Partida Rol por web

Bates llegó al edificio del hombre llamado Fred Gertler en cuanto Móvil le dejó a un par de calles. Número 9 se acercó al edificio por los tejados: una construcción bastante antigua de apenas una docena de pisos. La casa de aquel hombre estaba en el séptimo piso por el lado del que estaba llegando, según las indicaciones de Fedora.

Echando un ojo a la ventana en cuestión no sacó nada, al fin y al cabo era de día y no esperaba encontrarse ninguna luz encendida. Podía entrar por allí usando el gancho y luego descolgándose, aunque no tenía muy claro desde su posición si la ventana estaba abierta o tendría que encargarse de ella de alguna manera.

La voz de Spencer, el nuevo Operaciones, resonó en sus oídos mientras se acercaba a aquel sitio.

- Bien, te dejo libertad para entrar por donde quieras aunque hacerlo por la puerta principal del edificio es un poco locura teniendo en cuenta la cantidad de gente que pasa por aquí a estas horas. Entres por donde entres, ten cuidado por si el tipo está dentro: no queremos sustos. -

-Roger Operaciones, Entraré por la ventana- Le contestó a Spencer mientras preparaba el gancho. 

Lo aseguró fuertemente y empezó a descender. Fue bajando poco a poco por la pared, vigilando cada paso que daba. De noche todos los gatos son pardos y se puede hacer estas cosas con mas facilidad. Pero de día...

Cuando estuvo a la altura del piso del tal Gertler se paró, echó el freno de la cuerda y se inclinó levemente para mirar por la ventana, esperando que no hubiese nadie dentro.

Número 9 descendió sin problema por la pared mientras Fedora colaba en una pantalla de tráfico de aquella calle un mensaje obsceno para que la mayor parte de la gente se distrayera y no mirara hacia arriba. Al llegar a la ventana se la encontró cerrada, pero con un poco de ayuda de Instrumentación consiguió forzarla y colarse en el interior.

No se escuchaba ni un alma y se encontraba en un salón con un sofá bastante cerdo, una mesa con dos sillas y una tele que parecía sacada de los 90. La cocina se encontraba anexada al mismo salón con apenas una cutre barra americana. Había una puerta a lo que suponía que sería la habitación y también una de entrada con su mirilla.

- Menuda decepción, yo me esperaba una docena de cajas con calaveras llenas de explosivos... - espetó la hacker mientras se escuchaba por el comunicador el sonido de ella masticando unos doritos con queso

-Tranquila Fed, seguro que están en la habitación del tipo, con mas fetiches de los que te gustan- Le contestó por lo bajo mientras avanzaba con cautela a la habitación contigua, habiendo desechado como importante lo que había en el salón.

-Espero que haya algo que valga la pena...

Abriendo la puerta de la habitación de Fred, Número 9 se coló en el interior comprobando que allí tampoco había nadie. Algo más tranquilo usó los LEDs del casco para iluminar la habitación (cuya ventana tenía la persiana bajada) y no encender la luz. En el centro y pegado a la pared había un camastro con las sábanas desechas y junto a este varias cajas marrones sin etiquetar.

Acercándose para echar un ojo, las abrió y descubrió que estaban llenas de revistas. La mayoría eran de caza, porno y coches tunning. No parecía haber nada más e iba a desistir cuando escuchó algo fuera.

Las llaves se introdujeron en la cerradura y escuchó como ésta se abría ante un giro de muñeca. Las bisagras chirriaron: alguien estaba entrando.

-Fed, alguien viene, corto- 

Se acercó lentamente a la puerta, esperando que el señor Gertler asomase tras de ella. Apagó las luces del casco y se mantuvo en silencio, aguardando.

-Vamos capullo, alégrame el día.

- Mierda. Deberíamos haber dejado una cámara o algo en la entrada por si pasaba esto. Estate al loro. - dijo la hacker mientras Operaciones decía que le inmovilizara en cuanto le viera.

Fred entró por la puerta de la habitación y antes de que lo hiciera Bates pudo respirar su aroma a perfume barato y alcohol. Gertler era un hombre viejo alto y calvo que de joven seguramente podría haber rivalizado con el físico de Número 9, pero ahora se encontraba gordo y estropeado por las drogas y la mala vida. Sin embargo y pese a la rapidez de Bates para abalanzarse, Gertler se escurrió como una anguila entre sus manos al verle y con un gemido de sorpresa salió corriendo puerta hacia fuera intentando huir.

- ¡¡Caza mayor!! ¡Caza mayor! - exclamó Fedora muy divertida al otro lado del comunicador

-Mierda- Gruñó Bates mientras el tipo se escapaba corriendo escaleras abajo. Para lo fondón que estaba el tío corría que daba gusto.

Sorprendido por el escapismo de Fred, Bates tardó en reaccionar, pero pronto le dio caza, habiendo apenas bajado un par de pisos.

Con el impulso de la carrera logró agarrarle por detrás, en la nuca, haciendo que se golpease de morros contra la barandilla de la escalera. Aprovechó el golpe para rodearle el cuello con el antebrazo y hacerle una asfixia sanguínea, lo que le daría el tipo una sensación de angustia un tanto molesta. Cerró la llave con su otro brazo mientras le susurraba al oído.

-Señor Gertler, ¿Por que tanta prisa? Usted y yo tenemos que hablar de ciertas bombas... Si me hace el favor de acompañarme hasta su piso, hablaremos- Bates no aflojó la presa. Según la presión a sus carótidas, el tipo tardaría en desmayarse al menos dos minutos, tiempo de sobra para llegar de nuevo a su apartamento.

Gertler se precipitó de frente contra la barandilla quedando aturdido, momento que aprovechó Número 9 para hacerle una presa e inmovilizarle. El hombretón blasfemó e intentó librarse de aquello pero pronto se desmayó debido a la presión que hacía el Centinela.

Cargándolo de nuevo hasta su casa lo metió al interior, momento en el que el hombre pareció ir recuperando el sentido, aunque parecía aturdido.

-Vaya... Creía que iba a durar mas tiempo, señor Gertler- Una luz blanquecina le cegaba, el centinela estaba cara a cara frente a él-. Y ahora si no tiene que irse tan deprisa como antes, me gustaría hablar de unas bombas, si no le importa.

- Joder, joder... me dijeron que si me metía en esto el Centinela me daría caza pero... joder, no pensaba que ésto podría pasar. De verdad tio, soy una buena persona, yo no... - murmuró Fred Gertler claramente nervioso y sudando copiosamente

-¿Pensabas? ¡¿Pensabas?!- Bates empezaba a perder los nervios-. Maldito hijo de puta malnacido. ¿Que cojones pensabas que pasaría, eh? Una puta bomba ha estallado en el metro, gilipollas. Estas cubierto de mierda hasta las cejas- Le agarró del cuello y lo puso de pié-. Empieza a soltar por esa boca todo lo que sabes, o juro por Dios que te reviento los putos riñones a patadas y se lo doy de comer a los perros echos paté.

Gertler alzó las manos como si se declarara inocente mientras sus ojos se encogían de terror ante la agresividad que Bates estaba demostrando y sus palabras.

- ¿¡En el metro!? Pero... ¡pero eso no es posible! Me dijeron que las bombas iban a utilizarse lejos de aquí, en los Balcanes... me las pidió un ex-militar serbio... -

Bates le propinó al tipejo un gancho directo al hígado, no muy fuerte, solo para ir calentando.

-¿Esperas que me trague ese cuento? ¿En los Balcanes? Mira tío listo, dime la verdad o te juro que lo vas a lamentar...

Gertler lanzó un gemido entre dientes mientras se encogía todavía más para proteger su cuerpo de los posibles golpes que Número 9 podría propinarle.

- Te lo juro, ¡de verdad! Me contrató un tipo duro que había sido militar. Nunca me dijo su nombre, pero siempre nos reuníamos en el almacen número 17 de Fox Harbour, le dije que no habría trato si los explosivos se usaban en esta ciudad por miedo a que me pillara por medio… -

-Mas te vale que no me estés mintiendo, capullo- Bates aflojó el puño y retrocedió un par de pasos para hablar con su equipo.

-Fed, localizame un almacén. Nº 17 de Fox Harbour y a nombre de quien está, quizás tengamos que hacer una visitilla... Operaciones ¿Que hago con este tipejo? Parece decir la verdad y no saber nada mas.

Mientras Gertler se quedaba agazapado por el miedo Fedora silbaba "What is love" de Haddaway al comenzar su búsqueda en el registro del puerto. - Me va a llevar un rato, creo, así que lo mejor será que vayas tirando hacia allí. Te indicaré cuál es al llegar. -

Operaciones por su parte sopesó las opciones, torciendo el gesto. Terminó por resoplar. - Podemos dejarle ahí o esposarle y llamar a la policía para que se lo lleven.  Lo dejo a tu elección, Número 9. - dijo Spencer, que dejó claro que no estaba muy acostumbrado a tomar ese tipo de decisiones

-Bien, voy de camino, corto- Se giró hacia Gertler mientras sacaba las esposas. 

-Y....¿Que cojones hago contigo ahora? ¿Te liquido y tiro tu gordo cuerpo al río? ¿Te entrego a las autoridades? ¿O te dejo marchar y me debes un favor de los grandes?- Bates chasqueó la lengua y el sonido se escucho muy metálico a través de la máscara-. Que difícil elección... ¿Tu que harías?