Partida Rol por web

Salí corriendo hacia Venom emocionadísimo- ¡HA SIDO UNA AUTÉNTICA PASADA! -dije sin poder controlarme- recuérdame que tengo que evitarte en los duelos -no pude evitar sonreir ampliamente.

Me dirigí a por mis cosas y volví con mis compañeros de casa- Tengo que ir a buscar a Daph para ver si me puede dejar mandar una carta, asique nos vemos a la hora de comer como tarde, ¿vale? -Esperé un momento a las respuestas de mis compañeros y después salí del aula.

Me alegré de lo bien que lo hice,pero me quedé algo preocupado...

¡Gracias Amon!

Colin estaba un poco aturdido aun, y no sabía mucho dónde estaba. Vio como se acercaba el profesor Knower y le tendía la mano. Se la cogió y le ayudó a incorporarse. - Bueno... estoy un poco desconcertado profesor... - A su vez le dijo. Entonces se fue hacia Selena. - Selena... me voy a la enfermería, ya nos veremos... - Le dijo mientras se tocaba la cabeza. Se acercó otra vez al profesor Knower y le asintió. 

Dolorido Perry escucho como el profesor les decía a Colin y a él que le acompañaran a la enfermería.

Se giró, le dijo a Selena que se verían a la hora de comer y siguió al profesor a la enfermería.

Arthur se puso en pie tras ver como Sam, quien había surgido del grupo de Slitheryn sigilosa como una sombra, derribaba a Perry con un potente hechizo. Había sido algo frustrante ver como el chico desviaba sin complcaciones el que él le había mandado, pero no le preocupaba demasiado.

Arthur la miró sonriente mientras se sacudía el polvo de la túnica.

-Muy buen movimiento, Sam.

Al poco la clase finalizó y una pequeña conmoción se levantó por un hechizo diestramente ejecutado de parte de uno de los suyos, Morpho. Arthur no lo había visto, pero debió ser increíble si mereció cincuenta puntos de parte del profesor.

-Enhorabuena, Morpho. Estás hecho todo un duelísta -lo felicitó Arthur.

Luego el chico recogió sus cosas y se acercó a sus compañeros de casa para despedirse.

-Debo ir a ver a la subdirectora. Nos veremos más tarde -dijo antes de salir del aula.

Selena asintió ante ambos compañeros de casa. -Nos vemos luego chicos. Recuerda, Perry, que tienes recuperación de adivinación ahora.

Se despidió de ellos y se dirigió a la biblioteca.

Sam sonrió.

Gracias dijo contestando a Arthur mientras guardaba la varita, pues la clase ya había terminado.

Tras las palabras del profesor, se acercó a Morpho. No es que le agradara tener que felicitar a los demás por su trabajo y menos a gente con la que a penas había tratado, pero era necesario.

Has hecho un buen trabajo, Morpho, se me han puesto los pelos de punta con tu ataque.

Fue a recoger la mochila también. El profesor le había recordado su clase de recuperación.

Arthur, voy contigo.

Has hecho un buen trabajo, Morpho, se me han puesto los pelos de punta con tu ataque.

Sonreí cuando me dijo eso Sam...

Gracias, a ese chico se los he debido de quemar - dije con una tímida sonrisa que desapareció al momento.

Me fui de clase...

Perry llegó a la clase de duelo y no habia nadie. Se concentro en las palabras correctas pues no quería fallar el conjuro.

¡Eleccella Fulminis caja!

De su varita salio un pequeño rayo azul que impacto en la caja que había delante de él. Estaba contento consigo mismo pues había consegido que le saliera el conjuro sin ayuda de ningún compañero.

¡Bienvenidos chicos, me alegro mucho de veros otra vez hoy! Bueno, ya sabéis como van las cosas, dejad las mochilas y cualquier objeto que no sea vuestra varita en aquel rincón de allí. Hoy vamos a practicar un nuevo conjuro. Esta vez veréis que si lo hacéis adecuadamente de la punta de vuestra varita saldrá un rayo rojizo que emitirá algo de calor. Es un pequeño rayo de fuego que quemará cualquier objeto combustible. Mirad allí.

Miráis al fondo de la clase donde el profesor ha sustituido las cajas del día anterior por varias chimeneas. Hoy no vamos a luchar en duelo como los otros dos días, hoy vais a hacer un concurso.

Mirad, tenéis tres chimeneas con ramas apagadas. Debéis ir yendo uno por uno y apuntar en el interior de ellas, allí hay varias ramas que deben prender en caso de que el conjuro acierte. 

Inesperadamente el profesor hace un gesto con su varita y gritas tres veces, de manera rápida y segura:

¡Flamine Fulminis!

¡Flamine Fulminis!

¡Flamine Fulminis!

Y entonces cada chimenea ardió, pues el rayo rojizo impactó en él.

Bien, pues si alguno de vosotros logra prender las tres chimeneas, después podrá disparar a alguno de los miembros de la otra casa contra la que os vais a enfrentar. Pero recordad, tan solo si lográis prender las tres chimeneas. Además, en función del tipo de fuego que arda en la chimenea tendréis más puntos. Y ojo a esto, aquel o aquellos que logren encender las tres chimeneas y logre golpear a uno de sus rivales, recibirá un extra de 100 puntos para su casa.

Tened en cuenta que el conjuro para protegerse de un conjuro rival es del que hemos estado practicando todos estos días. Fulminis Finite. ¿Entendido?

En resumen, debéis lanzar tres veces el conjuro que vamos a aprender y en caso de tener éxito total, elegid a un adversario, si este no consigue bloquearlo el alumno recibirá 100 puntos para su casa.

¡Adelante!

Seth llegó a la clase el primero.

Tras esperar la llegada de los demás alumnos al aula y escuchar las explicaciones del profesor, Seth agarró su varita y se preparó para lanzar los hechizos:

- Flamine Fulminis chimenea! , repitió la acción dos veces viendo salir un rayo rojo que impactó en cada una de las tres chimeneas encendiendo fuego a las mismas, para finalmente lanzar el ataque a otro alumno mientras apretaba los dientes infundiendo fuerza al ataque.

- Flamine Fulminis Cassius Johnson!

Tras esto... Seth se colocó en posición defensa por si alguien le respondía el ataque.

Llegué después de Seth a la chimenea consiguiendo encender también las tres.

¡Flamine Fulminis! ¡Flamine Fulminis! ¡Flamine Fulminis! grito agitando la varita como el profesor y sonrío al encender las tres chimeneas.

Luego me giro hacia los compañeros y sonrío mirando a Amon Engel.

¡¡Flamine Fulminis Amon Engel!! y le lanzo el hechizo esperando que no le golpee muy fuerte.

Entre en la clase taciturno y aun con peor cara de la que tenia durante el almuerzo, con gesto impaciente tamborileando los dedos en mi varita escucho la descripcion de lo que debiamos realizar. Entonces bruscamente me abro lugar entre los presentes consiguiendo ir detras de Ardeen para hacer mi turno.
 

¡Flamine Fulminis!

¡Flamine Fulminis!

¡Flamine Fulminis!

Repito con velocidad y ligereza, encendiendo casi al mismo tiempo y con apenas pequeños sacudones de varita, las tres chimeneas, luego volteo rapido como una chispa ardiente que saliera del brasero y grito con la cara transformada en una mueca de ira.

¡Flamine Fulminis Amon Engel!
 

Tras escuchar las conversaciones del profesor y esperar a mi turno para intentar acertar las chimeneas me coloco enfrente de la primera y digo sin vacilar:

¡Flamine Fulminis!-  digo apuntando a la chimenea.

Veo como las llamas empiezan a arder.

¡Flamine Fulminis! - digo apuntando a la segunda chimenea.

Las llamas arden pero más débil que antes.

Tengo que mejorar.

¡Flamine Fulminis! - digo gritando contra la tercera chimenea.

Las llamas empiezan a arder  mucho más fuerte que antes.

Bien, me toca a un compañero y creo que se cual va a ser, ha atacado a Amon cuando ya le habían atacado antes.

¡Flamine Fulminis Mircea! - digo apuntando a Mircea

Sam esperó su turno con paciencia. Sacó la varita cuando el primero actuó, no fuera que le atacaran.

Se acercó hasta las chimeneas y carraspeó.

Flamine Fulminis Chimenea. El primer rayo rojizo salió disparado hasta la primera chimenea, incendiándola de inmediato

Flamine Fulminis Chimenea. El segundo rayo impactó con mayor potencia y el fuego saltó igualmente.

Flamine Fulminis Chimenea. El tercer rayo hizo lo mismo que los otros dos.

Sam se volvió sonriendo. Es lo que esperaba. Poder atacar a alguno de sus compañeros... Se fijó que ese chico raro, Mircea, parecía fuera de lugar.

Supongo que habrá que bajarle los humos...

Apuntó con su varita hacia Mircea.

Flamine Fulminis Mircea

El rayo rojo salió disparado hacia Mircea

Oliver entró tan rápido en la clase que se sorprendió de lo veloz que podía ser uno cuando realmente tenía prisa. Dejó tirada su mochila junto a las demás y sacó su varita de la túnica. Mientras el profesor hacía la explicación podían escucharse de fondo sus jadeos. 

Cuando se hubo enterado de lo que había que hacer se dispuso a ejecutar el conjuro. Sonrió para sí mismo y apuntó con la varita a la primera chimenea.

- ¡Flamine Fulminis Chimenea! - un rayo rojo surgió de la varita y, al impactar en la chimenea, produjo una pequeña llama. Rápidamente Oliver cambió de objetivo y volvió a pronunciar el conjuro. Aquella vez el rayo fue mucho más imponente y firme. Sonrió, esta vez con suficiencia, y volvió a ejecutar el conjuro con la tercera chimenea. El tercero había sido, sin duda, el peor de sus intentos, pero había conseguido pasar el requisito. 

Al ver que dos Slytherins atacaban a Mircea, Oliver salió en su defensa.

- ¡Flamine Fulminis James Jakson! 

Al escuchar mi nombre me doy media vuelta hacia Oliver y grito:

Fulminis Finite

Veo como el rayo de luz se desvanece.

Bien - digo para mí.