Partida Rol por web

Cuando llegamos del comedor, Perry y yo vimos a Marcus. - Ey Marcus ¿qué tal todo? - Hoy tocaba un conjuro mucho más difícil. Había que practicar con una piedra. El profesor nos dio una piedra a cada uno.

- ¡Raiinniin Petrus! - Dije mientras tiré la piedra encima de Marcus y alcé mi varita. Un rayo surgió pero no llegó con suficiente potencia. - Cachis... - Volví a intentarlo pero no hizo nada de nuevo. - Ala pues... una más para recuperar.

El conjuro que les explicó el profesor era tan espectacular como dificultoso. ¿Lo conseguiría alguno  de Ravenclaw? Esperaba que sí.

El bueno de Marcus había lanzado el hechizo sin un objetivo claro, pero Collin no dudó en lanzarlo sobre la cabeza de éste.  Ninguna de las dos cosas le parecía mal, eran magos y , si no practicaban, no mejorarían.  Cuando Collín termino su hechizó, Perry sacó la varita, cogió una piedra y la lanzó al aire. La cabezita rubia de Collin era como una diana que pedía a gritos que le diapararan.

- ¡¡Ahora te toca a ti defenderte Collin!!

-¡Raiinniin Petrus!

Inmediatamente después de lanzar su ataque bajó la varita para comprobar el resultado. Tampoco quería hacer daño a su amigo, por lo que no se quedaría a gusto hsta ver el resultado.

Gwen entró en la clase con su gesto de fastidio habitual. Dejó la mochila donde le vino en gana y se armó exclusivamente con la varita, que era lo único que le hacía falta para las clases de duelo.

 Atendió al profesor con cierta sonrisa malévola en la cara, aquella sería la ocasión perfecta de enviar a Perry a la enfermería... si le salía bien el conjuro claro.

- Perry... venga, prepárate- los ojos verdes de Gwen brillaron con malsana intención arrojó la piedra al aire en el radio donde se encontraba Perry y apuntó más que decidida- Raiinniin Petrus Perry- la sonrisa de Gwen se intensifico cuando el rayo salió de su varita... tenía que admitirlo aquella estúpida clase si que le iba a gustar...

Mientras miraba embobado el resultado de su hechizo, la voz de Gwen resonó en la clase. Ni siquiera se había fijado en que había entrado.

¿Qué es lo que había gritado? ¿Ha dicho Perry?

La chica era rápida y buena, eso no se podía negar.  Cuando la piedra estalló sobre su cabeza no le dio más tiempo que a cubrírsela apresuradamente  con los brazos.

- ¡Ay madre! - El temblor de piernas que había sentido en el desayuno estaba justificado.

Hice un movimiento de cintura aunque no sirvió de mucho para que las piedras se lanzaran hacia mi y me golpearan la cabeza. Caí al suelo aturdido y revolcándome de dolor con las manos en la cabeza intentando cubrirla de las otras piedras que pudieran caer.

Cuando Arthur llegó vio que era el primero de los de su casa. Permaneció a la espera, viendo como el profesor jugueteaba con una piedra. Saludó con la cabeza a algunos de los Ravenclaw que andaban cerca y se limitó a esperar al resto.
Cuando por fin el profesor explicó la sesión del día se sintió un poco decepcionado. Aquél hechizo no solo parecía difícil sino también bastante burdo, poco más que liarse a pedradas con el personal. No se sentía demasiado cómodo con aquello.

Los de Ravenclaw, sin perder el tiempo, se lanzaron a apedrearse los unos a los otros con un fracaso bastante general... salvo Perry y aquella chica, Gwendoline. La verdad es que había algo en ella que le recordaba a Sam, aunque no alcanzaba a adivinar la razón.

Sin ninguna intención de granjearse odios dentro de su propia casa, decidió ofrendarle la diversión a las águilas, que tanto parecían disfrutar con aquello.

-¡Raiinniin Petrus! -exclamó tras lanzar la piedra hacia Gwendoline.

No le apetecía atacarla a ella pero su nombre y el de Perry era los que mejor recordaba y este ya era víctima del hechizo de su compañera.
Con la poca fuerza que tenía en el brazo y no mucha mejor puntería la piedra que había lanzado iba demasiado baja (casi directa a golpearla sin necesidad de hechizo alguno), pero al descomponerse todos los proyectiles erraron el blanco.

-Maldición... -masculló él resignado.

Selena llegó más tarde que los de su casa, pero aun a tiempo.

Como siempre, la pequeña atendió a las indicaciones del profesor, pero esta vez estaba bien confusa. "Parece un poco peligroso, no?"

Ni un minuto tubo que esperar, pues escuchó ruido de piedras deshacerse y un golpe seco más contundente. Se giró y se alarmó.

-Colin! Exclamó mientras se arrodillaba a su lado. -Estás bien?

No salía de su asombro. Se levantó de golpe y se dirigió hacia el profesor muy enfadada.

-Profesor Knower! Tiene que parar esta locura! Este hechizo es demasiado peligroso para unos alumnos de primero! Deberíamos centrarnos en hechizos defensivos, no en violentos que pueden causarnos xixones o algo más grave! Ya tenemos suficientes hechizos ofensivos por si nos ataca alguna criatura salvaje, no hace falta aprender más! Le gritó muy exaltada y con la varita en alto.

Entro en clase, cruzandome de brazos al final de la sala, en silencio, frunciendo el ceño con aquella pose de "persona adulta" que tanto me esforzaba en perfeccionar. Cuando veo lo que hace el conjuro, emito una diminuta sonrisa, satisfecho con lo visto.

En contra de algunos de Ravenclaw, yo veia en ese conjuro una forma de atacar cuantos mas, mejor. La dificultad residia en coordinar el lanzar la piedra, con lanzar el conjuro. Y hago una pausa, viendo como los de Ravenclaw comienzan el espectaculo entre ellos, incluyendo un herido ya. Aquello solo hacia que mejorar.

Cassius tomo una de las piedras sobre la mesa, sacando la varita del cinto, con esa peculiar pose con la que agarraba el sauce. En ese momento,e scucho a Arthur gritar a Gwen, la unica chica de Ravenclaw que tenia mi aprecio, despues de conocerla en la biblioteca, y tengo cierto alivio cuando veo que falla. Entre la s serpientes, bajo la voz y susurro. A Gwen no. y acompaño el gesto, señalando con la cabeza a varios Ravenclaw reunidos alrededor de Colin, herido.

Sobretodo la quisquillosa que decia que aquel conjuro era peligroso. Iba a enseñarle cuan peligroso podia ser. Lanzo la piedra en direccion, y giro sobre si mismo, mas con intuición que con conocimiento y lanzo un rayo que hace estallar la piedra junto a Selena y los demas chavales.

¡Raiinniin Petrus Selena!

Quizas el rubio del suelo no sería el unico en ir a la enfermería hoy.

Entré en la clase, y andando como si la cosa no fuese conmigo me fijé que nos tocaba con Ravenclaw.

Siempre me ponía nervioso cuando estaban ellos delante y no sabía el motivo. En cualquier caso escuché al profesor e intenté simular lo que nos acababa de explicar.

Agarré una de las piedras y apuntando con mi varita grité:

¡Raiinniin Petrus Perry!

No salió como era de esperar, así que me quedé en mi lugar sin más, pero con la varita preparada por si me tocaba defenderme.

Perry se sorprende al ver que son las serpientes sus compañeros de clase, esperaba a los tejones. Si lo hubiera sabido no hubiera atacado a Collin. Corrió hacie él  junto con Selena para ver la gravedad de las heridas que le había provocado. Sólo estaban entrenando. Se mordió el labio ansioso. Gwen le había dado una buena también, pero no soltó la varita ni por la fuerza del impacto. En una batalla nunca hay que bajar la guardia y cuando oyó su nombre, pronunciado por la sibilina boca de una serpiente, se puso automáticamente en guardia. Afortunadamente, los Slytherins no eran demasiado buenos.Recogió la piedra con la que Morpho había intentado atacarle y la apretó en su mano con rabia. Entonces fue Cassius el que, a traición, ataco a Selena.¿Qué es lo que hacía la rubia Ravenclaw? ¡Tenía que atacar! Eran un grupo y debían dar una paliza a las serpientes. Decidió actuar y pidió ayudas sus compañeros.

- ¡Vamos chicos! Démosles su merecido- Perry sabía que su fuerte era la defensa no el ataque, a pesar de que el hechizo con Collin le había salido bien.  No sabía que hacer para proteger a Selena. Dos Ravenclaw en la enfermería ya era suficiente. Instintivamente usó el hechizo que habían aprendido la clase anterior.  Lo había usado para sí mismo pero supuso que serviría igual con Selena.Como buena Ravenclaw, estaba seguro de que no era hábil esquivando. Le parecía un buen hechizo de protección, una cortina de agua que protegiera a Selena de esos fragmentos de piedras.

-¡Aquus Guinae!

Después cogió la piedra y se la lanzó de vuelta a Morpho.

-¡Raiinniin Petrus!

Chúpate esa Morpho

 La clase se estaba convirtiendo en un campo de batalla. No sé si esto es lo que quería el profesor, pero era la guerra.

Marcus había decidido no usar ese hechizo hacia ningún compañero y se daba cuenta que los de su alrededor si que lo hacían, ¿era necesario?. Miró de reojo a su profesor, eran demasiado jovenes y por fin Selena lo dijo claro pero uno de los Slytherin.

- Cuidado Selena!- fue lo único que pudo decir despues de que menos mal  que colin falló también al conjuro.- Se acercó a Selena mientras a Perry también le llegaban ataques pero éste que había logrado quedarse con como se hacía el hechizo lo contrarestaba atacando al resto.

- ¡Animo Perry! - Lo animó con euforia.

¡Pum!

Ese sonido fue de mi defensa al ataque de Perry.

Me alegra saber que no solo los slythering sentían deseo de venganza - pensé.

No me has cogido por sorpresa - le dije a Perry. Pero ha estado francamente bien el hechizo - concluí asintiendo con la cabeza en señal de aprobación.

Gwen tan sólo tuvo que hacer un grácil movimiento con la varita para desviar sin mayor problema el pedrusquito que le había mandado Arthur.

- ¿Eso es todo lo que sabes hacer serpiente? ¿Os creía más duros?- sonrió con sorna

A continuación vio como Selena se dirigía hacia el profesor manifestándole su desacuerdo con aquella clase... ¿pero que le pasaba a la cria?

- Cuidado Selena!

El aviso de Marcus dio tiempo a la niña a voltearse a tiempo de ver como Perry desviaba las piedras lanzadas por Cassius con el hechizo de agua. Selena apretó los puños aún más enfadada si es que era posible.

Movió instintivamente su varita y creó un muro de agua entre los Ravenclaw y los Slytherin. -Aquus Guinae!

Se negó a ejecutar el nuevo hechizo. O el profesor paraba la clase o ella se encargaría de parar todos y cada uno de los proyectiles peligrosos.

No aguantaba a los que iban a los profesores a llorarles que pararan una clase de Duelo. Ya me habia decepcionado Santana ayer, y esto tampoco me sorprendía. Aun así sonrei cuando vi como se defendian, no habria disfrutado hiriendo a mis compañeros, sobretodo ahora que podia ver la cara de rabia de la niña rubia.

Abro los brazos en cruz, encogiendome de hombros con una ligera sonria, mirando a los Ravenclaw defenderse, varita en mano esperando algun contrataque.

No esta mal, os felicito. Le dice, a los Ravenclaw que han parado su ataque. Morpho no era el unico que gustaba de ver que no solo los Slytherin se dejaban llevar por la venganza.

Muevo la varita, haciendo un trazo semicircular y acabo por señalarme, finalmende dando un pequeño golpecito con la varita a la par que alzo la voz. ¡Aquus Guinae! Alza la voz, para defenderse del conjuro del chico de Ravenclaw.

Entré en clase por los pelos y, esta vez, el hechizo parecía ser un poco más duro. En cuanto nos dio permiso para empezar la clase se convirtió en un campo de batalla. Las piedras volaban, algunas eran alcanzadas por los hechizos y convertidas en una lluvia de piedras sobre la casa rival que algunas veces eran esquivadas y otras no. Vi como Cassius conseguía producir esa lluvia y mientras sonreía, Perry hacía lo mismo sobre nosotros.

Estaba algo dormido aún, y una de esas piedras me golpeó en la cabeza. Me quedé un poco aturdido y el chichón que se estaba formando comenzaba a hacerse notar así que no lo dudé ni un momento, cogí una piedra la lancé sobre los Ravenclaw e imité el gesto del profesor- ¡Raiinniin Petrus! -dije, pero la cosa no terminaba ahí, así que como varios chicos hacían uso de otros hechizos, yo no lo dudé e intenté provocar el mayor daño posible.

No podrían esquivar las piedras si no las veían, así que según terminé el gesto de la varita del hechizo y este fue lanzado, continué con otro gesto conocido por todos antes de que las piedras cayeran- Flámatte -pronuncié y un destello en dirección a los Ravenclaw surgió de mi varita.

Una de las piedras que habían salido hacia Morpho, y que este había esquivado rápidamente, dio a Amon.  Prefería haber dado a Morpho, pero bueno, al menos daba a alguien. La pequeña serpiente se levantó y lanzó una piedra hacia Perry, con la buena idea de lanzar un Flámatte para cegarlo y que no pudiera ver por donde le venían  los fragmentos.  Oyó como la piedra se hacía añicos y no pensó demasiado. Pegó un salto hacia un lado para acabar rodando por el suelo mientras con la varita ya preparada lanzó un hechizo de protección.

- ¡Protego!

No sabía si el profesor les echaría la bronca por  utilizar otros hechizos, aunque le había parecido escuchar que lo podían hacer.De todas formas se había abierto la veda. ¿Pero usar uno de la clase de encantamientos? Amon le había dado una buena idea. Utilizar un  hechizo que dificultara las posibilidades de esquivar de las serpientes. Ya tenía su objetivo claro, y esperaba borrarle esa sonrisa estúpida de la cara. No soportaba su actitud condescendiente para con ellos. Tomó una finas ebras de lana de su jersey y lanzó el conjuro que ya dominaba a la perfección.

- ¡Agotattem Cassius!

Si trabajaban en equipo podrían ganar esta batalla. Sólo esperaba que alguno de sus compañeros acabara la faena. Collin estaba herido tirado en el suelo. Selena se encabezonaba con no atacar. Marcus parecía no saber qué hacer. Sólo le quedaba Gwen.

-¡Gwen, acaba con ellos!

Trazo un nuevo semicirculo al ver como Perry me ataca, y no puedo evitar ensanchar mi sonrisa, al verlo conjurar. Mi pulso se relentiza, asi como toda la asal cuando pronuncio lentamente la palabra ¡PROTEGO! Alzo la voz, y el escudo magico se forma entre el y yo, anulando su conjuro, con una potencia sin igual. El tiempo parece dejar de ilatarse, al menos para mi, cuando bajo la varita, y miro a Perry, con actitud satisfecha, y veo como llama Gwen.

Perry habia cometido un error: usar conjuros de otras clases, sin venir a cuento, atacando por atacar, solo por hacer daño... y encima, le habia salido mal.