Partida Rol por web

FALTA MEDIA HORA PARA EL CANTO DEL GALLO.

CINCO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

- Visany sale al Patio del Castillo para supervisar los fuegos. Hay tres, uno sobre la barbacana principal. Uno junto a la torre del Chambelán, y el tercero en la punta noroeste. Los tres cuentan con grandes calderos llenos de aceite caliente.

AMANECER DEL CINCO DE MAYO, AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

- Cuando el Alba comienza a clarear, el cuerpo de Otto comienza a humear...

Me he quedado pensando durante demasiado tiempo... Niego con la cabeza mientras retrasó mi posición poniéndome en camino hacia mis aposentos. Me dirijo por última vez al resto.

-Quizá no nos quede mucho más tiempo, decidáis lo que decidáis espero que obré a nuestro favor, aunque yo también creo que lo más sensato sea usar el sol como aliado. Toda ventaja es poca.

Me despido cortésmente y pongo rumbo a mis aposentos a toda velocidad.

- Con su cuerpo a punto de estallar en violentas llamaradas, Otto de Sajonia corre hacia los aposentos privados de Durius.

- Carcelero se dirige al Salón Principal.

- El Guardia Boru sale de las Cocinas llevando consigo una jarra de vino y un trozo de pan. Se dirige de regreso al Salón Principal.

- Es el momento- murmura Schaar al ver como sale el Sol y se queda, unos instantes, observando como el chambelán huye del lugar casi envuelto en llamas- Si vamos a sobrevivir, será ahora. Capitán Ferenk... vos sois el que tiene el poder en este lugar. El principal de los apoyos del duque que queda en pie. Convocad a todos los hombres capaces de portar un arma. Hablaré un momento con mi señora y luego atacaremos. Afortunadamente sabemos en qué lugar están nuestros enemigos... y el Sol facilitará eliminar a algunos de ellos más complejos de eliminar. No os preocupéis. Sé que no me habéis visto combatir. Pero pronto descubriréis que no soy exactamente un hombre de armas más. No digo que será fácil, pero podemos ganar. Mi opinión es hacerlo fácil. Con las pocas fuerzas de uno y otro bando un ataque directo, con todo lo que tenemos, es lo más adecuado. Y como acabamos de observar aquellos vampyr de nuestros adversarios no podrán combatir ahora. Convocad a todos los hombres, y ataquemos su campamento directamente. Que los guardias nos informen de lo que han visto durante la noche- tras las palabras extiende su mano al Capitán. - En nombre de nuestro legítimo señor, limpiemos su tierra de enemigos.  

Una vez contesta el Capitán y estrecha su mano se acerca a la Dama Dubieta.

- Mi señora- le dice en un aparte, en un susurro.- Creo que es la hora del acero. Si en algún momento ha existido la posibilidad de dar a Tiberiu el lugar que le corresponde, es ahora. Si todo tiene éxito, es probable que cuando el duque regrese nuestra posición sea la más fuerte en este lugar. Me gustaría antes de partir una cosa: haceros el amor salvajemente, empujando vuestro precioso cuerpo contra la pared, y tomándolo como mío. - La mira con una mezcla de pasión, deseo e ironía.- Pero me temo que tal cosa no es precisamente posible. Ni siquiera sería conveniente un beso, o que me tocarais. Evidentemente, ahora, más que nunca, vuestra irreprochabilidad es aún más urgente. Me quedaré con ese deseo mío, por tanto, y con la imagen que he producido en mi mente. Decidme, ¿queríais algo? Temo que tenemos poco tiempo.

- Carcelero sale al Sol del Amanecer en el Patio del Castillo, acompañado de sus cuatro somnolientos Mazmorreros.

- Observa enseguida a Schaar Dvy en un aparte hablando con la Dama Dubieta, la reciente viuda del Senescal Stolnic.

- Toda la guardia parece alerta y en sus puestos, como sin duda ha permanecido toda la noche.

- Los criados han preparado además fogatas en la barbacana y en el adarve, con ollas puestas a hervir sobre ellas. Seguro una sorpresa para posibles sitiadores. Visany, el hermano pequeño de aquel cuya mano aplastó hace unas horas, parece el encargado de dirigir esa labor.

- El Capitán Zarak está en mitad del patio, parece pensativo.

No podía permitirse un momento de flaqueza, y menos tras lo que había sentido. Observar al Chambelán regresar precipitadamente al interior, a punto de abrasarse por la luz del alba, dejó claro que era el momento adecuado.

"Uno es tan fuerte como sea su debilidad", y todos tenían una; y a veces esa debilidad era irónicamente el punto de inflexión necesario. La vida era muy compleja.

- No me tientes, mi noble caballero. Me hierve la sangre cuando percibo vuestro apetito, vuestro anhelo que es el mío. Pero he de coincidir: no es el momento -Fijó su mirada en la suya, depositando su pasión en el hombre que deseaba, que quería para sí. Un leve suspiro al recobrar la cordura la centró-. He percibido una fuerza oscura, antigua y... maligna. Sentí que había permanecido dormida, ausente en el mismísimo lecho de la Muerte. Ha despertado, Schaar.

El castillo no era seguro, no podía serlo ahora que una fuerza maléfica y poderosa estaba despierta. No sabía si había sido convocado, ni a quién o qué servía. Pero estaba despierta.

- Tiberiu está en la Iglesia "jugando" al escondite. Hablé con Tomescu y le preparé para la posibilidad de permanecer escondidos si entran. Nuestro pequeño es muy imaginativo y falto de temor, estaba escondido en una de las tumbas... -dijo con cierto orgullo, aunque para muchos significara un sacrilegio-. Es nuestro, Schaar. Nuestro hijo.

Permaneció allí de pie, aceptando sus palabras. Aceptando que el temor por su pequeño requería sincerarse y aceptar lo que viniera. Era momento de aceptación, y de preparativos. Pasara lo que pasara no iba a permitir que su hijo muriese, no podía...

Podían significar tanto esas palabras... Dubieta siempre le había negado que Tiberiu fuera hijo suyo, y Schaar no había insistido. Él sabía. En todo caso, incluso ahora, el reconocimiento podía significar cosas que no eran iguales. Daba igual. Tiberiu era su hijo. Su hijo por la sangre. Su hijo por el deseo. Su hijo por el cuidado. Su hijo por el amor y el cariño. Una sonrisa cruel, pero también llena de satisfacción, apareció en la cara del caballero.

- Tiberiu es el mejor hijo que padre alguno pudiera soñar. Y será uno de los hombres más poderosos de Transilvania. Al menos, pudo juraros, haré todo lo posible porque sea así- no, Schaar no parecía sorprendido mientras hablaba, ¿acaso esa afirmación de Dubieta no confirmaba todas sus sospechas de hacía tanto tiempo?- Si llega el caso... vos debeis esconderos con él. Vuestra prioridad es sobrevivir. Creo que ese mal que ha despertado se ha aliado a los basarab. También creo que es un vampyr. Y como veis ha amanecido. Tal vez ese ser, sea lo que sea, se encuentre con que hubiera sido mejor que se quedara durmiendo. Si finalmente todo esto sale mal, y perdemos... vuestra única prioridad es salvaros y salvar a Tiberiu. Haciendo todo lo que sea preciso. Todo- le mira a los ojos, dando a sus palabras toda la intensidad que puede.

Mientras el Chambelán huía del sol naciente, Ferenk escuchó a Schaar Dvy. Que el hombre deseaba entablar batalla no era una novedad; había expresado su deseo en más de una ocasión esa noche. Se mantuvo en silencio, pensativo, mientras el antiguo caballero volvía con su señora.

El capitán seguía dubitativo. Los muros del castillo eran su mejor baluarte para aguardar la llegada de las tropas Basarab. Sin embargo, dejarles actuar a placer, en lugar de interceptarles en la muralla, había permitido que despertaran a su nuevo aliado. No alcanzaba a imaginar qué más secretos guardaban los caballeros transilvanos y su criatura de la noche.

Pero él era solo un siervo de su amo, y sin su guía, tenía que tomar una decisión que determinaría el futuro de los dominios por los que tanto había sacrificado. ¿Por qué no había regresado Durius esa noche para retomar el mando? Más que nunca, se sentía solo y era zarandeado de un lado a otro, como un pendón sometido a la fuerza del viento, por acontecimientos que le sobrepasaban. ¿Era la inacción o la ación el curso correcto?

Mordiéndose los labios casi hasta hacerlos sangrar, vio en la figura de Carcelero un alivio momentáneo. Un respiro antes de elegir.

—¡Carcelero, aguarde! —llamó al jefe de las mazmorras, acercándose a él a paso ligero, anunciado por el tintinear de las placas de la armadura.

Cuando estuvo a su lado, sus palabras fueron demasiado suaves como para ser escuchadas.

Interceptó a Carcelero y su escoria mazmorrera en medio del patio.

—Nos han traído nuevas preocupantes —anunció—. Parece que los Basarab han encontrado al que aguardaba en el mausoleo romano. Un vampyr, sospecho, por la descripción que de él nos han traído. Desconocemos las capacidades de este potencial enemigo, pero dada su naturaleza, podemos esperar cualquier cosa. Schaar Dvy apuesta por que tomemos la inciativa e invadamos su campamento con nuestras fuerzas. Al principio de la noche era escéptico, nuestros enemigos carecen de las fuerzas necesarias para tomar el castillo. Ahora... los temores que le confesé antes del amanecer, nuestro desconocimiento de las verdaderas intenciones de los Basarab y la incógnita que supone esta nueva incorporación a sus filas me acercan a su postura. Dígame, ¿cuál es su opinión?

Carcelero mira, molesto, hacia el lugar donde el mundo se hunde abriéndose a las Mazmorras. No le gusta la luz, no le gusta el sol, y no le gusta el aire puro.

-Opino que es mejor enfrentar a un vampyr con el sol sobre las cabezas que con la luna por corona -dice al fin-. Pero me huele mal, ¿por qué han esperado al día, si tienen con ellos a un no muerto que ha pasado media noche alimentándose?

El horrible ser señala hacia el cuerpo del castillo.

-Yo temo que vengan por ahí, por abajo, sorprendiéndonos haciendo uso de viejos túneles y catacumbas desconocidas. Pero si no es así, supongo que la mejor opción pasa por atacar ahora.

El capitán se encogió de hombros. Quién podía penetrar las mentes de los Basarab para averiguar sus intenciones. Y si alguien erea capaz, en cualquier caso, no era él.

—Porque encontraron oposición —propuso—, o se perdieron en las catacumbas durante horas, hasta hallar a su objetivo, al límite de la noche y el amanecer. O porque realmente pretenden tendernos una trampa. o quizás porque no pretenden atacar, solo conseguir aliados. Habrá que comprobar la situación en el campamento antes de decidir el curso de acción definitivo.

Como si fuera a servir de algo.

—Quédese a mano. Si atacamos, nos hará falta.

SCHAAR DVY:

- Ves que el Capitán y Carcelero hablan en un aparte.

- Te parece que Capitán está más o menos dispuesto a atacar, quizá se lo esté diciendo a Carcelero.

Schaar mira un instante al lugar en donde el capitán y el carcelero conversan, para acto seguido mirar en dirección al sol. Aún está saliendo... pero es necesario terminar todo antes que el Sol se ponga. Es evidente que buena parte de la fuerza de los basarab se basa en su relación bastarda con los no muertos. No es algo, en realidad, que a él le importe en absoluto. Muy estúpido habría que ser para no saber, a estas alturas, que muchos de sus aliados lo son. 

Pero aquí, y ahora, la mejor opción es usar las horas del día. Schaar se queda mirando al capitán y al carcelero. Por un instante piensa en acercarse a ellos, pero es evidente que no desean compañía. No confían en él. Pero no necesitan confiar, ni él en ellos, ni ellos en él. Todos son vasallos del duque. Y la mejor opción para que haya algo cuando vuelva el duque que pueda llamar castillo, es precisamente esta.