Partida Rol por web

[DM08/20] La Telaraña

⋩ Capítulo 6: Desenlace ⋨

Cargando editor
30/08/2020, 12:09
Lady Harriet Tully

4º día del Doncel. Mes del Doncel. Año 242 D.D. 

Había caído ya la tarde en Fuerte Floresta cuando todos los nobles y maestres presentes en la fortaleza fueron convocados una vez más en la sala de audiencias. 

Allí, Lady Harriet estaba de nuevo sentada en el sillón que había sido de Lady Morna, con postura recta y las manos en los reposabrazos. Y ahí estaba también Hielo, apoyado en el lateral del sillón. A su derecha estaba una vez más su hija, con la misma cota rojiza que había lucido durante todo el día y la mano en el pomo de su espada, con postura marcial. A su izquierda, sin embargo, no estaba únicamente el maestre Debian con su actitud calmada habitual, sino también lord Mawney, que vestía enteramente de negro, con un jubón que llevaba un blasón bordado en plata y gules, dibujando una luna creciente. Los soldados seguían esparcidos por los laterales, el frente y las puertas. 

Con su único ojo, la Señora de Aguasdulces fue registrando la llegada de todos los presentes, contemplándolos con frialdad hasta que no faltó nadie por entrar. Sin embargo, cuando se cerraron las puertas del salón no había ni rastro de Lady Morna en su interior. Entonces Lady Tully habló con contundencia.

—Ningún enlace se celebrará en este día de luto —anunció, poniendo su mirada en el joven Lord Haffer—. La boda entre lady Bessa Hawick y Lord Urthen Haffer ha sido cancelada y la Casa Haffer recibirá una compensación por este hecho. 

»Ser Guileon Vance quedará a partir de hoy bajo custodia de la Casa Tully y yo misma velaré por su futuro —siguió, sin dar explicación alguna sobre este hecho, pero dedicando una mirada dura hacia Lady Gianna. Allí cerca el mentado mostraba un rostro amoratado y deformado: alguien le había roto la nariz recientemente.

»Además, Lady Morna Hawick ha abandonado estas tierras por decisión propia y ha renunciado a su título en favor de su hija. —Miró hacia la joven Hawick—. Como Señora de las Tierras de los Ríos es mi deber y mi derecho ratificar públicamente este documento. Así que, lady Bessa Hawick, si es lo que deseas, arrodíllate y presta tu juramento de vasallaje. 

Cargando editor
30/08/2020, 14:33
Narración

5º día del Guerrero. Mes del Desconocido. Año 242 D.D. 

El contorno del continente de Essos empezaba a recortarse en el horizonte. Las semanas de viaje en barco habían sido suficientes para que Morna hablase con la tripulación, haciéndose una idea de lo que estaba por venir, de lo que encontraría más allá del mar.

La mayoría de habitantes de Poniente no llegaban a viajar nunca tan lejos. Morna había vivido una vida plena en la Tierra de los Ríos. Había sido una de las mujeres más poderosas, había sido dura cuando había tenido que serlo... Y había amado. Había amado con todo su cuerpo y con toda su alma. Y aunque aquello la acompañaría siempre, ahora le tocaba empezar una nueva vida.

La visión de los riscos de las islas era sobrecogedora. Y más aún la del Titán de Braavos, la enorme estatua de piedra y bronce que guardaba la entrada a la laguna interior del archipiélago. Ahí se encontraba la ciudad, repartida entre distintas islas. El sol del amanecer recortaba su silueta, regalando a la que fue la señora de Fuerte Floresta la metáfora de un nuevo día.

Detrás de Lady Morna algo se movió entre las sábanas. El tacto de una mano pálida y ahora familiar recorrió su espalda desnuda con cierta languidez.

—¿Ya despierta, mi Lady? —preguntó una voz de mujer a su espalda antes de echar un vistazo a lo que se veía a través de la ventana—. Deberíais descansar. En cuanto lleguemos tendréis mucho trabajo por delante. 

Cargando editor
30/08/2020, 18:26
Thaena Blanetree

Lady Thaena se encontraba junto a lord Valder, tomada de su mano, mirando los acontecimientos con curiosidad. Los acontecimientos del día, si bien habían resultado tristes por un lado, por el otro traía un extraño brillo de esperanza para un mejor futuro. Mientras escuchaba las palabras de Lady Harriet, se sintió sorprendida al escuchar sobre la partida de Lady Morna, mirando de reojo hacia lady Bessa y lord Guileon, antes de inclinarse y susurrar al oído del más joven de los Haffer.

Cargando editor
30/08/2020, 18:30
Thaena Blanetree

-¿Ha huido?- Murmuró con sorpresa hacia Valder, sintiendo una mezcla de temor y de algún modo también algo de tranquilidad. Al menos la presencia de Lady Morna ya no atormentaría el corazón de su esposo, aunque no sabía hasta que punto el hecho de que la mujer desapareciera pudiera impulsar a Valder a realizar alguna cacería en su contra. Se aferraba de todos modos a la promesa que él le había hecho, y esperaba que así se cumpliera.

-Bessa y Guileon ya saben sobre mi. Es probable que comencemos a verlos más a menudo.- Dijo, comenzando a dibujar una sonrisa alegre. Miró luego en dirección de Urthen. -¿Tu hermano como está?-

Cargando editor
30/08/2020, 18:33
Mawney Cleve

Muy serio en su apariencia y actitud, Mawney escuchó con los ojos entrecerrados las declaraciones de Lady Tully. Levantó simplemente una ceja ante la mención de que ninguna boda se celebraría. Su mirada volaba de uno a otro deteniéndose brevemente en cada uno de los nobles que llenaban el salón. Se entretuvo más en Lady Gianna y en Ser Guileon cuando la Señora de Aguasdulces hizo mención de la suerte que seguiría lord Vance. De éste sus pupilas partieron para posarse en lady Bessa, pero enseguida se giró hacia su Señora cuando Lady Harriet explicó que Lady Morna había... ¿marchado?

Buscó entre los presentes, entre las sombras y rincones del recinto, entre los menos importantes y blasonados. Buscaba a alguien, pero no encontró a quien necesitaba.

Se inclinó entonces un tanto para dirigirse en voz baja al Maestre Debian.

Cargando editor
30/08/2020, 18:47
Mawney Cleve

-¿Sabéis acaso con quién ha huido Morna?

Mawney temía que su enemiga hubiera solicitado su entrada en su propia Hermandad...

Cargando editor
30/08/2020, 18:50
Maestre Debian

El anciano susurró en respuesta, con la misma actitud tranquila y afable que solía mostrar. 

—Ha sido desterrada de Poniente. Ya no debéis temer por ella, mi lord. Os pondré al día con todo en cuanto salgamos de aquí. Tenemos mucho de lo que hablar.

Cargando editor
30/08/2020, 18:53
Urthen Haffer

A diferencia de durante su nombramiento, Lord Urthen vestía ahora con un jubón de cuero azul oscuro de hombreras pronunciadas y mangas larga en color marrón, cuyo interor que se asomaba por el cuello, así como el detalle de los guantes que vestía, era del rojo característico de su casa. Sus pantalones eran marrón oscuro, al igual que sus botas, y de su cinturón colgaba una espada.

Cerca de su hermano, con lady Thaena parada entre ambos, Urthen esperó pacientemente a escuchar noticia de lo que ocurriría. Ante las noticias, Lord Urthen aceptó con un asentimiento lo que le correspondía sin más cuestionamiento, confiando en la justicia a impartir por Lady Harriet. Unos momentos después, frunciendo ligeramente el ceño por extrañeza y luego de esperar a que lady Thaena se desocupara, le susurró algo a esta al oído.

Notas de juego

Ropa 1 / Ropa 2

Cargando editor
30/08/2020, 18:55
Maestre Hazzea

Y allí estaba "Lady Gallina de Corral", mirando su gallinero con actitud escrutadora, mientras los polluelos se iban situando a un lado y otro de aquel particular criadero de ganado. 

Una sola mirada fue suficiente para saber quien en aquella sala había lanzado su veneno contra unos y otros, Mawney el gallito, un tipo que seguramente estaría más depilado que ella misma, aunque eso tampoco era un mérito a decir verdad. Su posición de cercanía ante la señora de Aguasdulces marcaba la confianza que éste dedicaba a Lady Harriet, ocupando un lugar de honor al igual que el maestre Debian y su propia hija, todos rodeando a la hermosa y gorda gallina tuerta.

Las palabras fueron sucediéndose, no habría boda, y aquella información no le gustó en absoluto a la maestre, buscando con la mirada al joven Lord Haffer, al menos recibiría su compensación, unas monedillas tiradas al suelo como método para que no protestase. Aunque a decir verdad, Urthen ganaba en algo, en libertad para tener su propia elección.

Hazzea miró a Guileon con interés, estaba claro cuál había sido su juego y no pudo evitar sonreír, maldito bastardo amante de los pastelitos de limón, y es que no podía olvidar cómo metía el dedo en cada uno se aquellos dulces, gestos obscenos que a la maestre le divertían, tanto o más que las poesías. Ainsss, si pudiera pillarle a solas y con una venda en los ojos iba a saber lo que era untarse en crema....y mejor no hacer especificaciones al respecto.

Las palabras sobre Lady Morna provocaron su silencio y los pensamientos de Hazzea fueron de repente algo preocupantes.... Lady Harriet no le había dejado hablar con nadie en un determinado momento de la tarde...¿Acaso ello tenía algún tipo de repercusión sobre su persona?... No dudaba que así era, debía esperar paciente a que Lady Bessa se arrodillara y prestara su juramento de vasallaje, mirando la maestre Hazzea con orgullo a la joven Hawick, y es que la sangre nueva comenzaba a cerrar un ciclo, solo le quedaba rezar a los Siete para que ella, sangre vieja, pudiera contarlo.

Cargando editor
30/08/2020, 18:54
Urthen Haffer

Esto no es lo que acordamos con Lady Morna, y ahora no está - murmuró en voz baja. No era mucho lo que podía decir en lugares públicos por miedo a que alguien más escuchara, así que lo hacía directamente al oído de Lisette, pues esperaba fuera imperceptible incluso para su hermano - Hay demasiados soldados Tully, y ninguno de otra Casa. Quizás no sea nada, pero me inquieta, y prefiero que estemos preparados para algo que no pase a no estarlo para lo que sí.  - le dijo a su cuñada - Tomalo como petición de tu amigo, ruego de tu cuñado u orden de tu Lord, como lo necesites, pero prométeme que si algo sale mal vas a sacar como sea a Valder de aquí. Conoces el castillo mejor que nadie, y yo les compraré tiempo si hace falta. No lo dejes quedarse atrás por mí ni por nadie. - apretando un momento los labios continuó - Espero que no sea más que tontería mía y los Siete me prueben equivocado para que luego nos ríamos de mi nerviosismo entre unas copas, pero si no es así... Necesito saber que mi hermano estará bien, y que se cuidarán el uno al otro, por sobre todo y todos.

Cargando editor
30/08/2020, 19:31
Valder Haffer

Valder contemplaba todo aquello con un gesto de extrañeza, sin ocultar que se encontraba incómodo en aquella estancia llena de soldados. Su mano sostenía la de su esposa en todo momento y cuando ella susurró en su oído, respondió él también en voz baja.

—¿Cómo se lo han tomado? Espero que Ser Cantamañanas no se vaya de la lengua antes de que estemos a millas de aquí. —Luego resopló por lo bajo—. La última noticia que teníamos nosotros era que la boda seguiría adelante, eso dijo Lady Morna antes de ir con Lady Harriet. Urthen está muy nervioso. Me ha obligado a esconder un cuchillo en la manga. Espero que sólo sea su cabeza pensando demasiado, pero estate atenta por si acaso.

Cargando editor
30/08/2020, 19:38
Thaena Blanetree

-Se lo tomaron bien.- Le aseguró con media sonrisa, aunque no pasó por alto la tensión a través de la mano de Valder. -Me han prometido guardar el secreto.- Pareció un poco extrañada por las palabras. -Bessa parecía convencida que su madre daría por cancelada la boda, dice que no quiere ver a un Haffer el resto de su vida.- El hecho de que ahora Lisette era Haffer hacía que aquellas palabras tuvieran meno validez.

-Lo último que supe fue que Lady Morna estaba hablando con Lady Gianna respecto al embarazo de Bessa...- Dijo. Le sonrió, confiada. -No pasará nada. Pero estaré atenta.-

Notó que en ese momento su cuñada llamaba su atención, e interrumpió su conversación con Valder para poder escuchar el susurro de Lord Urthen.

Cargando editor
30/08/2020, 18:56
Lady Morna Hawick
Sólo para el director

La visión lejana de Essos llegaba con la luz de un nuevo día. Como la señal de un nuevo comienzo, en el que debería dejarlo todo atrás. Su vida, su nombre, su Casa. Incluso a ella misma. Aunque quizá, sólo en cierta manera, pues, ¿hasta qué punto uno podía dejar de ser quien era?

Durante aquellas semanas de viaje había tenido tiempo para pensar. Para remendarse y para dejar de llorar. Tras las primeras noches, en las que incontables pesadillas habían turbado su espíritu, había llenado el lecho con la presencia de Ser Alana, y aquello había calmado el miedo a encontrarse durmiendo a solas, en medio de la madrugada. Había calmado el vacío de aquella herida supurante en su pecho, que había amenazado con tragarla con cada recuerdo, con cada lamento y cada remordimiento. 

No es que ya no doliera, pensó. Pero el recuerdo de la sangre había desaparecido de sus manos, podía respirar, y lo que antes fue lacerante ahora escocía, como lo haría una cicatriz. Una que iba a llevar bajo la piel, por siempre, como el recuerdo de una guerra en la que la codicia y el amor lo habían quemado todo hasta los cimientos. 

La figura del Titán de Braavos, entre los riscos, se desdibujaba, en el momento en el que aquella mano ya familiar la buscaba y recorría su espalda. Morna la tomó, apretándola, suavemente, antes de volver a recostarse, buscando cobijo entre las sábanas y entre los brazos de aquella mujer que en el momento más aciago había renovado su juramento, permaneciendo, fiel, a su lado- Recuerda este momento, Alana. Porque es el último en el que seremos nosotras mismas.-dijo, tomando su muñeca, para rodearse la cintura, mientras aún sus pupilas claras contemplaban el coloso- En cuanto atravesemos las faldas del Titán, nuestros nombres, nuestra vida... Todo quedará atrás. -declaró, estremecida. 

Volvía la mirada hacia su compañera de manera momentánea, entonces - Lo he estado meditando largamente, y no puedo seguir siendo Morna Hawick, una vez desembarquemos en Braavos.-indicó, llevando una mano a su mejilla, acariciándola, mientras su vista volvía a perderse en el horizonte- Desde el momento en el que pisemos tierra, se me conocerá como Ardea Aura. Y en cada canción y cada rumor que se dedique a mi persona se ensalzarán las bondades de la Rosa Dorada. -aseguró, entrecerrando los ojos- Las palabras, atravesarán el mar angosto. Llegarán a cada rincón de Poniente, y sabrán de mí. Sabrán de mis logros y de mis penas. De mi vida y de mis obras.- enumeró, para guardar silencio, durante unos instantes, en los que se permitió recordar cada rostro, cada afrenta, cada deuda- Pero sobre todo, Alana, sabrán de mis espinas. - aseveró, con el tono de quien realiza una declaración de intenciones. Un juramento, que manchado de sangre y excesos, perduraría a través de los eones en las canciones de los bardos. 

Cargando editor
30/08/2020, 19:43
Thaena Blanetree

La confianza con la que había asegurado a Valder que todo estaría bien desapareció del rostro de Lisette al escuchar lo que su cuñado tenía por decir. Lo que le estaba pidiendo no era fácil, y sabía que iba a costar convencer a Valder de dejar a su hermano. Aún así, luego de todo lo que Urthen había hecho por ella, por ellos, no podía defraudarlo.

-Te lo prometí entonces, te lo reafirmo ahora: No dejaré que nada le pase.- Le dijo, mirando a Urthen a los ojos. -Pero ten cuidado. No sólo Valder perdería un hermano; yo también.- Murmuró con sinceridad.

Cargando editor
30/08/2020, 19:56
Urthen Haffer

Una sonrisa de sincero cariño se dibujó en los labios de Urthen al escuchar la respuesta de Lisette. Si ya apreciaba a su familia antes de acudir a aquel catastrófico evento, ahora que se marcharía tras tan duros días solo podía agradecer a los Siete por la verdadera bendición que era la presencia de quienes aún quedaban a su lado. Valder, Lisette, Hazzea.

Lo tendré, tienes mi palabra. - un pensamiento lo hizo resoplar levemente con una sonrisa. Momentos como ese le hacían notar más cuan hechos para el otro estaban Lisette y Valder. - Recuerda nuestro lema. - la miró a los ojos, pues ahora era tan suyo como de ella - Tranquilos como el estanque, intrépidos como el río.

Cargando editor
30/08/2020, 20:15
Thaena Blanetree

Lady Thaena intercambió unas palabras con Lord Haffer, terminando con un asentimiento leve. Volvió entonces su atención a lo que ocurría más adelante, mirando especialmente a lady Bessa y a Lady Harriet, aunque también observando el ambiente alrededor.

Cargando editor
30/08/2020, 20:22
Lady Gianna Vance
Sólo para el director

Los últimos días habían sido un torbellino para Gianna. Había llegado a Fuerte Floresta con un objetivo principal, que su hijo regresara a Nueva Esperanza y dos objetivos en un segundo plano, frustrar la boda y conseguir alianzas con el resto de casas. Podría parecer un fracaso pero Gianna se sentía tranquila.

Había conseguido la libertad de su hijo en las negociaciones y cuando tuvo que elegir prefirió afianzar alianzas que frustrar la boda. Los Haffer y los Hawick empezaban con muy mal pie la unión de sus dos herederos, aquello no iba a acabar bien. Gianna prefirió mostrarse positiva y propositiva de cara a que la tuvieran en cuenta en alianzas futuras. Pero luego todo se había torcido.

Indicó a sus guardias que vigilaran sus aposentos mientras el servicio preparaba su equipaje. Ella se sentó en una silla y pidió que le trajeran una botella de buen vino. Cuando la tuvo se sirvió una copa y se recostó en la silla. Recordó el momento en el que todo se había torcido. Mawney le había traído las noticias, Guileon no tenía remedio. Ningún remedio. Él solo había echado todos los planes de Gianna a perder. El matrimonio con los Tully, una futura posible alianza con los Haffer, cualquier cosa, la había echado a perder con sus caprichos de niño. No era un adulto, no era un Lord, no, era un niño caprichoso al que nunca habían educado. Y no le extrañaba, viendo a Morna, que no había podido ni educar a su propia hija. Le habían hecho un bastardo en sus narices y ni se había enterado. Estaba demasiado ocupada de cama en cama.

Los pensamientos se arremolinaban y estaba expectante con las decisiones que habría tomado Lady Harriet. Había instado a Morna y a Guileon a ir a hablar con ella y contarle todo y Gianna estaba segura de que aquello no iba a salir bien para ellos. Se había sentido como el carnicero que engaña al cordero para entrar al matadero y que crea que ha sido idea suya.

Tenía todavía dudas sobre cómo iría el futuro, pero se dejaría llevar fuera lo que fuera. Volvería a Nueva Esperanza a gobernar, hablaría con su marido, tal vez la tristeza de perder a Guileon se lo llevara por delante  y así Gianna podría casarse de nuevo y buscar un nuevo heredero. O tal vez Lady Harriet casara a Guileon y el hijo de aquella unión fuera nombrado heredero y enviado a Nueva Esperanza para su crianza. Porque Gianna tenía clara una cosa, Guileon no iba a ser el que educara al futuro señor o señora de Nueva Esperanza y estaba segura de que Lady Harriet pensaría igual que ella.

Cuando la llamaron para bajar a la sala de audiencias dio las últimas instrucciones para que su equipaje estuviera listo cuanto antes. Partirían a las tierras de los Vance en cuanto le dieran permiso. Se bebió lo que quedaba de la copa y se enjuagó la boca, también se limpió la cara y se acicaló el pelo. Bajó y en la sala se posicionó en primera línea, cerca de Lord Haffer. Le llamó la atención no encontrar a Morna y escuchó.

A medida que Lady Harriet hablaba no pudo evitar agachar la cabeza para que nadie la viera sonreir. Se contuvo y pudo notar como dos lágrimas surcaban sus mejillas. Quienes la vieran sin leerle la mente pensarían que estaba triste por haber perdido los derechos sobre Guileon. Pero en realidad estaba conteniendose.

Se había quitado de en medio a un niño que solo daba problemas, su consejero había sido ascendido, había reforzado su alianza con los Tully. Lord Lyonell Haffer muerto y su heredero con la mitad de las tierras. Lady Morna Hawick desterrada y su heredera con un bastardo en el viente.

Había ganado la partida.

Cargando editor
30/08/2020, 20:22
Lady Gianna Vance

Gianna entró en la sala de audiencias y se colocó en primera linea, cerca de Lord Haffer. Miró a Mawney y le saludó con un gesto de cabeza respetuoso. Cuando mencionaron a Guileon encontró su mirada con la de la Tully y agachó la cabeza, dos lágrimas surcaron sus mejillas.

Al terminar la exposición de Lady Tully se giró buscando a Morna sorprendida como el resto y entonces centró su mirada en Bessa  y luego buscó con la mirada a Guileon.

Se apartó un poco de la primera linea para dejar protagonismo a los Hawick y también a los Haffer. No habría boda después de todo lo que habían vivido.

Cargando editor
30/08/2020, 20:32
Guileon Vance

A Guileon parecía que le picaba la nariz. No, de hecho le escocía. Más bien era como si un enjambre de insectos de Sothoryos le hubieran invadido y ahora le picaran con ardor desde el interior.

Una mancha entre negra y verde comenzaba a ganar terreno donde su nariz había estado. Unos pocos centímetros para el costado se encontraba su nueva nariz, digna de quien ha salido recientemente de un combate cuerpo a cuerpo. El machucón casi se extendía hasta sus ojos, de suerte que era bastante difícil determinar cuál era la expresión del muchacho al escuchar las noticias de Lady Harriet. Todo lo que se pudo ver del joven caballero fue la manera lenta en la que bajo su mirada al suelo cuando la Señora de la Tierra de los Ríos comenzó a hablar. Era una mirada vacía, carente de voluntad, clavada en un punto ausente de la sala de audiencias.

Cargando editor
30/08/2020, 20:42
Bessa Hawick

Bessa se presentó a la sala de audiencias con un vestido verde de tonalidad similar al que caracterizaba a la Casa Hawick, una prenda delicada confeccionada en suave seda y con delicados bordados dorados alrededor de sus mangas y al final de su falda. Tapaba sus hombros y escote, adaptándose a su figura. Llevaba el pelo liso y suelo por debajo de sus hombros y se había puesto un perfume que recordaba a los aromas de los jardines de su padre, Lord Esthal. No se juntó con nadie y se fue hacia un lado de la sala buscando la soledad que solo su seria expresión podía darle entre todos los que habían acudido. Se notaba que no deseaba cruzar palabra con nadie.

Cuando la Señora de Aguasdulces la llamó, acudió hasta ella con las manos entrelazadas y sin apartar la mirada de su señora.

Lady Harriet ―dijo, poniendo una rodilla en el suelo―, Señora de la Tierras de los Ríos. Os juro lealtad a vos y a vuestra familia. La Casa Hawick siempre estará a disposición de la Casa Tully de Aguasdulces, al igual que lo estará mi arco si lo necesitáis. Prometo ser justa, cumplir con mi palabra y respaldar siempre la vuestra. Traeré prosperidad a las tierras donde crecí y las administraré de forma adecuada, valorando todo lo que hay en ellas. ―Tomó aire―. Jamás tendréis ninguna duda de mi lealtad, os lo juro.

Esperó a que Lady Harriet le permitiera levantarse como Lady Bessa Hawick.