Partida Rol por web

El Cisma

Capítulo III: Rotos

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01/08/2019, 04:02
Narración

El desconocido y Skyler llegan tras el mostrador, la caja está a menos de un metro del ladrón.  -Quédate quieta, gamberra*...-  y cuando la mano de él con el arma se estiraba hacia la registradora, sucede. Skyler reacciona en una milésima y moviendo su cabeza con rapidez, propina un fuerte mordisco en la muñeca al hombre quien lanza un alarido de dolor y que provoca que le suelte el hombro como acto reflejo. Skyler suelta pronto la mano y se dispone a correr, mientras el arma en mano del ladrón empieza a girar para llegar hasta ella.

Recuerdas con absoluta perfección esta escena. Ha pasado ya hace más de un año, y todavía volvía a ti en sueños, casi siempre con diferentes desenlaces. Pero esta parte, esta parte ocurría una y otra vez. Por un momento sentías como el mundo se dilataba, como cada fibra de tu ser te empujaba a recrear una y otra y otra vez ese momento, e interponerte en el camino del proyectil. El sonido de la explosión en tus oídos, el olor a pólvora y el darte cuenta de que el tiempo se había detenido, todo eso se sucedía en milésimas, justo antes de que el tiempo perdiera significado.

Pero en esta ocasión, algo fue diferente. Tus ojos se abren, y descubres que el sueño se ha detenido en seco y que en lugar de aquel desconocido que había intentado disparar contra Skyler, hay un hombre no mucho más alto que tú, de cabellos canosos, bigote y barba blanca. Sus rasgos parecen indefinidos, pintados, su mirada es tranquila y profunda; y por alguna razón, te es muy familiar, aunque no puedas recordar su nombre o dónde le habías conocido. Por el rabillo de tu ojo, una espiral comienza a extenderse a través de las paredes y a llenar de un color negro cada rincón de la tienda.

-Estáis en peligro-

Su voz era tu voz y muchas voces. Su mirada era cálida, paternal, y sus movimientos eran un reflejo de los tuyos. La Skyler onírica estaba allí, todavía, congelada, mientras la luz del sueño se extinguía y se convertía solamente en una extraña y fría oscuridad.

-Habéis aprendido mucho. Sois más poderosos. Pero pronto llegará el momento en que debéis buscar la verdad, antes de que os encuentre a vosotros-

La advertencia de sus palabras despertó una punzada de dolor que creías olvidada. Quizás de otro sueño, una punzada sólida, triste, gélida. Una que conocías muy bien y que tantas noches y días te había sumido en un estado casi catatónico, en un foso oscuro del que cada vez te costaba más salir. La realidad comienza a desgarrarse, y lo último que logras observar es al anciano fusionándose con el torbellino de tinta negra mientras gritos lejanos se transforman en la cadencia de tu respiración en tu cama.

Son las 3:33 de la mañana, estás en tu habitación de la capilla. Expulsado de tu realidad onírica con violencia, mientras tu almohada está húmeda de sudor frío, y tus venas vibran y se agitan con el paso de la sangre. Sientes las oscilaciones que vienen y van, el imperceptible zumbido del reloj de pantalla y el movimiento de los electrones al son del 4 aproximándose. Y en tu mente, el recuerdo de aquel rostro observándote y de sus misteriosas palabras.

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01/08/2019, 04:49
Narración

La tormenta rugía, vomitando fuego al cielo. A veces se manifestaba de la nada, en medio de tus sueños, un extraño efecto secundario después de haber explorado y buscado en donde muchas fuentes te habrían sugerido extrema cautela. A veces era como ver a una vieja amiga, arañando el horizonte y devorando tus paisajes oníricos; otras te causaba verdadero temor, mientras piezas de hierro volaban por todas partes y destrozaba lo que estuvieses pensando en aquel momento. Su apetito era voraz, y esta vez no era diferente.

"Apresúrate" gritó Frankie, con su voz imposible desde un cuerpo doblando una esquina angulada y rocosa, mientras tu silla-araña intentaba apretar el paso. El firmamento carmesí expresaba cólera, mientras estelas de fuego llovían con enorme violencia sobre las manifestaciones de tus pensamientos. Tratabas de seguir el paso de Frankie, pero éste siempre doblaba en la siguiente pendiente, saltaba, y se mantenía justo a la distancia exacta de tu vista para que no pudieses detenerte a preguntarle nada. Tu corazón late en el pecho con fuerza, mientras la tierra gruñe, humea y llora magma ardiente.

Frankie está cerca. Das unos pasos finales, pero no lo encuentras. En su lugar, hay un hombre de mediana estatura, de cabellos canosos, bigote y barba blanca. Sus rasgos parecen indefinidos, su rostro está iluminado por reflejos rojos. Su mirada es tranquila y profunda; y por alguna razón, te es muy familiar, aunque no puedas recordar su nombre o dónde le habías conocido. Cerca, puedes sentir la presencia de Frankie, aunque no estás seguro de dónde.

-Estáis en peligro-

Su voz era tu voz y muchas voces. Su mirada era cálida, paternal, y sus movimientos eran un reflejo de los tuyos. Estaba sentado, como tú, y la vibración de tu araña se manifestaba como los patrones de interferencias de las ondas en su cuerpo, vagamente definido.

-Habéis aprendido mucho. Sois más poderosos. Pero pronto llegará el momento en que debéis buscar la verdad, antes de que os encuentre a vosotros-

La advertencia de sus palabras despertó una punzada de dolor que creías olvidada. Quizás de otro sueño, una punzada sólida, llena de frustración y misterio. Una que conocías muy bien y alrededor de la que te habías obsesionado. Era muy tarde, la realidad explota en medio de la furia de la tormenta y lo último que logras observar es al anciano mientras gritos lejanos se transforman en la cadencia de tu respiración en tu cama.

Son las 3:33 de la mañana, estás en tu habitación de la capilla. Expulsado de tu realidad onírica con violencia, mientras tu almohada está húmeda de sudor frío, y tus venas vibran y se agitan con el paso de la sangre. Sientes la tensión en el ambiente, la pesadez de tus ideas, y la de tus compañeros flotando en el aire. Algo había sucedido, y ese algo se sentía sospechosamente similar a una opresión en tu pecho.

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01/08/2019, 06:06
Narración

La luz bañaba la sala del tribunal, mientras el juez era una figura que conocías bien. Protágoras no sonreía, y tú, eras parte del público, observando como MacIntosh, Mr. García, Seymour Mann y Naida testificaban de algo que no entendías. Sus palabras no eran ningún lenguaje, pero sus miradas eran dirigidas en tu dirección. La certeza y el peso de unas acusaciones incomprensibles mientras lentamente tu puesto va haciéndose más central sin que te expliques por qué.

"¿Cómo te declaras?" pronunció el juez con cierto extraño placer, observando cada una de tus reacciones. Todas las miradas estaban sobre ti y lentamente tu seguridad se fue desvaneciendo. Esta pesadilla, esta pesadilla la habías tenido antes, se había repetido a pesar de tus precauciones, a pesar de tu camino, a pesar de estar tomando en tus propias manos tu destino. Y sin embargo, el juicio proseguía, casi idéntico a cada ocasión, sin que pudieses determinar su significado. Ni siquiera tu habilidad especial para entender la mente parecía tener incidencia en lo que se sucedía.

La sala parpadea y aunque todo parece igual, notas una diferencia. El anciano juez no es más Protágoras. Es un anciano, observándote desde lo alto de la posición principal, de cabellos canosos, bigote y barba blanca. Sus rasgos parecen indefinidos, su rostro expresa una ancestral sabiduría y sus pensamientos son serenos. Su mirada es tranquila y profunda; y por alguna razón, te es muy familiar, aunque no puedas recordar su nombre o dónde le habías conocido. 

-Estáis en peligro-

Su voz era tu voz y muchas voces. Su mirada era cálida, paternal, y sus movimientos eran un reflejo de los tuyos, desde lo alto. Su silueta apenas si está definida, y te resulta difícil sostenerle la mirada durante demasiado tiempo. Como si fuese el mismo sol brillando en lo alto.

-Habéis aprendido mucho. Sois más poderosos. Pero pronto llegará el momento en que debéis buscar la verdad, antes de que os encuentre a vosotros-

La advertencia de sus palabras despertó una punzada de dolor que creías olvidada. Quizás de otro sueño, una punzada sólida, llena de desesperanza, desenterrando tu orgullo herido y un oscuro miedo. Recuerdas entonces a Vincent. Una pregunta flotaba en el aire y antes de que pudieses decir algo, el sonido de un mazo ahogó todos los sonidos del mundo, que se desvaneció en una explosión de gritos y acusaciones.

Son las 3:33 de la mañana, estás en tu habitación de la capilla. Expulsado de tu realidad onírica con violencia, mientras tu almohada está húmeda de sudor frío, y tus venas vibran y se agitan con el paso de la sangre. Sientes las oscilaciones que vienen y van, el constante tic-tac del mecanismo y la turbación de tu propia mente que comienza a llenar la habitación de manera rápida. Te toma unos instantes recuperar la compostura, antes de darte cuenta que tus ojos comienzan a adaptarse a la oscuridad. 

Notas de juego

Asumo que estás en la capilla. Corrígeme de lo contrario.

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01/08/2019, 21:45
Oliver Gibbs
Sólo para el director

Comienza otra vez. ¿Dónde había oído esa frase? It. Una idea excelente del señor King arruinada por la televisión, siempre había pensado lo mismo. Pero no había pasado toda una vida desde el día de la puñalada, como en ese libro, aunque la mayoría del tiempo a Oliver se lo parecía.

Oliver se levantó rápido, el sueño definitivamente acabado. Realizó sus rituales con la misma velocidad y precisión de siempre. Comprobó que Frankie estaba encendido y a plena carga, se sentó en su gastada y cómoda silla de ruedas y fue a avisar a los demás aunque, sospechaba, no iba a tener que despertarles. Pero, antes de avisar... Pasó por la cocina y agarró del cajón de los cubiertos el cuchillo cebollero. Lo puso con mucho cuidado entre el asiento de la silla y el almohadón anatómico que usaba para que no le salieran llagas en el culo, el mango hacia afuera, preparado para ser extraído.

Ahora, sintiéndose de manera absurda más seguro, si que fue a avisar a los demás.

Notas de juego

Un bonito cuchillo cebollero :)

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05/08/2019, 01:29
Aiden Becher

Abrí los ojos de golpe, como si me hubiesen expulsado de mi propio sueño de una patada. Notaba la almohada húmeda bajo mi cabeza y mis cabellos pegajosos. Tenía las mandíbulas apretadas y las sábanas enredadas entre las piernas, como si hubiera estado forcejeando contra mi cama. Mis manos se apretaban contra mi vientre, en ese lugar donde esa puñalada lejana y ajena aún palpitaba.

Las pesadillas no eran nada nuevo, venían con cierta frecuencia, pero aquella vez algo había interrumpido el discurrir normal del sueño. Ese rostro, esa voz... me esforcé por aprehenderlos en mi memoria antes de que se evaporasen. Tenía la respiración jadeante cuando extendí la mano para coger el teléfono móvil y al encender la pantalla y ver los tres treses un escalofrío se deslizó por mis espalda. 

Tecleé rápido un mensaje para Oliver y otro para Evan:

¿Sueño raro?

Pulsé enviar y resoplé entre dientes. Me levanté y me pasé una mano por el pelo. El desánimo me atraía hacia la cama, pero hice un esfuerzo por no regresar aún. Tenía que asegurarme de que Andy estaba bien. Esa era una de las pocas cosas capaces de ponerme en marcha en esos días. Y con esa idea en la cabeza puse una mano en la pared contigua, la que daba al cuarto de Andy. Allí había dibujado un simple rectángulo bordeado por espirales negras, en el interior de él había sombreado algunos volúmenes, como si fuese una ventana abierta al otro lado. Tal vez sería más simple salir al pasillo y llamar a su puerta, pero no quería despertarlo si no había notado nada. Así que me concentré en ver al otro lado de la pared a través del dibujo, en verlo a él. 

- Tiradas (2)

Motivo: depre o no depre, esa es la cuestión

Tirada: 6d10

Dificultad: 8+

Resultado: 7, 3, 3, 2, 3, 6 (Suma: 24)

Motivo: Ver a Andy

Tirada: 3d10

Dificultad: 3+

Resultado: 4, 9, 9 (Suma: 22)

Exitos: 3

Notas de juego

No sé si la tirada está bien. Según yo sería un efecto coincidente de Correspondencia 1, así que dificultad base 4. Como uso un dibujo como herramienta, tendría un -1, en total 3. 

Y se vuelve a demostrar que aunque mi suerte es una castaña, Aiden es un crack de la magia XD. 

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09/08/2019, 01:19
Evan James Fisher

Observé uno por uno los testimonios de aquellos individuos. Observé, porque no fui capaz de escucharlos en condiciones. Los oía, pero no los entendía. Me sentía cada más observado, cada vez más... Acusado. Y una parte de mi cabeza estaba convencida de que aquello tenía que ver con Vincent. Muchas veces me había preguntado si acudir a él había sido una mala idea. Sólo el tiempo lo diría. Lo que sí sabía era que estaba cansado de esperar.

Pasé de sentirme acusado a ser el acusado, y no me di cuenta hasta que no llegó la pregunta de Protágoras. Y aunque normalmente habría intentado dar un discurso grandilocuente para evadir la pregunta, bueno... Sólo me sentía capaz de balbucear. Entonces me di cuenta de que algo no iba bien. Nada bien. Ya había soñado con aquello antes. Ya sabía que sondear las mentes de los presentes no serviría de nada. Y aún así me dispuse a intentar... Algo. Me puse en pie, y cuando iba a hablar la sala parpadeó. Mis ojos se dirigieron al juez. Me quedé mirándolo, convencido de que las otras veces el sueño no se había desarrollado de esa manera. La extraña familiaridad que sentía me hizo pensar que probablemente había en él, algo... Mágico.

Escuché sus palabras. Antes de que pudiera razonar sobre ellas lo más mínimo me sentí despertar. Me senté con violencia en la cama y de inmediato busqué en mi vientre y en mi costado. Aquella punzada de dolor... ¿Qué era lo que había pasado? Al ver la hora un escalofrío me recorrió. Estaba desorientado hasta el punto de no estar seguro de dónde estaba. De inmediato tanteé la mesilla buscando mi teléfono. Esperaba que los otros estuvieran bien.

Notas de juego

Lo he dejado así, ambiguo, porque no esperaba estar en la Capilla, pero como tú consideres. Con mi retraso no estoy en posición de exigir nada.

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09/08/2019, 04:46
Narración

Frankie respondió de forma lacónica.

Frankie: Lo he visto

Pero no parecía querer hablar de más. Su estado de ánimo era tan variable como siempre y sospechabas que había algo de tu propia reacción en él. Sin ser muy discreto, te levantas en tu silla de rueda y vas a la cocina, al tiempo que tu móvil recibe un mensaje de Aiden.

¿Sueño raro?

Aunque el apartamento está en silencio, puedes sentir cierta... carga emocional, en medio de la apatía y la tensión que se mezclan en el aire. Tomas aire, esta noche estaba Aiden, Andy* contigo, mientras que Evan estaba en su apartamento, lo suficientemente lejos de vosotros como para empezar a plantearse sobre su seguridad.

Mientras te diriges hacia la habitación de Aiden, puedes escuchar que él también está despierto.

Notas de juego

* A confirmar

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09/08/2019, 04:52
Narración

Tu magia fluye perezosamente, mientras te concentras en hacer que las sombras y la pintura fluya para ti. No te toma demasiado hacer que las partículas se reorganicen, se junten, se separen, y como si fuera un juego de luces, comiencen a pintar una escena que sólo tú podías ver, pero eso bastaba.

Inicialmente era difícil encontrarle sentido, como siempre, pero luego, poco a poco, reconociste los trazos de la cama de Andy, su forma sobre la cama, y el movimiento de su pecho mientras respiraba, todavía profundamente dormido. Todas las cosas parecían estar en su lugar, y aunque el dibujo no era más nítido que esto, era justamente lo que necesitabas en este momento. No parecía que nada le hubiese pasado.

Sonidos en la cocina te hicieron perder la concentración, mientras lentamente los pigmentos, las sombras y las siluetas se hundieron en la pared, para volver a ser tan sólo mundanos detalles de tu habitación sin ningún sentido. Tu respiración está agitada y tu móvil no registra respuesta alguna de tus compañeros por el momento, mientras puedes escuchar los fuertes latidos de tu corazón, haciendo vibrar tus tímpanos rítmicamente.

Notas de juego

Creo que estás confundiendo El Despertar.

Este es un efecto coincidencia de Correspondencia 2. Salvo que uses tu máquina de tatuar, que lo dudo, la dificultad es 5. Adicionalmente, como no está Evan cerca, tienes +2 a la dificultad. Por lo que queda en 7.

Aún así, con dos éxitos es más que suficiente para ver a Andy, porque Aiden es un crack, claramente xD.

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09/08/2019, 06:44
Narración

Observaste a Naida dormida a tu lado. Su mente estaba tranquila, sumida en un sueño profundo, ajena completamente a tu tensión y estupor. Esa mente era tan simple, tan anodina y carente de alguna complejidad que la diferenciara de otros mortales "durmientes", como solía llamarlos Artemis. Era entretenido y a la vez aburrido tras unos minutos, entender y analizar los procesos mentales de su parte, algo que habías ido mejorando con el paso del tiempo. No, Naida ahora mismo no podría entender tus capacidades, tu potencial, tu poder, estaba a año luz de siquiera tener un resquicio, un mínimo de idea de todo lo que podrías lograr ahora. Y ahora mismo, sólo dormía plácidamente.

Pero ella no importaba ahora, no. Tú, eras el centro de aquella conmoción, tu corazón latía con fuerza y tu respiración se sentía agitada. Las imágenes de aquel sueño se desvanecían en el viento de la memoria, mientras el eco de aquellas ominosas palabras todavía estaba vívidamente presente en tu cabeza. Era todo tan confuso, tan difícil, tan nebuloso, que te tomó unos instantes entender lo que sucedía.

Tu celular vibra en tu mano, y tu cerebro demora algunas milésimas en comprender que está mirando a la pantalla, en donde aparece un mensaje de Aiden.

¿Sueño raro?

Tus pensamientos lentamente volvieron a ser tuyos, tus impulsos se sincronizaron con tu voluntad, y allí estabas, en medio de la oscuridad de tu habitación, escuchando la respiración rítmica de Naida, dormida junto a ti, tratando de comprender lo que acababa de suceder.

Notas de juego

Asumo que estás en tu propia casa, no en la capilla.

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10/08/2019, 15:28
Aiden Becher

Me alivió ver que Andy parecía estar perfectamente, pero los sonidos en la cocina me hicieron mirar hacia la puerta de mi cuarto. En realidad lo que me apetecía era volver a la cama, hacerme una bolita y pasar de todo. Como mucho y estirándome un montón, coger un carboncillo y un papel y plasmar el rostro que había visto en sueños.

Miré mi móvil, ya dando un paso hacia la cama y resoplé entre dientes. Si era Oliver el de la cocina por qué no respondía a mi mensaje, eso me preguntaba. Y aunque se apañaba de puta madre con la silla me sabía un poco mal estar levantado y no asomarme a ver si necesitaba ayuda con algo. Así que dediqué una mirada llena de nostalgia y desánimo a la cama y salí de mi cuarto. La idea era solamente acercarme a la cocina y echar un ojo a ver si Oliver estaba bien, pero volver al refugio de mi dormitorio en cuanto pudiese. 

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11/08/2019, 15:38
Oliver Gibbs
Sólo para el director

Óliver llamó a la puerta de Aiden. Podría encontrarla en plena oscuridad, por el olor a aguarrás y otras cosas no menos aromáticas. De hecho, no había encendido ninguna luz. Se alumbraba con la pantalla de su terminal, donde estaba comenzando a preparar varias subrutinas. La principal, un escaneo de la Realidad en busca de resonancias extrañas.

Notas de juego

Llamar a su puerta con discreción, jefe, no encender luces. Y preparo una rutina de escaneo en el terminal: cardinal 1 correspondencia 1, detección de resonancias ajenas a las típicas de la casa. Detectar magia, vamos :) Debería sonar un "bip" si da positivo, y ya en pantalla que saliera la información que creas que he pillado.

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15/08/2019, 04:34
Evan James Fisher

Durante los siguientes segundos traté de mantener la calma. Ralenticé mi respiración, usando la de Naida como referencia. A veces me daba la impresión de que ella no estaba a mi altura. Otras, de que si supiera la cantidad de secretos que le guardo sería ella quien me mandase a paseo.

Exhalé lentamente una vez más. Y me disponía a escribir a Oliver cando el móvil me trajo noticias del hippie drogadicto. Con esa pregunta me demostraba ya que una vez más no había sido el único. Miré a Naida antes de responder. Probablemente esto terminaría conmigo acercándome a la capilla. No me gustaban estas noches. No me gustaba escabullirme de madrugada, como si tuviera algo que esconder. Y aunque estaba evitando conscientemente pensar en ello, no me gustaba sentirme en peligro.

Al principio tecleé sólo dos letras. Luego pensé durante un instante antes de añadir algo más, poniéndome ya en movimiento.

Sí.

Voy para allá.

Tras enviar aquel mensaje me puse en pie. La tentación de una ducha rápida fue paliada con un lavado de cara, desodorante y ropa limpia. No teníamos tiempo que perder.

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17/08/2019, 04:40
Narración

Tu móvil vibra en respuesta y aunque esperabas que fuese Oliver, encontraste un mensaje de Evan, escueto y al punto:

Sí.

Voy para allá.

Y mientras lo leías, puedes escuchar cómo alguien toca la puerta. Un toc-toc-toc rápido sonaba débilmente del otro lado, como si alguien tamborileara sus dedos con agilidad, pero por debajo de la puerta no veías más que oscuridad. La luz del otro lado no estaba encendida.

Te levantas y abres la puerta, mientras el reflejo de una luz blanquecina te hace cerrar los ojos un instantes. La silueta de Oliver en su silla de ruedas, con su terminal del ordenador, y él tecleando y mirando los resultados te saludan. Puedes ver en su rostro cierta preocupación cargada de su paranoia habitual, aunque esto último lo sientes y observas a partes iguales, a mientras tus ojos tardan un momento en ajustarse a la oscuridad circundante.

Notas de juego

Puedes marcar a Oliver.

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17/08/2019, 04:46
Narración

Mientras esperas una respuesta del otro lado, te concentras en obrar tus rutinas. Primero un escaneo multi-direccional para medir si algo estaba fuera de lugar. Teniendo el registro y los datos de las energías normales y las fluctuaciones, era muy fácil que tu código te permitiese comparar anomalías y señalar frecuencias o picos que no correspondían a ninguno de los habitantes.

Los resultados comienzan a saltar en pantalla, como números cuya lógica sólo te era clara a ti, mientras con cada nueva línea y cada instante en el que la respuesta se completaba, temías escuchar el "beep" que anunciaba una clara anomalía, una resonancia ajena. Varios segundos transcurren, y la terminal se llena de datos, tu respiración se agita un poco sin darte cuenta y casi hacia el final.

*Cric*

La puerta de la habitación de Aiden se abre, revelando a tu compañero, con el rostro lleno de una mezcla de emociones, que varían desde cierta preocupación hasta una extraña... resignación que se escondía en su mirada. No era raro encontrarlo así, pero al menos estaba de pie, tratando de agudizar la vista ante la oscuridad circundante.

Notas de juego

Con correspondencia 1, lo harás solamente a tu alrededor.

Puedes marcar a Aiden.

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17/08/2019, 06:34
Narración

En algún punto de tu preparación, Naida despertó. No te dijo nada, pero era obvio para ti. Su respiración era diferente, sus movimientos eran diferente, incluso sus pensamientos eran más nítidos. Al pasar tanto tiempo junto a ella cada noche, se había convertido en un ejercicio trivial aprender y comprender todos esos patrones. Porque, eso era lo que hacías para ejercitar, más allá de una capacidad mística, como insistía Artemis o Aiden, era un ejercicio mental de gran alcance, algo que sobrepasaba a cualquiera.

Y se quedó allí, fingiendo estar dormida, fingiendo no escucharte mientras te vas, fingiendo que sus pensamientos se turbaban con toques extraños de desconfianza. No te diría nada, pero lo pensaría todo. Es probable que no tuvieras el tiempo, es probable que este nuevo sueño indicase que algo había sucedido o estaba a punto de suceder, y todos los instintos de tu cuerpo lo sabían a uno u otro nivel.

Notas de juego

Te tomará algún tiempo llegar a la capilla. ¿Algo que quieras hacer mientras tanto? ¿Llamadas? ¿Comprar papas fritas con hamburguesa?

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17/08/2019, 06:35
Aiden Becher

Al abrir la puerta achiné los ojos por el resplandor que traía Oliver con él. Me los froté con el dorso de la mano y luego le saludé bajito. Andy dormía en la habitación de al lado y no quería despertarle si no era necesario.

Eh, tío —Hice un gesto con el teléfono móvil que tenía en la mano—. Evan viene para acá. 

Resoplé entre dientes y miré hacia atrás, dedicándole una mirada resignada a la cama a la que deseaba volver con todas mis fuerzas. Pero sabía que no me iban a dejar, así que no valía la pena ni intentarlo. Me pasé una mano por el pelo y luego por la cara. Qué mierda todo.

—Voy a hacer café —anuncié en el mismo tono tenue, disponiéndome a ir hacia la cocina. Ya de paso también me iba a hacer un porro. Tenía la sensación de que ambas cosas me iban a hacer falta para mantenerme en pie aquella noche.

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18/08/2019, 20:11
Oliver Gibbs

Oliver asintió, y -wiiiiiiiiiiiiiiiiii, la silla hacía sus ruiditos- siguió a Aiden a la cocina. Comprobó que no se perpetraran pecados de lesa cafetería en la adorada cafetera de la capilla, asegurándose de que los filtros estaban limpios como la patena, el agua tibia y pura y el café recién molido, y continuó con sus rutinas de escaneo, mientras Aiden cumplía con los necesarios rituales. Ahora que al menos eran dos, se arriesgó a escanear una zona algo más amplia en busca de perturbaciones de la Fuerza (si, había terminado siendo una broma de uso común, y no, no creía ni por asomo en nada parecido a los midiclorianos, gracias).

Una vez hechos el café y el porro (Oliver abrió la ventana para disipar el olor), miró los restos de virutas de tabaco sobre la mesa, esperando a que Aiden los limpiara, o pretendiendo hacerlo él mismo con su experta habilidad de hacer sentir culpable a todo aquello de su entorno que enturbiara la Sagrada Limpieza del Hogar.

Por último, sorbiendo café, dijo con apariencia vulnerable: ¿y bien? Ambos sabían perfectamente que había pasado algo.

Con gesto maquinal, puso posavasos en la mesa, y comprobó que los vasos aterrizaban justo encima de los posavasos.

Notas de juego

Ahora que estamos dos, extiendo el escaneo a las zonas aledañas, jefe, empleando el segundo punto de correspondencia.

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18/08/2019, 22:39
Aiden Becher

Preparé café suficiente para Evan también, por si quería cuando llegase, y serví dos vasos, uno para Oliver y otro para mí. Lo notaba revolotear a mi alrededor, si es que a su modo de desplazarse con la silla se le podía llamar así. Al principio me ponía de los nervios que fuese un paso detrás de mí comprobando que todo estuviese limpio, recogido o en su lugar. Pero al final me había acabado resignando. Era como Phoebe, pero a lo bestia. Al menos en mi cuarto podía mantener un caos bastante confortable. 

Encendí el porro y le di una calada larga antes de darme cuenta de qué era lo que estaba mirando fijamente. En nuestra primera semana de convivencia ya me había pasado algo así y mi respuesta había sido pasar la mano por la mesa dejando caer las virutas al suelo. Pero ya había aprendido también que esa no era la respuesta correcta. Así que presioné con la yema del dedo sobre las virutillas y las dejé caer dentro del cenicero hasta que la mesa estuvo impoluta... hasta que cayese algo de ceniza, al menos. 

Con su pregunta me di cuenta de que llevaba todo ese rato callado. Me pasé una mano por la cara y luego por el pelo y di otra calada antes de hablar. 

—No sé, tío. He tenido un sueño raro. Había un fulano, un viejo con barba blanca. Decía que estábamos en peligro. —Le señalé con un gesto de barbilla—. ¿Y tú qué? ¿Has soñado algo?

Se me pasó por la cabeza hacer un dibujo del tipo que había guardado en mi memoria. Pero claro, para eso tenía que ir a mi cuarto a por papel y lápiz y estaba demasiado desanimado como para eso. Si eso ya lo haría más tarde. O no. Total, seguramente no sirviera de nada.

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19/08/2019, 18:29
Oliver Gibbs

Si, dijo Oliver, medianamente satisfecho, aunque sabía, podía ver, que las huellas dactilares de los dedos de Aiden habían quedado marcadas en la mesa al emplear el poco ortodoxo método de chuparse el dedo, dejar que las hebras se quedaran pegadas a él y luego tirarlas al cenicero. Y se había chupado el dedo después de estar... A saber, ¿pintando con pintura de dedos? ¿carboncillo? ¿óleos? ¿O estarían grasientos por los kebab, los cheetos o alguna porquería de esas?

Pero, internamente, se declaró satisfecho, pues comprendía que el paradigma del chico pedía a gritos tocar, manosear y ensuciarse. Estaba casi seguro de que Aiden no sospechaba ni lo más mínimo que Óliver compartía sus sensaciones en gran medida.

Creo que hemos soñado lo mismo. O el mismo sueño ha irrumpido en medio de nuestras ensoñaciones particulares. No creía que los otros estuvieran compartiendo la parte del sueño que él estaba soñando antes de que apareciera ese hombre. ¿Cuáles eran las palabras exactas?... "Estáis en peligro", eso lo primero. Como saludo preliminar no me parece mal. Va al grano. Y luego... Déjame pensar... Que hemos aprendido mucho, y que somos más poderosos, pero que debemos conocer la verdad antes de que nos encuentre.

Era una persona delgada, un hombre, barba no muy larga, un buen bigote, orejas de soplillo ¿o eran ondas de pelo? no estoy seguro, el pelo blanco, largo, pero no melena, despeinado. Parecía como si le estuviera dando el viento. Era eso o tenía un peinado ultramoderno. No se de qué color tenía los ojos. ¿Te parece necesario un trance de memoria? Sentí un dolor, una punzada aquí, y señaló el lugar donde lo había sentido, en medio del pecho.

Pero estoy completando un escaneo de los alrededores. Buscando perturbaciones en la Fuerza, ya sabes -media sonrisa-. En tu puerta estaba haciendo uno preliminar, menos ambicioso, pero ahora que estamos juntos...

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20/08/2019, 02:14
Aiden Becher

Asentí con la cabeza cuando Oliver puntualizó cómo había sido la presencia del viejo. Y luego asentí otra vez cuando recitó lo que había dicho y una tercera y una cuarta con la descripción. Pero negué cuando habló del trance de memoria. Y con lo de la punzada mis ojos se llenaron de desánimo y bajé la mirada hacia el cenicero.

—La puñalada de Antony —dije, como en un suspiro.

Me llevé el porro a los labios y le pegué una buena calada, como si así pudiera librarme de esa desesperanza que se había pegado a mi piel la noche en que habíamos perdido a nuestro compañero. No resultó. La sensación seguía ahí, bien anclada. Solté el humo intentando enviarlo en la dirección de la ventana y con un esfuerzo agregué algo más.

—El mismo sueño, tío. El mismo fulano y las mismas palabras. No hace falta que hagas memoria, lo tengo metido aquí —dije, señalándome la sien—. Puedo dibujarlo luego, cuando tenga papel y lápiz. Pero si no te fías hazlo y te ayudo. —No había acritud en mis palabras. Desde hacía un tiempo no me fiaba ni yo de mí mismo, así que me parecía lógico que los demás tampoco lo hiciesen.

Con lo que explicó después mis ojos se fueron hacia el Sancta Sanctorum que había pintado por todas las paredes de la capilla. ¿Sería ya el momento de reforzarlo? Asentí con aire alicaído y volví a mirar a Oliver.

¿Quieres que haga algo? —pregunté, carente de iniciativa. Cuando estaba de bajón siempre me costaba no ser un guiñapo que simplemente se dejaba llevar.