Partida Rol por web

- El Ama de Llaves Mariana y la Sirvienta Elena regresan a las cocinas procedentes del Patio del Castillo.

Al llegar a las cocinas Dagu pasa como una exalación por mi lado cargado con otra bandeja de jarras de vino.

- ¿Qué pasa? - pregunto al entrar en las cocinas y ver a mi madre y mi tía alrededor de Innya.

Mientras espero respuesta dejo la bandeja en una mesa y me acerco al grupo formado por mi familia.

-Nada, hijo. No te preocupes. Inniya ha tenido un día muy duro, al igual que todos nosotros, eso es todo. ¿Qué tal está todo por el salón?

Me acerqué a mi hijo y le arreglé un poco el pelo con las manos. No podía evitar mi instinto maternal aún, después de tanto tiempo.

- Bien madre. - le digo mientras me peina. Ahora está vacío pues todos se han dirigido a la capilla para asistir a la ceremonia.

Una vez ha terminado me acerco más a mi tía Innya y le doy un cálido abrazo.

- Venga tía. - le digo acompañándola hasta una silla y dejándola suavemente en ella. Descansa un poco. Nosotros nos ocupamos del resto. Tan sólo dinos que quieres que hagamos.

Nervios, es por la boda, todos lo estamos.

Deberias tomar una manzanilla, es buena y relaja si la tomas caliente. Dejanos lo que queda a los demas.

La digo mientras hago un gesto a Elena para que haga algo y no se quede donde esta parada. ¿que queda por hacer?

Sonreí ante el apretón de manos de mi hermana -No te preocupes, si con mi edad no se defenderme de unos borrachos es que poco he aprendido en la vida- sonreí nuevamente y observé como Visany se acercaba a ella para abrazarla. Asentí con la cabeza como afirmando mis propios pensamientos.
-¿Entonces vamos sirviendo los entremeses fríos mientras se celebra la ceremonia?- pregunté en voz alta. La pregunta no iba dirigida a nadie en especial, era más bien un pensamiento pronunciado en voz alta así que, sin esperar a recibir una respuesta, me dirigí hacia la mesa donde se encontraban los entremeses y cogí un par de bandejas.
Miré a Innya con cariño durante unos instantes y avancé hacia la puerta de las cocinas para dirigirme al comedor.

- Dagu toma una bandeja llena de jarras de vino rellenadas de tinto transilvano y se encamina hacia la salida de las cocinas.

- Pavetta sigue a su sobrino con dos bandejas llenas de viandas frías.

Innya se había dejado llevar a la silla y se mantuvo ahí en silencio poniendo en orden su cabecita, debían repartirse todos las mesas para no corretear de un lado a otro, pero ... eso ya lo había dejado claro antes a todos. ¿Se acordarían?

Cojo otra de la  bandejas antes de pararme en la puerta
Innya ¿estas bien de verdad? si hace falta y necesitas hablar con alguien yo puedo quedarme.

Miro a Elena y niego mientras sigue zangueando en la cocina. Camino a la puerta y salgo hacia el Patio y de alli al salon

- El Ama Mariana sale de las cocinas.

Mariana era una mujer increíble, tan atareada como estaba y aún se ofrecía a ayudarla. Prepararía algo para ella en compensación.

-Ayudadme con las bandejas de las albóndigas, las que parecen nidos de faisán-indicó incorporándose. Miró a Elena y lo consideró otro instante-mejor solo Niziya y tú. Visany, toma más vino especiado-agradeció mentalmente el haber preparado más que de sobra pues aunque solo fuera de bebida iban holgados-si alguien te pide otro tipo de vino, está en las bandejas del fondo-indicó tomando una bandeja con los nidos de los falsos faisanes. Se acercó a la puerta y la empujó con las caderas, si veía como estaban dispuestas las mesas del salón podría dirigir mejor quién llevaba qué zona.

Innya abandonó las cocinas en dirección al Salón Principal del castillo.

A pesar del estrés reinante anteriormente en las cocinas, la cosa se había quedado ahora bastante tranquila. Obedecí a Inniya y cogí una de las bandejas de albóndigas que quedaban sobre el horno, y tras dirigir una cariñosa mirada a mi hijo la llevé al salón.

Niziya también abandona las cocinas con bandejas para el banquete.

No tengo bastante con hacer caso a Mariana como para hacer caso a otra persona mas.
Cojo una bandeja y la sujeto con fuerza para que no se me  caiga y salgo al patio para luego ir al salon.

Espero que esta noche a la endemoniada se le quiten las ganas de todo.

Al poco, la sirvienta Elena también abandona las cocinas con bandejas. 

- Que así sea. - pienso mientras lleno la bandeja con las jarras indicadas por mi tí y me dirijo nuevamente al salón.

Visany es el último en abandonar las cocinas en dirección al salón.

- Niziya llega a las cocinas procedente del patio del castillo.

- Varios sirvientes están atendiendo los cerdos asados y algunas viandas.