Partida Rol por web

Moussa teleportó con éxito a Aitor, haciéndole aparecer encima de la torre en medio de una pequeña esfera de agua. Mientras el genio recuperaba el aliento tras su repentina inmersión, él y Moussa escucharon un rugido en la lejanía.

Un centenar de metros más allá, en medio del Támesis, el gran lagarto se revolvía en el agua. Todavía se encontraba dañado gravemente por el último ataque del robot de Aitor, pero la canción de Sirena ya no le afectaba.

Se alzó, haciendo gala de una titánica fortaleza, y cargó contra el puente con todas sus fuerzas. El robot no pudo interponerse en su trayectoria, pues había caído a causa de la gran ola de antes. Además, el alquitrán le impedía moverse con libertad.

Conociendo la magnitud de la fuerza del enorme oponente A, lo más probable es que derribase gran parte del puente de un solo golpe. El Grupo 4 debía reaccionar rápido si quería salvar a los inocentes. Todavía faltaban unos segundos para que el gran Lagarto impactase.

Pero aquellos que estaban en el puente no podían concentrarse en gran oponente reptiliano. Ellos tenían sus propios problemas, como la enorme nube de humo negro que lo recubría todo. Había demostrado ser capaz de marcar a aquellos que estuviesen en su interior, ahora sólo era cuestión de tiempo que el misterioso enemigo de negro los encontrase.

Desde el interior de la nube, Vent sintió momentáneamente una presencia a sus espaldas. Era el siguiente.

Notó una extremidad golpeándole de lado la parte baja de la espalda. Aquel golpe en el pecho podría haberle dejado sin respiración e incluso aturdirlo, pero quizá su oponente no podía ver bien dónde golpeaba. Sin embargo tocarle fue todo lo que necesitó, pues acto seguido Iván recibió un nuevo golpe – esta vez en el hombro – que lo derribó contra el suelo.

Luego vino un forcejeo, e Iván notó como el oponente lo envolvía con una especie de cuerda fina y resistente, limitando sus movimientos hasta el punto de atarlo completamente.

Después de eso, el oponente B se alejó sin más. Seguramente tenía otras cosas que hacer.

Desde su nueva posición – rozando el suelo – Iván advirtió que ya no oía los pensamientos de sus compañeros. En medio de la nube negra tan sólo le acompañaba el silencio.

Sara alzó el vuelo, ahora elevando consigo a Rudy, usando para ello toda la fuerza a la que podía recurrir.

- ¡Nosotros también tenemos sorpresas!

Gritó hacia el monstruoso lagarto el cual corría hacia el puente. De llegar hasta él podía ser fatal pero ella podía detenerlo gracias a sus poderes. Justo para esto se había unido a la academia. Aunque fuera un ejercicio ficticio habían vidas en peligro y ella tenía que protegerlas. Le daría la vuelta a su maldición y la usaría para evitar que otros sufrieran. ¡Desde hacía tiempo estaba determinada a ello! Los meses de entrenamiento en su hogar tenían un claro propósito y ahora llegaba el momento de verse en acción y demostrarse que su misión era posible. ¡Intentaría detener al monstruo!

Se dirigió de frente hacia él, sin importar que ambos, Rudy y Sara, terminarían chocando contra aquella mole de escamas y mala leche.

- ¡A por él, Cráter!

La monstruosa figura cada vez estaba más cerca y teniéndolo a pocos metros sus ojos se iluminaron con un resplandor grisáceo. Ambos se precipitaron contra Lagarto y tras el violento golpe Sara generó hielo en todas direcciones, extendiéndolo para formar un pequeño muro que lograra detener el fatal avance de la criatura.

Sara alzó el vuelo, ahora elevando consigo a Rudy, usando para ello toda la fuerza a la que podía recurrir.

- ¡Nosotros también tenemos sorpresas!

Gritó hacia el monstruoso lagarto el cual corría hacia el puente. De llegar hasta él podía ser fatal pero ella podía detenerlo gracias a sus poderes. Justo para esto se había unido a la academia. Aunque fuera un ejercicio ficticio habían vidas en peligro y ella tenía que protegerlas. Le daría la vuelta a su maldición y la usaría para evitar que otros sufrieran. ¡Desde hacía tiempo estaba determinada a ello! Los meses de entrenamiento en su hogar tenían un claro propósito y ahora llegaba el momento de verse en acción y demostrarse que su misión era posible. ¡Intentaría detener al monstruo!

Se dirigió de frente hacia él, sin importar que ambos, Rudy y Sara, terminarían chocando contra aquella mole de escamas y mala leche.

- ¡A por él, Cráter!

La monstruosa figura cada vez estaba más cerca y teniéndolo a pocos metros sus ojos se iluminaron con un resplandor grisáceo. Ambos se precipitaron contra Lagarto y tras el violento golpe Sara generó hielo en todas direcciones, extendiéndolo para formar un pequeño muro que lograra detener el fatal avance de la criatura.

-¡Mega Ataque Conjunto, METEORITO DE HIELO!- grité mientras caía junto a Sara.

Caíamos en picado contra la cabeza del lagarto. Eso le dolería. ¡Y mucho!

Era una sensación rara hacer un ataque en equipo junto a Sara. Ya lo había hecho anteriormente con Diana, Fusión, Ms Marvel... Pero con Estigía me resultó diferente. La chica de hielo no era con la que más hablaba del equipo. Tal vez por eso noté una cierta complicidad al hacer la maniobra. Al parecer estas heroicidades creaban vínculos especiales.

Mi puño chocó, al mismo tiempo que el ataque de Sara, con muchísima fuerza contra el lagarto. Tal vez el puñetazo más fuerte que jamás había dado. Esperaba no romper la Sala del Peligro.

Nuestros ataques formaron un espectáculo digno de ver, la explosión de hielo seguida de la onda expansiva de mi puñetazo.

-E-Estigia. ¿Querrías quedar para ver algún anime algún día? -dije mientras empezaba a caer.

Empecinada en generar la mayor masa posible de hielo, giraba en el aire expandiendo sus espinosas telarañas, las cuales crecían mientras se enredaban entre sí.

Al escuchar a su amigo no pudo sino sorprenderse. Ni siquiera podía mirarle durante más de un efímero segundo.

- ¡Vamos Rudy, pelea!

No tenía tiempo de decir mucho más. En estos momentos no se podía parar a pensar en otra cosa que no fuera el ejercicio.

Sara y Rudy. Estigia y Cráter. Frío y Radiación.

La pareja de adolescentes descendió del cielo a gran velocidad, con las translúcidas alas de Sara batiendo con fuerza. Una estela nívea los envolvió mientras iban a su encuentro con el enorme lagarto.

En el momento previo al impacto Rudy y Sara se separaron. Rudy con el puño en alto, y Sara con las palmas extendidas.

De las manos de Estigia surgieron miles de zarcillos de hielo que chocaron de lleno con la cabeza del lagarto, envolviéndolo en un manto de afiladas estacas de hielo que se colaron entre sus escamas y ralentizaron su avance.

El frío de Sara fue tan intenso que el enemigo comenzó a congelarse de arriba abajo, a medida que el delicado polvo de diamante que surgía de la muchacha se posaba sobre él.

Entonces llegó Rudy. Con la fuerza de la radiación cósmica de su lado, el muchacho le propinó al gran enemigo reptiliano el puñetazo más fuerte que había dado en su vida.

Un estallido sónico se escuchó en toda la Sala del Peligro.

La onda expansiva hizo que el Támesis entero se revolviese. Incluso la nube de humo negro pareció estremecerse.

“¡CRACK!”

Un grave crujido acompañó al puñetazo de Rudy. El hocico del enemigo, congelado por el frío de Sara, se había resquebrajado ante la potencia del impacto.

Impelido por la fuerza de Cráter el gran lagarto cayó de espaldas al Támesis, completamente inerte. Al mismo tiempo, a causa de la fuerza de su propio puñetazo – y de la fuerza del Lagarto, Rudy salió disparado hacia atrás. El colombiano trazó una trayectoria parabólica mientras pasaba por encima del puente para precipitarse hacia el agua por el otro lado.

La caída del lagarto, como había pasado antes, levantó una enorme ola. Sin embargo, dada la proximidad del enorme reptil al puente, aquella vez parecía que el agua se iba a llevar el puente entero por delante.

Sin embargo, Sara todavía no había terminado. Con los ojos centelleando con un gris refulgente, la alicantina extendió sus brazos y sus alas. Un enorme muro de hielo se levantó junto al puente.

La gran ola chocó con violencia contra la translúcida barrera. El agua rebosó por encima del muro y la estructura entera crujió. Pero tras unos instantes de incertidumbre el hielo aguantó, protegiendo así a los compañeros y civiles que todavía estaban en el puente.

Un extraño silencio llenó la Sala del Peligro.

[color=#9A2EFE]~ El ejercicio todavía no ha terminado ~[/color] recordó el Director Richmond tras unos segundos. Aunque trataba de permanecer sereno, todos notaron su perplejidad.

Las cosas no iban muy bien. Nadie había decidido explicar qué estaba pasando fuera de la nube de ****** que le cubría. Lo único que le habían dicho era que su invisibilidad ya no era útil. El ninja podía marcar a la gente. Soberanamente frustrado con que su nuevo poder, que le había costado una semana entera desarrollar, Iván se sintió reticente a retirarlo. Seguramente, aunque estuvieran marcados, seguirían siendo inaudibles… Aquello era de alguna forma útil, ¿Verdad?

No tuvo mucho tiempo más para procrastinar la decisión de abandonar ese uso de su poder a cambio de algo más útil. El cabello de la nuca se le erizó, y antes incluso de que su cerebro reconociera a santo de qué, recibió un golpe en su costado. Tentativo, quizá, teniendo en cuenta que el segundo golpe, en el hombro, fue realmente demoledor.

Por vez primera en muchos años, el suelo corrió a su encuentro como si de golpe la gravedad hubiera recordado que él existía, y entre una cosa y otra se quedó sin aliento. Cuando su mente alcanzó a su cuerpo, estaba siendo atado al suelo. Temiendo por lo que iba a suceder, cerró los ojos con fuerza, incapaz de oponer ningún tipo de resistencia, pero ningún golpe final llegó. El enemigo simplemente se fue, dejándolo allí atado como una araña captura a una mosca y la deja ahí, para cuando necesita un tentempié.

Además, tenía la certeza de que no estaba enlazado mentalmente con sus amigos. Estaba solo completamente, inmóvil en la oscuridad, a merced del enemigo, y nadie sabía que lo estaba.

- Joder.

Advertido o no por sus compañeros, Iván había cortado cualquier comunicación con el resto del grupo. En el interior de la gran nube negra no se podía ver nada, y la posición del Oponente B seguía siendo un misterio.

Por si fuera poco, César y Marina tampoco daban señales de vida por el momento. Parecía que su número se reducía poco a poco.

La última orden que había recibido Diana fue salir de aquella cúpula para ir a ayudar a Aitor, aunque al parecer Moussa ya lo había sacado del agua... no sabía a ciencia cierta cuanta gente quedaba allí dentro para ayudar, y no sabía qué más hacer porque aquella nube de oscuridad nublaba su vista por completo, y estaba empezando a nublar también su juicio, y eso que solía ser una chica bastante fría y metódica.

[color=#9A2EFE]- Saldré de la nube, y tu deberías hacer lo mismo Iván... ahora mismo eres el centro de atención[/color] .- Dijo a su compañero completamente ajena a lo que había sucedido en el interior.

Alargó sus pasos para salir de la cúpula casi instantáneamente, y buscó uno por uno sus compañeros.

[color=#9A2EFE]- Avisad donde estáis para teneros localizados... hace rato que no sabemos nada de César, ¿Estáis todos bien? [/color] .- Esperó atenta a que todos contestaran, y el que no lo hiciera sabría que se encontraba en peligro.

Aitor, en sólo unos segundos había pasado de estar sobre el puente a ser gollpeado, caer al Támesis, comenzar a bucear en busca de la superficie para no ahogarse y aparecer sobre una de las torres del puente, mojado y expuesto a las inclemencias del viento londinense de altura. Otro en su lugar se habría visto abrumado por los cambios, pero Aitor era Aitor, estaba hecho de otra pasta. Casi al instante estaba ya readaptándose a la nueva ubicación.

[color=#8300A8]-Soy Zenitram[/color] -comenzó mentalmente- [color=#8300A8]Atajo me ha transportado a lo lato de una de las torres del puente. Estigia, Cráter, buen trabajo, uno menos. Ahora nos toca centrarnos en el difícil. Atajo y yo trataremos de localizarle y abatirle, pero estando aquí arriba dudo que venga a buscarnos, seguramente se centre en vosotros. Estad bien alerta. Además, desde aquí arriba no puedo apoyaros con más robots.[/color]

En efecto, Zenitram necesitaba estar cerca de los vehículos o aparatos para poder transformarlos en robots, como había hecho con el camión-transformer. Lo que sí podía hacer era hackear en un momento con su tablet (si es que ésta seguía funcionando tras el chapuzón) las cámaras del puente para incrementar sus posibiliades de localizar al sujeto B. Dicho y hecho, Zenitram se puso manos a la obra, accediendo en tan sólo unos segundos a la red de cámaras de tráfico d Londres, en particular a las de aquel puente y aquellas en toda la ciudad orientadas hacia él.

Aitor tecleó frenéticamente en su tablet - ¡suerte que era a prueba de agua! - para conseguir acceso a las cámaras de seguridad. Todas obedecieron sus órdenes, pero al enfocarlas hacia la nube vio que su esfuerzo había sido un poco en vano.

Las cámaras no estaban diseñadas para penetrar aquella humareda, no veían más que la nube negra. Aunque quizá si las modificaba...

[Color=#CC00CC]-¡Ouch! [/color]  -Alcanzó a decir Moussa al sentir la onda expansiva que se produjo cuando el puño de Cráter impactó contra las gruesas y duras escamas del lagarto.  [Color=#CC00CC] -Eso me ha dolido hasta a mi. Recordarme que no le choque los cinco jamás a Rudy.[/color]    -Aunque el ver cómo el super-lagarto caía molaba, el espectáculo que Estigia les proporcionó a continuación fue incluso mejor. De alguna forma que Moussa no era capaz de entender, fue testigo de cómo la dama de hielo extendió su aura creando un enorme muro de hielo que logró detener el poderoso avance del tsunami formado por el super-lagarto al caer.  [Color=#CC00CC]  -¡Uooouhhh! Sí que os habéis hecho poderosos en estos días. Buen trabajo, pareja. [/color]

En aquellos momentos, el senegalés se sentía un poco fuera de juego. Realmente estaba haciendo bien poco para ayudar a resolver aquella situación. Aunque tampoco se le ocurría nada genial que les ayudase a resolver todo aquel jaleo con el ninja de las sombras. Así que se puso tras Aitor y mirando por encima de su hombro, fisgoneó para ver que estaba haciendo. Mientras lo hacía, empezó a sentir que la nariz le picaba más y más a cada instante, hasta que finalmente, se alejó a tiempo de Aitor antes de soltar un sonoro estornudo.

[Color=#CC00CC]-¡Aaaaaachuuuuuuu! Puag...Esta mierda de polvo negro se me ha metido por la nariz, jodido ninja estúpido...[/color]  -De pronto, una pequeña lucecita se iluminó en la cabeza de Moussa. [Color=#CC00CC]-¿Ummmm? Espera un segundo...¿Bosch sabía de esta prueba? [/color]  -Alzando la vista mientras se rascaba la barbilla, Moussa comenzó a soltar lo que se le pasaba por la cabeza en voz alta.  [Color=#CC00CC]  -Mi poder pudo alcanzar a Fantasma cuando era intanri...intangili...¡cuando era un fantasma! e incluso logré liberarlo de la pared-trampa que lo tenía apresado. Eso significa que mi poder puede tocar cosas no materiales, aunque esa oscuridad parece que sí tiene algo material, como este extraño polvo asqueroso...[/color]

Rascándose la cabeza con ambas manos, trata de aclarar sus pensamientos y concentrarse en lo que sabe de su propio poder. Claro que no está muy seguro de a lo que quiere llegar. Sabe lo que desea intentar, pero no es capaz de expresar lo que su instinto le dicta.

[Color=#CC00CC]-¡Chisssst! Seguro que Bosch sabía de esta prueba y por eso me ha tenido toda una semana recogiendo basura. Sabía que usaría mi poder y que gracias a ello, mi control sobre los portales sería mayor. ¿Y si crease un portal que se plegase sobre sí mismo? Vaaaa que diablos, me empieza a doler la cabeza, será mejor que me ponga a ello en vez de darle más vueltas.[/color]

Frotándose ambas manos para entrar en calor, realiza un par de movimientos con el cuello y los hombros para desentumecerse, se preparó para lo que estaba por llegar. No estaba muy seguro de lo que iba hacer, aunque tampoco lo estaba cuando rescató a fantasma. A diferencia de Aitor a él no se le daba bien pensar, sino actuar por instinto y eso era precisamente lo que pretendía hacer.

[Color=#CC00CC]-Bueno, se acabó. Voy a intentar algo, será mejor que no os acerquéis al puente por el momento. No sé como terminará todo esto, pero ya me he cansado de sentarme y mirar. Si esto sale bien, el ninja quedará a vuestra merced y sino, bueno, quizás no quede un puente en el que pueda esconderse. ¡Allá vooooooy![/color]

Frunciendo el ceño debido a la concentración, dejó de preocuparse por lo que sucedía a su alrededor y se centró en dar forma a uno de sus portales. En aquella ocasión, un mini-portal apareció sobre la palma de su mano. Al principio fue como todo los demás, pero de pronto, el portal comenzó a deformarse hasta formar una especie de esfera que de alguna manera, parecía tratar de absorber lo que había a su alrededor. Claro que el portal se negaba a permanecer en aquella forma durante más de unos pocos segundos y no tardaba en volver a adquirir su forma habitual. Pero si Moussa podía ser algo, era ser tremendamente cabezota cuando se proponía algo. Así que redoblando sus esfuerzos, decidió que no se iba a dejar dominar por su propio poder y que el portal le obedecería. Con un gruñido de satisfacción, se permitió una pequeña sonrisa al comprobar que había logrado su objetivo. Ahora solo quedaba liberar la esfera-portal y ver cómo terminaba todo aquello, por lo que cerrando el puño, teletransportó la esfera hasta el corazón de la cúpula de oscuridad.  Si todo salía según su plan, la esfera absorbería la oscuridad que la envolvía. Si la cosa salía mal, quizás acabase creando una versión mucho más poderosa de su "lanzadera" la cual podría provocar que medio puente quedase desintegrado. Esperaba que fuese más bien lo primero y no lo segundo.

Cuando Moussa transportó la esfera-portal al centro de la nube de humo pasaron unos segundos sin que sucediese nada, aparentemente.

Pero de pronto se oyó un poderoso sonido de succión. Era similar a cuando el senegalés usaba sus pequeños portales para absorber los ataques enemigos, pero en aquel momento sonaba como si fuera una gigantesca aspiradora.

Pasaron unos cuantos segundos más, y la nube parecía estar temblando. Se estremeció, como si le costase mantenerse en su sitio, y entonces comenzó a encoger. Poco a poco, la niebla negra se retiraba, dejando a la vista todo el escenario que había estado cubriendo. Llegó a un punto en que tan solo quedaban unos pocos hilos de niebla siendo absorbidos por el portal esférico de Moussa.

El portal, que al principio había cabido en palma de la mano de Moussa, ahora era tan grande como un coche. Su superficie, al principio de un azul brillante e intenso, ahora era de un negro mate y completamente opaco. ¿Por qué crecía? ¿A dónde iba a parar todo el humo negro?

Ni el propio Atajo podía saberlo.

La esfera estalló, como una gran burbuja. Y simplemente desapareció, junto a todo el contenido que había absorbido.

Aquello dejó a la vista lo que el misterioso ninja había estado haciendo durante su valioso tiempo a oscuras.

En medio del puente vieron a Iván, enrollado en una especie de cuerda negra y pegajosa. Estaba pegado al suelo, pero parecía consciente. Unos cuantos coches más allá, César forcejeaba también con más de esa cuerda negra. Estaba pegado al techo de un coche, atrapado como una mosca en una telaraña. Los dos deberían de ser invisibles, pero el polvo negro también se había pegado a sus cuerpos por lo que les podían ver sin problema.

Parecía que el oponente de negro había querido reducirlos uno a uno mientras se encontraba al amparo de su camuflaje. Pero ahora que Moussa se había encargado de aquella parte, estaba solo en medio del puente.

Giró la cabeza en todas direcciones, y vio en la lejanía a Aitor y Moussa encima de la torre. También vio a Diana más allá.

Diana y Rudy estaban demasiado lejos como para preocuparse de ellos. Debía actuar con presteza.

En la simulación era media mañana, el sol aún brillaba desde el este. El oponente B corrió hacia uno de los coches y se lanzó a la sombra que proyectaba este sobre el asfalto. Simplemente desapareció.

¿Dónde se había metido?

Un instante después Aitor y Moussa escucharon un ruido a sus espaldas. De pronto el oponente había aparecido a sus espaldas, en el tejado de una de las torres.

¿Teletransporte?

El oponente lanzó un rápido ataque cuerpo a cuerpo contra Moussa, con una fuerza precisamente concentrada para hacerle perder el equilibrio y proyectarlo hacia atrás.

Moussa sintió un dolor penetrante en el pecho. Al ser proyectado hacia atrás trastabilló y cayó de espaldas al vacío.

Sin perder un milisegundo, el oponente trazó una amplia patada en arco que golpeó a Aitor fuertemente en un costado y lo derribó. Parecía que el enemigo se estaba cebando con los que tenían la menor habilidad para defenderse cuerpo a cuerpo.

Tras hacerlo caer, el oponente de negro se lanzó sobre Aitor para tratar de apresarlo. Sin embargo el vasco, haciendo gala de unos espeluznantes reflejos, evaluó la situación al instante y rodó por el tejado de la torre, alejándose del alcance de su enemigo. 

El golpe que el hábil oponente le había propinado a Atajo había sido preciso y demoledor, o al menos eso parecía. Antes de que el brusco puñetazo llegase hasta Moussa, éste miró durante un instante al rostro de su agresor. A pesar de que el enemigo llevaba una inexpresiva máscara negra a Moussa le dio la sensación de que captaba un atisbo de... ¿duda?

Quizá fue suerte, o un ferviente deseo de no caer derrotado en aquel momento, pero Moussa resistió el golpe y permaneció consciente. 

Lo de trastabillar y caer al vacío... ya era inevitable.

Ese puñetazo a Godzilla fue lo más épico que hice en mi vida. Fue desafortunado el retroceso que sufrí, mandándome a la lado contrario del puente. Pero mientras volaba solo podía pensar lo sexy que había quedado.

Esperaba que la sala hubiese grabado todo eso. En cuanto saliera de allí iría corriendo a por Esther, a ver si me pasaba una copia en DVD. Esta también se la enviaría a mamá, como hice con la de Damocles. Quería que estuviese orgullosa de su mijito.

Chof. De vuelta al agua, y esta vez no había ningún volador cerca.

-Esto llevará un rato.

Comencé a bracear fuerte y rápidamente. Tenía que llegar cuanto antes.

Tras la caída y la posterior formación del muro de hielo, la joven alzó el vuelo de nuevo, agotada por el esfuerzo realizado. El ataque conjunto había logrado derribar al gigante y el muro había servido entonces para proteger el puente. Todo había salido bien y lo mejor es que había podido ver aquella expresión en el rostro del director, evaluándolos positivamente. Sara estaba muy contenta de pertenecer a ese grupo con tantas posibilidades.

Moussa logró esfumar la oscuridad y eso tranquilizó su corazón. Habría sido incapaz de hundirse en esa área negra, temerosa de lo que pudiera pasarle. Ya casi se había perdido una vez, incluso Hécate estuvo a punto de hacerlo. En esos momentos pensó que su recién estrenado móvil no era tan inútil en la academia pues al fin y al cabo podía generar algo de luz. Claro que no sabía si sería suficiente para alejar esa maldad que anidaba en las sombras y que parecía querer atraparla.

El ninja había aparecido en la torre. Iván necesitaba ayuda pero a ella no se le ocurría qué hacer. Moussa seguramente podría ayudarle pero estaba cayendo y se iba a matar. Quizá no. Lo mismo la sala de peligro evitaba que se hiciera daño pero eso seguramente era hacer trampa. La sala quizás lo sacaría de la simulación. Así que tenía que rescatarlo como fuera. Aprovechó para ir en su búsqueda.

[color=#9A2EFE]- ¡Voy, Moussa![/color]

Pensó usando el ventajoso enlace mental. Notó cómo el cansancio que arrastraba volvía más pesadas sus alas pero confió en llegar hasta el joven rebelde y agradeció que no fuera un chico atlético o el impacto le dolería bastante.

Durante el trayecto enfocó sus poderes para expirar una bocanada de aire frío en dirección al ninja, queriendo "enfriarlo" un poco, pero seguramente se precipitó y su aliento aunque cruzó el espacio a gran velocidad en busca de su objetivo pareció quedarse corto.

Rudy, al verse alejado de la acción, comenzó a bracear con fuerza para regresar al puente con sus compañeros. No podía volar como Hiperión - de momento - pero su increíble fuerza le ayudó a nadar rápidamente. Tras un corto esfuerzo llegó hasta uno de los pilares que sostenía el puente. 

Clavó los dedos, duros como el acero, en la vieja roca del puente de Londres. Desde su nueva posición y con un pequeño salto subiría al puente sin problemas.

Por su lado, Sara batió sus fatigadas alas con la intención de rescatar a Moussa, que caía en aquel momento desde una de las torres del puente. A pesar del cansancio Estigia voló rauda, y mientras pasaba junto al tejado de la torre usó sus poderes para expirar una bocanada de aire frío sobre el enemigo. 

El aire helado se arremolinó mientras avanzaba hacia su objetivo. En aquel momento la figura oscura estaba a punto de lanzarse contra Aitor de nuevo, pero el ataque de Sara le hizo dar un paso atrás. Giró la cabeza para mirar a la alicantina, comprendiendo que se encontraba en una terrible desventaja numérica. Pero Sara ya no estaba allí para devolverle la mirada, tenía algo que hacer. 

La caída de Moussa se prolongó unos segundos. La sensación no le era desconocida al senegalés, estaba acostumbrado a usar sus poderes de manera temeraria. Pero en aquel momento le habían pillado por sorpresa, no tenía tiempo de salvarse por sí mismo. El aire lo abofeteó con fuerza mientras se precipitaba hacia el asfalto, pero no llegó a estamparse. 

Sintió unas manos frías agarrándole con fuerza, el gentil abrazo de Estigia.

Los miembros del Grupo 4 no dudaban en salvarse unos a otros.