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[DM08/20] La Telaraña

⋩ Capítulo 3: Festejos (Lyonell + Clarinthe) ⋨

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12/08/2020, 01:58
Narración

4º día de la Vieja. Mes del Doncel. Año 242 D.D.

Quinta hora de la tarde.

Lugar: Aposentos de Ser Clarinthe.

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12/08/2020, 03:04
Ser Clarinthe Tully

Los guardias que vigilaban ante la puerta de Ser Clarinthe tardaron un momento en dar el paso a Lord Lyonell. Antes de eso uno de ellos llamó a la puerta y entró, probablemente para pedir permiso en su nombre.

Una vez que pasó al interior de la estancia, el hombre pudo ver a Ser Clarinthe vestida con ropa más cómoda que en el torneo... Y más vestida que en la carpa, también. Llevaba simplemente unos pantalones y una camisa, combinando los colores de su Casa. Por lo demás, estaba descalza. Se encontraba ante una mesa, en mitad de la escritura de una carta. Cuando él entró, ella se puso en pie.

—Vaya, vaya, Ser Lyonell Haffer... —dijo formando una media sonrisa. Ya apenas parecía herida por los golpes del combate—. Me preguntaba cuánto tardaríais en buscarme de nuevo. Aunque pensé que no recibiría vuestra visita al menos hasta mañana.

Mientras hablaba sirvió un par de copas de vino y le acercó una al hombre. En ese momento su actitud hacia el hombre era menos cercana que en la tienda, como si la breve y superficial intimidad que habían conseguido se hubiera disipado un poco.

—Si venís a pedirme que tome de escudero a uno de vuestros hijos, la respuesta es no —afirmó, aunque era evidente que el hombre no iría a eso—. Los míos casi no levantan un palmo del suelo, y aún así le darían una paliza a cualquiera de ellos.

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12/08/2020, 08:11
Lord Lyonell Haffer

Lyonell esperó con paciencia y educación a que le permitieran pasar. Era algo normal.

Una vez dentro observó a Ser Clarinthe y aceptó la copa que ella le ofrecía.

- Me alegra comprobar que os encontráis mejor, Ser. - Afirmó con sinceridad. Nada habría sido peor que la muerte accidental de un Tully en aquellas celebraciones.

Sonrió. - Sabéis bien a lo que vengo. No era el momento ni el lugar para tener la conversación que tuvimos... y por ello me disculpo. - Comenzó. - Pero es un tema que no hemos cerrado, y ése es mi objetivo. -

Quizá ahora Clarinthe se encontraba mejor, o con más ánimo o humor. Quizá ahora estuviese más abierta al diálogo, y a una conclusión positiva del mismo.

- Lo primero... ¿qué tal van vuestras heridas? ¿Estáis en condiciones de luchar si no es a un ritmo serio o de batalla? - Preguntó. Parecía que Lord Haffer tenía alguna idea en mente. - Quizás os pudiera apetecer entrenar conmigo un rato. Estoy algo oxidado pero quizá os pueda presentar mejor batalla que vuestros escuderos. Y derrotar a un anciano como yo seguramente os ayude a incomodar a mi hijo. - Era una propuesta en firme. Intercambiar algunas estocadas y hacer algo de ejercicio. Con otra persona que, aunque mucho mayor que ella, también era un Caballero. Y un Caballero que se lo había ganado con su propio sudor.

- Os pedí sinceridad, y ser directos... Pero seguramente por el lugar y el momento... por lo inoportuno de mantener nuestra conversación allí... no lo fuisteis. -  Continuó. - Sea lo que sea lo que consideráis que Urthen os arrebató... os equivocáis al culparlo a él. El único culpable es otra persona. - Añadió. Fuese Alonia o no.

- En cualquier caso... podéis sentir o pensar lo que deseéis acerca de Urthen... Y cuando seáis la señora de vuestra Casa podréis fiaros de lord Urthen o no, podéis quererlo como vasallo o no. Pero aun no sois la señora de vuestra Casa. Y las provocaciones públicas... las muestras de enfado o rivalidad como las mostradas ayer por vos están fuera de lugar. Sois una Caballera. Una Ser. Y la hija de vuestra madre. Quiero pediros que os comportéis como tal. -

Dio un pequeño sorbo a su copa y repitió las palabras que Ser Clarinthe había usado ayer.

Vuestro hijo vive recibiendo privilegios que no se merece. Ha recibido favores que se negaron a otros, por más que hubieran sangrado por ellos. Y lo único que tuvo que hacer fue poner esa sonrisa bobalicona. - Recitó.

- Si os paráis a pensarlo... lo mismo podría decirse de vos, de Guileon Vance y de otros muchos. -

Había comenzado la conversación de manera suave y apacible. Y aunque su tono no había sido agresivo en ningún punto... sí parecía estar plantando cara a Ser Clarinthe. De manera educada, pero firme.

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12/08/2020, 16:59
Ser Clarinthe Tully

Al oír que su interlocutor se alegraba de su estado la chica hizo un gesto, asintiendo sin darle mayor importancia. Sí valoró más lo que dijo después, cuando Lord Lyonell se disculpó. Ella no pareció sorprendida. Por algún motivo parecía ver en el hombre a alguien honorable desde el principio.

—No tenéis que disculparos, Ser —le respondió—. Al menos, no tenéis que hacerlo más que con vos mismo. Yo no me he sentido ofendida, ni ha habido afrenta alguna —aseguró, haciendo un gesto en el que le invitaba a sentarse. Sonrió de medio lado acto seguido, con la invitación de él a entrenar juntos. Parecía dar por hecho que el hombre no supondría un reto, pero aún así valoraba aquella oferta.

—Si os doy una paliza no será por incomodar a vuestro hijo —aseguró con una media sonrisa antes de mirarlo con cierta seriedad—. No sé qué concepto tenéis de mí, pero no soy una maldita niña.

Después de eso la chica guardó unos segundos de silencio. Parecía darle vueltas a las cosas que había dicho Lord Lyonell. Cuando volvió a mirarlo su mirada era más fría que antes, y desde luego mucho más que cuando habían hablado aquella mañana

—En primer lugar, Ser —dijo, hablando de manera pausada—. No creo que podáis comparar a vuestro hijo con Guileon Vance —enunció, y a Lord Lyonell no le pasó por alto que a él no le llamó por su título de caballero—. Él ha sido un rehén durante catorce años. Puede que durmiera en una cama y no en el suelo, pero seguía siendo un prisionero. El chico es un patán —dijo con seguridad, hablando con lo que parecía clara franqueza—, un niño indiscreto y sediento de gratitud. Pero ha crecido en una cárcel. Hecha de flores, sí, pero una cárcel. No digo que eso le haga merecedor de regir su Casa —aclaró—, pero ya es más de lo que han hecho muchos otros.

La chica hizo una pausa. Sentada en aquella silla y hablando de esa forma parecía una persona más comedida que durante el torneo. Fuera del frenetismo de su sangre de aquella mañana, entre la justa y la batalla, estaba demostrando, al menos, saber ser una persona educada.

—Y en segundo lugar, si creéis eso de mí es porque no conocéis a mi madre. O al menos, no como madre —aseguró. Hizo una pausa larga antes de continuar, extendiendo la palma de una de las manos y cerrándola mientras la miraba—. Yo he trabajado la tierra de nuestro pueblo. —Volvió a mirar a Lord Lyonell a los ojos—. Cuando en el futuro yo le pida a mi pueblo parte de su cosecha, sabré cuánto cuesta recoger cada nabo. Y cuando una familia me diga que la cosecha ha sido mala y que no pueden pagarme, podré mirarles a los ojos y saber si su esfuerzo ha sido real, o si sólo están evadiendo sus obligaciones.

Ser Clarinthe hizo una nueva pausa.

—¿Ha hecho eso vuestro hijo, Ser? Si es así, me disculpo por mis palabras. Si no es así, si él va a tener la vida de cientos de hombres y mujeres en sus manos sólo por quién es su padre... —Negó con la cabeza—. Entonces permitidme deciros que tenéis razón: una caballera defiende unos ideales. Entre ellos, ser leal a su señor, con todo lo que implica. Pero no es mi señor, y provocar a alguien como él nunca estará fuera de lugar.

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12/08/2020, 23:01
Lord Lyonell Haffer

Lyonell escuchó a Clarinthe. La muchacha tenía razón en parte de lo que decía, pero a juicio de Lyonell tampoco estaba viendo todo el cuadro. Solo parte del mismo.

- Tenéis razón en parte. - admitió. - He comparado con Guileon por el tema de los privilegios que no se merecen... ambos. - Explicó. - Luego las circunstancias de cada uno han sido muy diferentes, desde luego. No lo niego. Urthen no ha sido un rehén. No ha trabajado el campo. No ha cosechado... Pero sí se ha preparado. Ha estudiado, ha leído y se ha formado para ser un buen dirigente. Conoce el valor del sacrificio por lo que su Casa necesita, y su Señor. Sabe lo que implica ser el vasallo de alguien. Quizá ha sacrificado lo mismo que vos, y lo desconocéis. - Prosiguió. - Prefiero un dirigente capaz de hacer lo que sea necesario, sacrificando su propio bien o beneficio, por su Casa y su Señor... a un dirigente preparado que conoce el esfuerzo que le cuesta al pueblo conseguir su cosecha. - Añadió.

- Alguien que anteponga el bien de su Casa al suyo propio. - Indicó. Tal y como estaba haciendo Urthen, lo supiera Clarinthe o no.

Dejo que Clarinthe meditara aquello unos segundos antes de añadir.

- Y es cierto. Urthen no es, ni será vuestro señor. Pero provocándole a él, al menos de manera pública... provocáis a más personas. Deberíais de reconsiderar vuestra postura y pensar en todas las implicaciones políticas que vuestras palabras y actos tienen. - Sí, Lyonell se reafirmaba en que Clarinthe aun no era lo suficientemente madura como para liderar una Casa. Sí, era una mujer de honor, y una buena Caballera. Sí, tenía una buena base para poder dirigir su Casa. Pero no... carecía de la visión global, de conjunto, imprescindible para ser una buena líder.

Se decidió a explicarle un poco más... Casi como si fuera un maestro... aunque sin un tono condescendiente pues no quería que la Tully se lo tomara a mal.

- Miradlo de esta manera. Si yo no considerara que vos no estáis preparada para liderar vuestra Casa... no debería de seguiros como mi Señora... según vuestro razonamiento. ¿Correcto? Si considerara que se os ha dado todo, y que no habéis sudado por ello... entonces no mereceríais que os siguiera. - Continuó con su explicación.

- Ojo, no es el caso... - Le aclaró. - Pero si así lo fuera... ¿consideraríais apropiado que yo os provocara con declaraciones como las vuestras de manera pública? Ante vuestra madre por ejemplo... - Porque eso era exactamente lo que había hecho Clarinthe. Ella había provocado en más de una ocasión a Urthen de manera pública... insultado, lo quisiera o no, a Lyonell de paso. - Entendéis que vuestra madre no podría permitir mi comportamiento... Por mucha razón que yo tuviera. ¿No? - Preguntó. ¿Sería capaz Clarinthe de verlo como él? Lyonell creía que no estaba equivocado en su razonamiento... Pero se preguntaba si la muchacha sería razonable... o no.

Observó a Clarinthe a los ojos, tratando de discernir si le estaba comprendiendo.

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12/08/2020, 23:36
Ser Clarinthe Tully

La joven escuchaba a Lyonell, con ese respeto que el hombre parecía inspirarle, pero sin que su mirada titubease o se apartase de la de él. Asintió con la cabeza cuando él le dio la razón y después escuchó los peros y argumentos que siguieron. No se cortó en alzar la ceja con clara incredulidad cuando el Haffer ensalzó las bondades de su hijo y cuando puso sobre la mesa aquel supuesto sobre ella, una sonrisa afilada curvó sus labios, aunque no le interrumpió. Cuando terminó de hablar, se encogió de hombros. 

—¡Claro que sí! Por supuesto que me parecería apropiado que me provocaseis si consideráis que no estoy preparada para tomar mi lugar. Es justo lo que creo que deberíais hacer, como Lord de vuestra Casa. Si creéis que vuestra señora no está a la altura y no merece vuestro respeto, estáis en vuestro absoluto derecho de manifestarlo —declaró, convencida de sus palabras—. Una señora que se merezca su posición sabrá demostrar que os equivocáis y responder adecuadamente a esas provocaciones, aunque sea aplastándolas. Así es como se mide el valor de cada cual, Ser. El respeto no se regala, se gana con sudor y, de ser necesario, con sangre. 

Alzó su copa, como si brindase por sus propias palabras, y bebió un trago antes de agregar algo más.

—¿Habéis venido hasta mis aposentos para intentar convencerme del valor de vuestro hijo? Porque, de ser así, estáis haciéndole un flaco favor al cubrirlo de algodones. Si quiere mi respeto, tendrá que ganárselo él, no podéis pelear sus batallas. Así pues, si habéis terminado de ensalzar a lord Urthen y queréis algo más de mí, podéis sentaros —señaló, haciendo un gesto con la mano hacia una silla vacía—. Pero si esta conversación va a versar únicamente sobre todo lo que ha estudiado ese chiquillo, por mi parte podemos darla por terminada. 

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13/08/2020, 00:53
Lord Lyonell Haffer

- No estáis queriendo comprender nada de lo que os digo. - Reconoció Lyonell. Clarinthe se quedaba con migajas... con las que le interesaban, y retorcía los argumentos hasta doblarlos para conseguir reforzar su propia postura.

- No quiero entrar en lo pueril de vuestra postura... - Continuó. - Y sin embargo habéis arremetido como una niña con una pataleta desde el minuto uno... Por motivos personales, obviamente. Motivos que no estáis dispuesta a compartir pese a que empiezan a ser evidentes para todo el mundo. - Indicó.

- No peleo las batallas de mi hijo, y visto lo visto no me interesa que se gane vuestro respeto. Si acaso, algún día vos habréis de ganaros el suyo. - Prosiguió. - Deberíais ir pensando en cómo debería comportarse la representante de la Casa Tully en público... y no en la opinión que tengáis o no de uno de vuestros vasallos. -

Se encogió de hombros.

- Esta conversación no debería versar sobre qué ha estudiado Urthen... Sino del motivo por el que os indigna tanto... el motivo por el que consideréis que él es el causante de que otra persona os abandonara... Deberíais mirar más hacia vuestro interior. Puede ser doloroso pero aprenderéis más que culpando a otros. - Sentenció.

Miraba a Clarinthe a los ojos, sabedor de que sus palabras podían producir un terremoto... o como poco que la conversación finalizara inmediatamente. Lyonell podía estar equivocado... pero lo dudaba. 

Se acercó hasta Clarinthe, y miró a la muchacha a los ojos.

- Finalicemos esta disputa... ¿Qué es lo que realmente deseas? - Preguntó a la joven. Posiblemente ni le contestaría... pero a lo mejor con la ira del momento se le escapaba el problema de verdad.

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13/08/2020, 02:09
Narración
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Objetivo de Lyonell: conseguir info. Técnica: Convencer. Actitud hacia ella: Aversión.

Objetivo de Clarinthe: mejorar actitud. Técnica: Provocar. Actitud hacia él: Cordialidad.

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13/08/2020, 02:23
Narración
Sólo para el director

Turno 1:

Lord Lyonell: Convencer. No supera la Compostura.

Ser Clarinthe: Provocar. No supera la Compostura.

Turno 2:

Lord Lyonell: Convencer. No supera la Compostura.

Ser Clarinthe: Provocar. No supera la Compostura.

Turno 3:

Lord Lyonell: Convencer. No supera la Compostura.

Ser Clarinthe: Provocar. No supera la Compostura.

Turno 4:

Lord Lyonell: Convencer. No supera la Compostura.

Ser Clarinthe: Provocar. No supera la Compostura.

Turno 5:

Lord Lyonell: Convencer. No supera la Compostura.

Ser Clarinthe: Provocar. No supera la Compostura.

- Tiradas (10)

Notas de juego

Tablas.

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13/08/2020, 05:37
Ser Clarinthe Tully

El ceño de la chica se frunció ante las primeras palabras del hombre. Lo observó, esperando que se explicase, y cuando empezó a hacerlo acabó por suspirar y poner los ojos en blanco. Sin embargo, con la última pregunta del hombre ella se quedó mirándolo un instante fijamente. El silencio se volvió más denso, casi palpable, y antes de contestar se puso en pie, acercándose.

—A vos —dijo con una voz grave, dando otro paso en su dirección...

Antes de echarse a reír a carcajadas. Perdida la compostura, la chica se tomó un momento para dejar de reír antes de asentir con la cabeza.

—Disculpad, pero tenía que hacerlo —aseguró, recuperando poco a poco la seriedad.

Cuando le volvió a mirar su expresión se había relajado un poco.

—Tenéis razón —asintió al final, ignorando la pregunta del hombre por el momento—. No peleáis las batallas de vuestro hijo. —Hizo una pausa—. Las hacéis vuestras, y combatís como si os fuera la vida en ello. Él no se ha molestado siquiera en pelear esta batalla. Ni siquiera ha acudido a mí más para que darme buenos deseos. Ningún comentario a lo sucedido tras las justas, o después. Nada. En cambio vos venís una y otra vez a hablar de él y no paráis de defenderlo. Incluso cuando no hablamos de él lo ponéis por delante, ofreciéndolo de excusa para un entrenamiento. Él se esconde, y vos peleáis, y esperáis que crea que será una gran señor porque se ha preparado. Si un señor necesita que otros le defiendan constantemente, no será tan bueno, Ser.

Entonces entrecerró los ojos.

—¿No veis que este es precisamente el motivo por el que me indigna tanto? Una y otra vez tiene que ser el protagonista. —Hizo un gesto con el dedo, señalando la mesa—. Me paso más de media vida admirándoos, y cuando por fin os conozco no paráis de hablar de él una y otra vez. Una, y otra, y otra vez.

»Esta conversación ya versa sobre el motivo por el que no soporto a vuestro hijo, porque esta conversación es otro motivo por el que no soporto a vuestro hijo. Me pedisteis sinceridad y ser directa: fui ambas cosas, pero vos os marchasteis antes de tener la respuesta que buscabais. Y aún así, cuando volvéis aquí no es para conocer más a la que podría ser vuestra señora. Es por vuestro condenado hijo.

»Y no necesito mirar hacia mi interior, ni hacia ningún lado. Tengo muy claro dónde empieza la responsabilidad de vuestro hijo, y dónde la de otras personas. Pero estoy harta de él, y ni siquiera le conozco. Estaba acostumbrada a que todo el que se acercase a mí fuese para cortejarme. ¿Pero esto? ¿Que hasta cuando venís a mí vos o el heredero de los Vance sea para hablar del condenado Urthen Haffer? Por los Siete. Os preocupa más él que conocerme lo más mínimo. Si ya lo detestaba antes, es imposible no seguir haciéndolo.

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13/08/2020, 07:17
Lord Lyonell Haffer

Aquello estaba siendo endiabladamente condenado.

- Está bien. - Aceptó a regañadientes. - Hay una gran parte de verdad en todo lo que decís. Aunque creo que sois vos la que se centra en lo mismo todo el rato... - añadió.

- Olvidémonos de Urthen por un rato. Estoy cansado de él y darle vueltas a lo mismo una y otra vez. Os pido disculpas de nuevo, esta vez por no haber intentado conoceros mejor. Porque tal y como habéis argumentado, y es totalmente cierto, no lo he intentado. - Agachó un poco la cabeza.

Cuando Clarinthe le había respondido que lo que deseaba era a él, Lyonell había tenido muy claro que las inseguridades de la muchacha se tomarían su precio algún día... Aunque por su parte, por parte de Lord Haffer, no sería esa tarde.

- Sois mi Señora, heredera de vuestra Casa y os debo lealtad. Apenas nos hemos visto en contadas ocasiones, y he tenido otros asuntos en la cabeza cuando debería haber estado intentando comprenderos para ver cómo podía ayudaros y cómo podía acercar vuestra Casa y la mía en el futuro. Lo siento. - Esa parte no la había contemplado por todas las preocupaciones que le había acarreado aquella boda.

Buscó un lugar donde sentarse con la mirada y solicitó permiso a Clarinthe para sentarse con otro gesto.

- La verdad es que me recordáis demasiado a alguien que me amargó la vida. - Reconoció. - No tenéis hermanos, ¿verdad? No sabréis entonces lo que es crecer a la sombra de alguien. - Entrecerró un poco la mirada, pero se dejó caer sobre su nuevo asiento con aire cansado.

- Mi hermana Alonia era la perfecta caballera. - Añadió. - Hábil con la espada, inteligente y una gran estratega. Todos esperaban que se hiciera cargo de la Casa, pero Alonia no quería ese tipo de vida. Cuando llegó el Torneo Real y ella desmontó al último de los caballeros, erigiéndose campeona, tuvo claro el deseo que le pidió a la Reina: formar parte de su Guardia Real. - Explicó recordando todo aquello. - Aunque seguramente conozcáis la historia... pero desde otro punto de vista. Tengo entendido que conocéis a mi hermana. -

- Cada historia depende del punto de vista del que la cuenta. Ni todas son verdad ni todas son mentira... Cada punto de vista tiene su parte de verdad. - Continuó. - Según vos... ¿Qué pensáis de Alonia? - Preguntó mirando a Ser Clarinthe con genuina curiosidad. - Por la pasión con que habéis expuesto vuestros argumentos deduzco que Alonia sí habría sido una gran líder capaz de luchar sus batallas. ¿Es eso lo que pensáis? - Preguntó de nuevo.

Dejó unos segundos para que Clarinthe meditara antes de responder él mismo a la pregunta.

- Por lo que a mí respecta, Alonia puede ser perfectamente una líder militar a la que seguiríais ciegamente en batalla. Pero jamás le daría mi lealtad a una persona como ella cuando hablamos de una Casa. Alonia interpuso su interés personal, sus deseos, a lo que era mejor para la Casa. No lo habló con nadie, y no le importaron las consecuencias. No tuvo sentido de la responsabilidad. Ella deseaba ser una Caballera, parte de la Guardia Real. Y persiguió su sueño. A mí me tocó hacerme cargo de todo cuando no era el papel que me tocaba desempeñar. - Lyonell hablaba, y pese a que seguía dolido por todo aquello, no había dejes de resentimiento en su voz, solo una fría lógica que pretendía mostrar a Clarinthe lo que pensaba de todo aquello, y cómo se parecía esa situación a la idea que tenía la muchacha sobre Urthen.

- También conseguí ser nombrado Caballero, y no por nombre, título o ser hijo de quien era. Conseguí lo mismo que mi hermana pero no abandoné mis responsabilidades. - Continuó. - He vivido toda mi vida teniendo que aguantar que todo el mundo, incluso mi propia familia, alabe a Alonia por su habilidad con la espada... por ser una gran caballera. - Comentó. Hasta sus propios hijos la admiraban casi más que a su padre. - Puede que incluso vos la tengáis en una alta estima, pero eso no resta verdad a nada de lo que os he contado. -

- Quiero conoceros mejor, Ser Clarinthe. - Miró a la muchacha a los ojos. - Quiero saber si sois una Alonia, o si sois una Lyonell. -

- Sois una Ser, y sé que no lo habéis conseguido por vuestro apellido. Eso lo respeto mucho más de lo que imagináis. - Añadió. - Pero también sois la heredera de los Tully, y ello comporta que tendréis que tomar decisiones que no os gusten... Que tendréis que escoger como esposo a alguien a quien seguramente no améis, y que tendréis que hacer muchas cosas por el bien de vuestra Casa. Porque es vuestra responsabilidad. ¿Estáis preparada para eso? -

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13/08/2020, 16:13
Ser Clarinthe Tully

Ser Clarinthe asintió con la cabeza, aceptando la disculpa a medias de Lord Lyonell y volvió a asentir cuando el hombre aceptó cambiar de tema. Hizo un gesto hacia la silla que le había ofrecido un momento atrás y rellenó las dos copas de vino.

Alzó un poco las cejas, sorprendida cuando Lyonell dijo que le recordaba a alguien y se acomodó en su asiento para escucharle desarrollar aquella idea con suma atención. Sin embargo, al decir el nombre de su hermana, el Haffer notó que no le era desconocido a la joven. Sin duda conocía o había oído hablar de Ser Alonia, cosa que confirmó con un gesto cuando él lo mencionó. 

Cuando el hombre terminó de hablar, Ser Clarinthe se tomó un instante para ordenar sus ideas antes de hacerlo ella. Sus ojos se sumergieron profundamente en los de él, seria y contenida.

Tengo dos hermanos menores —dijo, respondiendo a aquella pregunta en primer lugar, tal vez por resultar la más sencilla—. Edmure y Nymria. Y sé bien que mi sombra puede ser alargada para ellos, pero os aseguro que el bienestar de ambos está siempre en mi mente. —Se rozó la sien con dos dedos al decir aquello.

Bebió un trago de su copa y siguió hablando.

—Conozco bien esa ilusión que rodea a vuestra hermana de la que habláis. Ser Alonia, la gran caballera —dijo, con voz grandilocuente—, la justa, la incontestable. La perfecta Alonia. —Sus labios dibujaron una mueca llena de ironía—. Yo también caí bajo ese influjo cuando no era más que una niña. Pero es precisamente porque he visto caer la cortina que empecé a valorar lo que vos habíais hecho. Donde ella no fue capaz de mirar más allá de su ombligo, vos tomasteis vuestra responsabilidad y la suya, os embarcasteis en la tarea de sacarlas adelante e hicisteis crecer vuestra Casa. Os admiro por ello. 

»Desde luego, no soy una Alonia, Ser —señaló, endureciendo su mirada por un instante—. Y aunque espero algún día llegar a estar a vuestra altura, como Caballera y como Lady, creo que prefiero que me consideréis una Clarinthe. —Ahí se diluyó parte de su seriedad y volvió a esbozar una sonrisa ladeada—. Si no os molesta darme una identidad propia, claro está.

Se echó un poco hacia atrás en su asiento, contemplándolo desde ahí. 

Os preocupa que me deje llevar por mi ímpetu antes que por mi responsabilidad, eso puedo verlo. Pero, Ser, esa preocupación le corresponde a mi madre más que a vos. Aún así, si eso os tranquiliza, podéis tener claro que cuando llegue el momento haré lo que haga falta por mi Casa, sin queja ni reparo alguno. Tengo clara mi posición y los deberes que arrastra. Aunque también os digo que no será mi esposo quien gobierne a los Tully —terminó, ampliando su sonrisa.

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13/08/2020, 17:58
Lord Lyonell Haffer

La justa, la incontestable, la perfecta... Lyonell comprendía muy bien aquellos adjetivos. Parecía que había juzgado mal a Ser Clarinthe y que la muchacha había pasado por algo parecido a lo que había vivido Lyonell... con la salvedad de no tener unos padres que te recordaran constantemente lo buena que era Alonia, y lo mal que había salido tú.

- Gracias, aunque no soy digno de admirar. - Respondió agradecido al cumplido de la muchacha.

Luego asintió. - Y, de nuevo, tenéis razón... No sois una Alonia, ni un Lyonell... sois y seréis una Clarinthe. Os consideraré como tal, pero a efectos de lo que me podía preocupar, os podría considerar una Lyonell... - Sonrió.

- Como Caballera ya me habéis superado. - Reconoció. - Como Lady no sabría decirlo... quizá os falte algo de experiencia pero apuntáis maneras. - Concedió también.

Y la última afirmación de la Tully tranquilizó a Lyonell más de lo que esperaba. Asintió, y no pudo evitar que se les escapara una nueva sonrisa. No sería el esposo de Lady Clarinthe quien gobernaría a los Tully.

- No espero menos. - Dijo alzando su copa para brindar por ello. Y fue entonces cuando recordó la conversación con Mawney Cleve y no pudo evitar que se le escapara una risita... en tono bajo pero sincera y divertida.

- Disculpadme... Vuestras palabras me han traído a la mente una sugerencia que me dijo el consejero de los Vance hace unas horas... - Su sonrisa se ensanchó un poco. - Por favor, no os lo toméis a mal... creo que maese Cleve no os conoce en absoluto...

Miró a la Tully por si prefería que prosiguiera, o mejor se callaba... Tenía pinta de querer que Lyonell se explicara. - Es de mal gusto que me ría al recordarlo y os comente eso sin explicaros así que... - continuó.

- Me hablaba de que lo mejor para las tierras de los Ríos sería conseguir una fuerte alianza entre los Tully, los Hawick, los Haffer y los Vance... Y para ello enumeró una serie de posibles matrimonios... Entre otros, el vuestro con Urthen... - Esperó a ver qué cara ponía la Tully. Obviamente, Lyonell no se tomaba esa posibilidad como algo serio... más bien le divertía mucho como broma.

- Yo contaba con que ni por todo el oro de los Siete Reinos aceptaríais casaros con mi primogénito... - comentó divertido. - Pero es que, además, supongo que vuestra madre tendría algo que decir... Y no creo que los Tully consideren a los Haffer un buen partido. -

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13/08/2020, 18:16
Ser Clarinthe Tully

La chica levantó una ceja al oír que Ser Lyonell no era digno de admirar, evidentemente en desacuerdo. Sin embargo, no le llevó al contraria de viva voz. Siguió mirándole mientras le reconocía una identidad propia, y luego dibujó una media sonrisa al oír que había superado al hombre en el camino de la caballería.

Un poco después, correspondió a su brindis con una sonrisa cómplice, casi con cierta camaradería.

Después de eso ladeó un poco su postura cuando él siguió hablando, escuchando con cierta curiosidad lo que él decía a continuación. Tal y como el hombre hablaba, rodeando aquel tema, el interés de ella parecía crecer. Sin embargo, cuando quedó claro por dónde iban los tiros, puso los ojos en blanco. Al volver a mirarlo, todo rastro de complicidad se había esfumado y le miraba de una manera más fría que antes.

—¿Otra vez con vuestro hijo a cuestas? —preguntó con cierto hastío—. Ser Lyonell, es una suerte que no tengáis ya que cortejar a ninguna dama, porque si así es como lo hacéis, os aseguro que ponéis muy difícil mantener el interés en la conversación.

Tras sus palabras la chica cambió un poco su postura, mirándolo directamente.

—¿Pues sabéis qué? Os voy a responder, ya que tantas ganas parecéis tener de recibir malas noticias —aseguró antes de hacer una pausa—. Pensad por un momento como la Lady de una de las Grandes Casas. Toda la Tierra de los Ríos es vuestra: ¿con quién casáis a vuestra primogénita? —Dejó un momento para que Lord Lyonell pensase—. Sólo tenéis dos opciones realmente buenas: un hijo no heredero de otra Gran Casa, o un heredero de uno de vuestros vasallos.

Entonces apartó la mirada y se recostó en el respaldo de su silla. Siguió hablando sin mirar directamente a su interlocutor.

—Vuestro hijo era una de las opciones para mi matrimonio, Ser —aseguró—. La primera, dada la simpatía que mi madre tenía por vos. Y creo que sus ganas de darme a mí una lección también influían. Yo, de hecho, ya me había hecho a la idea. Poder torturarle a él cada día, y que nunca fuese ese señor que tantísimo se ha preparado para ser —comentó—. Tenía su encanto. Pero anunciasteis su compromiso con lady Bessa sin haber tanteado siquiera esa opción, y a mi madre no le sentó demasiado bien. —Entonces volvió a mirarlo, y sostuvo sus pupilas en él durante varios segundos mientras su sonrisa se iba afilando—. ¿Por qué creéis que no está en esta boda, Ser? —dijo, volviendo a guardar silencio—. Y ahora, pensad un poco más allá: ¿por qué creéis que no está ella aquí? —insistió, dotando de un tono de cierta importancia sus palabras—. ¿Y quién creéis que podrá ser mi prometido entonces?

Dicho aquello volvió a llevar la vista a otro lado.

—Y hay algo que no debéis olvidar, ni vos ni ese Cleve. Los Tully no necesitan una alianza con las mayores Casas de sus tierras. Los Tully necesitan a sus vasallos.

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13/08/2020, 20:57
Lord Lyonell Haffer

Cortejar. No era la primera vez que Clarinthe le mencionaba aquel tema... ¿Por qué le preguntaba varias veces cómo cortejaba él a las damas?

No pudo evitar sonreír de nuevo.

- Así no es como cortejo, querida. Si bien es cierto que estoy un tanto oxidado en esos menesteres. Además, como bien habéis dicho... podría ser vuestro padre. No encontraríais mucho interés en un hombre como yo. - Admitió divertido.

Entonces Clarinthe empezó a tirar de la madeja... y el hilo se fue desenrollando... y cierta claridad apareció en el cerebro de Lyonell... Una claridad que no le gustó nada.

¿Urthen había sido la primera opción para desposar a Clarinthe? No podía creérselo. Jamás lo hubiera imaginado... Esa arpía de Harriet Tully... Bien podía haberle dicho algo antes. Frunció el ceño.

- El matrimonio entre Urthen y Bessa no ha sido un secreto mientras se planeó. Si bien es cierto que lo hemos organizado relativamente rápido... Vuestra madre podía haber enviado un cuervo, o habernos hecho una visita o haberme convocado... Tenía mil maneras de hacérmelo saber antes. - Comentó sin dejar a relucir lo molesto que estaba por ello.

Pero entonces... ¿por qué no estaba Harriet allí? - Si no ha venido vuestra madre es porque claramente no aprueba la boda... ¿no? - Ahora dudaba. Quizá era porque estaba preparando el matrimonio de Clarinthe con otro. No, eso no tenía mucho sentido.

Si los Tully necesitaban a sus vasallos... los primogénitos de sus vasallos, y Clarinthe no podía desposarse con Urthen... solo quedaba uno. Guileon.

Lyonell se incorporó como un resorte.

- No vais a casaros con Guionel Vance. - Afirmó con rotundidad. - Me niego. Hay otras opciones. -

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14/08/2020, 01:12
Ser Clarinthe Tully

La muchacha observó a Lord Lyonell mientras este decía aquello de que podría ser su padre, encogiéndose de hombros. No parecía valorarle en ese sentido, pero en todo Poniente había matrimonios con diferencias de edad como aquella, o incluso mayores.

Luego siguió escuchando, y cuando más hablaba el hombre más parecía pensar ella que tendría que estar dándose cuenta de sus errores.

—Por supuesto, podría haber mandado un cuervo o haber venido arrastrándose ella misma, claro que sí —afirmó—. Porque a vuestra señora seguro que le encanta dar la impresión de que su familia no es deseable, y debe interrumpir la boda de otros —comentó— para casar a su hija. Y porque seguro que eso no es un insulto a su orgullo. O al mío —dijo afilando un poco la mirada—, porque seguro que me encanta ser la segunda opción de alguien como vos, o como vuestro hijo.

Posteriormente se encogió de hombros, sin responder a si su madre aprobaba o no aquella boda. Sin embargo al final, cuando él se incorporó de esa manera y dijo aquellas palabras, ella lo miró como si hubiera cruzado una línea inesperada y prohibida.

—Ser Lyonell —dijo con la seguridad de quien está acostumbrado a decir lo que piensa a sus interlocutores, sean quienes sean—, si vos pensáis que podéis negarme algún matrimonio, estáis muy equivocado. Y acabáis de excederos por completo con esas palabras. —Su rostro se había vuelto serio, aún más que cuando la chica se dirigía a Urthen o luchaba en la arena, su voz autoritaria—. No sé por qué pensáis que tenéis algún tipo de voz en este tema, pero mi matrimonio ya no os incumbe en absoluto.

Lo miró un momento, antes de que una leve sonrisa de satisfacción apareciera en su rostro.

—¿O es que teméis el momento en que vuestro hijo y vuestra nuera sean vasallos de su antiguo rehén? ¿El momento en que él esté por encima de vuestra Casa?

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14/08/2020, 09:16
Lord Lyonell Haffer

- ¿Segunda opción? - Preguntó Lyonell de nuevo sorprendido de que no lo entendieran. - Si de algo he pecado ha sido de poco ambicioso... - Masculló enfadado más consigo mismo que con los Tully.

Cuando no pudo contenerse con el asunto de los Vance, vio en Clarinthe a la líder que esperaba que fuera. Su tono sí sonaba como el de una señora orgullosa que no toleraba que nadie meara fuera del tiesto. Gélida y autoritaria. Pero Lyonell no se amedrentó lo más mínimo.

- No temo ser vasallo de los Vance. - Reconoció. Aquello no le preocupaba. Siempre había señores y vasallos, y los Haffer sobrevivían dando lo mejor de sí mismos. Si el Señor no quería reconocerlo, o no les comprendía, era su problema. - Me importa una mierda a qué altura están los Vance... o los Tully... o los Haffer. - Añadió sin apartar la mirada.

- Por encima de todo, soy un Caballero. Vos misma lo sois y conocéis nuestros juramentos. Me importa lo que es correcto, y que los Haffer, sean o no Caballeros, sirvan de ejemplo. Porque si nos rebajamos al juego político de la mayoría de las Casas... no valdrá de nada nuestro esfuerzo. - Prosiguió. 

- Valor. Tener la voluntad de hacer lo correcto. - Dijo enumerando el primero de los ideales. Un esfuerzo que a él le estaba costando últimamente.

- Defensa. Defender a nuestros señores y señoras. A nuestras familias, a la nación... - Añadió nombrando el segundo de los ideales. Y ahí se detuvo.

- Ése es el único motivo por el que no estoy de acuerdo con vuestro matrimonio. Defender a mi Señora. No tengo voto, eso es cierto. Pero sí tengo voz, os guste o no. Y tanto vos, como vuestra madre, haríais bien en escucharme. ¿Acaso queréis meter en vuestra alcoba a la serpiente? Haced lo que deséis. Casaros con un Vance si creéis que es lo mejor... Pero si lo hacéis, es lo mismo que suicidaros. - Dijo sin que le temblara la voz ni un ápice. - Se pueden encontrar otros caminos. Puede haber otros herederos de cualquiera de las Casas vasallas... Haffer o Hawick. Ser primogénito no implica acabar siendo el Señor de tu Casa. - Prosiguió. De ser necesario desheredaría a Urthen. Habría sido un movimiento absurdo para los Haffer casarlo con Bessa, pero por un bien mayor lo haría.

Notas de juego

Querría saber (o ver qué puede intuir Lyonell) qué siente/piensa Clarinthe sobre él. Me refiero a: ¿le respeta? (o ha perdido el respeto que pudiera sentir por Lyonell debido a estas conversaciones), ¿le cae bien Lyonell? Independientemente de que esté de acuerdo con él o no en ciertos temas)... Eso vamos.

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14/08/2020, 18:50
Ser Clarinthe Tully

La joven se encogió de hombros ante aquel primer comentario de Lyonell, respondiendo así a su sorpresa. 

—Poco importa de qué pecasteis, Ser. Lo que importa es lo que hicisteis. 

Luego alzó una ceja al escuchar que no le importaba la altura de las Casas, pero no le interrumpió en ese momento. Lo dejó hablar, escuchándolo con seriedad. Al Haffer le pareció que la joven había envarado un tanto su postura, adquiriendo un porte acorde a su posición. 

—Habéis juzgado mi comportamiento una y otra vez —dijo cuando él terminó de hablar—, pero ¿creéis que desde que habéis llegado los Haffer han sido un ejemplo de algo? —Lo señaló con la barbilla—. ¿De qué exactamente?

Sin embargo, no esperó a que respondiese todavía. Hizo un gesto con la mano para que la dejase seguir a ella y lo miró con más interés. 

—Sí, tenéis voz. Pero os guste o no —dijo repitiendo las palabras de el— los Vance también la tienen. Aunque la decisión no es vuestra, ni de ellos, ni tampoco de los Hawick, los Mallister o los Blackwood. En todo caso, yo no he dicho que vaya a casarme con un Vance. No estoy prometida, Ser. Sólo son una opción más sobre la mesa. Cosa que los Haffer han dejado de ser, dadas vuestras acciones.

A medida que se había ido desarrollando la conversación, Lyonell se había podido hacer una idea de la impresión que tenía la heredera Tully de él. Que lo admiraba saltaba a la vista, se notaba en la deferencia con que se dirigía a él, un tono mucho menos descarado del que la había visto usar con el resto de personas invitadas a aquel evento. Además de que ella misma lo había reconocido.

Y la cordialidad con que lo trataba parecía genuina, incluso al hombre le había parecido que había cierto aprecio en el modo en que había hablado con él en aquel rato que habían compartido dejando a Urthen de lado. Sin duda, de no verle con buenos ojos no le habría dicho aquellas cosas, que eran más una advertencia que otra cosa. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

La Actitud de Clarinthe hacia Lyonell ha oscilado entre Cordialidad y Amistad durante la conversación. 

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14/08/2020, 20:02
Lord Lyonell Haffer

- Y de nuevo, os pido mil disculpas por mi comportamiento. - Se apresuró a añadir Lyonell. - Juzgar vuestro comportamiento ha sido un claro error por mi parte... He presupuesto demasiadas cosas dada vuestra juventud. Y lo lamento. - Añadió.

Se apartó un paso y miró hacia el techo... pensativo.

- No creo que los Haffer hayan sido un ejemplo, pero intento que lo seamos. - Comentó mientras volvía a mirarla a ella. - Os dije que Urthen tiene pájaros en la cabeza... Y a Valder ya le habéis visto. Son buenos chicos, lo creáis o no... Y mejores hermanos, harían lo que fuera el uno por el otro. Pero aún les falta para enderezarse y ser lo que espero de ellos. - Reconoció.

Luego escuchó y asintió. Los Vance también tenían voz... cierto. Y al final el único juez serían los Tully. Hawick, Mallister, Blackwood y Vance... Cuatro opciones, y nada de los Haffer. Comprendía.

- Lamento mi comportamiento. De ahora en adelante os prometo que no volveré a cometer los mismos errores. No deseo importunaros más... Si existe alguna forma en que podáis volver a considerar a los Haffer como una opción... hacédmelo saber, y se hará. - Comentó. - Y exista o no dicha opción, somos y seremos siempre vuestros humildes y leales vasallos. - Añadió con una reverencia.

- Perdonad que os haya molestado con mi diatriba. No tengo más que añadir salvo mi más profundo respeto por vos y por vuestra Casa. - Indicó. - Si no deseáis nada de mí ahora mismo, me retiraré para que podáis descansar. - Dijo finalmente. Salvo que la Tully requiriese algo más de él... no deseaba molestarla más.

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14/08/2020, 21:15
Ser Clarinthe Tully

La chica no respondió en aquella ocasión a la disculpa de Lord Lyonell. En lugar de eso se quedó mirándole mientras él se apartaba, como si quisiera seguir con sus ojos el hilo de los pensamientos del Haffer. Durante algunos segundos siguió mirándole, atenta por completo a sus palabras.

—Ser Lyonell —dijo cuando él acabó de hablar—. Personalmente, nada me habría gustado más que consideraros familia. Aunque no a cualquier precio —aclaró—. Pero estáis dejando de lado lo más importante.

La chica tomó un breve sorbo de su copa antes de volver a hablar.

—Vuestras acciones han hecho que dejéis de ser una opción. Pero no por una afrenta, o por herir el orgullo de mi madre. Ella antepondría el bien de la Casa a eso. Habéis dejado de ser una opción porque no tenéis un heredero que ofrecer, como no lo tienen los Hawick, o los Wode. Me alegra que sigáis siendo nuestros leales vasallos —enunció, omitiendo la parte de la humildad que él había mencionado—. Pero no hay manera alguna de que ese enlace se produzca, como no hay manera de que un pez viva fuera del río.