Partida Rol por web

Christopher se fue corriendo hasta su sitio y recogió las cosas. Colgándose la mochila del hombro, se puso en cola para salir de la clase al tiempo que asentía a las palabras de Edward

Sigo a mis compañeros sumisamente, pero alegre de estar haciendo algo juntos.

Al ver irse a todos al comedor, voy detras.

Cuando se dio cuenta sus compañeros habían vuelto a irse. Tenía que estar más atenta, porque no era la primera vez que le pasaba.

Suspiró y recogiendo sus cosas salió del aula.

La profesora Lovegood se mostró especialmente sonriente aquella mañana. Los alumnos que estaban presentes en esa clase eran porque les había gustado mucho los conjuros aprendidos durante el primer año. Eso hizo sentirse motivada a la profesora y con una sonrisa bien amplia y los ojos bien abiertos sonrió a todos los presentes.

¡Buenos días, jovencitos! ¡Es un placer volver a encontrarnos este año! Si os encontrais aquí es porque las clases de adivinación del año pasado fueron de vuestro agrado. Pero he de deciros, que las las clases de primero no serán, ni de lejos tan emocionantes como estas.

Hoy vamos a aprender un conjuro que a más de un mago le ha resultado de mucha utilidad.

Luna hizo un par de gestos con su varita, y un cáliz apareció en su mesa. Instantes después también apareció en la de los alumnos. Aquella copa era casi idéntica a las que se encontraban en el Gran Comedor durante las horas de la comida.

El conjuro que vamos a aprender va a ser un conjuro de identificación, gracias a este hechizo pondréis vuestra varita sobre un objeto que deseeis y tras esperar poco más de un minuto averiguaréis las propiedades mágicas de éste. Si es que las tiene, claro está.

Adelante. Dijo mientras Luna ponía la varita sobre el cáliz que tenía frente a ella y ponía su oreja como para escuchar qué era lo que tenía que contarle. Con un susurro dijo: "Identtiffikatem"

Selena entró jugando con un par de magdalenas y se sentó en uno de los pupitres de la primera linea. Había decidido asistir a aquella clase por su tía.

Cuando la profesora hizo aparecer un cáliz, la pequeña miró en su interior esperando encontrar el zumo de naranja que se había bebido apenas minutos antes, sin embargo estaba vacío. Prestó atención e intentó ejecutar el hechizo ella misma.

Gwendolin entró en la clase, luciendo el pelo suelto pero adornado con un lazo verde a modo de diadema. Sus ojos se dirigieron rápidamente hacia Cassius a quien salududó con una sonrisa y un brillo especial en su mirada.

- Vaya- le dijo al acercarse a él- no esperaba que esta clase te interesara... en cualquier caso, es agradable que coincidamos- le guiño un ojo y se sentó a su lado mientras atendía a la profesora- bueno a ver si es cierto que resulta más interesante que las clases del año pasado- susurró a Cass.

Cuando terminó de dar la explicación, la pelirroja tras unos segundos de meditación se desabrochó la cadena de oro que llevaba al cuello, sonrió nuevamente a Cass y susurró apuntando a la cadena con la varita.

- Identtiffikatem... venga pequeña a ver que me tienes que contar.

Cassius entró en el aula y como era costumbre en aquella aula, se sentó al final de la misma, sacando el libro y dejandolo sobre la mesa, mientras la profesora seguía observandolos con cierta ilusión que Cassius no acababa de comprender. Si todos estaban allí por el mismo motivo que él, tenía por seguro que la profesora se llevaría un gran chasco.

Al menos, a ojos de Cassius, aquella clase tenía algo de entretenido. Allí estaba Gwen, a quien identificó nada más entrar por la puerta, y le indicó que se sentara junto a él. - Lo mismo podría decirte, no te hacia alguien como tu en una clase como esta. - Y acabó por sonreir, negando con la cabeza ante la idea que le interesara. - La verdad es que estoy aquí por que las otras son aún peores -

- Eso espero... aunque tampoco me hice ilusiones. - Devolvió el susurró a la pelirroja, dedicandole una media sonrisa. Le gustó el gesto de Gwen al ver que se quitaba la cadena de oro. Se llevaría una grata sorpresa. Él por su lado, se dejó la mochila en la habitación, así que usó el cáliz entregado por la profesora. 

- Identtiffikatem Cáliz -  Pero algun gesto debió hacer mal, por que no sintió que pasara nada. Entre cerró los ojos, observando la copa. Otra vez debería aprender a las malas. Menudo año llevo...

Entrando a clase con la mirada fija en sus zapatos, Mircea daba la impresión de estar cansado. Su habitual pálido natural parecía relucir, como si su piel tuviera brillo propio. Lo más probable es que hubiera dormido mal.

Saludó a Cassius y a Gwen, sin estar muy seguro si debía dar los buenos días o las buenas tardes. Hola, chicos, prefirió decir. Sus andares le impulsaron hacia el frente de la clase y se sentó con suavidad al lado de Selena. Dirigió a la joven una sonrisa tímida y esperó a que empezara la clase.

Llegado el momento practicó el conjuro y se aseguró de ser capaz de pronunciar bien la palabra mágica. Sacó finalmente la varita de un bolsillo interior de su túnica y la posó sobre el cáliz. Identtiffikatem, susurró, manteniendo la postura hasta que la copa desvelara sus secretos.

Sam llegó con tiempo a la clase. Un mechón se le había separado de su perfecto peinado, y levantó la mano izquierda para ordenar el mechón, colocandolo detrás de la oreja.

Observó a sus compañeros de esa optativa. Vio a Cassius pero optó por no sentarse con él. Estaba claro que se habían distanciado y no tenía ningún interés en acercarse a él. Además, estaba con Gwen... Y todos sabían lo que había entre ellos.

Pasó por el pasillo hasta encontrar un sitio libre y saludó con la cabeza a la serpiente y su acompañante. Al resto no.

Se sentó y reprimió una mueca de desprecio. ¿Interesante? Lo dudo mucho pensó, pero mantuvo su sonrisa cordial a la profesora. Cogió la copa cuando apareció, analizándola visualmente antes de lanzar ningún tipo de conjuro.

Levantó la varita y se preparó. Identtiffikatem susurró, y esperó tal y como había dicho la profesora a que le mostrara sus propiedades mágicas.

Sara llegó resoplando. La clase estaba lejos y a ella sólo se le había ocurrido ir corriendo.

Hola... hola entró saludando a los compañeros, resoplando. Se dejó caer en una silla y empezó a abanicarse. Hace mucho calor pensó, evitando echarse la culpa por salir corriendo.

La profesora empezó a hablar y a Sara le costaba concentrarse, pero se esforzó mucho. Casi saltó de la silla cuando la copa apareció ante ella, y rió sonrojada, agachando la cabeza por si alguien la había visto.

Sacó la varita y, tras un rato practicando, pronunció el conjuro Identtiffikatem y esperó para comprobar si lo había hecho bien.

La profesora Lovegood dedicó una especial sonrisa a su sobrina nieta, pero en cuanto vio como Gwen no le hacía mucho caso torció el rostro. Estaba claro que daba igual con qué objeto practicasen, pero Lovegood se tomó aquello como una desobediencia, y no le gustó un pelo.

Después se dirigió a Cassius para explicarle como eran los movimientos exactos, pues parecía que el joven no lo había comprendido bien. Cassius, creo que te tocará quedarte toda la próxima hora practicando conmigo, no lo has hecho nada bien y necesitas de mi ayuda. Quizá si lo repetimos varias veces lo consigas. En cuanto a los demás, ya habéis averiguado que el conjuro funciona. ¿Verdad?

¡Buen trabajo, jovencitos! ¡Nos vemos la semana que viene! ¡10 puntos para todos, menos para Cassius, lo lamento!. Por último miró a Gwen lanzándole una mirada de desaprobación, pero sin decirla absolutamente nada más.

¡Ah! Y se me olvidaba, Sam, Selena y... Gwendoline si tenéis interés en practicar el conjuro Dectattem conmigo, podríamos practicarlo también, el año pasado nos quedamos sin darlo por culpa del baile, así que durante esta hora os podéis quedar también y lo practicais. ¿Os parece bien?
 

Cuando la magia incrustada en el cáliz salió a la luz, Mircea asintió. Era una pena que el Identtiffikatem no sirviera también para descubrir el nombre del conjuro y la forma de realizarlo.

No tenía ninguna prisa en marcharse, pero al escuchar que la profesora se quedaría para seguir dando clase, Mircea decidió que no pintaba nada ahí.

Guardó el libro que había usado en su sombrero y la varita en una bolsillo interior de su túnica.

Sonrió a Selena en señal de despedida. Hasta luego, se despidió después de la nueva parejita, Gwen y Cassius.

-A mi me encantaría, pero he quedado para estudiar con los compañeros. Cuando tenga un rato libre me paso por el despacho, prometido. Dijo la sobrina mientras recogía sus cosas. Se despidió de los presentes y salió de clase.

Sam contempló el cáliz, hasta que desapareció. Observó a la profesora cuando le informó sobre el conjuro que no había aprendido en la clase del año pasado

No había pensado en ello... pensó, antes de contestar a la profesora.

Por mi perfecto, profesora, pero si no le importa, iré un momento fuera. En 1 minuto vuelvo. La muchacha se llevó sus cosas y salió de clase.

Al cabo de un minuto, tal y como había anunciado, Sam volvió a entrar en la clase. Su pelo estaba bastante descolocado, así que entró peinandoselo con un cepillo. Volvió al mismo sitio que había ocupado antes. Se sentó y volvió a sacar la varita, respirando con un poco de agitación, como si hubiese estado moviendose a gran velocidad.

Ya estoy dispuesta, profesora anunció.

Sara estaba contenta con su primera clase optativa. Había sacado el conjuro. ¡Y se lo podía enseñar a Ardeen si ella quería!

Recogiendo, escuchó cómo la profesora hablaba sobre un conjuro que no habían aprendido por el baile...

¡Anda, pues yo hay uno que no se! dijo, y se puso a rebuscar entre sus cosas. Encontró un pergamino semi-roto en el interior de su mochila y vio que era el horario de segundo. Estuvo mirando y comprobó que no había aprendido un conjuro de artes quiméricas.

Pues voy a ir a ver a la profesora... Lo guardó otra vez todos y se colgó la mochila.

¡Hasta luego!

A Gwendolin no le gustaba ni la sobrina ni la tia... pero no le quedaba más remedio que tragar con ambas, así que odbiando el gesto torcido con el que la profesora se dirigió a ella, mantuvo una sonrisa elegante y con exquisita educación aceptó el ofrecimiento de la profesora.

- Profesora Lovegood estaré más que encantada de poder practicar el conjuro con usted- Sacó su varita y trató de recordar... veamos.

La pelirroja cogió un cáliz de una de las mesas y apuntó con la varita.

- Dectattem
 

Sam apuntó con la varita al cáliz, que no había desaparecido de su mesa. Se suponía que ese conjuro debía hacer brillar los objetos mágicos.

Dectattem dijo. El cáliz comenzó a brillar. Éste conjuro ya me parece algo más útil pensó.

Gracias profesora por enseñarme este conjuro dijo. Se levantó de la clase y se fue.

La idea de tener que soportar aquella clase una hora más le pareció un asalto a la integridad física y mental. Aun así, la idea de estar con Gwen no le pareció algo tan malo, más bien todo lo contrario. Así que espero a que la profesora le echara la reprimenda y repartiera los puntos. No existen malos alumnos, solo malos profesores. Pensó, siguiendo con la mirada a la profesora por el aula mientras comprobaba los demás cálices.

Despidió a tanto a Mircea como a Selena cuando ambos se marcharon. No hubo palabras, pero una leve inclinación de cabeza, apenas perceptible, fue más que suficiente. No le pasó desapercibida la mirada desaprobatoría de la profesora hacia Gwen, y miró a esta última, negando para que no hiciera caso.

Esta vez, volvió a practicar el conjuro, poniendole más interés. - Identtiffikatem Cáliz - Dijo alto y claro, lanzando el conjuro al caliz y esperando. Mientras esperaba a que hiciera efecto, despidió a Sara.

Agradeció que esta pareciera olvidarse de él después del baile de Hallowen del año pasado.