Partida Rol por web

El eco del Diablo

El Eco del Diablo

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20/07/2018, 12:11
Tobías

Era como si hubiera dejado un rastro de bruma luminosa que podía oler y que al respirarla le daba fuerzas para volver por un paraje yermo en el que parecía que sólo había una tupida capa de alta yerba blanquecina, muerta.

Llegó a su cuerpo y despertó cubierto con una piel de lobo, desnudo y sucio, entre sus compañeros de manada que dormían.

La vieja del pelo largo le escuchó toser. Le ofreció un caldo reconstituyente. Daniel tardó un poco en poder hablar. Lo contó todo. Luego le hicieron repetírselo al viejo Tobías y le ayudaron a vestirse con una ropa vieja que le venía un poco grande.

Le dejaron sólo un rato, tras el que le mandaron llamar. El viejo le llevó por un sendero del bosque hasta llegar al riachuelo. Era de noche pero la luz de la luna ofrecía una visibilidad perfecta, blanquecina. Lo cruzaron cogidos de la mano. Al otro lado les esperaban, junto a unas motos de cross con las luces encendidas Nella, acompañada de un hombre que tendría más o menos la edad de ella, trajeado, y otra mujer esbelta, joven, cuyos ojos brillaban como piedras preciosas.

Tras saludarse, su antigua jefa pidió a la chica joven que hablara.

Notas de juego

2 de 2, ya puedes postear.

Incluye a Clementine entre los destinatarios.

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20/07/2018, 12:16
Tobías

Tras media hora de una carretera cada vez en peores condiciones se internaron en el bosque. Nella conducía sin dar brincos, pero los baches y los giros repentinos hacían el paseo todo menos cómodo.

El comisario les seguía de cerca. Inmutalbe. Vistiendo su traje y un casco de moto-cross con visera.

Se iba poniendo el sol y la luz amarilla dio paso a otra azulada que se fue oscureciendo poco a poco para luego blaquearse por el influjo de la Luna.

Pararon en un claro junto a un riachuelo. A pesar de que la luna llena permitía total visibilidad dejaron las luces de las motos encendidas.

Al rato apareció un hombre viejo con bigote acompañando a Daniel. Ambos cruzaron el río agarrados de la mano. El viejo saludó con una sonrisa lobuna.

Nella le pidió a Clementine que hablara.

Notas de juego

Ya puedes postear.

Incluye a Daniel como destinatario.

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21/07/2018, 04:02
Mats Bergstrøm

Al fin, después de los preparativos necesarios, nos ponemos en movimiento. Conducimos hasta el Distrito XII, lo que debido a la hora y el tráfico, nos lleva un buen rato. Mientras conduzco en silencio, mi ansiedad crece, y no puedo evitar mirar al cielo cada vez más oscuro y sentirme embargado por un extraño presentimiento, como la sensación de que llego tarde.

Llego tarde. Un sentimiento recurrente durante toda mi vida. Incluso sueño con ello: es casi la hora de ir a trabajar y me doy cuenta de que aún no estoy vestido; he de coger un avión, voy con el tiempo justo y me equivoco varias veces de camino… Incluso con mi madre llegué tarde: me enteré de su enfermedad pocos meses antes de su muerte. Y ahora, vamos contrarreloj para salvar a Leah, está anocheciendo y hay un tráfico de mil demonios. Llego tarde.

Cuando ya de noche entramos en el aparcamiento del edificio y empezamos a bajar hacia las profundidades, sin más luz que la de nuestros faros, la sensación se intensifica. Cuando nos detenemos y bajamos del coche, se me hiela la sangre. Estamos solos. Solos en todo el garaje. ¿Qué significa eso? ¿No se suponía que íbamos a buscar a Leah? Mis ojos buscan una respuesta en los de Saquib, que sin mediar palabra se adelanta para tocar el suelo.

Lo que dice a continuación me deja sin aliento. Leah… ¿muerta?

¿Pe-pero qué dices, hombre? —dejo escapar cuando al fin puedo acertar a decir algo—. No puede ser, tío, en serio. No puede ser. Tienes que haberte equivocado. O sea, ¿cómo lo sabes? ¿Cómo puedes saberlo? ¡Si ni siquiera la estás viendo! —Sacudo la cabeza, confuso y aún negándome a asumir que, muy a mi pesar, creo lo que me está diciendo. Intento pensar pero no se me ocurre nada. Mi mirada gira a mi alrededor, buscando… algo con lo que sacarla de ahí abajo. Porque sé que está ahí abajo—. ¿Cómo ha sido? ¿Quién lo ha hecho? ¿Y ahora qué…? —Me obligo a parar, dando una vuelta sobre mí mismo con las manos en las caderas. Estoy haciendo demasiadas preguntas a la vez, y Saqib no tiene la culpa de que esté tan alterado—. Joder, joder, ¡joder! ¡Hijos de puta! Tiene que haber algo que podamos hacer, ¿no? No puede acabar así y ya está, ¿no?

Me doy cuenta de que yo mismo me estoy respondiendo. Sí, Mats, sí, Leah está muerta, igual que tu prima. E igual que con tu prima, no puedes hacer nada.

¡Mierda! —Me llevo el antebrazo a la nariz, tratando de reprimir un acceso repentino de espasmos. Intento relajarme. ¿Por qué no consigo llorar?—. Mierda. Mierda. Hay que sacarla de ahí. No podemos irnos sin más.

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21/07/2018, 04:06
Mats Bergstrøm

En aquel instante, el móvil de Clémentine vibró. Era un mensaje de Mats. Este decía:

«Clem, lo siento muchísimo. No hemos podido salvar a Leah. Está muerta. Si encontráis a Daniel, maneja el tema con mucho cuidado, ya sabes lo importante que era para él. Un abrazo, y cuídate mucho. No dejes que te pase nada».

Notas de juego

De momento, dejo este mensaje solo para mí, para que se lo envíes a Clémentine cuando creas oportuno :/

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21/07/2018, 08:29
Daniel Mallutz

Aun que parezca chocante, la manifestación de poder y de violencia no implican un cambio tan extremo para mis emociones y pensamientos.

Son una herramienta para el momento y el momento es el de la contienda.

Este pulso entre el designio fijo y compartido del Grupo, hacia la Presa y la injerencia de las intenciones de pillaje, de los Competidores.

No. No es la liberación de la ferocidad y el ímpetu de atacar, tullir, y dañar, lo que intangiblemente me inquieta.

Es el condensado sentimiento de que por vez primera puedo acometer al Mal sin trabas.

Puramente. Un lado contra otro. Sin reglas ni hipocresías.

Garra y colmillo y musculo contra Corrupción envestida en esencia putrefacta.

Me sopla como un susurro zumbón sobre la piel la turbación que comprende que con muy poco mas elegiría siempre la conflagración sin pausa de una lucha sin limitación contra la infamia. Al fin y al cabo ha conformado mi deseo desde que uso de razón. Acabar con la Vileza. Ser su azote. No darle cuartel o ventaja.

Preciosa fortuna es que este sea un deseo de la razón por que me permite que esta ponga sus gotas de cordura antes de abandonarme en la senda indómita del encarnizamiento sin ley ni pausa contra todo Mal.

Y gracioso que el hilo de vuelta al equilibrio lo de mi corazón en el pecho, sintiendo el otro deseo que me da existencia.

Nunca sabre si Remo llega a ordenarme regresar con un mensaje por decisión sabia ante mi cercanía al abismo o solo toma una decisión táctica ( no lo veo dado a ese tipo de confidencias), pero desligado de la atracción de la batalla y de su rojo pozo de furia, el mandato me da el suficiente pie para alejar mi espíritu, literalmente un paso, de su tentación.

Los instintos y las ligazones invisibles de grupo protestan como cachorros aun por disciplinar. Pero mi Yo Listo filtra la doble necesidad. Esto que pide Remo es mas importante. Esto que pide Remo nos permite ser y mantener el equilibrio.

Huelo el deje de ansia de preservación interesada de mi consciencia y mi razón, pero no se lo tengo en cuenta por que tiene justificación. Y ademas no es solo la Lucha el único pilar de tu existencia.

Te metiste en esto por Ella.

Recibe Remo un gruñido de aceptación ya aleteando en el aire con el inicio de mi carrera. Empujo mis sentidos, de la alerta de enfrentamiento, a la de la búsqueda.

Las regiones entre donde llegamos y de donde vinimos, espejan los preceptos a los que estoy acostumbrado, con sus propias idiosincracias. Antes el grupo suplía mis carencias. Ahora debo demostrar que soy capaz de no extraviarme en sus extrañezas.

En cierta medida no hay necesidad de tanto esfuerzo como temía. Los mimbres de las rutinas establecidas en el tiempo pasado en privación han afilado mi percepción. Y también se apilan encima hasta que su peso ha llegado a filtrarse las capacidades de la nueva esencia legada cuya simbiosis ya no puedo negar.

Y sin embargo si lo miro hacia atrás se que no hubiera sido suficiente. O quizás si pero mil veces mas arduo. Pero lo que hace que cada paso asome con la luz de la Tarde en Otoño deseando ser Primavera, esta ligado al rastro de mi esperanza de volver. De llegar a la persona ausente. A Ella.

Se entreve casi imperceptiblemente en cada marca de almizcle dejada con cada huella de mis antiguos pasos dejados en el fragor de la persecución ya lejana. Me centra y casi incide en que el olor se muestre como una señal visible. Me llena de una fuente de vigor extra que mantiene mi ritmo y mi carrera sin interrupciones, hasta que el eco primero y luego su etérea presencia me dejan en el campo de agostada yerba de donde partimos.

El estar en una forma y luego en otra se cumple sin carga de continuidad como el peso de un parpadeo y con la sensación de que no existe cambio. Lo primero que me acude como una losa es el hambre de millón de ayunos y la impresión de no un realidad con mas peso sino vista desde otro angulo, algo así como mirar por una esquina. Que parte corresponde a la calle principal y cual a un callejón me es imposible de elucubrar.

La anciana guardiana del sueño de los participantes de la cacería me mira adusta pero me trata diligente y casi solicita. De inmediato quiero decirles lo que esta pasando pero básicamente escupo mis entrañas, afortunadamente solo de forma figurativa. Luchando contra la tos y la sequedad acepto el espeso caldo que la mujer me ofrece y recupero, poco a poco, la gloria de la lucidez del hombre bien alimentado y de la palabra coherente.

Cuando el seco Tobias (¿como puedo recordar su nombre y no el de otros?)se une a nosotros las frases son cortas pero concisas y dignas de mi mejor dicción y mi mas agudo sentido de la seriedad.

"Han abierto las simas de brea y los demonios intentan escapar"

No se por que pensé que con eso bastaría para que el grupo de viejos se moviera pero recogen la información con una parsimonia alerta.

Me ponen ropa, algo incomoda hasta que el uso de ir vestido vuelve a asentarse, cosa que dejan a la mano del rato en que me quedo solo con el resto de participantes del rito. Y con mucha información que procesar y pocos asideros para darle lógica y perspectiva.

Los exactos detalles de lo que acabo de experimentar, mas allá de los de índole personal, se me escapan con una facilidad molesta. Nada diferente a lo que vivía ya aunque con extraños ramalazos de esperanza. Para cuando vuelven a por mi estoy conscientemente seguro que he recuperado la sensación humana tanto de pensamiento como de sustancia. La parte del animal sigue ahí, anclada y no apartada a un rincón, solo callada y expectante, como el instinto que siempre has albergado pero que al final haya tomado posesion de un contorno. Se solapa con lo demás y lo impregna. Y viceversa. Pero sin perder su propio significado. No sabría como mejor llegarlo a describir.

Andamos por la oscuridad de la noche bien bañada por la luz lunar, agarrados los unos a los otro por fuertes apretones de guía de las manos. En el claro, en donde la Bruja Nella me había depositado lejos en la memoria, esta esperaba con un par de personas mas. Echo un vistazo de curiosidad y de análisis a los dos recién llegados.

Al hombre, bien vestido, indiferentemente maduro al estilo de Gavalda, no sabría desnudarle con la mirada y sinceramente, no se si planteado a propósito por el tipo o por efecto sutil del influjo de la segunda parte de mi esencia, no me intereso intentarlo con mas profusión.

Me centro en la chica, joven, hermosa, bien consciente de su garbo y porte y ganadora en el duelo de luces contra el astro nocturno, con el fulgor de su mirada.

Buenos ojos. No solo por hermosos. Candentes de hambre de percepción. En Volcánico azul.

Compartimentando los bocados de apreciación, divididos en buena parte para ella y el resto equitativamente focalizados, escucho en silencio lo que han venido a contar.

Mi aspecto y mis vestimentas son solo detalles contingentes.

Si presento una idea, una solo atuendo, es la atención al Cometido, reducido a la esencia.

Los Malos. Ella. El Camino Único y Digno.

La Lucha. El Amor. El hacer lo Correcto.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Per + Contemplar = 5 - Los detalles de los recién llegados. Priorizados en Ella (1/2 atención) y el resto divididos entre (El, Nella, Tobias y quien mas nos acompaña)

Ima + Pneuma = 4 - para una observación mas profunda de Ella.

Cualquier ramalazo de memoria a tu albedrío. Intros + Contemplar = 5

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21/07/2018, 17:01
Clementine Ouvrard

Cuánto lo siento, Daniel. Cuánto siento no ser Leah, ella es la que debería estar aquí ahora, ella de seguro devolvería a ti todo lo vivido, aquello que conozco y aquello que ignoro.

Cuando lo veo venir de la mano del anciano, al otro lado del río, tengo que contenerme para no correr a abrazarlo. En su lugar opto por escanearlo de pies a cabeza por si el cambio le ha afectado físicamente, lo mental lo doy por descontado: todos en mayor o menor medida hemos sufrido con esto de principio a fin.

Me acerco dubitativa porque noto que él no me reconoce como yo a él, inmediatamente. Siempre me he jactado de ser una mujer estoica a fuerza de profesión, sin embargo últimamente, y para mi pesar, no puedo controlar los sentimientos que afloran en mí ante ciertas situaciones y estas es una de ellas: parada enfrente de mi compañero de aventuras, de mi par en esta lucha contra la adversidad y la locura, no puedo reprimir sonreír con los ojos llenos de lágrimas al mirarlo.

-Daniel, soy yo, Clementine -manifiesto mirándolo a los ojos sin saber muy bien qué esperar -¿Me recuerdas? -pregunto y me llevo la mano hacia mí para luego extenderla hacia él, esperando por su respuesta -Hemos estado busćandote desde que nos separamos... -dudé unos instantes -En Buttes-Chaumont.

En parte era verdad. Lo estaba buscando desde entonces, solo que mientras lo olvidé no sabía quién era, ni él ni los otros. -Los sectarios nos hicieron olvidarlos a todos ustedes, a ti, a Leah, a Albin, a Elliot y a Gabriel... Pero ahora podemos recordar una vez más.

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22/07/2018, 09:37
Daniel Mallutz

- Daniel - sostengo en mi voz con el tono ambiguo de la primera palabra de un recién nacido. No llego a intuir si como llave para abrir el opaco rompecabezas dentro de la memoria o como rastro para perseguir en una solitaria y ardua cacería, pero por uno u otro empeño, me lanzo a buscar la conexión y el sentido del nombre, mi supuesto nombre y mi Yo.

No en solitario.

Me embulle la agitación hasta la médula de la mujer, rompiente como una ola lenta que inexorablemente acaba en la playa, y le cojo la mano, con la ternura de una familiaridad pulcra y sujestiva, con la levedad del recuerdo sin cuerpo ni voz, origen de un sentimiento de fraternidad e hilo para un paso mas allá, de un sentimiento de auxilio mutuo, de soporte sin trabas, me empele a buscar su contacto, a desear su bien, a ayudarla...

Como a cada uno de los que he encontrado hasta aquí: Denis, La fallecida en la cripta, Nella a su enrevesada manera, Los lobos y la manada...

Lo tiene fácil para brotar, simple y llanamente, al ser una emoción ya trabada con el cuerpo y no solo la mente.

Como el hambre y la sed y otras expresiones igual de primarias.

Aunque el recuerdo y la memoria partan de este instante y de cero, el vinculo y la familiaridad ya llevan ventaja.

Con un cuidado exquisito la atraigo para abrazarla, con la involuntaria emisión de un gruñido satisfecho.

El resto de lo que me ha dicho son palabras. Palabras que luego me repetirá para que no se escapen pero ahora mismo las palabras no tienen el mismo valor que este abrazo largamente perdido.

Notas de juego

Te lo mando a ti primero por si hay que puntualizar algo. Antes de recordar me e imaginado que otras partes del espíritu tienen otra memoria emocional. Y he mandado a la razón y al instinto a cazarme dentro del hechizo por si te sirve de base. Si no hay nada que te parezca incorrecto compártelo con queen. Besos.

Respuesta del Máster: Ok. En seguida os posteo.

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23/07/2018, 12:15
Director

Los sentimientos y sus emociones, las sensaciones traían consigo imágenes y palabras repoblando la mente de Daniel como en esos documentales que muestran plantas creciendo a cámara rápida.

En un instante el policía había recuperado todo lo perdido y entre sus recuerdos destacaba la imagen de Leah, enamorada como lo estaba él, feliz, que se presentó tan vívida e intensa que sintió una dolorosa punzada en el corazón.

Clementine había roto el hechizo.

Notas de juego

1 de 4

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23/07/2018, 12:17
Comisario Pascal Réjane

El comisario Réjane -el hombre trajeado que había venido con Nella y Clementine- y el viejo hablaron.

El comisario contó que Fermi comandaba un grupo de ataque contra la base de los soñadores en los subterráneos, junto a la parada de metro de Danube, y el viejo que los soñadores habían abierto un lugar que conocían como “las simas de brea” y multitud de demonios trataban de volver.

Acordaron que los lobos pondrían todo su empeño en parar a los demonios “al otro lado” mientras los chicos del comisario, por su parte, se ocuparían de los soñadores, en éste.

Notas de juego

2 de 4

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23/07/2018, 12:18
Tobías

El viejo, que se presentó como “Tobías” -el comisario hizo lo propio con Daniel- cedió al policía para que volviera con los suyos pero resaltó que ahora era un miembro de su manada y estaba bajo sus órdenes, no las de Nella. Ésta aceptó, moviendo la cabeza.

Le encomendó a Daniel encontrar a Gabriel y acabar con los soñadores. Indicando con claridad que no debían dejar a ninguno con vida.

Notas de juego

3 de 4

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23/07/2018, 12:19
Comisario Pascal Réjane

Allí se separaron, el viejo se marchó cruzando el río y el comisario invitó a Daniel a que subiera a su moto.

Condujeron hasta el área de servicio en la que habían dejado el coche. Era bien entrada la noche.

Notas de juego

4 de 4 (ya podéis postear)

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23/07/2018, 12:25
Mats Bergstrøm

En aquel instante, el móvil de Clémentine vibró. Era un mensaje de Mats. Este decía:

«Clem, lo siento muchísimo. No hemos podido salvar a Leah. Está muerta. Si encontráis a Daniel, maneja el tema con mucho cuidado, ya sabes lo importante que era para él. Un abrazo, y cuídate mucho. No dejes que te pase nada».
 

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23/07/2018, 13:49
Saqib

Saqib levantó fijó su mirada a la de Mats.

—Llamaré a unos compañeros de la científica. No nos iremos hasta que vengan. En media hora esto estará lleno de policía. Rescatarán su cadáver, encontraremos al culpable, pero ella... Lo siento.

Agachó la cabeza, caminó hasta el coche y colocó sobre el capó un ordenador y una impresora portátiles. Tecleó en silencio y comenzó el traqueteo de la impresora.

Volvió con cara de circunstancias.

—Siento tener que pedirle que me ayude en un momento tan aciago como este.

Fue colocando fotografías en el suelo, en círculo: Agustín Bélanger, Albin Govier, Anjum Faizan y Gabriel Cailletet.

—Sé que le pido algo artificioso pero es una técnica... que me es muy útil... ¿Puede ordenarlos por afinidad? Con usted, y entre ellos.

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23/07/2018, 16:14
Mats Bergstrøm

Asiento a las palabras de Saqib cuando dice que encontraremos al culpable. Tendrá que valer. Lo veo entonces empezar a teclear en un ordenador e imprimir unos documentos cuyo propósito desconozco. Lo que me pide a continuación es algo insólito, pero no dudo de que será algo que, en este mundo de locos donde todo es posible, tendrá alguna utilidad o relevancia.

Vamos a ver: por lo que a mí respecta, Albin Govier sería hacia el que más afinidad siento, seguido de cerca por Bélanger. Luego iría Anjum Faizan y, por último, Cailletet. —Me encojo de hombros, como disculpándome por haber establecido «prioridades»—. Y entre ellos… Para Govier diría que el orden sería Anjum, Bélanger y Cailletet. Bélanger… —Me quedo varios segundos pensando, encogiendo los ojos—. Hum. ¿Cailletet en primer lugar? No sé. Los veo parecidos, en cierto modo. Luego iría Govier, y después Faizan. A los otros dos en realidad los conozco poco, así que no sé. Anjum quizá podría tener más afinidad con Govier, por su trabajo, o con Bélanger, por su naturaleza investigadora. Y Cailletet… —Tuerzo la boca, intentando pensar algo que decir—. Bélanger, quizá. A los dos les veo algo salvaje, supongo. Y después Albin. Aunque bueno, esta es solo una impresión mía. En realidad supongo que podría ser cualquier cosa…

Me rasco detrás de la oreja. ¿Para qué me habrá pedido Saqib que haga lo que acabo de hacer?

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25/07/2018, 09:34
Saqib

Puso las fotografías en el suelo ordenándolas conforme había dicho Mats.

—Las afinidades, sean reales o percibidas por otros me sirven para agruparlos. Me es más fácil saber si hay varios juntos.

Las últimas dos fotos las levantó y se las mostró al periodista.

—Bélanger y Anjum están juntos. Ahora los voy a buscar.

Se apartó junto al coche y puso las fotos en el capó y se quedó en silencio, concentrado.

Notas de juego

1 de 2

Editado por el máster: los que están juntos son Anjum y Bélanger

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25/07/2018, 09:38
Gilbert

Al cuarto de hora retumbó el rugido de un coche deportivo antiguo*. Sus faros multiplicaron iluminación al lugar y de él bajaron dos hombres, uno rubio con el pelo muy largo y otro que parecía salido de una película de cine negro de los años 30, con sombrero -que llevaba en la mano- incluido. Se acercaron a Mats y habló este último, flojo, para no desconcentrar a Saquib.

—Hola, me llamo Gilbert y soy colega de Saqib. Tu debes ser Mats, él es Nazaire.

El hombre rubio saludó con la cabeza y se quedó mirando al piso, pesaroso. Gilbert asintió.

—Lo siento mucho. Es una putada. Hay un equipo reuniéndose fuera. Los traeremos en cuánto Saquib acabe. El comisario nos ha puesto al día sobre los tatuados. Yo estuve en la casa de los Taylor, en Gambais.

Levantó las cejas y tiró aire por la nariz.

—Si sabes algo en especial. Aunque te parezca una tontería. Cuéntalo. Cualquier detalle puede ser importante.

Notas de juego

(*) Un Chevrolet Camaro del 69.

2 de 2, ya puedes postear.

No sigo por si quieres que Mats converse o exprese algo de lo que hace o siente, pero si prefieres que la acción siga más rápido, dímelo en una nota y sigo.

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25/07/2018, 20:34
Daniel Mallutz

- Joder... - profiero con tanto sentimiento como la misma palabra puede llegar a albergar. Prorrumpe en claro y vigoroso español, idioma que se moría en mi lengua por despertar. Y se exclama, si, pero no chabacano si no con la elegancia del fruto esperado, rebosante jubilo. Y de esperanza madura.

Gracias al cielo que Clementine sin saberlo me sujeta, por que en el abrazo, consigo que el que me flaqueen las piernas, sea solo anécdota.

El impulso seria el de echar atrás su persona, lo justo para darle un beso, casi seguro por sorpresa y en la boca. Sin embargo la persona que se adenda a lo que llegue a ser hasta el fatídico momento del olvido, ha ganado en disciplina y, marca los pasos igualmente pero con un flujo mas medido de la pasión - Oh, Clementine... - le canto su nombre con alborozo de nuevo en la lengua franca - ...Gracias.

La miro a los ojos y le dejo que compruebe que es cierto. Que ha conseguido vencerlos.

Resguardo con la alegría de la vuelta las preocupaciones que vendrán detrás.

¿Que son unos momentos de olvido mas, olvido comedido, olvido en el gozo? Oro puro de luz dentro de la jaula oscura de lo que hemos vivido.

Cuando el tiempo se hace pesado para los que nos observan (¡maldita sea no se nace de nuevo muchas veces!) como para respetar el silencio, los Mayores conferencian en la periferia de nuestro oído.

Recojo el sentido de lo dicho por Clementine antes de alud de vuelta de Mi y asombrado por no haber perdido la cordura en la avalancha, intento preguntar mas detalles. Intento preguntar sobre lo que me eleva y me tira al mismo tiempo.

- Nos habéis buscado ¿Mats?¿Tu?¿Nella?¿Quien mas? Clem... ¿Como estáis? ¿Habéis estado bien? - tomo aire y me mojo los labios y aclaro la garganta - ¿Soy el ultimo?¿Habéis encontrado a los demás?¿Los habéis recuperado? - haciéndola cómplice de mi emoción combinada de felicidad y desasosiego la inquiero... sobre ella - Leah...¿Esta...?¿Sabéis...?

Se que la respuesta va a ser, como un clavo que se va a pinchar mas adentro o, que va a sacar a la espina que esta creciendo dentro de mi pecho. Pero antes de destemplarme con los sentimientos, recuerdo como han sido los tiempos mas duros y recuerdo que le prometí encontrarla donde fuera. Cuando fuera.

Los otros comparten plan de acción y es curioso como me entero estando casi por completo enfocado a la respuesta de Clem.

Las formalidades del Viejo Lobo, Tobias y el acompañante de Nella, Pascal Rejane, nos llevan a los siguientes cursos de acción.

Por vez primera se me presenta, ante mi y ante los demás, la nueva disquisicion de mi estatus y sin mucho tejemaneje se me instruye sobre mis cometidos.

Realmente me siento como habiendo llegado a una cita dos días tarde, reconociéndome diferente ya presente alli.

Se lo que me queda claro y se lo que, como es tradición, es un misterio.

Bueno un misterio para este yo homo sapiens que es Dani "Dano" Mallutz, hasta un tiempo ha, agente de policía y después explorador de lo oculto y martillo de los malvado.

Yo con sonrisa de colmillo parece tenerlo mucho mas claro. El truco, si es manera de llamarlo, va ser como conseguir entenderse en todas las perspectivas. Como siempre no hay manual ni academia.

Solo ordenes precisas y, como no, jodidas, que remedio.

Con un asentimiento dejo clara mi entendimiento. Sobre todo me queda claro que si no encuentro a Gabriel, voy a andar perdido, mas tiempo de lo que debería ser.

Que no quede un soñador (del bando adversario me apunto mentalmente) en pie casi no me lo tiene que pedir.

Monto junto a Rellan. Circulamos algún rato hasta un punto de servicio cualquiera.

Recuerdo la ultima vez que estuvimos en uno. Leah estaba allí.

Me lo aparto un poco, cambiándolo por el pensamiento de si también estoy bajo la jurisdicción de Rellan. Al fin al cabo es Comisario y yo solo detective.

Al cruzar mirada con Clem vuelvo a sonreír agradecido. Sea lo que sea que depare el después, esa gratitud va ir siempre de mi a ella.

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26/07/2018, 00:39
Mats Bergstrøm

Una vez le he dicho a Saqib lo que necesitaba saber, este vuelve a hacer lo suyo de las fotos, y yo, aunque extrañado, lo dejo hacer. Estoy en silencio un buen rato, en el que lo único que hago es andar unos pocos pasos de un lado a otro, como un oso encerrado en una jaula demasiado pequeña. En todo ese tiempo no puedo dejar de pensar en Daniel, en cómo lo afectará la pérdida de Leah. Leah, una extraña mujer. Aún recuerdo la profunda impresión que me quedó la noche en que la conocí, y cómo esta, a mi pesar, ha condicionado mi relación con ella durante el poco tiempo que hemos compartido. Por supuesto que lamento mucho su muerte, pero no puedo dejar de tener la funesta sensación de que era una de esas personas marcadas por la fatalidad, cuyo camino parece transitar siempre al borde del precipicio por mucho que intentes tirar de ella. O lo que es lo mismo, puedes salvar a una persona de muchas cosas, excepto de sí misma.

El bramido de un deportivo me saca de mis pensamientos. Ya no estamos solos. Al principio me pongo en guardia, pero cuando el coche se detiene y veo el peculiar aspecto de los dos hombres que bajan de este, me relajo: sin duda son de los «nuestros». Levanto una mano para saludarlos. El que parece el más resuelto de los dos, un tipo con un aspecto a medio camino entre un modelo y un gánster italiano, se presenta como Guilbert, y me informa de que su amigo, el rubio melenudo, se llama Nazaire. Guilbert me da el pésame por la muerte de Leah, a lo que yo hago el ademán de menear la cabeza a ambos lados. Mis ojos se abren de par en par cuando me explica que estuvo en casa de los Taylor. Muchas preguntas se agolpan en mi cabeza en apenas un instante, pero antes de que me dé tiempo a formularlas, Guilbert se me adelanta. Dudo durante unos momentos, pensando en qué puedo decirle que no sepa ya.

¿Algo en especial, acerca de qué? —pregunto, confundido y ligeramente aturdido, con la mirada baja—. ¿De Leah, de los Taylor? No sé… No sé. No sé qué más añadir a todo este… horror. Ni siquiera sé qué fue de Daniel y de Leah cuando nos separamos en la estación de Danube, hace por lo menos un mes. No sé quién los cazó, si fue Vendela, si fue su padre, o Masa… —Siento un escalofrío, como si estuviese a punto de decir algo que no debo. Recuerdo entonces que tomé la costumbre de referirme a él recortando su nombre y su apellido, a modo de eufemismo seguro—. «Eu Masar». Ya sabe a quién me refiero. Como ve, tenemos muchos frentes abiertos, y la sensación de que nunca conseguimos adelantarnos a los acontecimientos, sino a lo sumo tratar de reparar los daños. Pero hay daños que no se pueden reparar, al menos de momento. —Aparto inconscientemente un pie, dejando a la vista el espacio vacío bajo el que, si lo que dicen es cierto, yace el cuerpo de Leah—. Francamente, no sé qué más puedo aportarles. Sigrún Eitinger, el avatar onírico de Sophie, que contactó con Leah durante una de sus desapariciones… Gaëtan, el capullo que hizo que me entrasen  ganas de partirle la cara cuando visité astralmente el subterráneo de la estación… —Se me escapa una carcajada nerviosa—. ¡Ah, sí! Ayer por la mañana, mi amiga Clémentine y yo vimos un fauno. —Me encojo de hombros, dubitativo—. Siento si parece que esté hablando al azar, pero es que realmente no sé, han pasado mil cosas y no sé qué puede ser importante y qué no.

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26/07/2018, 23:49
Gilbert

—La vida es rara tío. Rara de cojones ¿Un cigarro?

Dieron unos cuantos pasos para alejarse un poco del lugar en el que yacía Leah. Gilbert se encendió su pitillo y el de Mats, en el caso de que hubiera aceptado.

—Permíteme que te contradiga, amigo. No somos víctimas encajando  golpes. No nos llevan la delantera. Se repliegan y huyen.

Ahora Fermi está atacando su templo y por mucho que se escondan les seguiremos hasta las puertas del infierno y les arrojaremos dentro. Llevo unos cuantos años en esto y eso es lo que hacemos, siempre. Yo soy un cazador. Y tú otro.

Sonrió frunciendo un poco el ceño.

—¿No te parece?

Notas de juego

1 de 2

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26/07/2018, 23:52
Saqib

Saqib interrumpió.

—Anjum y Bélanger* están en el Hospital de Laribosière.

Miró a Mats, como preguntándole si tenía ánimos para ir con él para allá.

Notas de juego

(*) Son estos dos los que están juntos. Lo he corregido en el post anterior, sorry.