Partida Rol por web

Buenas tardes, ¿desea algo de beber? Preguntó al muchacho que acababa de entrar. Normalmente la gente suele ir a Recados de Tormentos Cristalinos cuando lo que quiere es buscar trabajo. Pregunta allí que seguro que pueden ayudarte con más facilidad que aquí.

"Gracias, por la información, ya que estoy aquí, probare su bebida, ¿cuanto cuesta cada una?" le dice el joven al tabernero, probaría la bebida del sitio y iría al sitio que le había dicho Ryan, ese sitio no tenia nada mas de interés, eso por el momento.

Ryan resulta ser el propietario, un jovial humano, calvo y maduro, cuya risa es tan contagiosa como su cerveza, y la única cosa que disfruta más que tener visitantes es hacer que se emborrachen con su brebaje azul durante toda la noche.

- Hola, yo soy Ryan. Dime, quién eres tú y a qué has venido a esta ciudad. Siéntate y cuéntame. Eres nuevo por aquí verdad? ¿Por qué no pruebas una de mis Ranas Azules a ver que te parecen? ¡Tan solo cuestan 7 piezas de cobre! Dijo mientras servía una extraña bebida que parecía ser una cerveza pero que su color era claramente azul.

"Si, póngame una de sus bebidas" le dice el joven al tabernero, y hecha un vistazo al bar y se pregunta cuantas de esas bebidas hacen falta para que una persona se ponga a croar y se le ponga la lengua azul, entonces mira al tabernero, cuando vuelva con la bebida, "Una duda, para ponerse a croac y se te ponga la azul, ¿cuanto de este brebaje hace falta?"

En cuanto te tomes la primera verás como empiezas ya. Dijo mostrándole su lengua azul y soltando él también un "croac". Quizá el más sonoro de toda la estancia. Después se le quedó mirando fijamente mientras esperaba a que le pagase y también a que le contase la historia por la que le había preguntado.

Antes de probar la cerveza, el joven saca las monedas y paga la cerveza, y coge la jarra y la prueba, no nota una gran diferencia con otras cervezas, hasta que se le escapa un "croac", nada mas soltarlo, se gira un poco hacia un lado que no haya nadie y saca la legua, por lo poco que ve de la misma, la tiene azul, por lo que emboza una sonrisa, "esta entretenido", la vuelve a meter y empieza a beber de nuevo la cerveza, "si, soy nuevo en la ciudad, he venido en busca de trabajo" le dice al tabernero, cuando termina la cerveza, se despide del hombre y se va a la zona que le había dicho el tabernero.

 Este largo edificio de piedra irradia el olor distintivo del alcohol fermentándose. Un detallado cartel, que muestra una feliz rana azul borracha bailando alrededor de una jarra vacía, cuelga de la puerta principal. La lengua de la rana, del mismo color azul, cuelga como una cuerda de su boca abierta y amenaza con enredarse en sus ancas.

    El paladín de Hextor se adentró en el edificio en busca de alguien a quien poder dirigirse, sabía que allí podría dar con su segunda oportunidad para mostrarse digno de su dios y comenzar así su misión de trasladar su credo a los necios adoradores de falsos dioses. 

    -Busco a la señorita Anna Hielosagrado, quiero hablar con ella respecto a su petición de ayuda para Oaseis Salino. Además, mis compañeros necesitan comida y descanso.- No sabía muy bien si aquella segunda parte se la podrían facilitar también allí, a su entender, aquel lugar poco se diferenciaba de la taberna en la que se habían encontrado antes y las bolsas de carne podían comprar la comida que tanta falta les hacía en casi cualquier lugar.

Moris abrió las manos, exculpándose ante el paladín.

- Cuán propio de vos, Socar, os lo agradezco; sin embargo no tengo cómo hacer frente al pago de víveres y me conformaré con unas raciones secas que tengo, si no es molestia.

Buscando entre los presentes no pareció encontrar un rostro familiar y suspiró apesadumbrado.

Thorgüs hizo una señal a Darko para que esperara fuera, tras eso siguió a sus compañeros al interior. Al entrar supo al instante, por el olor que inundaba la estancia, que no faltaría una jarra para aliviar las penas.
Nunca se había imaginado que su aventura iba a traerle compañeros tan dispares, pero a pesar de eso, eran los únicos en los que podía confiar en aquella ciudad.

-Moris le espetó tras escuchar a ambos si no te importa compartir comida caliente y habitación con un enano y un lobo puedes descansar con nosotros. ¿Por que aquí se admiten animales verdad? preguntó esto último dirigiéndose al posadero.

Sí, los animales se permiten pasar, le dijo al enano, pero esto es una taberna, aquí no hay alojamiento alguno. Dijo con una sonrisa mientras sacaba la lengua que la tenía de color azul. Luego se quedó mirando a Socar que había pedido comida y bebida para sus compañeros, pero ellos no habían dicho que sí. ¿Entonces, queréis que os traiga algo para comer, para beber? Sobre la señorita Hielosagrado, aquí no se encuentra, ella vive en Oasis Salino y me mandó la petición de ayuda para que la colgara en nuestro tablón y le pidiera aventureros. Para hablar con ella tendréis que dirigiros por el camino del Este, andar dos o tres horas por el sendero principal y llegaréis a su pueblo. Allí, dirigíos a la posada y preguntad por ella. Supongo que os darán los datos que necesitéis.

   Socar volvió la mirada a sus acompañantes, habían escuchado la parte de la comida pero también habían oído el lugar al cual el forjado se dirigiría ahora.

    -Bien, yo me dirigiré hacia Oasis Salino tan pronto me sea posible. Si aún pensáis en continuar, podré esperaros, de lo contrario, no demoraré por más tiempo mi viaje.- No necesitaba a aquello seres de carne con él, sin embargo tampoco podía negar su utilidad y ya habían accedido a acompañarlo hasta la destilería, si decidían proseguir a su lado estaría dispuesto a realizar la concesión de darles un momento para el descanso. 

Thorgüs necesitaba un descanso como mínimo, si era sobre una cama mejor todavía, pero eso no lo iba a encontrar allí. Así que después de escuchar al tabernero y y Socar se dirigió a este último.
-Yo estoy dispuesto a acompañarte, pero antes me gustaría llenar un poco las tripas. Hasta ese pueblo hay una buena caminata.

- Gran caballero, Azote de Héctor, sí juntáis fuerzas con otros voluntariosos como vos podréis conseguir lo que queráis.

Abrió las manos en gesto hoesto para señalar en su dirección.

- El amanecer, dadme hasta el amanecer, y si no me esperáis será entonces que vaya yo hasta donde os encontréis con todas las fuerzas que pueda juntar bajo vuestro estandarte.

- No teniendo donde dormir aquí quizás fuera mejor irnos a la Pezuña en la boca, allí nos ofrecieron buen yantar y descanso a un precio muy razonable - argumentó Morís - ; además, esto me daría la oportunidad de buscar allí a la dama Samira, recuperar mi magra fortuna y haceros devolución del préstamo que me hicisteis, amigo Thörgus.

-Suena bien, sobre todo lo de descansar en algo parecido a una cama. Si nuestro paladín esta de acuerdo no demoraremos más la marcha.

Thorgüs se queda observando a Socar esperando algún tipo de respuesta. Iba a ser un viaje relativamente corto, pero después de la pasada aventura, al menos él, necesitaba descansar un poco.

    Soccar escuchó a los otros dos y asintió en silencio, seguía pensativo acerca de los próximos pasos que les tocaría dar y no tenía demasiadas ganas de ir dando vueltas de un lado para otro. Pese a ello era consciente de las necesidades del resto y de la noche que se les avecinaba por lo que se unió a ellos camino a la taberna.

 Este largo edificio de piedra irradia el olor distintivo del alcohol fermentándose. Un detallado cartel, que muestra una feliz rana azul borracha bailando alrededor de una jarra vacía, cuelga de la puerta principal. La lengua de la rana, del mismo color azul, cuelga como una cuerda de su boca abierta y amenaza con enredarse en sus ancas.

A pesar de no haber recibido la información por parte de Ankus, la elfa se sintió a gusto entre sus dos acompañantes. No sólo porque podía sentir la musculatura en los brazos de ambos, si no que además, al menos uno de ellos, demostraba un profundo interés por su persona, cosa que a Sha'lin no le podía caer mejor. Aprovechando la excusa del frío que había agarrado el ambiente, indiscretamente se intentaría ir apegando hacia ambos, buscando algo de calor corporal.

Entre la salida de la taberna y la llegada a la destilería, la morena se vanaglorió de su propia vida, ante las interrogantes del arlequín. Le contó a ambos sobre sus orígenes, aunque de una manera no tan específica, sí acerca de ser de una familia de nobles, de haber tenido una vida bastante acomodada y de tener una buena cantidad de servidumbre, sin mencionar que podrían haber sido esclavos. También alcanzó a mencionar sus gustos por la música, el canto, la flauta, la joyería, la ropa exótica y alguna que otra droga, además de su específico gusto por algunos alcoholes, como también su disgusto por otros. 

Si es que habían espacios vacíos en la caminata, ella se encargaría de ir llenando con historias sobre su vida, como cuando casi se tatúa una de sus nalgas o cuando casi se perfora los pezones o cuando casi, por accidente, se besó con un familiar tras una alocada mezcla de vino rosado y sudor de cierto reptil que ya no recuerda del todo bien la descripción. 

Fue una caminata que disfrutó, la elfa no podía ocultar el hecho de estar alegre en esa situación, con dos extraños de buen físico que claramente demostraban cierto interés en ella. Sha'lin se fue meneando en aquel corto viaje, sonriendo culposa ante cualquier mirada que pudiera intentar recorrer su cuerpo, apretando más sus brazos si es que por un instante parecían distraerse con algo que no fuera ella. 

- ... Y esa fue la última vez que tuve que ponerme mi propia ropa, desde que me fui de mi casa - relató, terminando una historia de bastante poco trasfondo, que denotaba su pereza y la falta de vergüenza ante la desnudes. Todo daba a entender que llevaba un tiempo haciendo ese trabajo ella misma y, por lo visto, no parecía tener dificultades para aquella mundana tarea. Definitivamente la habían mimado mucho.

Al llegar por fin, la morena nuevamente se quedó encantada con el logo de la destilería. A pesar de ser conceptos bien sencillos, ella encontraba cierto encanto en estos y, en esta ocasión, el lugar parecía tener mayor movimiento y ella sabía pasarla bien en un lugar lleno de borrachos o, al menos, iba a disfrutar de las miradas. 

- Pues esperemos que esta vez no esté totalmente incendiado por dentro - les comentó, sin intenciones de soltar sus brazos, dando incluso un pequeño tiemble para dar a entender que tenía algo de frío. No comprendía del todo la puerta, no sabía si la cuerda era el timbre o si había que golpear, por lo que permitió a uno de los dos hacer el primer acercamiento.