Partida Rol por web

8 de Hithui.
20:00

 Ha llovido durante dos días y parece que por fin amaina. Lleva toda la tarde sin llover, aunque el Gran Camino del Este seguro que está embarrado.

 Sören, pues así se llama el joven soldado que rescatasteis de una muerte segura en el camino, partirá mañana con Turlin en dirección a Cameth Brinn para intentar llamar la atención de la guardia sobre lo sucedido en el bosque de los troll.

 Vosotros, con Elendin a la cabeza que desea averiguar  más sobre los ataques de los orcos a los dunedain en esta zona, habeis acordado partir al alba en dirección contraria a ellos, hacia el norte, a la búsqueda del lugar maldito: las ruinas del castillo de Ar Gular. El Castillo se encuentra al parecer siguiendo el propio cauce del Fontegris en direccion norte.

 Minna y Bannie Grumm se apresuran a servir la cena a base de estofado de pato y cebollas. No hay muchos más comensales en el comedor de la posada. La chimenea esta encendida para combatir el fuego. El grupo ocupa una de las mesas largas junto al fuego, mientras Turlin y Sören preparan su viaje en una mesa más pequeña y alejada. Entre Minna y el joven Sören parece que se han desarrollado algunos sentimientos durante los últimos dias.
 

Di las gracias a la Posadera, y le compré algunas hierbas más tras recibir el pago por las dosis de Garriig. Al comprobar que no era suficiente con lo que había ganado en nuestra pequeña aventura, me ofrecí a trabajar a cambio de un poco de comida para poder pagar la diferencia. Estaba acostumbrado a trabajar allá donde fuese para pagarme la estancia y la comida, y a menudo conseguía algunas monedas para poder costearme unas cervezas. Los Grummm ya me conocían y tenían razones para confiar en mi. Así que no veía porque no habrían de aceptar mi propuesta. Mientras esperaba su respuesta, saqué mi pipa y le ofrecí un poco de mi hierba para amenizar la charla.

 El posadero te mira consternado.

 Bueno, ahora en invierno apenas hay clientes... y ya tengo trabajando a todos mis hijos. Son cinco ¿sabe uste?

 La mujer también parece compungida. Te recomienda que, si esas hierbas van a servir para sanar al grupo, ellos también deberían pagar parte del coste.

 No queremos parecer desagradecidos, pero no nos podemos permitir "contratarte" ahora mismo... ¿entiendes? ¿Que sabes tú de todas maneras sobre llevar una posada? ¿O sobre carpintería ya puestos?

 Ves en sus caras que los estas poniendo en una situación incomoda.

 Cuando esa noche bajais a cenar, el posadero se os acerca de una manera correcta y apartada de los demás.

 Disculpad, nobles señores. No querria bajo ningún concepto parecer desagradecido, pero tengo cinco hijos y el invierno se acerca. 

 Como no pareceis comprender su petición, el buen hombre se explica.

 La habitación individual... esto... nuestra oferta de comida y alojamiento gratis sólo se refería a vosotros seis, no a vuestros invitados, por ilustres que estos sean. Alguien debería pagar por la cama, la comida y, por cierto, las jarras de vino que el soldado ha consumido. En total, son unas cinco monedas de oro, señores. Lo siento.

 Extiende su mano rechoncha y desnuda esperando a que le pagueis.

Los acontecimientos sucedidos no dejaban indiferente a la dúnedain, y aunque no había sido capaz de confiar en el soldado malherido, los datos que había obtenido de él hacía que todo poco a poco cobrase un poco más de sentido. Una vez abajo, el tabernero les pedía dinero por el soldado.

- Creo que hicimos suficiente con salvarle la vida, lo más sensato es que pague él su parte - le dijo a Rubb, mientras se planteaba que quizás esa idea ya había pasado por la cabeza del tabernero, y que la respuesta del soldado era lo que lo había llevado hasta ellos. 

Un nuevo planteamiento se cernía sobre ellos, y por una vez tenía relación con lo que la había llevado hasta aquella taberna. Quizás después de todo parte del honor que creía perdido por haber aplazado su misión volvería a ser restituido. Esperó a que Rubb se alejase para hablar tranquilamente con Tirlindë.

El noldo miró al posadero con total indiferencia, pues dichos temas no le atañen lo más mínimo. Por suerte, fue su diplomática compañera dúnedain quien respondió. No obstante, veía la desesperación en los ojos del tabernero y no quería sembrar la discordia con ellos pues grande y larga parece que va a ser su estancia allí.

Por ello, resoplando como si le supusiera un esfuerzo enorme, le arrojó 5 monedas de oro al dueño de la posada, con denotada desgana, para luego seguir a su amada y hablar temas de mucha más importancia.

Algo avergonzado, di las gracias a los Grumm por su hospitalidad.

Comprendo, no era mi intención poneros en esta situación. Solo pretendía ser de ayuda y ocupar mi tiempo en algo mientras descansaba de nuestra reciente aventura...No es necesario que me den explicaciones, me hago cargo de su necesidad.

Les respondí por cortesía antes de irme.

Tras las compras de última hora, me acerqué al enano para pedirle un pequeño favor.

¿Te importaría llevar en tu Caballo parte de mi carga Fjalr?
Veras, me temo que es demasiado peso para mi pobre Montura...Tranquilo, solo serán unos días, muchas de las cosas que porto son consumibles y la carga se irá reduciendo con el paso de las jornadas...

A cambio puedes disponer libremente de alguna de ellas...Terminé con una sonrisa, al tiempo que con mi mano descubría un barrilete provisto de Licor.

Esperaba que el flautista tuviese un poco de espacio libre para compartir conmigo en su Caballo.

8 de Hithui.
20:00

El día había sido largo y tedioso. Tras ultimar los preparativos del viaje, dispuse todo para la partida y me reuní con el resto en el comedor.

Observaba con curiosidad la mesa donde Montaraz y Trovador conversaban..todavía no había tenido oportunidad de hablar con el joven...y tenia muchas preguntas para hacerle...
Orcos...encapuchados..., me preguntaba si aquel Norteño podría ayudarme en mi búsqueda.

Di una suave bocanada a mi pipa, y tras aspirar profundamente, empecé a dibujar serpenteantes figuras de humo que se arremolinarón a medio metro sobre nuestras cabezas...

Un Castillo frecuentado por Orcos...tal vez deberíamos buscar algo de información sobre ese lugar...Ar-Gular...¿no es así?...hay algo que no me gusta en todo esto.
...para cuando termine de hablar, las serpientes se habían ramificado y difuminado parcialmente, creando una particular figura abovedada de un extraño color verde.
Entonces, di otra pequeña inspiración de mi pipa y exhalé nuevamente, con más fuerza que antes, provocando una linea gorda y nervuda que fue a unirse con la maraña anterior, justo en su base...sin embargo esta nueva figura de humo era de un color más ocre, acastañado...El dibujo permaneció flotando apenas unos instantes más, mientras los colores se fundían en una perfecta armonía y la figura tomaba al fin forma, bajo la atenta mirada de los 5 comensales, y una melancólica sonrisa.

 Fue una tarde lluviosa cuando la niña te subió el barril y las raciones que habías pedido a los posaderos.

 Aqui esta el brandy y las raciones... ahhh y también esto. De su vestido extrajo un puñal pequeño, con mango de madera y más aspecto de herramienta que de arma, ya que no tenía cruceta Mi padre me dijo que son ocho de bronce por la comida y la bebida, así como dos de plata por el cuchillo.

 Tras recibir el pago, la joven hizo una pequeña reverencia y pudiste comprobar que eran los vestidos nuevos.

 Y muchas gracias también por su bonito regalo, señor Kallen.

 Después la joven se marchó sonriente.

El silvano escuchó atentamente los planes y ya llevaban días hablando sobre "que hacer".

El silvano vio como el animista jugaba a hacer formas de humo, y aunque sería una agradable atracción para el público, no le parecía del todo correcto jugar en lo que se suponía como una reunión seria.

Estando todo dicho y no estar de demasiado buen humor, prefirió ir a ver un momento al tal Turlin, no había tratado mucho con el y no le causaba demasiada confianza desde que intentó dormir a sus compañeros tiempo atrás. Pero era tal vez una de sus últimas esperanzas para averiguar algo sobre la extraña bolsa de seda negra y bordado de hilo de plata, tal vez ese hombre habría escuchado algo de los símbolos del saquito.

- disculpad por la molestia ¿puedo sentarme junto a vosotros un momento? - el slvano sacó la bolsa y se la mostró - tengo curiosidad por estos símbolos, y he pensado que tal vez tu los hayas visto u oído hablar de ellos en alguna ocasión,... en el interior iba un pendiente, que mis compañeros insistieron en vender en demasía, solo puedo esperar que no tuviera nada que ver con la bolsa - dio un leve momento para que examinara bien la bolsa.

- ¿y bien? ¿que os parece?

Cansado y soñoliento, el guerrero esperó con paciencia que sus compañeros terminasen de hablar. Él se apuntaría sin dudarlo a la nueva aventura. Aunque le daba pena no haber podido descansar lo suficiente, o celebrar la anterior reunión con más garbo.

Después de afirmar ante una pregunta que le hizo el beornida y tranquilizar, un poco al menos, su enfado, decidió preguntar por los datos de la misión. Era simplemente un reconocimiento pero podía ser peligroso, así que debían preparar toda la información de antemano. No hacer una salida desesperada como la última.

- ¿A cuantos días esta en galope? ¿Hay ríos en el camino? - preguntó el enano mientras pensaba en lo que debería transportar.

Me agradó comprobar que las chicas habían recibido su regalo, y por su reacción parecía que le habían gustado también.

La despedí devolviendole la sonrisa y me dispuse a guardar el resto del equipo en mi mochila.

Finalmente había comprado demasiadas cosas. No sabia a ciencia cierta cuanto tiempo nos mantendría en el camino la pequeña excursión a Ar-gular, pero había aprovisionado pertrechos para algo más de 2 semanas para cubrirme en salud.

Si algo había aprendido de la última aventura, era que no podíamos desatender esta parte de la empresa. Nuestras vidas podían depender de disponer de la herramienta adecuada en el momento preciso.

Sin embargo ahora tendría que repartir algunas cosas en los arreos de mi montura. Tras ir al establo y comprobar que la carga seguía siendo excesiva, pedí ayuda al enano para compartir el excedente.
Le hice entrega del barril de Brandy y algunas raciones y me despedí de él.

Ya solo me quedaba una cosa por hacer, la había postergado porque el orondo mercader de Gondor no era de mi agrado, pero se me acababa de ocurrir una idea para evitar su repugnante presencia.

Antes de que la hora de partir estuviese próxima, aproveché un momento en que el hechicero se encontraba ocupado con sus preparativos para acercarme a la norteña y pedirle un pequeño favor.

_Señora, me concedéis un minuto_ Le dije lo más educadamente que sabía.

Le pedí que me acompañase a uno de los reservados de la posada y allí la invité a un trago de Hidromiel, mientras buscaba la manera adecuada de exponer mi petición.

Vera, hay algo que deseo ...pero para hacerlo debería tratar con una persona que no me agrada, por no hablar que probablemente yo le desagrado en igual medida, lo que a ciencia cierta elevaría todavía más el costo de la transacción. Sin embargo usted, creo que es la persona idónea para conseguirmelo.

En realidad, era consciente de que probablemente la persona más indicada de grupo para tratar con el elitista comerciante Gondoriano era el hechicero Noldo, con sus refinados modales y su porte elegante, representaba todo aquello que Goldbang creía respetar...incluso compartía su altiva y pedante xenofobia. No obstante, todavía estaba enfadado con el Mago, y no tenia ninguna intención de contraer una deuda con el, por nimia que esta fuese.

Del resto del grupo, la Dunedain era sin duda la mejor opción...al Hobbit probablemente no se lo tomaría en serio y estaba claro que la gente de armas como Fjalar y el excéntrico Silvano no serían tampoco de su agrado.

La norteña pertenecía a un linaje elevado y orgulloso, con unas pequeñas indicaciones mías, podría ganarse fácilmente el favor del comerciante y traerme lo que quería.

Veía en ella cierto porte honorable, sobre todo cuando las nubes negras que envolvían al Noldo no se encontraban cerca, atenazándola. Creia que podía confiar en ella.

Suavemente deslicé mi mano por la mesa en dirección a la suya, y cuando ya casi podía rozarla, la aparté dejando a la vista 15 monedas de Oro.

En el piso de arriba, en una de las habitaciones individuales que conectan con la sala común, se aloja un comerciante de Gondor. Seguramente lo encontrarás allí, rara vez sale, porque no le gusta mezclarse con la gente de por aquí...nos considera chusma, paletos de campo, o bárbaros...no recuerdo exactamente...en fin, eso no importa. Divagué Su habitación es la numero 2, lo reconocerás enseguida: gordo, sudoroso, condescendiente...Si lo tratas con cortesía y le sigues un poco la corriente, estoy seguro que se mostrará amistoso contigo...pero debes cuidarte de contrariarlo, no importa lo estúpidas o arrogantes que te parezcan sus ideas.
Me recosté ligeramente como tratando de ordenar mis ideas_
Necesito que le preguntes por un par de hierbas, una es un veneno, se llama Uranaa, no debes aceptar un precio mayor a 10 Monedas de Oro por él...y sospecho que quizás tu puedas obtenerlo por algo menos.
La otra, no es seguro que la venda, su nombre es Arfandas, se trata de una hierba que acelera la recuperación de fracturas. Pienso que podría sernos de mucha ayuda en nuestra próxima expedición. Necesito que me compres al menos 6 dosis, una por cada uno de nosotros. Nomalmente no es muy cara, pero parece escasear por estos lares, y es posible que eso haya elevado su precio...normalmente con poco más de 1 moneda de oro sería suficiente...de modo que con las 5 que te doy no deberías tener problemas.

Tras esta detallada exposición, la miré a los ojos y le dije. _Haríais esto por mi_ Vacilé un momento y continué _...sino por mi, por el resto del grupo...ya habréis visto que el infortunio nos ha rondado cerca en la última expedición...cualquier ayuda podría significar la diferencia entre la vida y la muerte

 Apesadumbrado, Turlin negó con la cabeza en el mismo momento de ver la bolsa negra.

 Ya he examinado anteriormente el objeto al que os referís, amigo. os dijo invitandoos a sentarse con un gesto de la mano Me lo enseñó vuestro compañero, el Hechicero de Lorien. Sin embargo os digo que no pude sacar nada de la bolsa. Si bien parece ser algo importante o conocido, lo cierto es que un bardo experimentado como yo no había visto jamás ese diseño en concreto. Es un misterio, la verdad.

 Sören también echa un vistazo a la bolsita pero os la devuelve encogiéndose de hombros. Nadie parece saber nada del pendiente.

 Lo habiais estado discutiendo durante aquellas tardes, reunidos en el salón privado, alrededor de unas jarras de vino y cerveza.

 Por lo que habiais visto en los planos y croquis que os habían hecho Turlin y el soldado, el castillo se levanta a unos cien kilómetros al norte, prácticamente en linea recta desde la posada. No había ningún rio en el camino, al contrario, el rio discurría paralelo a la ruta que debíais llevar. Aunque era posible que algún arroyo o afluente menor fuera a desembocar en el rio, por lo que quizá tendriais que vadear en alguna ocasión.

 Una ruta alternativa, algo más larga, pero más segura (quiza 115 o 120 km) era seguir el camino. A buen seguro avanzariais más rápido y esto era lo que hacía la guardia en sus rutas mensuales. Sin embargo, el camino iba a Cameth Brinn, no al castillo en ruinas, por lo que los últimos 20 o 30 km deberiais hacerlo campo a través.

 Aún no habiais tomado una decisión definitiva respecto a esto.

El silvano se había acercado a Elendin para pedirle un pequeño favor, pero cuando ésta preguntó sobre la naturaleza del asunto, el elfo la invitó misteriosamente a un reservado. La joven aceptó intrigada, y diriiéndose tras él, se sentó y esperó a que su compañero empezase a hablar. Mientras escuchaba, una jarra de hidromiel fue puesta delante, a la cual Elendin dio un pequeño sorbo para no parecer descortés, mientras observaba con ligera inquietud como la mano de Ragnar se deslizaba por la mesa para dejar unas monedas casi al lado de la mano de la montaraz. 

- Sospecho que vos lo habéis intentado ya - dijo volviendo al tono formal que en ciertas ocasiones de la anterior aventura había dejado de usar con el elfo -  pero que habéis fracasado en el intento. - el tono de la dúnedain era suave, entendiendo al fin el motivo de la reunión. -  lo haré  - sentenció con una leve sonrisa -  más tarde veremos si tengo éxito o no -  dijo dando por finalizada la reunión mientras se levantaba y cogía las monedas para dirigirse al extraño mercader.

Elendin se encaminó con las monedas hasta la habitación que le había dicho Ragnar, y cuando llegó a la puerta tocó suavemente.