Partida Rol por web

—M-maldita sea! Agg...!

Te encuentras sobre un tejado, con un duk'zarist que reconoces como uno de tus mejores amigos, está agarrándose la cara, con un ojo sangrándole en demasía, acaba de perderlo gracias a un tajo que le hizo el enemigo contra el que están luchando.

Tú ahora mismo sientes un inmenso ardor en la espalda, como si te hubieran dado una treintena de latigazos. —Eh tú! Por qué haces esto? ni siquiera es tu señor, nunca había visto a alguien hacer tanto desorden solo por diversión.

El enemigo, otro duk'zarist armado con una katana de doble hoja, se limita a sonreír y arremeter de nuevo contra ustedes.

—No te escucha, le importa un pito compartir su opinión, parece. —todavía con la mano en el ojo, y la otra firme en su espada, arremete contra el enemigo.

Tú haces lo mismo, corriendo codo con codo.

...

Despiertas, todavía sintiendo durante unos minutos ese extraño ardor en la espalda.

Yuri despierta con la cara apoyada sobre su tostada con mermelada de arándanos. Hanako está preparando más tostadas mientras Remiel revolotea por ahí.

El televisor está encendido con las noticias.

—El caso del asalto en una tienda en el barrio del Palacio aquí en Hausser todavía está a la espera de los agentes. El testigo, que es el mismo dueño, afirma que se trataba de un hombre a quien llamaban Gustavo, de cabello gris revuelto y ojos entornados, con nariz aguileña y vestía unas capas exhuberantes que las usaba para combatir.

Se muestra entonces una foto tomada por las cámaras antes de que el delincuente huyera.

—Pasando a otro delito ocurrido anoche, dos fallecidos en el pub El Paraíso de las Piernas, ubicado en los suburbios, el agresor Y. I. de dieciocho años, se entregó por cuenta propia y sin ofrecer resistencia. La policía afirma que ha causado más beneficio que tristeza, ya que ha desmantelado una mafia oculta bajo dicho establecimiento, así que los cargos en su contra serán leves.
A continuación una imagen pixelada de nuestro querido Yuri aparece en la pantalla del televisor, seguida de un paneo del local, que ahora está abandonado y con la policía investigando.

Aún es temprano, y usualmente pasa Sita llamando a la puerta para ir a la parada con ustedes, su reloj interno nunca falla.

- Hey!! El de la última noticia soy yo!!- Exclamo sorprendido cuando veo la notiica en la televisión, pero algo raro pasa.. mi cara está pegajosa, por lo que paso mi lengua con la mayor longitud que puedo para ver qué demonios es esto. Maldición, me quedé dormido sobre la tostada... otra vez...- Bueno, espero que los jueces sean tan permisivos como parece que dicen en la televisión, pero podrían haber dicho también que fue para rescatar a alguien de un secuestro no? Así al menos quedaría algo mejor...- Termino con la noticia mientras le echo otro bocado a mi tostada y terminar mi desayuno. Realmente el entrenamiento para necesitar dormir y comer menos me está costando, pero poco a poco parece que puedo empezar a despreocuparme de que mi cuerpo se vea afectado por la falta de horas de sueño.

- Por cierto Hanako, ayer te veía algo preocupada y no solo por mí. Ocurrió algo interesante en mi ausencia? Sé que lo mío te preocupa, pero si conocieses a nuestra familia sabrías que esto es bastante normal, así que intenta despreocuparte un poco. Solo espero que en el instituto no se enteren demasiado pronto de la noticia. Sería un acoso continuo si las chicas piensan que soy un malote o un justiciero...- Comento mientras me levanto para abrirle la puerta a Sita y la invito a entrar mientras Hanako termina de hacer las últimas tostadas y así ir a coger el autobús para volver a clase.

Cuando desperté en la cama no tenia muy claro como había llegado allí. Lo ultimo que recordaba era haber entrado en el bar de Melima y… Me levante de forma abrupta. Prefería no pensar en ello. Después de una ducha de agua fría y empezar a hacer el desayuno vi como Yuri despertaba con algunas manchas en la cara debido a la tostada sobre la cual había caído redondo durante el desayuno. Por alguna razón ya no me sorprendía verle dormir en sitios así de raros.

Las noticias puestas en segundo plano llamaron mi atención y trague el pedacito de tostada que tenia en la boca.- ¿Cámaras?.- Susurre débilmente mientras notaba como me ponía nerviosa. Gracias a dios la noticia acabo allí y pasaron a la siguiente. Si había cámaras parecía que había tenido la suerte de no salir en ellas… y la suerte de que el tendero no dijera nada sobre lo ocurrido.

La siguiente noticia fue el desencadenante de una mirada de incredulidad a Yuri, la cual aumento al escuchar la normalidad con la que trataba aquello.- Da igual como sea tu familia, matar dos personas no es normal, es malo.- Le reproche mientras se levantaba a abrir a Sita. Ese mismo momento en el cual le seguía con la mirada fue el usado por Remiel para hacerse con una de las tostadas que acababan de quedar listas. Aun siendo de ese tamaño cuando volví la mirada al plato ya había acabado con media tostada. A veces me preguntaba cómo le entraba tanto en ese pequeño cuerpo.

-Buenos días Sita.- Salude a la joven cuando entraba.- ¿Quieres una?.- Le ofrecí una tostada  mientras yo cogía la otra restante y empezaba a coger la cartera junto a mí. Esa mañana había dudado sobre que echar en el interior pero finalmente había llevado lo habitual.- Yuri, es posible que después de las clases venga alguien a casa conmigo, no te importa ¿No?.- Me habría gustado no traer a nadie a casa y poder llevarme el álbum de fotos, pero le tenía mucho aprecio y este estaba demasiado dañado como para atreverme a llevarlo.

Sin mucho más que hacer allí apure lo que quedaba de mi bebida y di un par de pasos hacia la puerta con lo que quedaba de tostada en mi mano. Hoy prefería llegar temprano a la academia, había lugares a los que tenía que ir y cosas que tenía que hacer.

Me quedo sorprendido cuando Hanako susurra la palabra "cámaras" al ver la noticia, y parecía vergonzosa la chiquilla. Parece que ella también ha tenido algo que ver con lo último en las noticias locales. ¿Será cosa de familia esto de estar rodeado de problemas? Pero oye, si ella no lo quiere contar es cosa de ella, no pienso sonsacarle nada al respecto hasta que ella (u otro) quiera contármelo por voluntad propia. Después parece echarme un sermón sobre lo de matar gente... estoy de acuerdo en que eso no es lo normal, pero tampoco puedo decir que sea lo raro; todo depende del tipo de vida que lleves, y la vida Ishikawa no suele ser siempre la más tranquila

- Repito, no era mi intención matarlo, el tío era demasiado débil.- Espeto con cierto tono de queja.- Y mientras una chica está secuestrada y se le va a obligar a hacer a saber qué... Todavía no soy ningún maestro para controlar la fuerza de mi espada sin conocer la fuerza de mi enemigo. ¿Qué crees que habría ocurrido si me derrota o si me voy de allí sin los dos hermanos?- Mi tono, normalmente alegre, suena un poco más lúgubre de lo normal. Solo pensar en lo que le podrían haber hecho realmente a Eileen si Octavio no pagaba... y este no tenía el dinero para pagarles además.- El riesgo era demasiado grande. Yo he sido entrenado para esto durante toda mi vida, pero de verdad deseo que nunca tengas que tomar una decisión como esa.- Acto seguido y una vez Sita pasa para adentro y así Hanako ya tiene compañía, cojo las llaves de la moto y las cosas para ir a la academia antes que el resto. Tengo que pedir disculpas a Ifi-sensei por no aparecer ayer al entrenamiento del dojo y explicarle la situación.- Yo me voy marchando para la academia. Tengo algunas cosas que hacer.- Espeto tranquilamente y me voy en dirección a la puerta cuando Hanako me pregunta... ¿De verdad? ¿Pero qué le ocurre a la chica tímida que conocí los primeros días? Nunca hubiera pensado que traería a gente tan rápido a casa así de sopetón.- Claro que no me molesta, aunque no se a qué hora volveré a casa, así que para cualquier cosa ya sabes que me puedes llamar. Nos vemos en clase!!- Termino gritando mientras bajo corriendo las escaleras y cojo la moto para ir a la academia y pasarme por el club de kendo. ¿Estará allí también Octavio o todavía será muy temprano para él?¿Se habrá dado cuenta la gente que yo soy el causante del follón en el local de anoche?... Miedo me da pensarlo, pero lo mejor es que me vaya yo solo

La casa de lord Rondinelli no tiene nada que envidiarle a la mansión donde estudias. El vestíbulo es igual de grande, con escaleras que llevan al primer piso, decoraciones que vaya uno a saber de qué principado vienen, y unos ventanales realmente hermosos por donde entra la luz de la luna.

—Es increíble, yeehah! Y este hombre vive aquí solo?

Rondinelli los conduce a través de la gran estancia, a una especie de oficina con sofás, igualmente de corada que el resto. Tiene en la pared un cuadro de un retrato de alguien muy parecido a él, puede tratarse de un antepasado, y un busto de la misma persona.

—Bien, pueden tomar asiento.

Deja su pipa en el portapipas del escritorio y se sienta en la gran silla acolchada que hay detrás.

—Señor, Momo está...
Comienza a decir Reddo, pero Rondinelli le hace un gesto para interrumpirlo.

—No hace falta que lo digas, la he encontrado y ya está descansando. No ha transcurrido demasiado tiempo, así que sus heridas son leves y mañana podrá asistir a clase como es debido.
—Debo pedirle disculpas a ustedes por los daños causados.

Fire hace una mueca y arruga el entrecejo, —Ee... esto... Creo que los de las disculpas somos nosotros, fuimos los que atacamos en un primer lugar.

—Disculpa aceptada entonces.

Se produce un silencio durante unos segundos, interrumpido por un gemido de dolor de Wind, a lo que Rondinelli se levanta y va hacia ella.
Lleva una mano a su mejilla y apoya las yemas de los dedos de la otra sobre el estómago de la mujer. —Adivino que fue usted la que tuvo el encontronazo con la "bestia". —Ríe un poco —No se preocupe, está en buenas manos.

De pronto de los dedos que apoyaba sobre ella salen chispas amarillas. Wind convulsiona un par de veces, y las heridas y moretones que tiene se curan casi por completo. Ya no respira con dificultad y puede moverse normalmente.

—Es... Qué me ha hecho?! —exclama con los ojos muy abiertos, sorprendida y algo asustada.

—Es simple, he transferido parte de mis pulsaciones a su cuerpo para reconstituirlo. Aún así, debe guardar reposo para recuperarse del todo.

—Vaya, gracias...

—Muy bien —Rondinelli vuelve a sentarse —tengo la sensación de que la señorita de allí —se refiere a ti —tiene una gran historia que contarnos, por qué no comienza?
—Shimpri Reddo, por qué no nos preparas un té a todos? O tal vez prefieran café? solo que a estas horas sería demasiado...

—N-no, té está bien, gracias.

—Té para mí también.

—Si con pedir disculpas bastara, entonces no existirían las cárceles ni el seppuku, verdad?

Ifi, que estaba limpiando el tatami, ahora está persiguiendo a escobazos a Yuri por todo el dojo. Unos escobazos muy mortales, de hecho, como si esta mujer pudiera usar cualquier cosa como si fuera una espada.
Octavio se encontraba allí practicando con ella, pero ahora está simple e inútilmente tratando de frenarlos.
Solo para su persecución cuando llega Wil con su petate de muda de ropa de gimnasio y su espada.

—Buenasss... pero qué...?

—N-no recomiendo que te entrometas, ya se le pasará. Creo.

Te recorre un escalofrío por la espalda al entrar nuevamente aquí. Es como si este lugar tuviera una parte de ti, o al menos un recuerdo. Ahora entiendes un poco mejor los dibujos, de la ciudad, y de tu mamá.
Solo queda uno que no comprendes del todo, el del pilar con el reloj que está a punto de dar las doce. Fue lo único de lo que Cross no te habló.

El diario debe encontrarse en alguna parte de esta habitación, y sería fácil buscarlo si no fuera por la gran cantidad de libros y cosas que hay en los estantes, y porque, bueno, apenas recuerdas cómo es exactamente.

Remiel se queda un rato mirando los dibujos, pero en seguida se distrae con otra cosa. Se queda mirando baúl que hay cerca del escritorio, acercándose lentamente a él. Tú sientes como si ese baúl te llamara, de algún modo, algo hace que ese objeto parezca realmente interesante, como si estuvieras conectada de alguna manera. Estará allí el diario? O será simplemente otra de esas sensaciones extrañas que trae consigo este lugar?

—_{Na...ki ...rosu} —oyes una voz muy débil provenir desde ahí dentro. La voz de tu mamá? No, no puede ser, pero es muy similar, solo que más metálica.

Pero Sensei!! Una mujer estaba secuestrada y corría peligro!! No se supone que nuestro arte está precisamente para ayudar a la gente en apuros?? Y ya he pasado por la cárcel y el seppuku es para restaurar el honor, así que sus argumentos no son validos!!- Sigo corriendo como un loco intentando que la maestra no me alcance. Realmente estaba acostumbrado a este tipo de situaciones. Cuando mi abuelo estaba vivo no era la primera vez que me atacaba incesantemente con lo primero que tuviese a mano y era igual de mortal que si fuera una espada en manos de cualquier asesino.- Ya ha visto las noticias!! He desmantelado una mafia a la que las autoridades no le ponían la mano encima!! Al menos ha salido algo bueno de esto!!- Sigo corriendo, esperando que la mujer entre en razón.

Había llegado a primera hora al dojo para hablar con Ifi-sensei y pedir disculpas por lo sucedido. Lo que no se en estos momentos realmente es si está enfadada por faltar a mi primer día en su dojo o por haber matado a dos personas aunque fuesen malas. Por qué demonios tengo que correr y escapar de mi propia profesora? No podría haber un maestro con dos dedos de frente que eduque a sus alumnos de otra forma?- Octavio, ayúdame!! Que esto también es culpa tuya!!- Termino espetándole a mi nuevo amigo, que parece intentar separarnos de alguna forma pero no lo consigue.

No pude evitar sentir un pequeño escalofrió al entrar en el club, mi mirada se dirigió hacia el dibujo de mi madre como si quisiera confirmar que seguía allí, que lo que había visto ayer no había sido mentira, que no había sido todo un sueño.

Solté un suspiro al ver los dibujos colgados en la pared, parecía que aquello no iba a ser tan simple como un sueño… Aunque bueno, ya me podía haber dado cuenta al ver las noticias esa misma mañana. Agite la cabeza negativamente y empecé la búsqueda del diario. ¿Donde estaría aquel diario?

-Seria mas fácil de encontrar si al menos supiera su aspecto.- Murmure en voz baja mientras me dirigía hacia el escritorio que había. ¿Quizá en un cajón? No lo dejarían tirado por la sala como si fuera algo normal que pudiera encontrar cualquiera. Mis pensamientos volvieron al día anterior cuando llegue a aquella sala y Elicia empezó a recoger deprisa y corriendo todos los papeles que había tirados por allí. En ese momento pensaba que había sido para recoger, pero probablemente estaba escondiendo cosas que no quería que viese y… en ese caso fácilmente habrían dejado el libro a la vista.

Sonreí ligeramente había un dicho en las novelas de investigación cuanto menos escondido este algo, mas desapercibido pasara. Y era cierto, mi intención buscando aquel diario había sido la de buscar en lugares escondido de la sala, tanto que no me había fijado que había algún que otro libro á la vista en la habitación. Cogí el primero para comprobar de que era pero por desgracia aquel primero no era lo que buscaba. Mientras volvía a dejarlo veo como Remiel tiene la vista clavada en un baúl, este me llama la atención, ¿Quizá pudiera estar allí el diario?

Es entonces cuando escucho una voz del interior del baúl y doy un paso atrás ¿Qué… Que había sido eso? Una parte de mi quiere abrir el baúl para ver que hay en su interior, la otra, asustada quiere retroceder y salir de la sala lo mas rápido posible. Había leído sobre criaturas a las cuales se encerraba en objetos y la mayor parte de las veces no eran muy amigables… Por no mencionar que algunas lanzaban maldiciones.

Di otro pasito atrás, no tendrían nada como aquello en aquel lugar ¿no? Después de lo que había ocurrido el día anterior aun me quedaban dudas. Mi mano se movió hacia mi cartera con intención de coger el móvil. Quizá sería mejor preguntar antes de… Remiel avanzo sin precaución agarro el cierre del baúl y tiro hacia arriba con intención de abrirlo antes de que me diera tiempo a nada.

No las tenía todas conmigo en aquella situación, pero por supuesto mostré seguridad en todo momento. No me gustaba un pelo tener por ahí a tres secuestradores. Decían que ahora se dedicarían a cubrirme, pero estaba bastante segura de que se volverían en mi contra en cuanto tuvieran oportunidad. No hacerlo sería estúpido por su parte.

Ahora me hallaba frente a Lord Rondinelli, el cual parecía estar muerto de ganas por conocer mi historia, y por supuesto no estaba dispuesta a contarlo todo. De hacerlo, difícilmente conseguiría la protección que buscaba.

- No sé si llamarla gran historia, pero desde luego no ha sido un día normal. Antes de la primera hora de clase de mi primer día en el instituto se presentó un tipo muy raro bajo el nombre de Floyd con la intención de secuestrarme. Al final una Inquisidora se lo cargó, pero hizo un buen estropicio en el lugar. Y encima el instituto ni se dió cuenta hasta que presenté una queja a última hora. Por si eso hubiera sido poco, cuando volví a mi piso, había otro secuestrador, Poitiers creo que se hacía llamar, el cual comentó que trabajaba junto al tal Floyd. Tras enseñarle que secuestrarme no era tan fácil, escapó en el último momento antes de que pudiera reducirlo. Le dije al casero lo que ocurrió y decidió enviarme aquí, y por el camino estos graciosillos me rompieron la moto, así que se lo hice pagar.

—No conozco esos nombres, no creo que sean de nuestro grupo. Y sentimos lo de tu moto.

—Hm, entiendo. Luego me comunicaré con el director para que sepa que estás aquí a salvo, y les pediré que se encarguen de la moto.

—No, eso no será problema, —interrumpe Reddo —yo puedo encargarme de repararla, aunque me puede tomar varios días.
Trae una bandeja con una jarra de té y tazas para que se sirvan.
—Mientras tanto le pediré a uno de los nuestros que le preste una de recambio, así tendrá con qué ir a la academia todos los días.

—Gracias. —Rondinelli se sirve té y lo sopla un poco para enfriarlo.
—Tiene usted agallas de sobra, señorita. Pero solo agallas no bastarán para poder defenderse sola de futuros ataques.
Entonces se para en su silla y salta encima del escritorio, teniendo sumo cuidado de no volcar nada allí arriba, lo hace con tal delicadeza y esplendor que su pose al finalizar el movimiento los deja a todos sin palabras. Lleva el índice y el pulgar delante de su ojo formando un círculo, con el codo hacia arriba, y el torso girado unos cuarenta y cindo grados. —Matrix Vision!

—Oiga! Qué hace! —Los Animales quedan preplejos, pero Reddo permanece tranquilo sorbiendo su té.

Los ojos de Rondinelli se encienden como linternas, y te mira fijamente.
—Ajá! —Coloca su pulgar en tu frente, y de pronto sientes algo extraño, como si tu cuerpo fuera el triple de ligero. Respiras mejor, te sientes bien despierta y te mueves con tremenda soltura, lo único malo que tu cuerpo tiene en este momento es algo de sueño, pero sientes como si pudieras correr kilómetros enteros sin cansarte.

—Como me lo temía, estabas siendo afectada por una matriz de lectura mental. Me he encargado de modificar tus pulsaciones para eliminarla.

—Yeehah! Impresionante! Cómo lo ha hecho? Enséñeme!

Los ojos brillantes de Rondinelli se fijan en Earth. —Tú eres un usuario de matrices, has nacido con ese poder, deberías saber hacerlo.

—D-de verdad? Yo puedo? —Se señala a sí mismo con el dedo. Debe ser bien idiota este tipo, o estar fingiendo. —Jamás en mi vida lo he intentado.

—Tú puedes sentirlas e incluso verlas innatamente, pero para personas como yo, es necesario recurrir al —te mira fijamente —ki.

—El ki es la energía espiritual de las personas. Todos y cada uno de los seres vivos, con el suficiente entrenamiento, pueden aprender a usarlo y controlarlo. Y ahora gracias a que he modificado tus pulsaciones, podrás comenzar mañana con un entrenamiento intensivo para poder aprender a ver matrices y así lidiar con tus enemigos.

Con el pié levanta la taza para lanzarla hacia arriba y atraparla con su mano, sin derramar una gota, y le da un sorbo. Mientras lo hace, de la punta de su pié y de su mano surgen chispas amarillas iguales a las que viste en Reddo y Momohime.
—Ahora mismo ya es muy tarde, recomiendo que descansen. Hay aquí habitaciones de sobra, elijan las que quieran.

Le levanté un pulgar a Reddo y le dediqué una amplia sonrisa cuando se ofreció a reparar mi moto. Desde luego, aquel tío valía su peso en oro, quizá un poco más.

Estuve a punto de contraatacar cuando Lord Rondinelli me puso un dedo encima, pero al sentirme de repente tan... imparable, se me pasaron por completo las ganas. Más aún al enterarme que de se había encargado de quitarme a un Animal de encima. Aunque probablemente solo fuera cuestión de tiempo que Zappa volviera a usar sus trucos, al menos por el momento ya no podría saber nada más de mi.

La mención del Ki de Lord Rondinelli me resultaba familiar. Me quería sonar que Kansas me había hablado de él, pero no estaba segura. Aun así, tras ver de lo que había sido capaz, estaba bastante de acuerdo en aprenderlo. Con un profesor como aquel seguro que no me costaría tanto. Aún tenía mis dudas con respecto a su motivación, pero hasta que no tuviera mi propio vehículo mejor dejarlo para otro momento.

- Muchas gracias por su hospitalidad, Lord Rondinelli, espero nuestro entrenamiento con ansias. Buenas noches.

Tras aquellas palabras me dirigí a una habitación preferentemente alejada de los demás. Me mantuve despierta bastante rato, asegurándome de que no oía ruidos raros al otro lado de la puerta, y cuando más o menos pude sentirme segura, pude dormir.

Te duermes pensando en tu actual enemigo, los Animales, y el más importante y poderoso de ellos, que aparentemente es Zappa. Recuerdas rumores sobre él, como por ejemplo, que tiene seis dedos en la mano derecha, y de la manera bizarra en que suele vestirse. Al igual que el resto de ellos, es un usuario de matrices telepáticas y nunca duda en usarlas en la gente para obtener lo que busca. Dicen que lo han visto hacer explotar la cabeza de una persona y volver catatónicos a un grupo entero de alborotadores.
La última vez que lo vieron fue en Calysta, pero se ha movilizado para perseguirte.

Otro de los animales que te mencionó Earth es Stevie, y dicen que quienes lo han visto han sufrido muertes horribles poco después.

Los Animales son seis en total, así que descontando los posibles cazarrecompensas y estos tres que hoy derrotaste, solo quedan cuyos nombres ya conoces.

...

El sol entra por la ventana de tu habitación, y ves que en un rincón está tu equipaje y tus cosas, como bien dijo el bueno de Bishop.
El cuarto donde estás tiene ese toque aristocrático que comparten este tipo de casonas, con cuadros de retratos que te miran, una cama adoselada, una hermosa alfombra debajo que mantiene tus pies descalzos calentitos y varias macetas con plantas de diferentes procedencias.

En el instante en que abres los ojos te ocurre algo inquietante: se te nubla la vista, y delante tuyo se forman letras, que en latín forman las palabras "elige" y "escoge" repetidas veces a tu alrededor, y delante tuyo dos oraciones: "me levanto usando el pie derecho" y "me levanto usando el pie izquierdo".

Oyes en tu mente una voz grave de anciano repitiéndote constantemente las palabras "elige" y "escoge" hasta que optas por una de las dos opciones y todo regresa a la normalidad. Por alguna razón tu cerebro no pudo elaborar otra respuesta, como por ejemplo salir de la cama de un brinco hacia adelante, o permanecer en ella más tiempo. Algo te obligó a levantarte.

—Buenos días. —Ves pasar a Reddo por el pasillo, yendo con una toalla a una habitación que debe tratarse de un baño. —Lord Rondinelli ha salido, dijo que comenzará tu entrenamiento tan pronto regreses de clases, y que más vale que vayas.

Ifi por fin deja de perseguirte y apoya la escoba en el suelo. —Bueno, en eso tienes razón. Pero desmantelar mafias no es excusa para saltarte el entrenamiento. —Sí, era entonces por eso que estaba enfadada.

La maestra junta las manos, alegre otra vez, y les da la orden de comenzar. —Pero espera, Yuri, tú usarás esto. —Y te lanza un shinai que había en los portaespadas de madera. —Como castigo.

...

El entrenamiento procede entonces sin interrupciones, hasta que luego de media hora, aparece un curioso individuo en la puerta del dojo.

—Muy buenas mañanas, gente noble. —Tiene voz de pito y habla demasiado rápido, pero se le entiende. —Servidor ha venido a entrevistar al señor Ishikawa. —Te mira fijamente.

—Qué es esto? —Remiel abre el cofre así sin más, y allí no solo está el diario que buscas, sino que hay otra cosa.

—Naaa_{-nananatsuki Kurooooosu} reiniciando—Oyes de nuevo la voz, robótica y monótona, como de un autómata averiado, que dice el nombre de tu mamá. Adentro del cofre hay una especie de placa. Tiene forma rectangular, y un tamaño bastante grande, como de metro por metro y medio, y gruesa como un libro bien gordo. Se enciende una lucecita roja a la vez que escuchas —Nuevo usuario detectado, por favor introducir su nombre —en la misma voz monótona de recién.
El aparato tiene varias rendijas, como marcas que te permiten intuir que es una especie de mecanismo que se puede abrir, algo así como una caja, o tal vez algo diferente. La voz robótica se vuelve a repetir y la lucecita roja parpadea algunas veces.

Levantarme con un cuadro mirándome no era de las mejores visiones que había tenido nunca, pero desde luego era mucho mejor que lo que me esperaba aquella mañana. No sabía que demonios estaba ocurriendo y mi primer instinto era no hacer ninguna de las dos cosas que se me ofrecían, pero algo me lo impedía. Sin poder escapar a ello, elegí levantarme con el pie derecho, recuperando por fin mi libertad.

"Maldita sea, esto tiene que ser cosa de Zappa."

Aun confusa por lo sucedido, salí al pasillo para ver a Reddo dirigiéndose al baño.

- Buenos días, Reddo - me corté un momento, pero probablemente a estar alturas Zappa ya debía estar al corriente -. ¿Estás seguro de que Lord Rondinelli se deshizo de la matriz? Creo que están jugando con mi cabeza...

Caí entonces en un detalle importante sobre el tema de la moto que quizás debí tratar ayer.

- Por cierto, necesitaría recuperar las cosas que estaban en el maletero de mi moto.

—Completamente —responde Reddo —no debe haber fallado con eso, la primera vez que nos enfrentamos hizo algo parecido, e inutilizó por completo la mía.

De pronto se te nubla la vista de nuevo, y empiezas a ver de nuevo las palabras "elige" y "escoge" por todas partes, más la voz del viejo en tu mente repitiéndolas.
"Me burlo de su cabello ridículo" y "le doy un fuerte puñetazo en toda la cara" es lo que dicen las frases ahora, y, como es de esperarse, tu cerebro de algún modo se bloquea en solo una de las dos opciones.

—Las cosas del maletero? Deben estar todavía en su lugar, no he tocado nada aún... hm? Señorita Keira? Está usted bien?

Apenas puedes oírlo bajo la voz incesante y misteriosa.

- Por lo menos no estoy tan ridícula como tu pelo... - dije intentando forzar un tono mecánico en ello.

Agité mi cabeza, intentando que Reddo se diera cuenta de que aquello no era normal. Una vez podría haber sido una mala pasada de mi cabeza, pero dos ya tienen que ser cosa de Zappa.

- Rápido, algo está jugando con mi cabeza, se tiene que haber colado el telépata. ¡Hay que darse prisa antes de que la cosa vaya a más!

No sabía que sería lo siguiente que me obligaría a hacer, pero por como acababa de escalar la cosa, probablemente lo mejor sería ignorar las próximas dos opciones.