Partida Rol por web

Gabi quedó gratamente sorprendida cuando vio que su hechizo sobresalía de alguna forma, pero no se esperaba, en lo absoluto, que la profesora la felicitara y le otorgara nada más que 50 puntos para su casa.

La niña se sonrojó al instante y dijo -Gracias Profesora Luna.- Miró a los demás como diciendo ¡Wow! y pensó -Una alumna aventajada... nunca me dijeron eso... creo que me gusta la adivinación...-

Entonces la profesora advirtió que le quitaría puntos a la casa si esa compañera suya que faltó dejaba de ir a la recuperación. Gabi sintió un pequeño susto crecer en su interior ante la mención de semejante castigo. -¿Quitarnos los puntos que acabamos de ganar? ¡De ninguna manera!- Pensó, mientras anotaba mentalmente buscar a Enya hasta debajo de las piedras si era necesario.

-Si, yo me encargo.- Respondió con seguridad. 

Cuando la profesora salió escuchó la exclamación de Ithan que le hizo soltar una risa.

-Ja, ja, ja, gracias ¡Yo no me lo esperaba!- Le dijo, recordando su asombro inicial. Después se volvió a recoger sus cosas cuando una de las gemelas le habló.

-Bueno, no, no lo conocía.- Le respondió con sinceridad y sonrió. -Mucho gusto ¿Ustedes cómo se llaman?- Preguntó curiosa, le caían bien aquellas niñas y no perdería la oportunidad de hacer buenas migas con ellas, que se preentaron como Erzy y Orsi.

Acto seguido, Neil le preguntó si su apellido era Sánchez y si era española, ante lo cual la niña sonrió divertida.

-Gracias. Si, ese es mi apellido, pero no soy de España, soy de Venezuela.- Aclaró, sabía que venía de muy lejos y que poca gente conocía su país. Entonces Selena la tomó de la mano y la felicitó, haciéndola sonrojar otra vez.

-Pues no, no lo practiqué, de verdad.- Añadió para darle énfasis y luego decir. -Y no son 50 puntos, ganamos 80 puntos para nuestra casa en una sola clase ¡Si seguimos así podemos ganar la copa este año!- Dijo emocionada mirando a Arnold, Kelly, Selena e Ithan alternativamente. Se había hecho con una nueva meta y no descansaría hasta cumplirla.

-Este año ganaremos la copa de la casa.- Pensó con decisión.

Ithan interrumpió su pensamiento proponiendo una nueva aventura: explorar el lago.

-¡Si! ¡Vamos!- Respondió emocionada, pero justo cuando empezaba a correr fuera del aula se dio la vuelta. -Kelly, Arnold, daros prisa.- Les sonrió una vez más y desapareció corriendo escaleras abajo, no sin antes girtar:

-¡SE VAN A QUEDAR DEMENTOREEEEEEES!- Y echar unas risitas mientras alcanzaba al resto.

Kelly estaba entusiasmada, no solo le había salido el hechizo si no que además habían ganado entre todos 80 puntos para Gryffindor.
-Menos mal que consegui llegar habría sido un poco desastroso llegar tarde a mi primer dia de clase – dijo a Ithan-¡ Me encantaría ir al lago! Casi no hemos visto nada del colegio.
Cuando se levantaron se acercó a Gabriela -¡Felicidades! Lo has hecho genial, si seguimos así seguro que ganamos, según he oído el año pasado no les fue demasiado bien…
Kelly volvió a su pupitre a recoger sus cosas y salió corriendo para alcanzar al resto, no quería perderse esta vez.

Neil escuchó las explicaciones para ir a la Lechucería, no le quedó muy claro pero improvisaría algo. Se despidió de todos y se disculpó por no poder ir con ellos al lago.

-Gracias profesra,que guay.El pelirrojo estaba muy contento,su primer dia de clase y su primer hechizo habian basatante bien,ahora tocaba divertirse y jugar un poquito.

Los chicos habian decidido ir al lago,bueno habia sido idea de Ithan,aquel niño parecia muy buena gente.Entonces Arnold recogio sus cosas y se levanto con la intencion de ir al lago.

La clase de Adivinación es una de las asignaturas de primer año que se imparten por la Profesora Lovegood en una de las torres del colegio.

La Adivinación te permitirá averiguar secretos olvidados hace mucho, predecir el futuro, encontrar cosas ocultas y frustras los conjuros que pudieran engañarte.

Muchos conjuros de adivinación están ligados a un área proyectada desde tu varita y se extienden en la dirección que apuntes. El área puede ser examinada durante unos segundos, pero entonces obtendrás una información limitada. La información obtenida será proporcional al tiempo empleado, siendo a veces necesario dedicarle un tiempo extenso dependiendo de cada conjuro.

Hay otros métodos de adivinación, pero estos son más limitados y específicos. Los más comúnes, son la lectura de cartas, de posos de té, la bola de cristal y la observación de las estrellas.

Aquella fantástica clase situada en el piso último de una de las grandes torres de la escuela estaba iluminada con tenues velas y por una gran luna llena. Por encima de las cabezas de los pequeños estudiantes se podía apreciar la bóveda celeste repleta de estrellas. De cuando en cuando una estrella fugaz iluminaba la estancia. Y otras veces el ulular de una lechuza o el aullido de algún lobo sobresaltaba a los estudiantes.

- Bienvenidos queridos alumnos. Mi nombre es Luna Lovegood y soy la profesora de Adivinación, la representante de la casa Ravenclaw así como la subdirectora de Hogwarts. 

- Vamos a comenzar con la clase de hoy. Por favor, ponganse por parejas y abran el libro de "Detección, dirección y averiguación" por la página 1. Hoy vamos a estudiar un hechizo muy sencillo y muy importante y que os resultará muy útil cuando encontréis determinado material mágico. El conjuro es sencillo y es sobre la Lectura de Magia.

Veis la primera página, como todos observais está completamente en blanco. Pues bien apuntad con vuestra varita hacia la hoja y decid: "Leg Magiem"

Aiden fué el primero en entrar en clase, aunque no lo hizo por ganar puntos, sino porque salió bastante deprisa para no hablar con nadie por el camino. Al ser el primero pudo elegir una de las mesas más apartadas, ya que tal y como estaba de ánimo cuanto menos le vieran mejor.

La profesora Lovegood explicó el hechizo que aprenderian ese día, y Aiden notó cómo el puré con salchichas se le movía en el estómago de los nervios ¿Y si vuelvo a fallar? ¿Y si no me sale ningún hechizo? ¿Me expulsarian del colegio?... Tengo que dejar de pensar en estas cosas, tengo que creer en mi mismo. Venga, seguro que este es más sencillo

Aiden abrió el libro, apuntó con la varita hacia la hoja en blanco y dijo en voz alta: -¡Leg Magiem!

Cuando la página en blanco comenzó a rellenarse mágicamente,  Aiden sintió un gran alivio y también notó como se relajaba su cuerpo. El hechizo le había salido y ahora podría practicar por la tarde el hechizo Sonitus.

Tan solo estaba Aiden en clase, entré justo detrás suya y me senté al lado de él.- Hey... parece que eres el único que no está en contra mía.- Dije con cierto desánimo. Esta vez no me fijé en el ambiente tan relajado de la clase. Estaba triste y se me notaba, y estar triste era algo que hacía tiempo que a Anthony no le ocurría. Ni mi propio grupo me acepta por lo que soy. 

Sin apenas atender abrí el libro y dije con poco ánimo.- Leg Magiem.- Y la hoja rápidamente se fue rellenando. Este hechizo lo conocía, me lo enseñó mi madre alguna vez.

Cuando Asterope llegó a clase, vio a la misma profesora que los había recibido la noche anterior al llegar al castillo. Así que esta mujer es la subdirectora... Habrá que tener cuidado con ella. Esperaba que ni Anthony ni Linc montaran un numerito como el del comedor delante de ella o tendrían serios problemas.

Escuchó atentamente a las palabras de la profesora Lovegood. Bueno, hemos empezado con un conjuro sencillo, eso está bien. Así voy cogiendo confianza. Apuntó con su varita a la hoja en blanco y dijo: Leg Magiem. Al instante, la página comenzó a llenarse de palabras.

Lincoln llegó de los primeros, justo detrás de Anthony y Aiden, se sentó y esperó, no prestaba nada de atención a lo que decía la profesora, en realidad prestaba tan poco que ni se había enterado del hechizo a realizar, así que esperó a ver que hacían sus compañeros y él se limitaría a intentar hacer lo mismo "Menuda mierda de clase... sin duda prefiero mil veces otra cosa a todo esto...".

"Bueno... empecemos" pensaba Linc mientras habría el libro al ver que los demás habían hecho lo mismo "Así que Leg... ¿Leg Magiem? Hasta el nombre es patético" Puso la varita sobre la primera hoja mientras tenía la cabeza apoyada en su puño izquierdo y el codo izquierdo apoyado en la mesa -Leg Magiem- Acto seguido empezaron a salir las letras pero Linc ya ni prestaba atención.

Adivinación era una de las materias que menos comprendía. Se basaba mucho en las aptitudes innatas de la clarividencia, y definitivamente no se sabía portadora de la "segunda visión". Entro al salón un poco detrás de Asterope y ocupó un banco vacío, cerca del resto de los Slytherin. Observó de reojo a Anthony y a Linc y decidió que pondría su mente en blanco. Nada de sentimientos, nada de emociones...

Admiró por un segundo el ambiente del lugar. Las estrellas, la luna...tan patéticamente predecible. Aunque había algo que no encajaba, la profesora Lovegood parecía no coincidir el perfil con la clase, aunque era solo su primera impresión.

Leg Magiem...Sabía la técnica, era un hechizo sencillo que requiría una destreza no tan complicada. Apuntó con su larga varita la hoja en blanco y casi instintivamente se colocó en puntas de pie por debajo del banco. -Leg Magiem serena con su voz melodiosa. Y las letras aparecieron...

Cuando llego a la clase lo hago relajado. Al ir al lado de Edward, voy a un paso más tranquilo que el habitual, así que eso me ayuda para bajar la comida. Voy comiéndome la manzana que he cogido y cuando me la termino llevo el corazón cogido por el rabito de la fruta. Al llegar a la clase, la tiro en alguna papelera y busco un lugar para los tres. Mis ojos se van instintivamente al cielo, que se ve muy claro. 

Qué bonito...

Al ver a la profesora Lovegood, me alegro. La mujer me resultó agradable a pesar de su seriedad, y además era la jefa de nuestra Casa, así que eso seguramente relajaría un poco las cosas para los Ravenclaw. O no, si era lo suficientemente seria; pero al menos sabía que simpatizaría con nosotros y nuestra forma de hacer las cosas. Eso es... si yo realmente valgo para ser un Ravenclaw.

Me siento al lado de mis compañeros y saco el libro. Abro la página y al ver que está vacía voy automáticamente a mirar la siguiente por si me he equivocado, pero entonces llega la explicación. Me pongo un poco rojo al sentirme tonto y miro a Helios y Ed rascándome la nuca con vergüenza y con una risilla por lo bajo.

Recordando que el otro hechizo me salió después al practicarlo, me siento más relajado y confiado con mis capacidades; aunque no puedo evitar sentir una ansiedad en la boca del estómago. Espero no fastidiarla otra vez, y menos delante de la profesora Lovegood. Cojo aire y agarro mi varita.

—A ver... —digo, más para mí que otra cosa mientras apunto hacia el papel—. Leg Magiem —digo con tranquilidad, y cuando empiezan a aparecer las palabras en el libro sonrío abiertamente y no puedo evitar mirar hacia la profesora y hacia mis amigos, buscando, quizás tontamente, su aprobación.

Camino con tranquilidad junto a Helios y a William por los pasillos de Hogwarts, aún no me ha dado tiempo a acostumbrarme a lo grandes que son los pasillos, lo altas que son las escaleras y lo amplias que son las ventanas.

Nos toca subir unas largas escaleras, y cuando llegamos a la cima, lo hago resollando, echando de menos la comodidad de nuestra sala común pese a que aún no haya estado más que unas pocas horas en ella.

Entramos en la clase, y me quedo sorprendido mirando el techo, es ciertamente bonito e inevitáblemente pienso si todas las clases de esta escuela tendrán una decoración llamativa como la de artes quiméricas y esta. La pomposa decoración que acompaña a cada aula denota que en Hogwarts les gusta demostrar que son magos poderosos y que no escatiman en gastos, cosa con la que no estoy nada conforme, las ilusiones de la clase anterior solo servían como decoración y distracción, igual que en esta las estrellas, y apostaría a que si tenemos que hacer una práctica mirando las estrellas, iremos a un aula donde estas se puedan ver mejor. En definitiva, un despliegue de medios totalmente innecesario y extravagante.

Todos estos detalles me chocan con que sea la profesora Lovegood la encargada de esta asignatura, hubiese jurado que se trataba de una mujer pragmática y dedicada al estudio. Aun así, sigue resultándome agradable que sea ella nuestra profesora, me cae bien.

Todavía sin aliento camino siguiendo a William hasta tomar asiento junto a mis dos amigos. Al ver que este saca el libro en blanco y que comienza a mirar que está todo sin escribir, sonrío. Mi hermano ya me comentó esto, así que ya me lo esperaba, o al menos era consciente de que podía ocurrir, porque siempre es sorprendente que un libro de texto no tenga ningún texto visible.

Al ver que William se pone un poco rojo, sonrío ya habiendome recuperado de la subida por las escaleras, y cuando veo que logra hacer el hechizo, la sonrisa se amplia, quizás suene condescendiente, pero me alegro un montón por él, y creo que le podría gustar que lo felicitase.

— ¿Ves? Ya sabes cómo funciona la magia, así que ahora te sale bien, muy bien de hecho. Enhorabuena.— Le guiño un ojo sin perder mi sonrisa y cojo mi varita con firmeza, la miro durante unos segundos y coloco la punta rígida sobre la hoja en blanco y luego la levanto unos centímetros — Leg Magiem. — Enuncio con claridad, y las palabras comienzan a formarse lentamente en comparación con como ha ocurrido con William. Aun así, me siento orgulloso de mis resultados, dos de dos no está nada mal.

Al no haber esta vez ningún incidente, respiro más tranquilo, interiormente estaba preocupado por que ocurriese como en la clase de artes quiméricas y que pese a conseguir hacer el hechizo, algo saliese mal.

Entro junto a William y Edward en el aula y procuro sentarme con ellos. Echo un vistazo a la sala y quedo maravillado con todo lo que hay allí. Desde luego va a ser un año maravilloso. 

Abro el libro por la página correspondiente y estudio el hechizo un par de minutos. Una vez hecho, me dispongo a intentarlo.

-A ver si este tambien me sale.-Pienso agitando la varita.-Leg Magiem.-Digo moviéndola como la profesora nos ha enseñado.

Willow entró casi pisándole los talones a Helios y se sentó junto a ellos (al fin y al cabo faltaba un sitio por ocupar). Dejó la mochila junto a ella y hora ya más tranquila tras haber llegado a tiempo a clase, se permitió admirar la clase en la que se encontraba.

- Fascinante... -Murmuró casi sin darse cuenta con la mirada aún puesta en el cielo. Poco después de haber visto la Sala Común, realmente pensó que no habría nada que tan siquiera se acercase a lo perfecta que era pero estaba realmente equivocada, si bien este aula no superaba la Sala Común era una rival bastante fuerte.

Al escuchar a la profesora hablar giró la cabeza en dirección a la voz y cuando se dio cuenta de quién se trataba, se quedó boquiabierta. Aquella clase realmente estaba ganando puntos de forma muy rápida en su escala de fascinamiento.

Miró el libro, y tras mover los labios sin pronunciar palabra un par de veces, sonrió, sacó la varita, apuntó a las páginas en blanco y pronunció el hechizo con voz pausada:

- Leg Magiem.

Christopher llegó resoplando. Subir tantas escaleras le había cansado, así que se apoyó en el marco de la puerta para respirar con tranquilidad.

Entró con cansancio y se sentó en el primero asiento libre que vio, sacando el libro y prestando atención a la profesora.

Apuntó a la hoja y susurró Leg Magiem La página comenzó a brillar y varias palabras aparecieron.

¿Profesora? ¡Profesora! dijo Chris mientras levantaba la mano. ¿Sirve para leer cualquier tipo de tinta invisible? ¿O no vale para todas?

Kendra entró en la clase, acompañando a Ludmilla, con el semblante más serio de lo que había llegado al Gran Comedor.

A diferencia de su amiga, ella sí hizo algo al ver a Linc y a Anthony. Se acercó a este último y se detuvo ante él con determinación.

-Hola Aiden -saludó al otro chico, que estaba sentado junto al ruso y luego clavó su mirada en este último seria. Muy seria.-Anthony... ¿Te importa que hablemos después de clase? Hay algo que me gustaría comentar contigo...

Fue entonces cuando se vio obligada a ir a su sitio, esperando que la respuesta del chico fuera afirmativa. Aquella conversación no debía postponerse más.

Dedicó a Ludmilla una media sonrisa dándole a entender qué acaba de hacer, y acto seguido, observó aquel pergamino en blanco. Con un elegante gesto, sacó su varita, y movió su muñeca, pronunciando las palabras con total claridad:

-Leg magiem -las palabras salieron de sus labios con la misma claridad con la que las letras fueron apareciendo en aquel pergamino, cubriéndolo poco a poco, consiguiendo arrancar a Kendra una media sonrisa satisfecha.
 

Vi que Kendra se acercaba para hablar conmigo. Yo no era tonto, seguramente sería algún tipo de ulitmatum o algo por el estilo. Sin mirarla y cabizbajo dije con tristeza.- Ya he tenido suficiente con Linc, mi prima y su amigo. Pero si te empeñas...- la voz de Anthony era de tristeza. Le había dado un bajón, al verse a tanta gente en contra.

La señorita Lovegood se fue paseando a vuestro alrededor mientras ibais practicando con aquel conjuro. Al final de la clase tendríais que presentárselo, para ver si aquellas dos horas os habían servido de algo para practicar el conjuro. 

Los primeros en presentar su trabajo fueron Aiden y Asterope, pues habían sido los primeros en presentarse. ¡Oh vaya, jovencitos! ¡Se nota que este conjuro ya lo habíais visto, verdad! ¡Mereceis que premie a vuestra casa con los primeros 10 puntos! A continuación miró a Anthony con un gesto de desaprobación. Verás jovencito, has hecho mal el gesto. La muñeca tiene que ponerse de esta manera y no de esta otra. Dijo mientras se acercaba y tomándole la mano le indicaba como era el gesto. Después siguió comprobando los conjuros del resto de sus compañeros, se acercó a Linc que parecía poner muy poca atención en su conjuro, pero a pesar de ello la profesora le premió; ¡Buen trabajo, joven! ¡5 puntos más para Slytherin! Entonces la profesora volvió a torcer el rostro cuando vio como ejecutaba mal el hechizo Ludmila. ¡Oh, jovencita! ¡El gesto es justo al revés! Dijo señalándole como tenía que hacerlo. Parece que no lo has entendido, tendrás que pedirle ayuda a tus compañeros durante estos días.

Luego se giró para ver a los alumnos de Ravenclaw. Los primeros en ejecutar el hechizo fueron William y Edward cuyas palabras hicieron sonreír a la profesora. ¡Muy bien, jovencitos! ¡Los primeros 10 puntos para Ravenclaw en Adivinación! ¡Buen trabajo!

La profesora continuó paseándose entre el resto de alumnos hasta que miró impresionada a Helios ¡Oh Sr. McGonagall! ¡Fantástico! ¡Fantáaaastico! Parece un alumno muy aventajada en esta clase. ¡Has hecho un buen trabajo y desde luego que tu conjuro ha salido a la perfección! ¡50 puntos para Ravenclaw!

A continuación vio como Willow hacía muy buen trabajo y la sonreía, - Bien muchacha, ¡5 puntos para Ravenclaw! Luego se dirigió hacia el fondo de la sala para echar un ojo al trabajo de Christopher y resolver su pregunta: ¡Sirve para leer la mayoría de tintas invisibles, pero dependerá de la soltura que tengas con el conjuro. Hay tintas mucho más complicadas de hacer aparecer, y si practicas bien este conjuro, tarde o temprano serás capaz de ver todas ¡Otros 5 puntos más!

Por último se acercó a Kendra que fue la última en presentar el trabajo y la dedicó una sonrisa. Contigo termina la clase de hoy. ¡5 puntos más para Slytherin!

Después comienza a contar uno a uno a los niños que hay en el aula y echa un ojo a una lista que tiene en su mesa. ¿Alguien sabe algo del señor Maxwell? ¿Está bien? Helios, dígale a vuestro compañero que o bien se pasa el jueves por mi despacho o tendrá una muy mala puntuación para vuestra casa.  No presentarse es obtener una amonestación, si se lleva tres amonestaciones tendrá un castigo, y me veré obligada a informar al Director Lupin.

Y a vosotros, dice refiriéndose a Anthony y Ludmila. Os veo el jueves, así que no falteis. A los demás, espero veros la semana que viene, y disfrutad de vuestra estancia en el castillo, cualquier cosa ya sabéis donde encontrarme, soy la representante de la casa Ravenclaw, así que también me veréis por el comedor.

La profesora recoge todos los trastos que tiene encima de la mesa y se marcha dejandoos allí. Sonriendo y como con la mirada perdida, miró a uno de los esquinazos de la puerta y se marchó de la clase.