Partida Rol por web

- Ginevra, pensaba que os había pasado algo. Cuando nadie os encontraba, ni Marvin, ni Lydia, ni yo… -Un suspiro de angustia salió de su boca-. Creí que el Maestre os había hecho algo.

Despues de terminar de acomodar las cosas en la bandeja con algo de prisa, Gwen se preparo para dirigirse al patio como hace unos momentos le había indicado Sloth.
Gwen lanzo entonces una mirada como pidiendo ayuda y a la vez pidiendo que se movieran a Sebastian y Javi, mientras salia con la bandeja rumbo al patio lo mas rapido que podia, incluso casi tiene un lijero tropiezo antes de salir pasando a un lado de Fiona.

Cuando Merol entro en la cocina aùn se encontraba algo turbado por el encontronazo que había tenido a primera hora con Evan y, debido a su falta de atención, estuvo a punto de chocar con Fiona cuando ella también entraba en la dependencia. Medio distraído, se disponía a pedir disculpas cuando Sloth, el jorobado, comenzó a parlotear incesantemente.

Lo único que consiguió entender fué que el almuerzo se serviría en los jardines para evitar que el hedor de antes pudiera echar a perder la celebración. Aunque hubiera quien disfrutase del aire libre, Merol prefería los espacios cerrados. Cuando vio a la dulce Gwen pasar apuros con unas bandejas decidió hacer algo útil y ayudarla.

- Dejamé que te ayude Gwen - dijo acercándose a la joven y ayudándola con la cargada bandeja...

Mientras se dispuso a comer algo, Sloth le avisó que Lady Myriah había ordenado que la comida se sirviese en los jardines. - ¿Aún persiste el mal olor? - preguntó extrañada. Alguien estaba boicoteando la celebración, eso era seguro. 

Viendo que al jorobado no le pasó desapercibida su cojera se puso un poco tensa y avergonzada. ¿Se lo notarían también la familia Vaelys y el resto de invitados? Que contratiempo...

- Me caí en el recibidor Slotty... fue un accidente. - dijo con la boca pequeña, bajando la mirada, dejándola fija en su plato. No era agradable estar enferma, de hecho Fiona raras veces se ponía mal, era muy trabajadora y aunque ya tenía el pie bastante bien, no quería que nadie la viese así cojeando.

- Gracias. - le sonrió con ternura cuando le deseó que se recuperase pronto. - Espero que estés bien Sloth, y que disfrutes de la fiesta de nuestro señor. - Fiona estaba preocupada por aquello pero no lo había hablado con Slotty. Aprovechó que estaba allí para susurrarle algo al oído. Y una vez terminó de comer se dispuso a servir los platos que preparaba Jevic para ponerlos en una bandeja y ayudar a Gwen con el servicio. 

- Nos vendrá bien tu ayuda Merol. - le dijo al gordito.

- No bebas de la copa que te sirva en la fiesta, temo que esté envenenada. Finge que se te cae al suelo. He escuchado rumores, rumores que hablan sobre que eres el verdadero señor de la casa Vaelys. - le dijo muy bajito. 

Sloth recordaba algunas caras de los invitados. Caras de asco por el mal olor. ¿O tal vez Sloth lo había malinterpretado? Tal vez los caballeros tenían esos gestos por haber visto a Sloth. Estaba acostumbrado a que lo muchos lo recibieran como si fuera lo más desagradable que hubieran visto nunca. No, no, Sloth, este no es el caso. El olor era real y los invitados apenas miraron al jorobado. Así que asintió con la cabeza cuando Fiona preguntó-. Sí, aún sigue, pero Lady Vaelys ha conseguido que nada se estropee y ha sacado a todo el mundo al jardín. Pero alguien tiene que hablar con Evan. Sloth sabe que ese olor es de estiércol de caballo, las cuadras huelen igual. Evan tendría que saber algo –El jorobado temía que el jefe de caballos no estuviera haciendo bien su trabajo y que por su culpa la celebración se hubiera trastocado un poco.

- Sloth está bien, Fiona, gracias –Iba a decir algo más, pero justo la criada se le acercó para susurrarle al oído. Durante un momento Sloth se quedó parado, sin saber qué responder. La cara de confusión de Sloth le daba un aspecto aún más abobado que de costumbre. Pero Sloth pensaba y reflexionaba, no quería dejarse llevar por la confusión.

Cuando Fiona se dispuso a ayudar con el servicio, se acercó a ella-. Fiona, ¿seguro que estás bien? ¿Te ha dicho el maestre que puedes trabajar? A Sloth tampoco le gusta quedarse quieto, pero a veces Sloth ha tenido que reposar. Tal vez es mejor que te sientes un rato más –Mientras hablaba, le agarró suavemente del brazo y la fue apartando poco a poco del resto del grupo. En ese momento, lo que Sloth le dijo a la criada nadie más lo oyó.

Sloth recibió la noticia de Fiona con gran preocupación y miedo.

- Fiona, eso es grave. Sloth os escucha, pero Lord Rhys le ha encomendado a Sloth que sea copero –En su interior se libraba una batalla entre el deber y la supervivencia. Y sabía cuál iba ganar... No es que le gustara mucho esa misión, pero él la había aceptado, como aceptaba todo lo que sus señores le pedían-. ¿Solo la de Sloth estará envenenada? ¿Quién quiere hacer daño a Sloth? ¿Cómo lo sabéis todo esto? –Sloth temía por su vida, pero sobre todo temía por morir sin poder ayudar a su familia. Sloth sabía el riesgo que corría siendo copero, pero la criada había insinuado que el veneno iba dirigido a él en particular, no a Lord Vaelys. No hizo mención al rumor que corría sobre él; en ese momento a Sloth solo le importaba llegar al fondo del asunto.

La reacción de Sloth pidiéndole que se sentase le hizo comprender su motivo de preocupación. Quería hablar a solas con ella. Fiona bajó la voz para que nadie más los escuchase. 

- No es que lo sepa Sloth, no tengo pruebas que acrediten lo que digo, es un presentimiento. ¿Acaso no ves lo raro que es que el señor te pida que te vistas como un bufón y ese día hagas de copero, pero tengas una copa especial para ti? Creo que alguien quiere que te pase algo. - frunció los labios preocupada. La criada no quería ser la persona que llenase la copa de Sloth, como le había pedido Lord Rhys, y que luego muriese por su culpa. Estaba muy asustada. 

Se dio cuenta de que el jorobado obvió responder a los rumores sobre su persona. Ella creía que era el verdadero señor del castillo, por el tiempo que llevaba allí y las intenciones extrañas de Lord Rhys, pero no supo que pensar. - Puedes confiar en mi Sloth, necesito que lo hagas. - a otras personas el jorobado les despertaba asco, pero a ella solo ternura. - Si te aviso es porque no quiero que te pase nada malo, pero si no confias en mi, no podré ayudarte, puedo caerme y tirar el vino para que no bebas pero me harán ir a por más. No quiero que te hagan daño, mi hermano y Evan te protegerán si es necesario. 

La cocina se encuentra justamente debajo del Gran Comedor, bajando por unas escaleras. Tiene mesas idénticas a las que hay en el Gran Comedor justo debajo de ellas; la comida se pone en las mesas de la cocina y luego las suben al Gran Comedor. Tiene techos altos y una chimenea en un extremo de la cocina, hay montones de ollas y cacerolas que se apilan en las paredes.

En una de las paredes hay tres botellas pegadas a modo de decoración, están a la altura del pecho dos y la tercera a la altura de la cabeza formando una especie de triángulo.

La mayoría de repisas están repletas de jarrones llenos de agua fresca con hermosas flo

Merol, con su habitual despiste, no se había percatado de la leve cojera de Fiona hasta que el jorobado lo menciono y tras oirlo, no pudo evitar fijarse en el pie de la joven.

- No hay de qué - respondió Merol cuando Fiona le agradeció su ayuda. - Esta noche dirigiré una plegaria a la Madre para vuestra pronta recuperación - añadió bajando la vista hacia su tobillo...

Gwen entra a las cocinas para ve como Merol esta apoyando para terminar los ultimos detalles en las mesas del Jardin, por lo cual suspira a manera de agradecimiento mientras lo ve a los ojos en el cruce que tienen mientras ella vuelve a entrar a la cocina y la salida de este.

-Lady Alyra, esta buscando a Lord Valeys y Lady Myriah, alguien tiene una idea de donde estan?

Gwen preguntaba, mientras caminaba dirijiendose a todos en la cocina, un poco apresurada como era costumbre y con unos ojos de esperanza de que alguien la pudiese ayudar a encontarlos.

-Tambien me a comentado, de que quiere que solo se sirva jugo y agua endulzada, ya hasta la comida el vino.

-ya se encuentra la mayoria de los invitados disfrutando del desayuno, solo que nadie encuentra a Lord Vaelys.

Todo parecia iba saliendo bien con el cambio del gran comedor a los jardines, y los invitados parecian estar complacidos, lo que llenada de orgullo a Gwen y queria compartir con el resto de sus compañeros, que se habian esforzado para complacer a los invitados y señores de la casa.

Sloth vivía una vida llena de preocupación. Tenía tantas personas a su cargo, tantos a quienes defender, que apenas había tiempo para el disfrute y la alegría. No, de eso Sloth recibía solo pequeñas dosis de vez en cuando. Y ahora parecía que ni una pequeña cucharadita de descanso y alivio podía tener. ¡Alguien quería matar a Sloth! Pero… ¿qué estaba insinuando Fiona?

- Fiona, Sloth… Sloth tiene un deber… Sloth… -No sabía ni qué contestar. ¿Cómo podía decidir qué hacer? Estaba en una situación de la que no había salida-. Si el vino está envenenado y Sloth no lo bebe y lo beben los demás… -En ese momento, se quedó en silencio, con los ojos fijos en la criada-. ¿Crees que el veneno no está en el vino, sino en la copa? ¿En la copa de Sloth? Pero… pero... -Estaba tan nervioso, que era enorme el esfuerzo que estaba haciendo para mantener un semblante tranquilo y que el resto de la cocina no sospechara nada si lo miraba-. A lo mejor Sloth puede solucionarlo tomando una copa distinta. Seguro que a Lord Vaelys no le importa. ¿Verdad?

¿Confiaba Sloth en Fiona? Todo el mundo confiaba en Fiona, era una muchacha tan encantadora… Pero si algo tenía claro era que no quería que Evan y Kyle se enteraran de todo eso. Si en un secreto metes a demasiada gente, deja de ser secreto. Eso Sloth lo sabía bien-. No necesitas avisar a nadie más, Sloth y Fiona pueden arreglarlo solos. Hablaremos luego, pensaré algo mientras.

Sloth se apartó de Fiona para dejarla descansar-. Reposa, Fiona, luego te buscaré para que me cuentes qué tal te encuentras –le dijo a la criada, mientras Gwen volvía a entrar en la cocina. Al fin había empezado el almuerzo para la gente importante. Pero Sloth sabía que a la gente importante le daba igual el almuerzo mientras tuvieran vino. ¡Qué escalofrío le recorrió a Sloth por la espalda cuando imaginó al grupo de caballeros borrachos, rodeando a sus preciosas damitas! Pero Gwen le dio una alegría a Sloth al mencionar que por ahora solo se serviría jugo y agua.

- Lady Myriah estaba en el Comedor la última vez que Sloth la vio –le contestó a Gwen. En cuando a Lord Vaelys, seguía sin tener ni idea. Nadie parecía haberlo visto. ¿Estaba en sus aposentos? ¿Por qué no aparecía? Ni siquiera mandaba una nota o llamaba a un criado para dar órdenes. Esa mañana había estado en la reunión y no había dicho que fuera a ausentarse.

Miró una última vez a Ginevra con ojos que decían: ¿Lo habéis visto? ¿Sabéis dónde está?

Gwen al ver como le contestaba Sloth se acerco a el y con un gesto dulce de su mano derecha acaricia su mejilla, mientras le agradece la atencion.

-Gracias Sloth, pues me daré una vuelta ahora mismo.

Notaba también la cara de alivio que este tenía cuando se mencionó por el momento no se serviría vino.

después se dirigió a las escaleras para ir en busca de Lady Myriaha el Comedor.

¿Qué terrible destino aguardaba a Sloth?. Apoyó su cabecita sobre el hombro del jorobado y suspiró resignándose. - Pero tu deber no es morir por los demás... tienes tanto derecho a la vida como cualquier otro ser humano. - le entristecía mucho que Lord Rhys lo usase como copero en su propio beneficio. - No sé si habrá veneno en la copa o el vino. - titubeó preocupada. - Es una corazonada, mi corazón me dice que estamos en peligro. - Si alguien echaba veneno en el vino estaban todos perdidos. ¿Pero cómo saberlo?

- Debido a los rumores que he escuchado en los últimos días no confío casi en nadie. No te fies del maestre Caelus. - le susurró más bajito. - Es un hombre malvado, me curó el pie pero es malo. Sospecho que me ha curado solo porque le interesa que esté bien para servirte la copa. Me pasará algo malo si te mueres Sloth, vendrán a por mi. - se puso nerviosa. - Y mi hermano enloquecerá si me hacen daño. Temo que la fiesta se convierta en un festín de cuervos. - su angustia empeoraba.

- Caelus está envenenando a Lord Rhys. Mi hermano y Evan sospechan que quiere hacer lo mismo con nuestras señoras. Hay que hacer algo. - tembló de solo pensarlo. - Voy a ir al jardín a atender a los invitados o Lady Myriah se preocupará. - debía de trabajar, se levantó con cuidado para no hacerse daño en el tobillo. - Búscame luego en el jardín o en la cocina, no iré más lejos a no ser que me reclame la señorita Alyra. 

Sebastian llevaba un buen rato con los platos principales. Cuando se concentraba en algo podía llegar a perder la percepción de lo que ocurría a su alrededor y la comida de hoy merecía toda su atención.

Miró a Fiona. Apretó la mandíbula lamentándose por no saludarla antes. -Fiona ¿Cómo te encuentras?- dijo mientras miraba hacia su tobillo. Forzarlo subiendo y bajando escaleras no sería lo mejor para ella. Miró alrededor para ver qué se había llevado a los invitados. -¿Qué comida hemos subido hasta ahora? ¿Esos panecillos con tan buena pinta que hizo Gwen?

¿Sería esa la última noche de Sloth en el mundo? ¿Conseguiría al menos con su muerte salvar las de su familia? Sloth esperaba que no llegara hasta ese extremo, le gustaba estar vivo. Parece extraño decirlo, teniendo en cuenta la vida de fracaso y miseria que había tenido el jorobado, pero a él le parecía una vida maravillosa. No, no podía ser, conseguiría impedirlo.

- ¿Has probado a darle el vino a algún animal antes? Puedes preguntarle al mayordomo si hay algún caballo enfermo y viejo que nadie use ya. O, si no, Kyle puede traer a algún animal vivo del bosque –le sugirió a la criada. A Sloth no le gustaba la idea de matar a una criatura inocente, pero antes de que se produjera una tragedia en la Fortaleza, cualquier cosa.

Cuando escuchó las noticias sobre Caelus, el rostro de Sloth adoptó un semblante oscuro. No le sorprendía lo que Fiona le contaba-. Sí, Caelus es malo, ¡muy malo! Caelus es un maestre y tiene que curar, pero en la Fortaleza no hay más que gente enferma y gente que muere. Pero a ti no te pasará nada. Las hijas de Lord Rhys te tienen cariño, no dejarán que nadie te haga daño.

¿Cómo podían detener a Caelus? Sloth no sabía qué hacer ante alguien con tanto poder. Él era maestre y Sloth solo un criado, un bufón. Pero seguro que, si se esforzaba, podía ser más listo que el anciano. Asintió a la criada. Sí, más tarde iría al jardín a buscarla. Además, tenía que pasarse por allí para controlar que todo iba bien en el almuerzo.

Sloth ya no aguantaba más en la cocina. ¡Tenía que hacer muchas cosas! Al menos ya había encontrado a Ginevra. Aunque el ama de llaves estuviera algo ausente, comprobar que no le había pasado nada era un alivio para Sloth. Y Lady Myriah estaría contenta de saber que había logrado cumplir una de las órdenes que le había dado.

Pero a Sloth le quedaba mucho que hacer. Sloth no paraba para tomarse un descanso. Y su siguiente objetivo era encontrar a Lord Rhys y avisarle de que su esposa y sus invitados lo esperaban en el jardín.

- Nos vemos luego –les dijo a los que estaban en la cocina. Con paso ligero se dirigió hacia la puerta y, justo antes de salir, se fijó en Sebastian, quien había pasado desapercibido hasta ese momento y le dijo:- Hola, Sebastian, Sloth no te había visto. ¿Has oído a Sloth antes? La comida ha pasado al jardín –recordó, por si acaso el criado no le había escuchado mientras estaba concentrado en su trabajo.

Recibió de su amigo una sonrisa y ella la correspondió de vuelta siendo igual de agradable. - Hola Sebastian. Estoy bien, no quiero que os preocupéis, tuve una caída pero el maestre Caelus me ha tratado el pie y ya casi no me duele. Estar aquí parada de brazos cruzados me hace sentir enferma, sabes que eso no me gusta. - le sonrió con un gesto de broma medio enfuruñada. - La verdad es que no lo sé, al llegar me he encontrado con Gwen yendo y viniendo de los jardines apresurada pero no me he fijado en la comida que ha servido. - lo que si sabía por ella es que Alyra había ordenado servir zumo y agua. - Quizás Jevic pueda aclarar el enigma. - bromeó antes de levantarse de la mesa y terminar de hablar algo importante con Sloth. Cargó una bandeja y varias jarras de agua y zumo para salir directa hacia los jardines.