Partida Rol por web

[DM08/20] La Telaraña

⋩ Capítulo 6: Enlace ⋨

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26/08/2020, 07:15
Lord Lyonell Haffer

Lyonell devolvió la mirada a Lady Harriet mientras la mujer dictaba sentencia. Aquella iba a ser la misma sentencia que caería a cualquiera, noble o no, del que Harriet empezara a sospechar. Cualquiera involucrado en conspiraciones que no existían.

En definitiva, cualquiera que entorpeciera los objetivos de Lady Tully. Le habían preguntado y lo había negado. En lugar de permitir que Cleve explicara los rumores, o de mostrar algún otro tipo de evidencia... delante de todos los presentes le acababan de condenar por el asesinato de Esthal basándose en su discusión del día anterior y... ¿en nada más? Lady Harriet se había apresurado en dictar la sentencia, impidiendo la posibilidad de que Lyonell solicitara un juicio por combate. Cosa que tenía que haber hecho en cuanto Clarinthe le preguntó. No, no fue una pregunta, fue una acusación.

Aire, humo, rumores, sospechas y el hecho de que todo el mundo parecía ser capaz de juzgar cuando alguien mentía y cuándo no. Debía de ser que había algunos capaces de mentir mejor, y otros capaces de manipular mejor. Y al final los que tenían más don de la palabra acababan siempre saliéndose con la suya.

Que así fuera. Que los Siete dictaran sentencia. Debería haber solicitado un juicio por combate, pero si sobrevivía al castigo impuesto por Harriet... le quedaría mucho más claro a todos. No contaba con ello, pero ya no podía contar con mucho más.

Tampoco podía decirse que la sentencia fuera justa. La tuerta le había acusado de tres crímenes, y tres flechas tendrían que volar hacia él. Lyonell era culpable de dos de ellos, pero no de conspirar contra los Tully. Si los Siete existían desviarían una de esas flechas. Quizá a dos pudiera sobrevivir.

Los Haffer estaban acabados. Sus hijos le habían dejado claro que no iban a ser capaces de sobrevivir en ese mundo. No solo eso, habían resultado ser una enorme decepción. Suponía que ellos sentirían lo mismo por él.

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26/08/2020, 07:33
Lord Lyonell Haffer

Lady Harriet estaba equivocada, y tarde o temprano se daría cuenta. Seguramente cuando tuviera un cuchillo en su garganta.

Qué fácil resultaba a algunos Lores quitarse responsabilidad por sus actos. Qué fácil resultaba clamar que todo dependería de los Siete cuando la única responsable de aquello estaba en aquella sala dictando el castigo.

No era el momento de protestar. No era el momento de abrir los ojos de nadie. El tiempo pondría a cada uno en su sitio. De hecho, ya lo estaba haciendo. 

Lyonell dejó que le prendieran sin resistirse. Una sonrisa triste y cansada asomó a su rostro.

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26/08/2020, 09:14
Maestre Hazzea

Hazzea había permanecido callada durante todo aquel tiempo escuchando a la señora de aquellas tierras con el debido respeto, apretando las nalgas por si algún inoportuno gas hacía aparición. Aquella guerra estaba más que perdida de antemano, ella lo sabía y miró a Lyonell con una tristeza absoluta. Lo qué podía haber sido y lo que iba a terminar siendo, todo porque su milord, tozudo como una mula, se negaba siempre a escucharle. Ella era muchas cosas, pero tenía alma, y a veces Lord Lyonell lo olvidaba.

La anciana suspiró y dejó que prendieran a su Señor Haffer, apartándose de su camino, comprendiendo que al final, les había faltado una última conversación, aunque intuía que si la hubieran tenido, hubiera sido para discutir. Él no se fiaba de ella, y sin embargo, podía haberle señalado con el dedo y no lo hizo. Sus motivos tenía.

Se dirigió hacia su niñito Haffer.

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26/08/2020, 09:24
Maestre Hazzea

- Joven Urthen, solicitad una audiencia privada con Lady Harriet, mostrar vuestro malestar y vergüenza ante los Tully y pedid humildemente que os eleven al rango de Lord Haffer, vais a tener que negociar para conseguir pesquisas... Vuestro padre tiene poco tiempo y vos podéis seguir adelante con los actos para los que hemos venido hasta aquí, lo importante ahora mismo la Casa, siempre la casa... Si me permitís me quedaré a vuestro lado, si desconfiáis como vuestro padre de mí, me iré a la mesa y me dedicaré a beber... ¿Sabes cuánto hace que no me bebo un buen vino?... - y eso sí que podía sonar a amenaza, beber hasta reventar.

- Pero antes vais a contarme lo que Valder y Thaena se llevan entre manos... Si no conozco los detalles no puedo ayudar... - le repitió las palabras del día anterior. La maestre era peculiar, pero aún en aquella situación, se ponía de parte de Urthen, siempre de él.

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26/08/2020, 09:35
Mawney Cleve
Sólo para el director

Con los ojos entrecerrados Mawney presenciaba silencioso toda aquella puesta en escena. Los lloros, las caras demudadas, el retorcerse los dedos. 

Mentira.

A él no le importaba la vida de Lyonell, ni tampoco la de Esthal, eran peones en un juego que iba mucho más allá de este salón, y este momento. Pero sí le importaban las de los suyos. Y la propia, aunque no se aferraba a ella como parecía que muchos hacían, sorteando, esquivando y saltando. 

Pero estaba harto de posturas, de fachadas. Disfraces, a todas luces.

En su interior se debatía acerca de hacer saltar por los aires todo aquel teatro, dejar al descubierto todas las verdades que sabía. Pero tenía que ser cauto, no podía ejecutar a dietro y siniestro, sin importar a quién salpicaba, incluso a los Vance, incluso a sí mismo.

¿O sí...?

Apretó los labios...

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26/08/2020, 09:44
Bessa Hawick

Bessa se sentía completamente sola en aquella abarrotada sala de audiencias, rodeada de aquel murmullo incesante, ni siquiera la cercanía de su madre, aquella a la que había deseado alcanzar, le ayudaba a sentirse mejor. Sentía que ni siquiera en ella podía confiar, y quería hacerlo, quería volver a notarla cerca de ella, alguien en quien pudiera respaldarse sin ningún ápice de duda. Pero a pesar de que ahora solo notaba el inmenso dolor que le atenazaba el pecho, no podía olvidar el por qué se había ido al bosque en mitad de la noche. Era la única familia que le quedaba, y una vez se fuera ella, no tendría absolutamente a nadie. Sabía que eso no era cierto, no podría apoyarse en nadie, pues ella debería convertirse en ese apoyo.

La educada palabrería de lord Urthen hacía que sintiera mayor desprecio por él, nunca había sido sincera con ella, y ahora hablaba ahí delante de como su padre le había contado sus intenciones, le había dado una solución basada en la sangre, la de su familia, mientras ayer le hablaba de que la protegería. Nunca había creído en él, ni siquiera sentía que necesitara su protección, y hacía escasos minutos se había ofrecido para consolarla. Le escupiría a la cara. Lord Urthen había tenido la oportunidad de que esta mañana pudiera haber estado en los brazos de su padre, sintiendo el latido de su pecho, y no había hecho nada. Nunca le había importado lo suficiente, igual que nada de lo que había tenido en esta vida.

Al ver entrar a Ser Guileon, una de las personas que creía que haber tenido a su lado hubiera sido realmente reconfortante. No quería pensar en ese papel del que desconocía su veracidad, no ahora. En ese momento le hubiera gustado que la tuviera en sus brazos. Por supuesto todas aquellas sensaciones desaparecieron al verlo sonreír. No se lo podía creer, estaba bromeando delante de ella, cuando estaban hablando de la muerte de su padre y él sabía todo lo que lo quería, todo lo que significaba para ella. Era un necio, o ella una estúpida por haber pensado que la quería. De nuevo hablaba de rumores, uno que quizás podría haber salvado a su padre, y no había hecho nada. El absoluto desprecio que sintió por quizás una de las personas más importantes de su vida, aquel al que no había podido admitirle que quizás sí habría una forma de estar a su lado, y ahora, ese desprecio era tan grande que por un momento deseo arrancarse el fruto de su vientre con un cuchillo y tirárselo delante de él. Solo fue un momento, porque a pesar de todo, la vida que crecía en su interior podía a ser lo único que le quedara. Sabía que lo quería a su lado, y aunque quizás algún día había querido que se pareciera a Guileon, ahora quería que fuera como ella, o como su padre, Lord Esthal.

Pero nada de eso le importó cuando habló Lord Haffer, a él no lo conocía, pero Ser Clarinthe le había dejado claros los motivos por los que su padre se había enzarzado en esa discusión en la que se había ganado su odio, y como no podía ser de otra forma, lo había hecho para defenderla. Su padre siempre se había preocupado por ella, y sabía que a veces podía excederse, pero no dudaba de que aquel hombre tenía que haber querido menospreciarla e insultarla de miles de maneras. Seguramente la caballera tenía razón en tantas cosas, quizás incluso ella podría haber evitado que lo mataran, si hubiera ido a hablar con él tal vez podrían haber paseado por el castillo y haber conseguido que su asesino perdiera la oportunidad. No pudo evitar sentirse culpable por ello. Bessa miraba a Lord Haffer con el más intenso de los odios, pues a cada palabra que decía, más segura estaba de que aquel hombre había ordenado la muerte de su padre. Quería matarlo, a él y a sus hijos, deseaba arrasar Puño del Río. Quería que se cantaran canciones sobre la osadía de los Haffer por haber levantado la mano contra un Hawick en Fuerte Floresta, su hogar, y el terrible castigo que habían sufrido por ello, uno que no fuera a olvidarse, desde aquí hasta la eternidad. Igual que cantaban «Las Lluvias de Castamere», también hablarían de como el bosque secó ese río y ahogó a sus escuálidas truchas sin sangre. Sabía que no estaba siendo justa, pero eso era lo que quería en ese momento, nada más.

Las palabras de Guileon sonaron distantes, pues no le importaba por qué no había estado ahí, empezaba a creer que ni siquiera le importaba él. En aquel momento solo pensaba en vengarse, en hacer sufrir a quienes le hacían sufrir.

Por eso, cuando llegaron las palabras de Lady Harriet se sintió más tranquila, como si aquello pudiera ayudar a calmar su dolor. Su padre y ella dispararían esas flechas, él le había enseñado a no fallar, y aunque no había dicho desde que distancia debería disparar, ni los Siete podrían desviar su rabia. Tres tiros en los que sufriría, quería que lo hiciera, por eso uno de ellos iría a su cuello, para que se ahogara en su propia sangre, en sus propias mentiras. Ese era suficiente para matarlo, pero quería causarle más dolor, y no sabía estaba segura de cómo podría hacerlo.

En el fondo de su ser sabía que algunos se iban a alegrar mucho cuando supieran que no habría boda, pero cómo iba a casarse con el hijo del asesino de su padre, eso habría sido un insulto. Sabía que su padre quería que fuera feliz, y que esta boda había significado mucho para él. No debía sentirse mal, pues sabía que su padre respetaría cada una de sus decisiones que tomara de ahora en adelante, pues él sí la amaba sobre todo lo demás. Debió haber hablado con él, se arrepentía tanto de no haberlo hecho. Volvió a llorar, pues el vacío que había dejado era demasiado grande.

«Papá quizás ahora sepas que no soy tan perfecta, pero intentaré disimularlo para que puedas seguir hablando con orgullo de mí», pensó, dirigiéndose a su padre con la esperanza de que pudiera de alguna forma seguir escuchándola. El odio que sentía desapareció durante un pequeño momento, ese que transcurrió entre la sentencia y la orden de prenderlo.

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26/08/2020, 09:36
Mawney Cleve

Con los ojos entrecerrados Mawney presenciaba silencioso toda aquella terrible escena. Los lloros, las caras demudadas, el retorcerse los dedos. 

Apretó los labios, había una sentencia, pero Guileon había insinuado ante Harriet que la acusación que aparentemente había puesto el muchacho sobre la mesa había sido por lo que Mawney le había dicho.

Levantó la mano, aún podía intervenir, si la Señora Tully se lo permitía. Y, después de todo, ¿dónde empezaban las verdades y acababan las mentiras...?

-Mi Señora Lady Tully, antes de que se lleven a Lord Lyonell deseo dar explicaciones de la acusación que ha expuesto Ser Guileon, si se me permite.

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26/08/2020, 11:10
Guileon Vance

El muchacho quedó lívido al presenciar la reprimenda de su madre.

—Técnicamente, ella fue quien se metió en mi cama —puntualizó, frunciendo el ceño— Pero no pasó nada entre nosotros. Ya os dije que amo a Bessa.

Guileon apretó los puños de la rabia que sentía.

—Y deja de enviar a tus guardias a espiarme, o la próxima vez os devolveré sus cabezas en una bandeja.

El joven ya comenzaba a cavilar sobre todos los improperios y amenazas que les dedicaría a los guardias de los Vance la próxima vez que estuvieran a su alcance.

—No puedo revelarte los detalles de mi acuerdo con Ser Clarinthe. ¡Hasta cuando hago algo abnegado por nuestra Casa, concentras tu furia en mi! Ella estaba dispuesta a echar por la borda nuestra boda, y aunque no lo creas, tiene el poder suficiente como para hacerlo. Simplemente me aseguré que, al declarar en contra de Lord Lyonell, quien al parecer se ha encargando de difamarme a sus ojos, la muchacha accediera a nuestra unión.

Pero luego Mawney intervino, por lo que Guileon calló, expectante.

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26/08/2020, 11:23
Lady Gianna Vance

Lady Gianna quería pegarle un tortazo. Si no fuera porque aquello atraería demasiado la atención sobre ellos lo habría hecho. Cogió aire y lo exhaló.

- Cuando te cases, sea con quien sea, si decides tener una amante, por los siete espero que seas más cuidadoso. - le dijo manteniendo un tono calmado. - ¿Acaso te crees que me importa con quien te metas en la cama? - dijo sin juzgar el hecho concreto.Me importa que no midas las consecuencias de tus acciones. ¿Y si os vieron más personas?  Hablas en voz alta de tu odio por Urthen Haffer, tu mismo me dijiste que lo matarías ¿y si te escucha alguien que nos odia?.

- Y controla tu lengua sobre los guardias que algún día serán tuyos. Nada de culpa tienen ellos, la noticia me llegó por otros canales. También tendré que enseñarte a mentir hijo mío, lo haces fatal. - dijo y aunque hubiera seguido se calló al escuchar a Mawney hablar. No tenía margen para impedir aquello y trató de calmarse. Tocó el brazo de su hijo en claro intento de firmar allí una tregua.

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26/08/2020, 11:35
Narración
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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26/08/2020, 11:39
Valder Haffer

Sentado donde su hermano y lady Thaena lo habían ayudado a llegar, lord Valder empezaba a recuperar el color poco a poco. Sin embargo, el dicharachero joven parecía haber perdido todo el brillo que lo caracterizaba. Miró a la maestre cuando se sentó al otro lado de lord Urthen, pero siguió en silencio. Sus ojos estaban enrojecidos, pero el chico se esforzaba por mantener la dignidad cómo podía para no empezar a llorar en ese mismo momento.

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26/08/2020, 12:00
Narración

Notas de juego

Tu hijo está mintiendo en algo, aunque es difícil precisar en qué punto exacto de sus palabras. 

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26/08/2020, 12:12
Lady Harriet Tully

Dos soldados de los Tully se apresuraron a ir hacia Lord Lyonell en cuanto la Señora de la Tierra de los Ríos dio la orden. Le despojaron de su espada y ataron sus manos a la espalda. 

En ese momento se alzó la voz de lord Mawney y Lady Harriet posó su ojo juzgador sobre el consejero de los Vance. Lo mantuvo en él durante tres segundos de silencio antes de desviarlo hacia Lady Gianna para observar su rostro un instante. Finalmente habló hacia el consejero. 

—He dicho que hablaré después contigo sobre eso. Ahora es momento de la justicia de los Siete. 

Y con un gesto de su mano, los soldados empezaron a llevarse a Lord Lyonell al exterior. 

El camino hasta donde comenzaban los primeros árboles al final del patio no fue era muy largo. Allí el perfume primaveral de las flores llenaba el ambiente de un aroma dulzón pues se encontraban junto a los rosales que tanto le había gustado cuidar a Lord Esthal personalmente, «los jardines más hermosos de toda la Tierra de los Ríos», le gustaba decir al que había sido Lord de Fuerte Floresta. 

Pero, ahora, eran su esposa y su hija quienes contemplaban cómo los soldados de Lady Harriet ataban en ese lugar al hombre acusado por su asesinato para que la justicia de los dioses cayese sobre él y lo ejecutase o lo salvase. Alguien se encargó de traer el arco de Lord Esthal y un carcaj con tres flechas y se lo ofreció a lady Bessa. Los invitados a la boda se esparcían por el patio con un murmullo incesante, exaltados algunos, soliviantados otros, aterrados o serios como tumbas el resto. 

Empezaban a correr algunos rumores sobre el ejército que, al parecer, se había asentado al otro lado de las murallas. Desde el patio era imposible ver si era cierto, pero algunas voces hablaban de entre mil y cinco mil soldados Tully rodeando Fuerte Floresta, o tal vez sólo fueran quinientos, o diez mil.

Lady Harriet se situó en primera fila, junto al maestre Debian y el septón Selby, quien iba vestido de modo apropiado para ofrecer la ceremonia matrimonial y ahora sería testigo del juicio de los dioses. Ser Clarinthe se acercó un momento a lady Bessa y le dijo algo en voz baja antes de reunirse con su madre.

La Señora de la Tierra de los Ríos puso su mirada sobre lady Bessa, contemplando cómo se preparaba.

—Deja que los Siete guíen tu mano y haz llegar la justicia al asesino de tu padre. 

Después de esas palabras guardó silencio, a la espera de que aquello terminase.

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26/08/2020, 12:14
Ser Clarinthe Tully

Estad tranquila —le dijo Ser Clarinthe cuando se acercó a ella—. Concentraos como me dijisteis. No os preocupéis: ese hombre va a morir. Si por cualquier cosa falláis, yo misma lo mataré. Aunque tenga que ir a buscarle al asqueroso Puño del Río para ello.

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26/08/2020, 13:01
Mawney Cleve

Con una reverencia Mawney aceptó la decisión de la Señora Tully, esperaría.

Siguió a la comitiva al exterior, siempre cerca de Lady Gianna, y de Ser Guileon. La fragancia del jardín y su aspecto contrastaba enormemente con la gravedad de la escena. Hubiera sido mucho más apropiado para la celebración de los esponsales que no para una ejecución.

El consejero dio un vistazo alrededor, y como otras tantas veces se mantuvo alerta escuchando criados y sirvientes, los cuchicheos hablaban de todo un ejército, todo aquello no era casual, en absoluto.

En cuanto estuvo preparado lo necesario para que tuviera lugar el Juicio de los Dioses, y lady Bessa tomó el arco de la familia entre sus manos, Mawney se volvió hacia Gianna y Guileon, y comentó en voz no tan baja como para que no fuera escuchado por muchos más:

-Ahora quizá veamos si algún otro rumor es cierto...

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26/08/2020, 13:19
Lady Gianna Vance

Cuando Lady Harriet la miró Gianna aguantó la mirada, era una mirada triste. Había intentado controlar a su hijo y a su consejero pero iban por libre. Poco más podía hacer que resignarse y confiar en que tuviera el favor de los Tully de su parte. Tal vez ella misma acabara atada a un árbol.

Gianna estaba espeluznada con lo que estaba sucediendo. La pobre Bessa iba a cargar con la culpa de matar a su propio padre. Deseó que aquellos rumores que ella conocía no fueran verdad, Bessa no merecía pasar por aquello. Su madre se acostaba con su amado, le iban a casar con un hombre que rozaba la psicopatía que no había duda en vender a su padre y que seguramente no tardaría en deshacerse de ella, su padre postizo había sido asesinado... y iba a matar a su padre de verdad.

Con su mirada buscó a Morna tratando de encontrar una explicación. Parecía que le había dolido más la sentencia de Lord Lyonell que la muerte de su marido.. ¿no iba a intervenir? ¿iba a dejar que su hija se manchara las manos con la sangre de su padre? Los siete serían testigos de aquello.

Miró a Mawney cuando dijo eso de los rumores y asintió. Ella esperaba que en ese caso no fueran ciertos.

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26/08/2020, 13:32
Narración
- Tiradas (6)

Notas de juego

En la tercera flecha tienes -1D y la dificultad es 17. Se elimina el último dado guardado (2), el resultado es 26. 

Puedes narrarlo tú cuando hagas tu post. La secuencia sería:

Flecha 1: produce una herida grave y una leve sangrante.

Flecha 2: produce una herida grave y una leve sangrante.

Flecha 3: produce una herida grave. Golpe mortal. Muere.

Parece que los Siete lo han considerado culpable de los tres crímenes.

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26/08/2020, 13:26
Lady Gianna Vance

Cuando Mawney habló y Lady Harriet le respondió, respiró aliviada. Miró también a la señora de Aguasdulces cuando notó que su ojo se posaba en ella. Intentó hablar en su mente y que Lady Harriet lo leyera pero era imposible así que confió en que su mirada dijera lo que no podía expresar con palabras.

Cuando salieron fuera a cumplir la sentencia, Gianna se mantuvo cerca de Guileon y de Mawney. Cuando ataron a Lord Lyonell al arbol buscó a Morna con su mirada tratando de encontrar alguna respuesta a algo que desconocía. Pasaba su mirada a Bessa y luego a Morna de nuevo para finalmente mirar al hombre atado en aquel árbol. Parecía que Gianna esperaba que sucediera algo que no terminaba de suceder.

Cuando Mawney habló ella se mantuvo quieta a su lado y asintió de manera casi impercepctible  aunque podía ser un asentimiento a Manwey o a sus propios pensamientos con los que parecía no dejar de hablar en ningún momento.

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26/08/2020, 13:34
Thaena Blanetree

La doncella de lady Bessa no estaba segura si sería conveniente para el menor de los Haffer el ir a ver la ejecución, sin embargo lord Valder se mostró dispuesto a presenciar hasta el final. Así que lady Thaena lo había acompañado hasta el lugar donde presenciarían la justicia de los Siete. Aún cuando iban tomados del brazo, parecía ser ella quién hacía de soporte para él y no al revés.

La dama miraba hacia el lugar donde lady Bessa se encontraba. Sus ojos paseaban luego por los distintos invitados, deteniéndose un momento en donde lord Mawney se encontraba. En voz baja, se dirigía hacia lord Valder, posiblemente dándole palabras de aliento. Entendía, quizás más que cualquiera de los presentes, el horror que el joven estaba a punto de vivir.

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26/08/2020, 13:41
Lord Lyonell Haffer

Caminó con paso firme dejándose dirigir por aquellos dos soldados. Había momentos para todo, pero los había perdido por no hacer nada. No pudo evitar dejar escapar una leve sonrisa con la cabeza gacha mientras caminaba. La justicia de la Señora no era tal, nunca lo había sido. 

Una vez le ataron se irguió y levantó la cabeza. Moriría como tuviera que morir. Pero no agacharía la cabeza. Harriet estaba cometiendo un error.

Miró entre la multitud que se iba congregando. Buscó con la mirada a una persona. Y luego se centró en Bessa. La joven que iba a ejecutarlo. Iba a ser la primera vez que la muchacha matara a alguien... Sabía que le odiaba, y no contaba con que le temblara el pulso.

Esperó a que la joven tomara el arco y se colocara en posición. Cuando Bessa le miró para apuntar, Lyonell asintió solemne. Era lo que debía hacer. Y él estaba preparado para morir. Si era su hora, que así fuera.