Partida Rol por web

La mano herida de Shyam le distrajo de Eddie. Soltó una exclamación lastimera y cogió a Shyam por la muñeca con delicadeza.

-¡Ay, pobrecito! ¿Qué te ha pasado? ¿Te duele mucho?

-No seas malo con tu madre, créeme, es el premio gordo del sorteo. Lo que le pasa es que está preocupada porque cree que lo que te está pasando es malo para ti y que Olympia te va a llevar al infierno. Pero eso es todo, preocupación. No te desea ningún mal más allá del que quiere hacerte cuando te pone brócoli para comer -Van Doren le pasó la mano por el pelo afro; siempre le había gustado mucho el pelo de Craig, le recordaba al de cierto sátiro-. No seas muy rebelde y demuéstrale que no has cambiado.

-De todos modos quería agradecerle lo que le dijo. Ahora está más calmada y no me da tanto la tabarra -dijo el chico, casi tocándola en el brazo agradecidamente-. Quizá con el tiempo pueda aceptarlo. Mi madre es buena, sólo un poco tradicional.

Alguien les chistó y Craig cerró la boca y volvió a fijarse en lo que ocurría en la mazmorra.

Van Doren asintió y volvió a mirar la escena.

-Podrías hablar con Calandra, con lo mala que es seguro que está buscando alguien que la azote.

La pooka se quedó con la cara de quién les chistó (y es que ella no perdona) y se volvió hacia Greg. La llegada de Eddie le había vuelto a poner los pies en la tierra, pero eso no significaba que no pudiera hablar con él.

-¿Disfrutando de la noche? -dijo todo lo bajo que pudo.

La cara de Craig fue un poema. Se quedó considerándolo entre la gente en tanto Van Doren se acercaba a Greg.

-Desde luego. Pero no tardaré demasiado en irme. Mañana tengo que trabajar. Aunque ha sido un placer. Intentaré volver por aquí.

-Jugar con fuego... no es bueno. -Hizo una mueca disgustada y se liberó de su agarre con suavidad-. No duele mucho, sólo a ratos. Voy drogado de analgésicos la mayor parte del tiempo, aunque empezarán a retirármelos en breve. Puedo manejarme por ahora, pero me gustaría conservar mi vida como espadachín. Quiero encontrar a alguien que pueda hacerme un apaño decente y, bueno, eres el changeling más sociable que conozco.

-¿Te has cortado dos dedos... con fuego? Sí que se te dan mal las cerillas.

Si no se lo creyó, y era evidente que no, se guardó de decirlo. Miraba la mano de Shyam muy angustiado, y tardó unos instantes en darse cuenta de lo que quería. Buscó a la nocker con la mirada y entornó los ojos, tratando de recordar quién era.

-A ver... Esa es Marizze. No podría hacer nada útil ni aunque le fuera la vida en ello, creo que esta tía hace fotos o algo, ¡pero! Solía follarse a Robbie, ya sabes, el nocker unicejo ese. No entiendo por qué. Bueno, tampoco es que ella sea ninguna belleza. Me han dicho que tiene las tetas arrugadas como ciruelas pasas. Marizze le llama Pichajunco, porque dice que la tiene delgada como un fideo y porque no hay manera de que se le ponga tiesa. Le puedes pedir que hable con él. Aunque bueno, no se llevan muy bien. No sé. Tú prueba. Con suerte Marizze no se ha enterado de que Robbie la llama la Secante a sus espaldas. Ya sabes, por frígida. Si se ha enterado dudo mucho que le apetezca hablar con él. ¿Vamos a preguntarle?

Shyam escuchó con atención, aunque se perdió a la mitad entre tanto nombre y apodo y chismorreo.

-Eh... Vale, sí. Supongo que no tengo nada que perder. Marizze, entonces -Hizo una leve inclinación extendiendo el brazo hacia la nocker, abriendo paso para que Calandra fuese primero.

Se acercó a la nocker con los brazos abiertos y la llamó por su nombre. Se inclinó para darles dos besos falsos y después pensó en la manera de salir rápidamente de aquella situación, porque sabía que por lo general agotaba la paciencia de los nockers muy rápido.

-¡Marizze! Mírate, si estás guapísima. Este es mi amigo Shyam. Me ha pedido que os presente -anunció con un guiño pícaro.

Empujó suavemente a Shyam hacia la nocker y retrocedió en busca de Craig.

-¡Cal! -protestó Shyam, azorado. Pero el pooka ya se iba precipitadamente hacia otro lado, así que se volvió hacia la nocker con una sonrisa comprometida-. Perdona, Marizze. En realidad he visto cómo tomabas notas y, sé que no te conozco de nada, pero quería saber si podríamos, tal vez en otro momento, hablar de trabajo. Necesito que alguien me construya algo.

La nocker miró ilusionada a Shyam, aunque cuando habló de construir cosas bajó el ceño y torció la boca.

-Claro, claro, ¿qué se le pide a un nocker si no es que construya algo? ¿Para qué servimos? Ay, Marizze, y que todavía no te des cuenta -murmuró con cinismo dándose una palmada en la frente-. A ver, sorpréndeme. ¿Qué es lo que quieres?

Le costó encontrar a Craig. El chico se había metido a mirar una escena que parecía ser muy exitosa a juzgar por la concurrencia. No era nada especialmente horrible, sólo cuatro personas haciendo cosas con cuerdas y aderezándolas con un látigo de nueve colas.

Se sorprendió al ver llegar a Calandra.

-Pensaba que estabas con Shyam -dijo. Se alejó de la gente para poder hablar con libertad, dado que en cuanto dijo algo los que tenía alrededor le miraron con recelo-. ¿Cómo estás? ¿Te lo pasas bien? Si no te gusta podemos irnos a dar una vuelta, ¿eh?

Sintió como si le debiera una disculpa, pero prefirió dejarlo correr. Había sido culpa de Calandra.

-Solía ser un gran guerrero hasta que me pasó esto -Alzó la mano para que la viera-. ¿Podrías hacer algo? Suelo viajar mucho por el Ensueño, puedo traerte materiales o lo que necesites para ello. O como pago.

Sonrió ampliamente, esperanzado.

-Supongo que quieres una prótesis. Mmm. Puedo intentar hacer algo. ¿Y cómo vas a pagarme? -preguntó la nocker mientras se mesaba la barbilla.

-Puedo conseguirte material del Ensueño, si necesitas. Si no... Estoy dispuesto a escuchar ofertas.

-Shyam sólo quería que le buscase rollo. Todo el mundo se aprovecha de mí -se lamentó.

Se dejó llevar por Craig, preguntándose en qué se lo había notado. Movió la cabeza de un lado a otro, negando que se aburriera.

-¿Tú te lo pasas bien? Porque te he traído para eso. Eh, mira. -Se colgó del brazo de Craig y le señaló con la cabeza una de las empleadas de Van Doren y su víctima-. ¿Cuál prerefirías ser tú, la del látigo o el de la máscara de cuero?

La pregunta le pilló por sorpresa.

-Eh... ¿no lo sé? ¿Igual el del látigo? Quiero decir, es el que parece que se lo pasa mejor. -Craig enarcó una ceja-. ¿Shyam no está saliendo con la... la hija de Van Doren?

-100 pavos y algo de Barcia -propuso la nocker-. ¿Qué me dices? Y yo corro a cargo del material.

Se encogió de hombros y sonrió.

-Eso ya es asunto de ellos. Esas cosas se hablan en pareja, ya sabes. Bueno, o a lo mejor no. Da lo mismo. Oye, ya veo que te lo pasas bien, pero si en algún momento te apetece... irte... dímelo, eh.

Cualquier intento de sutileza se vio detruido por el movimiento de las cejas de Calandra. Y probablemente también el pellizco que le dio a Craig en el trasero.

Shyam asintió y le tendió al mano para cerrar el trato.

-Me vale.