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[DM08/20] La Telaraña

⋩ Capítulo 5: Festejos II (Lyonell + Morna) ⋨

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23/08/2020, 01:08
Narración
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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23/08/2020, 01:13
Lady Morna Hawick

Tus hijos... Dios mio.-dijo, llevándose el dorso de la mano a la cara, limpiando sus mejillas- Lo saben... - dijo, reparando ahora en aquel detalle. Recordaba la tonada de Valder, en el concurso de bardos. Sabía que los jóvenes eran jóvenes y eso los hacía menos discretos. Y que tuvieran alguna certeza, era peligroso- Dime que lo has negado todo. Lo nuestro, lo de Bessa... Por favor. -rogó. 

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23/08/2020, 01:21
Lord Lyonell Haffer

- Mis hijos y yo casi llegamos a las manos por esto. - Respondió Lyonell cerrando los ojos. - Por supuesto que lo negué... Porque simplemente no me parecía plausible. Era algo descabellado. Si Bessa fuera mi hija yo lo sabría... - Explicó. Pero no. Morna lo había mantenido oculto incluso para Lyonell durante todos aquellos años. Y algo, fuera lo que fuera, había permitido que los rumores se extendieran, y ahora mucha gente comentara la posibilidad de la verdadera paternidad de Bessa.

- Pero entonces empecé a echar cuentas...  Y cuando me percaté de la posibilidad me quedé en blanco... no pude negarlo. - Añadió. - Les dije la verdad... que no sabía nada y que podría ser o podría no ser cierto. Pero que lo hablaría contigo y cerraría este tema. - Explicó.

- Ellos están convencidos de que saben la verdad. Y creen que Bessa es su hermana... no tienen dudas. - Admitió. - Y por lo que acabamos de hablar tú y yo parece lo más probable. -

Se encogió de hombros. - No podía negar ni confirmar algo que ni yo mismo sabía si era verdad. - Pero tampoco iba a mentir a Morna. Urthen y Valder podían suponer un problema.

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23/08/2020, 01:31
Narración
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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23/08/2020, 12:04
Lady Morna Hawick

Morna no dijo nada, tan sólo miró hacia el suelo, en silencio, mientras se llevaba una mano al pecho y respiraba hondo- Todo está mal...-dijo, notando cómo le temblaban las manos- Todo está mal.-repitió, con la mirada perdida y llena de temor- Me lo vas a arrebatar todo con tu gran bocaza-sollozó, antes de levantarse, recogiendo la copa de Lyonell del suelo y dirigiéndose hacia donde se encontraba la botella aún llena, sirviéndose, hasta arriba. 

Morna bebía aquella cantidad considerable de vino casi de un largo trago. Y no parecía que aquello le resultase difícultoso. La vació, y volvió a llenarla, salpicando abundantes gotas de vino por fuera del recipiente, debido al temblor en sus manos.

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23/08/2020, 21:59
Lord Lyonell Haffer

- ¿Yo? ¿Te lo voy a arrebatar todo yo? - Preguntó Lyonell incrédulo.

Frunció el ceño y se acercó hasta Morna. Ya no podía evitar que Morna se bebiera la copa, pero sí recogió la botella y se alejó unos pasos con ella.

- Te aconsejo que intentes serenarte. Dado que no puedes fiarte de mí... Dado que no puedo mantener la boca cerrada... y dado que no he sido digno de tu amor o de saber que tenía una hija durante todos estos años... quizá sea mejor que hables con el futuro Lord Haffer en vez de conmigo. - Comentó.

- Él y Debian creen que lo mejor que se puede hacer es despojarme de mi título, que éste pase a mi primogénito, y renegociar el contrato de la boda. - Advirtió a Morna.

- Posiblemente hablen contigo mañana, bien temprano. - Añadió encogiéndose de hombros. - Yo en tu lugar iría pensando si estoy dispuesta a negociar algo o no, y en caso de que sí... trata de sacar mejor partido que el que te llevabas hasta ahora. - Al final no era la gran bocaza de Lyonell la que les arrebataba todo. ¿O sí? A Lyonell ya le daba igual todo. Por él, el mundo podía arder.

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24/08/2020, 01:13
Lady Morna Hawick

Morna lo miró, furibunda, cuando quitó la botella de su alcance- He pagado por esa botella. No tienes ningún derecho a quitármela. ¿Dónde te crees que estás? ¡Estás en mi casa!- dijo, señalándolo- Y encima te atreves a ser cínico conmigo. No, no sabes mantener la maldita boca cerrada. Por eso le contaste todo a Hazzea. Y por eso se lo has contado a tus hijos...- masculló- ¿O debería decir a Lord Haffer?-añadió, apretando los dientes, notando cómo de nuevo, se le escapaban las lágrimas.

Renegociar... Abdicar en favor de tu hijo. Por los Siete...-musitó, sin saber siquiera que decir, mermada su habitual elocuencia por el efecto de la cuantiosa ingesta de alcohol que había acometido a lo largo del día y durante la noche- Y Esthal... Soy... Soy una mujer horrible.-dijo, lastimera- Tenía a un buen marido a mi lado, y a un buen padre. Y aún así... Llevo años... Años fantaseando con que Bessa en efecto fuera tu hija. Llevo... Años, mirando a mi marido mientras yacía con él... Imaginando a menudo sobre su rostro el rostro de otro hombre. -confesó, y por su tono, por lo desgarrador de sus palabras al hablar, no era difícil deducir que era algo que llevaba guardándose para si misma durante mucho tiempo- Tu rostro. Maldita sea... Te he malogrado. Me he malogrado... Y ahora todo se cae a pedazos porque los Siete nos castigan. Y porque no sabes comportarte, y no sabes callarte... Y no sabes ni siquiera pensar antes de abrir esa maldita boca que tienes. 

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24/08/2020, 01:37
Lord Lyonell Haffer

Lyonell depositó la botella de nuevo sobre la mesa, y se apartó de la misma dando espacio a Morna para que hiciera lo que le viniera en gana con el vino.

- Toda tuya si quieres. - Dijo señalando la botella de vino. - Solo quería avisarte... Tienes razón, estoy en tu casa. - Admitió. Luego regresó hasta la cama y se dejó caer permaneciendo sentado en la misma.

Si ella quería que pensara antes de abrir su maldita boca - tal y como había dicho - eso haría. Usaría el cerebro y no el corazón. Puesto que estaba visto que, usar el corazón solo le llevaría a la ruina.

- Mañana, después de la boda, me marcharé. - Comentó para que Morna estuviera al tanto. - Tú aún tienes una oportunidad de salvar tu Casa, y a tu hija. Aprovéchala. Se cauta con tus palabras para el maestre Debian, y te irá bien. - Morna tenía el don de la palabra. Sabría adaptarse, como había hecho siempre.

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24/08/2020, 13:19
Lady Morna Hawick

Morna tomó la botella en la mano, con rabia. La contempló, mientras escuchaba a Lyonell, y finalmente, volvió a dejarla sobre la mesa, con desdén, sin haberse rellenado de nuevo la copa. Sus palabras, provocaron que su postura siempre erguida se desinflase. Que se llevase el dorso de la mano a los labios y apretase con fuerza, hasta casi sentir el sabor de su sangre, contenida, cerrando los ojos, mientras aún se le escapaban las lágrimas.

- Seré cauta. Hablaré con el maestre. Y seré justa. Procuraré no dejar a tus hijos en una posición carente de cualquier ventaja. Ellos no tienen... La culpa de lo que hayamos hecho nosotros.-aseguró, llevándose una mano al pecho. La pérdida de su esposo sobrevolando sus pensamientos, y la noción de que, aunque se encontrase en la misma habitación, Lyonell estaba sumamente lejos de su presencia, a penas le dejaban respirar- Sois... Los dos hombres que más he querido en mi vida. Y os voy a perder. A ambos. - sentenció.

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24/08/2020, 14:09
Lord Lyonell Haffer

Lyonel observó cómo Morna alejaba la botella de ella, de ambos.

Asintió agradecido a las palabras de ella acerca de sus hijos. Al menos le quedaba el consuelo de que no tendrían un enemigo vil en contra... como el maestre Debian. Pero Urthen era un inconsciente que no vería el peligro real aproximarse. Si Morna no buscaba hundirles, quizá tuvieran una oportunidad de medrar a la larga.

Las siguientes palabras de ella le helaron y paralizaron el corazón. Se quedo muy quieto un par de segundos.

Luego se acercó hasta ella. Apoyó sus manos en los hombros de Morna, y cerrando los ojos depositó un beso en la frente de la mujer.

- Lo lamento. Ojalá no hubiera sido así. Ojalá ambos hubiésemos tomado otras decisiones hace años y ojalá nuestros caminos no nos hubieran traído hasta aquí. - Dijo con calma mientras a él también se le escapaban algunas lágrimas. Con el dorso de la mano procuró secar las de ella. Si todo hubiera sido diferente...

- Aun así... No me arrepiento de haberos amado. - El destino de Lyonell estaba sentenciado. De un modo u otro acabaría o bien lejos de allí, o bien bajo tierra. No había nada en el mundo que le hiciera cambiar de parecer... ni siquiera Morna.

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24/08/2020, 20:34
Lady Morna Hawick

Morna recibió aquel gesto, teñido del sinsabor de lo ineludible, como si bebiera un trago de bilis amarga. Contempló el rostro de Lyonell, igualmente roto, y suspiró entrecortadamente, abrazándose a él. Aferrándose a él con la fuerza de su angustia, y devolviendo aquel beso beato en la frente, con uno sentido y absolutamente desconsolado, en sus labios- Los Siete me perdonen...-musitó, sollozante, apoyando su frente contra la de Lyonell, mordiéndose el labio inferior, contenida. 

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24/08/2020, 20:52
Lord Lyonell Haffer

Lyonell no pudo menos que devolver aquel beso. Un beso amargo y placentero. Mezcla de sentimientos encontrados. Pasión, y tristeza. Mantuvo aquel contacto tanto tiempo como le permitió su respiración y su agitado corazón que había empezado a latir aceleradamente. Luego separó el contacto unos centímetros, y mirando a Morna a los ojos habló.

- Estoy seguro de que te perdonarán. Mis pecados son otros, y mientras yo no pueda perdonarme, los Siete menos.

Se apartó con suavidad de ella, y se dio media vuelta. Prefería no verla, o le resultaría más difícil resistirse. Había saboreado ese momento como si fuera el último... porque de hecho, es lo que se temía. No volvería a besarla. Probablemente no volvería a verla después de mañana.

- Creo que es mejor que intentes descansar, Morna. Mañana se casan nuestros hijos. Es un día importante. - Pese a todo lo malo que había llegado relacionado con aquella boda, sería un día importante. Y ambos necesitaban a Morna despierta, inteligente y espabilada. 

Los Tully estarían al acecho, como cuervos. 

- Ordenaré a uno de mis guardias que te acompañe a tus aposentos. - Ofreció al final.

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24/08/2020, 21:52
Lady Morna Hawick

Morna contempló una vez más aquellos ojos, habiendo sentido también el sabor amargo a despedida de aquel beso que quizá sería el último. Respiraba, sintiendo entrecortado el aliento, se llevó la mano a los labios, acariciándolos con las yemas de los dedos, consciente de que quizá, cuando ocurriese la desgracia, no volvería a poder mirar de la misma manera al hombre cuya semilla le había regalado lo más precioso que tenía en su vida. 

No será necesario.-dijo, estremeciéndose al verlo, de espaldas a ella. Tragó saliva, y pasó el dorso de su mano por sus mejillas. Inspiró hondo, tratando de recomponerse. Se irguió, aunque no sin cierta dificultad para conservar su postura habitual, y caminó hacia la puerta, desde donde miró hacia atrás, brevemente. 

Quitó la llave y abrió, con la pesadumbre y la angustia de un futuro incierto sobre los hombros, y con un último suspiro quedo, abandonó la habitación. 

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24/08/2020, 22:11
Narración
Sólo para el director
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24/08/2020, 22:11
Narración

Morna regresó a sus aposentos, a solas hasta llegar a la Torre de la Lady. Los guardias que custodiaban sus puertas estaban allí apostados con normalidad. Parecía una noche tranquila, con una brisa de primavera refrescando el ambiente y el castillo lleno de la expectación previa a la boda que tendría lugar al día siguiente. 

Fue ella la que encontró el cuerpo de Esthal, tendido en el suelo de sus aposentos en un charco de su propia sangre. Sus ojos abiertos y sus labios crispados con la mueca de la muerte la recibieron. Sus brazos y piernas, desmadejados, dibujaban una figura extraña. Su garganta presentaba dos tajos, uno a cada lado, que habían seccionado su garganta, sus cuerdas vocales y sus arterias con una precisión quirúrgica, un trabajo profesional y metódico. El hombre no debía haber sufrido en demasía, ni tampoco debía haber tenido oportunidad alguna de gritar. 

La sangre estaba fresca, aún goteaba de las heridas, derramándose en el suelo, dibujando una mariposa macabra en la espalda del Lord. El asesinato era reciente, muy reciente. 

Y entonces lo supo.

Alguien había matado a su esposo mientras ella estaba en los aposentos de Lyonell. 

Notas de juego

Evidentemente no es para abrir ahora ninguna escena relacionada con esto. Pero te lo ponemos ya por si quieres hacer un último post narrando tu reacción.

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24/08/2020, 22:57
Lady Morna Hawick
Sólo para el director

Morna se quedó absolutamente congelada, ante la visión del cadáver de Esthal, retrocediendo primero un paso mientras sentía cómo un poderoso escalofrío erizaba toda su piel, y encogía su pecho. Negó, notando un profundo sabor amargo en la boca, y se llevó las manos a la garganta, sin poder apartar las pupilas de sus heridas, y de su expresión de muerte. 

Un llanto, silencioso y absolutamente abrumador, se abrió paso, derribándola, y provocando que cayese de rodillas. Las faldas de su vestido comenzaron a teñirse en carmesí, con la sangre abundantemente derramada sobre el suelo. Sus manos percibieron la calidez que aún conservaba la macabra alfombra, prueba de lo reciente de aquel acto vil y cruel. Morna las contempló, a penas siendo capaz de procesar lo que estaba observando. 

Entonces, llegó el grito. Un grito desgarrador, impregnado de la tristeza, del dolor más abyecto y profundo. Un grito de rabia, que quemaba sus cuerdas vocales. Y tras ese primer grito vino otro... Y otro... Mientras, incapaz de levantarse, gateaba sobre el suelo, alcanzando el cuerpo sin vida de su esposo, al que se abrazó, con desatino, acercándolo, apretándolo contra ella, en un acto desesperado y sin fundamento. 

Y el grito se convirtió en nombre. Un nombre que era lamento cuando horas atrás había sido lujuria, amor y arrepentimiento. Un nombre que continuó quebrando su garganta, siendo un grito entre besos, dados con amarga agonía sobre las mejillas aún calientes y los labios horrorizados de Esthal. Su marido, su amante, un buen padre, su pilar. Esthal. 

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25/08/2020, 00:33
Narración

Notas de juego

Aquí se acaban las conversaciones. 

Pasamos a: Capítulo 6: Enlace.

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25/08/2020, 00:59
Lord Lyonell Haffer

En cuanto la puerta se cerró, Lyonell respiró hondo, se agachó y apoyó las manos en las rodillas. Su cuerpo temblaba y a punto estuvo de caerse. Había sido necesaria toda su fuerza de voluntad para no volver a caer en el embrujo de Morna.

Esa mujer había sido su ruina. Su amor, y su ruina. Su vida, y su perdición.

Había tenido que pensar si besarla o no. Eso solo significaba una cosa. La noche había caído, y el invierno llegado al corazón de Lyonell. Seguía vivo, pero era un muerto en vida.

Al día siguiente, tras la boda, se marcharía lejos. Al Norte casi con seguridad. Al Muro. Quizá tenía una opción en Nueva Esperanza, pero eran todo dudas... Y sus hijos estarían más a salvo si se iba con la Guardia de la Noche.

Había sido tan bonito imaginar que al final podrían estar juntos. Esperanzas vanas. Rotas por la traición y las mentiras. Los secretos, los engaños... Lyonell siempre había sido sincero con Morna... Hasta con el asunto de Esthal... Si bien era cierto que se había arrepentido de ordenar aquel asesinato, aunque fuera tarde para cancelarlo.

Y a la inversa... Morna no había sido sincera con él, salvo cuando había sido descubierta... Por iniciativa propia no lo había sido. Y aquello dolía... Como un hierro incandescente clavándose en su pecho.

Pero no podía reprocharle nada... No después de ser él el causante del dolor de ella. No tenía que haber ordenado eliminar a Esthal. Eso sí que había mancillado su honor. Y ahora, ahora todo estaba perdido.

No le importaba vivir o morir. Haría lo que fuera necesario... pero se encargaría de que ese condenado maestre no perjudicara demasiado a sus hijos. O lo intentaría, si Urthen y Valder le escuchaban por una vez.