Partida Rol por web

Su abuelo Zeraksh, le había enseñado la gentileza de proteger a las personas inocentes, y aquella muchacha ahora solo era una débil llama, una leona que había perdido sus dientes. Coran sintió algo de pena por ella, además de sentirse identificado en parte por la historia. Si realmente tenían que ver esos acólitos, con lo sucedido años atrás. Raelia, no debía morir, no ahora que podría ser una pista de hallar a su padre y a su hermana.

- Hagamos una cosa... mi deuda se paga haciéndote llegar hasta ella, pero luego nada me impide ser tu protector una vez llegue a tu lado. Déjame luchar por ti, ser tu paladín y tratar de hacerle ver que está en un error en matarte.

Esa era la única forma de mantener su honor y su deber al mismo tiempo, Raelia la oscura le había pedido que apartara a todo aquel que le impidiera llegar hasta su "rata" pero no había especificado nada después de haber llegado hasta ella. A partir de ese instante él sería libre de cumplir con su deber, además tampoco le había pedido como hacerlo, prefería llevarla hasta ella sin tener que enfrentar su espada a los amigos de la chica... si es que había alguno merecedor de tal nombre.... ese Nox... 

Ella le había contado toda su historia, así que él hizo lo propio y le contó todo su pasado... y cuando lo hizo se dio cuenta de un nuevo paralelismo... cuando emboscaron a su padre. Su abuelo Zeraksh siempre le había dicho que aprender del pasado, le ayudaría a entender el presente.

- Por la espada de Heironeus... ¿todos los que iban con Nox eran tus amigos?- dijo el chico cayendo en la cuenta de algo.- Si a esa casa han ido Nox y el resto de los que contrató Raelia... más los que iban a protegerte... me temo que quizás aprovechen para acabar con ellos!!

-No sé si es buena idea. No sé si ella atenderá a razones, y no quiero poner en peligro a nadie más. Ya lo has dicho, es oscuridad pura. Del mismo modo que yo soy prácticamente incapaz de albergar mal, ella es prácticamente incapaz de albergar bien. ¿Cómo podríamos convencerla? Está consumida por el odio, por eso me da tanta lástima. Éso me da más fuerzas para intentar encontrar una solución, nadie merece vivir así...

La historia del paladín consiguió conmoverla, su familia había pasado por mucho, y algo le decía que aquel hombre se merecía verdaderamente salir con bien pie de todo aquello, dar con su hermana y conseguir ser feliz. Sin embargo, parecía que los momentos de calma no le duraban demasiado a la chica, y la noticia del paladín consiguió dejarla impactada de nuevo.

-Sí... También Nox era mi amigo, o eso pensaba... ¿Por qué dices que van a matarlos? ¿La bruja tiene muchos esbirros?-preguntó inocentemente. Probablemente, la idea de que el resto de la compañía de Nox y este mismo fueran a acabar con ellos le resultaba tan inconcebible como la idea de que Nox la hubiera traicionado hace unos instantes. 

- Por lo que yo se... quería enfrentarnos a nosotros contra tus amigos para quedarse ella contigo... Nox. Snit, Otwin, Askadi y yo... pero ahora son solo tres. Y el bárbaro está débil, aunque le encanta la sangre y puede que no atienda a su propia seguridad.

El muchacho se dio cuenta que no había soltado la mano de Raelia y rápidamente lo hizo, mientras le sonreía nervioso. La verdad es que tanta luz era demasiado embriagadora, la verdad es que no había tenido ninguna experiencia con chicas, Askadi era voluptuosa y atrayente y claramente estaba en apuros, pero Raelia... sabía que no podría cargar con el peso del mundo sobre sus hombros... ¿pero sino era él quien lo hacía quien les quedaba ahora mismo?

- No te preocupes por mi, me meto en todo esto también por mi, si eres una pieza clave que me de una pista para hallar a mi familia, independientemente de que sea lo correcto ayudarte, también actúo por mi. Pues sin esa pista, quizás no pueda hallarlos.

Los dedos de Coran se separaron de la mano de la paladín, pero esta no se ruborizó, pues la segunda noticia de los planes de Raellia la oscura había supuesto otro mazazo. 

-Mis amigos... También están débiles. Tienen sus cosas, como todo el mundo, pero son buena gente. Yo pienso que son buena gente. No puedo dejarles morir así. Tenemos que bajar y avisarles de todo ésto, si no, morirán de manera cruel e innecesaria. No merecen morir... No han hecho nada para merecerlo-dijo Raellia, con las lágrimas a punto de aflorar de nuevo a sus ojos. 

Casi aliviado de que Raelia ignorase de momento el contacto del chico, a Coran le permitió centrarse de nuevo y sacó la llave de la estancia.

- Dejaré la estancia cerrada con llave...- se aseguró que la ventana seguía cerrada y dejó un mensaje para Askadi junto a la comida usando para ello una de las servilletas de tela del desayuno.: "Si despiertas antes de que volvamos come algo y esperanos, volveremos.  Coran".

- Listo.- dijo el chico extendiendo bien la servilleta y colocando la mesa cerca de la cama para que fuera lo primero que viese.- ¿Sabes como llegar a la casa de la bruja de la que hablaban?

Raellia esperó todo lo pacientemente que pudo, aunque sentía cierta urgencia por el destino de sus amigos. No sabía que iba a ser de ellos si no les avisaban, pues un ataque por la espalda, y más en el estado en que se encontraban, podía ser totalmente definitivo.

-Si la casa de la bruja es la de aquella que nos engañó y casi condena a esta ciudad... Ahora en su lugar hay un parque. No sé si se referirá a ese lugar. 

- Entonces no hay más que demorar...- dijo el chico sonriendo con decisión a la chica, esa sonrisa que aprendió de su abuelo, una sonrisa cargada de esperanza y de fuerza.- Guíame, si alguien tiene que usar la espada para eliminar el mal de raíz es un paladín. 

Ambos tenían ahora una meta común, hallar a aquella sociedad que creó la división entre Raelia, ella hallaría la forma de ser una y é esperaba hallar una pista para encontrar a Miriel. Pero para eso primero tenían que solucionar todo aquel entuerto, bajó la espada de Zeraksh de su espalda al cinto y sujetó con fuerza el antiguo escudo de su padre, estaba listo.

Ialdabode se puso en pie. Que la casa estuviera oculta por artes mágicos le atrajo un montón. Estaba convencido de que en su interior habría una cantidad de libro que podía contener saberes muy antiguos, así que se decidió para luchar contra aquel demonio.

Contad conmigo. Indicadnos el camino hasta allí

El lugar no está muy lejos de aquí miró a los que ya conocía Donde me encontrasteis, allí esta la mansión. Pero no será fácil. Está cubierto mágicamente y es posible que nos cueste mucho encontrarlo. ¡Y, tras haber ido, es posible que lo haya reforzado! gritó con gran frustración.

Y entonces no deberíamos ponernos en camino antes de que se refuerce más?Pregunto levantándome para dar ejemplo.Tu guías así que te seguimos enano .

-Entonces adelante, vamonos.-Digo adelantándome.-Guianos y acabemos cuanto antes. 

-Donde reclaman sangre, tendrán sangre!

Ethan se levantó de su silla con la determinación que aquella decisión bien acabraria con la vida de alguno de sus compañeros. No estaban en condiciones de luchar...pero qué era la vida si no un conjunto de pruebas vitales a superar?
 

El enano Urko no pudo reprimir una sonrisa de satisfacción al darse cuenta de que se había hecho con un buen grupo de aventureros que les serviría de ayuda. Los guió a través de las calles de blanquecinas paredes y atravesó montones de estatuas de gran variedad de felinos. Entonces llegó a donde teóricamente debía estar la mansión, pero allí tan solo había un parque, con más estatuas de tigres blancos.

El enano señaló hacia allí, en el centro del parque. Allí está, ¿podéis verlo?

-Yo no veo nada.-Digo mirando por todas partes.-¿Alguno de vosotros ve algo?

-Tampoco.-Respondo.-¿Puedes hacerlo visible para nosotros?

Estaremos siguiendo a un chiflado?.Pienso al oírle decir que lo que buscamos esta justo delante. abro los ojos como platos , los entrecierro y aun asi sigo sin ver lo que parece tan evidente al enano.Pero donde y porque solo tu lo puedes ver ?

La chica asintió con nerviosismo, aunque la sonrisa del joven ayudó a calmarla un poco. Ahora no estaba sola y herida, tenía consigo a otro paladín, en plena forma y cargado de buenas intenciones. Quizás pudiera impedir que se produjera una matanza, que aquellos que habían luchado junto a ella, y que realmente no tenían culpa de nada, acabaran pagando con su vida por el mero hecho de estar junto a ella. 

Con cierta urgencia emprendió la marcha, bajando las escaleras con intención de dirigirse a aquel parque. Esperaba de todo corazón que estuvieran allí. Si no era así, no tenía ni idea de donde podrían encontrarse. 

"Por favor, por favor, por favor... Que no les hagan daño. No han hecho nada malo... Dioses, sed piadosos y proteged a todos..."

Otwin miraba al enano mientras este decía que había algo que no había. Escuchó a los otros que hablaban y se sorprendió que él pareciera ser el único en darse cuenta- Simple -dijo el bárbaro con su vozarrón- Enano estar borracho o mentir.

-O es el único que ve a través de la magia de esa hechicera.-Digo sin darle importancia.-Otwin, amigo mío, no todo es blanco o negro, a veces hay más colores, solo que en este caso no los vemos...

Miro alrededor en busca de gente.

-¿Alguien ve a alguna persona cerca? Guardias, gente, casas...-Pregunto.-Los brujos suelen buscar lugares alejados y poco transitados para esconder sus guaridas. Esa puede ser una pista que confirme lo que el enano dice.