Partida Rol por web

Supongo que nuestros anfitriones tendran ya alguna via segura para mandar mensajes independientemente de el periodo del dia, en serio vamos a confiar en cualquier persona que pueda ser dominada para filtrar nuestra información- comenta el medico

Constanza estaba sorprendida de como sus compañeros de aventura hablaban ya como sus captores tratando al resto de la humanidad como inferiores y asumiendo que usar los dones diabólicos no corromperian sus almas.

         - Jajaja!  Buen chiste condesa!   Realmente no soy experta en el hábito de las palomas, pero como bien ha dicho Juliana podría enviarla un aliado humano o tal vez podrías sugerir entrenar murcielagos ... Jajaja! -    Responde la duquesa Borgia de buen humor antes de cerrar le el ojo con ligera confianza a la guerrera y se puso un poco más seria al escuchar al doctor decir ideas que no entiende del todo, pero trás dejar que termine, María dice:

          - Tal vez ya cuenten con un medio de comucacion discreto doctor, pero como hasta el momento ni Lord Hardestat ni nadie más lo ha especificado creo importante no darlo por hecho, pero tampoco es algo que nosotros mismos no podamos resolver con nuestros propios medios -.    Susurra la duquesa para no entorpecer las acciones de los demás 

Casi hasta sentía lástima por los demás, porque incluso tras advertirles que no perdieran el tiempo del señor seguían hablando de tonterías. Que si, que podían parecerles preguntas muy legítimas, pero seguro que para Hardestadt solo servían para hacerle perder su tiempo y terminarían pasándoles factura.

La primera habla del respeto a tu antiguo... algo así. Aquí mi duda es: ¿entendemos por antiguo un vampiro antiguo o se refiere a quien nos creó?

Hardestadt mira a Bilyana con fastidio, al parecer no le gusta responder dudas, aún así respondió:

-Un Antiguo es un vampiro desde hace 200 a 1000 años. Yo soy un Antiguo para ti

La otra es más importante, pues habla sobre la extinción y dice que solo un antiguo puede determinar la necesidad de extinguir a otro. ¿Debemos asumir pues que tenemos ese privilegio otorgado por usted?

-Exacto

-¿Qué hay de nuestros sirvientes? -pregunté a Hardestadt, recordando que había pedido a Tommaso y Paolo que se quedaran en la Posada del Cordero Rojo-. ¿Podemos regresar a la posada del Cordero Rojo a buscarles? Contar con subordinados humanos puede ser de cierta ayuda. A diferencia de nosotros, ellos sí pueden moverse bajo la luz del sol.

-Mandaré que busquen a vuestros sirvientes, a vuestro regreso estarán aquí

 - Ya está haciendo algo para reducir los defectos de nuestra ... inocencia como vampiros señor Hardestat, darnos la oportunidad de ganarnos respecto y experiencia colaborando para hacer justicia contra nuestra asesinos, pero además de coincidir con las oportunas dudas de Bilyana creo que sería muy útil si nos ofreciera alguna paloma mensajera entrenada o algo similar para poder avisar les a tiempo para evitar que ataquen a ese tal Japhet 

-No hacen falta ni humanos ni palomas, llegado el momento lo sabré

-Así lo haremos.-Respondió el Nosferatu con un siseo que escapaba de sus dientes torcidos.-¿Puedo quizá suplicaros que me indiquéis, si de él tenéis conocimiento, el modo en que los de mi estirpe se ocultan entre la masa?-Añado a modo de duda.-No quisiera entorpecer a los demás por culpa de mi aspecto.

-Los de tu clan tenéis una disciplina, ofuscación, te permitirá ocultarte en las sombras como si fuerais invisible. Muy útil cuando no quieres que nadie repare en ti

- No lo atosiguéis con preguntas innecesarias. - interrumpo cuando todo parecía indicar que iba a guardar silencio - Lord Hardestadt ha dejado muy claro lo que espera de nosotros. Morir o servirle eternamente, no hay más opciones. Normal que decidieran enfrentársele.

Dicho lo cual, realizo una profunda genuflexión hacia el aludido, que casi pareciera más una mofa que un signo de respeto hacia su persona probablemente se debía a mi cansancio.

Hardestadt miró con recelo a Anna, era evidente que la joven no le caía bien y hacía esfuerzos por no acabar con ella en ese preciso momento

- Lord ¿Se nos pudiera devolver nuestras armas?

-No, acabáis de escaparos, sería extraño que llevarais armas encima, aunque en estos momentos vosotros mismos soy las mejores armas que podéis llevar

-¿Como contactaremos con vos mi señor? Pues desconocemos como llegar a vos.

-Cuando llegue el momento solo debéis volver aquí, así que fijaros bien en el camino cuando os vayáis. O mejor aún, mantened a Roderigo con vida para que os pueda traer

-Devuelve a estas crías de serpiente de los anatema al seno de su familia -le dice a Roderigo una vez ha terminado de responder a vuestras preguntas.

Antes de que os saquen de allí, Rafael aparece y susurra algo al oído de Hardestadt. Éste gruñe, cabecea y se apoya en una vieja rejilla, el aburrimiento pintado en sus duras facciones

Rafael os sonrie beatíficamente y comienza a hablaros:

-Los humanos temen aquello que no entienden, y ahora os temerán. Los mismos sacerdotes... los sacerdotes, que se supone que son la encarnación del amor y la caridad cristianos, escupirían sobre vosotros. Os condenarían a los fuegos del Infierno sólo por existir. Incluso aunque fueseis las almas más nobles desde nuestro Salvador, os destruirían como los romanos hicieron con Él. Así que tened cuidado, neonatos. Si sólo estuviese en juego vuestra supervivencia, estoy seguro de que a Hardestadt no le importaría que hicieseis alarde de vuestra naturaleza -Rafael hace una pausa cuando Hardestadt lanza un irónico bufido-. Sin embargo, es la supervivencia de toda la Estirpe lo que depende de vosotros. Todos debemos respetar la Mascarada, o caeremos a las llamas de la Inquisición. Ningún Vástago, ni siquiera los anatema, agradecerá que llevéis la Inquisición hasta ellos.

Roderigo os saca de la sala

-¿Deseáis alimentaros antes de salir? -pregunta señalando a los criados

Resultaba sorprendente que Hardestadt incluso se había molestado en idearnos una excusa para presentar ante nuestros creadores. Sin duda debía odiarlos demasiado, pero del mismo modo parecía temerlos lo suficiente como para intentar reducir los riesgos y tras su fracaso en el asalto a la casa de Giovanni, quizás había perdido varios aliados que le imposibilitaban volver a atacar, justamente cuando más débiles los tenía.

Parece un sinsentido.

Consideré mientras quedaba patente que a él tampoco le caía bien, solo que él había provocado aquel desenlace por su propio orgullo, por lo que tampoco me importaba confirmarlo. Menos aún cuando otro de su camarilla intervino con algo bastante básico, porque era de sentido común que la Iglesia enfrentara a los demonios, fuéramos del tipo que fuéramos. Ahora bien, quizás su advertencia les sirviera al resto para darse cuenta de nuestra nueva realidad, realidad que no eclipsaba algo que debía hacer en cuando regresara con Micezyslav.

En cualquier caso, cuando Roderigo nos sacó de aquella sala pude sentir el primer atisbo de libertad desde hacía varios días. Mas aún debíamos ser cautelosos, puesto que seguíamos en casa de aquel tirano y rodeados de sus sirvientes. ¿Cuántos ser darían cuenta de ello? Seguramente pocos, por lo que me convenía empezar por hacerme la tonta hasta que saliéramos de estos lares, pero empezaría contestando al cochero.

- ¿Podemos?

Pregunto con un brillo en la mirada. La diferencia entre la sangre del guardia y la que nos dieron después era manifiesta, de ahí que poder catar a los diferentes criados me resultara fascinante y no viera opción a rechazar la oferta. Así que con mucha calma me acerqué hasta una doncella, le sostuve su cálida mano y mirándola a los ojos me la llevé a la boca. Claro que tras ver cómo se había comportado su señor con ellos, pedirle permiso ni se me había pasado por la cabeza, pero mordí, con suavidad intentando no asustarla, pero si, mordí con la única intención de disfrutar de esta maravillosa experiencia en todo su esplendor.

El sabor de la sangre de la doncella era distinto al del guardia en más de un sentido. Era suave y delicado, mucho más fluida que la de aquel hombre pero también manaba con menor intensidad, lo que me permitió regodearme y lamerla con deleite, descubriendo como mágicamente la herida que mis colmillos habían causado se cerraba por si sola.

¿Ocurriría lo mismo con una herida de mayor tamaño?

Me pregunté devolviéndole la mano a su dueña y observar que parecía extasiada por la experiencia, justo de la misma forma que yo lo había estado cuando Micezyslav me asesinó, solo que en esta ocasión no iríamos tan lejos.

- Deliciosa.

La halagué escueta mientras miraba a los demás criados intentando escoger con quién continuar.

Miro a los criados ofrecidos como comida y eso me recuerda la infame noche en que nosotros mismos fuimos la cena. Por ello me repugna la idea. Y me repugno yo mismo al relamerme, pero por suerte estoy saciado y no tengo esa necesidad.

La forma de planear de esta gente me pone nervioso, pero al menos nos estamos moviendo. 

Por un momento, cuando nos indica los humanos, siento el instinto de lanzarme a por ellos. Pero niego, aún no soy tan mostruosa. No, gracias. De momento estoy bien.

Pero cuando Ana muerde a la criada me arrepiento de mi decisión. El olor a sangre fresca inunda mia fosas nasales y me muerdo la mano, aguantando como puedo.

Deberíamos seguir.

-Desde luego.-Respondo como un reflejo esperando ver aparecer algo de carne, pan o queso.-Tengo algo de hambre.

Después me doy cuenta de que no es así como me alimento ahora... o eso creo. 

Pido una capucha si es posible para cubrir mi aspecto y espero que nuestros captores nos den permiso para movernos con cierta libertad. Con suerte pronto podremos alejarnos de ese nefasto lugar.

Niego con la cabeza, da igual si alguien es consciente del gesto o no. Estoy saciado y decidido a mantener esta nueva naturaleza bajo control.

- El señor Hardestadt ha hablado de una disciplina propia de un clan - pregunto a Roderigo una vez que hemos salido -. ¿Poseemos esa habilidad los demás? - el camino promete ser largo y quizás Roderigo pueda ayudarme a conocer mejor lo que soy ahora.

Por supuesto.Digo antes de alimentarme  de la criada que me ofrecen.No sé como funciona esto y ni cuando  volveré a poder alimentarme de  manera tan fácil  , ni siquiera sabemos cada cuanto tiempo deberemos  tomar sangre  así que bebo hasta saciarme .Mientras  absorbo la vida de la criada a grandes tragos  no puedo dejar de pensar en que demonios me he convertido.Bueno , supongo que en eso mismo ..en un demonio 

Ante el ofrecimiento de alimentarse Albert no pudo resistirse, se asqueaba asi mismo de tener que desangrar a gente a la que por su profesión habiar tenido  curar y proteger de las inclemencias de las enfermedades, ahora simplemente parecian un sustento para el y no podia dejarlas de ver como inocentes corderos.
Si, gracias- dijo escuetamente cuando se acerco a uno de los criados guiado por el instinto y mordio su brazo, aquello sin duda era una adicción muy placentera con la que tendria que vivir el resto de lo que le quedara de existencia, en aquel momento no sentia que necesitara estar haciendo aquello pero lo atraia y el pensamiento de no saber cuando podria conseguir mas sangre de manera facil lo hice beber hasta saciar su deseo

Antón miró a aquellos criados, pensar en alimentarse le generaba angustia, pero debía hacerse a la idea y no podía salir al escenario sin haber ensayado ¿Verdad?

- Sois muy amable, muchisimas gracias - Dijo Antón asintiendo. Aunque en un primer momento pareció que no iba a hacer nada pues se quedó quieto.

Luego se acercó a uno de los criados[1] y tras tomar aire, pese a no necesitarlo, pugno por sacar los colmillos, como hacían los demás, le costó más de lo que parecería que debería. Luego sin saber si aquello dolería a la persona que estaba tomando entre sus brazos hundio su cara en su cuello y sus colmillos en su carne. La sangre comenzó a manar y Anton a beber y de ese modo sintió su calor y por un instante fue como sentirse vivo de nuevo, fue como una manta que le quitara un frío que se hubiera adueñado de él sin darse cuenta, el calor de la sangre le hacía evidente lo que ya no tenía y que hasta ahora no había echado de menos.

No prolongó la situación, tras unos segundos[2], lamió la herida, como había visto hacer a Ana, y comprobó que la herida ya no estaba.

- Gracias - Le dijo al humano antes de partir. Apoyando su frente en la suya mientras aquella sensación de vida, a falta de una palabra mejor, se evaporaba rápidamente.

Luego tras asegurarse de que el humano estaba bien, se apartaría esperando marchar.

               - Muchas gracias señor Rafael de Corazón por su ... preocupación de mantenernos lejos de la inquisición, en lo personal trataré de manejarme con discreción y espero que como el resto lo consigamos, pero en un futuro le agradecería mucho sus oportunos ... consejos para aprender a conducirme como una vampiresa que cuide la Mascarada que nos menciona y las reglas que nos han indicado antes. -      Susurra la duquesa Borgia al antiguo vampiro Toreador con aparente inocencia y agradecimiento tras acercarse a él, mientras  que mira  y sonríe a Rafael  para despedirse con una breve reverencia y otra un un poco más fría y menos  acentuada a Lord Hardestat antes de retirarse de ellos.

           Entonces María camina de la manera más sutil y discreta posible hacia 2 o tres de los criados (mujeres u hombres) más grandes y fuertes que encontrase mientras trataba también de seducir les un poco para esperar darles cierto placer mientras que les desangraba, esperando sentirse así un poco menos culpable de su acción y administrando su hambre hasta saciarla entre la sangre de los criados para no dañar demasiado a ninguno de ellos antes de limpiarse con sumo cuidado, cerrar sus heridas, agraderles y estar lista para marcharse del castillo con el resto cuando y cómo les indiquen.

          - Creo entender y coincidir con tu ... sensible actitud Byliana, pero aún no sabemos bien a lo que nos enfrentaremos todos afuera como grupo, así que te ofrezco mi sincero apoyo y simple consejo de alimentarte solo de poco uno o más criados ahora que te lo ofrecen para no desairar a tan poderosos ancianos, para practicar la técnica de como nos alimentaremos en el futuro y para estar lo más preparada posible para comenzar nuestra misión -.    María le susurra al oído de la bella Gangrel cuando se acerca a ella tras alimentarse y limpiarse con propiedad, cerrando le el ojo con cómplices ademanes, esperando su reacción y respuesta para saber si se alejaba o no de ella.

           - Si me permite señor Pietro por favor un momento ser sincera con usted a pesar de ser desconocidos hasta ahora, entonces me atreveré a decirle que por mi parte no creo que requiera ocultar su monstruosa apariencia frente a nosotros, ya que fuimos testigos de su horrible y dolorosa transformación -.    Le susurra casi al oído la bella duquesa Borgia al Nosferatu con el mayor tacto que pudo tener en ese momento, tras haber saciado su hambre y limpiado, entonces trató de acercarse un poco más y tocar con una de sus manos el rostro del vampiro si si este se lo permite mientras que le susurra:

           - Me encantaría que más adelante cuando tengamos mejores oportunidades nos conozcamos mejor, compartamos experiencias traumáticas del abrazo de nuestros asesinos y tal vez te pueda dar algunos ... humildes consejos para disfrazarte y actuar con tu nueva apariencia como yo trataba de hacerlo aún estando viva para pasar como un hombre entre los plebeyos        

Miro a la noble, con una cara difícilmente descifrable. Ayer bebí hasta saciarme, y hoy no me siento especialmente débil. ¿Necesito sangre? Ciertamente. ¿La necesito ahora? No. Alimentarse así de comida era glotonería, no sé como se llamará hacerlo de sangre.

Miro a los criados y luego a la noble. No son libres. Incluso si dicen que lo hacen voluntariamente, no son libres de hacerlo, pues les obliga su señor. ¿Es bueno hacerlo así?

Supongo que con el tiempo y el hambre cambiaré de parecer.

Me alegró saber que Hardestadt que traería a mis criados para que pudieran servirme incluso en la no-vida. No obstante, teniendo en cuenta ya lo que nos había dicho tendría que ser reservado con ellos y no ponerles al tanto de mi actual naturaleza, al menos mientras pudiera permitírmelo.

Observé que Hardestadt y Rafael nos concedían la oportunidad de alimentarnos de la sangre de sus criados. Me sentía saciado y contemplar cómo algunos de mis compañeros se alimentaban de los sirvientes de Hardestadt me generó cierta repulsión, puesto que no hacía más de un día habíamos sido nosotros quienes habíamos estado en la situación de aquellos mismos criados. No había motivos para probar la sangre de aquellos inocentes y, sin embargo, ver como Anna, Albert, Anton, Basilio o la duquesa se alimentaban encendió en mí el sentimiento de hacer lo mismo, de comprobar cómo se sentía saborear la sangre de un cuerpo vivo y no de un simple recipiente.

-Gracias -expresé, en tono bajo.

Me aproximé hacia una de las criadas, una doncella de no mucha edad a la que consideré la más hermosa de los sirvientes y hundí mis colmillos en su brazo, alimentándose con su sangre con avidez hasta que consideré que había quedado más que saciado.

Robert escuchó con atención. No sentía la necesidad de alimentarse, así que no lo hizo. Observó a los demás, anotó la reacción de los sirvientes ante aquello. Miró al resto.

- No perdamos el tiempo - Dijo con voz ronca.- 

Sin decir más tomo rumbó a la salida, era la hora de su "escape"... ya veríamos en que desembocaba aquella nueva situación. Mientras salía observaba su cuerpo, curioso, preocupado por no terminar de entender todo lo que conllevaba en lo que se había convertido. Habría que aprender rápido y adaptarse todavía más rápido.