Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 3.3] La Comunidad

Cargando editor
01/11/2019, 02:00
Trish

Trish suspiró en cuanto Morgana empezó a hablar, consciente de que quizá no había sido el mejor momento para volver a ese tema cuando al fin parecía que estaban haciendo avances. Inspiró, maldiciéndose una vez más por no haber aprendido lo suficiente de Nick mientras este estaba vivo.

—Agradezco que hayas dicho lo que te sucede. Y ha servido de catalizador, porque ya ver que no eras la única. Si no hubieras dicho nada, a saber cuándo lo habríamos hablado claramente —empezó, intentando ser conciliadora una vez más—. Pero no me refería a eso, sino a que... —Miró a Daniel antes de volver a hablar a la militar—. A lo mejor te he entendido mal, pero parece que hasta en este momento estabas dejando claro a Dan que si te toca las narices no está seguro contigo cerca, con destino o sin él. Eso es lo que te pido que dejes. Ya se lo has dejado muy claro antes. Y a mí también.

Entonces miró a Daniel una vez más. Verlo con la sonrisa antes lo cierto era que le había tocado un poco la moral. Ninguno de los dos lo estaba poniendo fácil, a decir verdad.

—Joder, Dan, córtate un poco, que parece que lo pides —dijo entonces al chico.

En ese momento no necesitó más que un instante para decidir que ahora que se habían calmado los ánimos la charla con Dan podría esperar, al menos, al Morris.

—Yo voy a la cripta. Molaría que vinieseis los dos —afirmó hablando tanto a Morgana como a Daniel, dando por hecho que su hermana sí se apuntaba—, pero haced lo que queráis. Si os vais a matar, mejor dejadlo.

Cargando editor
02/11/2019, 10:39
Cassandra (Cass)

Después de un momento de calma la tormenta comenzaba a desatarse de nuevo y la buscadora estaba empezando a pensar que callados estaban todos más monos, echaba de menos "su" silencio, pero no lo iba a decir pues quería acabar con aquella situación lo más pronto posible, por lo que ignorando todo aquello sólo respondió a la pregunta que la atañía.

-A la cripta.

No añadió nada más, se suponía que todos eran lo suficientemente responsables como para saber que por muchas diferencias que hubiese entre ellos frente a extraños tenían que hacer piña.

Cargando editor
02/11/2019, 10:49
Morgana Whiterocks

-Dije que no dejaría sola a Cass en la puta cripta. Pensé que te largabas con Dan. Si piensas ir tú y él, olvídalo.

Morgana no estaba para aguantar a los dos en este momento. Y a la inversa tampoco. "Sí, Thris, quien me toca las narices no está seguro conmigo".

Miró a Cass. Se habían dicho muchas cosas en ese momento. La miró a los ojos con intensidad. No creía que tuviese que añadir nada más ahora.

Notas de juego

Para aclarar las cosas. Morgana acompañará a Cass si solo van las dos o con Robin. En otro caso, se quedará descansando en el dispensario un rato y cuando considere que ha recobrado fuerzas y se encuentra mejor, regresará al Morris. Les facilitará información de cómo llegar a la iglesia.

 

 

Cargando editor
04/11/2019, 09:31
Daniel Green

-Vete a la mierda, Trish -dijo ante la salida de la peliazul-. ¡Qué coño he hecho ahora para que me digas eso! -cada vez entendía menos a los allí presentes, sus salidas y sus cambios de carácter. En diez minutos había visto todo tipo de reacciones y a muy pocas les veía la lógica. Y estaba enfadado. Enfadado de los prejuicios, enfadado con Morgana y su actitud, enfadado con Trish que había faltado a la verdad, enfadado con Cass por ni haberse molestado en saber y conocer, recluida en su caparazón.- Me voy al Morris. Pero antes, devuélveme el arma. 

Cargando editor
05/11/2019, 01:55
Trish

Trish asintió ante las palabras de Morgana, dando aquella situación por imposible y dando por hecho que si aquello se arreglaba sería más adelante. Podía vivir con ello. Lo que no esperaba era la respuesta de Daniel. Lo miró, y sólo por respeto a él y a su amistad decidió no responder a su pregunta allí, delante de todos.

—Mira, da igual —respondió tras un instante. No se lo pensó antes de sacar la pistola y tendérsela—. Ahí tienes.

Antes de nada más, miró a Robin y se acercó para pasar un brazo por detrás de su cuello, dándole un abrazo y susurrándole algunas palabras.

Yo estoy lista —dijo, colocándose al lado de su hermana y antes de dar una última oportunidad a Morgana—. ¿Te vienes entonces?

Esperaba que dijera que sí. Si Trish no se equivocaba, era la única que había estado antes en la maldita cripta.

Cargando editor
05/11/2019, 02:06
Trish

En un rato nos vemos —prometió antes de hacer una pequeña pausa—. Cuida de él.

Cargando editor
05/11/2019, 19:40
Daniel Green

Estaba harto, muy harto. Aquella había sido una mañana no solo para olvidar sino para borrarla del calendario. De tener la oportunidad de retractarse, volvería al punto de la mañana en que se había despertado y en vez de levantarse con las ganas de quien va a hacer algo distinto, se hubiera dado media vuelta, bien embozado entre las mantas y hubiera dormido media hora más, lo suficiente para que aquella excursión hubiera partido sin él.

Recogió en silencio el arma y tras asegurarse de que tenía el seguro puesto, se la guardó en la cintura de sus vaqueros. Se recolocó el resto de la ropa para ocultarla y se frotó las sienes. El dolor de cabeza avanzaba sin piedad. Y ver a Trish cuchicheando al oído de Robin no ayudaba. En aquel contexto todo le resultaba incómodo y el habitualmente alegre Daniel había dado paso a una sombra de él, una sombra huraña, suspicaz y malhumorada. Sí, no podía negarlo. Su amiga le había desilusionado. Al margen de que les había acompañado sin tener idea de qué iba a ocurrir o de qué se iba a hablar, un aspecto del cual tampoco le habían hecho partícipe, había estado el episodio de Morgana y tras unos primeros pasos matutinos que auguraban una mejoría en el constante cielo encapotado que cubría a ambos, todo había cambiado y el claro de sol se había transformado en una tormenta devastadora que había destruido demasiadas cosas. Y que Trish no hubiera relatado las cosas como habían sido, dejándole con el culo al aire, como si fuera un puto histérico que había echado mano de su arma sin mayores razones que un ramalazo dramaqueen le había dolido profundamente. Su última salida diciendo que parecía pedir el maltrato de Morgana, había sido como una gota de ácido en su piel.

Reconocía que no podía más. Quería llegar al Morris, tumbarse y llorar hasta quedarse dormido. Y al despertar, quizá menos embotado de como se sentía ahora, ir a hablar con Lazarus.

Cargando editor
06/11/2019, 08:55
Robin

Robin se había separado de la exmilitar movido por la amenaza constante a su corazón de ver desaparecer a Daniel justo cuando el temor al abandono volvía a palpitar con fuerza en él.

 

Pero cuando ésta animó a moverse y propuso regresar al Morris, él joven levantó la mirada a ella y luego la extendió al resto votando por esa opción y esperando con ingenuidad que los demás accedieran por puro sentido común. Podían vivir un día más sin saber de esa cripta, pero no podían vivir sin cuidar de las heridas y descansar.

 

Buscó mentalmente a Kane, Clementine, Skyler, Shamira y Lincoln imaginando que seguían enteros y sin incidentes y solo cuando ya había respirado por ellos, cayó en la cuenta de que olvidana al violinista y le mandó una disculpa y una promesa de que era bienvenido mental.

 

En su ausencia la conversación debió tomar un rumbo diferente al que él había asumido pues notó a Trish encima y tras estremecerse y apartar el oído por costumbre entendió que no se iban a casa, y que a él, le tocaba ser un niño y quedarse quieto.

 

Lo siento —le susurró por la reacción de su cuerpo—. ¿Dónde os vais? ¿Por qué yo no voy? —preguntó después sintiendo que su despiste hiciera más legítimo verle como a un crío— ¿Tardaréis mucho?

Cargando editor
07/11/2019, 14:57
Morgana Whiterocks

A Morgana le pegaba tres patadas en el estómago internarse de nuevo en la cripta en la mañana de hoy. Cass no iba sola ya, su devota hermana la acompañaría, y la jefa de seguridad del Morris tampoco quería ni ver a Trish en este momento. En realidad no quería la compañía de nadie. Solo tenía ganas de ladrarles unas órdenes, una bronca e insultos malsonantes y alejarse de ellos.

También estaba Robin, perdidísimo como casi siempre, o al menos esa era la impresión que le daba a ella. Turbado, indeciso, inquieto. Y, por supuesto, Daniel. Al que desde luego no soportaba ahora, sentimiento mutuo, desde luego. Su ira interior creciente se lo quería cargar ya. La Morgana más sensata, más militar, más centrada, y sobre todo la menos honesta consigo misma pero sí comprometida con su actual “familia” entendía que no podía, que no debía hacerlo. Al margen de esas tonterías del destino. Lo acababan de hablar: allí, entre todos, con todos ellos, sucedía alguna cosa relevante.

Solo un necio no reconsideraría su forma de actuar, sus pasos, sus decisiones.

Se mordió con energía el labio inferior. Dirigió la mirada a Robin.

-No podéis iros los dos solos al Morris. Esta la opción de ir a la puta cripta. Nosotras tres. Puedes unirte. –Sus ojos pasaron a Dan- Y tú sería mejor que nos esperases. Puedes hacerlo en la consulta. Mientras te despejas y te sientes mejor. Podrías marearte en el camino; desmayarte. Acabar en una zanja. El destino no quiere eso para ti, ¿no? –añadió con sorna. Sin embargo su mirada inquisitiva paseó por los cuatro.

-Con sinceridad, creo que sería los más apropiado que regresáramos ahora todos juntos al Centro –torció la boca- Yo puedo hacer un maldito esfuerzo por aguantaros en el camino.

Cargando editor
07/11/2019, 20:38
Cassandra (Cass)

Cada uno decía de ir a un sitio diferente con compañeros escogidos, la buscadora negó con la cabeza dentro de las amplias capuchas, estaba cansada. No era un cansancio físico, pero sí era uno que hacía que tuviera menos perspectiva. Al final la ex militar pareció ponerle un poco de sentido común proponiendo el mejor plan, o los dos mejores para ser sinceros, Cass sabía que tenía razón y lo más aconsejable era volver y dejar la cripta para otro día, pero sentía que contra más tardasen... menos tiempo tendrían luego.

Se adelantó un paso cogiendo en sus manos las cintas de la mochila que llevaba a la espalda y habló escuetamente, como solía ser ella.

-Si nos acompañas te lo agradecería Morgana, para movernos cuantos más mejor, -dijo mirando a la mujer, luego dirigió su vista hacia los dos chicos para incluirlos en la oferta y el agradecimiento, aunque al final añadió la misma petición que había hecho ella -pero si preferís no venir... por favor esperarnos aquí.

Se quedó callada en espera de su decisión final, pero sus ojos siguieron hablando lo que su mente y su corazón no podían callar -No quiero otra visión como la de Nick, no quiero ver como más amigos mueren sin poder hacer otra cosa que mirar, no puedo con otra perdida más.

Cargando editor
07/11/2019, 22:03
Narradora

Nueva York, lunes 16 de noviembre de 2037, 12.30.

La decisión parecía estar tomada. Y así, las tres mujeres empezaron a caminar, sumergiéndose en las calles del Barrio y alejándose de la consulta de Nicolás.

Detrás dejaban a Robin y Daniel, que se quedaban solos, cerca de la puerta del médico. 

Notas de juego

Cass, Morgana y Trish salen de escena. 

Cargando editor
Cargando editor
08/11/2019, 09:46
Daniel Green

Las vio alejarse. Una trinidad de mujeres a la búsqueda de una cripta. Se alegraba de verlas marchar, aunque se sorprendió de que Robin no lo hiciera. A fin de cuentas parecía tener una gran afinidad con Morgana, un extraño lazo que no entendía dónde podía hundir sus raíces. No le hubiera importado la soledad pero agradeció que se quedara. 

-Deberíamos entrar en ese consultorio y esperar su regreso en él. Al menos estaremos calientes y yo podré descansar. El hombre que me atendió, ¿de qué lo conoces, Robin?

Cargando editor
10/11/2019, 21:09
Robin

Robin estaba convencido de que la veleta en la voluntad de Morgana entre ir a la cripta y volver al Morris se debía al cariño que nunca expresaba pero que era evidente que profesaba por él y Cassandra. Tal vez, en su época de estudiante de psicología la ex militar se había encontrado entre los amantes del silencio y les comprendía un poco más que al resto. O tal vez, les confundía con patos a medio desplumar por el frío a los que arropar y ello crecía su ego de osa madre.

Como fuere la acción de Cass tuvo más peso que la veintena de palabras que habían debatido dónde ir o quedarse y las tres chicas les dejaron atrás sin más.

El joven siguió sus pasos con los ojos, asumiendo aun esa invitación sesgada a ir con ellas, sin tener muy claro si era un problema mayor allí o en el sitio. Apretó los labios incómodo y empezó a repasar con calma todo lo que había pasado en ese momento en el que su cabeza había dejado el mando a la adrenalina y conforme iba recordando y se iba viendo hacer y moverse sus mejillas fueron ganando color al tono azulado del frío.

Tragó saliva al darse cuenta que había tomado una decisión en caliente que le había vuelto a colgar el cartel de "capullo" en el cuello y suspiró en sus adentros rogándose calma a sí mismo, tal ves y solo tal vez, no la había cagado tanto como la noche anterior.

No miró a Daniel cuando le habló, en vez de ello, para dejar entre ver que sí le hacía caso, dirigió los ojos hacia la consulta a la que había hecho referencia.

- Me lo presentó Morgana - dejó caer la última sílaba dadas las circunstancias no le pareció que el nombre fuera de buen recibo-. Se llama Nicolás y me ha ofrecido quedarme con él un tiempo para aprender más. Lo cierto es que sería un puntazo.

Con ese comentario recordó lo que su amigo había pedido y dio el paso para meterse en la sala de espera. Le sabía mal marear tanto al hombre pero seguramente no le molestaría que ocupasen un par de sillas.

- La cabeza... ¿va mejor? ¿Te molesta si te hablo? 

Cargando editor
10/11/2019, 21:53
Daniel Green

Enarcó una ceja ante la extraña forma de pronunciar el nombre de Morgana. Lo cierto era que Robin era alguien sorprendente y extraño. Enigmático a veces. Posiblemente no fuera consciente de ello. Tampoco era algo que le proporcionara un atractivo especial ni lo menoscabara. Simplemente era su forma de ser. Como también lo era aquella timidez profunda que debería empezar a domar o su predisposición a intentar ocultarse de las miradas ajenas, como si el que él no mirara ya lo escondiera.

-¿Quedarte con él? Suena bien y parece que además te apetece. ¿Quiere eso decir que dejarías el Morris por un tiempo? -la pregunta era inocente y no llevaba una carga de resquemor o reticencia. Era simple curiosidad-. Aún duele. No por el golpe en sí, que también. Es más la tensión, la mala leche... Un simple dolor de cabeza que ha ido a más. Estar enfadado no ayuda. Pero ahora que se han ido... Estaré mejor -en aquel punto parpadeó un par de veces ante la pregunta de Robin. En su ingenuidad resultaba encantador. No pudo evitar sonreír sincera y limpiamente, sin ironías ni mierdas. Le cogió de la cintura y le acercó hacia sí y con la mano libre, acarició su mandíbula para luego besarle-. Me moriría si no lo haces -le dijo al liberar sus labios, mateniendo aún la presa de su cintura, los ojos clavados en los suyos-. Además, quiero contarte lo que ha pasado. O lo que creo que ha pasado. Necesito hablar y que me des tu parecer.

Cargando editor
11/11/2019, 09:03
Robin

Al tema de Nicolás, Robin asintió con un mohín de duda. 

 

No tiene porqué ser ahora mismo pero sí, sería imposible ir y venir. Aún tengo que hablarlo con todos —dijo como eufemismo de Skyler—. Pero me gustaría.

 

Se sintió extrañamente cómodo contándole aquello a Daniel, a pesar de que en algún momento sintiera que estaba posponiendo el estar junto a él. Le gustó esa tranquilidad al hablar, aunque le preocupaba que fuera más debido a la costumbre de perder la compañía de sus más allegados que por confianza.

 

Entonces escucho con doble oído sobre el dolor de su cabeza, tomando notas en la hoja médica de su cabeza para poder volver a ella y comparar con manifestaciones futuras por un lado, y acariciándole con la mirada con un "sana-sana" más allá del daño físico por otro.

 

La mano de Daniel tomando su cintura le sorprendió e incluso hubo una cierta resistencia a ser movido ordenada por su instinto sin consultar al resto de su ser.

 

El corazón se le aceleró conforme la mano del patinador anunciaba las intenciones de sus labios al buscarle la cara y su cabeza intentó pensar tan rápido que algo en ella falló dejándola en blanco por primera vez en mucho tiempo.

 

Y al sentir los labios de Daniel sobre los suyos se le antojaron tan conocidos como si llevase una vida con ellos y acalló toda culpa devolviéndole el beso hasta que una sonrisa boba imposibilitó a los labios seguir besando.

 

Lo cierto es que no entendía ese beso y de hecho le desorientó tanto que entendió el enfado de su amigo cuando él le había usado de paño de lágrimas; pero aun con todo le había gustado que se lo diera como le gustaron las palabras que venían detrás, especialmente por derrocar la sensación de que el enfado de Dan iba con él.

 

Sonrió cuando se ofreció a contar su versión, sin duda quería saberla y él no se hubiese atrevido a preguntar como tampoco quería romper el momento para exponer el temor creciente de que su relación física solo fuera para calmar desgracias.

 

Claro—dijo con el cerebro todavía entre cosquillas—. Cuéntame.

Cargando editor
11/11/2019, 14:07
Daniel Green

Daniel asintió. Guardó un instante de silencio, tratando de ordenar los sucesos. Miró por un segundo el consultorio, que les invitaba a entrar y gozar de su protección y calor, pero prefirió la privacidad de la calle.

-Andemos un poco, sin alejarnos de aquí. Recorrer la calle arriba y abajo -pidió cogiéndole de la mano-. Verás, lo cierto es que no sé muy bien qué ha pasado. Morgana es difícil, no le caigo bien, mi pasado le pesa por la razón que sea, y ha acabado por sacar lo peor de mí. Sea como sea, el día empezó casi bien. Pidió algo parecido a disculpas por lo de ayer y bueno, todo fue con normalidad hasta que nos separamos. Metí la pata, lo reconozco. Y no quiero exculparme, pero no entiendo la manía que tiene todo el mundo de guardar celosamente lo que va a hacer o dejar de hacer. Fui a aquella reunión sin saber siquiera de qué se iba a hablar. No pregunté y no me lo dijeron. A lo largo de la charla, hubo un momento en que creí podría ayudar y lo que hice fue cagarla. Y dejé bien claro que no somos lo que se dice un grupo cohesionado y que se comunique -dijo a Robin-. Cuando la sargento de hierro y yo nos quedamos a solas, estuvimos hablando. Nada que merezca la pena repetir pero, bueno, nada especialmente dramático. Nada al menos que justificara lo que pasó después.

Volvió a callar, caminando en silencio.

-Antes de salir de allí, le dije a Morgana que la salvaría. No sé, en el momento pareció generarle más curiosidad que malestar, pero cuando estábamos en la calle, tras hablar ella con Trish, pareció transformarse. Se convirtió en un instante en un monstruo, en una furia desatada. Me cogió del cuello y de los testículos, me golpeó contra una pared y vomitó todo su veneno. Tuve miedo. Mucho miedo. Y sé que Trish también. Lo pude ver en su cara. Por un instante creí que iba a matarme. Y supe además que a partir de ese momento ya solo seríamos presa y depredador. No veía salida alguna. El arma estaba ahí y disparé. No para matarla, sino para que me soltara. Dejé caer el arma tan pronto disparé. Ella volvió a golpearme contra el muro -se encogió de hombros-. Ha sido una mala experiencia y me jode que Trish no haya contado todo. Que simplemente dijera... Da igual. A Cassandra tampoco pareció importarle demasiado conocer la verdad y bueno... creo que he salido bastante malparado a ojos de todos. Solo sé que así no podemos seguir y Morgana no va a cambiar. No conmigo.

Cargando editor
14/11/2019, 13:49
Robin

Andar sin rumbo dentro de los límites de la seguridad fue una opción que Robin aplaudió no solo porqué aquello implicaba que el equilibrio de Dan estaba mejorando sino también porqué le ahorraría la incomodidad de sentir que estaba molestando de más a su futuro profesor.

Aun no se había acostumbrado a la naturalidad con la que Daniel le tocaba pero relajó su mano en la de él intentando no sentirse preso y apreciar esa mano en tantos puntos diferente a la de Alec.

Absorto en observar y  atender a gestos para otros tan cotidianos como extraños para él, se perdió el momento en que Daniel empezaba a hablar de lo sucedido y tuvo que acelerar su cerebro para enganchar el hilo y ponerse al día con la escucha.

Dudó que fuera cierto que Morgana tuviese algún problema con el pasado de nadie, especialmente cuando ella había pretendido la noche anterior que él no la metiese en el mismo saco que los asesinos de su familia pero no creyó necesario interrumpir para cuestionar algo de lo que tampoco sabía si llevaba razón o no, así que simplemente empezó un protesta que frustró en un amago de encogimiento de hombros.

Cuando habló de la disculpa de la militar, Robin sonrió asumiendo que con aquello lo que él hubiese querido decir ya estaba dicho y relajó su postura, dejando de observar el habla del patinador para mirar al frente y asegurarse de que no iba a chocar con nada. Sin embargo, su cuello duró poco sin entornarse pues con la afirmación de la metedura de pata el pelirrojo afinó más su atención y volvió a mirar a su amado con un "¿por qué?" arrugado entre ceja y ceja.

Las siguientes palabras de Daniel le obligaron a morderse la lengua por la velocidad que llevaban, de lo contrario le hubiese interrumpido con un sin sentido de preguntas cuya respuesta, por el momento, parecía que Daniel quería evitar. Escuchó en silencio hasta la parte de la agresión, en ese momento entrecerró los ojos con dolor en la entrepierna y chasqueó la lengua en desacuerdo con absolutamente todo.

Tomó aire al final de la explicación de Daniel y con un ligero tirón de su mano le pidió que detuviera el paso. Necesitaba pensar y valorar, pero sobretodo no equivocarse en las palabras cuando hablara y para ello no podía estar caminando y tener una parte de su cabeza estudiando el terreno y otra contando los pasos. Incluso le pidió a la última línea de sus pensamientos que dejase de calcular a qué distancia estarían ya las chicas y asumiera que les iba todo bien.

- Bueno - empezó ya con disculpa- la verdad es que no me has explicado mucho -agachó la mirada a las puntas de los zapatos de Daniel fustigándose por ya haberse equivocado en el qué quería decir, suspiró y volvió a mirarle a la cara. A esa demasiado hermosa cara- Quiero decir, te he visto llegar y al ponerte la venda, pues para mí era bastante claro lo que te había hecho.

Dibujó un mohín al tiempo que apretó su mano - Y no esta bien, sea lo que sea sobre lo que discutisteis, no está bien. Pero, me gustaría saber qué fue.

- Por otro lado, si alguien me dispara, lo más seguro es que yo también quiera pegarle. Esto no lo digo para justificarla, menos si empezó ella; pero sí para que no lo intentes más -en ese momento, a pesar de lo serio de la situación, la tensión le estiró las comisuras en una sonrisa sin sentido-. Lo siento, eso ha sido muy gilipollas. 

Volvió a suspirar y siguió.

- No soy un buen consejero, Dan. No tiendo a enfrentarme a nadie pero creo que Trish y Cassandra, incluso tal vez yo, te hemos hecho sentir solo porqué no somos tan impulsivos y vivos como tu. Yo estoy triste por lo ocurrido, y Trish está enfadada, y ninguno de los dos queremos volcarlo en ti, o en la comunidad. Morgana no es una persona razonable, así que hemos cometido el error de pedirte solo a ti paz, porqué escuchas. Y seguramente, con el dolor y todo reciente, ha estado mal y te hemos hecho sentir solo ...  ¿cómo lo has dicho? Malparado. Lo siento -dijo de todo corazón y apretó los labios para guardarse el beso que su cuerpo le pedía-.

- No quiero que te vayas -confesó-. Pero no te estoy diciendo esto para que te quedes en el Morris y estés mal, y calles. Para nada. Antes he sido un histérico pero lo que te he dicho, lo pienso: quiero estar contigo.

Y me gustaría que fuera en el Morris, por eso, si me dices qué ha dicho, de qué la tienes que salvar... tal vez pueda hacer algo para que nunca más se atreva a tocarte.

Con esa última afirmación sintió un furia demasiado extraña y ala vez familiar, demasiado Bullrich, por lo que su instinto le obligó a apartar la mirada de todo ser viviente, acudiendo al cielo para mayor seguridad.

Cargando editor
19/11/2019, 15:02
Daniel Green

No pudo evitar sonreirle.

-Tranquilo. Estoy mejor. No me gusta hablar en caliente y me temo que dije demasiadas cosas llevado por el enfado y por la... decepción -reconoció-. Somos una comunidad y, sin embargo, me da la sensación de que soy como un pelo en la sopa. Algo que te encuentras inesperadamente y que apartas a un lado, porque molesta. Quizá no he sabido integrarme o no he hecho los adecuados esfuerzos para ello y, al final, uno paga sus consecuencias. Hay demasiados silencios y secretos en el Morris. Tal vez es que damos por hecho demasiadas cosas. Pero la verdad es que ver en Trish a alguien capaz de hacer prótesis o descubrir en ti el alma de un sanador... sorprende y a un tiempo, asusta. Asusta porque no sabía nada de todo esto. Es como si en todos hubiera alguna faceta alucinante de la que no he sabido nada en todos estos meses -acabó diciendo al tiempo que se encogía de hombros-. Quizá no sea importante pero uno se siente un tanto... marginado.

Paseó unos metros en silencio, sin soltar la mano de Robin.

-En cuanto a lo que pasó... Metí la pata en la casa de Anabela. O más bien quedé como un tonto. No sabía de qué iba la historia y en un momento dado intenté ayudar, asumiendo una situación que no era. Resultado, quedé en evidencia y con la sensación de ser gilipollas. La verdad es que una vez más me sentí desplazado. Sea como sea, Morgana y yo nos quedamos a solas. Para variar, recurrió al insulto y respondí de igual forma. Mal hecho pero es que ya tengo el depósito lleno. Acabé diciéndole que si no me quería en el Morris, me lo dijera claramente y que me iría. Pero desaprovechó la oportunidad, con su habitual retahíla de despropósitos y mierdas varias. Así que le dije que ya que me quedaba, aprovecharía el tiempo para salvarla de sí misma. Eso es todo. De hecho, ni siquiera pareció molestarle. Tan solo despertó cierta curiosidad en ella. Por eso, todo lo que vino después, su transformación, su ira... Me pilló de sorpresa y ni siquiera sé por qué actuó así.

Cargando editor
22/11/2019, 23:00
Robin

Robin escuchó. No era algo que le resultara difícil, de hecho, que Dan y Alec tuviesen más palabras que él era algo que le atraía tanto que algunas ocasiones le había tenido la cabeza ocupada en un absurdo debate sobre si ello era o no síndrome de Elektra.

Se sorprendió, no obstante, y le decepción que Dan usara tanta saliva para volver a contestarle sin contarle nada, era como esos cuentos sin final de Esmeralda que inventaba Nathaniel. Y le resultaba, por ende, irónico que señalara a los demás por guardar secretos y presuponer demasiado mientras él le escondía todo lo ocurrido pues no era lo mismo decir "la he cagado" o decir "creía que Anabela tenía tos y le he dado agua cuando en realidad estaba hablándonos en morse". Pero no iba a volver a preguntar para parecer un morboso cuando lo que sí resultaba evidente era que el patinador no tenía ganas de hablar de ello.

Luego volvió el tema de Morgana del que sí creyó sacar algo más de contexto, especialmente el hecho de que a ambos se les escapaba la misma pieza del enigma.

 

¿Por qué le das tanto poder? —preguntó desde el instinto al final— No le permitas decidir sobre tu futuro.

No le había gustado la idea de que Dan se hubiese ido tan alegremente por el hecho de que la militar lo pidiera.

No me gusta que hablen de mi madre —continuó aunque sabía que pudiera parecer otro tema—. No sé porque la ha mencionado antes y tengo curiosidad pero no le pienso volver a preguntar.

Balanceó sus manos enlazadas nervioso y bajó mucho el tono cargado de culpa y vergüenza:

No recuerdo si te lo he contado. No es algo que haga —hablaba a las rodillas—. Pero ella, mi madre digo, murió por mí culpa.

«No fue tu culpa » le recordó su padre, pero el hollín aun le tapaba los oídos y no escuchó.

 

Notas de juego

Perdón, estoy pacucha.