Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 2.8] Entre habitaciones

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23/11/2018, 01:35
Narradora

Nueva York, 13 de noviembre de 2037, 23.30.

La ausencia de electricidad en el piso superior no era un problema una vez que los habitantes del Major Morris se habían acostumbrado a moverse por allí a oscuras, o acompañando sus pasos de alguna vela. Los pasillos eran silenciosos salvo los ecos de voces que se colaban por los rincones, desde esta o aquella habitación.

Daniel estaba a punto de entrar en su dormitorio cuando vio luz en una zona del refugio que no estaba normalmente en uso. Al otro lado de aquel espacio había una hilera más de consultas que no usaban. En aquella zona algunas partes de las paredes entre una consulta y la siguiente se habían derrumbado y había todavía algunos trozos de cascotes. La pared al exterior era más frágil que en el resto del edificio y estaba salpicada de agujeros que hacían esa zona mucho más fría que las demás.

Allí había dejado algunas cosas el padre de Robin que había usado en ocasiones pasadas esa primera consulta como dormitorio junto a Katia. No había demasiado, un colchón y un par de sacos de dormir, pero cuando Daniel se acercó para ver de dónde provenía la luz se encontró allí al pelirrojo trasteando a la luz de una vela. 

Notas de juego

Escena secundaria.

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25/11/2018, 13:05
Daniel Green

Daniel subió las escaleras sin llevar vela alguna que le iluminara el camino, algo muy poco habitual en él. De haberla llevado, posiblemente no hubiera sido consciente de la luz que se colaba por el resquicio de una de las habitaciones vacías y que destacaba en medio de la oscuridad reinante. Se preguntó si finalmente Alex habría optado por cambiar de habitación y preferido pasar frío y limpiar la mugre a ocupar la habitación contigua a la suya.

Extrañado, se dirigió hacia la luz, sintiendo cómo el frío de la zona le mordía al piel. Se asomó por la puerta entreabierta y parpadeó sorprendido ante la presencia de Robin, hurgando entre los enseres que allí se guardaban.

-¿Qué haces, Robin? -preguntó al pelirrojo.

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25/11/2018, 23:53
Robin

Al entrar en la habitación de su padre y notar el helor que se filtraba en la misma entendió porque acostumbradan a ocuparla dos personas.

No le costó tocar las cosas de su padre pero se sintió extraño enrillando el saco de Katia pues mientras lo hacía le abordó la duda de si alguna vez le había dejado saber que no sentía desagrado por ella. Había sido una gran amiga y le agradecía la ayuda que le había brindado a su padre con él, en hacerle crecer.

La voz de Daniel le cogió desprevenido obligándole a dar un respingo y en la misma alteración perdió el equilibrio en sus cuclillas por lo que clavó las rodillas en el suelo.

Giró la cabeza para ver a Dan al otro lado de su hombro, respiró hondo pero discreto para tranquilizarse y le dedicó una sonrisa-saludo.

Iba a llevarle un saco a Axel y a trasladar el otro a la habitación de Skyler, dormiré con ella.

Encajó el rollo bajo su axila y se puso a enrollar el siguiente.

¿Por qué? ¿Necesitas alguno?

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26/11/2018, 15:35
Daniel Green

-No, gracias -respondió Daniel-. Simplemente me iba a acostar y al entrar en el cuarto vi luz aquí y me sorprendió. Simplemente vine para investigar qué podía pasar. De hecho, pensaba que podía tratarse de Axel. No era mi intención curiosear.

Miró a Robin. No tenía ni idea de cómo podía sentirse. Era un chico en exceso introspectivo y cualquier amago de acercamiento normalmente acababa en evasivas o rápidas huidas bajo la excusa de una obligación a satisfacer. No obsatnte, debía intentarlo.

-Dime, Robin. ¿Qué tal estás? Y no me vengas con paños calientes. Si prefieres que hablemos en otro momento, lo entenderé perfectamente. Pero si es buen momento o no demasiado malo, ábrete un poco y comparte. Alegría compartida es doble alegría. Pena compartida es mitad de pena.

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26/11/2018, 19:44
Robin

Robin se encogió de hombros a esa exculpación de la curiosidad, él sí hubiese metido la nariz por meterla, o de eso le hubiese acusado Nick de todas-todas; o por seguridad o por lo que fuera... Así que no iba a juzgar ni molestarse porque Daniel se hubiese acercado.

De Axel... —murmuró con un reproche todavía en formación en el tono— No Hope —terminó entre dientes al tiempo que encajaba el segundo saco bajo el brazo—.

Estiró las piernas para dejar de hablarle a Dan de espaldas y por los suelos y cuando llegó esa pesada pregunta que todos parecían necesitar alargó una sonrisa tan agria como defensiva que el chico debió notar más de lo necesario a juzgar por las palabras que cortaron el "bien" del pelirrojo.

Perplejo arrugó las cejas y sus labios dibujaron un mohín confuso.

¿Qué comparta? —busco la mirada directa de su amigo a pesar de que observarlo tan descaradamente acostumbrara a hacerle babear— Ya quisiera que no me hubiese tocado a mí el pleno.

Reacomodó los sacos incómodo consigo mismo.

¿Cómo esperas que esté, Dan? —preguntó sintiendo el ardor del dolor y la ira amotinandose tras sus ojos y labios— Al menos... Llegué a despedirme —añadió tras una serie de pensamientos que ni el mismo hubiera podido seguir y al ver que si seguía por ese camino iba a romper a llorar, tomó otro.

¿Lo mismo le has preguntado a Hope? Te he visto muy encima de ella.

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27/11/2018, 16:35
Daniel Green

Todo su lenguaje corporal gritaba dolor, ira, frustración pero sus palabras eran comedidas como siempre.

-Nunca me ha gustado especular, Robin. Puedo imaginar cómo estás pero no lo sé a ciencia cierta. Llevamos tiempo viviendo juntos en el Morris y a veces, sigues siendo un libro cerrado. Y no te lo tomes como un reproche. Simplemente eres introvertido y no hay nada malo en ello, pero si la vida me ha enseñado algo es que ciertas cosas mejor fuera que dentro. Y si necesitas gritar, llorar, insultar o golpear a algo o a alguien, hazlo. Simplemente. No te reprimas, Robin, o te saldrá una úlcera o caerás enfermo.

Y como si hubiera hecho caso de sus palabras, Daniel fue testigo del cambio de tercio de Robin. Alejándose de la fuente del dolor, su pregunta, el tono de la misma y lo que subyacía en ella, eran un claro reflejo de su necesidad de escudarse en un enfrentamiento para obviar sus verdaderas emociones y sentimientos.

-Sí, se lo he preguntado, por supuesto. Soy un preguntón. Ya lo sabes -apoyó el hombro en el quicio de la puerta y metió ambas manos en los bolsillos de sus pantalones, mostrando una sonrisa socarrona-. ¿Y cuán encima de ella me has visto, Robin? ¿Es que te preocupa eso?

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28/11/2018, 14:57
Robin

Al joven se le escapó una sonrisa sarcástica al escuchar el consejo "medico" de Daniel. Pero no quiso entrar al trapo dejando que todos sus desacuerdos con su descripción, crítica y recomendación murieran en esa comisura afilada.

Más tarde, la actitud, el posado y esa maldita sonrisa de Dan hicieron que Robin sintiera sus pecas como pequeñas hormigas mordisqueándole los mofletes.

Se indignó por sus propias pasiones que achacó a una voluntad activa de su amigo en provocarlos, lo que hizo que todavía le molestara más su pregunta.

Por supuesto que me preocupa — dijo al tiempo que avanzaba hacia la puerta esperando que por inercia Dan se apartara de ella. Necesitaba salir de esa ratonera en la que le había acorralado—. Es una niña, Dan — concretó haciendo referencia realmente a que debía, necesariamente, ser consciente del efecto que producía en la gente—. Puede confundir cosas y más ahora que Alec no esta.

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30/11/2018, 15:59
Daniel Green

-¿Una niña? Creo que te equivocas de parte a parte, Robin. Lo que yo he visto es a alguien que, aunque joven, se comporta de un modo muy maduro y que en medio de toda esta mierda que le ha tocado pasar, mantiene un buen control de sus sentimientos. Sin duda alguna, es toda una mujer y no la veo con un perfil tan bajo como para no saber cómo actuar y cómo interpretar las actitudes ajenas -señaló Daniel, que no se movió un ápice de su posición pese al movimiento y la cercanía de Robin-. Entiendo que te preocupes por ella, pero yo no represento ningún problema. ¿O es que estás celoso, mi pequeño pelirrojo? -soltó aún más sonriente al tiempo que le pellizcaba suavemente el mentón

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30/11/2018, 16:08
Daniel Green
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Voy a hacer una tirada de seducción. Tú decides si la consideras oportuna o no. Se me pasó desglosar en la primera.

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30/11/2018, 16:29
Narradora

Notas de juego

Si quieres resistirte al sexappeal de Daniel, tirada de Voluntad. 

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02/12/2018, 10:43
Robin

Daniel no tenía ni idea de lo que decía. Veía lo que Hope había querido que viera, así funcionaban los Tayler. Pero moverse con enderezar no implicaba que no estuviera perdida y menos que no pudiera salir herida por un hombre como Dan, tan agradable y sensual como inconsciente.

Qué rabia le daba. Tanta que necesitó bajar los brazos para cubrir con los sacos su entrepierna.

Creo que la conozco mejor que tú—fue cuánto llegó a protestar antes de que él diera a entender a su modo que no intentaría coquetearla y, peor, antes de que lo tocara—.

En ese punto su imaginación voló. En ella los sacos cayeron al suelo y sus manos se lanzaron a la cintura de Daniel para acercárselo y comerle la boca con todo el enfado que le hacía sentir y exploró su lengua con la propia como si quisiera barrer de ella cuanto le había dicho, empezando a subir una mano por su espalda para impedirle separarse y bajar la otra para abrazarle.

Su corazón se detuvo apuñalado por la culpabilidad de sus pensamientos que le hicieron recoger los labios, tomar aire y dar un pequeño y disimulado paso atrás como si el único objetivo de ello fuera quitarse la mano de su amigo de encima.

No, claro que no son celos —se excusó—. Es solo que es la hermana de Alec. Me crié con ella. Y necesito saber que estará siempre a salvo.

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02/12/2018, 10:43
Robin
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

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02/12/2018, 14:27
Narradora
- Tiradas (1)

Notas de juego

Puedes resistirte por ahora, pero estás en el filo. Lo que has interpretado tú misma en tu post, vaya ;).

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03/12/2018, 15:46
Daniel Green

Ante el paso atrás, Daniel compuso un encantador mohín de desencanto, muy teatral, que rápidamente dio paso a una divertida sonrisa. Un leve suspiro y adoptó un gesto serio.

-Mal iríamos si no la conocieras mejor que yo, Robin. Y es terriblemente bonito que quieras protegerla pero ni aunque lo intentes desesperadamente conseguirás que esté a salvo siempre. Es ley de vida. En ocasiones, nosotros mismos somos los peores enemigos y nos obcecamos en ponernos en situaciones arriesgadas. En otras, el mero azar impone su tributo. Te tropiezas y te haces daño. O cae un alero de una casa en ruinas y te mata. O paseas por la calle equivocada y te encuentras con quien no debes -dijo Daniel-. De mí no necesitas protegerla. ¿Qué es lo que quieres? ¿Que no le hable? ¿Que no me acerque? Porque lamento decirte que no lo podrás evitar. ¿De qué tienes miedo? ¿De que me malinterprete? ¿Que confunda mi amabilidad o el preocuparme por ella con algún tipo de sentimiento romántico? Robin, escúchate. Es ridículo. Nos hemos conocido hoy y hemos hablado lo justo en la azotea, donde hemos coincidido. Estaba triste y le he dado lo único que podía darle. Consuelo y un pequeño propósito de futuro.

Se enderezó, abandonando el quicio de la puerta y dio un paso adelante, hacia Robin. Y entonces se inclinó hacia su oreja para susurrarle.

-Pero si quieres puedo volver a hablar con ella. Decirle que soy homosexual y que solo me atraen los hombres. Bueno, algunos hombres. Aunque quizá esa declaración le preocupe. Tal vez crea que puedes malinterpretar mis gestos y palabras, que despierte en ti sentimientos y que vaya a hacerte daño por ello -el aliento de Daniel, cálido, acariciaba la piel del cuello de Robin-. Todo un dilema.

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03/12/2018, 17:02
Narradora

Había sido todo un desafío para el pelirrojo controlar su imaginación un momento atrás, cuando Daniel le había pellizcado el mentón. Su imaginación se había desbordado y le había costado horrores dar ese paso hacia atrás que lo protegía de sus propios deseos.

Pero cuando ese espacio volvió a reducirse, cuando Daniel se acercó para susurrar en su oído, toda su fuerza de voluntad pareció derretirse con la calidez de su aliento acariciando su cuello. Todos los anhelos reprimidos durante un año de ausencia de Alec parecían congregarse en ese mismo instante para explotar junto a Dan. Un cosquilleo agradable recorría la piel de Robin, con un foco en su entrepierna y el otro el ese punto junto a su oreja, donde sabía sin necesidad de verlos que estaban los labios de su amigo. Esos mismos labios que de repente ansiaba con una necesidad física, que lo llamaban con luces de neón y de los que ya no quería escapar. 

- Tiradas (2)
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03/12/2018, 20:12
Robin

Robin apartó la mirada a un punto más allá de la espalda de Daniel fantaseando con una ruta de huída de esa mueca que aún le enfadaba más.

Para de hacer eso —le protestó sin saber muy bien qué hacía pero agobiado por lo que sentía necesitaba patalear en todas direcciones—.

Para —volvió a pedir mientras intentaba escucharle con una atención cada vez más dispersa y un cerebro espeso—.

No terminaba de comprender por dónde iba su amigo pero nunca había visto a Daniel tan lupino y el hecho de estar acorralado entre cuatro paredes contribuyó a encontrar amenaza en su relato, pero lejos de asustarle, el cuerpo del pelirrojo reaccionó como su dueño nunca hubiera previsto, respondiendo a la provocación de Daniel abultando su pantalón bajo los sacos.

Había llamado a Alec dos veces, tal vez tres, y en cada una se había sentido más sucio que en la anterior. Le había intentado hacer presente pero cuando el aliento de su amigo le acarició el cuello, la ausencia de un año enturbió su mente y el impulso primario que lleva reprimido tres años abrió miríados ojos en su interior que orientaron todas sus pupilas depredadoras hacía el patinador.

¡Para Robin! —le gritó tenue y lejana la decencia desde algún punto remoto de sí mismo pero su cuerpo se negó a escucharla—.

Apretó su sien contra la de Daniel en una caricia felina que extendía su deseo desde el oído a todo su cuerpo. La propia electricidad de ese escalofrío le hizo girar la cabeza buscando la cercanía de la sonrisa socarrona de su amigo hasta juntar frente con frente, nariz con nariz y hasta atreverse a abrir los ojos para que pudieran encontrarse también sus pestañas y bajo ellas las pupilas.

En ese momento Robin, dejó de vivir del ayer y para el mañana; su palpitar estaba hecho de ahora y eso entendieron sus manos al abandonar lo único que habían venido a buscar para enredarse en una mano y una mejilla que jamás pensó que encontrarían.

He aquí un buen ejemplo —musitó inclinando la cabeza y acomodando su mano en el límite de la mandíbula de su amigo para juntar sus labios—.

Primero le besó con la cautela de quien no sabe dónde pisa pero pronto dejó que la adrenalina guiara sus labios hasta que la necesidad de aire le hizo separarse y con todavía el palpitante sabor de Dan en la boca, sentenció — Vas a hacerme daño.

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04/12/2018, 11:37
Daniel Green

Rabia, dolor, frustración, cautela, deseo, hambre fueron los icores destilados por los labios de Robin. Daniel los conocía bien y supo interpretarlos conforme bebía de ellos. Pero no por ello retrocedió o rechazó aquel beso sino que correspondió con pasión y dulzura a partes iguales. Cuando el pelirrojo se separó, Daniel guardó un instante de silencio mirándolo fija y cálidamente. 

-Mi tonto pelo de fuego -dijo al cabo de un rato-. ¿De verdad crees que te haré daño? Porque si es lo que crees, encontrarás razones que lo justifiquen y haga lo que haga, te dolerá.

Sabía que Robin era alguien complicado, con todo un torbellino emocional encerrado en sus entrañas y que necesitaría a su lado a alguien paciente y tranquilo que le ayudara a serenarse y a abrirse al mundo. Ignoraba si él sería esa persona o lo sería otra. Tampoco era algo importante en aquel momento donde las decisiones no eran lo prioritario. Pero sí sabía que Robin quizá no hubiera actuado de aquel modo si no hubiera sufrido y vivido lo de aquel día. Era vulnerable y en su estado, buscar refugio y cierto consuelo en el sexo era algo lógico y normal. Por ello, debía ser sincero y ante todo, hacer gala de todo su tacto.

-Me gustas, Robin. Y no me refiero solo a lo de afuera, sino a ti. Y esto... ha estado genial. De verdad. Y por eso, quiero que vayamos despacio. Que me conozcas y conocerte yo. Ahora mismo lo más fácil sería desnudarte y follarte aquí mismo -dijo con cierta crudeza-. Pero no es lo que quiero para nosotros. Llegará ese momento, pero antes, debemos dar otros pasos. No quiero que te arrepientas por haber hecho algo precipitadamente, respondiendo a una pasión inesperada, y que después no quieras saber nada de mí.

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10/12/2018, 15:03
Robin

Robin enrojeció al oír la réplica de Daniel, no era consciente de haberlo dicho en voz alta y si con el beso ya se había expuesto más de lo que hubiera querido; meter sus temores de por medio le hacía sentir completamente desarmado.

No respondió ni intentó desdecirse, tergiversar las palabras e intentar que entendiera un eufemismo de esa realidad tan evidente, en vez de ello, agachó la mirada y dejó caer la mano que, despistada, seguía disfrutando el baile de su barba al hablar.

La confesión que empezó después despertó sentimientos contradictorios en él. Por un lado llevaba demasiado tiempo sin recibir un elogio tan importante de alguien que, objetivamente, estaba hecho para gustar. Y su ego se regodeó y ronroneó bajo la idea de ser querido y no escondido. Por otro lado, no se sentía en posición ni siquiera de plantearse si le correspondía o no.

Y cuando el sexo entró en la conversación el instinto deshizo el último lazo que les mantenía en contacto físico. Recogió sus dedos y metió ambas manos en los bolsillos.

Ya es tarde para eso, Dan —protesto desde el dolor punzante de su frustración donde sentía una aguja atravesarle los huevos de lado a lado—. Y puestos a hacer mal las cosas ¿qué más da un beso que dos?

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10/12/2018, 20:10
Daniel Green

Le vio retroceder, guardar las manos en los bolsillos, aislarse como solo él sabía hacerlo pese a estar rodeado de gente. Las palabras de Daniel parecían haberle incomodado. Y este lo leía perfectamente en sus ojos, en todo su cuerpo. Y su sentencia no hizo sino confirmarlo. Se arrepentía de aquel primer arrebato, sin necesidad de posteriores arrepentimientos por otras actitudes o hechos y escudándose en dicho remordimiento inicial estaba dispuesto a ir más allá.

En esta ocasión fue Daniel quien dio un paso atrás. Podía entender que el dolor que sentía Robin le llevara a la necesidad del sexo. Había tenido muchos clientes para quienes follar era una espcie de calmante, un instante de voraz hambre que impedía pensar en nada más y donde el placer obtenido era un pequeño y breve placebo, una droga que adormilaba sus sentidos.

-Siento que te arrepientas tan pronto, Robin -afirmó con un encogimiento de hombros, la mirada sombreada por la seriedad-. En cuanto a hacer mal las cosas, soy de los que procuro evitarlo. Te parecerá una tontería, pero yo no me arrepiento ni de lo hecho ni de lo dicho aquí, esta noche, ni creo haber cometido ningún error, pero acepto que tú sí lo pienses. Lo que no haré será agravar esa situación. Te dejaré con tus cosas, Robin. Skyler estará esperando ese saco. El de Axel puedo llevárselo yo mismo. Duerme en la habitación contigua a la mía, aunque quizá mejor que se lo lleves tú mismo, Robin. Que descanses, Robin -dijo a modo de despedida y girándose para salir de allí.

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10/12/2018, 20:39
Robin

Robin tomó un poco de aire con el retroceso de Daniel y sus pupilas le recorrieron el cuerpo en un parpadeo que cayó lento y subió rápido a sus ojos como un resorte con esas primeras palabras que le lanzaron su nombre como una losa.

El pelirrojo pudo notar el daño que le había hecho hablando sin pensar, siempre pendiente de los ausentes como le había dicho Kane, y en ese momento su corazón dió un vuelco y sus oídos empezaron a escuchar más allá del prejuicio y recelo con el tomaba cada palabra de Dan.

Su cabeza despertó a todas las neuronas y líneas de pensamiento exigiéndoles explicaciones a esa guardia constante que solo su amordazado corazón podía dar.

"No. No un error. ¡Espera! No me arrepiento de besarte, me arrepiento de que haya sido así, ahora. Sin creerte, sin creerme, sin honestidad. A espaldas de un tercero. Debería haber hecho las cosas bien. Yo también quiero hacerlo bien. "

"¡Habla joder!"

Dan—suplicó en un golpe de voz y aunque su codo se dobló buscando la libertad de su mano para atrapar la estela de su estrella, esa no llegó a salir del bolsillo—.

"Debería haberte conocido antes. Sería más feliz contigo. Eso lo sé. Pero me juré amar por siempre a otra persona. ¿Qué hago? Si no sé ni qué quiero. O quizas quiero demasiado. Te quiero, ahora mismo, te quiero para mí. Quiero sentirme como me haces sentir. Pero no sería correcto. No puedo Dan, no puedo decirtelo. No debo ni sentirlo."

Sus labios se abrieron para continuar ese camino que había trazado la prisa por calmar el escozor de la hostia de realidad pero quedaron suspendidos buscando la llegada de una palabra.


"No me arrepiento."


"Me ha gustado".


"¡Dilo!"

Pero esperó hasta que se secaron y necesitó recogerlos para hunedecerlos y entonces volvió con algo demasiado diferente.

Buenas noches. ¿Hablamos mañana? Por favor.


"Cobarde"

"Aclarate. Hazlo bien."