Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 3.1] La empalizada

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10/04/2019, 20:22
Narradora

Nueva York, sábado 14 de noviembre, 22.00.

 

El lugar donde estaba ubicado el refugio, Sugar Hill, era un barrio localizado en la parte norte de Hamilton Heights, en la zona de Harlem, perteneciente al distrito de Manhattan. Y dentro de la isla era, precisamente, una de las zonas más tranquilas en esos tiempos en los que el mundo había cambiado. 

Las calles anchas parecían sugerir que en otros tiempos los coches circulaban en varios carriles en ambas direcciones y, lo que una vez fue un parque bien cuidado, se había convertido en un espacio verde y salvaje, donde un pequeño grupo de Buscadores del Nuevo Edén se había instalado hacía años. 

Había varios asentamientos en la zona, pequeñas comunidades de gente que, como los habitantes del Huerto de Major Morris, se agrupaban para facilitar la supervivencia de cada uno. Un par de grupos armados, entre ellos los Chicos de McAvoy, solían hacer rondas por las calles del barrio y no era extraño que los pasos de los valientes que se aventuraban a salir de sus refugios se cruzasen con los de estas bandas. 

Sin embargo, que fuese una zona por lo general tranquila no significaba que fuese totalmente segura. En ocasiones otros grupos hacían incursiones, saqueaban refugios o se montaban trifulcas en plena calle. No era algo que sucediese a diario, pero en la época que nos atañe, ningún lugar de Nueva York era totalmente seguro. 

Notas de juego

Todo vuestro. Estoy con el móvil y no me apaño mucho. Si hay algo raro es por eso y lo arreglaré cuando pueda, pero quería dejaros la escena abierta ya ;).

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11/04/2019, 23:01
Morgana Whiterocks

Los paseos nocturnos se los tomaba Morga a caballo entre el deber y el ocio. No siempre se daba una vuelta pero cuando lo hacía llegaba hasta el parque Robinson y después se pateaba el perímetro de la empalizada comprobando su estado. Acompañada o a solas con Bentley, en ocasiones se encontraba con una patrulla de los Mc Avoy y compartían espacio y charla.

-¿Qué tal el día de hoy, Pulgoso? -En cuclillas junto al perro le rascaba la cabezota con una mano y el cuello con la otra. En respuesta Bentley ladró un par de veces y movió la cola. Morgana sonreía- ¿Has visto gatos? Ten cuidado con ellos, los pocos que quedan son auténticos putos tigres. Me molan esos gatos.

Su voz era un susurro suficientemente alto para que Axel la escuchase también- Pulgoso, esta noche se nos une un jodido portorriqueño. No te lo comas, es un poco capullo pero no mal tipo. -El animal ladró de nuevo. La ex militar alzó la cabeza persiguiendo una sombra- ¡Es un murciélago! Hay un reducido grupo de ellos en el parque. -Se giró hacia Axel, sonriente todavía, incluso la ilusión titilaba en sus verdes y salvajes ojos- Vuelven de nuevo. Cuando yo era una puta criaja habían prácticamente desaparecido de la ciudad. No se les veía. Y una mañana temprano pillé el vuelo de uno. Lo buscaba cada día cuando marchaba a la mierda del cole. Me emocionaba su presencia.

"Y ahora también". Terminó la frase en su cabeza.

Morgana no había pensado en lo sucedido en el gimnasio, hasta ahora, en una jornada muy ocupada desde temprano. De lo que sí era muy consciente es de que iban a compartir techo y días, noches y guardias. Y ella no era persona que apartase la mirada de cualquier reto o situación delicada.

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17/04/2019, 10:02
Morgana Whiterocks

Morgana bostezó igual que una gata sibilina mostrando sus colmillos- Joder, te has quedado pasmado. ¿Sin palabras? ¿Con la bocaza tan grande que tienes? -Le guiñó un ojo- No es raro. Soy la hostia de encantadora, sexy, jodidamente graciosa y capaz de soltar galletones que te dejan como un puto gilipollas. Su sonrisa burlona se acentuó -¿Vas a decir algo interesante o me piro con el chucho?  

Notas de juego

XD XD XD

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18/04/2019, 09:11
Axel Montenegro

Con una sonrisa en la comisura de los labios, Axel se había quedado mirando a militar hablar con aquel perro que les hacía de compañía. Sus ojos no veían realmente. Estaba perdido, atrapado en sus pensamientos por un momento mientras de fondo escuchaba la voz de Morgana como un ancla a la realidad. Y aunque solo fueran un par de minutos en tiempo real, aunque su pausa fuera notoria pero no preocupante, los segundos habían pasado tan lento dentro de su mente que se habían hecho eternos. 

Tanta había sido su distracción que le había pasado desapercibido que la marine lo miraba mientras hablaba sobre murciélagos, pero cuando se dio cuenta de que se dirigía a él pareció espabilar de golpe y reírse de su propio aturdimiento pasajero. Con una sonrisa avergonzada, agachó la cabeza mientras se rascaba la nuca en gesto culpable antes de volver a elevar la mirada para fijarse en los de ella.

Perdona, a veces me distraigo con tonterías - le restó importancia a sus pensamientos - Aunque no iba a contradecir ninguno de los precisos adjetivos que usaste. Solo te faltó decir amante de los chuchos, murciélagos y latinos lisiados. - bromeó con una amplia sonrisa, cejeando un par de veces.

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18/04/2019, 19:54
Morgana Whiterocks

Se puso en pie. Bentley salió al trote, ladrando, dispuesto a tomar las riendas del paseo, como era habitual en el perro.- Solo lo dije para burlarme de ambos. En particular de ti. -Achinó los ojos- Ah. No me gustan los putos lisiados ni los putos latinos. Solo piensan en comerle el puto culo a las tías. Los cabrones portorriqueños los peores -bromeó con malicia.

Empezó a caminar. Se detuvo a los pocos pasos y se giró, con una media sonrisa, hacia Axel- ¿Un penike por tus pensamientos?

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19/04/2019, 23:06
Axel Montenegro

Mucho mejor entonces. Es tanta la atención que me prestas que todo lo que dices va dirigido particularmente a mí - contestó con una sonrisa de medio lado, guiñándole un ojo. Por supuesto, en cuanto escuchó lo siguiente, soltó una pequeña carcajada - Que bien conoces a los de mi tipo, ¿no? - puso los ojos en blanco con una sonrisa - Aunque yo no soy de pensamientos tan abstractos. No pienso en comer simplemente, sino en a quien particularmente me gustaría comerle todo. - cejeó divertido, dejando que se alejara caminando. 

Al ver que regresaba el tema al que había causado su estupor momentáneo, sonrió algo avergonzado - Son tonterías que no valen ni un penique ni tu tiempo, en realidad - se encogió de hombros - Solo pensaba en que me gusta estar aquí. - comenzó a hablar mientras caminaba hacia ella - Me gusta el lugar, el ambiente, la gente en general... Se siente más en casa de lo que me había sentido en muchísimo tiempo. - admitió con un corto suspiro - Ya sabes que soy un sentimental y esas cosas tienen peso extra para mí. - se burló de sí mismo con una sonrisa, negando con la cabeza. 

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23/04/2019, 14:03
Morgana Whiterocks

No había duda de que Axel iba con la directa puesta y cualquier comentario de Morga lo aprovechaba para flirtear con ella. Pero la mujer no captaba la esencia de sus frases, inquieta pensando si iba en serio o se burlaba de ella siguiendo la tónica de sus habituales conversaciones. Solo que tras lo sucedido en el gimnasio dio un giro más a su relación. Otra vuelta de tuerca. Un nivel más.

Morgana abrió la boca para golpear como defensa- Veo que sigues meneándotela con Alexia. Que no te vayan a pillar los críos- Se mordisqueó los labios. Torció la boca, "ya me conoces". Retomó el paseo. Compuso su expresión de mala hostia con aquella mirada suya tan particular.

-Me estás vacilando. ¿Te sientes así en solo dos días? ¿Te trataban como a la mierda con Madre Laura? -Se burló con descaro y se echó a reír, descomponiendo su cara anterior en fragmentos de risa sincera. -No me lo parecía. -Se paró de nuevo-. ¿En serio? ¿El puto ambiente? -Soltó una nueva carcajada- Es verdad que no siempre estamos a matar.

Desvió la mirada hacia el deambular de Bentley. Controló la calle, cada esquina, rincón y árbol. Luego miró al violinista, primero con simpatía- ¿O soy yo? -Después con gravedad.

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25/04/2019, 03:01
Axel Montenegro

La mención a Alexia le hizo poner los ojos en blanco, pero solo respiró profundo e ignoró el comentario. No se iba a tomar a malas una tontería así, especialmente una que le encantaría fuera verdad. Sin embargo ya estaba más que resignado a que las probabilidades de que volviera a pasar algo con Alexia eran casi nulas, ya fuera por el tiempo que había pasado y sus casi obvias consecuencias o porque quizás el destino ni siquiera le permitiría la suerte de volver a verla. 

La reacción siguiente de Morgana le hizo sonreír a él también, dejando que la chica se riera a carcajadas cuanto quisiera, pero ya cuando llegó esa última pregunta con su siguiente expresión grave que bien podría haber sido una advertencia el turno de reír a gusto le llegó a él. 

Tranquila, marine, no pensaba declararte mi amor eterno...aún. - bromeó volviendo a reír - Madre Laura estaba bien, sí, y ella en especial era un puto amor, pero es el caos, las peleas y el cariño implícito lo que hacen que esto se parezca más a una familia, lo que me hace sentir más en casa. Ese punto de "te odio, pero solo yo puedo putearte". - sonrió de medio lado mirando en dirección al Morris - No lo sé, lo echaba de menos. En Madre Laura la cosa estaba muy tranquila siempre, excepto cuando el pedazo de mierda de Dauntay y yo nos poníamos a discutir o derechamente a darnos golpes. - que había pasado en más de una ocasión. Es que el puto repelente ese le sacaba de quicio. 

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25/04/2019, 23:17
Morgana Whiterocks

-Siempre hay un capullo en cada grupo. Imagina si se juntan dos. Lo siento por madre Laura, me cae bien. Aunque se ha librado de uno y nos lo ha colocado a nosotros -añadió sonriendo con sus ojos- ¿Y qué te hacía ese mierda de Dauntay?

Caminaron. Morgana no estaba satisfecha con la respuesta de Axel. Se dijo que lo más sencillo era dar tiempo al tiempo, continuar con el tono distendido usual. Pero su necesidad de control de una situación "irregular" la superaba. A eso debía añadir la incapacidad para gestionar y proyectar sus emociones y sentimientos hacia los demás de una forma satisfactoria. Una fuente de problemas. Nada nuevo para ella.

Se medio sentó en un murete ruinoso, y encendió uno de los cigarrillos del par que consiguió en La Comunidad. Dio una profunda calada y lanzó el humo al oscuro cielo. Miró con aire distraído a Axel, considerando que el violinista se escondía tras sus bromas y no se atrevía a ser sincero. Fumó de nuevo sin apartar su mirada, esta vez inquisitiva, de él.

-Aquí tendrás bastante de ese puto "caos" -una sonrisa pícara se dibujó en sus labios. Se llevó el pitillo a la boca y consumió una pequeña parte del mismo.- ¿Y cuándo me declararás tu amor?

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29/04/2019, 03:27
Axel Montenegro

Las primeras frases de la marine le hicieron sonreír y negar con la cabeza. Eran comentarios muy en su línea, y probablemente de los que no se aburriría pronto. En realidad, dudaba aburrirse alguna vez de ellos. - No era lo que me hacía a mí, es que no me fiaba de él y Madre Laura no se merece el puñal que ese seguro le clavara en la espalda más temprano que tarde - frunció ligeramente el ceño - Puto imbécil petulante - murmuró en español. Tan solo hablar de él le sacaba de quicio, ya ni pensar en volver a tenerlo en frente - Si te lo topas alguna vez no le creas ni una sola palabra. Vivirás más. - al menos a él le había funcionado así. 

Viendo que la chica se sentaba en un muro bajo, Axel fue a apoyarse en este a su lado, aunque sin llegar a subirse. Ya bastante en mal estado se veía para soportar el peso de una persona, no iba a ponerlo a prueba con dos, incluso si él no pesaba una tonelada. 

Su mirada fue un segundo al cigarrillo de Morgana y sonrió, pensando en que debía visitar La Comunidad pronto. Había sido bastante ingrato este último tiempo con las visitas, y no estaría mal ver como estaban todos allí. Seguro que bien, pero de todas maneras...

Caos bueno - sonrió con cariño, pues ese ambiente familiar se le hacía bastante agradable, incluso si había un par que parecieran pertenecer a un psiquiátrico. Tampoco podía culpar a nadie, no estaban los tiempos para ser el ejemplo de cordura si querías sobrevivir. Entonces Morgana pronunció su segunda pregunta y Axel echó a reír - ¿Qué pasa? ¿Que las bromas sobre Alexia eran por celos y no por borde natural? - sonrió de medio lado divertido, asumiendo que bromeaba, porque de darle un beso a decirle que la amaba había un salto. 

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30/04/2019, 14:27
Morgana Whiterocks

A Morgana se le escapó una corta risotada- Coño, tengo el remedio ideal. Elimina las ratas como esa de raíz. -Soltó otra carcajada. El velo formado por el humo se interponía entre ambos. - Madre Laura es inteligente. Se las arreglará.

Fumó mientras escuchaba a Axel. Lo miró con cara de perplejidad. ¿Celos? Morga nunca había padecido de esa enfermedad. Ni de la envidia. Su expresión mudó a otra reflexiva. Para luego reírse de nuevo. Siguió con la broma - Me meo contigo, violinista. –Su mirada se tornó arrogante- Verás, el puto mundo está ahí. Puedo coger lo que quiera de esta maldita ciudad. –Se fijó en el extremo al rojo del cigarrillo- Celos, ¿eh? Claro, de la putilla de mierda que te abandonó para irse a chupar pollas de unos payasos maricones.

Morga lo volvió a hacer. Inconscientemente. Demasiado sincera. Demasiado directa. Impulsiva. La auténtica esencia de Morgana. Borde natural, como mencionó su amigo. No se disculpó esta vez de palabra, sin embargo sus ojos y el rictus de su boca señalaban la desolación en su interior. Al menos la pesadumbre que era capaz de mostrar. Quiso arreglarlo y lo empeoró- Para mí es del todo incomprensible que sigas encoñado de esa jodida tía. En ese sentido eres un puto gilipollas. –Cerró los ojos. Otra vez. Dio una intensa calada al pitillo, cabreada consigo misma- ¡Joder! ¡Me cago en todos mis muertos! –Bentley giró la cabeza como un resorte hacia ellos al escuchar la suave voz de Morgana gritando- ¡La puta hostia!

Se llevó el cigarrillo a la boca- Si menciono de nuevo a Alexia suéltame un galletón. En serio. La puta imbécil soy yo. –Se encogió de hombros y, tras unos segundos, mostró una sonrisa tímida, tanto en su boca como en sus intensos ojos verdes iluminados por la brasa del cigarro.- Se me da fatal, Axel.

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02/05/2019, 03:09
Axel Montenegro

Ganas no le faltaban de matar al cabrón de Dauntay, así que la sugerencia de Morgana le hizo reír de buena gana, en parte divertido por el planteamiento y en parte alegre e incluso agradecido porque alguien más lo viera como una solución viable. Madre Laura no lo permitiría jamás, claro, así que solo le cabía esperar que su bondad no nublara su juicio a la hora de cuestionar las decisiones de ese snob insoportable. 

Las próximas palabras de la militar le divirtieron en un principio, haciendo que alzara una ceja con lo primero y que sonriera de medio lado con lo siguiente. Sin embargo, cuando la marine llegó al tema de Alexia con esa brutalidad habitual en ella, la sonrisa del portorriqueño disminuyó lentamente hasta casi desaparecer y su mirada se fijo en el suelo. Su estómago estaba hecho un nudo, como cada vez que se imaginaba a Alexia con alguien más, pero tampoco podía negar que estaba claro que la chica no había hecho un voto de castidad tras dejarlo con él. No le gustaba que la llamaran putilla, claro, pero era Morgana y ya sabía que cosas eran simplemente parte de su vocabulario inconsciente. 

El reproche siguiente le dolió un poco más. Los celos absurdos le eran familiares aunque le sentaran mal, pero no mucha gente sabía cuanto amaba a Alexia aún y todavía lo llamaba gilipollas por ello. No es que estuviera en desacuerdo. Lo era. Llevaba años sin saber nada de ella, más años aún sin verla. Y seguía enamorado de ella, de su voz, de su perfume, de cada sombra que le recordara a su silueta. Tan enamorado como había estado cuando compartiendo una casa abandonada la habían llamado hogar. 

Las exclamaciones de Morgana le hicieron mirarla con el ceño fruncido, alerta al pensar que le habría pasado algo, pero al darse cuenta de que solo despotricaba relajó la expresión. Sus ojos denotaban sin problema sus sentimientos, pues no sentía necesidad alguna de ocultárselo a Morgana. Podía ser una bruta, pero al menos era sincera. 

No, tranquila - respiró profundo, intentando sonreír con la comisura de los labios en respuesta al esfuerzo que se ofrecía a hacer ella - Al final, si no me hablas tú de ella nadie lo hace. Y aunque sea en medio de insultos o escenas que preferiría no imaginar, escuchar su nombre y recordarla siempre es una alegría. Ínfima, masoquista, patética y estúpida, pero una alegría. - sonrió de forma burlesca, claramente riéndose de él mismo con una acritud que no se dignaba a disimular - Además, tienes razón. Soy un gilipollas enamorado de un fantasma, y ella seguro siguió con su vida y ya me olvidó. Quizás está con alguien, quizás no. Que sé yo. El hecho es que si yo, enamorado y todo, he follado con quien me ha dado la gana, no podría esperar que ella no hiciera lo mismo. - suspiró una última vez, para luego mirar a Morgana a los ojos con una muy leve sonrisa - Pero gracias, por la intención. Para una bestia bruta puedes ser hasta entrañable en ocasiones. - su sonrisa creció un poco, ladeándose en gesto amistoso.

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02/05/2019, 18:25
Morgana Whiterocks

Mantuvo la boca cerrada mientras fumaba  y escuchaba a Axel. No se había enfadado con ella y motivos no le faltaban para hacerlo. Decidió fumar envuelta en su silencio y la niebla de su cigarrillo.

Los argumentos del violinista de verdad que le parecían todo lo que él mismo había relatado: patéticos, estúpidos, sin sentido alguno. ¿Qué alegría masoquista podía encontrar en algo así? Se mordió la lengua y en esta ocasión no le dijo lo que pensaba. Bastante se castigaba a sí mismo.

La sonrisa alegre dio luz a sus labios cuando Axel insistía en llamarla bestia bruta. Dio una profunda calada y la energía absorbida del tabaco la transformó en palabras.

-No puedes estar enamorado y follar con otra –sonaba a ingenuidad juvenil, sin embargo para Morgana era una verdad irrefutable y creía en lo que había dicho- Nostalgia. Es solo puta nostalgia lo que sientes. Te aferras a la prisión del pasado. –soltó la ceniza del pitillo- Pierdes la percepción del presente engañado por los recuerdos de ese jodido coño. La memoria es una hija de puta mentirosa y manipuladora,  te arrastra con ella como la mierda por el váter. He visto ese proceso destructivo. Y tú no eres un mierda.

Miró a Axel con interés, meditando acerca de sus palabras. Le pareció que estaba solo. Muy solo. La soledad era un concepto que Morga ni siquiera se planteaba, quizás porque en realidad siempre se había abierto camino sola, y nunca fue consciente de la suya propia.

Le quedaba poco al cigarro– Yo también tengo un puto fantasma. A veces me visita el cabrón. Es más como…como el sentido común –reflexionó que su cadáver debía ser ya tan solo una carcasa de huesos sueltos, pelados,  en la cabaña a orillas del lago, allá en las montañas cubiertas de árboles hasta donde alcanzaba la vista. Ella también había estado enamorada. Eso creyó. Y en ese tiempo estuvo convencida de que Benjamín la amaba más que a su propia vida. 

Una penúltima calada. Expulsó el humo lentamente- Entrañable. Casi mojo las bragas –se puso a reír- Sí que eres un pedazo de capullo masoquista –Su risa se entremezcló con el humo- ¿Por qué te gusto? Más allá de mis tetas y mi culo. Y mi entrañable sensibilidad.

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06/05/2019, 01:13
Axel Montenegro

Había empezado a sonreír divertido por la afirmación tan determinada de Morgana sobre el amor y el sexo con una expresión incluso un poco burlesca a causa de lo que le sonaba a ingenuidad pura, pero su sonrisa creció considerablemente con la última frase de aquella primera intervención. Sabía que lo pensaba, porque de otra manera no pasaría tanto tiempo con él como lo hacía, pero una cosa distinta era oírselo decir. Tampoco esperaba un te quiero, así que ese "no eres un mierda" estaba bastante bien y resultaba ser más de lo que hubiese pedido de la marine.

Sus ojos la miraron con interés y curiosidad al escuchar que había un fantasma en la vida de la militar también. Podía imaginarse que lo había, pero no le parecía haber escuchado nada de él, o nada concreto al menos. Aunque claro, para ser perfectamente precisos, seguía sin escucharlo. 

¿Casi? Debo estar perdiendo mi toque - contestó con una sonrisa y un guiño a la risa de la chica. Podía decirle masoquista un millón de veces, Axel sería incapaz de negar aquel adjetivo tan adecuado para su puto comportamiento y obsesión con la que aún consideraba el amor de su vida. Llegada la pregunta, se encogió de hombros - Ya te dije, me gustan las bocazas impertinentes - era su tipo, quisiera o no - Y tú estás buena en general, no solo tetas y culo. No te pediría que te pusieras en cuatro solo para no verte la cara - bromeó entre risas - Nah, pero en serio... Físicamente me gustas. Tienes cuerpazo, unos ojos verdes preciosos, una sonrisa que deslumbra... cuando no es maliciosa, claro. Ahí provoca otras cosas. - le sonrió de medio lado. Obviamente podía ser muchísimo más serio que eso, pero con Morgana siempre procuraba mantener la melosería a un mínimo por no incomodarla - Ahora, fuera de lo físico... me gustas mucho más - admitió suavizando su expresión - Eres sincera, leal, divertida, inteligente, y te preocupan sinceramente las personas que te rodean. Quizás no eres la más diplomática, pero contigo nunca me voy a llevar una mala sorpresa. Si quieres algo, lo tomas. Si algo te molesta, lo dices. No te imagino conspirando o manipulando a otros, porque para conseguir lo que te interesa dependes de tu propia fuerza y habilidad, no de la debilidad del resto. - y eso era de admirar, especialmente en estos tiempos. - Claro, puedo equivocarme, pero no lo creo. Confío en ti. - lo que para el portorriqueño era bastante decir - ¿Por qué la pregunta? - inquirió, pues le interesaba mucho más eso que devolverle la interrogante. De todas maneras, sabía que Morgana se lo haría saber si quería que lo supiera. 

 

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07/05/2019, 18:00
Morgana Whiterocks

La cara de Morgana fue transformándose por fases. Primero incrédula. Luego estupor. Después escéptica.

-Coño.-Fue lo único que atinó a decir antes de decidir que Axel bromeaba y seguía con las acostumbradas burlas entre ambos- Brillante discurso. Eso te funciona con tus fulanas, ¿no? Te has pasado de frenada, romeo, no soy una puta princesa; estás alucinando. ¿Que te has "fumao"?

Pero los ojos de Axel transmitían sinceridad. Era demasiado listo para intentar camelar con su melosa labia con doble intención, a alguien tan poco sensible y cuya reacción sería desproporcionada de descubrir un engaño. Morgana torció la sonrisa- ¿Así, qué te provoca? Joder, lo dices en serio -Entonces tuvo que reír para protegerse de un desconcierto que no ocultaba, al contrario.- Ahora sí que las he mojado -y su risotada por la grosería vibró en el aire nocturno. Dio una última calada, apagó la colilla y la tiró- Creo que has exagerado. Y te has dejado dentro del pantalón cosas más molonas: intransigente, intolerante, puta fascista, militar de mierda o cabrona anormal. Eso es lo más simpático que me llaman mis admiradores.

La sonrisa de Morga señalaba que tanto una cosa como la otra se la traía floja. Miró de nuevo a Axel, y se tuvo que reír una vez más, no de él, sino de la situación.-Hostia puta, violinista. Tu boca ha vomitado metralla y ni te has dado cuenta. La madre que me parió -No esperaba esa respuesta tan detallada y el asombro brillaba en sus ojos de jade.

Le faltó muy muy poco para mandar a tomar viento a Axel, decirle que olvidase cualquier tontería entre ambos y pasara de ella. Eso significaba mentirse a sí misma y un insulto a la inteligencia de ambos. Alzó la cabeza al cielo, riéndose, y se distrajo observando el corretear de Bentley. Reflexionó en silencio acerca de la última frase de su amigo.- Porque me cuesta entender, y creer, que alguien como yo, una jodida "bestia y bruta" militar, pueda interesarte.

Volvió a su mutismo durante una docena de latidos. Giró la cabeza hacia él- Sería una necia y una puta subnormal si negase que me pasa contigo algo que hace años no siento ni busco. Aunque esta semana ha sido extraña -añadió recordando cierto momento-. Mi cuerpo reacciona a tu presencia. Estoy cómoda. -Cómoda y al mismo tiempo perdidísima, anclada en su adolescencia, sin evolucionar en asuntos de relación de pareja. Su vista se fue al frente- Puedo enfrentar un infierno sin pestañear pero...

"No se digerir un puto beso que deseo repetir". Se mordió el labio. Una ligera risilla liberó su tensión. Se volteó de nuevo hacia Axel, su cara a un palmo de distancia, sus ojos perforando los de él- Imagino que te parezco una gilipollas ridícula. Me la pela. -La risa se le escapaba por las comisuras de la boca- ¿Y qué cojones se supone que pasará ahora, puto cabronazo portorriqueño?

Notas de juego

Este turno me ha costado. Lo he escrito y reescrito tratando de dilucidar lo que haría Morga. No se, bueno, ya está XD

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09/05/2019, 01:57
Axel Montenegro

La reacción de Morgana fue sin duda graciosa en un comienzo, y por eso desde sus primeras palabras Axel ya tenía una sonrisa divertida en los labios. También le provocaba algo de risa que la marine creyera que su discurso para cautivar a personas atractivas de voluntad débil fuera ese, pues no se parecía en nada al que había usado en ocasiones anteriores para casos como aquellos. Bueno, por eso y porque jamás consideraría a Morgana alguien de voluntad débil, pero esto último estaba de más decirlo. 

La lista de defectos de Morgana sí le sacó una carcajada más obvia. No iba a contradecirle ninguno, menos cuando la había llamado recluta del Tío Sam tan pronto la había conocido, pero una cosa no quitaba la otra. Todo lo que había dicho era cierto, y esos defectos que ella nombraban solo la hacían una persona real en vez de un espejismo que pronto llegaría a su fin. Nadie era perfecto. Además, incluso con todo eso en contra, Axel no dudaba de que Morgana fuera una buena persona. 

Bueno, no haber preguntado si no querías saberlo - contestó con una amplia sonrisa ante sus quejas, encogiéndose de hombros. Sin embargo, cuando llegó la respuesta a su propia interrogante, el hombre se extrañó. Jamás habría tomado a Morgana como alguien con baja autoestima, y sinceramente no entendía como podría haber llegado a perderla. De todas formas, no lo ponía en duda. Cada uno tenía su pasado, y él sabía perfectamente bien que sin importar quien fueras, la experiencia adecuada podía transformarte definitiva y radicalmente. 

Nah, no me pareces una gilipollas ridícula. Ni necia, ni subnormal. Eres una bestia bruta - dijo con el mismo tono cariñoso de siempre - pero aún con lo que odio a los militares, jamás te odié a ti. O al menos no por un día completo. - le sonrió recordando esos momentos de odio visceral que la chica se había ganado a pulso, mirándola a los ojos a pesar de la corta distancia y las pausas dolorosamente largas a las que la militar le había sometido en completo silencio - No te voy a endulzar las cosas, Morga, tú ya sabes lo que hay, te he hablado hasta el cansancio de ella. - La marine ya sabía de sobra que él seguía enamorado de Alexia como si lo hubiesen dejado el día anterior - Y tampoco te voy a mentir. Me gusta mucho pasar tiempo contigo, me calientas como nadie y sí, me siento cómodo contigo también. Además, besas que da gusto. - sonrió de medio lado, humedeciéndose los labios inconscientemente al recordar ese momento en el gimnasio. La risilla de Morgana le había encantado, y no le había pasado desapercibido como ella se había mordido el labio hacía unos segundos, lo que le hacía creer que en algún momento ella había pensado en ese beso también. O quizás, con algo de suerte, en darle uno nuevo. - Pero lo que pase no es solo decisión mía, marine. Más allá de amistad tú ya sabes lo que puedo ofrecer por ahora, y eres tú la que tiene que decidir si solo pasar un buen rato es suficiente o si necesitas algo que no te puedo dar.

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10/05/2019, 17:33
Morgana Whiterocks

Cuando fue testigo de la risa, sonrisas, burlas y pullas de Axel; de sus expresiones inquietas mirándola, de su incertidumbre, del reflejo de su cara en sus ojos, le pareció comprender el motivo de que aquel hombre le gustase tanto como ella a él. Al mismo tiempo se dio cuenta de que hubiese preferido estar sumergida en un apestoso pantano hasta la cintura que junto al violinista en esta reveladora noche neoyorkina; manejaría a su gusto la situación. Tal vez por ese motivo la adolescente salvaje dio paso a la cínica militar e incluso en el verde de sus ojos debió notarse el cambio. No así en su sonrisa ni en el tono tenue de su voz.

-No necesito la puta polla de un capullo tullido que se caga encima cada vez que me acerco a él. Que se acojona porque le gusta alguien que representa lo que más odia. Y para eso se esconde detrás de los recuerdos de un coñito de la temporada anterior. ¿Te da pánico que Madre Laura o tus colegas te vean conmigo, con una hija de puta militar?

Estaba claro que Morgana interpretaba a Axel a su manera. Como hacía con todo. Se aproximó más hasta que pudo sentir el aliento del violinista. Pero lo hizo en plan depredadora, mostrando su sonrisa de tiburón, sus encías y sus dentadura todavía blanca, vistiendo su cara de diversión y desafío.

-Así que beso que da gusto. Qué gilipollas eres. Te entrenas a diario, ¿no? Es lo que se decía antes, ¿te acuerdas? -Acortó el suspiro que los separaba- Me enseñó una graciosa francesita de dientes torcidos. –Morga ahora disfrutaba, el jade de sus ojos brillaba, latía con luminiscencia propia. Se fijó en los labios humedecidos del violinista y le ofreció el suave y corto beso que ambos deseaban, luego mordió los labios de Axel- Pero no tienes pelotas para repetir.

Su risa breve sonó igual que un cascabel de serpiente.

-No me abro de piernas con facilidad. Hace más de cuatro putos años que no lo hago. Para pasar un buen rato, uso este dedito –alzó el dedo corazón de la mano derecha- O me voy a cualquier antro y me doy de hostias hasta que reviento alguna puta cabeza. -Mientras el control lo tuviese la marine y no la cría nada era capaz de detenerla, nada la haría titubear- Para follar lo hago con alguien que me acepte por completo como soy, que se sienta libre a mi lado y no me tenga miedo. Y así me va –soltó una risotada a lo que consideró un chiste con tintes de realidad.

Sus ojos no se despegaron de los de Axel. A Morga le pareció una forma muy torpe de querer conquistarla hablándole precisamente de la mujer que supuestamente seguía amando –aunque ella se sentía convencida de que Axel vivía en un espejismo ridículo-. Sin embargo por eso mismo se puso a reír, ante la inocencia, naturalidad y sinceridad que también gastaba el violinista. Hubo una nueva transmutación en su cara, mientras se dejaba beber por la mirada de Axel. La picardía asomó. La desbordante Morgana ascendía desde sus tripas hasta su boca y su iris esmeralda y jade.

-Alguien natural. Como cierto violinista de pelo largo y mechas canosas.–Le regaló un nuevo mordisco- Un puto viejo con el que me correría una juerga –liberó su risa sobre los labios del hombre, al darse cuenta del doble sentido del verbo usado- Un mamón portorriqueño que se va a tener que arriesgar más si quiere follar con esta anticuada "muchachita. ¿Conoces a ese tipo?" *

Notas de juego

* En español desde las comillas.

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13/05/2019, 00:36
Axel Montenegro

Bueno, eso había sido una montaña rusa, definitivamente. Si no conociera a Morgana de antes quizás incluso hubiera pensado que tenía algún tipo de trastorno de personalidad, pero no era el caso. Seguía siendo la misma marine de siempre, la que insultaba cuando algo se ponía demasiado serio y evitaba a toda costa la sinceridad que al mismo tiempo pedía. Y por ello, mientras la chica hablaba, solo la siguió con la mirada sin decir nada, con expresión absolutamente neutral a exceptuar por sus ojos que observaban con atención y curiosidad. No era difícil mantener su rostro vacío de reacciones, pues lo de capullo tullido y lo de gilipollas lo escuchaba más seguido que su nombre, y cobarde tampoco era lo peor que le hubiesen llamado. Más tarde se dejó besar, sí, pero llegó a disfrutarlo tanto como ansiaba y no correspondió mucho más allá de lo justo para no parecer un cadáver. Quizás la única excepción a su impasibilidad fue el sentir la risa de Morgana sobre sus labios. Aquello sí le hizo sonreír un poco, aunque no por el chiste en doble sentido. 

Eres peor que un huracán, marine - contestó con la misma sonrisa aún alojada en sus labios mientras posaba una mano en la cadera de la militar en un gesto cariñoso - Pero me caes mejor cuando no subes todas tus defensas por miedo a lo que te hacen sentir y luego llamas cobarde al resto. - la expresión en sus labios creció un poco más, permitiéndose acariciarle la cintura con el pulgar - Y si quieres que el puto viejo se folle a la anticuada muchachita vas a tener que replantearte la forma de demostrarlo, porque no me pone demasiado que me insulten tocándome fibras sensibles. - añadió con un tono de voz calmado, como si sinceramente intentara explicarle cual era el error en su aproximación. Podría haber dejado pasar todo eso y seguirle el juego, que seguramente tendría resultados mucho más satisfactorios, pero tanto hablar sobre miedos había traído a juego los recuerdos equivocados - Pero ya que estamos en el tema, tú no representas ni de cerca lo que más odio. Los militares por norma general son una mierda, pero hay cosas mucho peores - personas mucho peores, con nombre, mote y apellido - Así que no, no me acojona en absoluto que me gustes. No me podría importar menos que Madre Laura, mis colegas, los Morris o quien se nos atraviese me vea contigo. De hecho, tampoco creo haber disimulado en absoluto mi cercanía contigo frente al resto. - que podría tener sentido para que ella le sacara en cara algo así, pero no - Y si te tuviera miedo, no te diría las cosas cuando los demás se las callan. Cuando tengo miedo, no soy precisamente conversador. - resopló conteniendo una risa sarcástica. El recuerdo del constante terror que había sentido por años le estremecía la piel, y si no se riera dejaría que su mente lo hiciera divagar hasta el pánico absoluto. Obviamente, solo en momentos cuando apenas rozaba esa memoria podía recurrir a aquellos trucos. 

Así que, por tentador que sea romper esa racha de cuatro años, tendremos que esperar a que me arriesgue otra noche - la miró a los ojos, buscando con su cuerpo esa cercanía íntima que antes Morgana había tenido al pegarse a él y posando su otra mano en la mejilla de la marine la besó suavemente, deteniéndose en sus labios con una ternura y cariño que contrastaban absolutamente con el día de la sala de entrenamiento. Aunque no lo prolongó por una eternidad se tomó el tiempo suficiente para que este fuera sin lugar a dudas uno cargado de sentimiento y no lascivia como el de aquella ocasión anterior en que podrían haber incendiado el edificio con un beso.

 

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14/05/2019, 17:43
Morgana Whiterocks

A un par de centímetros de los ojos y la boca de Axel, Morgana escuchaba atenta, divertida, con la media sonrisa burlona y amable colgada de sus labios, y una mirada de complicidad a la vez que traviesa. El hombre le seguía el juego, como siempre, eso pensaba, persuadida de que encajaban a la perfección sus bromas, sus desplantes, su cinismo, la ironía, su tira y afloja mutuo. El terreno donde mejor se movía Morgana. Aunque aquello de las defensas hizo que se removiese de manera muy poco perceptible, inquieta. No le gustaba resultar tan evidente para Axel.

-Tú prefieres que te toquen las fibras de tu puto violín, ¿no? –Sumida en su interpretación de la película, suponía que Axel no hablaba en serio.

Sin embargo, palabra a palabra comprendió que la cosa no iba bien. Quizás por eso en el anterior beso puede que notase a Axel distante. ¿Fue así? No estaba segura- Te pones muy serio, violinista-. No perdió esa sonrisa que se fue transformando a lo Gioconda, aunque sus ojos se maquillaron de perplejidad sincera, para de pronto estallar en risas inevitables al oír lo de la racha.

Llegó el beso tierno, dulce y suave. Su cuerpo reaccionó tenso al principio, tardó en responder. Y lo hizo dejándose besar. Separaron sus labios y ella buscó otro probando de imitar la sensibilidad innata del violinista. Saboreó ese momento tanto como el del gimnasio, siendo tan distintos en su ejecución y tan iguales en su sentido.

-Tienes tu puta guardia. Y yo la mía. Hay niños. Me has insultado, "militar de mierda" -ironizó- Y yo necesito tiempo -susurró en su boca-. Tal vez no mucho -añadió risueña. Paseó la vista por los alrededores, buscó a Bentley, escudriñó la penumbra de los rincones, vigiló la soledad helada de las calles y el borrón negro de la arboleda en la profunda oscuridad.  Se quedsaron en silencio, mirándose, le parecía escuchar los latidos del corazón de Axel con la misma cadencia que los de la noche de Nueva York. "¿Qué coño estoy haciendo?"  Morga lo sabía de sobras. Recordaba noches como esta, abandonadas atrás en su camino de pisadas fuertes y decididas.

-Espero que no seamos el puto fantasma de las Navidades pasadas.

Consultó su reloj, le quedaba un ratito hasta su guardia. Tomó aire, sin separarse de Axel, a esa distancia mínima - Me decepciona que no sea lo que más odias. - de nuevo bromeó. Se puso más seria. – Háblame de ese odio, de esas cosas mucho peores.  Los recuerdos son demonios, te lo decía antes. Les metes un exorcismo por el culo y los revientas. Aprovecha que tienes a una jodida marine contigo. 

Nunca se lo preguntaría a nadie. No le interesaban los pasados, los días muertos ni las hojas caducas desprendidas de las ramas de los árboles.

Era Axel. Quería conocerlo.

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16/05/2019, 00:51
Axel Montenegro

El cambio palpable en la reacción de Morgana, que poco a poco fue dejando su tensión inicial hasta que esta pareció desaparecer del todo, le hizo sentir una cálida oleada dentro del pecho. Más aún, se descubrió sonriendo con la comisura de los labios al recibir ese segundo beso tan natural e inesperado al mismo tiempo, y gustoso lo correspondió con el mismo cariño del anterior. Podría acostumbrarse a esa versión dulce de Morgana, principalmente porque incluso en faceta tierna no dejaba de ser una bocazas borde.

No respondió a sus observaciones sobre lo que les separaba actualmente. Eran minucias, pero ahora mismo le convenían. No era el momento, y sin importar las excusas o justificaciones que dieran para ello, era un hecho. No era el momento hasta que ambos quisieran que lo fuera, no importaba cuan ideal o deplorable fueran las condiciones en que se encontraran al preguntárselo. En silencio, la miró a los ojos hasta que la escuchó volver a hablar.

Le hubiese gustado asegurarle que no lo era, pero no estaba tan seguro. Muchas veces se había encontrado buscando rasgos de su querida fantasma personal en todos los que le rodeaban, y si bien podía asegurar que no era por alguna similitud que Morgana le interesara no podía negar absolutamente que eso podría haber influenciado al menos en un porcentaje. 

En un principio, sonrió. La broma de Morgana sobre su decepción le había causado gracia, como era de esperar. Sin embargo, al oírla pedirle que le contara de ese odio, de sus miedos, Axel se tensó inmediatamente y su corazón se detuvo por un momento, perdiendo cualquier rastro de sonrisa del rostro. La oferta de la militar había sido lo más adorable que podría haber dicho, esa oferta a protegerlo incluso de sus demonios sería capaz de derretirlo de no estar enfrascados en ese tema, pero ahora... ahora no fue capaz de tomarle el peso a sus palabras o a su interés. 

Avergonzado, bajó la mirada y tragó saliva. Su corazón volvía a latir a toda velocidad en su pecho, esta vez por todas las razones equivocadas. Casi podía sentir el sudor frío recorrerle la espalda, y aquello le cabreó. Habían pasado años y aún se acercaba al pánico de tan solo pensar en ello. En él. 

No... no me gusta hablar de eso - titubeó por un momento - Quizás otro día, en otro momento. - se humedeció los labios, aún sin volver a mirarla - No es fácil. No puedo hablar de eso, solo lo he hecho una vez hace años. - con la única persona que lo había conocido como la palma de su mano, y ni con ella había sido siquiera un poco más fácil de lo que se sentía hablarlo con Morgana ahora.