Partida Rol por web

Me... me estásh confundiendo con tu palabrrrrerrría...

¿Shabesh lo que te digo? Puesh que... ¡A tomarrr Po... poooo... Ya she me ha olvidado. Poooo... popopoooo... ¡Vesh! ¡La culpa esh tuya, que no parrrash de hablarrr!

Y Zhuik se desquita intentando clavar la espada en el tío raro.

Shi tan sholo no tuvierrra eshta terrrrible reshaca de ayerrrr...

- Pues claro que hablo... sino como puedo convencerte que la violencia no es el camino... no ves que no lleva a ningún lado. Si quieres entrenar puedes hacerlo así - comenta mientras busca volver a golpear sin dejar de defenderse.

Sin embargo, su incesante cháchara lo distrae a el mismo, por lo que menea la cabeza y levanta los puños en una clara posición defensiva - Y tu, no hace falta que me insultes y me sigas insultando... eso pone nervioso a cualquiera. Como quieres que te enseñe como golpear sin lastimar si solo dices lo que dices, eh? -

¿En sherrrrio? Puesh... yo no tendrrría que inshultarrrte todo el tiempo shi no tuvierrrash esha carrrra de de macaco que tienesh... y... shi quierrrro inshultarrrte, te inshulto. Porrrrque... ¿Qué vash a hacerrr tú parrrra impedirrrmelo, macaco?

La discusión estaba degenerando... Zhuik, viendo lo ágil que era su oponente esquivando sus golpes, se dedicaba a agitar el espadón sin demasiada estrategia.

Repentinamente Diogenes cambié el ritmo de sus golpes. En vez de buscar lastimar con el canto de sus manos la desprotegida nariz de Zhuik, buscó, con el puño cerrado tocar el cuello de su rival.

Sin embargo el cambio de ritmo lo afectó más de lo que hubiera pensado, o quizás había sido la retahila, permanente, de insultos que estaba recibiendo - Macaco? No, no, acá el único cuadrumano eres tu - contestó sin estar seguro de si Zhuik sabría de que le estaba hablando - Y ya verás que puedo hacer - amenazó rogando que su rival no se hubiera dado cuenta de cuan expuesto había quedado al fallar el golpe

Aaaaah... cuadrrrumano... no shé lo que esh esho, perrro también shuena a inshulto, macaco.

El espadón viene y va, y a Pelópidas le cae una hostia por azar.

¡Shí! ¡Le dí! ¡Le dí! No puedo crrreerrrlo... Quierrro decirrr...-y Zhuik cambió a un tono más brabucón-No puedesh eshcaparrrr a mi cerrrterrro filo todo el tiempo, macaco. Shoy el mejorrr eshpadachín del torrrneo.

El monje acepta el golpe y menea la cabeza de mal humor ante lo que considera su error - Buen, el cuadrumano parece que es capaz de cortar... - bromea mientras apunta uno de sus puños con cuidado a la barbilla de Zhuik - Y el macaco de golpear sin lastimar - completa tras notar el seco impacto en la barbilla de su rival

- Golpear, no herir - aclara mientras busca donde efectuará su próximo ataque - Como dije, la violencia no es la solución, pero siempre es posible defenderse de los golpes con la habilidad - completa su frase sin perder la calma

Zhuik sacude la cabeza tras el golpe. La vista se nubla por un instante.

Eshte puñetazo... Eshte puñetazo no fue como losh otrrrosh... Yo...

Y cuando parecía que Zhuik estaba a punto de quedar aturdido, lanza otra estocada.

Uich, eshta vez cashi te cojo deshprrrevenido, macaco.

- NO, no fue igual... o quizás si. Si conecto un golpe distinto te darás cuenta - advierte Pelopidas a Zhuik antes de volver a intentar su truco aturdidor.

Tras un par de movimientos del cuerpo, buscando la mejor posición, gira rápidamente su cuerpo a la vez que estira su brazo, buscando que su puño impacte en el pecho del cincuentón. Sin embargo, calcula mal las distancias y su brazo no impacta en ningún sitio, simplemente acompaña al resto del cuerpo en su movimiento

¡Shí, hombrrre! Sholo faltaba que me dejarrrra pegarrr otrrrra vez parrrrra comprrrrobarrrlo. ¿Te crrreesh que shoy idiota?

...

...

No, eshperrrra... No rrrreshpondash.

Los ataques se sucedían sin parar, pero el combate se estaba alargando y los golpes no eran tan efectivos como antes.

El monje sonrió ante las palabras de su contrincante, sabedor que al mismo no le resultaba tan facil golpearlo - Y porque no tengo que contestar a eso? - re-preguntó con una sonrisa en sus labios - Creo que realmente tengo que hacerlo! -

Meneando la cabeza insistió - Después de todo hablamos de alguien al que le agrada lastimar a quien tiene enfrente... no se me ocurren muchas formas distintas de llamarlo... aparte de idiota! - Insistió mientras el canto de su mano golpeaba el cuello de Zhuik con fuerza, buscando incapacitatlo sin herirlo realmente

¡Sherrrásh hijo de pe...! ¡Hijo de perrr...! ¡...jo de pppp...!

Por primera vez en todo el combate, Pelópidas conseguía aturdirlo. Y no por sus palabras de pacifismo, no. Lo aturdió a base de tortas.

Brlbrlbrlbrlbrlbrlbrl...

El espadón de Zhuik se cayó de sus manos.

Al notar que su ultimo golpe había sido realmente efectivo, Pelópidas esbozó una leve sonrisa y decidió acompañar con un par de golpes adicionales al rostro de desconcierto que notaba en Zhuik

- Así que decidiste soltar tu arma? Te das cuenta que no puedes contra la no-violencia? - preguntó mientras volvia a acompasar sus brazos un un nuevo uno-dos contra el rostro de Zhuik - Como veras... aún no te he herido... aunque sabes que no aguantarás mucha más, no? - preguntó más para si que para su rival - O deberé seguir golpeando hasta que te convenzas? -

Tu no violencia me la pasho yo porrrr losh... ¡uy, mi eshpada!

Al ver el espadón en el suelo, Zhuik se agacha inocentemente a recogerla... Un descuido imperdonable, ya que no sabe la orientación sexual de su rival y podría haber sufrido el primer conato de violencia de Pelópidas por vía anal.

- Por donde? - pregunta inocentemente Pelópidas mientras aprovecha el resquicio que le deja Zhaikal buscar su espada para volver a usar sus puños

Con todo la confianza en sus propias habilidades le juega una mala pasada y es incapaz de aprovechar la situación. Sus puños vuelan cerca de su rival, pero no logran impactarlo como hubiera querido.

Zhuik justo se agacha cuando los puñetazos de Pelópidas apuntaban al pecho, y se yergue de nuevo con el espadón entre las manos.

¡Graciash porrr no atacarrrme mientrrrrash rrrrecogía la eshpada, panoli!-pero Pelópidas sí que había tenido la malicia de intentar golpearle, lo que pasa es que como no le dió, Zhuik no se dió cuenta-¡Deshcubrrrrirrrrásh prrrronto que yo no shoy tan clemente!

Pero su espadón vuelve a ir desviado. Culpa de la resaca en la taberna, seguro.

- Clemente? No, no creo que lo seas, pero ya te dije que la violencia, de por si, no sirve de nada - contestó el monje mientras volvía a intentar aturdir a su rival y fallaba el golpe - Tu no lo entiendes, pero en algún momento lo harás. Siempre es mejor conversar que lastimar - insiste con su cantinela, por más que los hechos no demuestren lo mismo que sus palabras

Mi madrrrre errra másh de hablarrr... Perrrro aprrrrendí porrrr mi padrrrre lo que esh... ¡PEGARRRRR!

La espada cae pesadamente sobre la hierba, a unos centímetros de Pelópidas. Siempre son unos centímetros. Parecería fallar por poco, pero en realidad es una distancia insalvable que se repite en cada intento por golpear.

- Pues deberías haber escuchado a tu madre... porque tu padre no te enseño demasiado bien - bromea Pelópidas mientras vuelve a buscar el cuello de Zhuik con el canto de su mano.

Sin embargo sus bromas lo distraen lo suficiente como para que su propio golpe pase lejos de su objetivo - Aunque parece que mi estilo tampoco es el mejor... - reconoce apenado