Partida Rol por web

El eco del Diablo

Inocencia

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06/10/2018, 17:43
Elliot

Elliot trataba de recuperar el aliento mientras la sensación eléctrica que recorría su cuerpo descendía lo suficiente de intensidad. Apenas Clementine acababa de bajar de él y ya anhelaba tocarla de nuevo, giró el cuello para mirarla y la vio observándolo con atención. Él sonrió con los labios cerrados en un gesto mezcla de complicidad y alivio al mismo tiempo que transmitía cierta vergüenza y una disculpa. Clementine pudo ver que en modo alguno lo había molestado y que él también valoraba si había podido importunarla a ella mientras la contemplaba todavía visiblemente embelesado.

Iba a acercarse para besarla pero ella se adelantó besándolo con delicadeza al mismo tiempo que hondamente haciendo que su piel reaccionara erizándose en cuanto sus labios lo rozaron y bajaron a su cuello mientras su mano descendía recreándose en una larga caricia hasta su miembro.

En el primer roce Elliot se arqueó, gimiendo quedamente mientras cerraba los ojos. Su tacto delicado pronto se hizo más firme y él reaccionó jadeando con los ojos aún cerrados durante unos instantes. Luego los abrió y vio cómo lo observaba atenta preguntándose si era eso lo que deseaba. Se giró hacia ella buscando de nuevo su boca, gimiendo levemente mientras la besaba. Se veía preciosa, visiblemente excitada de nuevo. Su mano acarició el vientre de la chica y descendió despacio hacia su sexo, deslizando sus dedos entre los labios, acariciando el borde de su vagina y después suavemente su clítoris, poco a poco con mayor presión, con mayor velocidad, buscando en las respuestas de su cuerpo el ritmo apropiado.

Entonces el mundo pareció detenerse y en una súbita descarga que lo recorrió por completo, mientras emitía un quejido roto que no fue capaz de ahogar, todo el placer y la tensión se concentraron en un instante que parecía reverberar y reverberar, arrebatándolo por completo. Su mano se crispó como el resto de su cuerpo, presionando el sexo de Clementine mientras temblaba preso de un orgasmo profundo y prolongado.

En cuanto recuperó suficientemente el control de sí, recorrido todavía por pequeñas ondas de placer que parecían las réplicas de un terremoto, buscó recuperar el ritmo de sus caricias. Contemplaba a Clementine totalmente extasiado.

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07/10/2018, 16:42
Clementine Ouvrard

La sonrisa que me dio Elliot se reflejó en mi rostro y al ver que no estaba molesto me concentré en satisfacerlo movida no solo por los deliciosos jadeos y sonidos que dejaba escapar mientras mis manos le daban placer, si no por ese impulso que otorga el amor de dar al ser amado todo cuanto desea y necesita. Su boca buscó la mía mientras gemía y sentí que volvía a desfallecer, mis labios devoraron los suyos, como si pudieran beberse esos jadeos y suspiros, gimiendo quedamente también.

Cuando sentí su mano entre mis piernas me moví contra ella anhelante, sintiendo el orgasmo en la punta de esos dedos que me tocaban con tanta maestría, impulsándome a tocarlo con más profundidad y crudeza. Mi cuerpo se apretó contra el de él percibiendo la inexorabilidad de su orgasmo, que sobrevino con una intensidad y una belleza tal que pude sentir el mío como una consecuencia inevitable, arrebatándome los sentidos, envolviéndome como la ola que llega a la playa para arrastrarnos a lo profundo del mar.

Me dejé llevar, totalmente fuera de mí, por las sensaciones absolutas que tomaron posesión de mi cuerpo semejantes a un haz de blanca luz cegadora que recorría cada una de mis terminaciones nerviosas y liberaba mi alma de un peso desconocido. Me moví contra su mano buscando refugio en su cuerpo al tiempo que trataba de ahogar mis gemidos contra la carne suave y firme de su pecho.

Pasado el instante del éxtasis me abracé a él respirando todavía jadeante, sintiendo mi aliento caliente chocando contra su piel. Cuando mi mente pudo recapitular alcé la mirada para encontrarla con la suya y lo besé con ternura fugazmente en los labios -Te amo, Elliot -susurré con la voz queda -Nunca en mi vida pensé que algo así, tan maravilloso, podría pasarme -. Mi corazón se apretó en mi pecho de solo pensar que podía perderlo de un momento a otro, que las fuerzas que nos acechaban estaban conspirando para alejarlo de mí... y eso era algo que no pensaba dejar que sucediera.

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08/10/2018, 10:09
Elliot

Había algo de irreal en el ambiente del comedor con todos sentados de nuevo a la mesa, esa “irrealidad” que es signo sin embargo de los momentos en que la realidad del mundo es tan transparente y brillante que deslumbra y apenas la podemos creer. Se oían las risas de las niñas y de otros, el entrechocar de los cubiertos en la vajilla, las peticiones aquí y allá para alcanzar tal o cual cosa de la mesa y las conversaciones animadas. Las ventanas dejaban entrar la luz del sol de inicio del verano y la brisa fresca y el olor a glicina llegaba hasta allí desde el patio mezclándose con el de la comida. Tras el baño, el descanso y todo lo que había ocurrido en los últimos días, que llegaba hasta él en aquel instante como sin detalle, más como una sensación que como un relato de hechos terribles, Elliot se sentía renovado, como fundido y vuelto a templar en una forja. Sentado al lado de Daniel lo escuchaba replicando al agasajo del comisario acerca de su buen juicio del que Elliot tampoco dudaba y menos aún de la nobleza de su corazón. Sólo él sabía qué había ocurrido en aquel combate pero fuera lo que fuera no parecía haber ensombrecido ni una pizca esa alegría melancólica de su amigo, rasgo probablemente irlandés pensó con una sonrisa recordando su versión desinhibida del riverdance. Sentado al otro lado de Daniel, Elliot apenas podía observar el rostro de Mats.

Junto a Réjane Clementine almorzaba sin que la abandonara ese gesto tan esencial en ella como era el brillo de inteligencia de su mirada que delataba cómo su mente discurría prestando atención y probablemente buscando los vestigios de información fundamental o falta de ella en las palabras del comisario. Elliot sabía que ni lo uno ni lo otro eran fortuitos tratándose de Réjane y lo escuchó hablar de nuevo genéricamente acerca de la protección de los familiares sin dar un solo detalle más de lo que le había dicho a él mismo. Ni una palabra acerca de si había recibido la llamada de que le había hablado Clementine. Nada.

La crónica del comisario acerca del origen o mejor dicho, la escisión de lobos y cuervos, llamó la atención de la chica que interrumpió su silencio intrigada por la elección del término, proponiendo ella misma varias hipótesis de corrido y casi sin pestañear que le hicieron sonreír. Seguro que el comisario diría que era una mezcla de todo eso y aportaría alguna información adicional que sería más una incitación al misterio que una aclaración. Ese rasgo, pensó, era muy de “los cuervos” y lo había visto en ocasiones en varios de ellos como Fermi, Gilbert o el propio Réjane.

Tras la réplica del comisario a la chica, viendo que ni Laia ni Fermi estaban sentados a la mesa, Elliot preguntó:

-¿Sabe cómo va el proceso de Laia?

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12/10/2018, 23:18
Comisario Pascal Réjane

El comisario afirmó a las palabras de la doctora para puntualizar, meneando la cabeza a ambos lados.

—Los lobos se refieren más bien a un matiz de lo que dice, doctora: los cuervos acostumbran a ser animales carroñeros y pájaros de mal agüero.

Luego levantó las cejas soltó un suspiro terminado en una sonrisa en un gesto que daba a entender que muy a su pesar no podía estar del todo en desacuerdo con esa forma de etiquetar a los suyos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1 de 2

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12/10/2018, 23:36
Laia Montagú

La comida, la bebida y el café fueron animando las conversaciones en torno a la mesa.

A la pregunta de Elliot Réjane señaló hacia la cocina. Por allí salía Laia con su silla tirada por Fermi. La cara de la chica, sonriente, era todo un poema. No sólo Elliot, que la conocía bien, sino todos los que la vieron llegar notaron su expresión triunfante.

Fermi abrió un hueco para Laia junto a Clementine y él se sentó al otro lado, a la siniestra de Mats.

Notas de juego

2 de 2. Ya podéis postear.

Perdona Belgeval, no escribo por saltar tu turno, sólo para dinamizar la conversación.

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14/10/2018, 06:53
Clementine Ouvrard

Me río ante las palabras de Daniel -¿Contable? ¿Policía? Creí que eran dos términos excluyentes entre ellos -bromeé mientras me servía agua. No dije nada sobre su "ser juicioso", la verdad es que Daniel parecía un tipo centrado, salvo por la decisión que tomó aquella vez... Decidí callarme la boca al respecto y comer en silencio. Tampoco podía juzgarlo eternamente por ello, al fin y al cabo yo no era nadie, y la verdad sea dicha, se lo veía cambiado... A todos los veía cambiados, el sufrimiento nos hacía más duros y más sabios, o eso quería creer.

Escuché la respuesta de Réjane a mi pregunta y no pude evitar sonreír yo también -Cuánto amor... -deslicé con ironía. Iba a hacer un comentario sobre el hecho de que los cuervos también practicaban la necrofilia e intentar hacer un chiste, pero aquello podía terminar muy mal y me arrepentí -Supongo que, como siempre, es cuestión del cariz con que se lo mire -agregué luego con parquedad y me metí un bocado en la boca.

Me hice a un lado para hacer lugar a Laia junto a mí en la mesa y esbocé sonrisa moderada al ver su expresión, me ofrecí para servirle la comida si hacía falta y le pregunté -¿Y qué tal la misión? -para que si deseaba hablar de ello (y si es que podía hacerlo) se sintiera invitada.

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14/10/2018, 17:18
Mats Bergstrøm

Al fin, todos tenemos ocasión de adecentarnos e incluso descansar un poco antes de la comida. En el momento en que nos sentamos a la mesa, la escena se vuelve familiar; ya no sé cuántos banquetes como este habré compartido ya con mis camaradas, algunos de los cuales ya no se encuentran entre nosotros, y otros que han quedado irremediablemente cambiados por los acontecimientos. Me tranquiliza saber que la protección de nuestros amigos y familiares es algo que se está teniendo en cuenta, a pesar de que no se nos hace partícipes de los detalles.

A continuación sigue una de esas explicaciones que no sé si tomarme de modo literal o como una recolección de hechos teñidos por la tradición y la leyenda, pero presto atención de todos modos. Entiendo que una orden original de oniromantes acabó dividiéndose en dos grupos, los magos empollones y los brujos chamánicos. Los magos tomaron parte en todos los asuntos de la ciudad, mientras que los lobos decidieron pasar de la política para mantenerse más puros. Tiene sentido. De este modo, ambos grupos mantienen una especie de rivalidad amistosa, si tal cosa es posible. Tal vez sus objetivos coincidan, pero su forma de entender el mundo es diametralmente opuesta. Y parece que Daniel está destinado a ser un nexo común entre ambas organizaciones. Mis compañeros van exponiendo sus dudas con la esperanza de que estas les sean aclaradas, pero yo me mantengo algo ausente, más concentrado en la conversación que yo mismo he mantenido hace un rato, y preguntándome qué podrían entrañar las incógnitas que esta ha originado.

Todo el mundo acaba participando de un modo u otro de la animada conversación, acerca de lobos, cuervos y otras cosas. Al cabo de un rato, Laia y Fermi se nos unen. La extática expresión de ella me dice que cualesquiera que fuera el método de protección que hubiese estado poniendo en práctica, había surtido efecto con éxito. Todos deberíamos estar agradecidos por ello.

Finalmente, después de un rato de silencio en el que no dejo de observar al comisario Réjane, decido que ha llegado el momento de salir de dudas.

Réjane, hace un rato he hablado con mi padre —comento, como si nada. Me encojo de hombros—. Me ha dicho que tenía algo que decirme.

Bebo un trago de agua, tratando de deshacer el nudo que la anticipación ha formado en mi garganta.

Notas de juego

Perdón por la tardanzaaaa... No es que el post sea genial, pero al menos así podemos ir avanzando.

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15/10/2018, 00:01
Comisario Pascal Réjane

El comisario, tras intercambiar una mirada con Fermi se levantó, tomó la silla de Laia e invitó a Sophie, Mats, Clementine, Elliot y Daniel a que le acompañaran.

Cruzaron el patio de la glicina –Sophie caminó agarrada al brazo de Mats– hasta una pequeña puerta que daba a otra casa con un salón mucho más pequeño que el anterior en cuya chimenea se consumían unas brasas ya sin llama. Apoyadas a una pared había un montón de sillas plegables de madera y frente al fuego  un par de sillones viejos, uno de los cuales lo ocupaba el viejo y espigado Tobías que observaba el crepitar de las ascuas con atención.

Notas de juego

1 de 3

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15/10/2018, 00:20
Tobías

El hombre se puso de pie con la dignidad de un jefe, saludó a los recién llegados y echó hacia atrás su sillón.

Réjane invitó a que cada cual a que se agenciara su silla y se sentó él en el sillón que quedaba vacío. Una vez estuvieron todos acomodados formando un semicírculo en torno a la chimenea la primera en hablar, por indicación del comisario, fue Laia.

Notas de juego

2 de 3

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15/10/2018, 00:21
Laia Montagú

—He descubierto exactamente el sitio en el que están, y algunas cosas más. Está en la costa sureste de Léucade, una isla griega del mar Jónico.

Ocupan por completo uno de esos hoteles con encanto que parece un pueblo construído en la falda de un acantilado. Las casas, de adobe y piedra pintadas de blanco se amontonan casi una sobre otra. Una serpenteante calle estrecha sirve de mirador. La calle recorre las casas del hotel hasta bajar a una playa privada con forma de herradura. Desde el mirador se ven, en el mar, dos trasatlánticos, anclados a más o menos un kilómetro, de tal forma que sus ocupantes tienen una buena vista del hotel.

Paró un segundo para tomar aire y continuó, más pausada.

—Por algunas de las casas se accede a un sistema de cuevas que horadan la montaña en un auténtico laberinto subterráneo con salidas a otros acantilados de la zona, a varios kilómetros de distancia.

Han reunido en el hotel a sus acólitos. Serán unas doscientas personas, más o menos.

Hay un ambiente festivo, sobre todo en tierra, pero también en los barcos.

Suspiró.

—He hecho tres bocetos. Es todo lo que veo en ellos pero creo que puedo seguir pintando y en unas cuántas horas podré saber más cosas. Quizá incluso pueda pintar el interior de las cuevas.

Notas de juego

3 de 3, ya podéis postear.

No sigo yo por si queréis escribir alguna impresión o que vuestros personajes hagan algún comentario, si no es así y queréis que siga, decídmelo y continúo.

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15/10/2018, 13:56
Clementine Ouvrard

Escuchar la voz de Mats me llamó la atención más de lo debido, fue como el tañido de una campana en una tarde de siesta. Una mezcla de alivio y curiosidad me asaltó no solo ante sus palabras, si no ante su actitud... Era raro ver al vikingo tan taciturno y algo andaba dándole vueltas a su cabeza hacía rato. Había querido hablar con él desde que tocáramos tierra esa mañana pero nuestros caminos, aún confinados dentro de aquella antigua casa, habían corrido en paralelo hasta este momento. Su padre. Lo miro y no puedo evitar recordar lo que me dijera aquella vez que fuimos de paseo al museo: "Soy todo lo que él no quería que fuera… Y se ha encargado de dejármelo claro toda mi vida".

Me pregunté qué le habría dicho, si el intercambio había sido al menos, cortés. Si habría llorado o si al contrario, haciendo uso de toda esa fuerza de voluntad poderosa que posee, se había mantenido impertérrito. Cómo había sabido su padre que estaba él aquí...

También había querido hablar con Daniel, preguntarle, si es que estaba dispuesto a compartir su experiencia, cómo había sobrevivido al ataque o sus impresiones sobre ese combate. Muchas interrogantes que se ven forzadas a un segundo plano por los acontecimientos vertiginosos que parecen rodearnos por diestra y siniestra. Me siento como esas estrellas que al acercarse a la singularidad en el horizonte de sucesos de un agujero negro giran más y más rápido, algo me dice que en este caso también habrá un punto de no retorno en el cual giraremos todos y seremos engullidos. Pero mientras tanto, tempus fugit.

En cuanto entramos a la habitación al otro lado de la glicina vemos al señor Tobías esperándonos, al tener la conversación previa en la mesa muy fresca me sonrío, aunque modero mi sonrisa y luego logro sobreponerla a una expresión algo más grave. Las palabras de Laia disparan toda clase de pensamientos y sensaciones al mismo tiempo, cada vez más espiraladas. Odiaba cómo los sectarios tomaban lugares bellos y le inyectaban en sus venas horror y perdición, casi podía imaginarme el pintoresco pueblito con sus casitas azules y blancas, reproduciendo el paisaje que todos hemos visto las postales griegas, invadido por los esbirros de Vendela, porque decir del demonio sería injusto con el demonio.

Luego vino algo peor: las cuevas laberínticas. Un sentido primordial de alarma me recorrió de solo pensar qué podría sucedernos si entrábamos allí, aunque, si la muchacha pudiera hacer mapas con sus pinturas sería totalmente diferente... Quisiera creer.

El clima festivo que los invade tampoco me deja tranquila, podrían estar con la guardia baja, o al contrario, esquematizando esas bacanales grotescas con demonios y cánticos polifónicos qué tanto les gusta. Estoy casi segura de que es así. Y de pronto me doy cuenta de que como todo lo que ellos hacen debe poseer un trasfondo simbólico perverso y un profundo desprecio por la vida humana, sobre todo de sus acólitos. 200 personas, vaya baza para la locura.

Entonces recordé algo -En esa isla es que se suicidó la poeta griega Safo -dije casi sin pensarlo y luego mi voz bajó hasta perderse en un murmullo por si acaso había interrumpido y no era el momento de intervenir, pero ya lo había hecho así que me aclaré la voz para seguir -La leyenda dice que Venus estaba desconsolada porque extrañaba a Adonis y Apolo le aconsejó hacer el salto de las Léucades para sosegar su espíritu, luego se instaló la costumbre entre los enamorados no correspondidos de hacer el salto, con resultados... poco felices -sentí que estaba dando vueltas sin decir lo que pensaba -Viendo el desprecio que sienten por sus súbditos y cómo disponen de ellos quizás planeen algún tipo de ofrenda que involucre el acantilado, es solo una idea...-. Es lo que yo haría si quisiera llamar la atención de alguna fuerza o ser sobrenatural con una bengala de colores. De pronto sentí vergüenza y quise cambiar de tema, miré a la muchacha -¿Con qué grado de precisión podrías pintar las cuevas, Laia?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Creo que la tirada se corresponde con el nivel de información que puse, si no es así dire me dices. Espero que aporte algo XD

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15/10/2018, 21:02
Daniel Mallutz

La sonrisa se me contagia con la risa de Clementine juntada en la momentánea distensión del momento.
- Ojala fueran excluyentes mi querida Clementine - le contesto con el medido tono académico entre la verdadera seriedad y la pizca de necesidad de aprender a no tomarse uno del todo en serio - A Al Capone lo pillamos por sus impuestos. Y mal que me pese al final me canse de perseguir a las garrapatas de los auténticos gigantes del crimen, de los que hacen el mal con variaciones contables e ingeniería financiera y hipotecas basura, lavando el fruto de otros negocios mas turbios.

Mirando a Rejane con complicidad y convencido de intentar reducir la ominosidad me confieso - Pero ahora he vuelto a la Guardia Rural, al parecer, y no es que lo sienta improcedente. Hay cosas...bueno...supongo que es muy pronto - me sincero - Pero dicen los nativos de mi tierra natal que no hay mejor guía para los cambios que un Cuervo.

Lo dejo ahí, expectante a la respuesta emocional de los siguientes instantes, combinándose la llegada de Laia bajo el amparo de Fermi y el enigmático testimonio de Mats cargado de desconocidos detalles.

Me cuesta romper mi silencio mientras intento encajar la interpretación de, matar de forma efectiva con una recua de doscientos individuos o mas, reunidos tras vaya usted a saber milenarista promesa. El significado de "no te envidio la tarea de decidir como enfrentarse a esto" queda grabado en mi con la memoria de este momento.

Puede que antes, al paso entre los racimos de flor de glicina, mi interés fuera como atar las palabras de Mats con la intención de comunicárselas a Rejane, y la duda de que como las uniera a toda la retahíla de circunstancias y hechos ya traspasados. Pero al encontrarnos a Tobias a la espera se me erizaron las proverbiales escarpias.

Camino adelante, lo que se fuera a comentar va ha ser doloroso por las implicaciones morales que vamos a tener que manejar, y que la voz del Lobo, con su cruda claridad, este presente me estremece.

El relato posterior de Laia teje un panorama complicado a falta de mas detalles tácticos. De inicio indica dos centenas de potenciales victimas (si la puntualizacion de Clementine es ajustada), escudos humanos, canales para abominaciones o convencidos creyentes de la Iniquidad. O lo peor un batiburrillo de todo junto.

Extrapolando en un flash de reminiscencia de como se las gastan abajo de la Muga los narcos no me sorprende imaginarme a que han incluido a familias completas con sus críos y hasta el gato.
Una sombra fría me cubre y debe ser perceptible en el aspecto de mis gestos.

Aprender a morderse la lengua sin literalmente hacerlo, consistió en una de esas tareas que me hicieron llegar a esa calma juiciosa que Clem atisbo a señalar aunque no conozca las veces en las que ha fallado. Quizás si al menos una.

Hacerlo a escala espiritual es lo nuevo para mi juego de emociones. Buscando un punto de anclaje observo a Rejane y a Tobias en los detalles traduciendo inexpertamente un reflejo de calma similar.

A la petición de un detallado de las cuevas asiento, y solo me atrevo a comentar lo que ya sabemos:
- En cuevas alcanzan su máximo potencial. En una cueva tienen a Gabriel. Es propio que el Principal este lo mas cerca del final de la cadena. Lo mas cerca de el objetivo del hechizo. Su impío "Sueño Sagrado" ¿Me equivoco?

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16/10/2018, 12:00
Mats Bergstrøm

Tomando la silla de su sobrina Laia, Réjane no tarda en indicarnos que lo sigamos. Salimos al patio de la glicina, y el comisario nos conduce al edificio que espera al otro lado, una pequeña casa de interior acogedor. Allí nos aguarda Tobías, el señor que tuvo el rifirrafe con Réjane. En ominoso silencio, todos nos sentamos alrededor de una chimenea que arde sin llama, como soldados a punto de recibir el informe de la misión.

No puedo evitar quedarme boquiabierto cuando Laia se toma un momento para explicarnos a todos lo que ha descubierto en sueños, y una vez más me pregunto cómo es posible que una persona tenga acceso a magia tan poderosa. Ha averiguado que nuestros enemigos están en Léucade, una isla griega cuyo nombre ni siquiera había escuchado hasta ahora, montando otro de sus tinglados en un enorme hotel que al parecer es más bien un pueblo colgante. Laia incluso nos ofrece una descripción detallada del lugar. Cuando menciona los dos trasatlánticos parados cerca de la costa, se me hace un nudo en el estómago. De repente todo me parece el posible escenario de una futura carnicería, más terrible si cabe que la de Maine, pues no me cabe la menor duda de que esos cruceros no están ahí porque sí. Los sistemas de cavernas subterráneas me recuerdan a las entradas al Hades que tan obsesivamente busca la secta; no sé por qué tengo la impresión de que se planea llevar a cabo un sacrificio multitudinario que abra las puertas del Inframundo. Aprieto los dientes.

Muchas gracias, Laia —le agradezco, aún perplejo, cuando se ofrece a cartografiar las cuevas—. Desde luego nos será de mucha ayuda.

Clem, por su parte, sí parece conocer mejor la isla, escenario del suicidio de una antigua poetisa. Según cuenta, la mujer podría haberse quitado la vida por desamor, saltando desde la cima de un acantilado, lo que sería una tradición instaurada por los dioses. Enarco una ceja cuando menciona la posibilidad de que los sectarios pretendan utilizar los acantilados de alguna manera; desde luego tendría sentido. Daniel nos recuerda a su vez que es en las cuevas y lugares subterráneos donde nuestros enemigos son más fuertes. Oscuridad y agua. Me viene a la mente el subterráneo de la estación de Danube, y no puedo por menos de pensar que Daniel está en lo cierto.

Yo permanezco en silencio. Había empezado esta reunión relativamente tranquilo, pero a medida que pasan los segundos, mi mente vuelve atrás varias veces, a la conversación con mi padre, y cómo esta acabó derivando en la cuestión del sacrificio, de «hacer desaparecer nuestro don del mundo», y súbitamente las implicaciones me hacen sentirme ansioso. ¿Cuál es el plan de Réjane? Decido esperar, mascándome la cara interna de la mejilla por los nervios. Si el comisario tiene algo que decir, estoy seguro de que lo hará… aunque no sé por qué, empiezo a pensar que va a suponer alguna clase de decisión realmente difícil.

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16/10/2018, 17:18
Elliot

La descripción de Laia cambió el gesto de los presentes. Que de nuevo hubiera trasatlánticos implicados abría las posibilidades de perder cientos de vidas pues, ¿qué otra cosa que sus vidas podían querer de toda aquella gente inocente? A sus acólitos aún los habrían entrenado aunque fuera parcialmente y podrían tener algún otro propósito, al menos inicialmente, en el ritual que estuvieran planeando -o tal vez empezando a llevar a cabo ya en ese supuesto ambiente festivo que había percibido Laia-, pero los inocentes pasajeros podían ser de nuevo el vehículo de los demonios o sus víctimas mortales. Imaginar los barcos era como vivir una pesadilla recurrente y Elliot sintió la náusea en la boca de su estómago mientras trataba de cerrar sus pensamientos al recuerdo de las imágenes que habían visto a bordo del Lotus of the seas.

Clementine y Daniel compartieron sus hipótesis. El lugar no podía haber sido elegido al azar y cualesquiera fueran las tradiciones antiguas bien podían inspirar lo que fuera que estuvieran por hacer, sobre todo, comentó también él, si de alguna forma esa isla tenía que ver con Apolo, dios de las visiones y los sueños al que había nombrado Clementine. Y si en Danube habían construido un tolos en un lugar como aquel cabía esperar incluso que hubieran encontrado las ruinas de un templo original.

Laia se ofreció a pintar el interior de la cuevas, pero Elliot negó con la cabeza tardando unos momentos en hablar, sumido como estaba todavía en la valoración de la información y en una idea.

-Cartografiar el interior de las cuevas puede ser muy arriesgado -miró a la chica pero después también al resto de presentes-. Cuando entré en el camping de Bass Harbor los cuerpos de la gente que soñaba estaban dispuestos en el suelo de tal forma que caminar entre ellos habría podido transportarme a su mismo sueño si no hubiera protegido bien antes mi mente, como Seamus me enseñó -miró a Laia al decir esto-. Si eso es lo que hacían con la disposición de unos pocos cuerpos imaginad qué podrían hacer en el laberinto natural de un lugar sagrado. La información podría ser de mucha ayuda como apuntaba Mats, pero nos arriesgamos a que atrapen a Laia-. Elliot sabía que ella no tenía miedo a nada así que dijo esto último lo dijo mirando al comisario. La información sin embargo podía ser vital.

En caso de que Réjane contestara que sí a su siguiente pregunta tenía una propuesta que hacer para proteger a Laia, pues él había sido testigo una vez de una magia que había superado la de los sectarios. Podía ser sin embargo igualmente arriesgado utilizarla.

Elliot miró a Réjane fíjamente unos instantes. Había en el gesto del chico cierto aire retador que no se había propuesto exteriorizar pero que surgió al mirar en los ojos del comisario, como si hacerlo le llevara a exponer sus sentimientos frente a un espejo. Abrió su mente a él para dejar que leyera con facilidad que tenía una idea aunque peligrosa cuya ejecución le incluía a él mismo. Entonces preguntó: -Esta vez* ¿cree que vale la pena el riesgo?

Notas de juego

*Dire, para que sepas el porqué de esto (que Réjane seguro entendería), se debe a la negativa anterior del comisario a que buscara a Grace para no ponerse en riesgo de que lo atraparan. Elliot no se proponía exteriorizarlo pero he tenido en cuenta que el comisario es el comisario...

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17/10/2018, 00:07
Comisario Pascal Réjane

El comisario miró directamente a Elliot pero no le respondió.

—Están comenzando el rito. Quizá quieran invocar y atar a más demonios antes de que ataquemos, que será dentro de pocas horas. Pero lo peor no es lo que vayan a hacer hoy, lo peor viene luego.

Se levantó de su sillón y se acercó a la chimenea para hablar mirando a las ascuas.

—Matarles no resuelve el problema. Tuvimos suerte con Agathe.

Se giró hacia ellos, sacó de su bolsillo una bala y la mostró sobre su palma. Sólo con verla se notaba que no era un simple objeto, cualquiera que la viera se daría cuenta de que algo terrible estaba encerrado allí dentro. Cerró el puño con fuerza y la sensación de inquietud que acompañaba a su contemplación cesó de pronto. Con el puño cerrado se giró de nuevo hacia el fuego y se acuclilló. Con la mano libre agarró un atizador con el que fue removiendo con parsimonia el lecho de las brasas.

—Tienen un plan B que pasa por su propio sacrificio. Si simplemente les matamos cada uno de ellos dejará en su lugar un fantasma que reinará en los dominios que han ido demarcando durante todos estos años. Si no lo suponían antes, ahora saben que podemos atraparlos como hemos hecho con ella —movió el puño para dar énfasis— y es esperable que cuando midamos nuestras fuerzas con ellos, si vencemos, tengan preparado su suicidio, seguramente uno colectivo en el que matarán también a todos sus acólitos. Si uno sólo de los ocho se nos escapa serán más poderosos de lo que son ahora, vendrán a través de los sueños desde sus reinos de pesadilla y la lucha contra ellos cobrará otro cariz…

Una fugaz mirada a Tobías le cedió el turno en la conversación.

Notas de juego

1 de 2

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17/10/2018, 00:15
Tobías

El anciano sacó una bolsita y mientras se preparaba una pipa habló sin levantarse de su sillón.

—Tenemos dos alternativas sobre la mesa. Os quiero plantear la que me parece más dura pero menos arriesgada, que es lo que haría si esto sólo dependiera de mí.

Réjane quiere hacer otra cosa pero parece que por suerte la decisión no está en sus manos. Así que si luego, cuando suelte la suya, no os convence, entonces lo haremos a mi manera, que es esta…

Preguntó si a alguien le molestaba el humo del tabaco y si nadie se oponía se encendió la pipa dando una buena calada..

—Entraremos a sangre y fuego en la madriguera de esos canallas hasta que no quede ni uno de ellos con vida. Tenemos formas de matar a los ocho atrapando sus miserables almas tal y como le hizo esta bala que nos ha enviado el americano a la vieja urraca —se refería a Ramos y a Agathe— aunque como ya ha dicho Réjane contamos con que alguno de esos idiotas tratará de escapar entregando su alma al diablo para parir su sombra al mundo de las pesadillas. Por eso con entrar a saco no es suficiente.

Miró hacia Sophie de una forma que daba a entender que pensaba que ella podía verlo a través de su venda.

—Mientras unos atacan, otros haremos un rito sobre usted, Sophie. Es un ritual antiguo y terrible que estaba ligado a sacrificios humanos y pasa por desollar tiras de su piel para talar el árbol nefando que dibujan esos tatuajes. Podría morir pero tenemos que conseguir que sobreviva sin enloquecer por el dolor. Si le sirve mi humilde opinión, estoy seguro que usted puede conseguirlo.

Cambió su mirada unos segundos a la doctora y luego fue mirando uno a uno a los demás.

—La mantendremos consciente pero para mantenerla con vida cuento con su ayuda, doctora. Pensamos que se puede sobrevivir a algo así pero incluso tolerando la medicina moderna en el ritual es posible que Sophie muera y eso sería terrible por dos cosas, la primera es obvia y la segunda porque el rito fallaría.

Suspiró serio sin mostrar un ápice de satisfacción. Era evidente que no trataba de vender su plan maquillándolo pero una mirada temerosa hacia Réjane, que no había apartado su mirada de la chimenea, fue suficiente para dar a entender que la propuesta que les iba a hacer el comisario era todavía más terrible para él.

Notas de juego

2 de 2. Ya podéis postear (por si alguien quiere intervenir antes de la exposición del comisario. Si no es así, decídmelo y continúo sin más)

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17/10/2018, 13:10
Comisario Pascal Réjane

Tobías se levantó de su asiento y tras despedirse con un gesto de su cabeza se acercó a la silla de Laia y salió con ella del salón. Había acordado con el comisario dejarlo a solas con ellos cinco.

Habló Rejane, primero sin levantarse, a su protegido.

—Elliot, no quiero que tú ni Laia ni nadie que no esté iniciado en ese misterio vea el trazado de esas cuevas. Ni siquiera es necesario que lo sepamos. Y no nos corresponde.

Se volvió hacia la chimenea y lanzó la bala a las ascuas. Las llamas se avivaron en un silbido tenebroso para consumirse en unos segundos y con ellas esa sensación de angustia que emanaba de ella que quedó al rojo vivo entre las cenizas como un objeto inanimado más.

Hecho esto Réjane dejó el atizador en su sitio y se incorporó.

—Estaréis deacuerdo conmigo en que el plan de Tobías tiene demasiadas probabilidades de fracasar.

Volvió a sentarse en el sillón pero sin acomodarse.

—Ramos logró atrapar en esa bala la emanación de la psique, el fantasma egregórico que Agathe había ido cultivando en sus fantasías y con el que pretendía trascender. Ahora se ha consumido y no volverá.

Tiró aire por la nariz, pensativo.

—Lo que os voy a proponer es muy tremendo. Tobías dice que es osado y antinatural pero no es antinatural. Es algo que está en nuestras manos, un poder al que tenemos derecho. Si sólo fuera el ataque cargaría con las muertes que fueran necesarias pero no voy a arriesgarme a la posibilidad de que tras éste día regresen como daimones. Y menos con lo que saben y lo que desean.

Miró a Elliot y a Mats.

—Si aceptáis oficiaremos un rito para invocar a Eugene y obligarle a que se someta. Elliot, te ayudaré a llamarlo por su verdadero nombre y Mats, si tú aceptas tu padre está dispuesto a imponerle nuestras órdenes para enviarlo a esa isla a que se lleve las almas que ya le pertenecen sin hacer daño a nadie más.

Si tenemos éxito él tendrá que cumplir a rajatabla las órdenes de tu padre sin objetar, sin negociar, sin trucos. Si fallamos estaremos en peligro peor que mortal pero quizá ataque igualmente a la secta, aunque probablemente causando devastación.

Se inclinó un poco para centrarse en Mats.

—Tu padre ha dejado en tus manos la decisión. Si aceptas él estará en el ojo del huracán.

Luego miró hacia Elliot y sin decir nada más volvió a contemplar, pensativo, las ascuas.

Notas de juego

Editado: en el primer párrafo he cambiado "cuatro" por "cinco" (Sophie también se queda)
 

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17/10/2018, 21:20
Mats Bergstrøm

A medida que Tobías primero y Réjane después van explicando sus planes para detener a la secta de una vez por todas, una sensación de náusea muy real se apodera de mí. Bañado en un sudor frío, miro a Pascal de hito en hito, preguntándome si estará de broma. No, no es broma. El comisario no parece el tipo de persona que jugaría con estas cosas. Trago ruidosamente, intentando regular mi respiración, y me llevo los dedos índice y medio al cuello, palpándome el pulso de manera refleja. Con la boca abierta, miro a mis amigos para comprobar si he sido el único que ha oído lo que los dos líderes han expuesto. Me molesta especialmente la ligereza con la que Tobías ha hablado de torturar a Sophie, como si fuese la cosa más normal del mundo. Pero la perspectiva de arrojar a mi padre a los perros tampoco es que me resulte especialmente apetecible, sobre todo después de nuestra última conversación. Ahora entiendo qué quería decir con lo de la decisión difícil.

¿Y no hay otra posibilidad? ¿De verdad? ¿Ninguna? —pregunto, el nerviosismo patente en mi voz—. A ver si lo he entendido, entonces: nuestras dos únicas alternativas son arrancarle la piel a pedazos a Sophie, ritualmente, eso sí, o invocar al Diablo y que mi padre intente convencerlo de que nos haga el trabajo sucio. Resumiendo es eso, ¿no? Pues perdone que no saltemos de felicidad. —Se me escapa la risa, pero mis carcajadas no podrían sonar menos alegres ni aunque lo intentase con todas mis ganas. Sacudo la cabeza—. Joder. Tiene que haber otra manera, ¿no? Pues lo siento, pero aunque esto involucre a mi padre, no puedo tomar esta decisión yo solo. De ninguna manera. ¿Qué dice él de esto? No, espere, no me lo diga. Seguro que está con unas ganas de jugar a El exorcista con Masaryk que te cagas. Y Sophie… ¿Despellejarla viva? No, no, no. ¡No!

Me levanto de mi silla y empiezo a caminar por la sala a grandes zancadas, incapaz de quedarme quieto. Lo cierto es que no estoy enfadado con Pascal, ni siquiera con Tobías. Estoy muy, muy cabreado con la puta secta de mierda que nos obliga a tomar putas decisiones de mierda como esta. ¿Qué es lo que quieren? ¿Que nos convirtamos en psicópatas como ellos?

Mire, si de verdad esto es lo único que se puede hacer, necesito ayuda para decidir. ¡Joder! ¿Pero qué clase de decisión es esta? —Me muerdo los nudillos tan fuerte que me hago daño, cortando por un momento mi torrente de pensamientos negativos. Miro a los demás, mis cejas arqueándose en una expresión de miedo desnudo—. ¿Vosotros… vosotros qué decís?

¿Y qué coño podrían decir? Esto les va a parecer igual de jodido que a mí, sin duda. Al menos ellos no tienen relación con mi padre.

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18/10/2018, 05:35
Clementine Ouvrard

Siento las palabras del viejo Tobías como una bofetada en la cara. En primer lugar no puedo creer lo que estoy escuchando, ¿Lo que haría si dependiera de él? Pues, vaya suerte para la pobre Sophie de que estemos aquí.

Miro a la chica tratando de dilucidar alguna expresión, de leer su rostro o sus gestos ante palabras tan terribles sobre su destino. Luego me menciona y abro la boca totalmente airada, hasta creo que me llevo una mano al pecho, pero no puedo murmurar palabra. Lo que propone, y el que haya pensado en mí para tal tarea, me hace sentir indeciblemente sucia y bajo la mirada en silencio, masticando una mezcla asquerosa de rabia y culpa. Me llevo ambas manos al rostro, no quiero que nadie más me lea.

Las veces que había pensado en acabar con la vida de Sophie, antes de conocer el error terrible que hubiera cometido a nivel cósmico y espiritual, había sido por pura piedad, movida por la firme idea de que su vida no podía ser reparada en modo alguno, de que jamás podría recobrarse de lo que había sufrido y que era en vano prolongar su dolor.

No, miento. No te mientas Clementine. Sentía el impulso de hacerlo no solo por piedad, ese era el disfraz con el que quería cubrir mis otras intenciones: la verdad es que desde el comienzo había podido presentir algo ominoso y terrible en ella, rondándonos a todos, y quería extirparlo de raíz, ¿No era eso lo que todos los médicos queríamos hacer, colectar el cáncer con el bisturí antes de que se esparciera? ¿Y qué mejor manera de eliminar el problema que arrullada por una muerte suave y rápida? Una muerte química.

El viejo lobo había dado en la diana, ¿no? Estaba segura de que ella aguantaría y yo estaba segura de que podría mantenerla viva... El problema era que me negaba rotundamente a hacerlo, no iba a jugarme el alma en esto, al menos no de esta manera. Y nunca, jamás, podría ser una torturadora.

Escuché al viejo Tobías irse y cuando Réjane habló todavía tenía las manos sobre el rostro, respiré varias veces aguantándome las ganas de llorar. La sensación de estar sucia persistía, pero aún así saqué fuerzas para deslizar las manos, ponerlas bajo mis muslos, contra el asiento de la silla, y alzar la vista alarmada por el horrible sonido del fantasma de Ágathe en la bala al desvanecerse. En ese momento sentí una profunda pena por ella, qué desperdicio de vida, pudiendo elevarse eligió cavar en el fango... con la cara.

Por algún motivo, seguramente porque debo compartir algún grado de locura con el cuervo, el plan del comisario no me parece tan descabellado como el de Tobías. Es atrevido y con consecuencias nefastas si fallamos, pero de una manera u otra, acabaríamos con estos desgraciados... ¿Pero y si no? ¿Y si de alguna forma él logra burlarse de todos?

A esta altura me duele la cabeza y no lo disimulo, me tomo la frente y me reclino contra la silla mirando al cielorraso. Luego pongo la mano bajo el mentón y suspiro. La respuesta de Mats no se hace esperar y expresa, con esa forma tan humana y visceral que tiene, lo que todos pensamos, ¿De verdad tiene que ser así?

Me levanto y voy hasta Sophie, le pongo las manos sobre los hombros y los aprieto ligeramente, -Pues, yo lo que digo es que no pienso hacerle daño ni dejar que le hagan daño a Sophie -sostengo, siento que las manos me tiemblan, -Ella no es un objeto ritual, es un ser humano en cuyo cuerpo se ha trazado contra su voluntad un mapa ominoso -lo digo por si acaso se les ha olvidado -Pero ella no es un mapa, es ella. Lo ha demostrado al retornar de su sopor, al decidir acompañarnos en este camino con su temple y su fortaleza, con su férrea voluntad -la miro desde arriba, luego los miro a todos, al comisario por último -¿No hay manera de restaurar a los guardianes originales de cada dominio? ¿De borrar espiritualmente lo que ellos han hecho mientras atacamos en este plano? -quise saber. Quizás a Réjane le molestaba todo esto, que cuestionemos y preguntemos aquello que él ya había pensado, pero no podía no hacerlo, por nuestra salud mental.

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18/10/2018, 21:37
Elliot

Mats caminaba arriba y abajo con grandes zancadas. Su rostro y su tono mostraban su indignación e incredulidad mientras contestaba a Réjane y apelaba a todos y se diría que al universo mismo buscando una respuesta que no fuera un horror. Clementine se cubría el rostro con las manos. Se revolvió en el asiento y terminó colocándose tras Sophie proclamando con decisión que no permitiría que se le hiciera daño. Ninguno de ellos lo permitiría, Elliot estaba seguro. Deberían pasar antes por encima de cuatro cadáveres.

Mientras el lobo y el cuervo hablaron Elliot permaneció quieto, muy atento no sólo a sus palabras sino también a sus gestos y a sus silencios. Lo que se estaba dirimiendo allí era de un alcance tal que difícilmente lo podían cuantificar ni siquiera ellos y se notaba que no estaban complacidos con sus planes. Demasiado peligroso, demasiado terribles las consecuencias en caso de fracasar. Observó en especial al comisario con muchísima atención. A pesar de su seriedad, de su parquedad incluso, le pareció a Elliot que sus gestos contenidos transmitían unos sentimientos semejantes a los de Mats pero tamizados por mil batallas, experiencias atroces y victorias marcadas por la pérdida.

Vinieron a su memoria las palabras que le había dicho Clementine: “Y con respecto al nombre, por algo es que lo sabes. Esa información te ha sido dada a ti y a ti específicamente, a ti que eres un agente del bien, cuando estos locos nefastos la están buscando hace mucho... Piensa en eso. El qué y el cómo se nos revelará a su adecuado tiempo y cuando suceda lo sabrás”.

¿Era este el motivo? ¿Se le había dado el conocimiento del nombre de Eugen para convocarlo y que el padre de Mats lo sometiera? Todo su ser se revelaba contra esta idea. No, no era ese el significado del mensaje -miró a Clementine-. Eso no era lo que le decía su corazón.

Cuando Réjane terminó de hablar con Mats, antes de volver a posar su afilada mirada sobre las ascuas en que había destruido el espectro de Agathe, sus ojos se detuvieron sobre Elliot. Éste sintió como una llamada, como si su mirada transmitiera un “dime que hay otra manera” que quedó resonando en sus pensamientos mezclado con una idea que podía ser peligrosa pero era muy posible que no tanto como el plan de recurrir a Eugen.

Clementine habló de borrar espiritualmente lo que habían hecho; si había alguien que pudiera saber si esto era posible y cómo, tenía que ser él.

-Comisario, si fallamos invocando o dominando a Eugen las consecuencias pueden ser devastadoras -no pudo continuar sentado y se acercó a la chimenea-. Podría destruirnos a todos y a todo habitante de la isla. Podría buscar venganza y acabar con todo lo que amamos... ¿Y qué evitaría que se vengara igualmente aunque tuviéramos éxito? Pero podría haber otra manera -hizo una pausa y esperó que Réjane lo mirara con atención antes de continuar-. Hay algo que ni usted ni Sophie conocen pero sí mis compañeros -se volvió hacia ellos y los miró uno a uno-, la existencia de alguien poderoso que también es su enemigo y a quien tal vez podríamos recurrir. Ya les venció una vez, estoy seguro. Y también sé que podré encontrarlo, dónde debo buscar o dónde llamarlo… -se notaba que pensaba en estos detalles conforme estaba hablando-. Es aquel que posee el conocimiento original en que se basaron para construir el mapa que hay en Sophie, quien conoce el mapa y el territorio auténticos, el que no ha sido tergiversado ni mancillado ni pervertida su naturaleza. El mapa original es un árbol armonioso y un onomasticón. En él los nombres de los dioses no han sido sustituidos por los de estos usurpadores… Comisario, pasé años soñando a través del mapa original, buscando para ellos cuando era niño. Y estaba tatuado sobre el cuerpo de un hombre al que mantenían dormido y en cuyos sueños se me obligaba a entrar. Es a él a quien podemos buscar. Tuve una visión de él en Bass Harbor -dijo volviéndose hacia sus amigos sabiendo que no había compartido aún ese detalle. Luego se quedó con la mirada ensimismada recordando las palabras que le dijo-. Creo que estar allí de nuevo me acercaba a los recuerdos sobre él -hablaba un tanto desordenadamente, como si pensara en voz alta-. Y si alguien sabe cómo cerrar los caminos abiertos en Sophie tiene que ser él. Sophie, le prometí a Mats que si alguien podía ayudarte a hacerlo lo encontraría-. Calló un momento buscando la frase que resumiera su proposición:

-Ellos lo apresaron, buscaron robar sus secretos, pervirtieron su conocimiento sagrado y, si logran su objetivo, corromperán aquello a lo que está consagrado. Él podría ayudarnos a acabar con todo esto.