Partida Rol por web

4º día del Herrero. Mes del Doncel. Año 242 D.D.

Primera hora de la tarde.

Lugar: Aposentos de Lady Gianna.

Mawney entró como una centella en los aposentos de su Señora. Tenían demasiado de qué hablar y poco tiempo para ello. Se acercó a Gianna, con la pregunta a flor de labios.

-¿Y bien? ¿cómo ha ido?

Lady Gianna no se sobresaltó al ver que Mawney entraba tan rápido. Se giró para mirarle y tras unos segundos asintió.

- Ha ido.. creo que bien. En parte. Se trató el asunto de los caminos infestados de bandidos - rodó los ojos.- Se llegó a un acuerdo de cesión de tropas a los Tully para mejorar la seguridad.

Respiró.

- Guileon vuelve a casa. Sin condiciones. Es libre - dijo feliz, era la parte que más feliz le había hecho de todo.- No ha sido fácil pero al final salí victoriosa de la negociación.

Volvió a respirar.

- Casi se va al traste la boda... pero al final se recondujo la situación, acordaron fusionar sus casas. Los Tully manifestaron que no les había gustado que se unieran creando una casa tan grande y bueno.. se descubrió que Lord Haffer estaba jugando a dos bandas, parecía que nos quería ayudar peor luego descubrí que en privado iba haciendo otras cosas - dijo.

Miró a Mawney.

- Esto es un resumen, ¿vosotros qué tal? - preguntó interesada.

La escuchó atentamente, y luego se pasó la mano por el pelo, pensativo.

- A nosotros nos fue bien. Es decir, en cuanto a la caza. Las conversaciones entre Clarinthe, Bessa y yo fueron educadas, y de la mayoría no tengo mucho que explicar, excepto, y ¡ojo! eso es importante, que Clarinthe me habló de una posible alianza suya con Guileon. ¡Tal cual! Que era una de las posibilidades que estaba barajando su madre. Si esto es así, sería una gran ventaja para los Vance, querida mía. Lo malo, es el propio Guileon. 

Hizo una pausa, sus propias expectativas con respecto a su amigo habían variado desde su reencuentro. 

-Gianna, es tu hijo. No voy a decirte cómo manejarlo, pero va por libre. A lady Tully la abordó, a horas de conocerla, conspirando contra Urthen y aireando su amor por Bessa. Y es así, al parecer va por ahí buscando aliados para quitar de en medio al novio, incluso siendo que Bessa ya no sabe qué hacer para darle calabazas en toda la cara. Sí que fueron amantes, estoy convencido de ello, apostaría mi melena... pero, y ahí es donde la está fastidiando, le están diciendo que se marche, que no tiene posibilidad ninguna con ella, y no quiere verlo. No te digo que no esté sinceramente enamorado, pero eso es muy peligroso. Los rumores acerca de que agredió a alguien porque una barda había mejorado los versos del Torneo, son ciertos. Y mandó apresar a la barda. Urthen se lo tomó bien, y conseguimos mantener las formas...

Soltó un sonoro resoplido.

-Si quieres mi opinión, y empiezo ya a creerme el papel de conejero, ¡por los Siete!, yo regresaría a Nueva Esperanza con Guileon atado y amordazado. Si hay algo de verdad en ese plan de Lady Tully, que es posible sabiendo como es Harriet, y sobre todo con lo que sabemos de su hija, intentaría por todos los medios que se cumpla. 

Asintió, vehemente.

-¿Qué hay de Lord Haffer y sus tejemanejes? ¿A dos bandas, eh? Ya te digo. Cuéntame más, Gianna, anda. Y dime qué piensas tú, qué quieres hacer tú. Estoy dispuesto a lo que sea, ya lo sabes. 

Cuando Mawney habló de Ser Clarinthe y de las pistas que había dado sonrió.

- El maestre Debian ha comentado también algo en ese sentido, Mawney. Lady Harriet contempla la posibilidad de que Guileon sea el que se case con su hija. También creo que sería un matrimonio a aceptar con los ojos cerrados. - dijo y cuando habló de Guileon torció el gesto.

Lady Gianna podía esperarse algo así pues había visto a su hijo comportarse en público y no le extrañana nada de lo que Mawney le contaba. Bueno, en realidad si que le sorprendía que no supiera delante de quien podía hablar - Mawney y ella - y de quien no podía hablar - el resto.

- Mi querido... - dijo llevando sus manos a la frente y mesándola. La verdad era que estaba cansada, las negociaciones le habían dejado algo exhausta y las noticias sobre su hijo la preocupaban.- Guileon debe aceptar que lady Bessa y lord Urthen se van a casar. He intentado que no sea así pero es imposible, Morna y Lyonell están determinados a hacerlo. Además no hay pruebas de su romance o de la paternidad de Lyonell sobre Bessa. Sería nuestra palabra contra la de ellos y escuchame bien, donde no hay beneficio todo son pérdidas. Debemos ser inteligentes, adaptarnos a las circunstancias. Debemos conseguir que Guileon se case con Ser Clarinthe, sería señor de las tierras de los ríos, sería.. sería lo que nuestra familia necesita.

Puso una mano en su hombro de forma cariñosa.

- No quiero que Guileon eche a perder todo el trabajo y nuestro apellido. Debo pedirte que le vigiles de cerca. No te separes de él y si hace cualquier tontería... los guardias tendrán indicaciones. La familia es lo primero. Hablaré con él para que lo entienda pero si no lo hace.. tal vez como dices lo mejor sea enviarlo fuera de aquí - dijo algo decepcionada con que su vástago no supiera comprender su rol y su función.

Gianna sonrió cuando Mawney preguntó sobre el doble juego de Lyonell.

- Haffer habló ayer con Ser Clarinthe para decirle que los Vance éramos una serpiente y que le morderíamos. Luego hoy en las negociaciones cuando el maestre Debian ha expresado su preocupación por una posible alianza a tres bandas entre Vance Hawick y Haffer, Lyonell ha ofrecido a Guileon en matrimonio - miró a su consejero - Si, como lo estás oyendo. En nuestra casa eso se llama reculamiento, quiebro o derrape, no lo tendría claro. La maestre Hazzea nos odia, no os fiéis de ella, ha insinuado delante de todos en la negociación que podría matarla y que me tiene miedo y que estoy envenenando a su señor Haffer - dijo mirando a Mawney - ¿Habéis intercambiado palabras con ella? - preguntó.

Dejó unos segundos para que su consejero reposara todo lo que Gianna había dicho.

- Sois mi consejero, Mawney, aunque empezara como tapadera, yo ahora lo siento así. Hablad con libertad, viendo como están las cartas encima de la mesa, ¿Cómo debo proceder?

Escuchaba a Gianna con detenimiento, reflexionando cada nueva idea, cada descubrimiento. Así que Lyonell jugaba abiertamente con todos. Y que su Maestre...

-No, no he hablado con ella desde antes del Torneo, no he tenido oportunidad. Esa mujer es hábil y lista... y una harpía. Sí, estamos en un nido de víboras, y hemos de salir de aquí tan pronto como podamos, y evitando colmillos. Gianna, que Guileon se casara con la Tully sería una jugada perfecta, daría a los Vance un lugar de prestigio en las tierras de Los Ríos. De poder. Pero...

Apretó los labios, afilando los ojos.

-...hay que domar a Guileon. Hay que atarle corto, como bien dices. Yo puedo hacerlo, si quieres, sí. Aunque no sé si él se va a dejar. Sin embargo, hay que determinar qué hacemos con las otras dos Casas. Una alianza Tully-Vance, si se lleva a cabo, divide los intereses, porque nos enfrentaríamos con la alianza Haffer-Hawick. Los Haffer tienen recursos, en palabras del mismo Lyonell. Más que el resto, lo que yo ya no sé si es o no verdad, eso lo sabrás tú. Así que, ¿cómo nos enfrentamos a esta situación? ¿Buscamos una alianza con ellos, o rompemos la que quieren establecer? Y, en ambos casos, ¿cómo lo hacemos? ¿Qué cartas puedes o quieres usar...? ¿qué estás dispuesta a sacrificar, hasta dónde quieres llegar...? 

Habían venido buscando venganza. Eso no podía olvidarlo Mawney. Y no pensaba hacerlo, no era fácil de olvidar.

Escuchó a Mawney con atención.

- Sí, la vieja esa, no se hasta qué punto está bien de la cabeza. Nos odia. Y ha estado conspirando con Lady Morna para favorecer a los Hawick. Lord Haffer lo supo y lo expuso en la reunión, expulsando a la maestre de la misma. Su propia maestre... ese señor ha tenido el demonio en casa todos estos años. - dijo sin poder evitar compadecerle. Si le hubiera pasado a ella, lo habría arreglado de otra forma más contundente.- En efecto, Mawney, tenemos que irnos cuanto antes. Pero salvo que sea necesario, no podemos irnos antes de la boda. Sería muy notorio, un escándalo casi, la gente hablaría y volverían a señalarnos. He conseguido que se nos tenga en cuenta como casa, que empiecen a confiar en nosotros.. no quiero tirarlo por la borda - explicó  a su consejero.

Escuchó sus siguientes palabras y asintió.

- Hay que atar a Guileon, estoy de acuerdo. Hablaré con él y si veo que no tiene remedio, lo retendremos con los guardias y tú serás su sombra. Podríamos hasta impedirle salir de sus aposentos si lo ves oportuno. No quiero que haga una tontería. No quiero que mate a nadie, no puede mancharse de sangre, tiene que poder heredar mi casa sin cargas, ser mejor, ser feliz.- le dijo intentando que lo comprendiera.- Nuestra posición ha cambiado antes de lo que pensaba, querido. Lord Haffer se ha buscado su propia ruina en la reunión. Ha caído en desgracia a ojos de los Tully, no tiene nada ese hombre ya. Podríamos incluso ser los únicos aliados que tenga en este momento y sacar ventaja de ello.

- En cuanto a los Hawick.. si Lord Esthal va a morir y su asesino va a ser Lord Haffer contrato mediante, lo que más nos beneficiaría es que la Hermandad le señale como culpable y de esa forma su desgracia sea total. En cuanto a Lady Hawick... ha sido reprendida en público por los Tully, le hemos ganado Mawney. Guileon será libre sin condiciones y si conseguimos que se case con Ser Clarinthe, miraremos a los Hawick por encima del hombro. - le dijo. Para Gianna la venganza estaba en camino.

- Los Haffer desaparecerán, los Hawick también. Urthen y Bessa formarán una casa sobre el pecado de ser hermanos, si consiguiéramos desvelar el secreto y que nos creyeran.. sería la tormenta perfecta. Guileon se casaría con Ser Clarinthe, siempre y cuando no lo arruine y estaríamos nosotros arriba y el resto debajo.

Tomó las manos de Mawney.

- Estoy dispuesta a todo por salir de aquí contigo y con Guileon. No me olvido de Umber, alguien quería acabar con el heredero Haffer y se llevó a nuestro maestro de armas. Se que quieres venganza, yo también.. ¿pero es compatible la venganza con salir de aquí los tres airosos, con vida, con prestigio y con un buen acuerdo de matrimonio para Guileon?

Lady Gianna no quería fallar a su consejero pero estaban en arenas movedizas.

- Cualquier paso en falso.. podría tirarnos al pozo. Ahora mismo, creo que la maestre es la mayor amenaza para nuestra casa... junto con el propio Guileon - dijo a Mawney.- Tengo miedo, Mawney - le dijo con sinceridad. - Tengo mucho miedo. No quiero hacer caer en desgracia a los Vance. Podríamos acabar con Urthen y así vengarnos de los Haffer y de la maestre pero.. si Guileon ha ido diciendo esas cosas en público, le culparán a él.

-Desde luego que debemos esperar a que finalice la boda. Y yo me haré cargo de Guileon, supongo que después de que ambos hablemos con él y vea claro que Bessa lo ha manipulado, entrará en razón. Además, imagino que un momento u otro madurará, es Guileon, no es tonto. Sólo es que ha pasado demasiado tiempo aquí.

Siguió escuchando y reflexionando, pero ante una de las frases de Gianna negó vehementemente.

-No, me temo que eso es imposible, la Hermandad no dejará pistas de quién procede el contrato, ni aunque les pagáramos por ello. Es comprensible, es su código, si lo viola nadie confiaría en ellos. Lo máximo que podemos hacer es intentarlo nosotros por nuestra cuenta, dejar algún trazo incriminatorio si es que lo quieres así. Lo pregunté anoche a mi compañera, aunque ya imaginaba la respuesta.

Dejó pasar unos instantes mientras trataba de concentrarse paseando de n lado a otro de la alcoba, las manos unidas a su espalda, hasta que se detuvo junto a la ventana.

-Conversa con todo el que puedas, Gianna. Averigua qué se dice, negocia, pacta. Yo me dedicaré a espiar. Incluso veré de contratar a la Hermandad para ello, nadie es más fiable...

Torció un poco el gesto al escuchar que Bessa había manipulado a su hijo. No le gustaba pensar eso porque seguramente implicaría que Morna estaba detrás. Habría querido asegurarse la voluntad de Guileon como solo ella sabía hacer, manipulando. Respiró varias veces al escuchar que Guileon no era tonto y asintió.

- Yo también creo que necesita alejarse de aquí. Han sido muchos años ya. Tenemos que volver a casa juntos. Confío en que Guileon haya recordado todos estos años lo que dije cuando se marchó. Que era un Vance. Siempre será un Vance. Mi heredero - dijo intentando recomponerse

Escuchó atentamente las palabras de Mawney sobre la Hermandad.

- Está bien, entonces esperaremos y tomaremos una decisión más adelante. Me parece bien lo que planteas, espía, intenta enterarte de lo que puedas. Aquí todos están tramando, debemos averiguar el qué. Yo hablaré con Guileon, con el maestre Debian, con Clarinthe, con Lyonell y con Morna. No creo que pueda hablar con más.. - sonrió.- Intentaré conseguir toda la información que pueda. EL objetivo es afianzar la alianza con los Tully, a ellos les conviene, la alianza Haffer - Hawick es muy poderosa, le superarían en tropas, en parte Lady Harriet nos necesita, aprovechemoslo - le dijo a su consejero.- Nos vemos en unas horas.

4º día del Herrero. Mes del Doncel. Año 242 D.D.

Primera hora de la noche.

Lugar: Aposentos de Lady Gianna.

Mawney regresó a la alcoba de Gianna unas horas más tarde, después de la cena. Tenía cosas que contarle, y esperaba que ella también.

Abrió la puerta sin llamar, comprobando con el rabillo del ojo que nadie estuviera observando.

-¿Gianna? Soy yo... 

Gianna se sobresaltó cuando Mawney entró en la habitación. Pero no le duró ni unos segundos al comprobar que era su consejero.

- Mawney, pasa pasa, estamos solos - le dijo invitándole a cerrar la puerta después.- Cuentame, has averiguado algo?

-Sí. Varias cosas. 

Se acercó a la mesa donde había un pequeño refrigerio de queso, fruta y una botella de vino, y se sirvió una copa.

-Me he encontrado con mi compañera de la Hermandad. Le he planteado que nos hagan de espías y de guardaespaldas, pagándoles, tal como te comenté. Me ha vuelto a decir que han tenido problemas para cumplir el contrato, que Esthal ha estado encerrado en su alcoba, y me ha sugerido un trato. Que yo me encargue de Esthal, y ellos se vuelven nuestros ojos, oídos y dagas.

Apuró un trago, y apretó los labios, centrándose antes de seguir.

-Iba a decirle que no, porque era arriesgar mucho cuando en realidad no nos interesa la muerte del Lord... pero quiero que lo hablemos. Porque si yo me encargo, puedo hacerlo de modo que señale a alguien como autor. O autora. Dejar una pista. Yo estaba pensando en la Maestre... pero luego ella me ha dicho que esta tarde se han escuchado voces discutiendo en la torre de Morna. Eran ellos, a gritos. Al parecer Esthal decía que quería matar a alguien...

Escuchó con atención las palabras de Mawney. Lo que le contaba planteaba una situación algo compleja pero que si se tomaban unos minutos para reposarla tal vez consiguieran una buena salida. 
Lady Gianna se sirvió una copa con él. 
- Que nosotros nos encarguemos de Esthal... - repitió. Estaba pensando y meditando seriamente las opciones que tenían. Escuchó la argumentación de su consejero y se acarició la barbilla pensando. Todo lo que decía su consejero tenía su parte de razón. 
 

- La muerte del Lord Esthal no nos interesa. Además por lo que he podido hablar con Lyonell, su relación con Morna se ha roto. Algo ha pasado entre esos dos que ya no van a hablarse más. Me he acercado a Lyonell para poder conseguir información de él y tratar de atraerle hacia nosotros. Ha jugado a dos bandas y ha quedado en ridiculo, es un hombre hundido. No me extrañaría que se suicidara... aunque creo que ya no lo hará. Le he dicho que podríamos tener un acuerdo en el futuro... si mi marido muriera de muerte natural. Un hijo con Lord Haffer haría que mi hijo Guileon fuera señor de los ríos y este retoño sería el Vance heredero de Nueva Esperanza... y sería hermano de lord Urthen, señor de una casa muy grande. Además si murieran sin hijos.. y viendo que Valder es un poco ácrata, podría darse el caso de que este retoño fuera heredero de esa casa. - le contó a Mawney tratando de hacerle entender la situación.- Se que es un caso hipotético, pero Lord Haffer está en una situación tan débil que por aliarse con nosotros estaría dispuesto a renunciar a su apellido y aceptar el mío sin condiciones. Esto habrá que madurarlo pero está encima de la mesa. Sería una venganza terrible que un hijo mío acabara gobernando a los Hawick y los Haffer. Tendría que morir mucha gente y darse algunas circunstancias, pero, mi querido Mawney, sería una venganza terrible y no creo que nadie pudiera esperarlo... - dijo y la sola idea de ello aunque fuera muy remota ya la merecía la pena intentarlo.- Ademas, ese hipotético retoño se habría criado en Nueva Esperanza, por mi, por nosotros y sería hermano de Guileon, Lord de los ríos... los Tully verían como una de las casas más amenazantes para ellos pasaría directamente a ser familia de ellos. 
 

Era la primera vez que verbalizaba la idea que llevaba rumiando desde que en la negociación de la mañana todos menos el maestre Debian demostraran tener poca idea de lo que era el largo plazo.
 

- A quien han oído discutir? A Esthal y Morna? A Hazzea con Morna? No te he entendido bien, discúlpame. No sé hasta qué punto nos merece la pena arriesgarnos a matar a Esthal, que nada aporta ni nada nos ha hecho, para conseguir que tengamos espías. Además es probable que Esthal no pueda tener hijos y no nos conviene que Bessa tenga hermanos, viendo que Morna y Lyonell ya no van a juntarse más... no nos conviene que Morna pueda querer casarse de nuevo - dijo mirando a su consejero, quería saber su opinión. 
 

- También he hablado con el maestre Debian y Clarinthe, tenemos muchos temas que tratar querido mío .- dijo adelantando los temas que iban a venir.- No debemos arriesgarnos a que Guileon deshonre a los Vance en la boda retando al novio. La alianza con los Tully está muy cerca, podemos arreglar los errores de Guileon hasta ahora pero si los comete en la boda... tal vez no podamos optar a la alianza con los Tully, Ser Clarinthe ha sido clara al respecto. 

Todo lo que Gianna iba diciendo se plasmaba en la mente de Mawney como un tapiz que fuera perfilándose y completándose poco a poco. Asintió.

-Eres admirable. Nada que decir, tu plan es diabólico. Enrevesado, difícil, sutil... diabólico. Me parece sublime. Será complicado, claro, siempre lo es. Hablaré con Areesa, ya le he adelantado que la muerte de Esthal nos perjudica más que beneficia, trataré de que acepte oro, sin más. No nos ocuparemos del contrato.

Lo de los gritos eran en una discusión entre Esthal y Morna, Esthal gritó que quería matarlo, pero la sirviente que los oyó no supo a quién se refería. Pero es bastante para crear desconfianza. 

Sacudió la cabeza, lo siguiente era mucho más delicado. Guileon.

-Deberás tomar cartas en el asunto, cartas drásticas. Me ha pedido que esté a su disposición si realmente le quiero. Ha ofrecido complacer mis deseos sexuales a cambio de que mate a quien me diga, y que aún no sabe a quién. Siento decírtelo así, pero prefiero que sepas quién es Guileon hoy. Está fuera de sí, consumido por la rabia. Hará cualquier tontería. Yo le he seguido la corriente, claro, como él esperaba de mí. Pero sinceramente, Gianna, él va a echar a perder tus planes, y su futuro. Y el de los Vance. Habrá que encerrarlo, quizá podamos justificar una dolencia, quizá alguna excusa convincente. Yo puedo engañarlo un tiempo, pero no durante todo el evento. Esa es la verdad.

Lady Gianna asintió a las palabras de Mawney.

- Te he contado mi plan, te hago partícipe de todas mis intenciones, Mawney, quiero que trabajemos juntos. Puedo confiar en ti y tú en mi. Saldremos de esta. Ofrécele oro a cambio de información. Pero como dices, no queremos saber nada del contrato de Lyonell con ellos.- le dijo y respiró. La aprobación de su consejero a su plan era muy importante para ella. 

- Si Lord Esthal le han escuchado que quiere matar a alguien, teniendo en cuenta que en la negociación casi acaba batiéndose en duelo con Lyonell... tal vez podamos expandir rumores, pero poco más. Lo que debemos evitar a toda costa es que nos señalen a nosotros. - le dijo. 

Las siguientes palabras de Mawney le llegaron al alma y la aturdieron. Se dejó caer sobre sus rodillas, estaba hundida. 
- Mi.. hijo - atinó a decir mientras recuperaba el aire, la ansiedad no le dejaba pensar con claridad. Se llevó la mano al pecho. Había retrasado ese momento, había confiado en que todo se arreglara.

- Mi hijo... - respiró varias veces y trató de recomponerse. Cuando se sintió con fuerzas se incorporó apoyándose en Mawney y le miró a los ojos, ella estaba a punto de llorar.- No he querido verlo. No he querido ver las señales. Pero se acabó. He aguantado demasiado. Aquí en Fuerte Floresta le han malcriado. - sacó de entre su vestido un frasquito y se lo enseñó a Mawney.- Después de las advertencias tuyas y de Ser Clarinthe decidí tomar medidas preventivas a la espera de volver a hablar contigo y con el propio Guileon. Le pedí al maestre Debian un pequeño medicamento que generara una ligera diarrea a quien lo tomara aderezado con vino. Entendió perfectamente los motivos. Los Tully están muy interesados en un matrimonio de Guileon con Clarinthe y una escena en la boda lo arruinaría. Tus palabras han sido claras. Estaba retrasando este momento pero no puedo más. La decisión está tomada. Se ausentará de la boda y de todo hasta que pase la ceremonia. Le provocaremos una pequeña diarrea y los guardias le custodiaran - miró a Mawney a los ojos.- Se que esto es duro para ti.. sé que tienes unos sentimientos fuertes por él. Te prometo que lo recuperaremos. Volverá a ser Guileon, nuestro Guileon. - dijo no solo para convencer a Mawney también para convencerse a su misma. 

- Te agradezco mucho tu sinceridad y que hayas querido permanecer a mi lado y no seguirle en sus delirios. Es lo mejor para tenerle de vuelta.. si hiciera cualquier tontería, después de los comentarios que ha hecho, acabaría vistiendo el negro y los Vance no nos recuperaríamos jamás de este golpe. - explicó. 

La mirada de Gianna era la mirada de una madre dolida pero decidida. Encerraría a su hijo hasta que terminara todo y volverían a casa. Miró a Mawney buscando su aprobación.

Durante un buen rato calló, mirando el frasquito que ella le tendía. Los labios apretados, pasándose la mano por el cabello, concentrado, pensativo. Finalmente tomó la botellita, la levantó y miró al trasluz, como si hacerlo pudiera darle  alguna respuesta. No fue así.

-¿Confías en el Maestre Debian, en los Tully? Reconozco que no se me ocurre razón ninguna para que quieran envenenarlo, pero darle nosotros el contenido del frasco, a ciegas... aunque supongo que si nos creemos las razones de Harriet para tener a Guileon en mente como posible alianza, hay que pensar que es seguro dárselo. Está bien, lo haré.

¿Y qué hay del resto? ¿Hay alguien que te preocupe? Yo pensaba en la Maestre, es peligrosa. Y Morna... es turbia, demasiado. Tampoco es que Bessa me guste, pero su madre... dioses, me da muy mala espina. 

Gianna, soy tu ejecutor, tu daga en la mano. Recuérdalo.

Las palabras de Mawney hicieron reflexionar a Gianna. No creía que los Tully quisieran envenar a Guileon pero entendía las reticencias de su consejero. Cogió el frasco, lo tiró al suelo y lo pisó. No habría dolencia.

- Tienes razón. Lo haremos a la usanza práctica. Le retendremos en sus aposentos y diremos que está enfermo. Que algo le sentó mal durante la cacería. Colocaré guardias vigilandole con órdenes estrictas de que Guileon no salga de sus aposentos. - miró a su consejero. - Lo haremos por las malas ya que no ha querido aprender por las buenas.

Reflexionó sobre sus últimas palabras.

- La maestre es la más peligrosa de todas. La única que tiene algo en contra de nosotros, algo real. Un odio que ha expandido durante años contra nosotros. Si alguien debe morir, tiene que ser ella y nadie más. Además Lyonell la acusó de traicionarla, asi que imagino que no seríamos los primeros a los que mirara. Pero también  insinuó que yo la mataría - dijo expresando sus dudas.- Bessa... Urthen.. Morna.. no son un peligro para nosotros ahora mismo. Creo, Mawney, que nuestro mayor peligro ahora mismo es Guileon.

Le miró.

- Te necesito a mi lado. Voy a dejar a la mitad de mis guardias custodiando a Guileon, no quiero estar sola en la ceremonia. O si lo prefieres te quedas tú custodiandole.- dijo mirandole. - He quedado en encontrarme con Guileon en sus aposentos dentro de un rato, podemos ir juntos y afrontar la conversación los tres. O si no quieres que te odie.. y que solo me odie a mi, puedo hacerlo sola.

En ese momento se escuchó un sonido en el exterior, uno que para Lady Gianna no fue más que el rumor que podría provocar el viento al jugar con las ramas de los árboles, o el de una hoja rozando el muro y que, sin embargo, puso a Mawney en alerta. 

Al instante siguiente una figura vestida de negro se deslizó por la ventana. Femenina, a juzgar por sus formas, pero tan embozada que en un inicio sólo sus ojos eran visibles. Al entrar liberó su rostro del pañuelo que escondía sus rasgos, dejando ver a una de las bardas que habían participado en el torneo. La chica dedicó una sonrisa a Mawney y ante Lady Gianna se inclinó en una reverencia doblando su espalda. 

—Mi Lady, Ney. Lamento interrumpir vuestra reunión. Será sólo un momento. —Se incorporó, con una sonrisa traviesa ladeando sus labios, para dirigirse directamente al asesino—. Sé que tenías dudas sobre el acuerdo que te propuse, así que he venido a ofrecerte un adelanto. Vamos a jugar a un juego —anunció, como si presentase una función de teatro—. Un juego en el que tú eres una poderosa dama. Y yo... Ah, yo soy un joven pupilo, ardiente, con el fuego bailando en mis pupilas. 

»La historia comienza en una noche incipiente, en que la dama contempla el cielo aterciopelado desde un rincón oculto de su jardín, sin darse cuenta de que el apuesto joven la contempla desde lejos. Entonces él se acerca, caminando despacio —narró, mientras iba dando pasos flexibles hacia Mawney—, hasta llegar a ella. Se detiene a su lado y se inclina en cortesía —Hizo una reverencia—. «Estáis radiante, mi Lady», le dice, y toma su mano mientras sus ojos se pierden en los de ella —Al decirlo, la barda tomó la mano de Mawney y hundió su mirada oscura en la del asesino—. Ella responde, «Te voy a extrañar», y los dedos de él se vuelven traviesos y juguetean con los de ella. Su otra mano, atrevida, la toma por la cintura —dijo, haciendo lo que narraba—. Están muy cerca. Pueden sentir la respiración el uno de la otra. Él se humedece los labios... —Se humedeció los labios, despacio, aún mirando fijamente en los ojos de Mawney y tras un instante en el que el calor se hizo palpable entre los dos, la chica lo soltó y dio un paso atrás—. ¿Quieres saber cómo acaba, Ney? —preguntó, tentadora y risueña—. Puedo poner seis ojos a tu disposición, pero no a cambio de oro. Ya sabes lo que necesito de ti.