores, necesitaba pensar estando sola, había mucho que cuadrar en su cabeza, la situación lo ameritaba, no podía creer que solo unos cuantos hubieran podido ver aquella presencia, sabía que era especial, pero nunca antes había tenido contacto con un ser etéreo y eso la ponía en alerta, sería que la academia le estaba despertando sentidos y dones que no creía poseer?, era una posibilidad que no podía dejar de lado, había comenzado a llover, sí, llovía, pero no era por el tiempo, era algo más, el interior de la academia, el pasado de ella hacía que los alrededores se llenaran de lágrimas, el palacio sufría por su pasado, el palacio sufría por la sangre que se había derramado allí tantas veces, y las mismas veces no se había podido hacer nada por dejar descansar a los guerreros, no podía dejar descansar a ninguno de aquello seres.

Ahora las cosas se repetían, tal cual, nada podía hacerse, era cuestión del ciclo, y ella juntos con sus compañeros maestros, tenía que enfrentarlo.  Quería recostarse en la cama, pero no pudo, simplemente su cuerpo no respondió a sus impulsos nerviosos y todo comenzó de nuevo, pero esta vez fue diferente, su cuerpo se tensó una vez más, con los caminos de la sangre brotados por todo su cuerpo, sus cabellos danzaban en un mar de gravedad con destellos de luz y rayos que se desprendían de ellos, sus ojos, se volvieron blancos como la nieve sempiterna, y de un momento a otro su cuerpo, comenzó a danzar también con el espacio, levitando sobre su cama, esta mujer vió...sí... vio como un hombre vestido de gala, con corona y cetro entraba triunfante en un palacio, un palacio blanco con cúpulas azules; a su lado, una mujer, un chica, una de vestido gris, un vestido que marcaba su figura completamente y tapaba su rostro; de repente se formaban letras en su cabeza...

...maldita.....!!!!! - escuchaba en su cabeza, alguien estaba dentro de sus visiones, dentro de sus pensamientos.

Sangre...!, espadas, destellos de luz, gritos embelesadores, túnicas negras, un rey, lágrimas, todo pasaba muy rápido, un rostro masculino demacrado pasó por su cabeza, uno con una capucha negra y una espada entre sus manos, una espada que goteaba la sangre de aquel rey, una espada que marcaba el futuro de aquel palacio, marcado por la muerte, el sufrimiento y la sangre...

...maldita....!!!!! - volvió a escuchar en su cabeza.

no olvides quien soy, pequeña - decía el hombre con capucha y túnica negra a la mujer de gris -  soy el nuevo emperador de Cargantya, no olvides que serás mi mujer...no olvides que mataré a todo el que se atraviese en mi camino, este palacio será mi fortaleza y todo el que entre aquí a retarme morirá sin pensarlo un momento...YO SOY EL BRUJO NEGRO DE PANGRYA Y AHORA TU EMPERADOR Y MALDIGO ESTE LUGAR, MIL VECES MALDITO!!!!!!!!!

Y así como todo había empezado, terminó, sus ojos se abrieron derramando lágrimas perladas con un poco de sangre, su cuerpo comenzaba relajarse y sus cabellos y su cuerpo aun estaban danzando con el espacio, fue cuando ella vio en la puerta de su habitación una sombra que la vigilaba, una sombra que comenzó a reírse oproviosamente y murmuraba cientos de palabras, entre las que podía escuchar muy claramente: ...maldita...maldita!!!!!!

Se fue y Alejandra quedó extendida en su cama, respirando con dificultad y dolor en el pecho, ¿qué era todo aquello que había visto?.... Brujos?...más sangre!! este lugar está rodeado de miedos y venganzas.... no podía levantarse, sus piernas le dolían...tenía que levantarse...no quería estar sola, hacía mucho frío en su habitación...

¿Qué era lo que acababa de ver? Un rey....la emboscada de un tipo, con capucha negra y rostro demacrado, llamado brujo negro de pangrya.... el rey muerto.... una mujer desolada...... un lugar maldito. Esto cada vez me empezaba a gustar menos. 

El extraño ser, que se había metido en mi cabeza en la visiones, no dejaba de llamarme maldita. Quise decirle algo, hablar con ella, pero antes de que tuviera fuerzas para hacerlo, se marchó. Me dolía todo el cuerpo, la cabeza me daba vueltas e incluso tenía sangre en la cara. Cerré los ojos y caí rendida, tenía que dejar de hacer eso, de utilizar mi poder o acabaría conmigo.

No sé cuanto tiempo pasó hasta que desperté de nuevo. Miré el reloj, un poco más de 30 minutos. Fui al baño y traté de arreglarme un poco. me lavé la cara, me peine y me maquillé un poco para tapar mi aspecto cansado y herido. Sabía qué tenía que hacer, tenía que hablar con el ser extraño; y sabía dónde podía estar, probablemente perturbando la clase que había ahora mismo, expresión corporal. Aquél era mi destino ahora. Mi plan: ir hasta el aula y esperar fuera hasta que el ser saliera, tampoco quería interrumpir la clase. Tenía que hablar con ella si o si, sabía que tenía las respuestas y ahora sabía qué tenía que preguntar. 

Al ver a su profesora de aquella manera, Mary Ann decidió acompañarla a su habitación.

Pero inmediatamente sintió la mano de su alumna en su hombro para acompañarla, unos sonidos en su cabeza la hicieron sentir diferentes cosas, unos gemidos llenos de placer rodearon su ser y la invitaron a la lujuria con aquella alumna, sentirla, y verla así en pijama la atrajo demasiado...la excitó..sintió una ola de calor por todo , de los pies a la cabeza...

Mientras caminaban los sonidos placer se hacían más intensos, y no podía soportarlo más, la lujuria, la sexualidad inexplorada quería salir de una vez por todas, quería poseer a aquella chica, tenerla en su cama y besar cada rincón de su cuerpo...Mary Ann sabía lo que estaba haciendo, claro que sí...esas lágrimas que había derramado la noche anterior cuando la profesora se había ido de su habitación las iba a ver retribuidas allí, ese cuerpo escultural, esos labios tan sensuales y sexuales que invitaban a hacer con ellos todo lo imaginable...no podía dejarlo pasar...

La intensidad de los sonidos hacía que sus hormonas aceleraran su excitación...podía sentirlo dentro de ella, podía sentirlo allí...sí...allí, donde la lujuria explotaba sin sentido alguno...por fin llegaron a la habitación y lentamente ayudó a la profesora a sentarse allí, esperando...

No podía soportarlo más, la deseaba demasiado y mi cuerpo actuaba solo. Llegamos a mi habitación y la abracé. No era un abrazo normal, estaba cargado de deseo y pasión. Era horrible, no podía parar aquella oleada de sentimientos, mi cabeza me decía que no, pero mi cuerpo me rogaba todo lo contrario. Acerqué mi cara a la suya, mis labios a los suyos y.... me separé de golpe, me obligué a hacerlo. No sé que me pasa le confesé no sé porque me siento de esta manera, de verdad que yo no quiero....  le miré de nuevo esos labios carnosos y la besé. después volví a separarme. Era una lucha continua que no podía parar. ¿que narices me está pasando? se notaba que realmente no estaba mintiendo y que me sentía muy mal por todo lo que sucedía, así como que ponía toda mi fuerza de voluntad por impedirlo. Por favor, vete.... le rogué. No sabía cuanto tiempo más sería capaz de controlarme.

No entendía nada. Me besaba y paraba y me volvía a besar para luego pedirme que me vaya.
Pero sus labios se sentían extraños, era un acto pecaminoso. Además que sabía que clement la amaba pero mis pies se movieron solos sonrojada le levante el mentó y le di un beso, pero un beso casto. Un beso que apenas duro un segundo que significó mucho. Al momento me separe aun más roja si era posible, debería parecer un tomate. No fui capaz de mirarla a los ojos me quede mirando a la nada.

- Yo... em... - No soy capaz de pronunciar algo coherente.