Partida Rol por web

Será lo mejor, sí... - asiento bostezando, vencido por el cansancio - Pero antes tratare de mitigar un poco las molestias que le produzcan esas heridas... - añado, examinando perezosamente de nuevo a Adreim, sacando de un saquito en mi cinturón un emplasto de olor penetrante - espero que mañana Geonea me inspire alguna manera de curarlas más convenientemente...

La conciencia de muerto viviente que se había despertado en Adreim le decía claramente lo que debía hacer para ser un puñetero asesino sorbecerebros, pero Xuuan era un portantorchas fiel y honrado, no un enemigo. Necesitaba volver a la ciudad pronto para poder zampar cerebros a su gusto, pero esta noche no, no lo haría. Miraba a Xuuan ya por la mañana y le veía apetitoso, pero había sido fuerte y había resistido. Ahora había que encontrar a los demás o largarse pronto.

Esta dolencia supera mis pobres conocimientos de sanación... - afirmo tras terminar de examinar a Adreim, en un muy poco habitual arranque de modestia - No debemos demorarnos, lo que le ocurre podría ir a peor. La Casa del Solaz será nuestro primer destino, no podemos esperar, donde estaremos más cerca de Geonea y los conocimientos de mis superiores podrían ayudarnos.

Quizá ese gusano infecto le ha maldito de alguna forma, no tengo manera de saberlo... - asevero, muy preocupado.

Adreim, con los ojos inyectados en sangre miró a Ariminden serio e inexpresivo. Sin duda parecía afectado por algo, pero qué? Era un misterio. Las tumbas de viejos brujos y sus secuaces nunca podían traer nada bueno.

Veamos si encontramos a los demás en el pozo y si no, larguémonos sin demora. Sólo pararía para cazar algún camello carroñero y emplearlo de transporte. Pasemos por el oasis por si acaso.

Señor Xuuan, el felpo miró unos instantes al gnomo sin decidirse a hablar. Por favor... prepárelo todo. Tenemos que desplazarnos al pozo.

(play)

Tras recuperar lo que habian podido salvar de su desastrosa expedicion (aunque no sin tesoro encima) los aventureros cargaron hasta los topes a su unico animal: el camello carroñero de nombre "Chini" y salieron al exterior de la cueva en el promontorio hacia la otra entrada al laberinto que ya conocian.

El pozo.

A trancas y barrancas por entre los peñascos olvidados del tiempo llegaron al lugar Ariminden el clerigo, Adreim el guerrero y el mago Sire de Yawe.

Pero no estaban alli solos............

Buenas tardes...........

Un druida elfo les aguardaba (quizas adrede?) a la boca del pozo.

El elfo silvano habia esperado fuera, desde que vio entrar a los extraños en la cueva. Su insaciable curiosidad por todo lo inusual en su entorno natural, le obligo a acercase a los "intrusos" y presentarse ante ellos.
-Un zaludo, eztrañoz en eztaz tierraz. Mi nombre ez Noctuleon.

Adreim, el líder albino del Sindicato de los Saja y Raja, se vio sorprendido por la figura de un elfo, al que al principio no distinguía de esos elfos salvajes, por su atuendo y greñas, las cuales debía cortarse él mismo. Luego dijo algo en un "azento" que ya le resultaba familiar por la cantidad de naturales de zezelandia que había en el grupo. Lo cual no impedía que no hubiera entendido bien lo que decía.

Que eres nocturno? Querrás decir "notámbulo", no elfo? Yo también prefiero la noche, el sol no me agrada. Quién eres extranjero? Yo soy Adreim. Ellos son... bueno, ya se presentarán si les place. Qué haces por aquí, elfo "notámbulo"? Te has perdido? No pudo casi reprimir una risa, pues le hacía gracia lo de perderse en pleno desierto. Sólo él sabría porqué.

Noctuleon solo veia como el elfo blancucho abria y cerraba la boca. No oia nada desde el accidente con los hongos chillones. Saco una tablilla que llevaba la cuello y con una pequeña tiza, escribio en comun.
-No oigo nada, ¿que dices?

Cojones, este tío es sordo!

Tomó la tablilla como si fuera a escribir algo muy importante. Sacaba media lengua de lado indicando una gran concentración. Empezó a garabatear. Se equivocó en el trazo de una o dos letras y borró varias veces. Cuando acabó de escribir, se dio cuenta de que no le cabía más. Pensó en borrarlo todo y empezar de nuevo, pero le había costado un minuto o dos y no era como para perder tanto tiempo.

Soy Adreim...

Había escrito en común con letras enormes. Lo demás lo intentó hacer entender con gestos.

Yo... se señalaba él mismo ...líder, mandar, el que... y fruncía el gesto, movía el dedo de señalar de arriba a abajo y parecía que decía algo a cada uno de sus compañeros ...bla, bla tú,... bla, bla, aquel... luego le miró buscando una comprensión ...el que manda, leñes! Exclamó ya arto de gesticular sin saber si le entendían o no. Vah, decid algo también, que estoy hablando yo todo el rato.

La conversacion a la boca del pozo se ve interrumpida por una voz que grita desde las profundidades del mismo.

EI!!!!   LOS DE ARRIBA!!!!

Todos la oyen menos el druida (claro), el sonido familiar de la voz hace que Sire se acerque a la boca del pozo a observar y llama a sus compañeros para que miren tambien.

El monje Azrael se halla en el fondo del pozo sin capacidad para subir.

Un rumor en el horizonte ardiente os hace volver la vista.

Una caravana!!!!!

El felpo escuchó la voz de uno de sus compañeros. Se asomó y pudo reconocer a Azrael en el fondo del pozo.

Señor Xuuan, ate la cuerda arriba y suelte un cabo a los de abajo.

Azrael, cuantos sois?

De pronto se escuchó un jaleo proveniente de una caravana que pasaba cerca de allí, pero no parecía que se detuviera. Adreim salió corriendo tras ella. Movía los brazos y gritaba para llamar la atención.

Eeeeh, eeeeeh, parad, parad, queremos comerciar!

Al escuchar la voz del elfo no puedo más que alegrarme, ya me veia de nuevo metido en los pasillos de la tumba sin otro sentidos para guiarme más que el del tacto. Y grito:- Yo solo, los demás no han querido seguirme, pero si bajais podemos ayudarles-

El druida siguio con la mirada al elfo de piel blanca, que habia escrito su nombre en la pizarra. Al mirarlo vio que se dirigia hacia una caravana cercana, sacudiendo los brazos, como para atraer su atencion. Noctuleon se encogio de hombros y se acerco al agujero en el que hace un momento estaba el albino asomado.

El portaantorchas fiel descolgo una cuerda por la boca del pozo y la amarro a un peñascon para que el monje pudiese subir.

Tenga cuidado señor, es mucha altura, si se cae se llevara un buen golpe....