Partida Rol por web

Crónicas de Garmia

Capítulo 1: Más allá de los caminos

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24/03/2020, 13:18
La Tierra

Después de revisar bien, Islene vio que era realmente muy improbable que hubiese más ratas ocultas. No había suficiente vegetación para esconderse y al lado de donde se encontraba la rata maga había cuatro bolsas idénticas, seguramente pertenecientes a las ratas que les habían atacado.

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24/03/2020, 13:44
Kenneth Phaminor

Gracias por el aviso.- le digo al gría mientras miro a la rata maga- Pues ayuda a tu compañera y no os dejéis nada, solo un aviso para ti que pareces más lista. Si seguís con estos ataques llamaréis la atención de gente bastante más peligrosa, además la magia es algo que te puede ayudar a llevar a un mejor vida sin tener que recurrir a esto. Estudia, mejora y no malgastes el tiempo robando. No será fácil pero te compensará a la larga, al menos en mi caso fue así.- y sin más me giro y empiezo a dirigirme al carro.

Realmente no creo que haya más o ya nos habrían disparado cuando estábamos con la guardia baja. Pero Awarr por mucho que esas muertes sean tu recompensa preferiría que no las dejaras en un saco encharcado en sangre al lado del resto de cosas. No sé ellos pero yo llevo material que se estropea ante la humedad y las manchas de sangre son jodidas de sacar. ¿Puedes llevarlas contigo hasta que las limpies?- sin más hago gesto a la Islene para que baje y en caso de que no me vea se lo indico a su aprendiz que vaya avisarla de que continuamos el viaje.

- Tiradas (1)
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24/03/2020, 19:16
Awarr

Fue-ra-de-a-quí - Mi tono al hablar en Yahue es tan ronco que sólo alguien acostumbrado al idioma sabría distinguir las palabras de un simple gruñido. No obstante evito acercarme más a las dos ratas. No es sólo que le haya prometido a la rata herida que la dejaría en paz, es que no quiero saber de qué es capaz una rata hechicera acorralada sin un buen motivo. Aún así las vigilo atentamente hasta que las pierdo de vista y también su olor. Sólo entonces me permito volver a colgar la guadaña en mi espalda y recoger el saco con las ratas muertas.

Tuerzo la cabeza ante las palabras de Kenneth. No entiendo por qué a los humanos les desagrada tanto el olor a sangra con lo que les gusta derrarmarla. Aunque a decir verdad Kenneth no parece el humano típico. Incluso me estoy llegando a plantear si eso existe.

Como quieras - Anudo el cuello del saco alrededor de una de las cuerdas que sujetan la carpa del carro de modo que cuelga por fuera - Dejarán de sangrar dentro de un rato. Cuando hagamos un alto podemos compartir una y ahumar la otra ¿Os molesta si me la como cruda? Es que no me gusta el sabor de la carne quemada...

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26/03/2020, 10:24
Islene

Tras un par de pasadas aereas y, ante el gesto de Kenneth, descendió con cierta celeridad pero aterrizó con suavidad, plegando sus alas y destilando cierto aroma a lilas durante ese proceso. - No hay más ratas. Así que podemos avanzar tranquilos -

Las palabras de Awar llegaron con nitida claridad a sus oidos y el gesto de disgusto en su rostro, aunque leve, era evidente.

- Yo traigo algunas delicatesen de Ceiph, así que por mi podeis comeros todas. Muchas gracias por el ofrecimiento - intentó componer una sonrisa antes de volver a subir al carro.

 

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26/03/2020, 13:57
La Tierra

La rata maga se quedó en silencio mirando a Kenneth y echando algún que otro vistazo a su compañera que después de chillarle, había seguido andando hacia los arbustos. Por un breve momento, la maga se quedó pensativa y finalmente hizo un breve asentimiento hacia Kenneth. Uno que se rompió por el gruñido de Awarr y la impulsó a salir corriendo, ayudando a su compañera que había vuelto a chillarle improperios. 

Cuando el humano quiso darse cuenta, Sehend estaba también mirándole con una mezcla de curiosidad y respeto, pero apartó la mirada casi al momento, nervioso por la insistencia del antropomorfo. Dio un par de pasitos hacia Islene cuando ésta descendió y se pegó a ella, casi buscando su protección.

- Yo también tengo comida... - respondió a Awarr, para luego murmurar en ikirr - Y preferiría no comer nada que hablase...

El gría volvió a subir al carro y a abrazar su mochila, esta vez visiblemente más nervioso. El camino volvía a estar despejado para el grupo, más incluso que antes, ya que las caravanas de delante habían seguido avanzando y los grupos de detrás se habían detenido o habían dado la vuelta al ver la pelea. El saco de Awarr parecía que pretendía chorrear sangre durante un buen rato más, aunque su rastro podría ser limpiado por la propia tierra del camino sin problemas. Por lo demás, el día seguía siendo el mismo que antes, luminoso y tranquilo, aunque algunas nubes comenzaban a agolparse por la zona sur.