Partida Rol por web

Estando aún debajo del vagón, escuchó a Kin y pongo los ojos en blanco.

- Bueno, está claro que cada uno tiene mucho en cuenta lo que quiere el otro, ¿no?- contesto con sarcasmo ante su queja de nombre.- Gracias, pero aun tardaré un poquito en salir de aquí...

Sin embargo lo siguiente que comenta la soldado me descoloca. No la traición de Kamui, cada noble era un mundo y no era la primera vez que uno se aliaba con un grupo que claramente se aprovecharía de él pensando que podía controlarlos. Sin embargo la mención de la muchacha kabaneri si que me desconcierta.

- ¿Nami? A ver que yo me entere. Kriegshünde al estar aliado con Kamui se ha hecho con la Ryugujou hasta ahí te sigo. Pero Nami trabaja para los dragones negros, que son el grupo más anti gaiyin que conozco. Ahí hay algo que me falla...- concluyo mientras me centro en terminar las reparaciones con más ahínco. Estaba claro que tocaban tiempos tormentosos, kabanes que se organizaban y los viejos enemigos resurgiendo por doquier...

Me quedo pensativa con lo que dice Hideo... Con lo que ha pasado, lo otro me da igual. Voy enumerando con los dedos, recordando todos los detalles.

- Según Mogami-sama, "el señor de Kamui se ha aliado con los extranjeros", que asumí que eran Die Kriegshünde. Pero luego Nami ha avisado que la Ryugujou estaba en manos de Kokuryukai, y que su señor, sea quien sea, quería la Ryugujou entera... - No se me da bien esto de ser mensajera... Me cruzo de brazos con un suspiro de resignación - No sé cuántos enemigos os habéis ganado, pero que dos bandas se alíen así de primeras contra vosotros no es buena señal.

Mantiene el gesto impasible mientras la soldado les hace un rápido resumen de lo que ha pasado.

-Entiendo.- Es lo único que dice antes de apartar con suavidad el paquete de comida que ella le ha dado. Acto seguido se tumba y empieza de nuevo con la pieza que estaba arreglando antes de la llegada de las chicas. Lo único que traiciona su nerviosismo es uno de sus pies, que no para de tamborilear en el suelo.

-Hideo, ¿me parece recordar que ésos fueron contra los que nos las vimos y nos las deseamos en Gunkanjima?.- Una sensación extraña le recorre el cuello y la parte frontal del cuerpo, dónde aún tiene las cicatrices que se ganó en aquella isla del demonio.- Gran trabajo aquélla vez, ganándonos enemigos a punta de pala. Igual y hasta se han aliado con el único objetivo de jodernos.- Se da cuenta de que está moviendo el pie de forma espasmódica y para. Durante dos segundos más o menos. Mientras Kin comenta lo de las dos bandas.- Bueno, unos eran unos terroristas y otros unos cabrones xenófobos, normal que les rompiéramos los juguetes. Cosas que pasan...

Yo tengo otra teoría - dice Kagura. La maquinista ha vuelto acompañada de Irisa - El señor de Kamui ya estaba aliado con Die Kriegshunde, por lo que es normal que el Kokuryukai tuviera espías infiltrados. Además, los segundos estaban siguiendo de cerca los pasos de la Ryugujou y sabían que pasaría por Kamui. Por eso enviaron a su mejor máquina de matar.

¿Cómo sabes eso, Natori-san? - pregunta Kunji.

Desde que salimos de Gunkanjima he tenido la sensación de que alguien nos observaba en cada estación en la que parábamos. Se lo achaqué al miedo que le tengo a Nami y las pesadillas que tenía con ella después de saber que habíamos estado cerca de ella. Por eso fui tan estúpida que no quise molestar a Mogami-sama con cosas de las que no estaba segura. Por eso es culpa mía que ahora Nami esté amenazando a nuestro señor.

Agacha la cabeza hasta que el pelo le tapa los ojos, pero no puede ocultar las lágrimas que le surcan el rostro - Por eso tengo que llegar a Kawanakajima cuanto antes. Tengo que liberar a Mogami-sama aunque me cueste la vida...

Se mantiene en silencio mientras la maquinista habla, y luego sigue trabajando. Cree recordar que tanto Hideo como Kagura tienen una historia con esa tal Nami, o algo así. Sin poder evitarlo se cubre la cara con las manos en un gesto a medias entre la desesperación y el hastío.

-No es tu culpa.- Dice, tajante. Tiene muchos intercambios de opiniones con la pelirroja maquinista pero son todos a buena fe, discusiones debidas al hecho de que trabajan juntos en un espacio muy reducido y el joven tiene la completa seguridad de que Kagura no sabe para qué sirve un freno. También es una de las amigas de su mujer.- Deja de torturarte. Vamos a ir allí, vamos a liberarlos a todos y a partir de ahí ya veremos cómo nos las apañamos, ¿vale?. Pero todos juntos, no en plan "idiota solitario", eso nunca nos sale bien.- Dice, conciliador. Al final se saca las manos de la cara y suspira agarrando una llave de tubo. No le gusta ver a nadie llorar, y menos a las chicas.- Y si vuelves a tener la sensación de que alguien te vigila cuéntaselo a alguien: puede que sea tu instinto pateándote en el trasero. Nadie va a pensar mal de ti por buscar algo de ayuda.- Aprieta una tuerca con más fuerza de la necesaria.- También estamos para ayudarte cuando estás floja, no sólo para recibir palastrazos. Para eso tienes a Hideo, pégale lo que necesites para sentirte mejor mientras no me lo dejes tullido.- Saca un momento la cabeza de su reparación en curso, mirando un segundo al resto y ligeramente incómodo por el momento de debilidad que acaba de tener.- ¿Movemos el culo ya todos o salgo de aquí a repartir órdenes?. ¡Kawanakajima nos espera, coñe!

Termino de alinear todo en silencio mientras escuchó la conversación y salgo de debajo hecho un tizón sin decir nada me acerco a Kagura y me quedo mirándola justo en frente suya y termino por darle una tobita en la frente pillándola completamente por sorpresa.

- ¿Y la razón por la que no me lo dijiste a mí?- otra tobita más en la sorprendida pelirroja sin que le de tiempo a reaccionar.- Ni siquiera me contabas lo de las pesadillas que me tenía que enterar por terceros.- en ese instante que parece que va haber una tercera o que la mujer pueda protestar, la abrazo.- Sabes de sobra que no estas sola y que no tienes que demostrar nada a nadie. Todos confiamos en ti, así que por favor ten un poco de fe en nosotros, ¿vale?

- Y claro que vamos a rescatar Mogami-sama, piensa que si no el pobre de Takeshi tendrá que encargarse de toda la burocracia y se referirán a él como Fukui-sama a cada paso que dé.- añado finalmente intentando quitar un poco de presión a la situación.- Por cierto, si estáis todos listos podemos partir.- y finalmente me vuelvo a dirigir a la pelirroja.- ¿Lo estás tú?

Cuando escucho a la maquinista, frunzo el ceño apretando los labios. A ver, si estamos en territorio enemigo y parece que alguien nos está siguiendo, sería lo mínimo avisar... ¿No? Si estuviéramos en el campo de batalla, la pelirroja se habría llevado un buen castigo por su incompetencia pero... Es raro ver que esta gente lo resuelve todo con el poder de la amistad.

Con un suspiro de resignación pero sin borrar la sonrisa, vuelvo a guardar la comida en su sitio para cuando empecemos el viaje. Solo desaparece mi sonrisa en el momento en el que Hideo abraza a Natori-san. Pero solo es un momento, porque enseguida vuelvo a mi sonrisa y dar un palmadas.

- ¡Vamos, vamos! ¡Niños vuela-sombreros, ya habéis oído, montad la hayajiro! Jiji, me ha salido un haiku... - como buena defensora, me quedo en la puerta esperando a que suban todos - Eso sí, más os vale tener pensado un plan de ataque, rescate y huida... No va a ser tan fácil como llegar y que se arregle todo. - en cuanto llega Hideo, le detengo un momento por el hombro y le miro fijamente, seria - Ten cuidado con lo que haces, regalito. No quiero tener que acabar con tus amigos sin alma solo porque te hayas puesto demasiado cariñoso.

¡Para mí es distinto, idiota! - Kagura le responde a Takeshi a gritos con rostro enrojecido - ¡Si la Ryugujou es capturada o destruida yo no tengo sitio al que volver! ¡No tengo una estación esperando que asuma su mando, ni una familia que me eche de menos ni...!

La bronca es interrumpida por el capirotazo de Hideo. Con el kabaneri no valen esos argumentos y ambos lo saben. Quizá por eso resulta tan difícil de descifrar el dolor que hay en la mirada de Kagura mientras Hideo le recrimina su actitud.

Lo estoy - dice volviendo a agachar la cabeza - Terminad de montarlo todo y vayámonos.

La maquinista se quita de en medio para no estorbar, murmurando algo mientras se marcha avergonzada...

Veo marchar a Kagura y suspiro antes de disponerme a recoger la comida que le habían traído. Iba en dirección al interior del vagón para ultimarlo todo cuando escucho el susurro de la otra kabaneri a la cual miro con seriedad.

- No es el caso y aunque lo fuera, sería mi problema y no el tuyo. Sigue apuntando tus armas a donde debes o quizás descubres que los regalos pueden llevar sorpresas...- le digo sin más antes de seguir al interior.

El joven aguanta la diatriba de la maquinista con los brazos cruzados y gesto neutro. Algo ha conseguido: a pasado de tenerla triste, llorando y culpándose a tenerla furibunda. Con él parcialmente en este caso. Le parece un buen cambio.

Sí que aprieta un momento los puños cuando menciona la estación y el destino que le espera en Mibu. De ser cualquier otra persona ese comentario habría dado lugar a una respuesta muy poco edificante.

Ve marchar a la maquinista sin alterar la expresión.

-Un polvorín...

- Son mi problema y mi objetivo en el momento en el que se conviertan en una amenaza para los demás. - respondo con un leve encogimiento de hombros. Después le sigo al interior del vagón con media sonrisa de resignación - No es culpa mía. De hecho yo estoy en la misma situación que tú...

Sin darle más importancia al tema, miro de reojo a la furibunda maquinista y niego con la cabeza, entrando en la hayajiro, listos para partir.

Hideo, idiota. Sólo quiero ser digna de estar en la Ryugujou...

Hideo, idiota. Sólo quiero ser digna de estar en la Ryugujou... y a tu lado...