Partida Rol por web

- Está bien. - le respondo a mi tía con una sonrisa mientras agarro un par de jarras y las lleno de vino para verterlas en una cazuela.

- ¿Buccur? - digo. No creo que ande muy lejos de aquí.

- También podría ayudarte cualquiera de los Lacayos con mayor antiguedad en el servicio. - añado. Mikael, Gheorghe o Vasilov.

- ¡¡BUCCUR, MIKAEL, GHEORGHE, VASILOV!! - grito. ¡¡VENID!!

- Después de que Vasilov ha gritado, caéis en la cuenta de que los cuatro lacayos mencionados forman parte del séquito de Durius y no se alojan en las cocinas con el resto de la servidumbre.

Ninguno de ellos está en el alcance auditivo.

Visany ayuda a la tia, yo iré corriendo a buscar a BUCCUR, MIKAEL, GHEORGHE o VASILOV al primero que encuentre de ellos, corro rápido y puedo ir y volver en poco tiempo, Vamos Visany, le digo cayendo en cuenta a su petición de ayudarle con el ánfora de vino, te ayudare y saldré a toda velocidad...

DAGU:

- Lo primero que necesitas para correr es saber hacia dónde vas, y eso no te lo puede decir el Director si tú mismo no lo sabes.

Innya sujetó a Dagu cogiéndole la cara entre las manos para que la mirara fijamente.

-Escucha, tenéis que llevar el vino y el agua a los aposentos del señor Zuyla, sabes quien te digo, ¿verdad cielo?, el caballero Dravescu. si no sabéis llegar que uno se adelante y pregunte a alguno de los que hacen guardia por el patio y que el otro lleve el agua y el vino. No tardéis.-le plantó un beso en la frente con una sonrisa confiada- creo que sé quien sabrá donde está Bucur y podrán decirme como encontrar a Maserrak-soltó a su sobrino y salió a toda prisa camino a la zona de los aposentos de los invitados.

- Innya sale apresuradamente de la zona del servicio.

El joven Dragu no prestó oídos a su tía y dijo... Yo se donde están los aposentos del Caballero Dravescu, hace algún tiempo cuando era más amigo de fisgonear lo encontré y vi que era de el, vi su escudo de armas, iré corriendo a través del patio a buscarlo, espero que me reciba...

- Dagu el Joven sale de las cocinas y llega al Patio del Castillo.

Con esas indicaciones salgo en pos de mi hermano en cuanto se ha hervido el agua y el vino.

Todavía no entiendo para que se necesita todo esto pero no me paro a preguntar.

Como buenamente puedo agarro un par de cazuelas con los líquidos hervidos y me encamino hacia donde ha dicho mi hermano que están los aposentos del Caballero Dravescu.

VISANY:

- No hay forma humana de que puedas llevar dos ollas llenas de líquidos hirviendo sin que te desgracies de por vida en el proceso.

- Además, intuyes que tu hermano no tiene ni la menor idea de dónde están los aposentos de los Dravescu.

VISANY:

- Debe de haberla, pero no la localizas.

Cuando están listos los preparativos salgo al patio en busca de ayuda pues supongo que en algún lado habrá algún soldado o algún otro lacayo que pueda ayudarme.

- Visany comienza a despertar a varios lacayos comunes que duermen cerca de la zona de las cocinas...

- Necesito que me ayudeis. - les digo.

- Tenemos órdenes de llevar estas cazuelas a las habitaciones del Caballero Zuyla Dravescu. - añado cogiendo la que contiene el vino y dejando al lacayo que coja el recipiente con agua hervida.

- Venga, daros prisa. - prosigo. Estoy seguro de que vuestro señor no estará contento con que nos demoremos más de lo que ya estamos haciendo.

- Abrid el camino vosotros pues desconozco la ubicación de las habitaciones del Caballero Dravescu.

- Que uno de vosotros vaya en busca de la sirvienta Innya y del Maese Maserrak y les diga que ya estará todo dispuesto para cuando lleguen.

- Al cabo de un rato, Visany sale de las cocinas al patio del castillo acompañado de otros tres lacayos feudales. Uno que le ayuda a llevar una pequeña olla con vino caliente, y dos que llevan una olla algo mayor con agua tibia.

ES UNA FRIA MADRUGADA DE INVIERNO TRANSILVANO:

- El Chambelán Otto de Sajonia, Innya y Dagu llegan a las cocinas y se encuentran allí, recién llegados también, a Enrietta y a Mikail.

Deshizo el camino andado hasta Otto e hizo una leve reverencia, procurando ocultar el estado en el que se encontraba con la habitual máscara de sonrisa solícita. Al llegar a su altura se humedeció los labios cortados por la temperatura que se tensaban al hablar amenazando con agrietarse y sangrar. Siguió al chambelán llevando a Dagu cerca de ella.

-Señor Otto...¿se encuentra bien? No tiene buen aspecto...-musitó. Bueno, esa noche nadie tenía un buen aspecto. El solo hecho de pensar en ello la hizo trastabillar, recuperando la compostura pese al dolor de los pies helados al tropezar.

Esta noche ha sido una locura, muchacha. - Dijo mientras se desplomaba en la pequeña silla que se tambaleó amenazando con dejarlo en el suelo. - Pan, queso y cerveza es todo lo que quiero para recibir al alba. - Miró a Innya, Dagu y al Chambelan, y les dedicó un cansado ademán. Intentando moverse lo menos posible se arrimó a la alacena y recogió algo para su estomago.

- El Lacayo Vasilov llega a las cocinas tras pasar por el patio del Castillo, procedente de las estancias privadas de Durius de Slobozia.

- Al entrar ve a Enrietta y a Mikail, pero también al Chambelán Otto, a la sirvienta Innya, y a su sobrino, el criado Dagu.