Partida Rol por web

Moonlight

[FINAL]: 15 años después...

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27/11/2009, 13:37
Director

La excursión terminó con final feliz, bueno, con algún que otro accidente de dolores de barriga por exceso de gambas o chuches, o con Ura con un catarro del copón que se tuvo que pasar los últimos tres días en cama... o los sustos en el Castillo de Transilvania, donde lasa profesoras os preparan una agradable sorpresa con un montón de trabajadores disfrazados de vampiros que os dieron el susto de vuestra vida... sí, fue una experiencia inolvidable.

Después de eso, siguió el curso... y terminó, volvieron las Navidades, las fiestas bajo los Sakura, las vacaciones de verano... y de nuevo, Navidades... el tiempo fue pasando, sin tregua, luego vino la graduación, algunos se fueron a la universidad, otros decidieron dejar los estudios para empezar a trabajar y a ganarse la vida... los matrimonios, algunos entre ellos, otros entre otras personas que conocerían más tarde. El tiempo no perdona, a nadie, y... transcurrieron 15 años.

El mismo día a todos (los japoneses) os llegó un correo electrónico a vuestras direcciones de e-mail, obviamente, no lo visteis el mismo día, pero allí estaba:

Cita:

De: Arisa Honda (xxx@hotmail.com)
Enviado: lunes, 4 de marzo de 2024 8:00:03
Para: xyz@hotmai.com

Buenos días,

Han pasado 15 años desde que nos fuimos de viaje a Transilvania, al volver, enterramos en el patio del instituto dentro de una caja los objetos que creíamos ser los más importantes, ¿os acordáis? Por aquel entonces, decidimos que 15 años después, cuando vosotros tuviérais 30 años, nos reuniríamos todos para sacar la caja y recuperar los objetos que habíamos metido dentro.

Pues... ya han estos 15 años, justos.

El día va a ser el 23 de marzo, sí, ya sé que es el sábado perfecto para ir a ver los Sakura, pues os jodéis (ya sois mayores de edad, no tengo que tener tanto tacto con vosotros : D), aprovechando que son los Sakura también vais a estar por aquí, así que es el momento ideal.

Hora: 18.00h en la escuela
Plan: desenterrar el "cofre del tesoro" e ir a cenar. He reservado en un restaurante de Sushi, después de cenar, abriremos la caja y repartiremos todo lo que escondimos allí.

Espero vuestra presencia, sino me encargaré de que sea la profesora de vuestros hijos y no aprueben nada ^^

1 beso,
Honda Arisa ^^

PD: el que no pueda asistir que avise

La profesora no parecía haber cambiado en absoluto, por casualidad, justo en aquel momento Natasha Kuznetsova, paraba en casa de Miaka y Keigo, así que sin más, fue invitada también a la cena, pues la profesora no puso objeción alguna, al contrario.


Día: 23 de marzo.
Tiempo: un sol radiante. 

Algunos han ido a comer ya bajo de los Sakura, hace un tiempo estupendo y la ciudad está llena de alegría y pétalos que vuelan, recordando que ha llegado la primavera otra vez. Los pájaros han despertado y con sus cantos deleitan los oídos de todos los que por debajo de sus árboles pasan.

El instituto tiene las puertas abiertas... pero no hay nadie en su interior.

Notas de juego

Pues ala, id llegando ^^

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27/11/2009, 23:50
Takazuma Ren

Ren llegó al lugar unos segundos antes de que el reloj marcara las 18.00 en punto, pulcramente vestido con un traje chaqueta de color negro y una camisa azul. Por suerte o por desgracia, el hotel en el que se alojaba debido a la presentación de su libro se hallaba realmente cerca del que fuera su antigua escuela así que aprovechó para ir caminando a modo de paseo hasta el lugar y disfrutar de los cerezos.

Los había echado de menos. Si había vuelto a Tokio en todos esos años había sido por Navidad o a pasar unos días en verano, momentos en los cuales era imposible disfrutar de aquel espectáculo. Además, esas veces se podían contar con los dedos de una mano. Debido a ésto, no había dsfrutado de aquella lluvia de pétalos desde la primavera de sus 18 años y de aquello hacía tanto tiempo... Por un instante sintió cierta sensación de desarraigo que pronto apartó de su mente. Solamente se daba cuenta de lo mucho que echaba de menos su tierra cuando volvía a ella.

Miró el reloj para asegurarse de la hora. Efectivamente, no se había equivocado, no había ningún fallo. Simplemente pensó que debería haber tardado más en llegar para ahorrarse aquellos momentos. Estaba realmente ansioso.

Dirigió su atención al edificio que tenía enfrente. A pesar de algunas reformas aquí y allá, pudo reconocer el lugar en el que habían pasado tantísimas cosas en el pasado. Sonrió, con una de esas sonrisas melancólicas al recordar momentos que nunca volverían a repetirse. Ello hizo que sintiera ganas de salir huyendo, pero no lo hizo debido a que ya había confirmado su asistencia y era demasiado feo no aparecer. Siempre podría desaparecer con algún supuesto "acontecimiento" de última hora.

Sacó un cigarrillo de la pitillera que guardaba en el bolsillo interior de su chaqueta y lo encendió con una enorme bocanada, para dejar que después el humo fluyera hacia el exterior, en un intento por calmarse, aunque desde fuera parecía completamente sosegado. Apoyado en una pared, decidió matar el tiempo leyendo desde su teléfono móvil la bandeja de entrada de su correo, donde se amontonaban correos procedentes de la Universidad.

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28/11/2009, 01:42
Urahara Hirose

Hirose apenas podía fijarse en la lluvia de pétalos mientras caminaba hasta el colegio, con el nudo en el estómago tensándose más y más mientras, levemente ceñudo, seguía hablando por el teléfono móvil. El abrigo negro, a juego con la camisa, ondeaba abierto sobre el traje color tierra de seda, y el aire que se movía a su alrededor arrastraba un suave toque de Fuel for Life de Diesel. Chasqueaba la lengua, el típico problema cotidiano en el peor momento.

- Escucha, Ray, ¡Ra...! ¡Raiden! ¡Atiéndeme! -abroncaba mientras atrapaba un pétalo y lo observaba, sin dejar de andar en dirección a la escuela- Ya sé que no puedes correr y que la casa de los abuelos es pequeña, ¡yo no tengo la culpa, hijo...! -ponía los ojos en blanco, llevándose la mano a la frente- No, claro que no puedes patinar por el pasillo, ¡espera! ¿¡qué pasillo!? ¿En serio crees que se puede...? Dios, mira Ray: Haz que tu hermana suelte la pierna de mamá, o llegará tarde... ¡No sé, hazle cosquillas, ofrécele una galleta, algo...! -ocultaba entonces una risilla- No llames "gorda" en inglés a tu abuela, Ray... -al fin en la puerta, tragando saliva mientras oía el griterío de Aya al otro lado del teléfono y los "cariño, mami tiene que irse" de su mujer. Sabía que Shizuka no calcularía su posible locura al volver a las tiendas de Tokyo... Menos mal que se habían ido cada uno por su lado (Shizuka no podía soportar a la hermana de Hirose). Solo esperaba que Ray no hubiese jugado a los saffaris entre las perchas de las tiendas, volviendo loca a su madre- Muy bien. Has domado a la bestia, campeón -rió cuando recibió la noticia de que la galleta había funcionado- Mañana por la mañana est... Sí, síiii... Iremos a Disneyland. Vale, hijo, mañana nos ve... -miró el teléfono levantando una ceja- Será cabrón... -llamada finalizada.

Tomó aire al ver el interior del instituto... Tenía la espantosa sensación de que se le habían olvidado nombres. Y entonces vio al hombre del traje negro, apoyado en la pared. Aquella imagen le evocó tiempos de los que ahora solo recordaba lo bueno... Jamás esperó que fuera a sentirse así al verle. ¿Fumaba? ¿Qué les había pasado a aquellos ojos inocentes...? 

Porque era él. Lo habría reconocido aunque hubiesen pasado cincuenta años...

Al nudo del estómago se le unió uno a la garganta antes de seguir caminando. Pero duró poco. Habían pasado demasiadas cosas, y después de acostumbrarse a oír tiros, todo lo demás es una oportunidad de relajarse. Se acercó finalmente, con pasos sigilosos, hasta quedar a su lado.

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28/11/2009, 13:13
Kuroda Bunzo


Como una barca a la deriva, arrastrado por el suave viento llegó Bunzo al instituto. El camino le era familiar, ya que vivía relativamente cerca del instituto.
Llevaba el pelo revuelto, bastante desarreglado(aunque se había tomado el trabajo de peinarlo antes de salir, pues, mas allá de que nunca se lo había planteado, la posibilidad del reencuentro lo ponía feliz). Vestía de Jean y camisa blanca arremangada, con una mano sostenía su abrigo, el cual colgaba sobre su hombro, y en la otra mano sostenía una botella de sake, que por casualidad aún no había abierto(no sabía que esperar de la reunión, pero no se arriesgaría a que faltara algo de bebida). Podía oírse a su paso un tenue tintineo.

Como había estado navegando, no se enteró de la reunión hasta cuatro días antes, y no se había tomado el tiempo como para recordar el pasado en el instituto.
Cada metro que avanzaba era un nuevo recuerdo, cada objeto que veía le evocaba algún momento, cada baldosa aludía a un tropezón, cada árbol un moretón, cada roca un corte o raspadura. De a poco, fue creando una clara imagen mental del rostro de sus compañeros, aunque estaba casi seguro de que ninguno de ellos tenía cuernos. Intentó imaginar como serían actualmente, y no dudaba que la imagen que se hacía, le permitiría reconocerlos con facilidad.
De repente una voz lo sacó de sus pensamientos. Dos hombres hablaban cerca.
Maldición! Creí que solo estaríamos los del curso, y no que habrían extraños por la zona.
Se alejó un poco, hasta encontrar un lugar donde sentarse y se centró en la faena de intentar abrir la botella.

Notas de juego

Jaja Honda se llama Arisa!

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28/11/2009, 15:30
Ryuuta Keigo

El motor de un enorme todoterreno oscuro se detiene ronroneando cuando su ocupante llega por fin a la puerta del instituto en el que tantísimos años había pasado. Las ventanillas del vehículo estaban cubiertas por parasoles de personajes de dibujos animados y muñecos pegados con ventosas. Sobre la bandeja del maletero y en el salpicadero se veían montones de peluches, a cada cual mas llamativo. El conductor viajaba solo. Su mujer aún se estaría peleando con la canguro para dejarle bien claro cómo debía controlar a las pequeñas fieras que tenía la pareja por hijos. No es que fueran malos, claro, es que eran muy revoltosos y curiosos. Tanto que a veces parecían seis niños en vez de tres.

Keigo no pudo evitar sonreír al ver, desde lejos, a tres de sus antiguos compañeros. Ren y Ura parecían conversar... Y aquel de la barba solo podría ser Bunzo.. Aunque parecía demasiado cambiado. Miaka y él, aunque no habían mantenido demasiado contacto con los que fueran de la clase, siempre se habían esforzado por seguir la vida de sus viejos amigos. La tecnología se había puesto de su lado después de tantos años. Bastaban cuatro cliks para ver que Ren había publicado un libro nuevo o que Ura había ganado un premio por sus fotografías.

Apaga el coche en su plaza de siempre, como cada mañana desde que llevara a sus hijos por primera vez al colegio al que habían asistido Miaka y él. Toma una gran bocanada de aire, se echa un chicle a la boca y abre la puerta, bajando al asfalto de un salto. Estaba ansioso por el reencuentro. Tenía muchísimas ganas de volver a hacer las locuras que hicieron cuando críos.

Se encamina con paso decidido hacia los dos hombres que charlan, desviándose, solo un poco, para pasar al lado del barbudo que se peleaba con una botella de sake. - ¡Ey! ¡Eso de beber solo tiene que ser muy aburrido, ¿Por qué no te acercas a charlar con nosotros, Bunzo? - No estaba seguro de que fuera Bunzo, pero, claro, ¿Quién más iba a estar allí precisamente esa tarde? Keigo se conocía a la perfección aquel colegio, y nunca había visto a ese hombre, ni a nadie realmente, pasar la tarde bebiendo en el patio.

- Anda vamos, que hace muchos años que no nos vemos, amigo. - Le tiende una mano para ayudarle a levantarse mientras esboza una sonrisa amplia, de dientes perfectos, que solo podía ser de Keigo.

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28/11/2009, 18:50
Takazuma Ren

Ren no se había percatado de aquellos pasos que se habían acercado a él mientras leía su correo, pero cierta voz sonó a su lado. Sabía de quien era a la perfección a pesar de que había pasado tanto tiempo de que la escuchara por última vez. ¿Cómo debía de reaccionar? Para empezar debía de parar el latir desenfrenado de su corazón.

Creía que después de tanto tiempo le habría olvidado pero bastaba que volviera a estar cerca suyo para que su cuerpo reaccionara de aquella forma. Pero Ura no debía de notarlo...

Pulsó rápidamente el botón de "salida" de su móvil y no sin esfuerzo alzó la cabeza, con temor de la expresión que pudiera encontrar en su rostro. Pero allí estaba, y no eran ojos de odio ni rencor, sino una mirada amable. Apenas había cambiado en ese tiempo, pero aquellos pequeños cambios lo habían transformado en todo un hombre, incluso más atractivo que en aquellos tiempos.

La expresión tensa de Ren, se suavizó en una dulce sonrisa que podía recordar por un instante a aquel chico de 15 años que una vez fue. Sin saber que más decir, devolvió el saludo - Hola Ura.

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29/11/2009, 01:44
Haakon Gurnisson

En la distancia se empieza a escuchar cierto alboroto cuando un coche negro, con los cristales tintados reduce la marcha cerca de la puerta del instituto. En cuanto reduce, de otros coches que le siguen prácticamente pegados, se bajan varias personas a la carrera y se desata el caos. Los flashes comienzan a dar fogonazos entremezclándose con los gritos de "graba! joder graba!!". Un montón de cámaras intentan rodear al coche negro como si fuese una marea de carroñeros abalanzándose sobre un cadaver.

Parece haber un momento de duda, pues el coche no se mueve durante un par de minutos. Finalmente, con una advertencia en forma de grave acelerón que espanta a algunos cámaras, el coche se pone de nuevo en marcha. Obviamente los fotógrafos, cámaras y demás ralea corren veloces a los coches para reiniciar su particular persecución en pos de la oculta figura.

Notas de juego

No pude resistirme! >.<

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29/11/2009, 13:05
Natasha Kuznetsova

Tras las indicaciones de Miaka, Natasha ve al fondo el gran colegio donde ésta cursó sus estudios. Todavía no sabe bien el por qué ha accedido a ir a esta cena. Si vuelve la vista atrás, recuerda a unos chicos con los que no llegó a congeniar del todo. Además estuvieron en Transilvania, en una época en la que ella no estaba del todo bien. Sabe que no trató con los chicos por su tozudez, por sus ganas de ir contra el mundo, tal como a ella la habían tratado.

Los recuerdos de su tozudez, y su mal genio, le hacen aflorar una sonrisa. Han pasado muchos años desde entonces, y Natasha se ha labrado un buen porvenir en su mundo. Se detiene por un momento, observando desde la distancia el reencuentro entre cuatro de los chicos. Le cuesta reconocerlos, ha pasado mucho tiempo, y la falta de contacto favorece a ello. Al único que conoce, es a Keigo, el marido de su mejor amiga, y por ese motivo el hombre que más respeta en el mundo

Un coche aparece, parando cerca del colegio. Sorprendida, Natasha observa como varios fotógrafos persiguen a la persona que se haya en su interior. Parece que mas de uno ha triunfado... Se dice la mujer y empieza a caminar con su paso orgulloso hacia la entrada del colegio.

Para la ocasión, Natasha se ha decantado por un mini vestido muy escotado. Sabe que ese tipo de vestimenta provoca muchas miradas, y muy variadas. Los hombres casi siempre la miran con deseo, y sus mujeres con ganas de matarla, aunque hay alguna que la envidia es patente en su mirada. Para tapar el vestido, y protegerla del frío que empieza a levantarse al anochecer, cubre su voluptuoso cuerpo un abrigo largo de piel negra.

Hola chicos. Saluda al acercarse a los hombres...

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30/11/2009, 21:19
Gin Miyasawa

Un bonito lamborghini negro derrapa delante de las puertas de entrada al parking del instituto. Y a pesar de sus suaves curvas y su diseño deportivo, no es su imagen lo que os hace girar la cabeza para ver quien llega, sino el rugido del potente motor. Y es que el matrimonio Miyasawa seguía llamando la atención allá donde iba.

La puerta del asiento del piloto se abre para dejar salir una cabellera plateada que os es muy familiar. Para todos ha pasado el tiempo, aunque tras ver al conductor, vestido con un traje gris perla, una camisa negra y una corbata de la misma tonalidad del traje, llegáis a plantearos la posibilidad de que hayáis viajado en el tiempo. Gin Miyasawa sólo había crecido unos centímetros más durante todos estos años, por lo demás, seguía igual que como lo recordábais.

Sus andares presuntuosos y chulescos tampoco han despasaparecido, ni la forma en la que su brazo se apoya sobre los hombros de su esposa, Tooru. Su sonrisa sigue siendo deslumbrante, y por supuesto, suponéis que su voz sigue siendo igual de aterciopelada y seductora que siempre.

¡Buenas tardes!

Exclama levantando el brazo libre a modo de saludo, y aprovechando este gesto para pulsar el interruptor del cierre del coche. En cuanto a lo de la voz... habíais dado en el clavo. Sólo cuando se acerca a vosotros, levantando sus gafas de sol para dejar ver aquellos ojos azul pálido, podéis notar el auténtico cambio. Y es que su mirada no se ha posado en la figura de la voluptuosa Natasha... os ha mirado a todos por igual, con interés sincero por saber de vuestras vidas, ya que ha sido de los que más aislado ha estado de los demás... demasiado trabajo emprendiendo su propio negocio en la agencia de modelos.

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30/11/2009, 21:31
Tooru Miyasawa

La que había hecho el cambio, sí, había sido Tooru. Su larga cabellera pelirroja se había esfumado, ahora tenía un cabello rubio, recogido en una trenza recogida, se levanta del coche en el momento que Gin lo aparca, y esboza una sonrisa sincera y amable, en absoluto seductora, como había sido antaño.

¡Menudo cambio! - exclamó dirigiéndose a todos.

Vestía con un abrigo marrón claro, unos tejanos y alguna camisa escondida debajo el abrigo, simple y sencilla, el maquillaje tampoco era excesivo, y así, el cambio era aún mayor. Lo más probable, pero, es que la mayoría la hubiera seguido viendo, en carteles publicitarios, anuncios de tele y revistas, entrevistas, siempre anunciando la ropa que su marido anunciaba, parecía que para ella la edad no pasaba, seguía siendo la modelo número 1 de la empresa a pesar de tener ya los treinta.

Se acerca a todos, cogiendo la mano de Gin, y reparte dos besos, sin dejar de sonreír. También a Natasha, a la que le cuesta un poco de reconocer al principio.

¿Aún no estamos todos?

Pero se veía claramente que no, faltaban las chicas de su clase, y la profe.

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30/11/2009, 22:03
Iwakura Reira

Dicho y hecho. Justo cuando Tooru pregunta por los demás, una lujosa limusina blanca para en frente de las puertas. De ella salen dos mujeres. Miaka y Reira Iwakura, aunque vosotros la conocisteis como Reira Koishikawa.

La morena también había cambiado... y aunque fuera increíble que una chica tan frágil y educada pudiera parecer más sofisticada todavía, así había sido. No tenía un aspecto tan débil como el de antaño, pero su piel y su figura seguían siendo finas y delicadas. Para esta ocasión, la actual directora de la empresa de cosmeticos Uemura lucía un bonito traje de chaqueta falda, de color blanco, una blusa de cuello alto de un suave tono morado y unos elegantes zapatos de tacón del mismo tono de color que la blusa. Para protegerla del frío, un abrigo largo negro termina de marcar sus suaves curvas, y sus finas manos van cubiertas de una suave tela blanca.

Al acercarse más a vosotros, podéis ver que su mirada sigue siendo la de hace 15 años, inteligente, madura y observadora. Y su sonrisa, tan amable y suave como lo había sido. No os sorprende que su voz sea tan encantadora y dulce como lo había sido también.

Buenas tardes a todos.

Saluda de forma cordial con una leve inclinación. A pesar de los años que lleva viviendo en Nueva York, ni su acento ni sus modales se habían resentido en absoluto.

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30/11/2009, 22:28
Haakon Gurnisson

Los últimos minutos parecían una procesión a la que se unía una impresionante Kawasaki Ninja que arrastraba a media docena de chavales que llevaban esperando un buen rato, exáctamente desde que un coche negro, perseguido por fotógrafos, apareciese. El motero a penas puede parar la moto antes de sufrir el asalto. Por suerte logra resolverlo sin tener que hacerse ninguna foto ya que los alegra, casi hasta las lágrimas a un par, al entregarles sendas invitaciones VIP.

Ahora, libre por fin, centra su vista en el instituto y en los que allí se encuentran. Pasa varios segundos quieto, vacilando, dudando... Pero finalmente baja de la moto y el sonido de metal es tan claro que ya no hay duda de quién acaba de llegar. Viste una larga gabardina negra, hebillada, con unas pesadas y preciosas botas y un casco negro y gris de diseño exclusivo, con una fina mochila a la espalda, diseñada para pequeños transportes en motos de gran cilindrada. Cuando se retira el casco cae una larga melena, pero ya no es rubia, sino que está poblada de mechones color ceniza y numerosas canas plateadas. Por un momento la posee de Haak es idéntica a la portada de uno de sus discos (si sustituimos la moto por un paisaje apropiado y el casco en la mano por una guitarra) Ahora es claramente el mas alto, notándose a la legua su origen europeo, aunque Gin le andaría prácticamente a la par si no fuese por las botas de Haak.

- COMO ESTAMOS INSTITUTO MIZUHO!! - La atronadora voz de Haak llena por un momento el aire, saludando al igual que hace en todos sus conciertos. Luego suelta una carcajada y se acerca, resonando metal contra metal a cada paso, ondeando la larga gabardina negra que lleva a pesar del sol radiante. Su voz sigue siendo igual de potente, ya sin los altibajos de la edad, y su cuerpo sigue siendo, o al menos eso se intuye bajo las capas de ropa negra, igual de fibroso que en la adolescencia.- Hola! - Saluda, feliz y con una sonrisa. Aunque sus ojos parece demasiado tristes, quizás sea por las grandes ojeras que los rodean... Ese, sin duda, es el mayor cambio, el brillo salvaje de sus ojos está muerto.

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30/11/2009, 22:38
Ryuuta Miaka

Y Miaka baja también del coche acabándose de pelear con una mochila en forma de oso que es posible que todos reconozcan, la que la morena llevaba siempre cargada de chuches y porquerías hasta arriba, ahora cosida por algunas partes y mucho más echa polvo, pero limpia, está intentando meter un peluche de rinoceronte dentro. Con la lengua fuera. Realmente, a pesar del pelo cortito que la hace algo más madura, sigue pareciendo la misma Miaka jovial y alegre de siempre.

Y así lo demuestra:

¡Hola a todos! - saluda en general, primero sus ojos brillan al ver a Keigo, al que se acerca y le da un beso en los labios, sin dejar de sonreír y enseñando la mochila de oso con el culo del rinoceronte que no cabe - Kyo me ha obligado a coger la mochila del oso, y Yuki a coger la el rinoceronte y... y Tooru - se palpa el bolsillo de atrás de los pantalones, en busca de algo que no encuentra, luego mete las manos en la chaquetilla y saca una piruleta - eso. Para que no nos olvidemos de recogerlos, los he dejado en casa de Reira, a manos de Gyukudo, ya sabes que se llevan muy bien con los hijos de Reira... y Gyu estaba encantado. - le da otro beso dejándolo todo el tema en las manos.

Luego se gira hacia los demás y va a abrazar a Ren y a plantarle un beso, con todas las confianzas del mundo, en la mejilla.

¡Mañana comes en casa! - parece que está demasiado emocionada como para percatarse del cigarrillo que ha tratado de esconder el chico detrás, y se va a saludar a Natasha sin vergüenza alguna - A ti no hace mucho que no te he visto - le dice con una alegre sonrisa, plantándole otro beso... y luego... mira a Ura - ¡¡¡Ura!!! ¡Estás...! ¡Estás...! ¡No has cambiado nada! - le da un efusivo abrazo mientras se va a abrazar a Gin y a Tooru, los dos a la vez... y finalmente, se dirige a Bunzo - ¡¡¡Bunzo!!! Espero que ya no te duela el sillazo que te di en secundaria - saca la lengua mientras le da otro abrazo. Justo en este momento llega Haak... mira curiosa qué sucede y cuando aparece se va a saludarlo dándole otro abrazo, aunque casi no alcanza a cogerlo - ¡¡¡Haak!!! ¡¡¡Estás mucho más alto!!!

Mira a todos, sin dejar de esbozar aquella eterna sonrisa y colgándose del brazo de su marido, dándole un beso en el hombro.

¿Y Mori? - disimuladamente mira a Ura - ¿Y Noa? - sin disimular mira a Haak, pues aunque al igual que Tooru los ha visto a diversos lados... Miaka no es que tenga mucho tiempo para los cotilleos - ¿No vienen?

Notas de juego

Mierda ¬¬ xDDDD

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30/11/2009, 23:10
Haakon Gurnisson

Haak iba a ir a saludar personalmente a sus antiguos compañeros pero la llegada efusiva de Miaka, sigue igual en ese aspecto, le hace detenerse un momento.

- Hola Miaka... - Se calla un momento y mira a Keigo, luego a Miaka, luego a Keygo, luego a Reira, Miaka... Y el lio en su cabeza toma forma, pero no del todo. - Eh... Bueno, si, el frío de mi tierra hace que demos grandes estirones. - Medio sonrie, pero la sonrisa muere rápidamente ante la pregunta de Miaka y el cambio en su rostro es tremendamente acusado. Deja caer la cabeza un momento, desparramándose la melena y toma aire despacio antes de contestar. - N-no... No viene... No... - Su voz, que antes atronó el patio, ahora es apenas un susurro.

Notas de juego

x-D

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01/12/2009, 00:35
Takazuma Ren

Ren va saludando uno a uno conforme van llegando, sorprendiéndose con los cambios que habían dado sus compañeros. Aunque unos se parecían más a como los recordaba que otros, el tiempo no había perdonado a nadie. Para su sorpresa, se alegraba mucho más de lo que esperaba de estar en aquel lugar.

Cuando llegó la limusina y vió bajar a Reira acompañada de Miaka, escondió con un respingo el cigarrillo detrás de sí, dejándolo caer y pisándolo con el talón derecho. Ya vería más adelante como eliminaría la evidencia para que la señora Ryuuta no se enterara.

Le devolvió el abrazo y contestó un - Sí, mamá... - acompañado de una carcajada a la invitación.

Miró después discretamente a Haak, sorprendido por su reacción. ¿Qué habría pasado entre ellos?

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01/12/2009, 00:49
Noa Phyllis

El sonido de un motor apagándose señaló que un coche había aparcado cerca. De él bajo un chico de un par de años mayor que los reunidos unos metros mas allá. Se dirige al maletero, del que saca una silla de ruedas que despliega al lado de la puerta del copiloto. La puerta del coche de colro negro se abrió lentamente. Una joven de piel blanca salió despacio, pero miró al chico de soslayo.

-No seas tonto, James, ya no tengo ése trasto. Iré con cuidado, no te preocupes. Dile a mi hermano que volveré tarde, pero que no se preocupe- El chico, algo desconfiado, guardó la silla y en su sitio le entregó unas muletas sencillas. -Vamos, aprovecha las fiestas de Sakura para llevar a tu chica de paseo, seguro que lo disfrutará.Cuidas demasiado de mí.- Se despidió de él con dos besos y tras respirar hondo y tragar saliva, se volvió hacia el grupo, un poco alejado.

Noa lucía diferente, no sólo por las muleta: donde debía haber una larga cabellera oscura y lisa ahora no estaba. En su lugar, Noa lucía su pelo lo más corto que ninguno le había visto nunca. La piel tenía un pálido diferente, poco sano y su cuerpo tenía un aspecto frágil y débil, pero sus ojos seguían reluciendo carmesís. Su ropa era simple, no plagada de complementos como años atrás, un simple conjunto negro, con unos tejanos negros ajustados con un cinturón de hebilla circular y hancha. En el cuello lucía una fina cinta de terciopelo negro del que colgaba corazón rojizo, de sangre. También de una cadena plateada brillaba lo que parecía la figura de un ángel, pero incompleto, como si le faltara algo.

Tras unos cuantos pasos bastante torpes (testigos de que hacía poco que tomaba las muletas) empezó a identificar a sus compañeros de clase. Un pequeño esbozo de sonrisa empezó a dibujarse en su rostro.

-Buenos días, cuanto tiempo...- miró a todos con un amago de sonrisa, que se heló al ver al chico, ya un hombre, de melena larga y rubia. Tanto tiempo había pasado, y tantas cosas... ¿Seguiría siendo el mismo? ¿Aceptaría escucharla y la perdonaría? Sintió un sudor frío por la espalda y los ojos vidriosos, pero se mantuvo -...sin verte- terminó con voz quebrada, tensa.

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01/12/2009, 08:38
Urahara Shizuka

- ¡...dicho que no me llaméis por teléfono h...! ¡Que estoy conduciendo! (...) Pe.... ¡¡Pero a mí que me cuentas, si llevo aqu...!! (...) Espera - una voz femenina se hacía escuchar por encima del sonido de un motor en la zona de aparcamiento - Casi atropello a una ardilla sagrada por tu culpa. Estarás contento... (...) No. Noooo. No... Sí, compra uno, harás bien (...) Gracias... - una muchacha terminaba de maniobrar con el vehículo, aparcando una reluciente vespa roja con maestría, cortando la llamada en ese mismo momento. Bajó entonces de la moto, retirándose el casco y descubriendo una aglomeración tremenda de mechones rojos, un cabello que ahora caía con cierta lacidez y siempre con su energía característica sobre la espalda de su portadora, que ahora coronaba su cabeza con una boina gris, a juego con su vestimenta.

Resopló cuando ya parecía tenerlo todo encima (boina, bolso, llaves...) para luego localizar al grupo desde la distancia, saludando efusivamente con una mano en alto:

- ¡¡...WEEEEEEEEEEEEHH!! - rió, acercándose con aquellos tacones que le costó tanto dominar tiempo atrás. No podía caber duda de que aquella señorita que se acercaba era Shizuka, más que nada por lo pelirrojo, porque en cuanto a vestimenta se refería debía de haber dejado atrás aquella ropa tan cómoda y deportiva que solía estilar. O eso o estrenaba esos zapatitos precisamente hoy.

Se acercó a las chicas, que quedaban más cerca de ella, pegando un par de graciosos botes y una sonrisa de oreja a oreja, comenzando a repartir abrazos y besos por donde iba, y alguna que otra broma:

- ¡Dios mío! ¡Haberme dicho que traeríais coches como dios manda! Me van a rayar la vespa por mancillar el aparcamiento - un abrazo cariñoso para Miaka y Reira, las chicas con las que más había tratado en su juventud. A algunos costaba reconocerlos, a otros los veía casi a diario. Aún así, la experta cocinera se fue abriendo paso entre saludo y saludo hasta encontrar al gaijin, sonriéndole con una mueca algo comprometida (la cual dejaba entreveer un "tus hijos me han acorralado, la pequeña se ha hecho caca, el mayor se aburría...") pero plantándole un beso en los labios, agarrándose un momento a su brazo para alzar por atrás el talón y acomodarse mejor el tacón.

- Uufff... ¡Hey Haakon, me tienes que dar autógrafos!... En el restaurante están como locos - explicó a Ura, que quedaba junto a un hombre al que le costaba reconocer - (...) ¡¡Ostras, Ren!! - se palmeó la frente, riéndose por lo estúpida de no haberse dado cuenta - ¡¡No te había reconocido!! ¿Cómo estas? - sonrió, dándole un abrazo.

Notas de juego

Imaginad un tremendo jersey bajo ese abrigo, por favor. No sólo la camisetita de verano XDDDD

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01/12/2009, 09:36
Haakon Gurnisson

Haak estaba hecho un lio, miró a Keigo, luego a Miaka, Keigo, Reira, Miaka, Keigo, Gin, Tooru, Natasha, Ura, Ren, Bunzo, Natasha, Ren, Ura, Ren, Ura, Bunzo de nuevo...

No entiendo. A ver... Como se llamaba? Maldita sea, sé que era de Transilvania, pero joder! Qué cambio! Qué cuerpo tan... tan... Bueno, con tantas curvas! Miaka y Keigo, bueno, se podía esperar... y Reira? Supongo que también casada. Pero Bunzo me preocupa, menudo aspecto, y me quejo de lo mío... Joder. Ura y Ren, ahí también pasa algo, bueno quizás es que falta algo ahí en medio no?

No oyó la llegada del nuevo coche ya que estaba estudiando la nueva situación de sus viejos amigos pero sí lo que se dijo a continuación.

Cita:

No seas

Dos palabras. Bastaron dos palabras para que el tiempo retrocediese como un tornado. El color desapareció por completo del rostro del finés. Sus ojos amenazaban con salirse de las órbitas. No estaba preparado para esto. Ya le había costado días de preparación el aceptar venir a sabiendas de todos los recuerdos que se avivarían, los rostros que volvería a ver y las inevitables preguntas y referencias. Pero esto... No, jamás lo habría pensado. La mano libre le temblaba claramente con la llegada de Noa y parecía estar completamente desarmado. La llegada de Mori se escapó a un segundo plano, en parte una lástima ya que tenía mil preguntas tras su beso a Ura. Otro tanto para Ren y Ura... Pero tendría que esperar.

Se giró despacio, sonando el metal de su ropa que ahroa se le antojaba demasiado frío a pesar del radiante día. La imagen de Noa se grabó a fuego en su pecho, en su corazón, una vez mas. Pero había muchos cambios, demasiados, algunos muy preocupantes.

Muletas!? Cuando!?? Porqué!?? Tu pelo!!?? Qué ha pasado NOA!!!!

- Sí... 8 años, 11 meses y 23 días. - Había perdido la voz, casi no podía hablar y mucho menos mirarla a la cara.

El corazón le latía desvocado, desquiciado, con tanta fuerza que temía que fuese claramente audible. Latía con una furia que siquiera Sven, el batería de su grupo, Metal Souls, podría imitar.

Qué ha pasado!? Donde estabas? Porque no contestabas? Porqué esas muletas? Porqué has venido? Desde cuando lo sabes!? Porqué te fuiste!? Fue otro? Porqué me dejaste? Sabes cómo he sufrido? Estás bien? Y tu pelo?

Las preguntas, algunas furiosas, otras preocupadas, se agolpaban en su cabeza en un remolino imparable.

La amaba. La odiaba. Ambas con la misma intensidad sin saber qué hacer. Poco a poco reunió valor y alzó la vista para mirarla a los ojos y vio los dos únicos detalles que parecía que Noa se permitía ahora.

Mi ángel... Mi corazón...

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01/12/2009, 10:56
Profesora Honda

Una sombra sale del interior del instituto, una melena rubia teñida, un poco más larga que antaño, una silueta que se acercaba con varias palas entre sus manos y sin dejar de sonreír. No parecía ella. La profesora Honda había hecho también un cambio espectacular.

¡Buenas a todos! - os mira, sin dejar de sonreír, a los únicos que tenía vistos eran a Miaka y a Keigo, ya que llevaban a sus críos a la escuela primaria de allí. - Vaya, ya no sois los niños de quince años... ya no sois tan monos - dijo con una divertida sonrisa, poniéndole una pala a Haak, otra a Ura, a Ren, a Keigo, a Gin y a Bunzo, ante la mirada se encogió de hombros - Con lo monas que han venido no pretendréis que sean ellas quien desentierran el Tesoro, ¿no?

Dio un par de aplausos.

Vamos, vamos, está enterrado debajo del árbol.

Todos os empezásteis a dirigir ante allí... al menos, el carácter de vuestra profesora de secundaria, no había cambiado tanto. Aunque ahora sonreía más, mucho más.

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01/12/2009, 11:05
Natasha Kuznetsova

Sintiéndose casi una intrusa, Natasha se pregunta por enésima vez por qué le ha hecho caso a Miaka y ha venido a la cena. Esa gente se reúne después de 15 años, los recuerdos y emociones están a flor de piel. El aire se impregna, casi pegajosamente, de esos sentimientos ocultos que solo pueden traer años de amistad.

Como si de una película se tratase, Natasha se mantiene en segundo plano, observando el devenir de los acontecimientos. La aparición de la muchacha coja, cuyo nombre es incapaz de recordar. Ha provocado una reacción en cadena en el rostro del rubio, Haak, cree que ha escuchado que le llamaba Miaka. Fijándose bien en el hombre, Natasha se da cuenta que le suena haber visto su rostro en alguna portada de algún disco. Quizás me equivoque... Y solo se parezca. Se dice la joven, aunque después de haber visto su llegada al colegio está casi segura de que es él.

La aparición de la profesora Honda rompe la tensión del ambiente. La mujer, bastante cambiada, aparece con varias palas y ordena a los chicos que vayan a cavar.

Natasha se encoje de hombros, total, ella no estudió allí así que no hay nada suyo enterrado... Una costumbre bastante extraña. Se dice mentalmente. Ella siempre ha dejado atrás los recuerdos, vive el presente sin volver la vista. Demasiados recuerdos tristes que prefiere olvidar.